jueves, 13 de junio de 2013

Anotaciones sobre un futuro que se abre

Por Conrado Yasenza* - (para La Tecl@ Eñe) - http://lateclaene.wix.com/la-tecla-ene#!editorial-58/c129j 

1 - La Patria es el Otro y la Década Ganada​

Hay en nuestro país, en nuestras sociedades – porque son muchas sociedades dentro de una -, senderos cuya bifurcación tienen un origen antiguo, ancestral y que se reactualiza sin determinismos históricos cada vez que los vastos sectores populares, con sus no incluidos y marginales, logran a través de gobiernos de sino popular mejorar sus condiciones de vida, su materialidad concreta, sus sueños más esenciales que de sueños pasan a necesidades y de éstas a reparaciones en la vida real, en el presente, aquí y ahora.  Así quedó plasmado en el alma de miles de seres que concurrieron a esa Maravillosa Plaza este último 25 de Mayo; plaza rebosante de alegría, infinitamente colmada de pueblos, una verdadera fiesta popular en su más palmaria dimensión social y política. Una jornada histórica en la que se conmemoraron los 203 años de la gesta revolucionaria de 1810 pero también y ya en el plano más específico de las militancias, los 40 años de la asunción a la presidencia de la República de Héctor Cámpora y los 10 años del surgimiento de un acontecimiento político erigido desde las ruinas de una Nación azotada por las políticas económicas que abrevaron en un derrame jamás acontecido; un hecho político que surgido de las grietas y  definido por el filósofo Ricardo Forster como “anomalía”, se propuso y nos propuso un desafío: No dejar las convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno e intentar reparar el inconmensurable daño ejercido sobre los pueblos de nuestra Nación durante la última década infame con clivaje de inicio en la dictadura cívico-económico-militar de 1976. En una palabra: Un sueño. O, Kirchnerismo. Y a la concreción de ese sueño se nos convocó desde la primera medida de Gobierno del Presidente Néstor Kirchner:  Viajó a Entre Ríos para resolver el no pago de haberes a los docentes que no cobraban su salario desde hacía meses e iniciar la reposición del ciclo escolar-educativo como primer y fundamental motor para la realización del sueño. No llegó un enanito sino un flaco alto y desgarbado que comenzó vertiginosamente a reparar sueños. De allí en adelante  se comenzó a idear e implementar fundamentales medidas políticas que transformaron a nuestra Nación en 10 años y que derivaron en los festejos del 25 de Mayo bajo la idea de conmemorar como actual una “década ganada”, una década ganada que supone la restitución de la política en la vida de una sociedad vibrante y cada vez más lejos de la molicie; una década en la que el conflicto y la tensión, elementos éstos entendidos  como conceptos vigorosos que entran en juego para reponer el sentido social de lo político, despertaron a un pueblo atado a mástiles imprecisos para no oír los sucesivos cantos de sirena que lo condujeron invariablemente al drama de la pérdida de una ilusión y un porvenir.  Se dirá – y con justeza – que aún queda mucho por hacer. Y sí, es ahí donde se reinicia el desafío de lo utópico, pero no ya como visión utopista ideal, sino como dinámica propia de un proyecto político que hace del mito de Sísifo una práctica sostenida en el deseo de redoblar esfuerzos, políticas e historias que lo interpelen. Y allí el conflicto y la tensión y la necesidad de ampliar los senderos y sus marchas pero teniendo como base estos 10 años de políticas sociales, culturales, económicas como plafón desde el cual volver a partir. Lo dicho por la Presidenta en su discurso del 25 de Mayo pasado: Esa Plaza es la Plaza del Futuro.


