lunes, 23 de julio de 2012

ESTADOS UNIDOS, VENEZUELA Y PARAGUAY

POR SAMUEL PINHEIRO GUIMARÃES -http://www.cronicon.net/paginas/edicanter/Ediciones74/nota03.htm 

La política externa norteamericana en América del Sur sufrió las consecuencias totalmente inesperadas de la prisa de los neogolpistas paraguayos en asumir el poder, con tamaña voracidad que no podían esperar hasta abril de 2013, cuando se llevarán a cabo las elecciones, y ahora articula todos sus aliados para intentar revertir la decisión del ingreso de Venezuela [al Mercosur]. La cuestión de Paraguay es la cuestión de Venezuela, de la disputa por la influencia económica y política en América del Sur.
Los medios conservadores salieron a socorrer a los neogolpistas.
1. No se pueden entender las peripecias de la política sudamericana sin tomar en cuenta la política de los Estados Unidos para América del Sur. Los Estados Unidos todavía son el principal actor político en América del Sur y debemos comenzar por la descripción de sus objetivos.

2. En América del Sur, el objetivo estratégico central de los Estados Unidos, que, a pesar de su debilitamiento, continúa siendo la mayor potencia política, militar, económica y cultural del mundo, es incorporar todos los países de la región a su economía. Esta incorporación económica lleva, necesariamente, a un alineamiento político de los países más débiles con los Estados Unidos en las negociaciones y en las crisis internacionales.

3. El instrumento táctico norteamericano para alcanzar este objetivo consiste en promover la adopción legal, por los países de América del Sur, de normas de liberalización más amplia del comercio, de las finanzas y de las inversiones, de los servicios y de "protección" a la propiedad intelectual a través de la negociación de acuerdos en nivel regional y bilateral.

4. Éste es un objetivo estratégico histórico y permanente. Una de sus primeras manifestaciones ocurrió en 1889 en la 1ª Conferencia Internacional Americana, que se realizó en Washington, cuando Estados Unidos, que ya era la primera potencia industrial del mundo, propuso la negociación de un acuerdo de libre comercio en las Américas y la adopción, por todos los países de la región, de una misma moneda: el dólar.

5. Otros momentos de esta estrategia fueron el acuerdo de libre comercio Estados Unidos-Canadá, el TLCAN (Área de Libre Comercio de América del Norte, que incluye además de Canadá a México); la propuesta de creación de un Área de Libre Comercio de las Américas -ALCA; y, finalmente, los acuerdos bilaterales con Chile, Perú, Colombia y con los países de América Central.

6. En este contexto hemisférico, el principal objetivo norteamericano es incorporar Brasil y Argentina, que son las dos principales economías industriales de América del Sur, a este gran "conjunto" de áreas de libre comercio bilaterales, donde las reglas relativas al movimiento de capitales, a las inversiones extranjeras, a la defensa comercial, a las relaciones entre inversores extranjeros y Estados serían no sólo las mismas, sino que permitirían la plena libertad de acción para las megaempresas multinacionales y reducirían al mínimo la capacidad de los Estados nacionales para promover el desarrollo, aunque sea desarrollo capitalista, de sus sociedades y de proteger y desarrollar sus empresas (y capitales nacionales) y su fuerza de trabajo.

7. La existencia del Mercosur, cuya premisa es la preferencia en sus mercados de las empresas (nacionales o extranjeras) instaladas en los territorios de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay en relación a las empresas que se encuentran fuera de ese territorio y que pretende expandirse en el intento de construir un área económica común, es incompatible con el objetivo norteamericano de liberalización general del comercio de bienes, de servicios, de capitales, etc., que beneficia a sus megaempresas, naturalmente mucho más poderosas que las empresas sudamericanas.

8. Por otro lado, un objetivo (político y económico) vital para Estados Unidos es asegurar el suministro de energía para su economía, pues importa 11 millones de barriles diarios de petróleo, 20% de los cuales provienen del Golfo Pérsico, área de extraordinaria inestabilidad, turbulencia y conflicto.

9. Las empresas norteamericanas fueron responsables por el desarrollo del sector petrolífero en Venezuela a partir de la década de 1920. Por un lado, Venezuela tradicionalmente suministraba petróleo a Estados Unidos y, por otro lado, importaba equipamiento para la industria petrolera y los bienes de consumo para su población, inclusive alimentos.

10. Con la elección de Hugo Chávez, en 1998, sus decisiones de reorientar la política externa (económica y política) de Venezuela en dirección a América del Sur (principal, pero no exclusivamente, en dirección a Brasil), así como de construir la infraestructura y diversificar la economía agrícola industrial del país romperían la profunda dependencia de Venezuela con relación a Estados Unidos.

11. Esta decisión venezolana, que afectó frontalmente el objetivo estratégico de la política exterior norteamericana de garantizar el acceso a fuentes de energía próximas y seguras, se tornó aun más importante en el momento en que Venezuela se convirtió en el país con mayores reservas de petróleo, en un momento en que la situación del Oriente Medio es cada vez más volátil.

12. Desde entonces se desencadenó una campaña mundial y regional de los medios contra el Presidente Chávez y Venezuela, buscando demonizarlo y caracterizarlo como dictador, autoritario, enemigo de la libertad de prensa, populista, demagogo, etc. Venezuela, según los medios, no sería una democracia. Y crearon una "teoría" según la cual, aunque un presidente haya sido electo democráticamente, él, al no "gobernar democráticamente", sería un dictador y, por lo tanto, podría ser derribado. Es más, ya hubo un intento de golpe en 2002 y los primeros líderes que reconocieron el "gobierno" que emergió de ese golpe en Venezuela fueron George Walker Bush y José María Aznar.

13. A medida que el Presidente Chávez comenzó a diversificar sus exportaciones de petróleo, principalmente a China, sustituyó a Rusia en el suministro energético de Cuba y comenzó a apoyar a los gobiernos progresistas electos democráticamente, como los de Bolivia y Ecuador, empeñados en enfrentar a las oligarquías de la riqueza y del poder, los ataques se duplicaron orquestados en todos los medios de la región (y del mundo).

14. Esto ocurrió a pesar de no haber dudas sobre la legitimidad democrática del Presidente Chávez, que desde 1998 disputó doce elecciones que fueron consideradas, todas ellas, libres y legítimas por observadores internacionales, incluyendo el Centro Carter, la ONU y la OEA.

15. En 2001, Venezuela presentó, por primera vez, su candidatura al Mercosur. En 2006, después del término de las negociaciones técnicas, el Protocolo de adhesión de Venezuela fue firmado por los presidentes Chávez, Lula, Kirchner, Tabaré y Nicanor Duarte, de Paraguay, miembro del Partido Colorado. Comenzó entonces el proceso de aprobación del ingreso de Venezuela por los Congresos de los cuatro países, bajo una cerrada campaña de la prensa conservadora, entonces preocupada con el "futuro" del Mercosur que, bajo influencia de Chávez, podría, según ella, "perjudicar" las negociaciones internacionales del bloque, etc. Aquella misma prensa que habitualmente criticaba al Mercosur y que abogaba por la celebración de acuerdos de libre comercio con Estados Unidos, con la Unión Europea, etc., en lo posible de forma bilateral, y que consideraba la existencia del Mercosur una traba para la plena inserción de los países del bloque en la economía mundial, empezó a preocuparse por la "sobrevivencia" del bloque.

16. Aprobado por los Congresos de Argentina, de Brasil, de Uruguay y de Venezuela, el ingreso de Venezuela empezó a depender del Senado paraguayo, dominado por los partidos conservadores representantes de las oligarquías rurales y del "comercio informal", que comenzó a ejercer un poder de veto, influenciado en parte por su oposición permanente al Presidente Fernando Lugo, contra quien intentó abrir 23 procesos de "impeachment" desde su asunción en 2008.

17. El ingreso de Venezuela en el Mercosur tendría cuatro consecuencias: dificultar la "remoción" del Presidente Chávez a través de un golpe de Estado; impedir la eventual reincorporación de Venezuela y de su enorme potencial económico y energético a la economía norteamericana; fortalecer el Mercosur y tornarlo aun más atractivo para la adhesión de los demás países de América del Sur; dificultar el proyecto permanente de Estados Unidos, de creación de un área de libre comercio en América Latina, ahora por la eventual "fusión" de los acuerdos bilaterales de comercio, de la cual el acuerdo de la Alianza del Pacífico es un ejemplo.

18. Así, el rechazo del Senado paraguayo a la aprobación del ingreso de Venezuela al Mercosur se tornó una cuestión estratégica fundamental para la política norteamericana en América del Sur.

