viernes, 11 de mayo de 2018
miércoles, 9 de mayo de 2018
CARTA ABIERTA A LOS VOTANTES MACRISTAS ¿ Que más hace falta para reconocer que te equivocaste y pidas disculpas?
Claudio Gastaldi
- http://www.diariojunio.com.ar/noticia.php?noticia=88697
La vuelta del FMI y sus condicionamientos; el regreso de
Domingo Cavallo; la inflación y la recesión juntas; el ajuste permanente;
los despidos constantes como resultado de los cierres de pequeñas y medianas
empresas; palabras como “blindaje” que hacía años no escuchábamos; el dólar
que sube y tu sueldo que baja; el changuito del super que cada vez te cuesta
más llenar; el achique en salud y educación para pagar los intereses de la
enorme deuda externa que este gobierno contrae, etc. etc ¿qué más?, que otro
dato necesitas para saber que te mintieron y que vos te la creíste y, por
tanto, te equivocaste?. Te suena “pobreza 0; la inflación no es un problema;
en Argentina los dólares sobran; habrá lluvias de inversiones; en mi gobierno
los trabajadores no pagarán impuesto a las ganancias; hay que esperar el
segundo semestre…(2016)”. Que tan mal estabas cuando pedías un cambio? No me
vas a decir que de nuevo vas a hacer uso de esa paparruchada que sale de la
misma usina “que se vayan todos” como forma de exculparte y exculpar a los
delincuentes que usan, ellos sí, la política para enriquecerse. Pedile
disculpas a tus conciudadanos, es lo mejor que podes hacer para enmendar tu
enorme error. Se humilde por una vez para no seguir haciéndote daño a vos y a todos.
Concluí en que fuiste un ignorante o que padeces de mala memoria, no se, algo
de lo que te tengas que hacer cargo para terminar ya con esa historia de
echarle siempre la culpa a otros de tus errores. Es fuerte lo que digo ya lo
se, pero mucho peor era cuando vos nos acusabas a todos los que te alertábamos
de esto, de ser chorros.
Comprendes el alcance de tu “responsabilidad
ciudadana”?
No te da cosa pensar que a pesar de todo lo que te dijeron
acerca de lo que iba a pasar si esta gente llegaba al gobierno, vos los votaste
igual, desoíste a tus cercanos a los que tienen una historia de luchas, de no
callarse, de pelear contra viento y marea a favor de los que menos tienen y
preferiste la opinión de gente que te mintió siempre, los mismos que ya le habían
robado a este país y a vos o de los arribistas que están siempre donde calienta
el sol del poder, obvio.
No te da cosa saber que tu voto hizo posible que estemos
volviendo a TEMER corralito, estallido, desgracia social, a solo 2 años y medio
¿vas a seguir dándole chances? O vas a aceptar con humildad tu error? Que crees
que le correspondería a un buen ciudadano.
¿Preferís que te diga que fuiste embaucado, que te
creíste el cuento pero vos no tenes nada que ver? O que te digamos la verdad
sobre lo que piensan de vos todos aquellos a los que con tu voto ayudaste a que
hoy la estén pasando mal, muy mal, o acaso no te angustia ver gente comiendo de
los tachos de basura?.
NO ES UN MENSAJE PARA LOS RICOS
Lo que digo aquí no está dirigido a los ricos, a los que
idearon este nuevo asalto a los bienes del Estado, a los que históricamente se
han apropiado de la riqueza del país ni tampoco lo dirijo a aquellos que sin
pergeñar nada, ni ser responsables de ninguna política pública, defienden y con
todo derecho sus intereses de clase.
No les hablo a ellos, los sectores más favorecidos de la
sociedad hacen la suya y no discuto eso, no les puedo pedir que hagan algo
contra sus intereses, me dirijo a vos laburante, a vos que tenes un comercio y
ganaste dinero a lo pavote en los 12 años de gobierno kirchnerista .
A vos que te creíste que ganabas plata así porque eras un
capo de los negocios. NO, sabelo, no la hacías por ser un capo, sino porque
había un gobierno que ponía plata en manos de los pobres que nunca la habían tenido
e iban a comprarte a vos, porque los pobres igual que vos, no la llevan a
paraísos fiscales, la dejan aquí, en su pueblo, en su país.
Te hablo a vos pequeño industrial, productor de nuestros
frutos, a vos que no tenes 10 mil hectáreas, ni perteneces a familia de
abolengo (si se puede decir), a vos que la hiciste de abajo, con esfuerzo ¿Qué
te pasó que de pronto te pusiste del lado de los que siempre te jodieron?
O acaso no te acordás de Cavallo, de Martinez de Hoz, de
Sturzeneger, de los repugnantes negociados de la familia Macri en tiempos de la
dictadura y el menemismo.
No aprendiste acaso que los dictadores mataron,
secuestraron y encarcelaron para que los dueños del país nos dejaran con una
deuda externa impagable para que toda esa guita pase a sus manos. No te acordás
que después de eso vino la hiperinflación porque a Alfonsín le dejaron un país
en llamas.
No te acordás acaso de los 10 terroríficos años de Menem y
esa troup de ladrones que saquearon este país y dejaron una bomba que el
pusilánime de De la Rua no solo no supo desactivar sino que agudizó la
desgracia por profundizar en esa línea o acaso no te acordás que Cavallo fue el
súper ministro de ambos y que ahora está volviendo.
Tanta, tanta, tanta, puede ser la estupidez humana? O acaso
se te pasó por alto que justo luego de que llegaran los Kirchner el país empezó
a cambiar y a mejorar tu situación y la de todos…
Por todo esto es que afirmo que ya no se arregla con decir
que te engañaron, ya no, porque además vos fuiste uno de los miles que salieron
a repetir que se robaron todo, sin saberlo, porque no tenías ninguna prueba
para afirmarlo, pero militantemente fuiste cómplice y lo seguirás siendo en la
medida en que no salgas a pedir disculpas.
Fuiste cómplice de una difamación fenomenal que solo tenía
como objetivo echar a los que habían recuperado este país de las garras del
FMI, del Banco Mundial y de los buitres, para que los que están ahora nos
metieran de lleno en el tren fantasma.
QUE ME CONTAS AHORA
DE LA YEGUA QUE SE LA ROBO TODA??
Te acordás cuando repetías la difamación de Lanata sobre que
la yegua tenía los dólares en las islas Seychelles ¿ vas a pedir
disculpas?; no te arrepentís de haber asegurado (como si te constara) que la
plata los Kirchner la tenían en las bóvedas del sur?; que me contás de las
retroexcavadoras que removieron toda Santa Cruz para encontrar los dólares
escondidos, tenés algo para decirnos de eso, o seguís esperanzado en
encontrarlos, la esperanza con la que seguís apostando al segundo semestre
porque hay que darle más tiempo.
Te preguntaste acaso porque la mayoría de los presidentes y
políticos neo-liberales de Argentina y América Latina están cayendo como moscas
por coimeros (Odebrecht) y de Cristina no hay nada?
No encontraron nada allá, ni aquí ¿Dónde está entonces la
montaña de dólares producto del robo a las arcas públicas de la supuesta jefa
de la asociación ilícita?
No te ha nacido aún la “mala espina”, tenés mala espina para
todo menos para esto? No se te cruza la idea de que no solo te mintieron, sino
que te mintieron para esquilmarte.
Y de la plata que tenían los Kirchner, Máximo y la flia. en
los paraísos fiscales? Me podes pasar algún dato sobre el particular, o tampoco
lo tenés. Y si no los tenés, no te da vergüenza haber lapidado a una presidente
que fue elegida dos veces y la última por un porcentaje que pocas veces alcanzó
un presidente y a toda su familia? No te parece infame y repugnante que el jefe
de esa familia se haya muerto en el medio de sus funciones como líder político
y que una personaje que quizá vos miras por TV haya tenido el tupé de afirmar
que no estaba en el cajón.
No te parece asqueroso humanamente haber participado de esa
inmundicia para lograr esto?
Te preguntaste porque ese ODIO que te producían
todos esos supuestos hechos de corrupción cuando se trataba de ella, no logró
la misma potencia cuando te enterabas que el presidente que vos votaste para
deshacerte de la yegua, había fugado dinero, tenía cuentas offshore y plata
negra de él y su familia y que pasó por encima de la ley para blanquear sus
chanchuyos y que se quiso condonar una deuda con el Estado de 70 mil millones
de pesos.
No quiero que pienses que me alegra agredirte, te equivocaras
nuevamente si lo pensás así, me duele tener que escribir todo esto, preferiría
no hacerlo porque además en estas líneas hablo de gente muy cercana, gente a la
que quiero y no comprendo, gente que en los pasados años se hizo rica y a pesar
de eso vomitaba odio contra quien lo había habilitado.
