Paquita Armas Fonseca - http://www.cubadebate.cu/opinion/2016/01/11/victor-hugo-morales-la-derecha-ha-entrado-con-una-furia-atroz/#.VpVJZE_KMxw
Una nota en Facebook de Julián Capasso, periodista y productor de La mañana, me golpeó con la noticia de que Víctor Hugo Morales había sido expulsado de ese programa y de Radio Continental.
Él lo esperaba. En un mensaje del seis de enero me decía “la derecha ha entrado con una furia atroz, un revanchismo galopante, una crueldad diabólica, un egoísmo al uso nostro, y a mí no me queda demasiado en estas circunstancias. Sé que molesto más de lo que yo mismo pensaba y prontamente espero malas noticias. Eso se banca bien, claro son los riesgos de la profesión” y terminaba con un gran abrazo, como hace desde que me concediera una entrevista en marzo del pasado año.
Vi en Telesur la posición digna de Victor Hugo ante los enviados de
Mauricio Macri para quitarlo del medio por ser un periodista que está de
parte de la justicia. En Twitter mi amigo uruguayo argentino escribió
“Esto es lo que necesita la derecha política: silenciar voces. Desde hoy
no tengo + programa” y agregó “El poder de las corporaciones en el
gobierno avanza contra la libertad de expresión. La democracia está en
jaque. Por eso al ganar la derecha decidí quedarme aun sin convenirme.
Quieren disciplinar al periodismo persiguiendo a alguien que les molesta
demasiado.”
Sobre por qué estaba Telesur en la emisora, Victor Hugo explicó que
fue temprano para un programa sobre el primer mes de Macri. “Después de
llegar, me llegó una versión de lo que estaba sucediendo y efectivamente
lo pudimos comprobar abajo. Está la gente de Telesur que venía para
hacer una nota sobre el mes de Macri. Los había citado a las 7.30 de la
mañana. Hasta estoy afeitado y peinado de manera televisiva. Y luego
comencé a sospechar, por experiencia, porque ya me echaron de la radio,
que me estaban tendiendo una especia de trampa. La habitual que se hace
cuando no quieren que un profesional siga en un lugar”, explicó.
Y detalló: “Abajo me estaban esperando con escribano y evidentemente
con fuerzas de seguridad o con esas personas que te impiden entrar si te
ponés muy pesado. Y me quedé acá arriba. En un momento vino a buscarme
un directivo de la radio. No me pudo decir la verdad. Me dijeron que
querían hablar conmigo. Me dijeron que querían hablar ‘por lo de Closs’.
Eso puede esperar les digo. Pero ese corroboraba que me quería echar”.
En un comunicado, Radio Continental informó que “desde hoy dar por
finalizado el vínculo contractual con Morales, quien conducía los
programas “La Mañana” y “Competencia”, debido a “reiterados
incumplimientos contractuales que alteraron el normal desarrollo de las
emisiones”.
Estos incumplimientos, estoy segura, se vinculan, entre otras
acciones emprendidas desde la izquierda por el estelar periodista, a
Telesur con programas como De zurda, De chilena o La entrevista decide.
Si los dos primeros fueron dedicados al fútbol, aunque llenos de
análisis sociales y contra la corrupción de la FIFA, el tercero fue
dedicado a los procesos electorales por la presidencia en Argentina y
por los diputados en Venezuela.
A esos espacios Víctor Hugo llevó artistas, deportistas y políticos
de centro, derecha e izquierda, con los que sostuvo conversaciones
siempre inteligentes y algunas muy polémicas por las concepciones de su
entrevistado(a).
De Cuba, temprano recibí este correo de Fidel Díaz Castro, el director de El Caimán Barbudo,
“Paca, si dios no existe, se le fue la mano a Lezama con el azar
concurrente. Me he pasado el domingo escribiendo un guión sobre fútbol
que cierra con un homenaje a Víctor Hugo Morales (te adjunto el guión),
haciendo pre ediciones, incluso de una entrevista a él.
