Tres peligros se advierten en el horizonte
inmediato: la naturalización social del estado actual de cosas y el
consiguiente desánimo para cambiar la realidad; la despiadada ofensiva
represiva contra la juventud en sus diversas expresiones, y finalmente, las
dificultades que habrá que atravesar para estrechar filas en torno a la
construcción de un gran frente de masas que tenga su expresión electoral
en el 2017.
(A Juana Amaya, que andará por los
cielos de su amado pueblo)
El
cuadro de situación no puede ser más desolador. Y encima se nos fue la heroína
militante que fue y será Yeni Amaya.
Cuesta
aferrarse a un brote de esperanza que venga del macrismo gobernante,
sencillamente porque no hay ni habrá tal brote. Por este camino agrietado, más
tarde o más temprano, nos caeremos todos, sin haber conocido la tan meneada
“avenida del medio”.
Advertimos
tres peligros en el horizonte inmediato: la naturalización social de este
estado de cosas y el consiguiente desánimo para cambiar la realidad; la
despiadada ofensiva represiva contra la juventud en sus diversas expresiones y
finalmente, las dificultades que habrá que atravesar para estrechar filas en
torno a la construcción de un gran frente de masas que tenga su expresión
electoral en el 2017.
Todos
los demás peligros, que los hay y muchos, son reversibles en el mediano plazo.
Pero si no sorteamos exitosamente estos tres peligros, iremos de tumbo en tumbo
mientras la derecha seguirá avanzando contra los intereses del pueblo y la
nación.
Vamos
por parte.
*Hay
que estimular permanentemente la necesidad vital de la sociedad en cuestionar
todas y cada una de las medidas con que el gobierno neoliberal pretende cortar
de cuajo todo vestigio de país solidario, inclusivo, soberano y justo. No hay
que acostumbrarse a la tristeza y la melancolía porque terminaremos todos
locos. No hay que acostumbrarse al paisaje gris de los comercios y las calles
vacías. No hay que acostumbrarse a que nos digan que somos un país integrado al
mundo a cambio de entregar Malvinas. No hay que acostumbrarse al espectáculo
obsceno de ver un presidente que actúa de pasajero de un bondi inexistente. No
hay que acostumbrarse a vivir sin trabajo, sin educación, sin salud, sin
salarios dignos, sin jubilaciones decentes. Hay que pegar el grito en el cielo
ante cada injusticia, antes que el mismo cielo se desplome sobre todos nosotros
para pedirnos que rindamos cuentas ante la historia reciente que supimos
construir con Néstor y Cristina. El trabajo ciudadano, el alerta temprano de
los vecinos, la jornada pedagógica de la militancia, allí donde se manifiesten,
es imprescindible para la tarea de impedir que nadie quede dormido en medio de
este combate en paz por una democracia justa. Si así no resultara, tendremos
nuevamente cien años de soledad atravesando desiertos y derrotas.
*Hay
otra necesidad vital en estos días que corren: construir un verdadero cordón
sanitario político y cultural que proteja y defienda a nuestros pibes y pibas
del acoso permanente de la represión ordenada y/o consentida por los
gobernantes, evitando que los jóvenes vuelvan a dispersarse en el caldo del
miedo que generan las políticas de seguridad basadas en la represión lisa y
llana. No son hechos aislados los que vienen ocurriendo con los pibes y con los
sectores que se movilizan en defensa propia, sino parte de una política que
busca romper con el núcleo duro que emergió en estos últimos años y que se
expresa en la participación de los jóvenes en política. Si el neoliberalismo
asalta esa ciudadela de amor y rebeldía, todo estará perdido. Por eso, ante
cada manifestación juvenil, del sector que sea, los sectores populares deberían
estar a la altura de las circunstancias protegiendo el presente y el futuro de
esta patria que, justamente, siempre será una patria joven. El caso de los
pibes de La Garganta Poderosa es un caso testigo. Pero no es el primero y
dolorosamente, habrá que admitir que quizá no sea el último. Los legisladores
nacionales y provinciales deberían ser los primeros en estar atentos para estar
presentes allí donde se los requiera estén. Ellos, los legisladores, son los
únicos representantes institucionales que hoy tiene este pueblo que somos.
*Finalmente,
y para poder construir un nuevo Frente social, hay que saber escuchar, leer,
releer, discutir, reflexionar cada uno de los conceptos vertidos por la
Presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante todo este año y muy
especialmente en el acto de Atlanta convocado por esa militancia radical
consecuente con las mejores tradiciones del Yrigoyenismo y el Alfonsinismo.
Esas reflexiones deberán a su vez estar en sintonía con las verdaderas
angustias económicas que hoy sufre nuestro pueblo y que, proyecto oficial de
Presupuesto 2017 mediante, se van a ver agravadas en caso de reafirmarse este
modelo económico en el Congreso.