No lo hago para agredir, lo hago para zamarrear conciencias,
para producir un clic, para obligar a pensar, y para que los que piensan como
yo y hasta ahora no se animaban a decírtelo por pudor, se animen porque esta
situación ya no da para más y antes que el daño se profundice y sea peor, que
por lo menos cada uno de los que se sienten tocados por esta reflexión nos
ayuden esta vez a impedir otro 2001.
martes, 1 de mayo de 2018
26 de abril de 1879: los pueblos indígenas no olvidamos
ElOrejiverde - http://www.elorejiverde.com/el-don-de-la-palabra/4125-26-de-abril-de-1879-los-pueblos-indigenas-no-olvidamos
Hace 139 años Julio Roca y las tropas del Ejército iniciaban
la autodenominada “conquista del desierto”, consumación de un genocidio aún no
reconocido por el Estado argentino
Los miles de Soldados del Ejército Expedicionario al Río
Negro que esa mañana del 26 de abril de 1879 estaban acantonados en el
Campamento General en Carhué dispuestos a iniciar tres días después la marcha
hacia los territorios de las comunidades indígenas libres con el objetivo de
tomarlos, escucharon la Orden del Día del general Roca.
“Cuando la ola humana invada estos desolados campos que ayer
eran el escenario de correrías destructoras y sanguinarias para convertirlos en
emporios de riqueza y en pueblos florecientes (...) extinguiendo estos nidos de
piratas terrestres y tomando posesión real de la vasta región que los abriga
(....) trazando con vuestras bayonetas...”.
La arenga procuraba estimular a los soldados contra los
“salvajes·:
“En esta campaña no se arma vuestro brazo para herir
compatriotas y hermanos extraviados por las pasiones políticas o para
esclavizar y arruinar pueblos o conquistar territorios de las naciones vecinas.
Se arma para algo más grande y noble; para combatir por la seguridad y
engrandecimiento de la Patria, por la vida y fortuna de millares de argentinos
y aún por la redención de esos mismos salvajes que, por tantos años librados a
sus propios instintos, han pesado como un flagelo en la riqueza y bienestar de
la República”.
En el mensaje Roca insiste con las ideas de salvajismo y
barbarie, y la necesidad de eliminar esa forma de vida:
“Dentro de tres meses quedará todo concluido. Pero la
República no termina en el río Negro: más allá acampan numerosos enjambres de
salvajes que son una amenaza para el porvenir y que es necesario someter a las
leyes y usos de la nación refundiéndolos en las poblaciones cristianas que se
han de levantar...”.
“Consideraré siempre como el timbre más glorioso de mi vida
haber sido vuestro general en jefe en esta gran cruzada inspirada por el más
puro patriotismo, contra la barbarie”.
No importaron las decenas de tratados firmados, ni la
voluntad expresa de los caciques de convivir con la nueva sociedad en
formación, ni siquiera las voces disidentes que se levantaron desde la misma
Buenos Aires ante la expedición aniquiladora que se preparaba. Considerados
como “salvajes”, “bárbaros”, “piratas terrestres” y demás insultos con que se
acostumbraba a discriminar y segregar desde los centros de poder por aquellos
años a los hermanos indígenas, el clima exterminador que se fue creando contó con
referentes ideológicos como Estanislao Zeballos que hicieron época con sus
afirmaciones:
“Felizmente, el día de hacer pesar sobre ellos la mano de
hierro del poder de la Nación se acerca [...] los salvajes dominados en la
pampa deben ser tratados con implacable rigor, porque esos bandidos
incorregibles mueren en su ley y solamente se doblan al hierro”
Todo contribuyó para que la maquinaria “redentora” por la
sangre y su consecuencia inmediata, el despojo de los territorios, se pusiera
en marcha de manera irremediable.
“Sellaremos con sangre y fundiremos con el sable, de una vez
y para siempre, esta nacionalidad argentina, que tiene que formarse, como las
pirámides de Egipto y el poder de los imperios, a costa de la sangre y el sudor
de muchas generaciones” (General Roca, 1880)
Por qué fue un genocidio
Las políticas estatales llevadas a cabo por el Estado
Nacional desde 1820 en adelante y con el clímax de las autodenominadas
“conquistas del desierto” (1879-1885) y “del Chaco” (1870-1899) constituyen
claramente un genocidio, dado que existió la voluntad política y militar de
exterminar a los pueblos indígenas más allá de que esos objetivos no pudieron
ser totalmente cumplidos.
Sin embargo la cantidad de matanzas llevadas a cabo y las
cuantiosas pérdidas de vidas humanas provocaron el aniquilamiento y dispersión
de decenas de comunidades, provocando una destrucción cultural sin precedentes
en la historia argentina, solo comparable con el exterminio de culturas durante
la conquista española.
El Estado argentino no ha reconocido aún esta figura legal
perpetrada contra los pueblos indígenas durante el siglo XIX, así como lo ha
hecho sin embargo con sucesos mucho más recientes como los crímenes de lesa
humanidad cometidos durante la última dictadura militar 1976-1983 en los marcos
del Terrorismo de Estado.
Desconocemos los motivos por los cuales esta deuda para con
los pueblos indígenas aún no ha sido saldada -imaginamos algunos- pero en todo
caso ella engrosa la nómina de crónicas postergaciones como la restitución de
tierras y territorios, entre muchas otras.
Desde algunos sectores se niega el genocidio de los pueblos
indígenas y se niega que el general Roca lo haya llevado a cabo. Entendiendo
por genocidio a “cualquiera de los actos implementados con la intención de
destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o
religioso”, debemos decir que infinidad de alocuciones, escritos, declaraciones
y finalmente los propios hechos consumados, confirman esa voluntad que el
Estado argentino tuvo hacia los pueblos indígenas de Pampa. Patagonia y Chaco,
con un claro punto de partida en 1820 con el gobernador Martín Rodríguez.
A partir de ahí y más allá de interregnos de negociaciones y
status quo, el Estado argentino llevó a cabo campañas militares en una escalada
que se extendió durante casi sesenta años y que fue diezmando a las comunidades
hasta que el general Roca, violando los tratados suscriptos con los principales
caciques y desconociendo la voluntad de estos por la coexistencia con la nueva
sociedad, decide –con la anuencia del Congreso- la toma por la fuerza de los
territorios indígenas.
Esa campaña (1879-1885) que ni los presidentes Mitre y
Sarmiento se habían decidido a realizar, señala a Roca como el que encarnó y
consumó un genocidio que aún hoy está vivo en la memoria de los descendientes.
Todas las justificaciones políticas, económicas, militares,
religiosas y demás que esgrimen los partidarios de la autodenominada “conquista
del desierto” y los eufemismos utilizados como “conflictos de culturas” son
encubrimientos que intentan ocultar lo inocultable: el despojo de los
territorios a los pueblos originarios y la destrucción de sus formas de vida.
Ni siquiera alcanza el argumento respecto a la no
pertinencia de aplicar en forma retroactiva el concepto de “genocidio”,
teniendo en cuenta que la misma Organización de las Naciones Unidas ya ha
expresado la propiedad de su aplicación en casos como el holocausto perpetrado
por los nazis entre 1938 y 1945 o el exterminio llevado adelante por los turcos
en Armenia entre 1915 y 1917.
Algún día el Estado argentino saldará también esta deuda, lo
que nos posibilitará seguir madurando y creciendo como individuos y como
sociedad, en una comunidad que viva basada en la justicia, el respeto por el
otro y orgullosa de su diversidad cultural. Por eso un día como hoy no
olvidamos.
lunes, 23 de abril de 2018
Informate antes de hablar de Siria
Juan Manuel Aragón
Un país complejo, rico culturalmente y
polifacético, que se encuentra en el centro de las noticias, las opiniones y
los bombardeos
Para hablar de Siria primero habría que saber que
entre los musulmanes hay sunitas, shiitas, hanafitas, malikíes, partidarios del
hambalismo, mutazilíes, shafíes, yabriyya, jariches, nayadat, azraquíes,
sufíes, zaydi, derviches bohores, drusos, ismailíes, morabitos,
imaníes/duodecimanos, Ahl-i-haqq, yazidíes, qadiriya, rifaiyya, bektashis,
nusayris, juga, zilkibas, muminiyya, wahhbíes, layenes, muridas, tijianes, baye
fall, ahmadías, ahmadiyya muslin yamat, lahore ahmadiyya, salafistas,
takfiristas, salafiyyas, alevistas, bahais, khojas, aictitos, musulmanes
negros, jama at i islami, hermanos musulmanes, nación del islam, mezquita
musulmana, takfir wal hijra y faizrahmanitas. Y aprender las diferencias entre
cada una, digo, para opinar con alguito de propiedad.
También hay que saber qué países en el mundo tienen
la religión musulmana o una mayoría que adhiere al islam. En el África son
Argelia, Benín, Burkina Faso, Chad, Comores, Costa de Marfil, Yibuti, Egipto,
Gambia, Guinea, Guinea-Bissau, Libia, Malí, Mauritania, Marruecos, Níger,
Nigeria, Senegal, Sierra Leona, Somalia, Sudán y Túnez. Otros países tienen una
población musulmana significativa como Camerún, Gabón, Mozambique, Togo y
Uganda. En América Guyana y Surinam tienen una población musulmana significativa
pero no son mayoritarias. En Europa Albania, Bosnia y Herzegovina. En Asia,
Afganistán, Arabia Saudita, Azerbaiyán, Barhéin, Bangladésh, Brunéi, Emiratos
Árabes Unidos, Indonesia, Irán, Irak, Jordania, Kazajistán, Kuwait, Kirguistán,
Líbano, Malasia, Maldivas, Omán, Pakistán, Catar, Siria, Tayikistán, el estado
de Palestina, Turkmenistán, Turquía, Uzbekistán y Yemen. ¿Y Siria?, bueno,
Siria es un estado secular que permite la libertad religiosa, es el único país
de Medio Oriente de habla árabe junto con El Líbano que no tiene una religión
oficial de estado, mire usté qué equivocado que había sabido estar.