Recuerdas que tengo su libro Audiencia con el Diablo que (gracias a
una amiga argentina) lo tengo dedicado por él. Como verás en el guión
(que lo que hago en él es apuntar las ideas pues después lo improviso)
hasta me refiero a sus broncas con Clarín.
Quiero que le pases mi mensaje de solidaridad, y este correo incluso y
le preguntes si el libro está en PDF y si quiere que lo pasemos a los
joven club para que quienes quieran en Cuba lo puedan leer Por si él
quisiera tener señas del programa, pásale estos links, que ahí hay
ediciones de 15 minutos de varios programas.
www.la pupila.cu
www.facebook.com/lapupilaasombrada
lapupila@entumovil.cu
www.eldiablo-ilustrado.blogspot.com
www.lapupilainsomne.wordpress.com”
A su vez la locutora e investigadora de la radio, Josefa Bracero, me
mandó estas líneas “Para el colega Victor Hugo Morales. Un micrófono se
cierra. Se abrirán otros y la verdad en tu voz acrisolada recorrerá el
mundo.”
Y por supuesto, Macri y su camarilla tampoco deben ver con gusto, la
admiración y el amor que siente Victor Hugo por Cuba. Esta es la
entrevista que me concedió en marzo del 2015:
Víctor Hugo Morales: Cuba es parte integral de mi vida
Estas respuestas me llegaron el 14 de marzo. Fue un buen regalo en el
Día de la prensa, porque Víctor Hugo Morales es hoy una suerte de ícono
en la narración de fútbol. Para algunos especialistas es el mejor de
Iberoamérica en ese deporte. Cubanas y cubanos pudimos disfrutar de su
buen decir gracias a Telesur. Primero fue Voces de Cambio y luego De
zurda, otro proyecto de esa cadena, que nos hizo más cercano a Río de
Janeiro con su Copa Mundial y nos permitió además ver las jugadas con
“los ojos” de Diego Armando Maradona.
Pero el uruguayo argentino es más que un narrador, es un hombre de la
radio, de la televisión, un periodista de altura y un latinoamericano
convencido de que la unidad desde el Río Bravo hasta la Patagonia, es lo
único que logrará la verdadera independencia de esta parte del mundo.
—A los 15 años le dijeron que el fútbol no era lo suyo ¿Qué significó
para el adolescente aquella opinión? ¿Habría tenido otra vida de ser
futbolista?
—Creo que yo sabía de antemano que no sería futbolista profesional.
Eso se decanta rápidamente en la niñez. Es imposible imaginar qué
hubiera sucedido, pero tengo la sospecha que no hubiera superado la
felicidad de ser periodista.
—¿Por qué la radio? ¿Cómo llegó a ella? ¿Qué recuerda de esa época en “su pueblito”?
—Es una cuestión generacional, como para un chico de hoy la
televisión y las redes sociales. Era el entretenimiento, lo compartido
en los mediodías y noches con mis padres. El estímulo de la imaginación,
eso tan portentoso. Así que, como me decían que tenía buena voz, me
incliné rápidamente al mundo de la locución en la radio. A los 16 ¡ya
tenía trabajo!
—¿Por qué ha firmado con Radio Continental un contrato que lo convierte, según sus palabras, en “un empleado raso”?
—Los contratos como parte de un negocio son más “presumidos”, tienen
otra categoría porque se discute a partir del interés de la empresa en
contratar a alguien. Este contrato es el común de un empleado, solo
preservando mi absoluta libertad. En buen romance, he renunciado a mis
28 años de “antigüedad” a cambio de una indemnización y contrato nuevo,
que si termina en conflicto, le genera a la radio una gran protección en
caso de iniciar yo un litigio judicial.
—¿Se fue obligado a Argentina? ¿Por qué?
—Las circunstancias lo aconsejaban. Eran tiempos de una dictadura en
Uruguay la cual, como lo demostrarían años después los archivos secretos
de la misma, revelados por el gobierno actual, me seguían, criticaban,
observaban, y debo pensar que, cosas que ocurrieron (cárcel por un tema
menor durante un mes, prohibición de entrar a las canchas, llamados de
atención) habían agotado la relación.
