domingo, 23 de diciembre de 2012

Sociedad Rural Argentina: vacas, trigo e ideología

Ricardo Goñi Docente. Facultad de Ciencia y Tecnología, Uader.- http://www.eldiario.com.ar/diario/interes-general/64900-sociedad-rural-argent... 

 

UN POCO DE HISTORIA
 La SRA fue fundada el 16 de Julio de 1866, durante el gobierno de Bartolomé Mitre. Desde entonces se adjudicó la representación de la clase ganadera, si bien sólo representaba a los más poderosos: en 1866 sus miembros eran menos de 100; en 1936, apenas 2.000, y en la década de 1970 alcanzaron los 9.000 miembros, cifra récord que rondaba sólo el 10% de los ganaderos. Su mayor identidad con el modelo de país fue durante el período 1880-1916, tiempos en los que el poder estaba en manos de la denominada “generación del ’80”. Eran épocas de “civilización o barbarie”, del genocidio de Roca, de la ley de residencia de Cané, de la oligarquía ganadera, de los patrones de estancia, de los palacetes porteños, del primer centenario, si bien nunca se sintió incómoda con el fraude patriótico, la corrupción y las dictaduras. 
Cuando se sancionó el Estatuto del Peón Rural el 8 de Octubre de 1944 (una norma propuesta por el entonces secretario de Trabajo Juan Domingo Perón) la SRA se pronunció en contra de manera contundente: “Este Estatuto no hará más que sembrar el germen del desorden social, al inculcar en la gente de limitada cultura aspiraciones irrealizables, y las que en muchos casos pretenden colocar al jornalero sobre el mismo patrón, en comodidades y remuneraciones (…). La vida rural ha sido y debe ser como la de un manantial tranquilo y sereno, equilibrado y de prosperidad inagotable”. 
El manantial ha sido tranquilo y sereno, y de una prosperidad inagotable para los patrones, no para los peones rurales, desde entonces hasta la actualidad. 
Véanse sino las escandalosas cifras difundidas por el Ministerio de Trabajo de la Nación en agosto de 2010. Las mismas revelan que el trabajo en negro de los peones rurales de todo el país ¡es del 75%! Y en algunas de las zonas agrícolas más ricas de la Argentina, como Tandil, llega hasta el 80%. También revelan que el sector rural es uno de los que más emplea mano de obra infantil, tanto en la recolección de productos específicos (ajo, cebolla, huevos), como en tareas de alto riesgo sanitario (como el uso de niños como “banderilleros” para la fumigación de campos de soja con glifosato). Es por ello que cuando los dirigentes de la SRA hablan de exclusión social y pobreza lo hace con conocimiento de causa. 

COHERENCIA

 En su extenso historial de antecedentes políticos sobresalen los siguientes puntos, aunque hay muchos más: (a) A fines de 1945, junto a otros grupos patronales, realizó un lock-out de tres días en contra del decreto que establecía el aguinaldo obligatorio de los trabajadores. (b) El 24 de Marzo de 1977, al cumplirse el primer año de la dictadura militar, publicó una solicitada en los medios escritos más importantes de país, en cuyo último párrafo expresa: “La Sociedad Rural Argentina reitera frente a los productores y la ciudadanía en general su apoyo a toda acción que signifique completar el proceso iniciado el 24 de Marzo de 1976, para poder lograr así los fines propuestos, que en definitiva son los grandes objetivos nacionales”. (c) En 2008, ante la Resolución 125 sobre retenciones móviles a las exportaciones de granos, reaccionó con un lock-out de más de tres meses, con cortes de rutas, desabastecimiento, interrupción de servicios, etc. 
Los 44 presidentes que tuvo la SRA a lo largo de la historia, desde José Martínez de Hoz (1866-1870) tuvieron algo en común: la ideología. El de 1988, Guillermo Alchourón (un afiliado de la Unión Cívica Radical que luego fue diputado por la lista de candidatos encabezada por el ex comisario torturador Luis Patti), sostenía que el problema principal de la economía argentina de entonces era la “confiscación de una parte sustancial del ingreso de la producción”. Hugo Biolcatti dijo: “La valuación fiscal es una base imponible para la aplicación de los impuestos provinciales. No se relaciona con el valor de la propiedad. No somos una inmobiliaria, no vivimos de vender tierras: la tierra es un bien de trabajo, una fábrica para nosotros”. ¿Cuál es la diferencia entre uno y otro? 
La Argentina del Bicentenario alcanzó casi los 40 millones de habitantes; la Sociedad Rural Argentina preferiría los 6 millones del Primer Centenario. La Argentina del Bicentenario es capaz de producir satélites, centrales nucleares, películas premiadas en festivales internacionales, software de avanzada y algún tipo de ingeniería genética; la Sociedad Rural Argentina sueña con tener algunos fabricantes de tractores. La Argentina del Bicentenario discute leyes de tercera generación (Ley de Medios, Ley de Matrimonio Igualitario); la Sociedad Rural Argentina todavía no cumple con el Estatuto del Peón Rural y emplea ilegalmente niños como banderilleros para la fumigación con glifosato. La Argentina del Bicentenario recupera empresas estratégicas (Aerolíneas Argentina, YPF) y el control de los servicios públicos; la SRA protege el status quo de las “privatizadas” y de quienes saquearon los recursos nacionales. La Argentina del Bicentenario plantea la diversificación del sistema productivo y la conservación del suelo como bien social; la SRA se aferra a la producción de commodities y al modelo latifundista. La Argentina del Bicentenario propone una redistribución de la renta; la SRA se niega a cumplir con sus obligaciones tributarias. 
Lo anterior sugiere que los estancieros de la Sociedad Rural Argentina no sólo producen vacas y trigo: también producen ideología. Y si no la producen la abonan con notable eficacia. Por ello han convocado al cacerolazo del 8N, más allá de las perspicacias. 

 

América Latina derrotó al FMI

http://www.prensamercosur.com.ar/apm/nota_completa.php?idnota=5790

latPaíses como Argentina, Brasil, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Cuba, Haití, Guyana, y en alguna medida también México, Chile y Costa Rica, registraron signos positivos en sus economías sin la intervención de las autoridades y recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Esto es más evidente, según los informes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Iberobarómetro y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO); en economías como las de Ecuador, Venezuela, Bolivia, Argentina, Brasil y Panamá.

Ecuador, por ejemplo, aplicando exactamente las "recetas" opuestas a las dictadas por el FMI, logró una buena performance entre 2009 y 2011. Este país, andino y petrolero, mantiene desde hace tres años el gasto social más alto de Latinoamérica: doce por ciento del PBI, que representa el doble de la media invertida en todo el continente. El FMI habría recomendado lo contrario: rebajarlo a la mitad del promedio referido. El gobierno de Rafael Correa hizo lo contrario y su sociedad mejoró en términos de mercado interno.

La recuperación económica de América Latina y la mejora social experimentada en la última década fue posible gracias a medidas contrarias a las del ajuste estructural impulsado por el Fondo Monetario Internacional, y a una consecuente mayor redistribución de la riqueza.

El informe "Crisis, Desigualdad y Pobreza", publicado por la organización no gubernamental Intermón Oxfam, fue realizado con la colaboración de Médicos del Mundo, Unicef, Cáritas y la red de organizaciones de acción social de la Compañía de Jesús.

Allí se destacó la manera en que Argentina y el resto de los países resolvieron sus crisis, poniendo de relieve el rechazo a las tradicionales recetas del FMI, la aplicación de políticas contra el endeudamiento, la adopción de un tipo de cambio "administrado", el aumento del gasto social y el control al ingreso de capitales. Se trata de medidas adoptadas durante las administraciones de Néstor Kirchner y Cristina Fernández al frente del Poder Ejecutivo Nacional argentino.

"Como resultado, su política monetaria es más fuerte, lo que permite promover objetivos de desarrollo más amplios, como la creación de empleo y la reducción de la pobreza", asegura el informe.
Afirma también que "en términos generales, el conjunto de herramientas utilizadas contribuyó a un proceso de rápido crecimiento económico y significativo progreso social".

También señala: "La recuperación económica en América Latina se produjo en un contexto de mejora de las condiciones externas, en especial la suba de los precios internacionales de los productos básicos y la reducción de la carga del servicio de la deuda".

"Además, para salir de la crisis, muchos países acabaron por adoptar medidas contrarias al recetario neoliberal impuesto por el FMI con el ajuste estructural en aquel momento, y sobre las que el propio Fondo acaba de rectificar recientemente", puntualiza el análisis.

En se texto se indicó que "desde 2002, algunos países ricos en recursos naturales mejoraron los ingresos de sus economías aumentando sus ingresos fiscales, aplicando políticas fiscales e industriales bien dirigidas –progresivas-, lo cual contribuyó a crear puestos de trabajo de calidad en el sector público, en los servicios y en la industria manufacturera".

Asimismo, tras el estudio realizado se subrayó que "muchos países aumentaron también el gasto social" y añadió que "varios adoptaron sistemas de tipo de cambio administrado y medidas de control de capitales para poner freno a la entrada de fondos con fines especulativos e impedir una revaluación excesiva de sus monedas".

En el informe se precisa que "Argentina, Brasil y Costa Rica se encuentran entre los países que recientemente implementaron regulaciones de la cuenta capital, consolidando así su estabilidad financiera y previniendo apreciaciones no deseadas del tipo de cambio".

Añade también que "Chile, por su parte, mantuvo la gestión de la producción y exportación del cobre mayoritariamente en manos del sector público, lo cual resultó clave para mejorar los ingresos".

También remarca que "después de la crisis financiera de 2001 que arrastró a la mitad de la población a la pobreza, Argentina implementó sucesivas regulaciones sobre la entrada y salida de capitales".

Precisó que "desde 2005 las inversiones extranjeras a corto plazo son sujetas a un anclaje de 30 por ciento del valor de la inversión, el cual es resguardado en el Banco Central por un año".