19. Los líderes políticos del Partido Colorado, que estuvo en el poder en Paraguay durante sesenta años, hasta la elección de Lugo, y los del Partido Liberal, que participaba del gobierno de Lugo, seguramente evaluaron que las sanciones contra Paraguay en consecuencia del "impeachment" de Lugo serían principalmente políticas, y no económicas, limitándose a que Paraguay no podrían participar en uniones de Presidentes y de Ministros del bloque.
Después de esta evaluación, dieron el golpe. Primero, el Partido Liberal dejó el gobierno y se alió a los Colorados y a la Unión Nacional de los Ciudadanos Éticos - UNACE y aprobaron, en una sesión, una resolución que consagró un rito supersumario de "impeachment".
Así, ignoraron el Artículo 17 de la Constitución paraguaya, que determina que "en el proceso penal, o en cualquier otro del cual pueda derivar pena o sanción, toda persona tiene derecho a disponer de las copias, medios y plazos indispensables para presentación de su defensa, y a poder ofrecer, practicar, controlar e impugnar pruebas", y el Artículo 16, que afirma que el derecho de defensa de las personas es inviolable.

20. En 2003, el proceso de "impeachment" contra el Presidente Macchi, que no fue aprobado, llevó cerca de 3 meses, mientras el proceso contra Fernando Lugo fue iniciado y terminado en cerca de 36 horas. El pedido de revisión de constitucionalidad presentado por el Presidente Lugo ante la Corte Suprema de Justicia de Paraguay ni siquiera fue examinado, y fue rechazado in limine.

21. El proceso de "impeachment" del Presidente Fernando Lugo fue considerado golpe por todos los Estados de América del Sur y, de acuerdo con el Compromiso Democrático del Merscosur, Paraguay fue suspendido de la Unasur y del Mercosur, sin que los neogolpistas manifestasen ninguna consideración por las gestiones de los Cancilleres de la Unasur, a quienes recibieron inclusive con arrogancia.

22. En consecuencia de la suspensión paraguaya, fue posible y legal para los gobiernos de Argentina, de Brasil y de Uruguay la aprobación del ingreso de Venezuela en el Mercosur a partir del 31 de julio próximo. Acontecimiento que ni los neogolpistas, ni sus admiradores más fervorosos - Estados Unidos, España, el Vaticano, Alemania, los primeros que reconocieron al gobierno ilegal de Franco - parecen haber previsto.

23. Frente a esta evolución inesperada, toda la prensa conservadora de los tres países, y la de Paraguay, y los líderes y partidos conservadores de la región, partieron a socorrer a los neogolpistas con todo tipo de argumentos, proclamando la ilegalidad de la suspensión de Paraguay (y, por lo tanto, afirmando la legalidad del golpe) y la inclusión de Venezuela, ya que la suspensión de Paraguay habría sido ilegal.

24. Ahora, Paraguay pretende obtener una decisión del Tribunal Permanente de Revisión del Mercosur sobre la legalidad de su suspensión del Mercosur, mientras, en Brasil, el líder del PSDB anuncia que recurrirá a la justicia brasileña sobre la legalidad de la suspensión de Paraguay y del ingreso de Venezuela.

25. La política externa norteamericana para América del Sur sufrió las consecuencias totalmente inesperadas de la prisa de los neogolpistas paraguayos en asumir el poder, con tamaña voracidad que no podían aguardar hasta abril de 2013, cuando se llevarán a cabo las elecciones, y ahora articula a todos sus aliados para intentar revertir la decisión de ingreso de Venezuela.

26. En realidad, la cuestión de Paraguay es la cuestión de Venezuela, de la disputa por influencia económica y política en América del Sur y de su futuro como región soberana y desarrollada.

Traducción: Silvia Beatriz Adoue

viernes, 20 de julio de 2012

ESTELA DE CARLOTTO: Buscar y buscar. Y seguir buscando

Diario Jornada de Mendoza-http://www.jornadaonline.com/Rodolfo%20Braceli/85035

No imaginaba el poeta Francisco Luis Bernárdez, cuando escribió La ciudad sin Laura, hasta qué punto iba a estar sin Laura la ciudad, el país, el mundo mismo.

Porque Laura, nuestra Laura, fue arrancada de la vida por esos que el mismo día se mandan una comulgada y a continuación salen a su rutina, la de perpetrar, tortura mediante, la muerte contra natura. Esos que obscenamente toman para sí los atributos absolutos del Dios que dicen venerar. A Laura le arrancaron la vida y le robaron al tierno hijo que brotó de sus entrañas.

Aunque suene pueril, hay que decirlo: no basta asesinar para matar. En todo caso, no siempre la muerte se sale con la suya. Porque si porfiados son los asesinadores, no menos porfiados vienen siendo los vientres de las madres abuelas que buscan entre millones de rostros desconocidos el rostro del nieto robado. Que buscan con la sabiduría de una paciencia que no es resignación. De las más de 500 criaturas secuestradas al promediar la década del ‘70, algunas robadas de cuajo desde la placenta, en el 2012 ya se han recuperado 105 (ciento cinco). Y continúan.

Conversación, en el enero de 1999
Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, está buscando. Y está ayudando a buscar. Serena, implacable, ella busca.
–Estela, vayamos por su Laura.
–Laura fue la primera de mis cuatro hijos. Hija muy soñada. Muy soñada desde lo idílico, desde lo romántico del noviazgo. Porque con mi marido siempre pensábamos en una hija y en llamarla Laura. Enamorados como estábamos de la canción Laura y de la película Laura que protagonizó Gene Tierney en la década del ‘40... Con Guido nos pusimos de novios muy jovencitos, un noviazgo lento, protocolar... Siempre soñábamos, hablábamos, imaginábamos a Laura. Cuando nos casamos nos propusimos esperar tres años para tener hijos, pero ella llegó al año y fue Laura... Nació el 21 de febrero de 1955, en pleno carnaval. Yo me sentía tan bien que fuimos a bailar junto con otros familiares a la confitería París, de La Plata. Fuimos, del baile volvimos de madrugada. Al rato empecé a tener problemitas. Fui a hacerme ver, quedé internada mientras mi esposo iba a buscar la ropa. Laura nació en el Hospital Italiano de la ciudad de La Plata, a la una del mediodía, todo muy bien. Recuerdo del momento del parto una ventana y a través de la ventana el cielo azul, muy azul. Yo miré ese cielo cuando nació Laura, y enseguida pregunté si era sanita, me dijeron que sí, y yo, que no soy de llorar, sentí que me bajaban las lágrimas, sentía una emoción desconocida. Andaba por mis 23 años, era la primera hija, la esperada; había bordado, tejido: todo lo que hacíamos las señoras de antes para nuestros hijos. Felicidad completa porque, además, mi marido siempre quiso tener muchas nenas. Pura felicidad. La maternidad es dolorosa, pero es tan renovadora. Cuánta felicidad con la llegada de Laura y aquel cielo tan azul.

–¿Suele buscar esos recuerdos a menudo?
–No necesariamente. Hace poco he sido abuela de nuevo, fui a conocer a mi nietito número once, y no se me ocurrió pensar en Laura. Evito a veces las nostalgias y las tristezas, porque eso es contagioso y cuando uno está celebrando un nacimiento, que es vida, no debe empañarlo. Pero después sí, ya en mi casa, pensé en Laura, pensé que ella no pudo conocer la dicha de criar a su hijo y de amamantarlo sosegadamente. No pudo porque se lo quitaron. Laura sólo conoció la felicidad de tener un hijo en brazos durante cinco horas.

–Más allá de los recuerdos, ¿qué?
–El trabajo de cada día. Cada día me atrapa lo de hoy, para crear lo que puede suceder mañana. Es decir: las abuelas estamos siempre activas con el presente sin olvidar el pasado. Llevamos el pasado a cuestas, pero mirando para adelante. Queremos ver qué podemos hacer de nuevo para traer más encuentros de nietos robados que ya son adolescentes o adultos. O sea que estamos en una tarea con una nostalgia muy especial. La nuestra no es la nostalgia que paraliza, sino la que construye.