No eran decisiones directas de ellos, pero yo sabía, todos sabíamos,
que esas cosas no podían suceder sin que ellos lo aceptaran o lo
digitaran. Estando detenido por una pelea en un partido de futbol de
muchachos, me visitaron colegas de Argentina y me ofrecieron trabajar en
este país. En esa condición decidí partir. Es verdad que había otra
dictadura, pero la de Argentina, declinaba en el 81 y era empezar la
relación de cero.
—¿Qué sucede cuando se enfrentan Uruguay y Argentina?
—Agradezco mucho que los argentinos acepten con naturalidad que mi
preferencia siempre es la camiseta de Uruguay. No se es bien nacido si
se traicionan las raíces. Pero luego viene en un plan afectivo muy
profundo todo lo que se refiere a la Argentina.
—¿Qué tiempo estuvo sin escuchar su narración del gol de Diego
Armando Maradona en México 86? ¿Por qué ha dicho que “fue el último gran
campeonato del mundo”?
—Unos años. Me provocaba un cierto pudor. En la trasmisión del
partido entero, voz e imágenes, el cual está en mi página, se aprecia
como ya, aquel día, yo ofrecía disculpas por el desborde emocional que
había ocurrido durante el relato de ese gol. Fue un momento de cierta
locura por la concurrencia de varios factores.
En cuanto a la calidad, el del 86 fue el torneo que tuvo mayor
cantidad de buenos equipos. Había diez seleccionados por los menos en
condiciones de ganar el Mundial: Brasil, Alemania, Uruguay, Bélgica,
España, Unión Soviética, Inglaterra, Francia, el propio México que armó
un gran equipo. Eso no se ha repetido. La calidad de muchísimos partidos
es inolvidable.
—¿Qué lo une al Pibe de Oro además del fútbol?
—La gratitud. Ha sido la mayor fuente de inspiración para mi trabajo.
El respeto, porque pudiendo darse a los poderes, está siempre enfrente
de ellos. En síntesis: un gran amor por un hombre especial, lúcido como
pocas veces he visto. Y un coraje, en el error o el acierto, a partir de
sus convicciones.
— ¿Qué ha significado De zurda en su carrera?
Cubanas y cubanos pudimos disfrutar de su buen decir gracias a
Telesur. Primero fue Voces de Cambio y luego De zurda, otro proyecto de
esa cadena, que nos hizo más cercano a Río de Janeiro con su Copa
Mundial y nos permitió además ver las jugadas con “los ojos” de Diego
Armando Maradona.
—Lo primero que rescato, y la voy a sorprender, fue entrar a Cuba.
Fue estando aquí en algún viaje, cuando, al ver la fuerte presencia de
Telesur, me imaginé en su pantalla para llegar a los cubanos. Cuba es,
para mi generación, la más alta, la más emocionante de las banderas en
la construcción del mundo soñado.
En la curva de mi vida hacia el ocaso, aún más fuertemente. Porque he
aprendido que algunos reparos eran el fruto de mi formación burguesa
ese ámbito donde se habla de libertad tan solo como la manera de hacer
negocios. La verdadera libertad del hombre no es posible sin igualdad.
Me fui algo lejos. Pero De Zurda es antes que nada, estar en Cuba,
esa tibieza, nada menos. Y es Diego, y es América Latina. Un gran
pretexto es el futbol, y lo es Diego para hablar de los sueños de
emancipación e igualdad.
—¿Quién es “el Mesías”? ¿Por qué?
—Lo digo de Messi, jugando con su apellido y con la condición de sucesor de Maradona. Este es el Dios, y Messi, su enviado.
—De los miles de goles que usted ha narrado ¿Cuáles tres les resultan especiales?
—Final del Mundialito en Uruguay ante Brasil, anotado por Victorino. Y
los de Diego, en especial los del 86, y el del 94 a Grecia, el relato
más perfecto de mi vida. Tengo aprecio, aunque le parezca insólito, por
el gol con la mano a Inglaterra. Es por el orgullo que me provoca que
aun siendo gol argentino, de Diego y contra Inglaterra, dije las cosas
tal como sucedieron. El periodista no se traicionó con la emoción o la
conveniencia
—¿Qué opinión le merecen los premios? ¿Por qué nunca ha recogido los Martín Fierro?