Para los realizadores del análisis, "esta regulación ha sido eficaz en suavizar la entrada de capitales en los períodos de auge, reducir la volatilidad del tipo de cambio y aumentar el espacio de la política monetaria".

El informe indica que "en 2009 Brasil implementó impuestos a la inversión extranjera en el mercado local de acciones y bonos", y destaca que "el objetivo de estos gravámenes era impedir que los flujos especulativos apreciaran el tipo de cambio".

Remarca que "a partir de 2008, las inversiones de corto plazo inundaron el país e inflaron artificialmente el valor del real, amenazando la competitividad de las exportaciones industriales brasileñas".

En consecuencia, considera que "los impuestos implementados demostraron cierta eficacia en reducir la aceleración de los flujos y la apreciación de la moneda. De esta manera, el impuesto contribuye a proteger el empleo", asegura el informe.

lunes, 17 de diciembre de 2012

¿Quién controla la economía mundial? El poder de las transnacionales

por Alberto Garzón Espinosa / Revista Globalización - http://kaosenlared.net/secciones/s2/opinion/item/40833-%C2%BFqui%C3%A9n-controla-la-econom%C3%ADa-mundial?-el-poder-de-las-transnacionales.html 
Podemos decir, con los datos en la mano, que las entidades financieras son quienes controlan la economía mundial. Pero lo hacen sin necesidad de recurrir a conspiraciones oscuras, porque es la propia dinámica del sistema económico capitalista la que explica que estos sujetos económicos.
La pregunta es ambiciosa, desde luego. Algunos dirán que son los Estados-Nación más poderosos militarmente, como Estados Unidos. Otros dirán que son las personas más ricas y poderosas las que, conspirando, deciden en lugares poco transparentes cómo gestionar el mundo. Sin duda también habrá quienes crean que son las voluntades individuales las que conforman, a través del mercado, el destino de nuestra economía mundial. Incluso, en una derivación de esta última opción, puede pensarse que son precisamente las empresas transnacionales las garantes del futuro político y económico de nuestro mundo. En todo caso, probablemente todas tengan algo -aunque sea poco- de razón, si bien para intentar responder tamaña cuestión no pueden servir análisis simples o prejuicios sin confirmar empíricamente.
Mi intención aquí no es otra que mostrar y difundir los resultados del reciente y único estudio que ha evaluado la red global que conforman las transnacionales (también llamadas multinacionales o grandes empresas a secas). Según este complejísimo estudio que ha analizado las redes de 43.060 transnacionales, apenas un 737 de ellas controlan el valor accionarial del 80% total. Esta distribución de poder es mucho más desigual que la distribución de riqueza y renta. Además, el 40% del valor de todas las transnacionales del mundo está controlado por un pequeño núcleo -core- de 147 transnacionales. Y, más interesante si cabe, de ese núcleo de trasnacionales tres cuartas partes son entidades financieras.
La evolución de la red empresarial
Los economistas clásicos distinguían entre capitalistas y trabajadores para distinguir los dos espacios que podían ocuparse en la actividad productiva. Corresponde esa clasificación a un análisis analítico abstracto de cómo opera el sistema económico capitalista, pero también a cómo era la configuración concreta del capitalismo más incipiente. Un capitalismo caracterizado por empresas donde la propiedad y la gestión coincidían y existía por lo tanto un capitalista activo preocupado por el control de su empresa y por lo tanto por los beneficios que les pudieran dar. El resto de la empresa eran, simplificando, trabajadores que alquilaban su fuerza de trabajo a cambio de un salario. Imaginen en esta visión al capitalista industrial del siglo XIX español, caracterizado por estar frente a la empresa vigilando la actividad productiva. Por ejemplo, a Miguel Agustín Heredia, empresario industrial riojano que montó importantes negocios en Málaga.
Según evoluciona el capitalismo, sin embargo, esta realidad va cambiando y haciéndose más compleja. Las empresas se hacen más grandes y surgen las primeras sociedades anónimas. Se disocia la propiedad de la empresa -que queda en manos de los accionistas- de la gestión de la misma -que queda en la dirección- y de la actividad puramente productiva -los trabajadores-. Los accionistas suelen ser grandes fortunas que juntando sus riquezas permiten acometer proyectos empresariales más complejos y que rinden más beneficios. Un ejemplo español fue la compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (M.Z.A.), que nació de la unión de los capitales de grandes fortunas como las del marqués de Salamanca, el duque de Morny y los Rotchschild (familia vinculada a las finanzas), si bien también -como siempre- con el apoyo de capital público. O el más obvio, el de la Rio Tinto Company Limited, empresa de capital danés e inglés que cotizaba en la bolsa de Londres y explotaba las minas de RioTinto (Huelva). En definitiva, las finanzas y la nueva organización empresarial permite al capitalismo desplegar proyectos más ambiciosos que en ningún caso una sola gran fortuna individual podría llevar a cabo, pero esa nueva organización empresarial modifica a su vez la relación entre los sujetos económicos (finanzas, propietarios, gestores, trabajadores) y por lo tanto las relaciones de poder.
Con la evolución de los mercados financieros, entre los que se incluye el mercado de acciones -la bolsa, es decir, el espacio donde se compran y venden derechos de propiedad de las empresas-, el sistema se hace aún más complejo. La globalización económica y financiera va empujando a las empresas a una mayor internacionalización. Hasta el punto de que gracias a la llamada ingeniería financiera las grandes empresas pueden comprar con enorme facilidad partes de otras grandes empresas o financiar nuevos proyectos de inversión. La aplicación de las políticas neoliberales, que retiran el corsé keynesiano -las prohibiciones y regulaciones que existían en el marco económico- no hacen sino disparar esas tendencias subyacentes. Las grandes empresas pueden, desde entonces, internacionalizarse incluso a partir de la emisión de lo que algunos autores han denominado capital financiero (véase el trabajo de Oscar Carpintero).
En este punto de la evolución capitalista, las empresas están formadas por propietarios, gestores y trabajadores pero que mantienen relaciones muy distintas a las anteriormente descritas. Los propietarios son los accionistas, pero que ya no tienen una preocupación directa por el estado de la actividad productiva -a diferencia del propietario tipo s. XIX- sino que únicamente se preocupan por rentabilizar su capital. La extraordinaria liquidez de los mercados les permite a estos accionistas pasar de una empresa a otra en cuestión de segundos, por lo que se disocian los intereses y vencen las estrategias cortoplacistas. Los gestores, por otra parte, son los consejos de administración de las empresas y los directivos, esto es, aquellas personas que toman las decisiones que afectan a la actividad productiva. Estos consejos de administración obedecen órdenes de los accionistas, porque a ellos les rinden cuentas -no en vano los accionistas pueden exigir la destitución de éstos si consideran que no lo están haciendo bien, es decir, de acuerdo a sus intereses-. Esta relación, propia de la etapa neoliberal, está definida como “shareholder value” y estudiada en la literatura económica en el marco de la llamada “corporate governance” y de la “teoría de la agencia”. Los trabajadores, por otra parte, también están fragmentados en función del segmento productivo al que están asociados -desde gerentes hasta trabajadores de cuello azul-.
La moderna red empresarial
El problema macroeconómico es que en el mundo no sólo existe la distribución de riqueza y renta, sino también la de poder. Las grandes empresas determinan la configuración económica de cualquier país o región, e influyen de forma directa e indirecta en la creación de empleo y la calidad de vida. Por lo tanto, la capacidad de tomar decisiones o influir en ellas por parte de las grandes empresas es especialmente importante y es una manifestación de poder. Pero dada la inmensa y compleja red que se ha tejido entre las propias empresas, es complicado saber quién se encuentra detrás de esas decisiones.
El estudio con el que he comenzado este escrito nos aporta datos esclarecedores. Teniendo presente que las grandes empresas internacionalizadas, es decir, las transnacionales, forman una red en la que por encima tienen a los accionistas y por debajo a sus filiales (para las cuales la empresa matriz es su accionista), se ha elaborado un mapa mundial de las 43.060 empresas más importantes. Como se puede observar en el siguiente gráfico, esto no podría haberse hecho sin tratamiento informático a partir del software adecuado (de hecho, la imagen sólo nos ilustra la composición, porque más allá de ello no vemos un pijo).
De lo que se extrae en el artículo es que hay un núcleo de empresas, o core (SCC en la imagen siguiente), que se encuentran dominando las relaciones del resto a partir de su control accionarial. Es decir, de las ramificaciones que nacen de las empresas centrales puede observarse que controlan parcial o totalmente gran parte del resto de empresas. En conjunto, ese núcleo está formado por 147 empresas que controlan el 40% del valor accionarial total. Saliéndonos del núcleo encontramos que 737 empresas controlan el 80% del valor total.
Uno de los aspectos más interesantes es que en ese núcleo de 147 empresas hay dos tercios que son empresas financieras, es decir, grandes bancos comerciales y de inversión. Y estos son, por lo tanto, los sujetos económicos con más poder para determinar la economía mundial. La lista de esas entidades núcleo, que puede verse aquí, es ilustrativa también del poder nacional que respalda esos intereses económicos. A continuación, un zoom sobre las entidades financieras más importantes que componen ese grupo. ¿Os suenan?
Conclusiones
No cabe ninguna duda de que hay una relación directa entre las entidades que concentran el poder económico y político, en la medida que han aprovechado la debilidad autoimpuesta por los Estados por medio de las privatizaciones y desregulaciones, la responsabilidad en la crisis financiera y los beneficiarios del intento de salir de la crisis. Podemos decir, con los datos en la mano, que las entidades financieras son quienes controlan la economía mundial. Pero lo hacen sin necesidad de recurrir a conspiraciones oscuras, porque es la propia dinámica del sistema económico capitalista la que explica que estos sujetos económicos, las empresas transnacionales y su red, operen de acuerdo a una lógica que les lleva a defender sus intereses. Intereses que son antagónicos con los de los ciudadanos, de modo que su propia dinámica lleva al incremento de la explotación sobre los más desfavorecidos.
El análisis político de por qué un gobierno nacional sale en defensa de una trasnacional (como Repsol) queda para otra ocasión, como también dejaremos para más adelante un análisis de las implicaciones de clase que todo esto significa -por cierto, magníficamente estudiadas por el economista marxista Gerard Dumenil-. Aunque en ambos casos hay elementos en este propio artículo, en la medida que podemos saber que, por ejemplo, Repsol está participado por entidades financieras como CaixaBank y otras entidades que a su vez están participadas por entidades financieras nacionales e internacionales. Por otra parte, los accionistas acaban siendo, en última instancia, personas de carne y hueso. Esas personas son las clases altas, los segmentos más ricos de la sociedad que participan en las redes financieras -por ejemplo, en España el 40% de los hogares tiene el 60% de sus activos financieros en cuentas corrientes, que rinden poco o ningún beneficio, mientras que los hogares más ricos tienen gran parte de sus activos financieros en la forma de acciones o de fondos de inversión y de pensiones que en última instancia casi todos tienen que ver con los derechos de propiedad de las empresas transnacionales.