–Aparte de buscar se trata de enseñar, de inducir a la conciencia. El nuestro es un país trabajado para la desmemoria.
–En nuestro país hubo varias etapas: durante la dictadura ni hablar: la desinformación, el terror, el tapar. Después, con los gobiernos constitucionales que tuvimos desde 1983, nunca se llegó al fondo de la cuestión, siempre se mostraron partes, remiendos. Todavía el común de la gente no tiene muchas cosas en claro. Pero estamos creciendo de a poco, ahora nosotros lo podemos evaluar a través de las detenciones de Massera, de Videla, de otros genocidas. Y lo empezamos a sentir en la respuesta que da la gente. Antes funcionábamos como una sociedad enferma que tolera la convivencia cotidiana con los asesinos. A esta altura del año, a un año del siglo21, enfermos no hemos dejado de estar, pero algunos cambios se observan. La mayoría de la gente mucho no conoce, sigue estando muy parcializada la información. Las Abuelas de Plaza de Mayo estamos en un proyecto: reunir información dispersa y fragmentada, para tener una historia común. Porque cada organismo preocupado por los derechos humanos tiene lo suyo y si conseguimos juntarnos el resultado de nuestro trabajo se duplicará.

–Eso, la juntación, usando el decir de Violeta Parra, mientras más se posterga más facilita el trabajo sin feriados de los cómplices que procuran la indiferencia y la desmemoria.
–Es cierto: somos de la idea de hacer un archivo común, para el uso común de todos, para los estudiantes, para los jóvenes que quieren saber o empezar a saber. En Abuelas estamos haciendo un estudio con los nietos y otra gente, con un convenio con la Facultad de Ciencias Sociales. Primero, porque los hijos no saben cómo eran sus padres y qué hacían y, aparte, los abuelos, los padres de sus padres, no contamos todo, siempre hay algo que se reserva por temor. Pero estamos creciendo. Antes, por ejemplo, si alguien me preguntaba a qué agrupación pertenecía mi hija, yo titubeaba y entonces le decía que a la Juventud Universitaria Peronista. Pero no, Laura era de Montoneros. Ahora ya lo decimos así: Montoneros. O del ERP o del FAL o de tantas otras organizaciones que hubo de lucha armada o no. Es como que nosotros, los familiares, tenemos que aprender a decir todo lo que sabemos. “No, mi hijo no estaba en nada.” Macanas. Cuando una madre dice “no estaba en nada”, es porque no sabe nada.

–Indirectamente se les da pie y razón al por algo habrá sido, en algo andaría. Por lo demás, el estar en algo no justifica ni las torturas ni las desapariciones. Ni el robo de criaturas.
–Exactamente. Por eso digo que hay muchas cosas plantadas en la sociedad producto de esa educación, de esa formación de la dictadura, que todavía no han sido erradicadas. Nos falta mucho por hacer... En mi caso personal aprendimos desde el dolor. El primer desaparecido de la familia, del entorno familiar, fue María Claudia Falcone la Noche de los Lápices. El hermano de ella fue el primer esposo de Claudia, mi hija. Yo tengo tres nietos Falcone sobrinos de María Claudia, que ella no los conoció, por supuesto, porque tenía 16 años cuando la desaparecieron. Directamente en mi familia mi marido fue el primero en desaparecer. El 1 de agosto del ‘77 lo secuestraron. Porque le prestó una camioneta a Laura para hacer su mudanza y como no se la devolvía la fue a buscar. Allí se encontró con que la casa donde estaba viviendo Laura había sido allanada, arrasada, estaba todo roto, las luces encendidas... En el operativo se habían llevado a la pareja que vivía con Laura y mataron a un muchacho que fue el que le hizo la mudanza. Por eso ella no le devolvía la camioneta a Guido. Mientras tanto Laura, que se había mudado, estaba en otro mundo, no sabía que detrás de su mudanza había ocurrido todo eso. Cuando Guido va a ver por qué no volvió la camioneta, ahí a lo secuestran a mi marido. Y lo tienen en una comisaría de La Plata con otros secuestrados a los que él escuchaba cómo torturaban, o cómo mataban. Padeció veinticinco días allí, en condiciones infrahumanas. Lo dejaron en libertad, yo supongo, porque pagué en ese momento un rescate de cuarenta millones de pesos de aquel momento. Esa fue la primera experiencia, particularmente mía, de búsqueda de un desaparecido. En La Plata nadie podía ignorar que esto estaba pasando. Las universidades eran permanentemente centros de detención, de invasión y los chicos en la calle eran secuestrados. Yo era directora de escuela y las maestras llegaban todo el tiempo con noticias de que en el barrio había habido una masacre en la calle, de que habían sacado de una casa a cinco o seis chicos estudiantes y los habían fusilado contra la pared. Recuerdo una maestra que me contó: “Mirá Estela, quedaron partes del cabello, del cerebro en la pared...” Todo el tiempo con esas noticias. Nadie podía ignorar que en La Plata se estaba consumando, día a día, una masacre. El caso es que cuando Laura desapareció yo ya tenía una especie de preparación para saber, más o menos, qué hacer. Mi marido aparece el 25 de agosto y Laura desaparece el 26 de noviembre del ‘77, junto con su compañero. Y mi marido, en ese ínterin en que es liberado, la ve a Laura varias veces en Buenos Aires. Yo no la veo. Sabía que me podían seguir, la estaban buscando. Cuando a Guido lo torturaban le preguntaban por Laura, por su paradero. Él decía: “No sé dónde está y si supiera no se piensen que se los iba a decir”. Y entonces lo torturaban más todavía.

–¿Qué hace usted cuando desaparecen a Laura?
–Decido abandonar toda tarea para dedicarme solamente a buscarla. En abril del ‘78 me entero de que ella estaba embarazada, y ahí sí empiezo realmente los trámites de mi jubilación para esperar al hijo de Laura, que iba a nacer en junio, dispuesta a criarlo yo. Tenía naturalmente la viva esperanza de recuperar a mi nieto.

–¿En qué apoyaba esa esperanza?
–Una cuestión de lógica humana. ¿Cómo se podía robar un niño? ¿Qué había hecho ese bebé para condenarlo? No estaba en nuestra cabeza imaginar lo que pasó. No estaba. Todas las abuelas preparamos un ajuar, esperamos el bebé. No era una esperanza, era una seguridad nacida de una lógica humana. Yo me acuerdo que a la madrugada escuchaba cualquier ruidito y pensaba que al hijo de Laura, mi nieto, me lo habían dejado en la puerta. Esperaba una llamada telefónica, un toque de timbre. Esperábamos. Fuimos a hospitales, a la Casa Cuna. ¿A qué lugar no fuimos? Solas o acompañadas. Porque yo después me integro a Abuelas de Plaza de Mayo, que ya estaban trabajando. Desde octubre del ‘77 ya formaban un grupo de doce abuelas. El fin era buscar a los niños. Ya había un objetivo determinado. Las primeras empezaron solas, cada una hacía lo que le nacía: iban y preguntaban en las comisarías, deambulaban por juzgados, por regimientos. Así se fue encontrando gente que estaba atravesada por el mismo dolor. Y nos fuimos juntando. Los encuentros se fueron modificando: primero se hacían en confiterías, en estaciones de trenes... hasta que como grupo de Abuelas nace en octubre del ‘77. Yo me incorporé en mayo del ‘78.

–¿Tenía alguna noticia de Laura por entonces?
–En abril del ‘78 recibí la noticia de que Laura estaba bien. Y en agosto la asesinaron, a Laura la asesinaron... Dijeron que fue en un enfrentamiento y me entregaron el cuerpo. Yo pregunté por el bebé y nadie quiso o supo cómo decírmelo. El subcomisario de Isidro Casanova fue el que hizo de entregador del cuerpo... había dos cadáveres, el de Laura y el de otro muchacho. Después supimos que los dos habían sido sacados juntos del campo de concentración La Cacha, que estaba en La Plata. Yo entonces no paraba de reclamar, y me contestaban: “¿De qué bebé me habla?”. Estaba todo preparado. Es más, me querían entregar el cuerpo del otro chico, que yo no sabía quién era. Y yo les dije: Si ustedes me dicen quién es, yo me lo llevo y busco a la familia. A ese chico lo enterraron como un NN y a Laura también la iban a enterrar como NN. Pero Laura tenía su documento. O sea que el propósito era siempre no asumir la muerte de los desaparecidos sino enterrarlos como anónimos. Ellos querían tapar todo. Para quedarse en el poder tenían proyectos siniestros: matar a mucha más gente. No pudieron. No pudieron porque hubo toda una resistencia de los familiares. Las abuelas nos pusimos en marcha, dijimos: no puede ser que los chicos no aparezcan, tienen que estar en algún lado, vamos a buscar en los orfelinatos, en la Casa Cuna, en los juzgados de menores, en las comisarías, en todos lados vamos a buscar. Y así empezó este trabajo que, lejos de aminorar, crece cada día más... Primero, porque son centenares los niños que faltan y aparte porque vamos teniendo todo un proceso de creatividad.

