jueves, 31 de diciembre de 2015

¿Mauricio Macri camino a convertirse en el Fujimori argentino?

http://www.notienred.com/politica-macri-fujimori.html
Alberto Fujimori ganó las elecciones presidenciales peruanas en 1990 bajo la consigna "Cambio 90", capitalizando el desencantamiento popular con la populista Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) de Alan García.

Durante su primer mandato, la oposición mantenían un férreo control sobre ambas cámaras legislativas, evitando el avance de las reformas neo-liberales que buscaba promover el nuevo presidente, por lo que Fujimori (que contaba con un gran apoyo popular en el momento) decidió llevar adelante un auto-golpe en Perú, cerrando el Congreso, suspendiendo la Constitución, y purgando al sistema judicial.
Para aquellos que conocen de cerca algo de lo que está sucediendo en la Argentina, pueden advertir los claros paralelismos.

​El presidente de corte liberal-conservador Mauricio Macri venció al populista Frente Para la Victoria bajo el slogan "Cambiemos", y unas de sus primeras medidas fue intentar nombrar por decreto dos jueces de la Corte Suprema de Justicia (algo que no sucedía en el país desde 1862).

​Este nuevo líder de la derecha latino-americana se encuentra frente al mismo desafió que Fujimori, al no tener control sobre las cámaras legislativas, por lo que ya han anunciado miembros de sus gabinete la voluntad de la nueva administración de gobernar por decreto, sin la necesidad de pasar por el Congreso.

A su vez a poco días de asumir el presidente se ha animado a modificar atribuciones de los entes reguladores de los medios de comunicación en el país (AFSCA y AFTIC), buscando borrar de un plumazo las regulaciones anti-monopólicas establecidas por la Ley de Medios (aprobada por amplias mayorías en el Congreso de la Nación, y declarada constitucional por la Corte Suprema de Justicia).

​Tampoco son menores los avasallamiento de la nueva gestión sobre los medios de comunicación críticos, sacando del aire de la televisión pública al canal opositor 678, y haciendo la vista gorda frente a los hackeos generalizados a portales opositores como Página 12 y Diario Registrado, y pidiendo desde las sombras que ciertos periodistas críticos sean sacados del aire en los medios privados.

lunes, 21 de diciembre de 2015

Macri y Venezuela

Isabel Rivero De Armas - http://cuatrofdigital.info.ve/2015/12/macri-y-venezuela/



Los resultados de las parlamentarias del pasado 6D a favor de la derecha en Venezuela, desmontan aquello de la falta de transparencia de nuestro CNE. A pocas horas, sus consecuencias no se hacen esperar, ya se afirma la derogación de artículos de la Ley del Trabajo que garantizan beneficios de los trabajadores, y de la Ley de Inquilinato como regulación de alquileres. Algo similar ocurre en Argentina después de la victoria de Macri.

Diserto sobre el discurso de este derechista, gracias a quien, a apenas unos días de su triunfo allá, aumentan los alimentos de la cesta básica un 25% o más, una vez que él dice que eliminará las restricciones cambiarias. Continúa el aumento del transporte urbano, y vienen despidos masivos del sector público. Esto pronto pasará aquí.

Lo primero es su promesa de atacar al narcotráfico. La estrategia de ataque del Departamento de Estado de EE.UU ha sido vincular falsamente al gobierno venezolano con el narcotráfico. En concreto, líderes revolucionarios como Diosdado Cabello y Rafael Ramírez, han sido el blanco de ello. Asunto nunca probado, difundido en reportes periodísticos falsos o prensa panfletaria. Su lectura, atacó al narcotráfico; luego al gobierno venezolano por su supuesto vínculo.

Lo segundo es que asegura que disminuirá la pobreza. Hace poco se conoció que Leonardo Sarquís, exgerente de Monsanto, pasó a formar parte de su gabinete ministerial. La empresa norteamericana, considerada el gigante de los transgénicos, entiéndase,  organismos genéticamente modificados a los que se les inserta genes de virus o bacterias, ha producido químicos causantes de graves daños a la salud humana, como el cáncer, para obtener más ganancias, principio básico del capitalismo que prioriza el dinero y desestima la vida humana.

Lo tercero es su interés en liberar a los mal llamados presos políticos en Venezuela, como Leopoldo López, a quien se le condenó por su incitación a la violencia en las guarimbas del 2013 y 2014, y a Ledezma quien, además de golpista, es presunto asesino y agresor. Esto, curiosamente, también lo piden los voceros de la Casa Blanca y los recién electos diputados de derecha en Venezuela.