En Siria la pertenencia a una comunidad religiosa
es casi siempre determinada por el nacimiento. Según (*) Michael Izady, el 68,4
por ciento de los sirios son musulmanes sunitas, el 11,3 por ciento son
alawitas y 11.2 por ciento cristianos, el 9.1 por ciento son de otras
religiones. Pero no todos los sunitas son árabes, sólo el 60 ó 65 por ciento de
la población. La mayoría de los kurdos, que son el 9 por ciento de la población
también son oficialmente sunitas, lo mismo que los turcomanos, que son el 1 por
ciento de los sirios.
Si quieres hablar de Siria con alguito de
propiedad, primero averiguá que una característica notable de la vida religiosa
en Siria es la distribución geográfica de las minorías religiosas. La mayoría
de los cristianos viven en Damasco, Alepo, Homs, y en otras grandes ciudades, y
un número grande también se ubica en la gobernación de Al-Hasakah, noreste de
Siria, Tartus y Latakia. Casi el 90 por ciento de los alawitas viven en la
costa del país, es decir, en la gobernación de Latakia y la gobernación de
Tartus en las partes rurales de Jabal un Nusayriyah, son más del 80 por ciento
de la población rural de costa. Jabal al-Arab/Jabal al-Druze, una áspera región
montañosa en el suroeste del país, es habitada en más del 90 por ciento por los
drusos; algunas 120 aldeas son exclusivamente así. Los chiítas duodecimanos o
imamíes se concentran en las partes rurales de Homs, además de dos pueblos en
la gobernación de Alepo, pero algunos viven en Damasco. Los ismaelitas se
concentran entre la región de Salamiyah y la de Masyaf en a gobernación de
Hamah; aproximadamente 10.000 son de las montañas de la gobernación de Tartus
en una ciudad llamada Al-Qadmus. La comunidad de judíos sirios ha disminuido
dramáticamente en los últimos 20 años. Algunas estimaciones indican que en
Damasco viven menos de 100 judíos. Hay algunos otras minorías que viven cerca
de Alepo, como son los Yazidis, algunos de los cuales habitan en Jabal Sam an,
cerca de la mitad vive en los alrededores de Amuda en Al-Jazira.
Eso sí, mucho después de haber aprendido estos
datos fundamentales, estudiá un poco de historia, de geografía, de movimientos
sociales, de economía y de política siria. Y al cabo de un tiempo de reflexión,
opiná lo que quieras. Antes es al pedo, es puro palabrerío sentimentaloide.
(*) Michael Mehrdad Izady o Michael Izady (nacido
en 1963), es un escritor contemporáneo, especializado en asuntos étnicos y culturales,
en particular el Gran Medio Oriente y los kurdos. Es hijo de padre kurdo y
madre belga y pasó gran parte de su juventud en Irak, Irán, Afganistán y Corea,
ya que sus padres eran diplomáticos. Es licenciado en Historia, Ciencias
Políticas y Geografía de la Universidad de Kansas, y luego asistió a la
Universidad de Syracuse donde recibió dos maestrías en
teledetección-cartografía y en relaciones internacionales. Recibió su doctorado
en el departamento de lenguas y civilizaciones de Oriente Medio de la
Universidad de Columbia en 1992.
sábado, 21 de abril de 2018
La verdad, un problema político: neoliberalismo y medios de comunicación
NORA MERLIN - https://www.eldestapeweb.com/la-verdad-un-problema-politico-neoliberalismo-y-medios-comunicacion-n42238
El neoliberalismo sólo es posible con represión y producción de “verdades” autoritarias, ambas modalidades violentas de imposición. Esta clase de verdad, estrategia privilegiada de los medios de comunicación concentrados, implica una violencia simbólica e imaginaria que daña la democracia. El poder impone sus certezas manipulando la libertad de elección de los ciudadanos y cercena el derecho a la información verídica, transformando la cultura en un totalitarismo de la significación.
La apropiación de “la verdad” es el “modus operandis” empleado por los medios de comunicación corporativos en toda la región. Un despliegue de espectaculares puestas en escena junto con un “sinceramiento” de la supuesta corrupción de líderes y gobiernos populistas, proveniente de fuentes falsas e indicadores tergiversados. Operaciones que incentivan la hostilidad entre semejantes y profundizan la división social, conformando relatos cuyo objetivo es justificar la persecución y el desprestigio de los adversarios.
Con este propósito disponen de un aparato de imposición de “verdades”: compran los servicios de profesionales de informática y marketing, contratan “intelectuales” y periodistas “neutrales e independientes”, que justifican cada medida de gobierno y condicionan las decisiones de los jueces. Todo un aparato irresponsable carente de escrúpulos y vergüenza, cuya función es engañar para dominar voluntades buscando la aceptación de medidas antipopulares.
Los mensajes que emiten poseen un componente argumental o ideacional y otro afectivo, consistiendo este en la apelación a la indignación, el temor, el odio y la venganza articulados en un discurso que refiere al mal y al enemigo.
Los medios concentrados de comunicación determinan qué es verdad y qué es mentira, portan sentidos clausurados pretendiendo adueñarse de la significación de palabras que son patrimonio común: justicia, república, democracia, etc. Terminan funcionando en forma totalitaria en contra de la democracia, en tanto se caracteriza como el sistema en el que no hay sentidos clausurados ni verdades últimas o dogmáticas. Una cultura democrática se construye a partir de un debate permanente respecto de su forma de vida, el poder, la ley y el saber. Si una élite corporativa se arroga la propiedad de la verdad, la vida en común se transforma en totalitaria y en la administración de un saber dogmático cuyos contenidos responden a los intereses de ésos propietarios: los “señores del poder” con su supuesta objetividad pretenden imponer una verdad autoritaria. Concluimos que la verdad establecida y naturalizada en lo social depende de las relaciones de poder y dominación. Cuando un gobierno además de instalar sus dogmáticas certezas o verdades autoritarias utiliza la mentira, falsea datos y recurre a la censura limitando la pluralidad de información, se opone a la emergencia de lo que definimos como “verdad democrática”, herramienta fundamental del espacio público.
La vida democrática requiere la necesidad de cotejar otras perspectivas. La calle aporta los datos duros que resisten la manipulación mediática, mentirosa y antidemocrática. La angustia de la mayoría desfavorecida por este gobierno se impone con su realidad de carne, hueso y estómago excediendo las imágenes construidas y formateadas por los expertos comunicacionales. Esa otra realidad está a la vista de los que se animan a ver más allá de la pantalla del televisor.
Aunque no hay verdades objetivas ni absolutas es necesario asumir una posición respecto de la verdad o falsedad de los hechos sociales, sin tener que inmiscuirse en asuntos de lógica formal.
La verdad se construye políticamente en un acuerdo democrático basado en la pluralidad, el conflicto de intereses y la condición de la libertad. El debate entre ciudadanos iguales, merecedores de un respeto equitativo, es la mayor garantía de veracidad. Las significaciones políticas deben ser el resultado de un proceso público deliberativo que incluya el mayor número de perspectivas. Se trata de construir lo común con otros desde la diversidad configurando un espacio público de convivencia, de narración, de acción, con sentidos que se debatan y no se coagulen. La democracia implica movimiento permanente, un devenir de razones, pasiones y afectos, así como el reconocimiento a través del debate de los argumentos y las iniciativas de los comunes.
La verdad democrática, en oposición a la verdad autoritaria que intenta imponer el poder, supone la responsabilidad de hacerse cargo del mundo común, comprender e interpretar lo que en él acontece, asumir sus marcas históricas, lo que implica un diálogo constante y un conflicto que encuentra inscripción provisoria.
La verdad no es natural, objetiva ni producto del sometimiento, sino una forma instituyente que construye la realidad democráticamente.
El campo popular tiene la tarea de disputar la verdad autoritaria dando la batalla por la verdad democrática, que no cierra del todo, es parcial y subjetiva. En el neoliberalismo la verdad se vuelve un problema político central: la verdad se milita.
lunes, 16 de abril de 2018
Lula no es el fin, es el comienzo
Ivana Bentes * - http://revistacitrica.com/lula-no-es-el-fin-es-el-comienzo.html
Lo nuevo no va a emerger neutralizando a Lula. Una de las
mayores falacias de los que prefirieron no tomar posición a lo largo de
este proceso que comenzó con el impeachment ilegítimo a Dilma Rousseff y
culminó con la prisión de Lula -produciendo una conmoción gigantesca y un nuevo
horizonte de configuraciones políticas- es el intento de llevar a la cárcel
a Lula como aquello que "tiene que desaparecer", para
liberarnos de las "polarizaciones"; lo que tiene que
"desaparecer" de la escena política para liberar lo nuevo. Aquello
que debería desaparecer para que otras causas, pautas y formas de política
puedan emerger.