–¿Cuál es la clave de esa creatividad?
–Transformar el amor en lucha, transformar el dolor en lucha, transformar el miedo en lucha. Todo eso junto. Nada de quedarse y no hacer nada. Basta de esconderse abajo de la cama. Esto, para la mujer sobre todo, fue y es un desafío.

–¿Por qué es más visible y efectiva y organizada y sostenida la lucha de las mujeres? ¿Por qué Madres o Abuelas de Plaza de Mayo y no Padres o Abuelos de Plaza de mayo?
–Será por la fuerza de la mujer.

–¿Por qué las mujeres sí tienen esa fuerza y los hombres, en general, no la tienen?
–Hace un rato yo contaba como nació mi nena, Laura. Mi marido no puede contar eso. Yo la llevé nueve meses en mi panza, la sentí moverse, le hablé, le preparé la ropita. El rol de la madre es ese rol más cercano, más carnalmente involucrado, porque al hijo lo lleva adentro, en el vientre. Cuando el hijo nace es de los dos, pero hay otro sentimiento en la mujer. Y cuando ocurre una tragedia, en general, es la mujer la que se manda a la lucha. Hay hombres acompañando, claro que sí, pero son muchas más las mujeres. Ahí desafiamos todo. Todo. Porque hasta desafiamos el calendario. No olvidemos que somos mujeres viejas ya. La vicepresidenta de Abuelas tiene 80 años. Rosa y yo teníamos otro programa para nuestras vidas en la vejez: quedarnos en casa tejiendo, con los nietos alrededor. Pero ahora, en cambio, estamos luchando, sin descanso, ignorando las ñañas que tenemos en todo el cuerpo. Nos damos cuenta, de repente, que caminamos más lento. O que tenemos la cabeza blanca por las canas. Pero no importa: las Abuelas recorremos el mundo. Por ejemplo, hay dos que fueron en un viaje hace dos meses, y las dos recorrieron todos los aeropuertos en sillas de ruedas. Hay ciertos condicionamientos físicos, pero no mentales, no del corazón.

–Ustedes trabajan con la paciencia, pero, a veces, ¿no reciben manotazos de la impaciencia?
–Sí, y es lógico. Estamos buscando a nuestros nietos vivos. Confieso que a veces no duermo o me despierto en medio de la noche pensando ay, me faltó hacer aquello, por qué no habré hecho esto, qué es lo que hago mal... Me consuelo y digo: pero si estoy haciendo más que cuando tenía 20 años; entonces podía darme el lujo de dormir la siesta, o tener el respiro de ir al cine o al teatro. Ahora, a la vejez, nada de eso. Pero qué, ¿vamos a quejarnos de nuestras fatigas? Terminamos por ser conscientes, porque la gente nos lo hace ver, de que hemos movido al mundo. La ciencia de la genética se movió al compás de nuestra demanda, y la jurisprudencia que en la Argentina se ha sentado a través de la búsqueda de los chicos y la restitución es increíble. También la psicología ha progresado, en cuanto a la restitución de la identidad. Nosotros decíamos hace muchos años: nadie puede vivir con una identidad cambiada. Y nos contestaban “ay, pero señora, mire que sus nietos están muy bien, a lo mejor con una familia que les da de todo”. Sí, pero es una jaula de oro, son prisioneros, son esclavos. ¿Vamos a pensar que porque estos chicos tengan un buen pasar están mejor? Con ese criterio, puede llegar el momento en que se va a creer necesario sacarle los hijos a los pobres, para que tengan un buen pasar. ¿Se olvida que cada niño tiene el derecho a vivir con su papá, con su mamá, con sus proyectos de vida, con sus olores, sus costumbres? Hace muchos años, cuando nuestra lucha parecía totalmente imposible, decíamos: “Ya van a ver que los chicos van a venir a buscarnos.” Y esta frase loca ya se empezó a confirmar. Se empezó a dar en los adolescentes que vienen a vernos, cada vez más. Hace unos cuantos años que están viniendo porque dudan, porque piensan, porque los castigan, o porque los tratan bien, o porque son muy buenos o porque son muy malos... Pero ellos quieren saber. Tienen mucho tal vez, pero tarde o temprano sienten que algo les falta. Y empiezan a buscar a sus abuelos.

–El llamado de la sangre.
–El llamado de la sangre. La identidad. Quien duda de su identidad o no la tiene después también tendrá un hijo sin identidad. Esta falta de identidad traspasa varias generaciones. Es incómoda, más que incómoda intolerable. La genética ha avanzado tanto… por sus avances se puede saber, por ejemplo, que hay quien por su conformación morfológica, o sea, ósea, puede haber sido pariente de Carlomagno.

–Hace un tiempo, ustedes las Abuelas buscaban chicos de 8 ó 10 años. Ahora buscan jóvenes de 20 ó 22. ¿Esto facilita o dificulta la búsqueda?
–No es lo mismo buscar un adulto, un adolescente, que un niño. Porque al chico que podía tener 8 años se le decía su verdad y se incorporaba a la familia. Hoy a un chico de 21 años no se lo puede incorporar a nada. Se le puede decir la verdad, para que la digiera, la internalice. Pero después de eso no se le puede decir: vení o andá. Eso no va. Pero en general, hay una buena actitud... En muy poquitos casos, dos, hubo mal manejo y también mala respuesta. Pero en todos los demás, aun entre los más duros, el chico quiere saber, quiere conocer, pregunta.

–Con respecto a la búsqueda de su nieto, si nos guiamos por las noticia parecería que está cerca de encontrarlo.
–Las notas de los medios fueron muy exageradas. Un día me vieron salir del juzgado y yo les conté que entre otras cosas estaba el tema de mi nieto. Allí empezaron a decir que había encontrado a mi nieto, cuando en realidad yo estoy cada vez menos convencida de que sea mi nieto ese chico... Hay muchas cosas del entorno que me hacen desestimar esta idea. De todas maneras es un esclarecimiento: vamos aprendiendo que también tenemos derecho a equivocarnos. Pero de todas maneras, la persona que tiene a ese chico, si no es mi nieto y es hijo de ellos, sabe, sabe dónde está el mío.

–¿Por qué está tan segura?
–Porque ese hombre fue el que se ocupó del traslado de Laura desde el campo de concentración hasta el Hospital Militar Central. Y la volvió a llevar cuando ya había tenido su bebé. O sea que él debe haber dicho quién se iba a llevar el bebé. Y hay algo más: si las parturientas tenían los hijos en el suelo de los campos de concentración, ¿por qué a mi hija Laura la llevaron al Hospital Militar, a ser atendida en un hospital? ¿Alguien ya había elegido ese chico? Por esto yo pienso que mi nieto debe de estar con alguien de mucho poder. Porque no es común que llevaran a dar a luz a alguien a un hospital, y militar... En la ESMA funcionaba una maternidad clandestina, y en las comisarías, en el Pozo de Banfield, en el Pozo de Quilmes, también nacieron chicos... En el Hospital Militar Central ha habido nacimientos, pero no los tenemos a todos registrados. El de Laura, y otro nacimiento más, seguro.

–¿Cómo lo piensa a su nieto?
–Tengo más bien un pensamiento lógico, yo digo que debe de estar cerca. A lo mejor me lo cruzo. Claro, tampoco podemos estar viviendo de esas cosas simbólicas, porque, por ejemplo, la vez pasada yo estaba en la biblioteca del Congreso y había un grupo de estudiantes. Entre ellos había uno especialmente, que me miraba. No sólo me miraba, se acercó, me preguntó cosas... Ese muchacho podía tener la edad de mi nieto. Y ahí se me voló un poco la imaginación, pensé: ¿no será mi nieto? Porque es raro que un chico venga y tenga tanto raport conmigo. Pero bueno, después lo desestimé porque tenía una edad que… era más chico. Ésas son cosas en las que uno se engancha, a veces. Pero son transitorias.

–Tiene que tener mucho autocontrol para no caer en esas falsas ilusiones. Porrazos del corazón y del alma, seguramente.
–Mucho autocontrol no sólo por uno, sino también para no molestar al otro. Tenemos, tengo, que andar con cuidado. Yo me encuentro con chicos que se llaman Guido y se me paran los pelos cuando escucho el nombre. Pero sé que mi nieto no se debe de llamar Guido. No le van a poner el nombre que quería su mamá. Le habrán puesto otro, por ahí parecido: Gastón. Algún nombre con G... Porque habrán pensado, tal vez, en buscarle alguna similitud en el nombre.