miércoles, 12 de diciembre de 2012

Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), una historia de infamia

Manuel D'Angelo - http://www.matrizur.org/index.php?option=com_content&view=article&id=24850:sociedad-interamericana-de-prensa-sip-una-historia-de-infamia&catid=49:comunicacion-popular 

“Aunque la mona se vista de seda, ¡en simple mona se queda!”

Esopo, Fábulas, siglo VII aC.

Cuando días atrás, mientras se celebraba la reunión iberoamericana de presidentes y jefes de gobierno, dos periodistas españolas reportearon a Rafael Correa, el presidente de Ecuador, en la radio de mayor audiencia de todo el país, se sorprendieron que el entrevistado atacara, sin ningún tipo de complejo, a la todopoderosa SIP, la Sociedad Iberoamericana de Prensa. Las periodistas creyeron, en su ignorancia, que se estaba atacando al conjunto de una profesión que en el continente europeo cree de ser la única poseedora de la verdad, tergiversa la realidad sin pudor y difama sin tener consecuencias legales al hacerlo.

Doble error: ni Correa atacaba a la profesión, ni los periodistas son los dueños de ninguna verdad, aunque la calumnien y la tergiversen.

La SIP se crea en 1943 en la ciudad de La Habana y desde sus comienzos estuvo constituida por editores y directores de periódicos y agencias informativas de toda América, Estados Unidos incluidos. En la actualidad reúne a 1300 de ellos. Es decir, representan, lisa y llanamente, los intereses de los grupos económicos propietarios de los medios informativos y no tienen nada que ver con la profesión periodística.

Su historia es más que turbulenta: nunca hizo nada por la defensa de los periodistas o la libertad de expresión y respondió descaradamente a las directivas de los medios norteamericanos que usaron la corporación como medio de culturización de las zonas de habla latina y como auténtica trinchera anticomunista en las décadas de los 60 y 70.

Los medios informativos norteamericano, en aquellos años, servía de correa de transmisión de los gobiernos de turno en Washington que defendía, sin ningún tipo de vergüenza, la conocida “teoría de la seguridad nacional”. Esta teoría, preconizaba que las fuerzas armadas de los países latinoamericanos se desentendieran de su misión de defensa fronteriza hasta convertirse en auténticas fuerzas de ocupación que garantizaran el orden interno y combatieran a aquellas organizaciones y movimientos que pudieran, siguiendo el ejemplo marcado por la Revolución Cubana, favorecer la implantación de regímenes de izquierda dentro del contexto de la Guerra Fría.

Esta política generó innumerables golpes de estado con el fin de desplazar a gobiernos democráticamente elegidos y que no estaban dispuestos a reprimir a sus conciudadanos: Uruguay, Chile, Argentina, Honduras, Perú, son sólo algunos de los ejemplos de estas “acciones de guerra”militares, que dejaron en las cunetas y los cementerios miles de muertos, fusilados y desaparecidos.

Las maniobras se orquestaron desde la famosa “Escuela de las Américas”, instalada por aquel entonces en la Zona del Canal de Panamá que administraba y controlaba militarmente el gobierno norteamericano y era vox populi, como señaló claramente Correa en el reportaje en cuestión, que la dirección de la misma estaba en manos de la CIA. Por esta escuela pasaron los estados mayores de todos los ejércitos latinoamericanos, y allí se prepararon y se fraguaron las masacres que posteriormente perpetraban en sus respectivos países, escudándose en el otro elemento común que les daba cobertura ideológica: el cursillismo, pensamiento ultracatólico, cercano al Opus Dei.

Incluso allí se creó la llamada “operación Cóndor”, que sellaba el compromiso de las fuerzas armadas de diferentes países en la persecución conjunta de activistas y propiciando compartir la información de inteligencia para ello. Todo era válido para conseguir una mayor efectividad en el accionar.

Mientras tanto, ¿qué hacia la SIP? Se constituyó, salvo contadas y honrosas excepciones, en el medio de difusión y defensa de esta teoría. La que pretendía hacer creer a los pueblos latinoamericanos que la Alianza para el Progreso, aquella campaña lanzada y dirigida por John Fitzgerald Kennedy, era una suerte de Plan Marshall a la latinoamericana y que permitió el establecimiento de auténticas bases militares de la CIA en los distintos países. Famosa era la que se asentó, entre alambres de espinos, barreras y soldados yanquis armados hasta los dientes, en las inmediaciones del Parque Nacional de Caaguazú, en la profundidad del monte paraguayo.

Cuando la Guerra Fría acabó y la política norteamericana cambió de rumbo político, permitiendo la aparición de regímenes más o menos democráticos en el panorama de América Latina, la SIP también cambió su táctica. Ahora era la hora de apoyar a los partidos políticos de derecha, manteniendo su vieja ideología de ataque a los movimientos sociales y populares que pudieran servir de germen a partidos de izquierda que, como ocurre en estos momentos, están extendiendo un manto de libertad por el continente.

Si muchas veces se oyen voces en Europa que se quejan de la escasez de medios informativos libres o medianamente objetivos, pueden mirarse en ese auténtico páramo que es América donde los medios tradicionales están conchabados con la política reaccionaria de la SIP. Por eso son constantes las luchas que se libran entre los gobiernos progresistas del continente y los medios de difusión. Por eso las periodistas españolas se confundieron: Europa cree que la sacrosanta libertad de prensa está por encima de la misma verdad. Tenemos que volver a recurrir a las palabras del presidente Correa:“en un estado de derecho no se persiguen personas … se persiguen delitos. Si ese delito lo comete un periodista, ¡qué pena! … difamar … es un delito, que si lo comete un arquitecto, un bombero voluntario, un boy scout o un periodista es indiferente; se persiguen delitos”.

La SIP pretende hoy, olvidándose de la negra historia que le precede, convertirse en el adalid de la libertad de prensa y no son más que los mismos perros a los que ni siquiera les han cambiado el collar.

domingo, 9 de diciembre de 2012

LOS ENEMIGOS DE LA DEMOCRACIA EN LA ARGENTINA

Gustavo Rosa - http://www.redaccionpopular.com/articulo/los-enemigos-de-la-democracia-en-la-argentina-dos-notas 

Unas bestias indomables

nestor_y_cristina_peron_y_evita_46Si la democracia no logra domar a las corporaciones, las corporaciones terminan dominando a la democracia. Y esta afirmación no es producto de una paranoia del autor de estos apuntes. Con un poco de memoria se confirma. También, con una recorrida por las páginas del libro “La doctrina del shock”, de Naomí Klain, en el que la periodista canadiense muestra las estrategias del capitalismo –de sus salvajes actores, en realidad- para apropiarse de los bienes en distintas partes del mundo. El documental basado en esa cuidadosa y profunda investigación es difícil de conseguir en DVD –oh casualidad- pero puede encontrarse en la red. Guerras, golpes de estado, tsunamis y huracanes pueden ser útiles para incrementar el patrimonio de estos despiadados e inescrupulosos carroñeros. Empresas conocidas y prestigiosas que aprovechan el sufrimiento de los ciudadanos indefensos para batir récords en sus cuentas bancarias. No importan las muertes, que forman parte del medio que justifica ampliamente sus fines. Entre esas escenas desgarradoras de desconsuelo humano, entre esos momentos de despiadada angurria están las guerras imperiales y los golpes de estado en Latinoamérica. No es un invento del gobierno K que esas alteraciones institucionales –eufemismo que sintetiza la monstruosidad de esas acciones- fueron impulsadas por los dueños del poder económico que no tienen patria, hermandad ni sentimientos. No hay diálogo posible con esas bestias. O se las somete a las reglas de la democracia o se las aniquila.

Un taxista le dice al pasajero: “el problema del Gobierno es que no se sienta a dialogar; tiene que buscar el consenso y no estar siempre en contra”. El pasajero, con toda la calma posible, respondió con las dos oraciones que cierran el párrafo anterior. El taxista se alarmó: “¿cómo va a decir que hay que aniquilar gente?”. “No gente –respondió el pasajero- corporaciones. Sus directivos no han tenido reparo alguno en convocar militares para torturar, matar y desaparecer. Tampoco en provocar crisis económicas para especular y acrecentar sus mal habidos bienes”. Muchos individuos se apropiaron de esa prédica del diálogo y el consenso como esencia de la convivencia democrática. Una visión ingenua de la relación de poderes. El silencio incómodo dominó el resto del viaje. El pasajero podría haber agregado una frase para dejar más clara su postura: cuando los exponentes del poder económico llaman al diálogo es porque intentan dictar órdenes y cuando buscan el consenso es porque exigen obediencia.