La miopía en ese tipo de argumento es -justamente- el hecho
de pensar de forma dual y maniqueísta, exactamente como los que hallaron en
Lula el "chivo expiatorio" para todos los males de la
corrupción. Lula se convirtió en el "signo del mal" a ser
extirpado del antipetismo histérico; y también de ser "neutralizado",
según los ponderados, los equilibrados, los que quieren "acelerar" la
aparición de lo nuevo.
Para estos, con dilemas y conflictos de Edipo, habría que
matar al padre, el estadista, el rival, matar aquello que traspasó las
fronteras. Es decir que "el problema" sería el exceso de grandeza de
Lula, que proyectaría su sombra sobre lo nuevo. Ellos, en el fondo, respiran
aliviados con esta prisión. Ahora sí, podemos poner a cero el juego y -sin
Lula- las "izquierdas oprimidas" van a poder florecer. Creen que sin
Lula se acaban las polarizaciones.
La estupidez es pensar que Lula no sea -justamente fue y es-
una de las condiciones esenciales para que existiese la posibilidad de que
"lo nuevo" emergiera como tal, en ese período de democracia
convulsionada que vivimos.
Fue esa extraordinaria jornada que hizo que Brasil
produjera nuevos sujetos de discurso: desde la emergencia de la
potencia de las culturas de las periferias, hasta los nuevos feminismos;
del empoderamiento de los movimientos sociales y culturales clásicos (MTST,
MST) hasta el afro-futurismo; la cultura de la diversidad pop y de los
pueblos, espacios de debate, las experiencias de los nuevos grupos y
movimientos urbanos provenientes del interior del país como Fuera del Eje
(una red colaborativa y descentralizada de trabajo constituida por colectivos
culturales basados en la economía solidaria, cooperativismo y demás acciones),
la posibilidad de los medios alternativos y autogestivos, etc.
Hay un Lula en esos nuevos líderes jóvenes y negros que
surgieron de las favelas. Las Marielles (en referencia a la militante asesinada
Marielle Franco) son parte de ese proceso, y de ese
"efecto-Lula". No se trata de un culto a la personalidad, sino
de procesos históricos complejos e intrincados, donde Lula es uno de los
“hubs” -es decir, ese dispositivo que permite centralizar el cableado de una
red de computadoras-, un nexo, una idea, un concepto, etc.
Lula y el proceso en torno a él, Lula-idea, Lula-concepto,
como nexo y no como “personalidad” ni “mesianismo”, fue y es la condición
necesaria para la posibilidad de "lo nuevo", y no la sombra que
“calla” y que impide el devenir.
¡Lula trascendió el campo de las izquierdas hace mucho
tiempo! No pertenece más al PT, ya no pertenece a un “partido”, es por eso
que la lucha contra su arresto arbitrario y todo su recorrido de vida ya es una
de esas piedras fundamentales que fue lanzada y produce olas cada vez más amplias. En
un país desencantado, brutalizado, violentado, no podemos darnos el lujo
mezquino de rifar a Lula.
Un hecho significativo ocurrido en las jornadas de San
Bernardo fue cuando el PCO (Partido da Causa Operária), en contra de la
decisión del propio PT, de los abogados y del deseo del propio Lula, intentó
impedir que se entregara a la Policía Federal, en una situación fuera de
control, tensa, y que apuntala ese pensamiento incontrolable sobre la
figura y el legado de Lula. ¡Lula ya no pertenece a nadie!
Ese fin de semana, después de horas viendo a través de los
medios libres, las redes sociales, amigos cercanos, chats de Telegram y
Whatsapp todo lo que pasaba, se percibía claramente esa cuestión ampliada,
generosa, extendida, de Lula, y de esos procesos por los que pasamos y que
fueron ganando en volumen, a una velocidad vertiginosa.
Lula trascendió las burbujas y las izquierdas.
Se dieron cuenta algunos artistas, ex-petistas,
desilusionados, familiares, personas que se estaban desligando de todo y no les
importaba nada. Sabemos que los procesos son complejos, traen consigo
miles de errores, desvíos, equívocos y todas las críticas tienen que ser
hechas. Pero nada de todo eso puede neutralizar la grandeza y riqueza del
proceso encabezado por Lula.
El único momento en el que realmente lloré profundamente fue
cuando, después de aquel largo cortejo por las calles de San Pablo, el
minúsculo y frágil bimotor de la Policía Federal despegó del aeropuerto de
Congonhas y se llevó a Lula preso.
Pero hasta esa imagen era una paradoja: en el menor espacio
del mundo, capturado y abrumado, Lula volaba sobre la ciudad que le dio
todo y que detonó un proceso histórico y singular. La prisión ya era un vuelo.
#LulaLivre.
PD: Este texto nació como respuesta a la tesis defendida por
el medio Estadão –y por tantos otros en Brasil, Argentina y el mundo– en su
editorial post-prisión, sobre "enterrar" a Lula: "Brasil ya no
soporta más tener su destino condicionado al de Lula da Silva. Es preciso
voltear esta triste página de la historia y dirigir los ojos hacia el
futuro". Pero no existe futuro en nuestra frágil democracia que no
pase por el legado, por los aciertos y errores, de Lula.
* Ensayista, profesora e investigadora brasileña. Texto
publicado en midianinja.org
jueves, 12 de abril de 2018
Lo que está en juego en la actual crisis brasileña: ¿recolonización o refundación?
Leonardo Boff *
- http://www.ovejanegramedios.com.ar/lo-que-esta-en-juego-en-la-actual-crisis-brasileira-recolonizacion-o-refundacion.html
La derrota de Lula en el STF a propósito del rechazo del
habeas corpus y su prisión, revela la vuelta de las fuerzas del atraso que
perpetraron el golpe parlamentario, jurídico y mediático contra Dilma Rousseff
en 2016. La gran cuestión no se restringe a la difamación de nuestro mayor
líder, condenado sin pruebas convincentes, y a la sangría del PT. Se están
enfrentando dos proyectos que van a definir nuestro futuro: larecolonización o
la refundación.
El proyecto de la recolonización fuerza a Brasil a
ser mero exportador de commodities. Esto implica desnacionalizar nuestro
parque industrial, nuestro petróleo, las grandes instituciones estatales. Se
trata de dar el mayor espacio posible al mercado competitivo y nada cooperativo
y reservar al Estado solamente funciones esenciales mínimas.
Este proyecto cuenta con aliados internos y externos. Los
internos son aquellos 71.440 multimillonarios censados por el IPEA que
controlan gran parte de las aportaciones del país. El aliado externo son las
grandes corporaciones multinacionales, interesadas en nuestro mercado interno
y, principalmente, el Pentágono que vela por los intereses globales de Estados
Unidos.
El gran analista de las políticas imperiales, recientemente
fallecido, Moniz Bandeira, Noam Chomsky y Snowden nos revelaron la estrategia
de dominación global. Se rige por tres ideas fuerza: la primera, un mundo
y un imperio; la segunda, la dominación de todo el espacio, abarcando el
planeta con cientos de bases militares, muchas de ellas con ojivas nucleares;
la tercera, la desestabilización de los gobiernos progresistas que
están construyendo un camino de soberanía y que deben ser alineados a la lógica
imperial. La desestabilización no se hará por vía militar, sino por vía
parlamentaria. Se trata de destruir los liderazgos carismáticos, como el de
Lula, difamar el mundo de lo político y desmantelar políticas sociales para los
pobres. Un contubernio ha sido organizado entre parlamentarios venales,
estratos judiciales, del ministerio público, de la policía federal y por
aquellos que siempre apoyaron los golpes particularmente los grandes medios.
Depuesta la presidenta Rousseff, todos los elementos
político-sociales a decir verdad empeoraron sensiblemente.
El otro proyecto es el de la refundación de
nuestro país. Es un proyecto que viene de muy atrás, pero ganó fuerza bajo los
gobiernos del PT y aliados, para el cual la centralidad era dada a los millones
de hijos e hijas de la pobreza. No sólo mejoró la vida de ellos, sino que
rescató su dignidad humana, siempre humillada. Este es un dato civilizatorio de
magnitud histórica.
Este proyecto de la refundación de Brasil,
proyectado sobre otras bases, con una democracia construida a partir de abajo,
participativa, socio-ecológica, constituye la utopía esperanzada de muchos
brasileños.
La sostendrán tres pilares: nuestra naturaleza de
singular riqueza y fundamental para el equilibrio ecológico del planeta; nuestra
cultura, creativa, diversa y apreciada en el mundo entero y, finalmente, el
pueblo brasileño inventivo, hospitalario y místico.
Estas energías poderosas podrán construir en los trópicos,
una nación soberana y ecuménica que integrará los millones de desheredados y
que contribuirá a la nueva fase planetaria del mundo con más humanidad,
ligereza, alegría y fiesta, a ejemplo de los carnavales. Pero hay que derrotar
a las élites del atraso.