–Hasta donde es posible: ¿se imagina objetivamente el rostro de su nieto robado?
–Yo lo hago parecido a Laura. Siempre que me lo imagino, con los ojos grandes, cabello castaño oscuro pesado, el cutis blanco mate... No sé por qué me lo hago más a mi familia, porque lo que yo deseo en el fondo es que se parezca a su mamá; además, Laura era muy bonita. Pero mi nieto se puede parecer a cualquiera. Ese nieto... El día que lo encontremos lo veremos con cosas parecidos a su papá y a su mamá y a sus tíos también, vaya a saber... Pero espero, espero ver y tocar al hijo de Laura.

–¿Sueña con Laura usted?
–Sí sí. En general son sueños lindos. Siempre la sueño en el mar... Será porque en la última carta que ella me escribe me dice: “Bueno mamá, en el verano vamos a programar ir al mar juntas, para charlar, para estar, para recuperar el tiempo que no nos vemos...”. Una carta muy linda. Entonces la sueño siempre en el mar, en alguna orilla del mar. Ése es el sueño que tengo más seguido con ella. Por supuesto que la veo, me encanta escuchar su voz. A Laura la tengo adentro siempre de la misma edad, sin crecer, sin envejecer.

–Desde ya estará imaginando cómo hablarle, qué decirle a su nieto cuando aparezca...
–Y sí. En principio, institucionalmente, tenemos ciertas normas de acatamiento a lo que la justicia disponga, siempre que no sea una cosa alocada. Normas referidas a los tiempos del chico, que pide tiempo... Se trata de tener cuidado, hemos aprendido que no hay que abrumarlo, que tiene que saber su historia a medida que él quiera. Pienso que el impulso, en cualquiera de las abuelas que pudieron reencontrarse con sus nietos, es correr, correr y abrazarlo y llamarlo por el nombre. Pero ese chico tiene otro nombre, no nos conoce, y de repente se encuentra con el abrazo de una extraña que, encima, debe ser una vieja bruja porque, según los apropiadores, nosotros estamos mintiendo, estamos haciéndoles daño. El chico encontrado es como una pared... esa pared hay que ir rompiéndola con todo lo que puede hacer una abuela: con paciencia, amor, comprensión. Hay que ir contándole sólo lo que él pregunta. Muchas abuelas le dicen al chico: “Te traje un regalo”. Y el chico les dice: “No lo quiero”. La abuela arrebatada insiste: “Tengo unas fotos para mostrarte”. El chico: “No quiero verlas”. Y la abuela: “¿Querés que te cuente de tu mamá?”. Y otra vez el no y ahí aclara: “Porque mire señora que yo a mí mamá la quiero mucho...”. Y él está hablando de la madre falsa... Sí, el encuentro es un golpe muy duro para los chicos.

–¿Cómo es la Navidad de una abuela de Plaza de Mayo?
–Para mí es una Navidad sin arbolito. Nunca más lo pude armar, desde que nos falta Laura y mientras no aparezca mi nieto. Las fiestas son para recordar a quienes nos faltan. Recordamos a Laura en cada cumpleaños. Y cada 26 de junio sabemos que nuestro nieto robado cumple otro año más. Porque sabemos que nació el 26 de junio. Nos lo contaron compañeras sobrevivientes que fueron liberadas. Laura les contó todo cuando volvió del hospital sin el bebé.

–¿Qué siente por los que asesinan cuerpos indefensos y roban sus criaturas?
–No siento odio. No conozco el odio. Por lo menos en mi vida, desde que nací hasta ahora, no conozco el sentimiento del odio. Debe de ser un sentimiento horrible. Nunca odié. Estar fastidiada, tener dolor, bronca, sí. Pero el odio es una cosa feísima. Porque el odio enceguece, obnubila, anula. El sentimiento de odio hace hacer cosas, pero siempre malas. Uno no puede hacer algo bien odiando.

–¿Tampoco sintió odio cuando recibió la noticia del asesinato de su hija?
–No no no. En ese momento sentí un dolor indescriptible, sentí un vacío. Esa vez sí me enojé con Dios... porque yo he sido siempre cristiana, católica, y todo el tiempo le pedí a Dios que no la mataran, que me la devolvieran... Y un crucifijo que tengo en casa, que me lo regalaron mis compañeras de secundario cuando me casé, ése recibió mis broncas, mi enojo. Pero odio, yo no conozco el odio.

–Si no tiene odio, ni rencor, ¿qué?
–Lo que tengo es una gran necesidad de justicia. Necesidad de ver a los asesinos en la cárcel, pagando. No sueltos, en la impunidad. Necesidad de que los chicos no sigan siendo los rehenes de estos malditos. Que puedan volver a su familia, reconocerse a sí mismos. Es todo un trabajo que hay que hacer en base a una perseverancia, a una tenacidad. Hay en las abuelas una tozudez, hay un empecinamiento, hay un montón de palabras, todas juntas, que hacen que uno tenga convicción en lo que hace. A mí nadie me va a convencer de que no tenemos derecho a buscar al nieto robado, nadie me va a convencer de que la gente que mata puede andar libremente por la calle. Alguna vez, en esta lucha de veintiún años con Abuelas, alguna vez estuve por dejar. Después de todo somos un grupo humano, con sus diferencias… Y dejé. Pero dejé sólo un momento. Y si volví es porque me sentí apoyada por mi marido. Él no está bien ahora, está enfermo, pero me respalda en todo.

–Si pudiese tener a su Laura acá, un momento, ¿qué haría, qué le diría?
–No sé qué le diría. (Estela Carlotto respira hondo, entra en un largo, muy largo silencio.) Supongo que la abrazaría. A veces soñé que Laura volvía... Sí, he soñado que ha vuelto Laura y yo le decía: Entonces no estás muerta, estás viva. Gracias a Dios... Y la abrazaba y la abrazaba…

–Perdón por la pregunta, Estela.
–Ya pasó. Está bien. La pregunta es fuerte pero me sirve para preguntar yo: ¿Existe un cielo?
–Tal vez sí, tal vez no.
–Para mí ese cielo existe. Yo, como cristiana, creo que el cielo existe. Y ahora Laura está en ese cielo... Entonces ese abrazo se lo daré allá. Seguro que se lo daré allá. Porque yo sé que aquí a ella no la veré más. Al que tengo que ver aquí en la Tierra es al hijo de Laura, a mi nieto.

Posdata
Ella busca entre un océano de rostros.
Deletrea rostros.
Busca, buscará, no importan calores lluvias vientos.
Busca, buscará, no importa la obscena indiferencia de los indiferentes.
No hay quien pueda doblegar la voluntad
cuando la voluntad tiene detrás un corazón,
cuando ese corazón es corazón de mujer abuela.