—Si naciera de nuevo y tuviese personalidad, no aceptaría ninguno. No
creo en ellos. El Martín Fierro es algo que se acomoda a
circunstancias, intereses, lecturas del momento. Un día, muy al
principio me advertí eso y no fui nunca más. Cuando debo aceptar otros,
pagaría por no hacerlo.
Es distinto el tema de las distinciones. El reconocimiento no
competitivo con otras personas tiene otra dimensión para mí. Los valores
y el servicio que alguna vez hayamos podido prestar, reconocidos, son
un estímulo. Es difícil pensarnos en hacer algo sin aspirar a un cierto
reconocimiento. Los que hayan logrado eso, ya son seres superiores, pero
no lo sabemos justamente por eso.
—En algún momento ha confesado que ama la información general “Me
importa el mundo, la vida, la cultura, las luchas del hombre, y el
deporte, claro”. ¿Es esa cultura general lo que posibilita ser un buen
narrador deportivo?
—Yo no soy un hombre culto. Pero siento un profundo amor por la
cultura. Y eso es curiosidad, búsqueda, hambre. En ese camino, uno es un
poco mejor, haga lo que haga. El narrador usa muchas herramientas casi
todas físicas, si lo asisten otros valores provenientes de la lectura,
de las artes, al enriquecer su vocabulario, crece la calidad del
pensamiento. Eso es lo que persigo, aunque nunca se llegue al horizonte.
—En 1998 publicó Un grito en el desierto. ¿Por qué ese tema? ¿Y cómo nació Audiencia con el diablo?
—Para Cuba sería más interesante Un grito…, una enérgica
confrontación con el neoliberalismo, escrito en el año 97 cuando
América, salvo Cuba, había caído en la más pavorosa ausencia de
soberanía.
Audiencia… es la consecuencia de la misma lucha, pero encarada
respecto a los medios de comunicación dominantes, la peor lacra, la más
repugnante mentira del mundo. El hombre más poderoso de la Argentina, un
tétrico personaje de apellido Magnetto, me hizo un juicio por mis
supuestas injurias. Pero no se presentó cara a cara. Se quedó en la
habitación de al lado de la jueza. El libro hace catarsis sobre lo que
hubiera querido decirle si lo tenía enfrente.
—¿Se ha visto tentado a escribir pura ficción?
—Me gusta escribir. Me deslizo a veces hacia ciertas formas de
ficción para mejorar la realidad de mis ensayos, pero no se me ocurren
novelas ni cuentos. Ya estoy apto para aceptar que debo asumir lo del
futbolista a los 15 años.
—No maneja su cuenta Twitter, ni se aferra al correo electrónico, ni
al celular. ¿Qué piensa, entonces, sobre “el fin de la radio, la TV y el
cine” como los conocemos hoy, y de la desaparición del papel según
algunos?
—Me provoca melancolía anticipada. La misma que siento por las cartas
de puño y letra, por las novelas que escuchaba con mis padres. Tengo
una cierta inquina contra el progreso. Agudiza las injusticias. Ese
recelo, y otras características, me dejan un poco afuera del mundo. Pero
no siento que me pierda nada.
—¿Cuándo llegó Cuba a sus oídos? ¿Y cuándo pisó su suelo por primera vez?
—Cuba es desde el 59 y los años 60 parte integral de mi vida, de la
de toda mi generación. La bandera, el sueño. La influencia en nuestras
elecciones políticas. El grito interior de los vulnerables. Vine por
primera vez a fines de los 90. Y luego, felizmente, en varias ocasiones.
—¿Qué le falta por hacer a ese “hombre, a veces estupendo, y a veces deplorable” que, según usted, es Víctor Hugo Morales?
—”Deplora” haber dicho que a veces es “estupendo”. Y saliendo de la
tercera persona, creo que no me falta hacer nada que valga la pena para
los demás. Quizás hay algo pero, ahora mismo, no se me ocurre.
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