No anunciamos optimismo, sino esperanza en el sentido de San
Agustín, obispo de Hipona, hoy Argelia. Bien dijo: la esperanza incluye la
indignación para rechazar lo que es malo y el coraje para transformar lo malo
en una realidad buena.
Una sociedad sólo puede sostenerse sobre una igualdad
razonable, con justicia social y la superación de la violencia estructural.
Este es el sueño bueno de la mayoría de los brasileños.
* Leonardo Boff es Teólogo de la liberación,
Filósofo.
domingo, 1 de abril de 2018
¿Qué significa ser progresista hoy?
Fander Falconí (*)- http://www.surysur.net/que-significa-ser-progresista-hoy/
Las preocupaciones políticas del mundo contemporáneo están
relacionadas con las formas de vivir de nuestras sociedades y con las
respuestas que podemos dar para resolver sus problemas. De la manera como
logremos dar esas respuestas dependerán los resultados a futuro. El
progresismo, como posición política, tiene ante sí un enorme desafío en el
momento actual.
El progresismo está vinculado con el cambio, el laicismo, el
pluralismo, el feminismo, la participación ciudadana y el vanguardismo. Ser
progresista significa procurar los cambios que se necesitan ahora. Es evidente
que estos cambios deben ser ejecutados por actores sociales y políticos
provenientes de una amplia base social. Las siguientes propuestas están
abiertas para un debate amplio.
10 propuestas
abiertas a la discusión
1) Defensa de la democracia participativa
El progresismo solo puede florecer en una república
democrática, y por esta razón propugna un republicanismo radical, en el sentido
originario de este concepto. República viene del latín res pública (la cosa
pública); y radical se deriva de radix (raíz). El republicanismo radical es la
defensa de los intereses públicos desde su raíz; es decir, desde la sociedad.
La sociedad actual debe profundizar la democracia, que es el
gobierno (kratos) del pueblo (demos), según sus raíces griegas. La democracia
se profundiza cuando es participativa, lo cual significa el involucramiento de
todos los ciudadanos en las actividades estatales, sociales, culturales y
otras. También lo hace cuando es consultiva, pues la voluntad popular tiene la
posibilidad de expresarse mediante el voto en las urnas. La participación del
pueblo es esencial en una sociedad democrática. Participar se complementa con
pronunciarse.
El pronunciamiento popular no solo se refiere a la elección
de representantes políticos o de funcionarios públicos de una sociedad. En
realidad, las consultas populares son los mecanismos que más se aproximan a la
democracia directa. En una consulta popular es el pueblo quien se convierte en
un legislador, y es esta acción popular la que confiere legitimidad a la
república. Una democracia auténtica apoya las intervenciones económicas y
sociales que promueven la justicia económica, social y ambiental, cuando estas
decisiones han sido consultadas al pueblo y ejecutadas por el bien común, y no
por determinados intereses particulares, pues ello le restaría sentido al bien
colectivo del conjunto de la comunidad.
2) Macroeconomía enfocada al trabajo digno y a lo social
Ser progresista significa ser partidario de una
macroeconomía que genere trabajo y que sirva primero a la gente, y no al
mercado. Eso solo se obtiene aplicando una economía heterodoxa. La economía
ortodoxa es la que sigue la corriente establecida, la del libre mercado; es esa
economía individualista y estática; es la economía del consumismo, de lo
desechable, de la obsolescencia programada, de las privatizaciones.
Esa visión y prácticas económicas están representadas por el
grupo de gobiernos europeos que enfrentaron la crisis del capitalismo central
de 2008 (cuyo preludio fue la desregulación financiera en los Estados Unidos),
cuando entregaron la economía a los mismos culpables de la crisis: los
banqueros de Grecia, Irlanda, Portugal y España. Se trató de un triunfo del
neoliberalismo que produjo secuelas desastrosas en la cultura. El
desplazamiento de lo real por lo virtual: solo lo que se ve en los medios es
real. Los ritos, las ceremonias y los mitos locales dejaron de tener sentido,
porque fueron reemplazados por festejos mundiales impuestos desde afuera y
carentes de vínculos con un contexto histórico.
El neoliberalismo rompió muchos lazos culturales, sustituyó
el mercado popular por el centro comercial, donde se vende lo mismo en todas
partes, en vez de la fruta de temporada o la artesanía local. El buscador de
internet reemplazó al diálogo. Junto al neoliberalismo creció y crece el
narcotráfico y el tráfico de armas, el “coyoterismo” y la trata de personas, e
incluso el robo de bebés para las empresas de adopción. Se dice que el
socialismo tradicional ─como se practicó en la ex URSS desde 1917 hasta 1989─
no pudo acabar con la iglesia y menos con la familia. El neoliberalismo lo está
logrando.
La economía heterodoxa es innovadora, es la del mercado
regulado, es social y dinámica; es Islandia enfrentando la crisis de 2008 y
entregando la economía a un manejo social. Desde una posición más drástica,
podría decirse que la economía ortodoxa pretende ser una ciencia exacta,
mientras la economía heterodoxa reconoce que es una ciencia social. Las
ciencias exactas pueden hacer predicciones de alta confiabilidad. Las ciencias
sociales tienen un alto componente de imprevisibilidad y además tienen como
sustento la historia del desarrollo de las sociedades, y son producto del
avance del pensamiento en sus diversos períodos.
Ser progresista equivale a ser creativo. Una sociedad
consciente exige que su gobierno sea creativo, que combine la inversión pública
a gran escala con las iniciativas privadas en proyectos que generen trabajo. A
eso habrá que sumar incentivos fiscales para empresas que puedan crear más
empleos. Esta política debe complementarse con planes de salud, educación y
vivienda para todos. Además es el momento de discutir y aplicar la renta básica
universal o ingreso ciudadano.
Para financiar los programas sociales, el Estado debe cobrar
impuestos según los ingresos y patrimonios; es decir, que quien gane más pague
un porcentaje mayor. Esto implica optimizar la recaudación tributaria y
restringir el consumo de bienes no prioritarios así como los bienes (o mejor
dicho males) que provocan enormes daños ambientales, entre otras medidas. Para
lograrlo, es importante la participación y el diálogo entre los actores de la
economía. Ser progresista, en lo económico, es votar por un gobierno eco
socialista. Un gobierno que considere prioritarias a las personas por encima de
los intereses del mercado, y esté dispuesto a que el conjunto de la sociedad
dictamine el rumbo de la economía, respetando y cuidando siempre el ambiente.
La macroeconomía que priorice a la gente por encima del
mercado es la que decide con independencia de aquellos organismos
internacionales que representan los intereses exclusivos de los mercados
internacionales. Debemos reconocer el fracaso de las políticas de austeridad y
privatizaciones. La autonomía en materia económica es garantía de equidad.
3) Defensa del ambiente desde el Sur planetario
En mi más reciente libro “Solidaridad sostenible. La codicia
es indeseable” (Editorial El Conejo, 2017), he planteado que la defensa
irrestricta del ambiente es la prioridad del siglo XXI. Tras esta portada
inflamable que es el acelerado cambio climático, se esconde una crisis
civilizatoria como consecuencia de las injusticias sociales y ambientales acumuladas,
unidas en el mundo actual a las relaciones asimétricas entre norte y sur.
En realidad esa es la base del ecosocialismo, conocido
también como marxismo ecológico, término acuñado por un pensador visionario.
James O’Connor (“Natural Causes: Essays in Ecological Marxism”. Guilford Press,
New York 1998) sostiene que hay una segunda contradicción del capitalismo: la
apropiación auto destructiva de los recursos humanos y naturales; es decir, el
crecimiento cuyo costo implica destruir la salud, la educación y la naturaleza.
Los costos privados se vuelven costos sociales.
Frente a una realidad como la que brevemente describo, desde
el punto de vista político, el progresismo debe unirse con los movimientos
sociales y ambientales que se opongan a esta depredación del planeta.
Ser progresista no solo significa aceptar los hechos
científicos que demuestran el calentamiento global. Es alinearse con quienes
luchan por la justicia ambiental planetaria, exigiendo la urgente transferencia
de tecnología para reducir los niveles de contaminación en la atmósfera. Una
aspiración tan necesaria como esta solo podrá alcanzarse cambiando las reglas
de propiedad intelectual, mediante acuerdos con y desde el Sur. El cambio
climático es un fenómeno geopolítico y es así como debemos enfrentarlo. No es
posible una mitigación del cambio climático con un crecimiento económico
ilimitado. Es más, una civilización con un crecimiento ilimitado nunca podrá
sobrevivir.
Hay un punto de partida para la conciencia ambiental, que es
el reconocimiento de que los países de mayores ingresos están contaminando al
resto del planeta. Nos hemos convertido en una especie de fumadores pasivos, y
ello nos lleva a rechazar la codicia del crecimiento económico ilimitado que
conduce a la extinción. Ese nivel de conciencia empujó a muchos a pensar en la
naturaleza como titular de derechos, tal como se encuentra establecido en la
Constitución ecuatoriana aprobada en el año 2008.
