Las empresas multinacionales (realizan una gran parte de su negocio
fuera de su región de origen) emplean sólo uno de cada 50 trabajadores del
mundo. Pero lo importante. Unos cuantos miles de empresas influyen en lo que
miles de millones de personas observan, usan y comen. Los gustos de IBM,
McDonald’s, Ford, H & M, Infosys, Lenovo y Honda han sido el punto de
referencia para los gerentes. Ellos coordinan las cadenas de suministro que
representan más del 50% de todo el comercio. Representan un tercio del valor de
los mercados de valores del mundo y poseen la mayor parte de su propiedad
intelectual, desde diseños de lencería hasta software de realidad virtual y
medicamentos para la diabetes[1].
Pero como entender el capitalismo actual y la relevancia de la
organización industrial bajo las multinacionales en la globalización o
mundialización, con un ejemplo muy simple: una fábrica china podría
utilizar herramientas de Alemania, tener propietarios en Estados Unidos, pagar
impuestos en Luxemburgo y vender a Japón.
Este año se cumple un siglo de la revolución rusa, en aquel momento el
capitalismo se basaba en el pensamiento económico neoclásico (Marshall,
Menguer, Walras, Pareto), el dejar hacer y dejar pasar, el libre comercio como
motor de la economía pregonaban los británicos –especialmente- y
norteamericanos, en una transición que tuvo, a un intelectual con un visión
singular, sobre estos proceso y que Silvio Frondizi lo sintetizo de la
siguiente forma: el segundo periodo estudiado por Lenin como desarrollo
lógico del anterior, es el de la formación de los sistemas imperialistas
nacionales. Se caracterizaba, en el orden interno nacional, por una marcada
acentuación de las contradicciones del sistema capitalista, que lo lleva a
sustituir la libre competencia por el capitalismo monopolista. A su vez esta
situación lleva, al acentuar la contradicción del proceso de acumulación,
a que la exportación de capitales hacia los países menos avanzados se
transforme en un rasgo sobresaliente de las relaciones económicas mundiales.
La actualidad nos marca alguna que otra similitud, en rasgos de la
época, el comienzo de la ruptura del Estado de Bienestar, la caída del muro de
Berlín y la idea de que las democracias liberales y al economía de mercado
serian la solución final del sistema capitalista luego de pasar décadas en los
debates de Estado Planificador y No Planificador.
Estas transformaciones iniciadas en 1970, como punto de quiebre,
tuvieron sustento ideológico en la raíz en el monetarismo de Milton Friedman y
sus detractores que esgrimían frases como: emisión genera inflación. Lo que
quiere decir que un Estado que planifica sus gastos para calcular sus ingresos,
lo debe hacer sin emitir dinero, entonces debe financiarse por saldo
comercial o endeudamiento externo.
Pero Milton Friedman, que no solo escribió La libertad de elegir,
un clásico que todo economista debería leer, sino que escribió sobre La
tiranía del statu quo en el capítulo 3 deja claro su visión sobre el
endeudamiento, citando a Thomas Jefferson, que dijo: Yo situo la economía
entre las primeras virtudes y las más importantes, y considero la deuda pública
el mayor y más temible de los peligros… Para conservar nuestra independencia,
no debemos permitir que nuestros gobernantes nos carguen con deuda pública… debemos
elegir entre economía y libertad o confusión y servidumbre.Este libro es sobre
el análisis del gobierno de Reagan pone puntos de discusión que los liberales
en la periferia solo transcriben sin culpa algún. Pero el estadio actual del
capitalismo tiene características diferentes al de 100 años atrás pero puntos
en común.
Por ello pasamos de Silvio Frondizi al triunfo del pensamiento
económico que domina algunos organismos internacionales -que solo recomiendan
las mismas soluciones sin medir las características ni singularidades de cada
país-y por eso dejamos una definición que es necesaria en la actualidad y
describe que encubre a las multinacionales para poder operar a nivel global
sino, también, para influenciar en distintos gobierno y favorecer sus propios
intereses. Entonces, pasamos del Imperialismo basado en el pensamiento
neoclásico a la red de Multinacionales basadas en el pensamiento neoliberal,
definido por J. P. Feinmann como: El neoliberalismo es la etapa superior del
liberalismo. La etapa en que los monopolios y oligopolios traban la libertad de
mercado, arrojan de él a los pequeños competidores e imponen sus reglas en
todos los órdenes: el económico, el cultural, el político y –muy especialmente-
el comunicacional, el arma predilecta del capitalismo oligopólico durante los
días que ocurren. El nuevo sujeto Absoluto. ¿Habremos vuelto a la etapa de
Lenin pero ahora con twitter y facebook? La organización de los trabajadores,
ante el creciente desempleo por mayores tecnificación de la producción, no
tendría que tener mayor dificultad.
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