Y cuando no logran esos objetivos, nada mejor que sacudir el tablero para sacar a los representantes molestos que pretenden beneficiar a la mayoría. “Hoy las corporaciones y los monopolios político-mediáticos intentan de cualquier forma corroer, destruir, debilitar lo que hemos logrado y mienten descaradamente para frenar este modelo de inclusión que hemos puesto en marcha en nuestra región”, manifestó Rafael Correa en su última visita a nuestro país. Y detrás de ellos, se escudan los poderes fácticos que quieren siempre más, mucho más, al precio que sea. Y que no pagan ellos, por supuesto.
Alicia Vence, jueza federal de San Martín, resolvió poner fecha a la indagatoria de cuatro ex directivos de Ford Motors Argentina por su participación en los secuestros y tormentos que sufrieron 25 delegados de la planta de Pacheco después del golpe del ’76. Las instalaciones de esa planta automotriz fueron utilizadas como centros transitorios de detención ilegal. “Hubo mucha gente civil que golpeó las puertas a los militares para que saquen de encima el sindicalismo –explicó Pedro Troiani, una de las víctimas- por eso esto fue un golpe cívico-militar, cuando pasaron unos días hubo mil despidos en la fábrica, sacaron a los que estaban contaminados con plomo, a los enfermos del corazón, a los faltadores y a la gente que molestaba a los capataces”. El de Ford no es el único caso. Detrás de todos los golpes de estado -desde el de 1930 al de 1976- están los intereses de quienes se sienten dueños del país. Y los militares actuaron como las fuerzas pretorianas encargadas de eliminar cualquier estorbo que se interponga en el innoble fin de incrementar sus descomunales patrimonios. Juntos –corporaciones y militares- pergeñaron un plan de exterminio ideológico para dar rienda suelta a una angurria incontenible.

Después del retorno de la democracia, advirtieron que podían seguir gobernando sin someterse a elecciones; que los presidentes civiles podían convertirse en eficientes siervos de sus planes. Alfonsín por infinitas presiones, Menem por atroz complicidad, De la Rúa por debilidad, torpeza, inoperancia y muchas cosas más, Duhalde por mafioso. Desde la asunción de Kirchner las cosas comenzaron a cambiar. El panorama se volvió más claro. El poder económico quiere gobernar, quiere convertir al país en un coto de caza, quiere acrecentar su botín a costa del sometimiento del pueblo. Pero el kirchnerismo recuperó la supremacía de los intereses de la mayoría a través de la política y dejó expuesto quiénes son los aliados de ese accionar destructivo.

El Gobierno K comenzó a abrir una brecha en el sentido común dominante, ese que justifica el ideario predador. El rol del Estado ha ganado prestigio en estos años, ha recuperado símbolos y los transformó en realidades. Desde hace unos años, ese discurso hegemónico comenzó a perder eficacia. Ese que apuntala la desconfianza, el desánimo, el menosprecio; que prioriza lo privado a lo público; que alienta la mirada individual sobre la colectiva; que fomenta la desmemoria, la conciliación, el cinismo y la hipocresía. Ese relato nocivo se está debilitando porque ha quedado en evidencia que no defienden los intereses del país, sino los de una minoría egoísta y despiadada.

Por eso se opusieron al rescate de Aerolíneas Argentinas de manos de sus saqueadores. Y por eso también están a favor de Repsol y se hacen eco de sus reclamos después de la expropiación. “La recuperación de YPF fue una decisión estratégica –afirmó La Presidenta en la inauguración de la Primera Expoindustria de Petróleo y Gas- Fue una causa nacional. Si no hubiéramos tomado esta determinación, probablemente habría terminado como Aerolíneas Argentinas. Recuperamos también la aerolínea de bandera, a pesar de las críticas internas, cuyos ex dueños hoy están procesados”. “En estos pocos meses hemos detenido el declive de la producción –destacó CFK- Y esto se ve en algo muy sencillo. Hemos vuelto a tener nafta. Misteriosamente, en los fines de semana no había nafta, y ahora hay. Argentina decidió levantar otros paradigmas. Se trata de sumar y multiplicar”.

Y también se recuperaron los fondos de las AFJP. “El Estado puede y eso les molesta –destacó el titular de la Anses, Diego Bossio- “les molesta que las AFJP en catorce años de administrar los ahorros de los trabajadores acumularon 80.200 millones de pesos y nosotros, en cuatro años, con técnicos y funcionarios del Estado, multiplicamos esa cifra casi por tres. Hoy tenemos 231.800 millones de pesos” de ahorro previsional, gracias la creación del Fondo de Garantía de Sustentabilidad. Estas cifras demuestran que la plata de los jubilados no estaba en buenas manos, pero ahora sí, porque está donde debe estar, en el sistema jubilatorio de reparto.

Siempre buscan clavar sus colmillos en la yugular del Estado, es decir, en la de todos nosotros. Aunque debilitados, siguen siendo peligrosos. Y tienen recursos, aliados, siervos y cancerberos. El Grupo Clarín logró patear la pelota unos metros más allá. Un par de jueces saltaron todas las normas y gritaron a los cuatro vientos su dependencia con el poder fáctico. La extensión de la medida cautelar -servicio judicial vip a la carta- es una pieza más de la historia desarrollada en este apunte. Los poderes concentrados y sus cómplices pisoteando impunemente todo lo que no sea útil a sus intereses: el Estado, el país, los ciudadanos, las leyes. Una vez más quieren aniquilar la democracia.


Mundos paralelos

El documento que la jerarquía eclesiástica dio a conocer en estos días todavía da mucho para hablar. Por supuesto que el apuro para realizar este pronunciamiento resulta llamativo. Generalmente, se presenta en sociedad a mediados de diciembre, unos diez días antes de Navidad. Este año se adelantó una quincena. Oportunismo con todas las letras. El Secretariado de Curas en la Opción por los Pobres lo advirtió a pocas horas de emitido el escrito episcopal. Para la liturgia católica, “la Navidad cae siempre el 25 de diciembre y esta fiesta se prepara con el tiempo de Adviento que comienza recién el domingo 9 –explicó Eduardo de la Serna, el sacerdote más conocido de este grupo- por lo tanto, este saludo de Navidad parece más preparativo del 7D”. Para el Colectivo de Teología de la Liberación, “lo importante es que esta vez, al hacerlo público un mes antes de Navidad y a una semana del 7D, marca claramente su alineamiento del lado de los poderosos”. Y para que resulte más notoria la cuestión, destacan que “las declaraciones allí vertidas se parecen más a un editorial de Clarín que a un escrito de testigos del Evangelio”. Lo que significa lisa y llanamente que Clarín es mucho más que un conjunto de medios de comunicación; es mucho más que una manera de ver la realidad; es mucho más que una factoría de estiércol. Clarín construye un mundo paralelo al que gran parte de los argentinos no quiere volver.

La visión de los obispos de la Conferencia Episcopal Argentina está contaminada por la mirada antojadiza de los medios con hegemonía en decadencia. Nada positivo encuentran en estos nueve años de gobierno K. Pobreza, crisis moral, división, violencia es lo que ven los prelados. “Lo menos que podemos decir es que nosotros, que estamos en los barrios, entre la gente, con los pies en el barro, tenemos una mirada muy distinta de la que presenta el documento episcopal”, aclaró el escrito de la agrupación que integra Eduardo de la Serna. El pronunciamiento de los Teólogos de la Liberación, llamado “Del lado de los poderosos… como siempre”, señala que “cada postura tomada en este documento episcopal niega una buena noticia generada en estos diez años: la Asignación Universal por Hijo, el matrimonio igualitario, la ley de medios, los juicios a los genocidas por delitos de lesa humanidad, la creación de puestos de trabajo, el ingreso de miles de jóvenes a la política, la unidad latinoamericana y muchas más”.

Dos mundos, sin más. En ese mundo, en el que se basa el documento de la Iglesia y las noticias de los libelos con déficit de hegemonía, todo está mal, desde la economía, la moral, las relaciones humanas, los derechos, las libertades, las garantías. Todo es un desastre. Todo es peor que antes. En este mundo, por el contrario, ocurre lo que tiene que ocurrir en todo mundo real. Algunas cosas están muy bien, otras más o menos y otras hay que corregirlas y hasta desecharlas. No es lo perfecto, que no tiene existencia posible, porque es la zanahoria que nos pusimos los humanos para alimentar nuestras frustraciones. En este mundo estamos los ciudadanos que hemos decidido tomar las riendas. En el otro mundo se amontonan los individuos que quieren recuperar el control. Dos mundos muy diferentes. Uno, promisorio de futuro y el otro, plagado de pestilencias.

En aquel mundo, sus habitantes aplauden cuando los colonizadores reincidentes logran una pequeña victoria con sus amenazas carroñeras. En otros tiempos, celebraban los saqueos con pizza y champagne. Con los recortes, ajustes, intereses de deuda y flexibilizaciones laborales se excitaban como con una sobredosis de porno. Su juego favorito era apostar por el incremento de los índices de desocupación, pobreza e indigencia. El deporte más extendido era gobernar sin someterse a elecciones. Por eso no les gusta este mundo, porque no pueden desarrollar su perfidia lúdica. Claro, en este mundo, en el real, jugamos todos y casi siempre ganamos. El juego preferido de este mundo es la inclusión y no valen las apuestas, sino el compromiso. Uno que entra y celebramos todos, no con pizza o champagne, sino con algunas estrofas del Himno.