4) Construcción de capacidades humanas mediante educación y
salud, con profundización en derechos
La complejidad de las sociedades actuales nos obliga a
realizar continuas intervenciones. Estamos en un momento en el que miramos con
enorme preocupación el futuro de nuestra sociedad; prepararnos en lo inmediato
es nuestra exigencia y deber ahora. La educación es uno de los puntales para
sostener una sociedad digna, y ello implica la entrega de todos los esfuerzos
posibles para mejorar las condiciones en las que se desarrolla el proceso
educativo; es decir, contar con una gran capacitación de los docentes, la
construcción de una infraestructura digna y la creación de un entorno educativo
de paz.
Ser progresista es brindar atención integral en salud. La
salud no puede ser tratada como una mercancía, porque las ganancias obtenidas
de ese trato comercial se convertirán a la larga en gastos fúnebres. Existen
enfermedades fáciles de prevenir, pero que en situaciones de pobreza se han
vuelto incurables.
Ser progresista significa respetar y hacer respetar los
derechos de los seres humanos. En una democracia real, para consolidar una
sociedad sana y educada, hace falta profundizar los derechos. Esto solo se
puede alcanzar con el ejercicio permanente de los derechos humanos, económicos,
sociales, culturales y ambientales. Estos derechos deben enseñarse y cumplirse
desde la primera infancia; desde las escuelas hasta llegar a las áreas de
trabajo como adultos.
5) Ética y transparencia en todos nuestros actos
Según el filósofo del sentido común, Aristóteles, lo que nos
lleva al logro de nuestro bienestar es bueno y todo lo que nos aparta de ese
fin es malo. En eso se acerca la filosofía clásica griega a la sabiduría
ancestral andina, que se expresa en el concepto de Sumak Kawsay o Buen Vivir.
Ser progresista es mantener en la vida individual y social un estándar moral
elevado, sobre todo, cuando nos referimos a los temas de corrupción.
Ser progresista va más allá de la moral religiosa. El mundo
actual pone en contacto a muchas religiones y creencias, con lo cual es
imposible fundamentar la moral bajo un solo credo. De igual manera, existen
personas y grupos sociales muy respetables que son agnósticas, ateas o no
creyentes. Es ahora muy necesario apelar a una ética humanista universal que
sea aceptada por todos los seres humanos del planeta.
Ser progresista es ser transparente. La transparencia tiene
que ser una actitud personal y social. Toda persona ─mucho más quien ejerce
funciones públicas─, debe ser transparente en sus actos individuales. Las
sociedades deben levantarse sobre la base de la confianza mutua, y por ello las
instituciones deben reflejar esa aspiración de transparencia. En la vida
cotidiana, cuanto más filtros tengamos que pasar para obtener información o
realizar trámites, más posibilidades y espacios se abrirán para las acciones de
corrupción.
La corrupción es un flagelo social, pero no es exclusiva del
sector público. Se trata de un mal general de la sociedad del capital. La lucha
contra la corrupción debe ampliarse a fin de erradicar los paraísos fiscales en
el planeta.
6) Sin soberanía en lo internacional, no hay paz
Ser progresista es ser soberano en las relaciones
internacionales. Nuestra época no admite protectorados ni colonias. Es
importante promover el alineamiento entre naciones que se tratan como iguales y
actúan por el bien del grupo. Una actitud o conducta opuesta al principio del
derecho y la equidad entre naciones y estados podría convertirse en un apoyo
servil o entreguismo, lo cual deforma y atrasa las relaciones internacionales
del mundo contemporáneo.
La soberanía nacional es un componente esencial del Estado.
El concepto actual de soberanía tiene nuevos elementos, si lo comparamos con
los de otras épocas. El Derecho y la Política han tenido que adaptarse a la
globalización del capital, pues las exigencias de la sociedad mundial han
empujado a una modernización en las relaciones entre los estados.
7) Participación popular en todos los procesos públicos
Ser progresista es involucrar de manera íntegra a la
sociedad en los procesos de cambio. Primero, porque la sociedad es
corresponsable con el Estado. Pero lo más importante es que la participación
activa de la sociedad se convierte en un componente esencial del cambio
duradero o de larga duración. Ser progresista es trabajar por el empoderamiento
de los grupos excluidos de la sociedad. Este proceso significa promover los
cambios que beneficien a esos grupos, en el ámbito de los derechos económicos,
sociales, culturales y ambientales. Pero no solamente eso, sino además, que
provoquen el empoderamiento dentro de un proceso de auto confianza al interior
de esas comunidades.
Ser progresista es ser partidario de la organización
popular. Si la economía ortodoxa va al ritmo de las estructuras conservadoras,
es obvio que se oponga a la organización popular, porque se trata de un
ingrediente que atentaría contra su seguridad. La organización popular se
consolida cuando muchas personas sienten identificación con un grupo social,
comparten la misma visión crítica y mantienen un objetivo común de cambio.
Como dijimos al principio, estos cambios deben ser
ejecutados por actores sociales y políticos provenientes de una amplia base
social. Esa base es la suma de las capacidades individuales para identificar y
resolver problemas. Es el sector social más consciente de su corresponsabilidad
con el Estado en mejorar sus condiciones de vida. Los actores políticos que
ejecutan estos cambios son quienes negocian con el Estado el bienestar de la
sociedad. Esta puede alcanzar esa amplia base social identificando necesidades
y proponiendo soluciones, que se logran con empoderamiento y participación en
la democracia, y generando ciudadanía.
Entre los actores sociales llamados a participar activamente
en estos procesos están los movimientos indígenas, la militancia de grupos
minoritarios marginados, los sindicatos de trabajadores, las asociaciones
estudiantiles, las agrupaciones culturales, los gremios profesionales, los
defensores de derechos humanos y ambientales. El mundo moderno ha visto surgir,
como contrapartida de la globalización del capital, movimientos globales de
justicia planetaria. Además, en todas las épocas, la juventud ocupa la primera
fila de las transformaciones sociales. Mientras más amplia sea la base social
que participe en la cosa pública, mayor será la democracia.
8) Oposición a una cultura dominante y exclusivista
Las culturas populares se oponen a las culturas dominantes.
Ser progresista es ser partidario de las culturas populares. Estas se enraízan
en su geografía, conservan sus lenguas originarias, prefieren la tradición oral
y son más intuitivas. La cultura dominante impone, tiende a ser uniforme,
prefiere lo escrito, lo validado y lo que está sometido a regulación. La
cultura dominante se inclina por el uso de una lengua internacional y por la
globalización cultural.
9) Sintonización con los cambios, sin olvidar las raíces
Ser progresista significa estar sintonizado con los cambios
actuales. Sin caer en el esnobismo, es necesario escuchar la voz popular y
mantenerse al día con el conocimiento y las innovaciones del mundo. Las
organizaciones sociales hoy reclaman derechos diferentes a los que reclamaban
antes. Ahora se reclama el derecho a la equidad de género, al feminismo, a la
recreación, a la educación continua, a escoger las preferencias sexuales, etc.
El derecho más importante que se reclama en el siglo XXI es
uno difícil de conceder para un gobierno, pues depende de muchos actores y
factores externos: el derecho a la vida y a un ambiente limpio. Para el
progresismo este es el derecho que más lo diferencia del conservadurismo
político. Por esta razón el ambientalismo debe ser bien entendido y no tratado
como una moda o una conducta muy en boga en el mundo. Un ejemplo típico de la
distorsión ambientalista podría ser el consumo de agua limpia embotellada, que
está llenando el planeta de basura plástica.
Ser progresista significa, además, estar sintonizado con las
nuevas tendencias tecnológicas del mundo. No obstante, no debemos olvidar que
la tecnología es un medio, no es un fin. El progresismo es sinónimo de
innovación y se encuentra actualizado y al tanto de los últimos inventos útiles
en el mundo. Seamos más precisos: con aquellos inventos que propician la solución
de necesidades humanas fundamentales y que no profundizan injusticias sociales
o deterioran más la base natural de nuestro planeta. El buen uso de la
tecnología requiere destreza y eso es lo que debemos formar. Sin embargo,
existen reglas internacionales que lo impiden por su alto costo agravado por el
sistema actual de patentes y derechos de comercialización, en especial en los
aspectos de la salud pública que deberían ser abiertos por un sentido
humanitario; además, faltan políticas que fortalezcan la ciencia y la
tecnología, tanto en su estudio como en su aplicación.
No se puede ser progresista sin comprometerse con todos los
sectores de la sociedad y con la innovación internacional. En resumen, ser
progresista significa estar al día con los cambios positivos, en beneficio de
la humanidad y del planeta.
No obstante, quien solo sigue la moda termina siendo
obsoleto. Para no flotar a la deriva en el mar de los cambios, el progresismo
debe estar anclado a las culturas ancestrales. En los Andes, tenemos una tradición
telúrica del bienestar social: Sumak Káusai o Buen Vivir que se fundamenta en
el respeto a la vida y al cosmos. El Buen Vivir es una alternativa a la idea
del desarrollo, como una mera extensión del crecimiento económico sin respetar
las culturas humanas o los límites biofísicos. Es un concepto de bienestar
colectivo que surge por un lado del discurso postcolonial, crítico al
desarrollo, y por otro lado de las cosmovisiones de los pueblos originarios
andinos. La felicidad es el objetivo último de su sistema ético y en el caso
andino se da mucha importancia al respeto debido a la naturaleza. La Chakana o
cruz andina simboliza las normas naturales del Buen Vivir.