Una
cosa es segura: no habrá Frente común sólo con el Kirchnerismo, pero tampoco lo
habrá sin el Kirchnerismo. Es decir, no habrá Frente Ciudadano, o como
finalmente se llame, sin valorar la última experiencia histórica protagonizada
por el conjunto de la sociedad, con Néstor y Cristina como Presidentes. No
habrá Frente popular destiñendo la práctica concreta que ejerció nuestro pueblo
en los últimos años. Sin sectarismos, habrá que evitar la des-historia de los
análisis presuntamente neutrales so pena de caer en un injusto punto cero que
nos retrasará otro siglo. Y así como en los setenta se reconstruyó el
Movimiento popular rescatando lo mejor de los años del peronismo de 1945 a 1955
y en el amanecer de este siglo nos iluminó Néstor Kirchner rescatando lo mejor
de la generación diezmada, esta vez tendremos que reinventarnos rescatando lo
mejor de los últimos 12 años de kirchnerismo. No hay política sin historia y no
hay historia sin memoria.
A
esta altura Usted preguntará quizá, si no creemos que si le va bien a este
gobierno le va a ir bien al país. Y no; no creemos en esa falsa postura de lo
“políticamente correcto”.
Veamos
algunos fundamentos de la crisis provocada por el macrismo que abonan nuestra
afirmación:
1.-
La apertura indiscriminada de importaciones terminará barriendo con el empleo
argentino y con los cimientos de la industria nacional en todas sus variantes y
mucho más con las pequeñas y medianas empresas. Se mide hoy en centenas el
porcentaje de productos importados en los rubros de alimentación (verduras,
frutas, cerdo, pollo), línea blanca (heladeras, planchas, lavarropas,
equipos para comercios), muebles para el hogar, vestimentas, etc. Hay rubros
donde la importación crecerá en 2017 a un ritmo de más de 400 % en relación al
ejercicio anterior (2015-2016)
2.-
La salud pública sufrirá recortes presupuestarios del 3,5 % sobre el
presupuesto vigente. Habrá menos vacunas, menos análisis de laboratorios en
salas barriales y los hospitales públicos, menos atención primaria de la salud.
3.-
La educación pública caerá a pique en 2017 con un presupuesto 12, 8 % menor. No
habrá partidas para las becas ni para nuevas computadoras notebooks para los
estudiantes de las escuelas primarias y las secundarias.
4.-
La ciencia y la tecnología, orgullo argentino de los últimos años, se
desplomará del 0,71 % al 0,59 % del total presupuestado.
¿Saben
cuál es el único rubro que crece y se multiplica? El destinado al pago de la
deuda externa con una asignación de 247 mil millones de pesos, contra los 87
mil millones destinados al total de la inversión en salud. El otro rubro
creciente es el presupuesto para el espionaje contra los ciudadanos que
consideran molestos y el gasto en propaganda oficial.
Estos
datos son los mismos que leyeron los mediocres legisladores “opo-oficialistas”
que rápidamente salieron a declarar ante los medios que “este presupuesto no se
diferencia mucho de los anteriores”.
¿Pueden
ser tan hipócritas? Los presupuestos de Néstor y Cristina no
privilegiaban el pago a los buitres ni a una deuda que no contraían, sino a
crear fuentes de empleo, a aumentar, ampliar y profundizar el acceso a la
educación, la ciencia, la vivienda digna y el turismo local, entre otras cosas.
¿Cómo pueden decir que no hay diferencias salvo algunos matices? Hay que
ponerle nombre y apellido a cada una de estas agachadas, llámense Massa,
Bossio, Pichetto o Mongo Aurelio, para recordarlos a la hora que vuelvan a
hablar las urnas y para recordarnos nosotros mismos que el macrismo no hubiese
podido avanzar contra la sociedad como lo hizo sin la colaboración de estos
Cardenales de la política.
En
el estribo: Hay que organizar la esperanza y crear las condiciones para volver
a un país inclusivo porque con este modelo de país que hoy gobierna, visto está
que no entramos todos los argentinos; apenas una parte privilegiada. Y
organizar la esperanza es invertir el tiempo en cuidarnos entre nosotros, los
que seguimos soñando en que si una vez fuimos felices, podemos serlo siempre y
cuando nos lo propongamos.
Como
decía Yeni: No hay que pensar en las listas de los próximos comicios
electorales, sino en la reconstrucción de un gran movimiento popular. Después
hablamos de lo que quieran. Pero vayamos sabiendo que la polarización es
inevitable entre dos tipos de gobernabilidad: o la gobernabilidad de los
mercados o la gobernabilidad del pueblo.
Vos
elegís.
*Periodista
y poeta. Autor del libro Allí va la vida. La masacre de
Margarita Belén, Ediciones Colihue
No hay comentarios.:
Publicar un comentario