Plegaria furiosa,
para las parteras de la memoria
– Permiso, Memoria.
Permiso, Conciencia.
Qué sería de nosotros si Ellas, las  madres abuelas, no hubieran existido?
¿Qué quedaría de nosotros si Ellas no hubieran salido
a alumbrar la más eterna de las noches?
¿Qué hubiera sido de nosotros? ¿Qué?
¿Estaríamos de pie? ¿Estaríamos?
–Ellas nacieron para semillar semillas.
Ellas nacieron para resucitar lo desaparecido.
Ellas gritan con el alarido y gritan con el silencio.
Pueden desentenderse del hambre y del frío y del dolor.
Supieron, ellas, convertir a la intemperie en abrigo
y a la desgracia en linterna.
Fueron la única la luz que atravesó aquella demasiada noche
impuesta por los dueños de la vida y de la muerte.
Ellas se tutean con el milagro
pero no esperan que caiga del cielo.
Una de dos: lo hacen o lo hacen, al milagro.
–Si el diablo mete la cola, no importa:
ellas siguen adonde iban.
Si Dios no baja, no importa:
ellas llegarán adonde querían.
Ellas van, siempre van:
van cuando van y van cuando regresan.
Van hacia delante, aunque solo giren:
son la memoria del círculo.
–Pueden, ellas, mirar la oscuridad sin un temblor,
y mirarlo al sol sin bajarle la mirada.
Tenaces, porfiadas, tercas,
son el templo andante
del último resto de locura que le queda al mundo.
–Alguna vez tejieron, ellas.
Alguna vez hicieron arroz con leche.
Alguna vez posaron sus labios sobre la frente ardida de su criatura.
Alguna vez sus corazones presagiaron la noticia
antes de que, en mitad de la noche, les voltearan la puerta.
–Ellas hacen la casa y las cosas de la casa.
Y hacen de comer, como ninguna.
Pero, todo, absolutamente todo lo dejaron
y salieron y salen y saldrán, ellas, dispuestas
a encarar la obscena impunidad,
a enfrentar el falso coraje del crimen asesinador.
–Salen, ellas, cada día, a desandar la asesinación
hasta el tuétano de las últimas consecuencias.
–Salen, ellas, como locas,
haciendo abandono de hogar
y de aconsejada prudencia y de miedo cautelar.
–Salen, ellas, a cachetear a los que se esconden
en la abstinencia, en la distracción,
en el borrón y cuenta nueva.
–Salen, ellas,
a darle vuelta los bolsillos a la muerte.
Y la muerte recula.
–No necesitan brújula, ¡para eso sus corazones!
–No necesitan sol, ¡para eso sus corazones!
–No necesitan luz ni luna, ¡para eso sus corazones!
–No necesitan escudos, ¡para eso sus corazones!
–No necesitan pensar, ¡para eso sus corazones!
–No necesitan armas, ¡para eso sus corazones!
–Salen, ellas, a cara descubierta,
a buscar una arenita en el desierto.
Y la lluvia les baja por pómulos hombros pechos vientres piernas.
Y el sol les seca pómulos hombros pechos vientres piernas.
Y tienen, ellas, olor a sí mismas.
–Salen, ellas, casa afuera,
porque aprendieron que ni el mundo ni la vida
terminan en el umbral del egoísmo.
–Salen, ellas, semilladoras, panaderas de la memoria.
Van sembrando, van regando la tierra arrasada.
Y la tierra se deja preñar.
Tienen, ellas, tratos con la tierra. Entre vientres es la cosa.
–Allá vienen, ahí van:
no las fatiga la fatiga,
no las alcanza la desesperanza,
no las derrumba el insomnio.
No se dan tregua y no dan respiro.
–Cultísimas o apenas alfabetas,
ellas, a la hora del dolor de los dolores,
son iguales:
todas tienen dientes en la voz y uñas en los dientes.
Todas se dan tiempo para regar las plantas
y darle otra oportunidad a la primavera.
–Llegado el caso, ellas, pueden ladrar
y relinchar y aullar y graznar también.
Y pueden voltear la pared y cambiar de lugar la pirámide.
Y pueden hacer que la piedra cante.
Y más todavía:
pueden deletrear el desierto arena por arena
hasta encontrar,
hasta encontrar el rostro de la arenita que buscaban.
Y cuando por fin la encuentran, a su arenita,
dicen hijo mío, hija mía.
Y nada más dicen,
los están abrazando.
–Camino se hace al andar, conciencia se hace al girar.
Girando hacia adelante,
ellas aprendieron en carne propia desgajada:
que la indiferencia es la madre de todos los crímenes,
que la verdad, la tan buscada, no se cansa de esperar
porque ellas no se cansan de buscar.
–La rueda no fue inventada. La rueda ya estaba.
Si es rueda la Vida, rueda por ellas.
Rueda por sus corazones con paciencia.
Con paciencia empedernida que jamás es resignación.
Rueda porque ellas estaban antes que el viento
y cuando el viento pase seguirán estando.
–Las madres que las parió, ellas, tan capaces de todo:
capaces de sembrar el abismo,
capaces de zurcir, finito, la herida absurda de la Vida.
–Ellas, alocadas, furiosas,
desgajadas de su gajo, ellas siempre buscan.
Buscan hasta después de siempre.
Dejan atrás este oeste norte y sur:
buscan la verdad.
¿La verdad aquí no está?
A ellas no les importa: han decidido ser eternas,
seguirán buscando por los siglos de los siglos
porque ellas no quieren que el olvido así sea
y Amén.
–No hay caso con ellas: la Vida les abre camino.
No hay caso, no se casan de resucitar.
Ellas conseguirán lo imposible.
Lo conseguirán, tarde o temprano.
Ellas, si no es hoy, conseguirán lo que buscan,
después que el fin del mundo pase.
–Así fue así es así será.
Pero, ¿cómo es posible tanto insomnio alumbrador?
¿Por qué, ni de noche, a ellas se les apaga el sol?
–Porque saben, ellas, pensar con el instinto.
Porque tienen, ellas, el optimismo de la memoria.
Porque ¡ya basta de acusar a la piedra, de la pedrada!
–Porque cuando llegue el momento de rajarle el vientre al Apocalipsis
(ese momento llegará, llegará…),
justamente ellas serán las que hagan ¡profundo el tajo!
Y no les temblará el pulso.
Y después del tajo, ellas, prodigiosas parteras de la memoria,
desde muy adentro le arrancarán una aurora,
al Apocalipsis.
–Entonces, acunarán al nuevo día,
le arrimarán el pezón y le darán de mamar.
Y la Vida no tendrá más remedio que continuar,
¡por ellas, las del vientre!
¡por ellas, esposas de la Vida!
¡por ellas, mujeres de la Vida!
– Permiso, Memoria.
–Permiso, Conciencia.
–¿Qué sería de nosotros si Ellas, las Madres Abuelas,
no hubieran existido?
¿Qué quedaría de nosotros si Ellas
no hubieran salido a alumbrar la más eterna de las noches?
¿Qué hubiera sido de nosotros?¿Qué?
¿Estaríamos de pie o en cuatro patas?¿Estaríamos?
– Sin ellas, los puntos cardinales
no serían cuatro ni tres ni dos ni uno, ni nada.
Sin ellas seríamos un definitivo agujero con forma de mapa.
Sin ellas, en esta olvidadiza patria idolatrada,
de tanto tocar y tocar y tocar fondo,
hubiéramos desfondado el abismo.
_____________________________________
((Versión sintetizada de la “Plegaria Furiosa” que cierra el libro Madre argentina hay una sola, de Rodolfo Braceli, Sudamericana, 1991))

martes, 17 de julio de 2012

Argentina: La Iglesia Católica y su interés por adjudicarse ciertas prerrogativas al momento del debate

http://www.shelknamsur.com/index.php?option=com_content&view=article&id=10512%3Ala-iglesia-catolica-y-su-interes-por-adjudicarse-ciertas-prerrogativas-al-momento-del-debate&catid=36%3Aportada&Itemid=1

El 15 de Julio se celebró el segundo aniversario de la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario por el Congreso de la Nación. Diferentes Balances se ha realizando en cuanto al resultado de dicha Ley.Sin embargo, en rigor de verdad, debemos celebrar, más allá de la cantidad de matrimonios concretados, el avance en materia de derechos civiles logrado con esta Ley. Argentina, con la sanción en 2010 de dicho Instrumento Legal, se convirtió en el primer país de América Latina en celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo.

Varias reflexiones vienen al caso. En primer término, la ya mencionada de lo que esta Ley significa en términos de progreso de los derechos civiles, gran deuda que la Argentina viene intentando saldar. Más allá de las críticas que se han llevado a cabo, basadas más en una falta de respeto producto de creencias ancestrales basadas en un mensaje forzadamente religioso, mucho más común de encontrar en latitudes del planeta donde el régimen es teocrático. Al respecto, no está de más aclarar algo que debería caerse de maduro. La República Argentina, como lo dice la denominación, es una República.

Es interesante reflexionar sobre los intentos de la Iglesia Católica por adjudicarse ciertas prerrogativas al momento del debate de ciertos asuntos. Visto desde una perspectiva histórica, es algo que puede entenderse en un contexto histórico como el que debió atravesar Julio Argentino Roca en su primera presidencia, entre 1874 y 1880, con la Ley de Registro Civil y la Ley de Educación Laica, Gratuita y Obligatoria. Pero habiendo atravesado ya el siglo XXI, resulta inadmisible dicha actitud que resulta falta de criterio para con un determinado sector de la población discriminado durante siglos en el mundo y durante décadas en la Argentina. Que la presión de la Iglesia Católica y de otros cultos para evitar la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario haya resultado infructuosa habla claramente que existe una mayor vigencia del Estado de Derecho y una menor influencia de los grupos de poder tradicionalistas a la hora de avanzar en materia de derechos civiles.

Producto de un proceso histórico que podemos observar desde las últimas décadas, cuando en la década de los ’80 el gobierno de Raúl Alfonsín logró la sanción de la Ley de Divorcio, concretando algo que Juan Domingo Perón había propuesto en los años ’50 e implicó su derrocamiento en 1955; hoy es empíricamente observable que existen menos reparos en grupos de poder que, como se ve, hasta hace pocas décadas tenían prácticamente la facultad de derrocar gobiernos. Y si bien al mencionar esto no estamos planteando que los diputados y senadores ignoren lo que una franja de la población opina –en este caso la Iglesia Católica y sus fieles-, frente a las injusticias que las minorías padecieron o padecer, debe prevalecer el criterio que debe primar en una sociedad a nivel político: la igualdad ante la ley. Antes de la sanción de esta normativa, algunas personas eran ante la ley menos iguales que otras. En un Estado de Derecho resulta inadmisible que exista esta diferenciación cuando no había ni hay motivaciones que así lo justificaran.