En resumen, el nuevo mandatario de Argentina es una mezcla de George Granger y Uribe Vélez, alguien que no merece la Patagonia argentina, pero que, por la prepotencia de algunos, llega al poder para aupar políticas injerencistas de EE.UU y sus aliados.

martes, 15 de diciembre de 2015

Retenciones cero, ¿quién paga los costos?

Florencia Abelleira - http://www.diariocontexto.com.ar/2015/12/15/retenciones-cero-quien-paga-los-costos/




Desde que asumió como presidente, Mauricio Macri se dedicó a firmar decretos presidenciales para aplicar lo antes posible su proyecto de país neoliberal. Ayer, en un acto en la localidad bonaerense de Pergamino, anunció uno de los más esperados por la Sociedad Rural: la eliminación de las retenciones.
“Sin el campo el país no sale adelante”, dijo al anunciar la medida, pero al parecer quiso meter todo en la misma bolsa. El “campo” es amplio: hay economías regionales, hay grandes, medianos y pequeños productores, hay enormes pooles de siembra de soja y algunas hectáreas que son arrendadas para producir en pequeña escala.
Cuando Macri habla del campo, piensa en aquellos grandes productores que se opusieron a las retenciones móviles para las exportaciones agrarias, conocidas como la 125, que generó el conflicto agrario en 2008, un conjunto de paros agropecuarios, cortes de ruta y lock-out.
Según explicó Cristian Weber, secretario de Asuntos Académicos de la Facultad de Ciencias Agrarias de La Plata, el DNU anunciado por Macri “es una medida que atenta contra el consumo interno y apunta a favorecer a grupos concentrados que se benefician de un dólar con el cual exportan, que es un precio sostenido por la sociedad que en su inmensa mayoría no se beneficia de ese dólar para la exportación”.
Pero así anunció su iniciativa el nuevo presidente: “Hoy apenas llegue a Buenos Aires voy a firmar el decreto por el cual Argentina pasa a tener retención cero a las exportaciones regionales”, refiriéndose al maíz y al trigo, cultivos que pasaron de tener un 35% de retenciones que iban destinadas al fisco del Estado, a 0%. En el caso de la soja, anunció una quita gradual del impuesto. Por el momento, se implementará una reducción del 5%.
Lo que ocurre cuando se eliminan estas retenciones es un aumento en el precio externo. Y ese monto, como consecuencia, aumenta los precios para el consumo interno. “Los precios están regulados por el mercado. Y si ese mercado obtiene una renta extra en el exterior, es un incentivo a que los productos no se coloquen en el mercado interno, con lo cual los precios que se manejaban interiormente son ahora objeto de presión de los grupos concentrados de poder para que estén a la altura de los precios internacionales, lo cual va en detrimento de los intereses colectivos de la población”, aclaró Weber.
Ahora, la pregunta ineludible es cómo va a suplir el Estado la entrada de ese dinero. El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, admitió que “va a dejar de recaudar mucha plata”, pero lo compensará con el cobro de otros impuestos. La gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal sostuvo que “el campo va a ganar más”, y se constatará esto “por vía (de impuestos tales como) Ganancias, Ingresos Brutos y Sellos”; y el propio presidente indicó que “si hay más ganancias, hay que pagar con alegría más Impuesto a las Ganancias, que es un impuesto solidario”.

Las repercusiones en la mesa de los argentinos

Abrir directamente las exportaciones, con retenciones cero, en conjunto con la devaluación que tanto se anuncia, invita a los productores a concentrarse en exportar antes que abastecer el mercado interno. Como explicó a Contexto Mariano Bondone, miembro de la agrupación Grito de Alcorta de la Federación Agraria Argentina, “en el país tenemos el 92% de la carne en el mercado interno y el 8% se exporta. Entonces, en gran medida la quita de las retenciones va a beneficiar a los frigoríficos exportadores”.

