En
Lima, el 28 de abril del año 2011, se conformó este organismo de integración
regional teniendo como miembros a los gobiernos de México, Colombia, Perú y
Chile. En dicho encuentro, se acordó la “conformación de una área de
integración profunda” con el “firme compromiso de avanzar progresivamente hacia
el objetivo de alcanzar la libre circulación de bienes, servicio, capitales y
personas”.
Hacia
el año 2012, en el marco de la II Cumbre de Mérida, se establecieron las líneas
de acción a desarrollar por parte de la Alianza. En la misma cumbre se hizo un
reconocimiento explícito a “los esfuerzos que los sectores privados vienen
realizando para fortalecer y ampliar las oportunidades de negocio”, a los
“gremios empresariales” y el “acuerdo de intención entre las bolsas de valores
de los países de la Alianza”. Durante el mismo año se estableció también el
“Acuerdo Macro de la Alianza Pacífico” en Chile y con él, el cuerpo legal y
político que ordena al organismo.
Durante
el año 2015 todos los países miembros (salvo Colombia) acordaron en avanzar en
el Acuerdo de Asociación Transpacífico (lo que se conoce como el TPP)
consolidando, de esta manera, uno de los objetivos de la alianza.
Países
miembros, observadores y adherentes
La
incorporación de Argentina como país observador pasa a engrosar una lista de 42
países que tienen esta condición y entre los que se encuentran EEUU, Canadá,
China, Australia, Alemania, Reino Unido, Uruguay y Paraguay, entre otros.
Panamá y Costa Rica son anunciados como los próximos a sumarse al staff de
miembros.
Los
requisitos para poder ingresar como observador implican, en primer lugar, la
aceptación de los principios y objetivos establecidos en el Acuerdo Marco; y en
segundo lugar la participación con voz pero sin voto en las cumbres.
Vale
aclarar que hay dos categorías –al margen de ser miembro– para participar de la
Alianza: por un lado está la ya descrita de país observador; por otro lado, se
encuentran los países adherentes. En caso de que un país quiera adherir a la
Alianza se establece que “el Estado solicitante deberá tener suscrito con cada
una de las Partes de la Alianza del Pacífico un acuerdo de libre comercio”.
Lo
que fue y lo que viene
El
deseo de construir un área de libre comercio no es nuevo en el continente ni en
nuestro país: durante los primeros años de la década de 1990, con la plena
vigencia del Consenso de Washington, se fue avanzando en darle forma al Área de
Libre Comercio para las Américas (ALCA) que en una Mar del Plata colmada
por militancia y con una América Latina bajo gobiernos progresistas y de
izquierda de fondo, le dijo en el 2005 que no, dando por tierra con el proyecto
impulsado por los EEUU.
Tras
la victoria de Mauricio Macri el 22 de noviembre de 2015 y la realización del
juicio político contra Dilma Rousseff, el mapa geopolítico de la región se ha
modificado sensiblemente. En este sentido, las derrotas electorales en las
legislativas de Venezuela y el referéndum de Bolivia, suman un panorama
desolador para los países que decidieron hacer frente y poner en pie proyectos
de integración opuestos al ALCA.
De
esta forma, el 1 de julio será el comienzo de una nueva etapa -que ya comenzó
con las negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur- en la política
exterior argentina tras 12 años de abonar a la integración latinoamericana con
base en la equidad, el respeto y la ayuda mutua.
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