Hoy nos encontramos frente a nuevos debates: el nuevo Código Civil, que contempla novedades sobre temas como la adopción (aunque ya el presidente de la Corte Suprema de Justicia admitió que la adopción por parte de parejas homosexuales y el aborto han sido excluidos de la agenda para evitar que se estanque la discusión en esos dos asuntos); la legalización del consumo de drogas en base a proyectos presentados por parlamentarios de distintos partidos políticos; entre otros, están motivando nuevamente una actitud reactiva de la Iglesia Católica. Es esperable que la Ley de Matrimonio Igualitario sea ejemplo no sólo por lo que significa en materia de derechos civiles no sólo hacia otros temas de similar polémica que puedan plantearse, sino como ejemplo de legislación hacia otros países de América Latina y el mundo.

lunes, 9 de julio de 2012

09/07/1947 - PERÓN PROCLAMA LA INDEPENDENCIA ECONÓMICA

LA INDEPENDENCIA FUE Y SERÁ LATINOAMERICANA - JULIO SEMMOLON
Los gobiernos de Perón y de Kirchner tienen un punto en común respecto del significado que le adjudican al concepto de Independencia. Para ambos presidentes la fecha patria tuvo sentido en la medida que el país intentó zafar de las ataduras económica y financiera.
El 9 de Julio de 1947 Juan Domingo Perón -trece meses después de asumir como presidente de la Nación- resolvió que la celebración de la fecha patria tuviera lugar -por primera vez para un gobierno constitucional- en el preciso sitio en que sesionara aquel congreso emancipador que le confirió ese valor histórico. Pero no se trató de un acto protocolar que sólo rompía la tradición impuesta por el centralismo porteño a las autoridades, de no moverse de la Capital Federal. Perón se constituyó en la Casa de Tucumán para proclamar la independencia económica argentina, aduciendo que se había cancelado en su totalidad la deuda externa, de manera que, también por primera vez, se habían roto las cadenas de la dominación a las que venía atado el país desde más de un siglo antes. Fue para él como celebrar el Día de una Independencia efectiva, ya no meramente retórica tal cual se acostumbraba en los actos circunstanciales de evocación.
Desde luego, una mirada ideológica antagónica de entonces podía inferir que lo de Tucumán se trató de otra ostentación demagógica del régimen. Pero la gestión completa del primer gobierno peronista demostró que produciría en pocos años la mayor transformación social de la historia, entre otras razones por adoptar criterios reñidos con las pautas inculcadas desde afuera por naciones muy influyentes.
Como ningún jefe de Estado anterior, Perón le dio una importancia política estratégica a la tarea de contrarrestar el alto grado de dependencia de todo tipo que padecía el país, tanto en lo cultural como en lo económico. Por eso las relaciones fueron tan ríspidas con Gran Bretaña y de neta confrontación con Estados Unidos. Al provocar primero el recelo y luego la aversión de ambas potencias, Perón buscó afanosamente el atajo de una equidistancia política respecto del mundo bipolar instaurado en la posguerra, que le permitió un margen de maniobra mucho más autónomo que el registrado en todos los tiempos precedentes. Y por atreverse a tanto, su modelo de la tercera posición debió pagar con el bombardeo y el asesinato de civiles inermes en la Plaza de Mayo, el derrocamiento provocado por la reacción oligárquica, antipopular y cipaya.
La carga simbólica inmanente de la liturgia peronista de aquella época quedó patentizada en ese acto consumado en el mismo lugar donde en 1816 las Provincias Unidas del Río de la Plata proclamaran su independencia. Perón sabía que ésta no fue enteramente posible antes ni lo sería jamás, a menos que la Argentina también se librara del yugo económico impuesto por las dos potencias ya citadas, a través de lo que se conoce como neocolonialismo. Por eso fue el primer presidente que pudo realizar tamaña declaración, en ese día y en ese lugar, sobre la base de medidas concretas tomadas con suma determinación.
En rigor de verdad, la Casa de Tucumán -así llamada por todos los argentinos menos por los tucumanos, que la llaman la Casa Histórica- prácticamente había sido abandonada a su triste suerte de paulatino deterioro, luego de efectuado aquel tardío y demasiado deliberativo grito libertario, si se tiene presente que la impronta nacional en la naciente historia había comenzado el 25 de Mayo de 1810, nada menos que seis años antes. Debemos ser uno de los poquísimos, si no el único país que celebra dos fechas patrias vinculadas al mismo propósito.
Lo cierto es que cuando doña Francisca Bazán de Laguna, la propietaria, recupera su vivienda tras el ofrecimiento realizado para que ahí sesione el Congreso de Tucumán -cosa que ocurrió durante pocos meses, puesto que el Congreso luego se trasladó a Buenos Aires-, la casa por diferentes motivos entró en un acelerado proceso de menoscabo. Recién en 1874 fue adquirida por la Nación, aunque durante algunos años se la destinó para que sirviese de oficina de correos, y más adelante cayó en la total desatención. A tal punto que hacia 1903, debido a su pésimo estado de conservación se decidió demolerla casi por completo, sólo preservándose lo que hoy se conoce como el Salón de la Jura de la Independencia, que la posteridad pudo verificar a través de alguna pintura de época.
Continuaron pasando los años de desapego y desmemoria hacia la residencia que cobijó a 33 diputados de once provincias argentinas y tres del Alto Perú, hasta que un gobierno de la estigmatizada Década Infame, en 1942, por fin resolviera restaurarla procurando devolverle el aspecto original. La “puesta en valor” como hoy se dice fue inaugurada el 24 de setiembre de 1943, por el gobierno de facto surgido del golpe militar del 4 de junio de ese año, que tenía precisamente en el coronel Perón a su más trascendente referente ideológico.
Lamentablemente después del cruento golpe militar de 1955, muy poco se hizo para identificar el sentido de la celebración patria de la Independencia con la acción soberana por evitar todo lo posible incurrir en vínculos o negociaciones con países u organismos multilaterales que desemboquen en la dependencia económica y financiera de nuestro país. Hubo apenas un pálido intento durante el gobierno del debilitado presidente Arturo Illia (de hecho, al momento de ser derrocado en 1966, la deuda externa era inferior a la recibida en 1963), y en cuanto al período Cámpora-Perón de 1973-1974, fue demasiado breve para afianzar una política definida en esa dirección, aunque hubo gestos audaces que dieron cuenta de la misma intencionalidad.
Recién casi medio siglo después de aquella matanza fratricida, propiciada por sectores diversos varias veces derrotados por el peronismo con amplitud en comicios libres y transparentes, surgió otro gobierno de cuño peronista que, en principio, tuvo un escaso apoyo electoral, pero que de inmediato adoptó medidas contundentes que le devolvieron la autoestima a una sociedad desalentada respecto de su incierto futuro. El 25 de Mayo de 2003 –es decir, coincidente con la otra fecha patria que recuerda el mismo propósito libertario-, desde la propia asunción como presidente y ante la Asamblea Legislativa, Néstor Kirchner identificó el significado de la Independencia con impulsar cuanto antes un eficaz programa de desendeudamiento, que le permitiera gobernar con la mayor autonomía posible.
En 1816 no había unanimidad de criterio en torno al sentido de la decisión rioplatense de emanciparse del decadente reino de España. Por eso, salvo Córdoba, las otras cinco provincias integrantes de la Liga Federal (a saber: Banda Oriental, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y Misiones) no enviaron representantes al Congreso de Tucumán. A grandes rasgos, por un lado terciaba el interés del puerto de Buenos Aires de librarse políticamente de toda influencia española, para comerciar sin traba alguna con la industriosa Inglaterra, país que para lograr esa ventaja mercantilista auspiciaba las causas emancipadoras en Sudamérica. Del otro lado, la Unión de los Pueblos Libres, creada por José Gervasio Artigas, tenía una visión independentista diferente, puesto que necesitaba proteger a los pueblos del interior de la sucedánea dominación que ya ejercía la centralista ciudad portuaria.
Este sentido dual –ambivalente si se quiere- de la Independencia perdura entre los argentinos hasta nuestros días, de ahí la necesidad de señalar el hito fijado en aquella celebración de Perón en la Casa de Tucumán. Concepto revalorizado por Kirchner, para establecer una política que reunió la vieja aspiración de la autonomía económica con el renovado empeño de hacer posible la integración regional por la que tanto abogó tempranamente aquél (“El año 2000 nos encontrará unidos o dominados”, presagiaba Perón).
Durante el atormentador período que medió entre ambos gobiernos –sobre todo el signado por el terrorismo de Estado, cuando la dictadura fue además de genocida también vendepatria-, hubo tiempo para que germinara como contraste la preclara conciencia del camino liberador, mediante la lectura de autores ineludibles como Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, Jorge Abelardo Ramos y Eduardo Galeano. A partir de la constitución de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) se hizo explícito el mensaje que hoy pugna por hacer prevalecer esa visión de conjunto, integradora, como la única posible para garantizar la construcción de la anhelada Patria Grande.

jueves, 5 de julio de 2012

El espejo paraguayo

Por Raúl Zibechi - http://www.telesurtv.net/articulos/2012/07/03/el-espejo-paraguayo-2278.html

Un golpe de Estado es una acción desde arriba para interrumpir un proceso político. No importa quién la realice ni los métodos que utilice. Los golpes al estilo del que derrocó a Salvador Allende cayeron en desuso, por el alto costo internacional que tienen.