2 – La deuda Interna: Violencias Institucionales​

​Pero también esa plaza del futuro implica atender de modo vital y necesario no ya solamente las refinadas exigencias de una sociedad que ha incorporado a su vida cotidiana el derecho a poder decidir sobre la libertad de sus cuerpos – urge motorizar la ley de aborto - y de sus preferencias sexuales o el derecho a la identidad sino de afrontar de modo activo los hechos que no debieran ocurrir nunca más en nuestra Nación, la misma que fue arrasada por la tortura y muerte genocida, la que fue asolada por civiles crueles amparados en sus verdugos; la patria que fue violada por patotas parapoliciales durante esa temible y larga noche y por las policías malditas que aún asesinan en esta misma Patria. En ella, el defensor oficial de Menores Julián Axat, denunció un clima de eliminación social de menores vulnerables, desprotegidos y a manos de la autogobernada policía de la Provincia de Buenos Aires. Axat tipificó esta ola de asesinatos a manos de la policía como clima de "Eliminación Social": En los últimos 11 meses, es decir, en un período menor a 1 año, seis chicos de entre 11 y 17 años fueron asesinados por la policía en situaciones más que confusas (falsos tiroteos) y que comportan un mismo patrón de violencia institucional: Niños-adolescentes vulnerables, con numerosas detenciones en comisarías, en ocasiones con complicidad civil como producto de la estigmatización social; niños-adolescentes que son utilizados por la policía para delinquir bajo amenaza de muerte, situación ésta que culmina con la aparición de los cuerpos sin vida de los jóvenes asesinados. El defensor de Menores, quien hizo una presentación penal ante la Corte Provincial, sostuvo que "todos ellos (por los asesinatos) ocurrieron en situaciones violentas, extrañas y confusas; con posterior tratamiento policial-judicial de nulo o bajo estándar investigativo, lo que dejaría un clima propicio para la 'eliminación social'. Pues al tratarse de homicidios de niños-adolescentes con frondosos prontuarios, y pertenecientes a los estratos más marginales, su impunidad posterior se convierte en un mensaje social que no evita su repetición."
Estos hechos de violencia institucional son muy graves y reclaman la urgente intervención estatal para articular seguridad con justicia, accionando en las policías para reformar el esquema de autogobierno policial. Esta cadena de crímenes no puede quedar impune, como tampoco es aceptable la nula asistencia y protección que el Estado les brinda a estos chicos- adolescentes vulnerables.
El clima de eliminación social de sectores vulnerables de la sociedad constituye una situación gravísima que nuestra Nación no debe permitir ni tolerar. Estos asesinatos nos interpelan al tiempo que denuncian lo que aún falta por hacerse en la inclusión, protección, defensa y respeto de los sectores vulnerables, excluidos, y de las minorías que conforman el entramado social de nuestro país.

​3 –  Los Estados y sus violencias​

​Los Gobernadores provinciales, las fuerzas represivas del Estado, las patotas civiles de los funcionarios públicos contra los pueblos en lucha en defensa de sus tierras y recursos naturales. En Formosa, Insfrán y los criollos sojeros y los que desean obtener esas tierras para desarrollos económicos, protagonizando el intento de etnocidio – aquí es donde se enlazan las violencias: la Eliminación Social de menores vulnerables y el Etnocidio de los Pueblos Originarios - de la comunidad Qom-Primavera; en La Rioja, Famatina, Beder Herrera (que además es oriundo de ese pueblo) reprimiendo ferozmente al pueblo que se manifiesta en contra de la voladura del cerro de donde proviene el agua, recurso vital para la comunidad toda. Y los hechos de violencia institucional se reiteran en Catamarca y en otras provincias. Este es el dilema que subsiste aún en nuestra sociedad, de corte capitalista: El Estado defendiendo los intereses económicos de los privados y reprimiendo a los pueblos que se resisten a perder lo más preciado que poseen: La tierra y sus recursos naturales.  La Tierra, que es la vida, la Pachamama que nos cobija. El capitalismo no puede ni quiere resolver esta realidad porque la ambición de apropiación es una característica intrínseca a su naturaleza. No hay plusvalía que el capitalismo – y conocemos el peso simbólico e histórico de la palabra – no pretenda atesorar ya que concibe como suya la potestad del progreso. Y la discusión entonces se plantea justo ahí, en la definición de progreso.  El Estado no puede resolver a favor del capitalismo y en contra de sus pueblos.  Las discusiones por la extensión de la frontera de la soja y la explotación minera requieren de una fuerte intervención del Estado en favor de los pueblos y en la definición de cómo y con qué prácticas se define el progreso de una Nación.​