10) Libertades políticas y sociales
Al principio de la II Guerra Mundial, el presidente estadounidense
Fraklin Roosevelt propuso al mundo luchar por cuatro libertades. “Queremos
libertad de expresión y libertad de cultos, y queremos estar libres de
necesidades y estar libres del miedo”. Eso lo dijo cuando la mitad de Europa
estaba esclavizada por el fascismo. Es lamentable que sus palabras no hayan
sido retomadas por sus sucesores, sobre todo, en lo referente a necesidades y
miedo.
Una persona progresista debe aspirar a convertirse en adalid
de las libertades individuales y sociales, de la misma manera como las consignó
después la Declaración de los Derechos Universales de las Naciones Unidas en
1948. Esa declaración histórica confirió dignidad e igualdad, y estableció las
libertades políticas, de movilidad, de pensamiento, de opinión, de conciencia,
de asociación, de temor al daño físico y de temor a la pobreza.
Llegar a conceptualizar el ser progresista es un reto
constante en todas las sociedades del mundo, pues debe recoger elementos
basados en el análisis de la historia, en la configuración universal de un
concepto de cultura que provoque una visión auténtica de humanidad con
posibilidades de permanecer en un planeta equilibrado, como especie capaz de
vivir en afinidad con la naturaleza, compartiendo relaciones también
equilibradas y justas entre sus habitantes, pues de ello dependerá su
permanencia o aniquilación en el futuro.
(*) Actual ministro de Educación y excanciller del Ecuador
viernes, 30 de marzo de 2018
ALTA SUCIEDAD
Alejandro Marino - http://revistazoom.com.ar/alta-suciedad/
La consultora británica involucrada en el Facebook-Gate
tiene viejos lazos con la Argentina. La trama que vincula aristocracia campera,
campañas basura y sociedades en Panamá.
El escándalo de moda ofrece evidencias de esa tradición. El
caso que involucra a Facebook por el uso de su base de datos para la
realización de campañas sucias, noticias falsas y manipulación de la opinión
pública -como la que llevó a Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos,
entre otras- tiene, por supuesto, una conexión argentina.
La Argentina VIP huele a bosta. En parte por su origen
agropecuario, pilar de las dinastías económicas más encumbradas del país. Pero
también porque, camuflada en el lujo y los buenos modales, la aristocracia
local habita en una ciénaga de negocios viscosos, tráfico de influencias y
política basura.
El escándalo de moda ofrece evidencias de esa tradición. El
caso que involucra a Facebook por el uso de su base de datos para la
realización de campañas sucias, noticias falsas y manipulación de la opinión
pública -como la que llevó a Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos,
entre otras- tiene, por supuesto, una conexión argentina.
El primer indicio surgió durante la investigación que llevó
a cabo el canal británico Channel 4. En una de las cámaras ocultas, Alexander
Nix -CEO de Cambridge Analytica, la empresa apuntada por estos manejos-,
mencionó los países donde habrían implementado su método para manipular
elecciones: Nigeria, Kenia, República Checa y Argentina, entre otros. De hecho,
la primera imagen del informe muestra a una mujer argentina festejando con un
globo en la mano.
La sede de SCL Group en Buenos Aires está ubicada en una de
las zonas más tradicionales de la aristocracia porteña.
Cambridge Analytica quedó en el ojo de una tormenta global
luego de que se revelara que le pagó millones a Facebook para acceder a los
datos privados de unos 50 millones de usuarios. El objetivo: personalizar los
mensajes políticos. La compañía, con sede en Inglaterra, pertenece a SCL Group,
una consultora global que, según su página web, posee oficinas en una decena de
países. Uno de ellos es, precisamente, la Argentina.
La sede de SCL Group en Buenos Aires está ubicada en
Arenales 941, 5° A. Se trata de un departamento residencial, emplazado en una
de las zonas más tradicionales de la aristocracia porteña. El teléfono está a
nombre -y suele ser atendido- por Lucas Talamoni, un ex polista que provee
servicios agropecuarios.
Talamoni y Nix se conocieron en las canchas de polo. Habitué
de la Argentina desde hace dos décadas, el ahora célebre ejecutivo inglés -que
en los 90 intentó abrir una consultora en el país- despunta su afición por el
deporte favorito de la alcurnia doméstica conformando equipos con profesionales
locales. En 2012, por caso, con los hermanos Nicolás y Lucas Talamoni formaron
Libertines, que participó en la copa Eduardo Moore en la Royal County of
Berkshire Polo Club, cerca de Windsor, en Gran Bretaña. Según los registros,
perdieron los tres partidos que disputaron en primera ronda.
Nix comparte padrinazgo de una ONG pampeana con celebridades
del jet set local, entre ellos, el presidente Mauricio Macri.
En esas jornadas de deporte, lujo y bosta conoció también a
Juan Pepa, un joven pampeano de intensa vida social. Con Pepa, Nix formó Rubirosa
Ltd., una firma con sede en Londres que ya fue disuelta. Pero el vínculo se
mantiene: el ejecutivo británico es padrino de la Fundación Pro Alvear, una ONG
con la que la familia Pepa se propone aportar al desarrollo educativo,
económico y social de Intendente Alvear y otras localidades de La Pampa.
El ejecutivo británico Alexander Nix, Ceo de la consultora
Cambridge Analytica que protagoniza el Facebook-Gate, suele Argentina y
conformar equipos de polo con jugadores locales.
Como es usual en ese tipo de organizaciones, la ONG recauda
fondos en eventos de gala donde participan personalidades del polo, la moda,
los negocios y la política. Además de Nix, entre otros “padrinos” de Pro Alvear
aparecen el polista y modelo Nacho Figueras, la modelo Valeria Mazza, la
jugadora de hockey Luciana Aymar y el actual presidente Mauricio Macri, que
visitó la entidad en 2009, cuando aún gobernaba la Ciudad de Buenos Aires.
Como ya se dijo, el informe elaborado por channel 4 sugiere
que SCL Group habría operado en campañas políticas de la Argentina. Pero en la
oficina de Recoleta lo desmienten: “Hubo contactos con políticos de distintos
partidos, pero no se concretó nada” dice una voz que pide reserva de su nombre.
Es conocido, sin embargo, el gusto del macrismo por las campañas sucias.
El ejemplo más notorio trascendió en 2011, cuando una falsa
encuesta telefónica difundió información apócrifa sobre el padre del actual
diputado K Daniel Filmus, entonces candidato a jefe de gobierno de la Ciudad.
Ante el escándalo, el equipo de campaña del PRO rechazó haber orquestado la
maniobra por la que resultó procesado el consultor ecuatoriano Jaime Durán
Barba, asesor estrella del presidente. La justicia porteña, un territorio
colonizado por los operadores macristas, confirmó el hecho, pero consideró que
Durán Barba no había cometido el delito.
Todos los gobiernos del PRO tiene oficinas dedicadas a
monitorear y establecer lazos directos con “la gente” a través de las redes
sociales.
En 2015, el opo-oficialista Martín Lousteau también denunció
haber sido víctima de una campaña sucia del macrismo. En esa elección, la
Alianza Cambiemos se hizo de los tres distritos más importantes del país:
Nación, provincia de Buenos Aires y Ciudad. No hay mejor posición política para
obtener la big data más completa y poderosa del país.
Todos los gobiernos del PRO tiene oficinas dedicadas a
establecer lazos directos con “la gente”. El Jefe de Gabinete de la nación,
Marcos Peña, tiene bajo su órbita la dirección de Vínculo Ciudadano, una
repartición que, según el decreto que la creó, se utiliza para colectar
información y contactar a las personas en las redes sociales. Pero eso no es
todo: esta semana Peña creó la Unidad de Opinión Pública, una oficina donde,
como su nombre lo indica, medirá minuto a minuto la sensación térmica de la
ciudadanía sobre la gestión PRO. Todo, por supuesto, alimentado con recursos
públicos: el Estado provee la información y el dinero para pagar las cuentas de
una tarea que, se descarta, el gobierno utilizará para la campaña.
Al malogrado señor Nix le gustaría esto.
BLACK SOIL… ¿BLACK HOLE?
En la declarada sede porteña de SCL Group habita también
otra empresa: Black Soil SRL. Creada el 1 de enero de 2013, su presidente es
Lucas Talamoni, el amigo polista de Nix.
En uno de sus viajes por Australia, Talamoni descubrió el
proceso de siembra líquida, el servicio que ofrece con Black Soil. Según su
página web, el “emprendedor” (así se define) se expandió al Paraguay y posee
oficina en la capital regional del dinero sucio: Panamá. Por cierto, no hay
indicios de que en ese país estén particularmente interesados en los procesos
de la siembra líquida.
Nix figura entre los inversores declarados por la argentina
Black Soil, cuyo titular es un ex polista que ofrece servicios agropecuarios.