Según Bondone, primero hay que aumentar la producción y posteriormente ir abriendo saldos exportables de a poco. “Con el solo anuncio de que iban a eliminar las retenciones, la bolsa de harina subió un 100%”, aclaró, y ante la pregunta de a qué se debe, la respuesta es “a la especulación”. “Con esta especulación se benefician los grandes productores y los intermediarios, sobre todo el 8% de los supermercados que manejan el 90% de los alimentos en el país”, agregó.
A partir de las medidas anunciadas y los Decretos de Necesidad y Urgencia firmados, Mauricio Macri está decidido a implementar el proyecto político que la oposición tanto le criticó. Mientras tanto, las políticas neoliberales que se están proponiendo van a pegar muy duro sobre la soberanía alimenticia y el consumo de los ciudadanos argentinos.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Las calles hablan

http://www.miradasalsur.com.ar/2015/12/13/revista/las-calles-hablan/

Cualquier extranjero que haya deambulado por la noche porteña del miércoles seguramente no entendió lo que sucedía. El centro de la Ciudad era una fiesta, la plaza… una asamblea multitudinaria como pocas, grupos de mujeres y hombres revoleaban camisetas y banderas alrededor del obelisco y los autos acompañaban con bocinazos. El centro era una fiesta… la fiesta de los que dejaban el gobierno y ya prometían volver.
Horas después, esos mismos desorientados pueden haber recalculado y, ahora sí, habrán asistido al entusiasmo de quienes coronaron sus expectativas con el triunfo electoral de Mauricio Macri que, a las 11.45 de ese día, se convertía Presidente de la Nación hasta el 10 de diciembre de 2019.
Analizar los dos discursos, el de Cristina Kirchner desde el frente de la Casa Rosada, el de Mauricio Macri en la Asamblea Legislativa ante la que juró, sería más de lo que ya vienen cruzándose. Una reseña de los doce años del gobierno que más hizo por la integración social y económica de los argentinos en seis décadas, contra un conjunto de frases que incluyen conceptos como “pobreza cero” o “generación de trabajo”, no sólo sin explicaciones de las herramientas para lograrlo, sino contra las consecuencias de los adelantos que sus propios funcionarios formularon los días previos a la asunción y que se confirmarán –o no– a través de decretos y decisiones de los nuevos ministros.
Tal el escenario que construyó la sociedad argentina. El de la institucionalidad incuestionable del nuevo presidente y su equipo, apoyado en un discurso que parece extraído de un manual de autoayuda, junto a la representatividad no menos sólida de un peronismo kirchnerista expresado en un frente estructurado para la victoria y en la figura de una Cristina Kirchner que, por encima incluso de los buenos números de su imagen pública, tras doce años y a pesar de todo, dejó el centro de la escena oficial con su capacidad de convocatoria intacta, con el agregado de la suma de centenares de miles de “espontáneos” incondicionales que se sumaron a los sectores organizados alrededor de los movimientos sociales.

Parrala
Con ese marco, Macri salió a la cancha presidencial. Zigzagueante, fue el adjetivo usado por algunos análisis relacionados con los dichos previos a su asunción. En realidad fueron contradictorios y, en la explicación que se dé a las marchas y contramarchas que expusieron la credibilidad inicial del presidente inminente, tal vez se pueda obtener la radiografía de los primeros meses de su mandato.
Dolores Parrales Moreno fue una “cantaora” de flamenco, que se destacó como una de las intérpretes más significativas de la segunda mitad del siglo XIX en Sevilla. Le decían “La Parrala”, no tardó en convertirse en mito y su fama llegó en los barcos de inmigrantes hasta las costas del Río de la Plata, sobre todo en la descripción de unos versos que contrapunteaban el “que sí, que sí, que sí, que sí”, con un “que no, que no, que no, que no”; por eso, los descendientes de aquellos viajeros y herederos de sus costumbres calificaban de “Parrala” a todo aquel que formulaba una afirmación y, después, se inclinaba por todo lo contrario.
Entre los botones de muestra de las contradicciones dignas del canto dedicado a Dolores, sobresalen los dichos y desdichos acerca de la aplicación o no del Impuesto a las Ganancias sobre el medio aguinaldo de diciembre, finalmente saldada a favor de la carga.
Cabe preguntarse si cada anuncio después retrucado –por ejemplo, valor del dólar, levantamiento inmediato del cepo o cláusula democrática contra Venezuela– fue una improvisación, el esbozo de quien está acostumbrado a ponerle, solamente, el tinte de budismo zen a las cuestiones de fondo no explicables para no perder simpatías y, a la hora de las decisiones, quienes en realidad las toman tras bambalinas le explican que no se puede, no se debe o no conviene.
Peor aún, cabría dudar acerca de si tales dobleces son producto del juego de presiones con los sectores más poderosos de la economía concentrada de la Argentina, que van por todo, después de apoyar su candidatura con sus juegos de presiones sobre la justicia, con el manejo de los medios de más peso en la agenda nacional y con los recursos que un día decidieron trasladar desde la campaña de Sergio Massa hasta las tolderías del PRO, cuando el de Tigre se caía de la cima y su hijo dilecto y gerente de sus intenciones, al fin, empezaba a pintar.