Los habitantes de aquel mundo se relamen cuando Repsol demanda al Estado ante el Ciadi, porque la expropiación es una falta de respeto hacia la propiedad privada y merece un justo castigo. No importa que la compañía española, que adquirió YPF siendo apenas una distribuidora de combustible, se haya transformado en una multinacional importante gracias a una sangría monstruosa. En ese mundo siempre reciben apoyo los que nos quieren destruir porque los héroes son los villanos. Allí abundan los adoradores de Thomas Griesa, Antonio Brufau o Mariano Rajoy. Angela Merkel debe tener un templo en su honor con su imagen venerada a diario. En este mundo no hay héroes, pero abundan las acciones heroicas. Actos cotidianos, solidarios, chiquitos pero con una abundante potencia transformadora.

En el mundo de los agoreros cualquier delincuente merece morir y con el menor trámite posible. Si un hombre intentó violar a una nena de cinco años en un barrio de las afueras de Mar del Plata, los vecinos pueden dar rienda a su furia y linchar al paso a ese desaforado. Con golpes y palazos se ejerce mejor la justicia que con jueces y abogados. Y en ese mundo, el fiscal, Paulo Cubas, puede manifestar su comprensión hacia los vaqueros que ejercieron la justicia por mano propia, porque “entendieron que el violador –que todavía no había violado a la nena- se merecía esa paliza”. Por extensión, también la muerte, que no está contemplada como castigo en nuestro país, que sería este mundo.

Porque en aquel mundo la inseguridad ya es intolerable. Por un par de zapatillas y una tarjeta Sube uno corre el riesgo de morir. La inseguridad –un absoluto tan falaz como la seguridad- obliga a los individuos a vivir entre rejas con forma de titulares. Nadie protege a esas víctimas de la inmigración descontrolada y de baja calidad. En ese mundo no importa que el ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Eugenio Zaffaroni afirme que Argentina tiene una de las tasas de homicidio más bajas de Latinoamérica. Tampoco es un argumento aceptable que asegure que en los barrios de clase Media de la CABA las tasas de homicidios son equiparables con las de Europa o Canadá. En ese mundo sólo importan los prejuicios. “Lo ideal sería cero –dijo La Presidenta- pero no hay ningún país del mundo en el que exista registro cero en materia de delincuencia”.

En el mundo con fronteras de papel, sus habitantes se comportan como exiliados europeos. En este mundo formamos parte de una patria enorme y que sigue creciendo. No con dictadores, como dicen los de aquel mundo, sino con mandatarios que se parecen a los ciudadanos. “No puede haber nada más importante que la soberanía y la democracia popular, y que cada vez que la soberanía y la democracia popular han sido atacadas terminan devastando el Estado y finalmente terminan devastando a los pueblos”, señaló CFK, desde este mundo. Pero no es la única que dice esas cosas. Tampoco la única víctima de las dentelladas mediáticas. “Hoy las corporaciones y los monopolios político-mediáticos intentan de cualquier forma corroer, destruir, debilitar lo que hemos logrado y mienten descaradamente para frenar este modelo de inclusión que hemos puesto en marcha en nuestra región”, denunció Rafael Correa, presidente de Ecuador.

En aquel mundo gobierna una yegua y en éste, Una Presidenta. Los dos mundos existen, pero sólo uno es legítimo. Y, por supuesto, nos pertenece a todos. También nos invita. A todos, hasta a aquéllos que están empecinados a permanecer en ese mundo del que nunca serán parte.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Bolivia y la integración al MERCOSUR

Hedelberto López Blanch - http://www.rebelion.org/noticia.php?id=160193 

mercosurLa futura entrada de Bolivia en el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) reforzará la integración, el comercio y la economía de los países de la región y les permitirá enfrentar mejor los embates de la crisis capitalista mundial.

Una delegación encabezada por el alto comisionado del MERCOSUR, Iván Ramalho, que visitó recientemente Bolivia, invitó a las autoridades de la nación andina a incorporarse como miembro pleno a la organización.

La noticia fue recibida con satisfacción por el canciller David Choquehuanca quien señaló que en la próxima cumbre del organismo, el 6 y 7 de diciembre en Brasilia, "iniciaremos un proceso de diálogo, un proceso de trabajo" para la incorporación boliviana al bloque.

El presidente Evo Morales puntualizó que se esforzarán para

que los equipos trabajen rápido con el objetivo de que después la propuesta sea aprobada en la reunión de jefes de Estado del bloque y se continúe ese proceso en los distintos parlamentos de Sudamérica.

Al hacer una comparación con la Comunidad Andina de Naciones (CAN) a la que pertenece Bolivia, Morales destacó como una ventaja, que el MERCOSUR no tiene Tratados de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. Explicó que dos países de la CAN (Colombia y Perú) son partes del TLC, razón por la que esa Comunidad no se puede unir, porque en vez de complementariedad e integración lo que existe es la competitividad.

El MERCOSUR fue creado el 26 de marzo de 1991 en Asunción y entró en vigencia el 29 de noviembre de ese año. Los países que conforman este bloque regional económico son Argentina, Venezuela, Brasil, Uruguay y Paraguay, este último suspendido temporalmente tras el golpe de estado contra el presidente Alejandro Lugo.

Desde su fundación, los cuatro primeros socios (este año se integró Venezuela) buscaron la ampliación de los mercados nacionales mediante la integración, lo cual constituye una condición fundamental para acelerar sus procesos de desarrollo económico con justicia social.

El objetivo primordial del Tratado de Asunción (firmado durante la Cumbre de Ouro Prieto en diciembre de 1994) es la integración de los Estados, mediante la circulación de bienes, servicios y factores productivos; aranceles externos y adopción de políticas comerciales comunes; coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales y armonización de legislaciones en las áreas pertinentes, para lograr el fortalecimiento del proceso de integración.

La relación de Bolivia con el organismos regional fue temprana pues en junio de 1992, suscribió el Acuerdo de Transporte Fluvial por la Hidrovía Paraguay-Paraná. La nación andina participa en las reuniones presidenciales del MERCOSUR desde la Séptima Cumbre celebrada en 1994 en Argentina y en diciembre de 1995 se convirtió en el primer país latinoamericano que suscribió el Acuerdo de Complementación Económica con el bloque regional. Los acuerdos de Libre Comercio entre el MERCOSUR y Bolivia como país asociado se firmaron en junio de 1996 y entraron en vigencia el 28 de febrero de 1997.

Los éxitos alcanzados en los seis años de gobierno de Morales desde que llegó a la presidencia en 2006, se aprecian en todas las esferas económicas y sociales de la nación andina, que comienza a dejar atrás más de dos siglos de explotación por parte de gobiernos extranjeros y compañías transnacionales con la anuencia de las oligarquías criollas.

Como indicó Iván Ramalho, Bolivia es importante para el desarrollo comercial del MERCOSUR por su ubicación geográfica, que la sitúa en el centro de las transacciones que realizan sus países miembros y porque puede aportar mucho a la integración económica, social y comercial.

El Producto Interno Bruto (PIB) creció desde el 2006 a un ritmo promedio de 4 % mientras los programas sociales resultan amplios y variados para lo cual se destina alrededor de 2 000 millones de dólares.

La generación de fuentes de trabajo resulta una constante en el desempeño del gobierno. En 2011 asignó 3 000 millones de dólares para construir carreteras, instalación de tuberías de agua potable y alcantarillado, escuelas, centros de salud, hospitales, pequeñas industrias, entre otros.

Se crearon nuevas fábricas de papel, cartón, pintura, almendra y derivados; el Estado apoya financiera y comercialmente a pequeños productos industriales y trabaja en el desarrollo general de la agricultura.

Sus Reservas Internacionales Netas (RIN) llegarán al cierre del año a 13 000 millones de dólares, las que antes de 2006 no superaban los 3 000 millones de dólares.

Bolivia recuperó en los últimos años las riquezas nacionales (productivas, mineras y de servicios) que antes eran explotadas por compañías privadas y cuyas ganancias salían del país.

La nación andina tiene muchas cosas que ofrecer en sus intercambios comerciales con el bloque como son sus grandes recursos gasíferos y de petróleo, madera, oro, plata, caucho, estaño, litio, hierro, a la vez que podrá recibir inversiones para su desarrollo productivo y social que las naciones miembros le pueden ofrecer.

El organismo regional luego del golpe de Estado contra el presidente Alejandro Lugo en Paraguay, cuyo parlamento se negaba a aceptar la entrada de Venezuela, aprobó en la reunión extraordinaria de julio pasado en Brasilia, el ingreso de Caracas.

El MERCOSUR, con esa decisión, ganó una nueva dimensión geopolítica al incorporar las porciones amazónicas, andina y caribeña, extender el bloque económico desde el extremo sur hasta el norte del continente, y contar con las tres grandes cuencas de los ríos Orinoco, Amazonas y La Plata.

El comercio entre Venezuela y los cuatro países del grupo se elevó, pese al bloqueo durante seis años del parlamento paraguayo, de 2 000 millones de dólares en 2006 a 8 500 millones de dólares en 2011.

Con la futura entrada de Bolivia, el MERCOSUR tendrá un Producto Interno Bruto (PIB) de 3 690 billones de dólares (a precios corrientes), que representa el 84,2 % del PIB de Suramérica; una población de 310 millones de habitantes, correspondientes a 74 % del total regional, y un territorio de 13,8 millones de kilómetros cuadrados, 80 % del área del subcontinente.