Black Soil Global Corp. fue fundada el 28 de noviembre de
2014 en la Ciudad de Panamá. Allí Talamoni figura como Tesorero, mientras que
el británico Stephen Rapahel Edkins (presidente de la inversora Checkpoint
Parters, entre otras sociedades) figura como director.
Edkins, además, entre los “asesores e inversores” que Black
Soil publicita tener en el sitio Gust.com, una web donde las startups cargan su
perfil en búsqueda de “ángeles” (representantes de fondos de inversión). Entre
sus “ángeles”, la compañía de Talamoni menciona a su socia y esposa, Cecilia
Dodero, cuyo apellido remite a una de las familias más activas de la
aristocracia argentina. También está mencionado Edkins, el chairman con asiento
en el directorio panameño, y otros más: Eddie Fay (ingeniero agrónomo y
director de Mosaic Argentina S.A., el brazo de Cargill en el mercado de los
fertilizantes), Patrick Teroerde y Alexander Ashburner Nix.
Los últimos dos mencionados hoy son famosos a escala global,
y no precisamente por el éxitos deportivo del equipo de Polo que compartieron
con Talamoni: Teorerde y Nix fueron los dueños SCL Elections LTD, precursora de
Cambridge Analytica, la consultora que puso a Facebook en el ojo de una
tormenta. En la cámara oculta donde confiesa sus fechorías, Nix explicó que
para ocultar sus operaciones suelen utilizar compañías locales como fachada.
¿Será Black Soil una de ellas? Quizá algún fiscal se haga pronto esta pregunta.
jueves, 22 de marzo de 2018
El auto-odio de clase social
Por Erico Valadares/Fotos: Estanislao Santos - https://www.identidadperonista.com/2018/02/18/el-auto-odio-de-clase-social/
El odio de clase es una cosa ancestral: los ricos en todas partes odiando a los pobres y viceversa, propietarios de todo contra esclavos sin pan en un mundo de sagrados códigos de propiedad privada. Poco hay de tan tradicional y conocido como el odio de clase, puesto que siempre estuvo allí. Siempre. Desde que alguien obtuvo algo mediante la desposesión de otros, el odio de clase existió.
En consecuencia, no hay mucho más para decir sobre el odio de clase. Es eso nomás y básicamente cualquiera lo conoce y lo puede comprender, si es que no lo ha experimentado ya. La nota viene dada por un fenómeno que al parecer es más bien reciente en la historia de la humanidad y, aunque tiene la misma naturaleza del odio de clase —porque igualmente es odio y es de clase social—, no parecería ser comprendido por el sentido común de igual manera: el auto-odio de clase, que no es ningún moco de pavo, como veremos.
Desclasamiento y odio
La mejor definición de auto-odio de clase social es la del famoso “pobre de derecha”, es decir, la del empleado que expresa la ideología del patrón. Si seguimos aceptando las denominaciones genéricas de “pobres” y “ricos” para clasificar a estos últimos como los propietarios de los medios de producción, transporte, distribución y comunicación, y a los primeros como propietarios de nada más que su propia fuerza de trabajo, nos vamos a encontrar con que los “pobres” somos precisamente todos los trabajadores, haciendo caso omiso de las mal llamadas “clases medias” y otras entelequias. La cuestión se reduce a tener o no tener en propiedad privada el capital, que es el poder económico concentrado. Y ahí veremos que entre los que no poseemos el capital nos solemos auto-odiar mucho más profunda y frecuentemente de lo que se puede imaginar.
Desde luego, los ricos —que son los dueños del mundo entero y más allá— no conocen el auto-odio de clase. Los ricos no se odian entre sí mismos y un análisis superficial de las relaciones al interior de su clase social nos mostrará que viven en comunión y en perfecta armonía. Compiten con otros ricos por momentos, eso sí, porque el sistema capitalista así está dispuesto, pero en un juego de caballeros sin odiar jamás al contrincante, al que consideran un par, un igual. Los ricos no desean la muerte ni la destrucción de sus propios pares, sino que, por el contrario, tienden a preservarlos. Y eso es así porque los ricos tienen mucha conciencia de clase, son pura conciencia de clase desde que nacen; los ricos conocen perfectamente su lugar en la sociedad. Entonces los ricos están demasiado ocupados en odiar a los que tienen en frente y no pierden el tiempo ni gastan energías odiando a los que tienen al lado. Los ricos hacen economía del odio de manera muy inteligente.
Lo mismo no puede decirse de los trabajadores, o sea, de los pobres. Al escasear la conciencia de clase entre estos últimos, lo que le suele pasar al trabajador es el desclasamiento: los pobres empiezan a delirar que son ricos cuando acceden a una vivienda propia, una cuenta bancaria y a un automóvil, e incluso a mucho menos. No es infrecuente la ocurrencia de “oligarcas de maceta”, que por tener un teléfono celular y un salario estable que le dan la ilusión de “clase media” sale a tocar cacerolas en defensa de los intereses del también mal llamado “campo”.
Cuando el pobre delira que es rico, entonces está desclasado, lo que es diametralmente opuesto a tener conciencia de clase. Y en consecuencia empieza a reproducir toda la ideología de la clase social a la que cree pertenecer sin pertenecer de hecho: la clase dominante. Y, naturalmente, incorpora el odio de esas clases, ya que el odio es parte fundamental de cualquier ideología. El pobre desclasado empieza entonces a odiar a otros pobres desde un pretendido lugar de rico. Pero como nunca llega a ser rico de verdad, lo que termina expresando no es odio, sino auto-odio de clase social. El desclasado se odia sí mismo sin comprender en ningún momento que lo hace: piensa que odia al de en frente, pero en realidad odia al de al lado sin entender que está al lado.
El discreto encanto de odiarse a uno mismo
El auto-odio es una cosa peligrosa porque generalmente resulta en muerte y destrucción para el que lo expresa. En el caso del mentado “pobre de derecha”, por ejemplo, es solo una cuestión de tiempo para que esa muerte y esa destrucción vengan a tocarle la puerta. Su auto-odio genera las condiciones necesarias para que eso ocurra más temprano que tarde.
Cuando la cantidad de desclasados en una sociedad determinada supera el límite de la normalidad, entonces la derecha se hace con el poder político, ya sea mediante golpes de Estado apoyados con entusiasmo por esa multitud de desclasados o por elecciones, gracias al voto de estos. Los individuos de clase dominante son naturalmente muy poquitos y no pueden dominar políticamente una sociedad sin contar con la complicidad de muchos pobres desclasados.
Entonces la derecha —que es la expresión de los ricos en la política— se hace con el gobierno y empieza a implementar el proyecto político de los ricos en el Estado. Dicho proyecto es muy nocivo para todos los pobres, porque legitima la expoliación y el saqueo de los propietarios en perjuicio de los trabajadores. Cuando un gobierno es de derecha, lo más natural es que, por ejemplo, elimine las retenciones a la exportación de soja (beneficiando a la oligarquía terrateniente) y quiera cubrir el vacío en la recaudación que esa quita de retenciones produce con ajustes en jubilaciones, pensiones, salarios, programas sociales, educación y salud pública, impuestazos, etc. En una palabra, la derecha implementa el proyecto político de los ricos beneficiando a económicamente a los ricos y haciendo que los pobres paguen el pato. Otro tanto pasa con los tarifazos de gas, electricidad, agua, combustibles y demás: cada vez menos dinero en el bolsillo del pobre que va a parar en el bolsillo del rico. Los ejemplos de esto que en política económica se llama transferencia de ingresos son infinitos.
El proyecto político de los ricos, como decíamos, es muy nocivo para todos los pobres. Para todos, para los que tenemos conciencia de clase y también para los desclasados. Ningún tilingo se va a salvar porque crea que es rico y vote a la derecha o aplauda sus golpes de Estado. Desde el punto de vista de los ricos, pero de los ricos en serio, el individuo que sale a la calle con un cartelito repleto de consignas de derecha o va a marchar para defender los intereses de la oligarquía terrateniente es un peón y es descartable. Los ricos en serio no ponen jamás la cara: lo hacen los desclasados a su servicio, los pobres de derecha con auto-odio en el corazón. Para las clases dominantes a la hora de llevar muerte y destrucción a una sociedad, da lo mismo el negro villero que el rubio de “clase media” con autito cero kilómetro. Son todos negros villeros por igual al no pertenecer al selecto club de los ricos propietarios de todo, donde el auto-odio no existe.
Finalmente, así es como el pobre de derecha o el desclasado va a terminar odiándose a sí mismo, porque el resultado de su proceder (que es de expresar ideas ajenas y contrarias a sus intereses reales) será muerte y destrucción para sí mismo. Como el negro que apoya el racismo como blanco, el homosexual homofóbico y la mujer machista, el trabajador desclasado está generando las condiciones para su propia destrucción. Vota a la derecha, pide ajuste y represión, quiere que vuelva la dictadura militar, le prende una velita a la imagen de Nisman todas las noches. Y piensa que así entra al círculo rojo del poder fáctico de tipo económico concentrado. Piensa que es rico, que es oligarca terrateniente, pero no deja de ser un pobre desclasado pronto a ser esquilmado por el rico con poder político. Es una oveja, tanto por víctima como por absoluta inconsciencia de ser oveja.
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