4 – Acerca de la ampliación del campo periodístico​

​El "campo de la batalla cultural" no puede ser homogeneizado; es justamente lo contrario: Se trata de ampliar el campo entonces y para ello no es deseable encorsetar sus esteros, sus márgenes. La optimización de los lenguajes es la jactancia de la técnica y la compactación monolítica del campo simbólico. Si así se entienden las condiciones objetivas y las acciones estratégicas para comunicar en medio de la denominada "batalla cultural" y dentro del campo de la acción "militante", el panorama se achica y mucho. El desafío es entonces crear nuevos lenguajes políticos y comunicacionales que desafíen la tentadora corriente del "discurso consignista” y trascender entonces ese palimpsesto momificado. El lenguaje puede ser como el pensamiento que no se detiene allí donde se topó con la corta meta de la estandarización y el halago; el lenguaje puede desafiar lo ya logrado tanto como ese pensamiento que nos obliga a poner la mirada siempre delante de lo ya obtenido, de lo concretado, para redoblar la aventura de la construcción política y cultural como bien simbólico de una sociedad que exige ser pensada constantemente. La reproducción maniquea de las lógicas de Grupo atentan contra la ampliación del campo discursivo dentro del cual se halla el lenguaje periodístico. Los lenguajes progresistas no expresan per se la posibilidad de esa ampliación. Hay que sostener y defender la ampliación de voces haciéndola efectiva, tanto como ampliar las fronteras del lenguaje para no detenerlo allí donde se transforma en mero discurso programático-estratégico. Sobre el pensamiento inesperado, no dicho, es que se da esa posibilidad de agregación que supone un nuevo pensamiento, un nuevo lenguaje. Así, el pensamiento crítico debe construir allí donde se detuvo uno anterior. Hoy entiendo que esta conversación dentro del campo periodístico se detiene justo donde encuentra certezas que sostienen fines estratégicos. No es una buena señal para la reposición, por parte del lector, de un sentido que debe ser imperfecto, inconcluso, desafiante.
Los llanos pero efectivos editoriales; los espectacularizados lenguajes televisivos encarnados en un “iconoclasta de peluche” – al buen decir de mi amigo Rodolfo Braceli -; las afrentas y diatribas cotidianas y las esquizoides y perversas comparaciones de nuestro Gobierno elegido democráticamente por la voluntad popular y en elecciones libres y abiertas, con el proceso de iniciación y ascenso del nazismo (brutal editorial del diario La Nación, 1933) deben ser desactivadas, y aunque canse ya hacerlo, con nuevos y mejores argumentos comunicacionales que hagan mella allí donde la fatal grieta se abre en el discurso de los Monopolios de la Desinformación: Ese garrafal paso en falso argumentativo, el “salvando las enormes distancias”, es la contundente prueba de esa falla a activar. Pero la necesidad de refutaciones discursivas que trasciendan la reiteración y la consigna es la herramienta para que la falla se traduzca en sismo. Y los medios concentrados de comunicación lo saben también y por eso en sus escenificaciones post-domingo han sumado al cónclave de “independientes” al verdadero cuadro ideológico de la derecha periodística: El columnista del diario La Nación, Carlos Pagni.​

​5 – Murió el Genocida pero no la Historia​

​Juzgado y condenado, en prisión, hablándole hasta el final a esa escucha que persiste en la Patria, murió el genocida, el asesino, el apropiador de bebés, el matador de sus madres y padres, el creador de los campos de exterminio. Murió la noche más oscura que aún cuenta con sus cancerberos. Pero murió, preso y condenado. Aunque su silencio se fue con él a la tumba. No es, no está, pero sí: El Genocida murió al amanecer.​

​*Periodista

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