Con políticas regionales más independientes, avanzan hoy los países del sur del continente en aras de una mayor integración económica y social para sus pueblos.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Medios, poder y política en Latinoamérica

Rodrigo Farías - http://edicioncuyo.com/medios-poder-y-politica-en-latinoamerica 

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Recurrencias que nada tienen que ver con lo casual. Las influencias externas y el empeño organizativo de las embajadas norteamericanas para organizar una triangulación entre medios y oposiciones de derecha dentro del continente. La visión del Norte respecto de Latinoamérica, la inevitable incorrección política de no poder evitar ver al Sur como un patio trasero y a los medios, como sus barredores.
El racismo como política editorial de los medios privados bolivianos. El franco complot con los sectores golpistas de Honduras y el indisimulado apoyo a la dictablanda de Paraguay. El esfuerzo frustrado de las cadenas de comunicación de intentar sostener la indefendible figura de Pedro Carmona en Venezuela luego del golpe a Hugo Chávez en 2002. El despegue de la población respecto de los medios, en todos los casos.
La criminalización de la pobreza. El desprecio por el Estado, el Gobierno y la regulación de la economía. Las aristas corroboradas de una perspectiva ideológica hecha política editorial, que resiste retroceder. Una visión, como mínimo, contradictoria con lo que significa la libertad de expresión y la diversidad de voces, confundida con la nostalgia de la comunicación como mercancía. De la omnipotencia del control total por parte de las empresas comunicacionales, hacia la impotencia de tener que atenerse a las decisiones democráticas.   
Cinco intentos de golpes de Estado se han producido durante los últimos 10 años en Latinoamérica, de los cuales dos han tenido éxito. En todos los casos, el desempeño de los grandes medios de comunicación privados ha contado con una lógica que sobrepasa sus relaciones mutuas y se intuye como el instinto de cuerpo latente en una estructura pergeñada en el seno del neoliberalismo. Un tenaz opositor a los gobiernos populistas (Laclau) en la región.
Frente a esto, el tesón de una generación post neoliberal de líderes latinoamericanos y la disputa por la opinión de la ciudadanía. El renacimiento de la palabra frente a la imagen, y la movilización social frente a la teleaudiencia. El imprescindible desarrollo de medios públicos para contrarrestar al discurso de los grupos empresariales que controlan la comunicación desde hace más de 20 años y, en base a eso, el debate público y social.
El hito de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, para Latinoamérica y el mundo. El significado de la extraordinaria convocatoria social para su creación. Un debate postergado por la mayoría de los gobiernos pos dictatoriales que hoy emerge superando todas las expectativas y precedentes en el continente y el mundo. La potencial apertura a un nuevo bloque histórico en la comunicación de masas.
El protagonismo y falta de propuestas de las derechas del continente diluido y corrido del espacio público hacia los sets de televisión. La creación compulsiva de candidatos por parte de los medios y la frustración de no poder dar en la tecla. Logros, debates, resistencias y desafíos de la región en una década que ha dado que hablar al mundo. A continuación, un repaso no exhaustivo del papel de los medios en torno a los procesos populistas en Latinoamérica.
Venezuela
El 11 de abril de 2002, a solo unos meses del estallido en Argentina del cacerolazo que concluyó con la huida del presidente Fernando De la Rúa, los sectores opositores en Venezuela creían estar consumando el golpe de Estado contra Hugo Chávez en el momento en que ordenaban su encarcelación.
La oposición, compuesta, entre otros, por los sectores de derecha, la Fedecámaras (Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela), la Iglesia católica en aquel país y el concurso de sectores militares disidentes, se aglutinó tras la figura de Pedro Carmona, quien expresó, como primer acto de Gobierno, un agradecimiento sincero a los medios de comunicación por su apoyo franco a la intentona golpista.
Desde los comienzos del Gobierno de Hugo Chávez los medios habían planeado una oposición que no dudó en difamar y en recurrir a cualquier artilugio discursivo y comunicacional para hacer que el presidente constitucional abandonara el control del Ejecutivo venezolano.
Sin embargo, ocurrió un hecho imprevisto para la democracia moderna de la región: millones de ciudadanos y ciudadanas salieron a la calle reclamando por el regreso del líder bolivariano, y se concentraron de manera extraordinaria, logrando que Hugo Chávez pudiera volver al lugar en el que el voto democrático lo había colocado.
Un aspecto destacado de esta situación fue que la población realizó esta histórica movilización contradiciendo la propaganda del aparato de comunicación privada, que apoyaba de manera explícita a los sectores golpistas.
Ecuador
En Ecuador, hasta el 2007, momento en que Rafael Correa accede a la dirección del Gobierno,  la comunicación estaba concentrada en ocho grupos familiares que controlaban todos los mensajes emitidos por diarios y medios audiovisuales. De todos esos grupos, cinco eran propiedad de banqueros. 
Hasta ese momento, la figura de los medios estatales era prácticamente inexistente. A partir del mandato de Correa, y en base una audaz lectura del panorama de la comunicación de aquel país, se creó, a través de una reforma de la Constitución, un conjunto de medios públicos y comunitarios.
En base al artículo 17  fueron fundados: Ecuador TV, Radio el Telégrafo, la radio pública del Ecuador, medios gubernamentales y comunitarios, etc.  La lectura fue sencilla: cualquier cambio que se quisiera generar iba a contar con la oposición de los medios, sobre todo en lo referido a la estructura financiera y social.
En base a esto, se dictaminó que las entidades financieras no pudieran ser propietarias de los medios, un hecho que permitió a Correa equilibrar el enorme poder que detentaba el sector financiero sobre la opinión pública. Por supuesto, estas decisiones implicaron que, desde el momento de su asunción, Correa tuviera a todos los medios de comunicación en contra.
En base a esto es que, desde el año 2009, Ecuador intenta aprobar un proyecto de Ley de Medios que se encuentra estancado por la falta de cuórum legislativo por parte de los partidos opositores. El proyecto, al igual que la ley argentina, propone una división del espacio radioeléctrico en medios privados, gubernamentales y entidades sin fines de lucro.
México
El marco jurídico con el que se regulan los medios de comunicación en México proviene del año 1917 y tuvo una serie de modificaciones de carácter cosmético durante la década del 90 pero, en definitiva, conserva el objetivo: el mantenimiento del status quo mediático que opera en aquel país.
Los medios, a su vez, aspiran a la preservación del poder político dominante que es afín a sus intereses. De esta forma, se explica el proceso de concentración que han experimentado durante los últimos 20 años.
En este sentido, la empresa Televisa apoyó explícitamente al candidato Enrique Peña Nieto, representante del Partido Revolucionario Institucional en aquel país, devolviendo a ese partido al poder luego de 12 años fuera del mismo.
Paraguay
El diario ABC de Paraguay, en junio de 2012, apoyó expresamente el golpe de Estado que se perpetró contra Fernando Lugo a través de su destitución por parte de la Cámara de Diputados. Esta maniobra se desarrolló con la complicidad de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Aldo Sucudillo, director del diario ABC, es simultáneamente miembro consultivo del área de prensa de la SIP.

También el diario ABC se encuentra estrechamente ligado al gremio de la producción en Paraguay, que es una cámara de agroempresarios paraguayos que concentran la propiedad de la tierra, cuyos intereses se veían amenazados por las políticas de corte popular promovidas por Fernando Lugo.
Cabe señalar que el gobierno golpista asumió, como primera acción, la intervención de la televisión pública paraguaya, único bastión de prensa crítico respecto del golpe de Estado. Por supuesto, esta medida no tuvo que ocuparse con los medios privados en aquel país, pues se daba por descontada su complicidad.
En general, los medios presentaron como una destitución lo que, claramente, para la mayoría de las voces oficiales del continente, representaba un golpe de Estado.
Honduras
En Honduras, el golpe contra Manuel Zelaya, un caudillo de derechas que viró ideológicamente hacia una de centro progresista durante su mandato, también estuvo patrocinado por los medios de comunicación a través de una campaña difamatoria y mentirosa.
A meses de proponer la realización de una encuesta de opinión pública para saber si los hondureños aceptaban la realización de una asamblea constituyente, los medios sostuvieron que el único objetivo de tal asamblea era posibilitar la relección de Zelaya. Sin embargo, el presidente constitucional nunca había mencionado un interés de esas características.
La cadena estadounidense CNN –en sintonía con los intereses del Departamento de Estado de EEUU- se refirió al golpe perpetrado contra Zelaya como una “sucesión forzada”, invistiendo de autoridad a los sectores inconstitucionales, mencionándolos como el “nuevo Gobierno”.
Al igual que en el caso de Paraguay y el de Venezuela, los sectores golpistas adoptaron como primera acción la intervención de la televisión pública, que fue inmediatamente cortada.
Bolivia, Brasil y algo de Argentina
Los procesos electorales de Bolivia y Brasil son dos casos particulares a tener en cuenta porque, por una parte, se corrobora nuevamente la hipótesis acerca del papel de los medios de comunicación frente a gobiernos populares en Latinoamérica: ambos han sido golpeados sistemáticamente por parte de los medios. Por otra parte, a través del éxito y el mantenimiento de los gobiernos se demuestra la falibilidad de los medios de comunicación para dirigir sin más la decisión de la ciudadanía.
Partimos del siguiente interrogante: ¿cómo hicieron Evo Morales y Luiz Inácio Lula da Silva, en su momento, para acceder al poder, si tenían todos los medios en contra? La respuesta es sencilla: organización social.
En Bolivia, el movimiento social que encabezaba Evo Morales contaba con la oposición, explícitamente racista en muchos casos, de los medios de comunicación. Sin embargo, y más allá de los medios de comunicación, el movimiento indígena contaba con una organización muy desarrollada que generaba canales de comunicación e interpretación alternativos a los de los medios.
El caso de Brasil responde a una lógica similar, aunque en buena medida esto también se corrobora en las elecciones de todos los países de centro izquierda de la región: por una parte, Lula tuvo que hacer ceder una buena parte de sus consignas históricas (hacia la derecha) ante los medios, moderando su discurso social y entablando diálogo con los empresarios. Sin embargo, como bien lo señala un trabajo de Yolanda Laycegui y Léa Souki: “el PT es un partido de cuadros que cuenta con una militancia política disciplinada y férrea”, del cual Lula habría obtenido una cuota importante –y necesaria- para ganar las elecciones.
Las recientes elecciones en la Argentina también responden a esta lógica. La presidenta Cristina Fernández gozaba de una enconada antipatía por parte de la mayoría de los medios de comunicación; sin embargo, se consolidó en el poder con el 54% de los votos. Mucho tuvo que ver el amplio debate social generado a partir del conflicto con las patronales agropecuarias, el inocultable –por parte de los medios- movimiento político que emergió luego del fallecimiento del ex presidente Néstor Kirchner, y –por qué no- el importante papel que han tenido en todo esto la televisión pública y la existencia de un pequeño programa que se comenzó a emitir durante las tardes por el canal estatal llamado “678”, que tuvo como principal tarea develar las estrategias discursivas del Grupo Clarín y gran parte de los medios privados.   
La hipótesis es, en definitiva: a mayor organización social, menor poder de influencia de los medios (Argumedo). Una ecuación en la que la existencia de medios públicos representa un factor determinante en la disputa por la opinión pública entre Gobiernos y grupos mediáticos concentrados. Dicho esto: Ud., lector/a, ¿se imagina las potencialidades que se abrirían para la región –en términos políticos, culturales y antropológicos-  con la aplicación efectiva de la Ley de Medios? Un panorama jamás transitado en la llamada “era de la comunicación”; la sociabilización de la expresión a casi 25 años del fracaso de la proclama imperial del “fin de la historia”.  