Gracia
Los primeros tiempos de un presidente, de cualquier mandatario electo por la mayoría, cuentan con un “período de gracia” que le otorga la ciudadanía y, en general, la prensa. Será, seguramente, el caso de Mauricio Macri, ayudado por los tiempos navideños y vacacionales y por las “explicaciones” de Hugo Moyano que responsabiliza al gobierno saliente del pico inflacionario provocado por los hombres de Macri.
Los grandes diarios se regodean, como desde hace años, “despidiendo” a Cristina Kirchner y, después de la feria judicial seguramente desde Comodoro Py saldrán misiles de distinto calibre destinados a la mandataria, su familia y el equipo de gestión que la acompañó.
Sin embargo, esos períodos concesivos tienen una fecha de finalización que no se registra en los calendarios, sino en la bonanza o las dificultades de la vida de los pueblos. Políticas acertadas irán extendiendo el tiempo de la concordia; acciones contra los avances que hombres y mujeres sienten como propios, tanto que hasta votaron al sector que se opuso a ellos, escaladas de precios como la de las últimas tres semanas, pueden generar disgustos, broncas y hasta construir oposiciones.
Con un desafío cortante, durante su discurso de despedida presidencial Cristina Kirchner les dijo que esperaba que, “dentro de cuatro años, quien tiene la responsabilidad de conducir los destinos de la Patria pueda decir frente a una Plaza como esta que también puede mirarlos a los ojos”, como hizo ella hasta el último segundo de su mandato.

Calabaza
La ahora ex presidenta, también hizo gala de humor al referirse a los tiempos “cautelares” que signaron el período kirchnerista, más de una vez obstaculizado desde los tribunales de justicia, que trabaron la ejecución de leyes declaradas constitucionales hasta por la Suprema Corte, permitieron el incumplimiento de deudas gravosas por parte de grupos económicos o, como sucedió en el estertor de su mandato, recortaron la extensión del mismo estipulada por la Constitución Nacional.
Ironizó sobre ese recorte al señalar que debía abeviar ya que “a las 12 me convierto en calabaza”, como sucedería con la carroza mágica de la Cenicienta de los cuentos infantiles. En verdad, transportada por un mar de gente.
Y lo hizo cuando el peronismo ya orejea los cartones de su destino, los tiempos de su nueva institucionalización, el orden de prioridad territorial para la elección de autoridades y, en particular, calcula influencias, posibilidades, fuerza propia y simpatías que acompañan a cada una de las figuras que estuvieron y ya están en la pista de la competencia que se viene.
La aguja del aplausómetro de Plaza de Mayo llegó al tope cuando Cristina Kirchner le reconoció a Daniel Scioli su trabajo de años en el gobierno; los de a pie saludaron su compromiso por una campaña que, en el último tramo, se pusieron al hombro la militancia silvestre, las organizaciones con mayor despliegue territorial y el propio candidato del FpV.
Aquellos paseantes de la Ciudad, que pueden haber confundido a perdedores con ganadores, tal vez no estaban tan equivocados, ni el perro se murió ni se acabó la rabia. El peronismo ya lo demostró otras veces.

lunes, 7 de diciembre de 2015

Peligros y oportunidades en Venezuela

Juan Carlos Monedero - http://www.comiendotierra.es/2015/12/07/peligros-y-oportunidades-en-venezuela/

Primera reflexión evidente: si Venezuela es una dictadura ¿cómo es posible que haya ganado la oposición? Todos los que han estado cuestionando la democracia venezolana debieran disculparse hoy (es retórica: nunca lo harán. Los que creen que el poder les pertenece por familia y dinero se creen con patente de corso permanente). El Presidente Maduro salió inmediatamente a reconocer el resultado. Como debe ser. La oposición, invariablemente, ha desconocido todos los resultados electorales en donde ha perdido desde 1998, la primera victoria de Hugo Chávez. Unas veces en bloque, otras dividiéndose entre ellos. Los menos leales con la Constitución siempre han sido Leopoldo López y María Corina Machado, cuya actitud no ha sido seguida por Capriles que siempre ha optado por la vía electoral. El PP, con mucha influencia del Opus Dei en sus relaciones con Venezuela -la otra influencia es netamente económica, como cuando Felipe González le regaló Galerías Preciados a Gustavo Cisneros- siempre ha estado más cerca de los golpistas. Nostalgias de los orígenes de la derecha española. Venezuela ha estado a la altura: elecciones limpias y reconocimientos sin duda alguna del resultado. Ojalá fuera igual en México o en Estados Unidos.