viernes, 30 de noviembre de 2012

El Estado palestino

Por Pablo Bilsky - http://www.redaccionrosario.com/nuevo/2012/11/30/el-estado-palestino/
El 29 de noviembre de 1947 la resolución 181 de ONU dio comienzo a la tragedia que todavía hoy padece el pueblo palestino. Otro 29 de noviembre, pero 65 años después, la mayoría de los países del mundo decidieron enmendar, en parte, aquella injusticia. Pese a que el daño ya está hecho y que, en muchos sentidos, es muy tarde, se abre ahora una nueva oportunidad para al menos encuadrar el conflicto dentro de los lábiles y ambiguos límites del maltratado derecho internacional.
El reconocimiento de la Asamblea General de la ONU es un tardío acto de justicia que permitirá al Estado palestino denunciar las agresiones de Israel ante la Corte Penal Internacional (CPI), pero no aliviará a su pueblo del bloqueo ni la ocupación.
Para llegar a esta decisión, los países que apoyaron a Palestina debieron soportar fuertes presiones de Estados Unidos y Gran Bretaña, que intentaron forzar a los palestinos a comprometerse a no denunciar al Estado de Israel ante la CPI.
La decisión dela ONU intenta reparar los efectos nefastos de la resolución 181, e invita a reflexionar sobre la historia del conflicto palestino-israelí desde su origen.
En su libro El conflicto palestino-israelí, el sociólogo, docente y periodista Pedro Brieger menciona que hacia mediados de la década de los ochenta surgen en Israel un grupo de jóvenes historiadores y sociólogos que cuestionan la versión oficial sobre la creación del Estado de Israel y dan a conocer una serie de documentos, muchos de ellos oficiales, que echan por tierra los mitos y las mentiras en que se basa la historia oficial.
Benny Morris, Ilan Pappé, Tom Sagev y Avi Shlain dan cuenta de la verdadera historia de la creación del Estado de Israel, y marcan una diferencia muy clara entre sionismo, judaísmo y Estado de Israel, una de las tantas confusiones alimentadas y alentadas para dificultar la comprensión del conflicto.
Judíos de todo el mundo militan hoy activamente para hacer visible una separación clara y tajante entre la milenaria sabiduría del pueblo judío, por un lado, y el movimiento sionista, de raíz europea, colonialista, nacionalista y, en muchas de sus manifestaciones, laico, por el otro.
El Estado de Israel es resultado de este movimiento sionista, y respetados intelectuales, científicos y líderes espirituales judíos (Martín Buber, Primo Levi, Yeshayahu Leibowitz, Albert Einstein, Rudolf Bkouche, Judas Magner, Benjamín Cohen, Hannah Arendt, Amram Blau, por sólo mencionar algunos ejemplos) han denunciado las políticas del Estado de Israel como contrarias al espíritu, la tradición y las enseñanzas del pueblo judío.
“Los sionistas han demostrado ser irresponsables, extendiendo su dominio sobre zonas de la Tierra Santa habitadas por árabes, y por consiguiente haciendo que todo el mundo árabe entre en conflicto con la comunidad judía”, señaló el rabino Amram Blau según cita Yakov M. Rabkin en su nota La ONU tiene poco que celebrar el 29 de noviembre, publicada en el sitio Argenpress el 27 de noviembre de 2012. Rabkin, historiador y docente judío que vive en Canadá, es autor del libro Contra el Estado de Israel. Historia de la oposición judía al sionismo, publicado en Buenos Aires en 2008. Originalmente editado en francés en 2004, este libro ha sido traducido a siete idiomas, y fue nominado al Governor General’s Literary Award de Canadá (2006), y al premio Hetch de Israel (2008), que se concede a obras sobre el sionismo.
Al igual que Rabkin, Benny Morris, Ilan Pappé, Tom Sagev y Avi Shlain se animaron a desnudar “las mentiras oficiales”, y en su momento produjeron un escándalo y una ola de rechazos en Israel. “Estos académicos revisaron exhaustivamente documentos oficiales y secretos, y encontraron que en los más altos niveles gubernamentales se había discutido –y ocultado al público durante años– los alcances de las atrocidades cometidas, que incluían masacres, violaciones y vejaciones de todo tipo”, señala Brieger en El conflicto palestino-israelí.
El autor menciona que en 1994 Benny Morris declaró a un diario israelí: “Nos mintieron, ocultaron la verdad, barrieron datos debajo de la alfombra”.
Estos nuevos historiadores dan cuenta de la historia de Palestina antes de la creación del Estado de Israel. Tras la caída del Imperio Otomano (conocido también como Imperio Turco) después de la Segunda Guerra Mundial, las potencias europeas colonialistas se dividen sus restos. Palestina, que desde hacía siglos formaba parte del Imperio Otomano, pasa a manos de Inglaterra. Paralelamente, en Europa, desde fines del siglo XIX, va creciendo el movimiento sionista. Sus fundadores, afirma Brieger, “consideraban que la única manera de eliminar el antisemitismo era mediante la concentración de todos los judíos del mundo en un mismo Estado”.
Brieger hace hincapié en que el sionismo “nació en una época de expansión del capitalismo y de apropiación de las colonias por parte de las principales potencias europeas, con las cuales se relacionó porque necesitaba el apoyo de una gran potencia para conseguir ese territorio que no habitaban”.
Esta última afirmación de Brieger –“territorio que no habitaban”– es clave para desmontar mitos que dificultan la comprensión del actual conflicto palestino-israelí.
Porque más allá de la presencia en la zona, desde tiempos bíblicos, de judíos, árabes, griegos, egipcios, persas y otros pueblos de la antigüedad, la pregunta indispensable para comenzar a pensar el conflicto es quiénes habitaban Palestina cuando se decide la creación del Estado de Israel.
Todos los documentos y los datos demográficos disponibles demuestran, en forma irrefutable, que si bien el pueblo judío tiene innegables raíces religiosas, históricas y culturales en el suelo de Palestina, hacia fines del siglo XIX y principios del siglo XX la población árabe era amplia mayoría con respecto a los judíos en ese territorio.
En 1917, “los judíos eran apenas el 10 por ciento de la población de Palestina”, asegura Brieger en El conflicto palestino-israelí.
Según demuestran los historiadores israelíes había poblaciones judías en todo Medio Oriente, en Egipto, Siria, Líbano, Persia, por ejemplo. Hacía siglos que esas poblaciones convivían con pueblos árabes. La población judía de Palestina, escasa hacia comienzos del siglo XX, era uno más de estos antiguos enclaves que no habían tenido grandes conflictos con los árabes.
El autor menciona que desde fines del siglo XIX y durante las primeras décadas del siglo XX llegaron a Palestina grandes oleadas migratorias de judíos europeos. Provenían de Europa central, pertenecían a la rica cultura yiddish y poco tenían en común con los judíos que habitaban Palestina.
A principios del siglo XX, asegura Brieger, había unos 80 mil judíos en Palestina. Hacia 1947, cuando la ONU decidió la partición del territorio, había unos 650 mil judíos en ese territorio. En 1948, al momento de nacer el Estado de Israel, unos 600 mil árabes habitaban allí. Pocos años después, señala el autor, sólo quedaban 100 mil árabes.
La gran pregunta es qué sucedió con esos árabes. Es una de las claves del conflicto. Se calcula en más de 400 mil los árabes expulsados desde 1948.
El escritor y sobreviviente del Holocausto Primo Levi consideró que “el mayor problema del sionismo” era que el territorio palestino “no estaba vacío” en el momento de la fundación del Estado de Israel. Según cuenta Levi, en una ocasión, durante una conferencia en Nueva York ante una audiencia judía, esta afirmación suya provocó un tumulto: “Cuando empecé a explicar que consideraba Israel un error en términos históricos, se armó un gran alboroto y el moderador tuvo que suspender el acto”, señaló Levi, según cita Gonzalo Álvarez Chillida en su artículo ¿La izquierda antisemita? Un comentario crítico a Taguieff, en la revista Illes i Imperis, 2006.
No es excepcional la bronca que causó Levi con su postura. “El territorio Palestino no estaba vacío”, dijo Levi, y de esta manera echó por tierra y desmintió el principal argumento que habían utilizado los sionistas para que los judíos de Europa emigraran a Palestina y no a otros lugares del mundo: “Una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra”, afirmaban los sionistas, negando así la existencia de los árabes que vivían en Palestina.
¿Qué pasó con los árabes que estaban en Palestina a principios del siglo XX? ¿Qué pasó con sus casas, sus pueblos, sus caminos, sus sembradíos, mezquitas y cementerios?
La respuesta de los historiadores y sociólogos revisionistas israelíes, avalada por profusa documentación, avalada además por resoluciones dela ONU y aceptada por judíos y ciudadanos de Israel no sionistas es clara, triste y contundente: fueron expulsados, en muchos casos masacrados, por los sionistas, que recurrieron a métodos terroristas para apropiarse de los territorios. Todavía hoy los palestinos exhiben las llaves de sus antiguos hogares, y sus títulos de propiedad. Lo hacen mientras cuentan cómo fueron asesinados sus familiares, y cómo sus casas y sus pueblos fueron literalmente arrasados.
Uno los muchos mitos que estos historiadores revisionistas desmontan es aquel que señala que el problema entre árabes e israelíes “es un conflicto milenario”.
Leyendo los trabajos de Benny Morris, Ilan Pappé, Tom Sagev y Avi Shlain queda claro que, si bien las relaciones entre judíos, cristianos y musulmanes han pasado a lo largo de la historia por distintas etapas de paz y guerras, las raíces del actual conflicto pueden encontrarse en tiempos mucho más cercanos.
Brieger desmiente en forma tajante la versión oficial de los sionistas, que afirma que los árabes abandonaron el territorio de Palestina, y da cuenta de una larga de lista de masacres perpetradas contra la población árabe que vivía allí hacía siglos.
Pappé acuñó un término muy esclarecedor para calificar el proceso de expulsión de los árabes de su territorio: “limpieza étnica”.
En su libro La limpieza étnica de Palestina el historiador israelí recurre a una impactante cantidad de documentos oficiales para describir el plan sistemático de expulsión y exterminio con el objetivo de “desarabizar” el territorio para convertirlo en una tierra exclusivamente para judíos. Allí se describe el aterrador Plan Dalet y la masacre de Dir Yassin, entre otras atrocidades.
“La definición general de en qué consiste una limpieza étnica se aplica casi palabra por palabra al caso Palestina. Desde este punto de vista, el relato de lo ocurrido en 1948 emerge como un capítulo libre de complicaciones, aunque en ningún sentido simple o secundario, de la historia del expolio de Palestina”, señala Pappé en el prefacio de La limpieza étnica de Palestina.
Por eso el 29 de octubre es una fecha clave y de gran valor simbólico.
El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General de las Naciones Unidas, reunida en Nueva York, aprobó la Resolución 181, que recomendaba un plan para resolver el conflicto entre judíos y árabes en la región de Palestina, que se encontraba en esos momentos bajo administración británica. La decisión dela OEA fue altamente lesiva a los intereses árabes, que perdieron territorio pese a que su población era mayoritaria y pese a estar asentados en esa tierra desde hacía siglos.
Antes de 1947, las milicias sionistas ya venían esmerilando el poder colonialista británico con actos de terrorismo, entre los que se recuerda la voladura del hotel King David de Jerusalén, con un saldo de 88 víctimas civiles inocentes. Menájem Beguin y Yitzahak Shamir planearon ese atentado. Ambos ocuparon luego el cargo de primer ministro de Israel.
El plan de partición votado en la ONU el 29 de noviembre de 1947 proponía dividir la parte occidental del Mandato en dos Estados, uno judío y otro árabe, con un área, que incluía Jerusalén y Belén, bajo control internacional. La incapacidad del gobierno de Inglaterra para llevar a cabo este plan, y la obvia negativa de los países árabes de la región a aceptarlo, tuvo como primera consecuencia la guerra árabe-israelí de 1948. Sus efectos todavía se hacen notar hoy día.
“Aunque los judíos eran la minoría, la partición los favoreció claramente, ya que les otorgó el 56 por ciento del territorio, mientras que a los árabes les fue asignado apenas un 43 por ciento”, afirma Brieger. Los datos son irrefutables en este sentido: en 1947, los árabes eran el 60 por ciento de la población y eran dueños del 92 por ciento de la tierra. Los judíos constituían apenas el 30 por ciento de la población y eran dueños del 8 por ciento de la tierra.
“Es el comienzo de una gran tragedia. Nunca habrá paz”, dijeron los árabes apenas se conoció la resolución 181 de la ONU.
Pero no sólo los árabes consideran que la resolución de la ONU de 1947 abrió las puertas a la tragedia que todavía no termina. Judíos de todo el mundo se pronunciaron entonces y continúan haciéndolo en el mismo sentido. El tiempo les viene dando la razón. El reconocimiento de Palestina como Estado observador no miembro ayuda a esclarecer de qué lado está la verdad y la justicia, pero no mitiga el bloqueo a Palestina.
Las decisiones e indecisiones de la ONU, el accionar colonialista de las potencias extranjeras en el siglo XIX, y las presiones de Estados Unidos y de esas mismas potencias para que no se juzguen crímenes cometidos están en el origen del sufrimiento del pueblo palestino.
“Si Israel no es culpable de cometer crímenes de guerra o contra la humanidad no debería temer nada y, si los ha cometido, entonces debería ser juzgado”, señaló Hanan Ashraui, miembro del Comité Ejecutivo dela Organización para la Liberaciónde Palestina (OLP).
En el ensayo El texto, tierra de nuestro hogar, el crítico literario y erudito judío George Steiner contrasta las más antiguas tradiciones del pueblo judío con el actual Estado de Israel: “En el manifiesto fundacional y secular del sionismo, el Judenstaat de Herzl, el lenguaje y la visión imitan orgullosamente al nacionalismo de Bismarck. Israel es una nación en grado máximo: vive armada hasta los dientes. Para sobrevivir día a día, ha obligado a otros hombres a vivir sin hogar, los ha convertido en seres serviles, desheredados (durante dos milenios, la dignidad del judío consistía en ser demasiado débil para hacer que otro ser humano viviese de forma tan inhóspita y difícil como él mismo). Las virtudes de Israel son las de la sitiada Esparta. Su propaganda, su retórica del autoengaño son tan desesperadas como las de cualquier nacionalismo de la historia. Bajo una presión externa e interna, la lealtad se ha atrofiado dando paso al patriotismo, y el patriotismo ha dado paso al chovinismo”.
Muchos siglos antes, uno de los más venerados sabios judíos había hallado una síntesis difícil de superar: “Lo que quieras para ti no lo hagas a tu vecino. Esto es toda la Torá. El resto son comentarios”, señaló el rabino Hillel (70 a.C-10 d. C), también llamado el Viejo o el Sabio.








































miércoles, 28 de noviembre de 2012

¿Se calientan las calles?

por: Camilo Katari * - http://www.la-epoca.com.bo/index.php?opt=front&mod=detalle&id=2173 

movLas recientes movilizaciones en la Argentina, muy similares a lo acontecido en Bolivia en los años 2008 y 2012, forman un conjunto de acciones cuyo eje vertebrador son los discursos elaborados en los medios de comunicación.

La militancia política que han asumido los medios de comunicación en Sud América es tan evidente que ningún argumento puede demostrar lo contrario. Los titulares son los discursos condensados de la ideología de la restauración neoliberal.

Es verdad que existe, a nivel continental una estrategia para desestabilizar los gobiernos progresistas, el análisis de Walter Goobar es un aporte que aclara bastante este panorama. La estrategia diseñada en el norte, para ser efectiva, debe contar con operadores locales y para el caso boliviano tenemos una variada conformación de estos actores, algunos muy conscientes de su tarea y otros más bien manipulados por el entorno comunicacional.

Durante los años de dictadura, la prensa y muchas radios ganaron la confianza de la población debido a su posicionamiento del restablecimiento de la democracia como sistema político, a la par de esta legitimación los movimientos sociales también asumieron una defensa del sistema democrático y en los momentos de la crisis de Estado (2000, 2003 y 2008).

Ese posicionamiento lo mantuvo frente a las propuestas que buscaban una salida violenta y antidemocrática; en esos momentos salieron a la luz pública las tendencias políticas de los diferentes medios de comunicación y un trabajo coordinado que acrecienta su influencia. Los medios tienen por objetivo fijar agendas y personajes y lo hacen construyendo escenarios donde confluyen los libretos y todos los actores.

Las diferentes protestas que cotidianamente recorren nuestras calles y caminos, no son manifestaciones espontáneas de la población, sino que obedecen a un cuidadoso plan. Un ejemplo es la protesta de los propietarios de medios de transporte y de algunos gremios dedicados al comercio, que mantienen su protesta pese a que el proyecto de ley ha sido enviado al tribunal que según los preceptos constitucionales se pronunciará al respecto.

Si esto es así ¿por qué perjudicar a la población con un paro? La única explicación posible es que el objetivo es crear malestar, en otras palabras “calentar la calle” como señala Gene Sharp en su manual del Golpe Suave.

Los bolivianos durante siglos hemos estado acostumbrados a mirarnos el ombligo y los medios nos han machacado hasta el cansancio que somos un país “aislado”, nos hemos creído estas ideas, pero no es así; hoy somos el centro de atención de los centros de decisión política y económica porque hemos resuelto hacer las cosas de diferente manera, a nuestro estilo, según nuestros usos y costumbres, esto debilita mundialmente a los centros de poder económico y político.

En este cambio de actitud estatal no estamos solos, compartimos las ideas y acciones con los gobiernos de la Argentina, Brasil, Ecuador y Uruguay, por eso lo que ocurra en estos países hermanos también nos afecta.

En este escenario, especialmente en el cono sur, no podemos olvidar que durante las dictaduras militares existió una organización del miedo y de la muerte: el Plan Cóndor que tenía su instrumento ideológico en la tenebrosa Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) que nunca ha dejado de estar activa.

No son pues puras coincidencias las protestas escalonadas que ocurren en nuestros países son los intentos de restauración de los viejos estados dependientes. Y ante esa reiterada intención conspiradora, no debemos dormir, todo lo contrario, debemos mantenernos en vigía a lado de nuestros pueblos.

* Camilo Katari, es escritor e historiador potosino