Es igualmente evidente que la economía ha pasado factura al gobierno de Maduro. Es injusto que una crisis que no ha generado el continente sudamericano -recordemos que nació con la quiebra de Lehamnn Brothers en Estados Unidos- la esté pagando como si hubiera sido su responsabilidad. El hundimiento de los precios del petróleo (es como si en España se redujera un 80% el turismo) es un golpe difícil de resistir, aún más cuando la crisis es utilizada por la oposición para golpear al gobierno con formas sofisticadas de “guerra económica” (presiones para romper la OPEP y mantener bajos los precios del petróleo, acaparamiento de bienes, subida intencional de precios, fraude en el cambio del dólar, contrabando, guerra psicológica alimentada por los medios de comunicación, sabotajes). Hay escenarios en la pelea política venezolana que han recordado mucho el escenario previo a septiembre de 1973 que preparaba el golpe contra Salvador Allende. Esperemos que la comunidad internacional esté atenta ante cualquier intento espurio de querer ganar fuera de las urnas lo que sólo debe ganarse en las urnas.

Por último, es evidente que el gobierno de Maduro tiene igualmente su responsabilidad. El golpe que supuso la pérdida de Chávez no fue menor. Los equilibrios que había construido Chávez no han sido heredados por Maduro. Reclaman más tiempo. Y la oposición, consciente de esa debilidad, no ha dejado de hostigar en estos últimos tres años. El Presidente Maduro, por un lado, no ha tenido éxito a la hora de hacer valer en la población venezolana los logros de los últimos 17 años. Pasó en Europa cuando la clase obrera convertida en clase media terminó votando a Margaret Thatcher. Es cierto que incluso la oposición ha reclamado a Chávez como si fuera un valor propio, pero era mera propaganda. No es muy creíble proviniendo de quienes siempre le adversaron. El riesgo de desmantelamiento de la apuesta pública bolivariana por la sanidad, la educación, la vivienda, la alimentación, está servida por la oposición (veamos lo que va a empezar a pasar en Argentina). Si el pueblo no lo ha entendido es responsabilidad del gobierno y de la gente con conciencia. Si la propaganda de la oposición es buena, es la obligación del gobierno desenmascararla. No han sabido hacerlo. Igualmente, el gobierno no exhibe buenos resultados -pese a grandes avances en los últimos meses- en la lucha contra la corrupción, la violencia, el negocio de la importación de alimentos, el control de los fraudes cambiarios, los empleos para las clases medias formadas y la inflación. Aunque todos esos rubros formen parte de la guerra económica, si no triunfas, te han derrotado. Y eso es lo que han expresado las urnas.

Ahora es momento de discutir conjuntamente, Gobierno y oposición, las necesidades de Venezuela. De las mayorías. De la gente. Igual que el Presidente Maduro ha aceptado el resultado de las elecciones parlamentarias, la oposición debe asumir que el Presidente constitucional de Venezuela es Maduro, y deben respetar las elecciones presidenciales que le otorgaron el mandato. Desde ese doble reconocimiento debe empezar las negociaciones sobre las soluciones que reclama el país. Sería un error de la oposición repetir lo que se hizo tras el golpe contra Chávez en 2002: empezar a desmantelar la institucionalidad vigente. Algunos análisis este mismo lunes de líderes de la oposición apuntan en esa dirección -cambiar, en caso de que la mayoría parlamentaria lo permitiera, todos los cargos posibles, construyendo un “dique” opositor al gobierno de Maduro-. Algunos parece que no aprenden nunca.

Con urgencia, esas soluciones compartidas pasan por la subida del precio de la gasolina, repensar el gasto público, lucha contra la corrupción, perseguir el acaparamiento y la subida artificial de precios (ahí la oposición puede hablar con los empresarios importadores, principales responsables de este problema), regulación radical del control de cambios (la oposición debe presionar allí donde el gobierno solo no pueda) y establecimiento de una base productiva que se emancipe de la renta petrolera. Sobre esos asuntos gobierno y oposición debieran encontrar acuerdos firmes. Y eso será posible si la oposición escucha las necesidades de Venezuela, no los mandatos de los Estados Unidos ni de las empresas extranjeras que buscan volver a hacer del país caribeño un puerto de las nuevas prácticas piratas. Es un buen momento para ver si, por fin, la derecha venezolana está dispuesta a apostar por su país.