El golpe de Estado que apartó a Fernando Lugo de la presidencia de Paraguay se inscribe dentro de la nueva modalidad inaugurada con el derrocamiento de Manuel Zelaya en Honduras, en junio de 2009, por la Suprema Corte de Justicia. Es un nuevo tipo de golpe que comenzó a implementarse luego del estrepitoso fracaso del golpe al viejo estilo contra Hugo Chávez el 12 de abril de 2002. Cuando los sectores populares aprendieron a desbaratar el golpe clásico, aparece esta nueva modalidad de golpe institucional.

En los últimos 20 años los únicos golpes exitosos al viejo estilo sucedieron en Haití: en 1991 el general Raoul Cedrás derrocó a Jean Bertrand Aristide, y en 2004 sucedió algo similar, pero con la participación de tropas de Canadá, Francia y Estados Unidos. En 13 de los 15 casos en los que un presidente latinoamericano no pudo terminar su mandato fue porque la presión popular forzó la dimisión.

Lo destacable es que el método de la destitución por organismos del Estado es idéntico en los casos en que se hace a favor y en contra de los sectores populares. En Ecuador, Abdalá Bucaram y Lucio Gutiérrez fueron destituidos por el Congreso en medio de levantamientos populares. Por eso no sirve focalizarse en las formas, sino en los procesos. El nuevo golpismo puede repetirse en cualquier país de la región, ya que las clases dominantes retomaron su ofensiva y se ponen al servicio de un Pentágono deseoso de desestabilizar.

La caída de Lugo, como toda crisis política, desnuda los cambios que se están produciendo en la región desde que Barack Obama definiera la Nueva Estrategia de Defensa.

En primer lugar, la masacre de Curuguaty y el golpe contra Lugo fueron posibles por la alianza entre el agronegocio, los terratenientes propietarios de tierras malhabidas durante la dictadura de Stroessner, las mafias del contrabando y el narcotráfico, con sus ramificaciones en los medios de comunicación, el Estado y las iglesias. La gira regional del secretario del Pentágono, Leon Panetta, en abril pasado, parece haber sido una señal que activó a las derechas (La Jornada, 18/5/12).

El Pentágono tiene una larga experiencia en la aplicación de la “doctrina del shock”, que pasa por la destrucción de naciones enteras para reconstruirlas al servicio del capital y de la potencia hegemónica. La decadencia de Estados Unidos hace que la única estrategia viable sea la dominación sin hegemonía, que sólo necesita la fuerza militar; por eso la nueva estrategia instala la violencia golpista en el centro del escenario político.

En segundo lugar, el modelo económico extractivo, asentado en la minería a cielo abierto, los monocultivos y las megaobras de infraestructura, fortalece a las clases dominantes y al imperio, debilita a los sectores populares, pone en riesgo a los movimientos y las libertades democráticas.

Los gobiernos que han optado por profundizar este modelo se están enajenando el apoyo popular y, a la vez, están dando vida a sus propios sepultureros, como sucedió en Paraguay, donde el crecimiento exponencial de los cultivos de soya no hizo más que fortalecer a los usurpadores de tierras y a los asesinos de campesinos.

En tercer lugar, el movimiento campesino de Paraguay recorrió en medio siglo un camino del que algo podemos aprender para enfrentar el nuevo escenario. En la década de 1960 se crearon las Ligas Agrarias, impulsadas por las comunidades eclesiales, un impresionante movimiento de base que cambió la historia de los de abajo. A mediados de la década de 1970 fueron salvajemente reprimidas por el régimen de Stroessner. En 1980, sobre sus cenizas se crea el Movimiento Campesino Paraguayo. Hasta aquí la trayectoria habitual bajo dictaduras: organización-represión-reagrupamiento.

En la década de 1990, en democracia, el movimiento crece y gana visibilidad, pero se fragmenta. Aun así, la lucha por la tierra se intensifica y el movimiento irrumpe en la crisis política de 1999 por el asesinato del vicepresidente Luis María Argaña, creando un hecho político trascendente como el marzo paraguayo, que provocó la primera derrota de los herederos demócratas de la dictadura. El golpista Lino Oviedo huye a Argentina y el vicepresidente Raúl Cubas se asila en Brasil.

En 2002 la unidad de acción de todo el sector campesino-popular en el Congreso Democrático del Pueblo, donde confluyeron 60 organizaciones, impidió la privatización de empresas estatales y frenó la aprobación de una ley antiterrorista. Pese a las divisiones los movimientos fueron capaces de volver ingobernable la democracia de baja intensidad y derrotar el modelo neoliberal.

Ese escenario creado desde abajo tapizó el camino de Lugo a la presidencia en 2008. Los movimientos más importantes –no todos– optaron por crear partidos, o sea institutos del Estado financiados por el presupuesto, según el feliz aserto de Adolfo Gilly (La Jornada, 27/6/12). Se profundizaron la división y la atomización. Después de 2008 una parte de los mejores dirigentes se convirtieron en funcionarios y se instalaron en la capital, convencidos de que es el camino para adquirir más fuerza. Hoy, salvo excepciones, los movimientos sufren su mayor debilidad en décadas.

Medio siglo de movimiento campesino, el principal movimiento antisistémico del Paraguay, muestra que no hay atajos que puedan sustituir el conflicto de clases. Que la presión internacional por sí sola no puede modificar la relación de fuerzas. Que hay varios tipos de derrotas. Que la derrota por represión no es tan destructiva como la institucionalización. Que sólo podemos frenar la ofensiva del capital y del imperio en calles y plazas, y que lo demás es un espejismo, necesario para sobrevivir, dicen algunos, pero espejismo al fin.

lunes, 2 de julio de 2012

Destitución de Lugo, maniobra política de Estados Unidos

Stella Calloni - http://www.jornada.unam.mx/2012/07/01/mundo/025n1mun 

Mientras se realizaba el juicio político exprés contra el presidente democráticamente electo de Paraguay, Fernando Lugo, el pasado 22 de junio, considerado ilegal por los países vecinos, diputados paraguayos se reunían con militares de Estados Unidos para negociar la instalación de una base castrense en el Chaco, territorio extenso y despoblado del país sudamericano.

El legislador José López Chávez, quien respondía al grupo disidente del Partido Colorado (la Unace) –encabezado por el general golpista Lino Oviedo, con el cual tiene algunas diferencias– y es presidente de la Comisión de Defensa de la cámara baja, expresó su esperanza en que Estados Unidos instale bases militares en el Chaco, según fuentes de ABC Color (www.abccolor.com.py).

De acuerdo con ese medio, el más poderoso complejo mediático de la derecha en Paraguay y clave en la destitución de Lugo, el diputado López Chávez –acusado de conductas mafiosas– confirmó que dialogó con jefes militares estadunidenses sobre la posibilidad de instalar bases, aunque el tema está siendo analizado por el Pentágono

En declaraciones a una radiodifusora paraguaya (789 AM), el legislador argumentó que es necesario instalar dichas bases, ya que, según su apreciación, Bolivia constituye una amenaza para Paraguay, debido a la carrera armamentista que desarrolla. Asimismo alega que su país necesita mejorar su seguridad en las zonas despobladas.

La ayuda humanitaria
El posible acuerdo bilateral llevaría ayuda humanitaria de tropas estadunidenses para la población local. Como se sabe, la acción cívica y la ayuda humanitaria, que ya han realizado tropas de Estados Unidos en Paraguay, a las que se dio inmunidad diplomática en mayo de 2005, es un esquema de contrainsurgencia, espionaje y control poblacional y territorial.

Según las fuentes, esa propuesta tomó estado público el pasado 23 de junio, luego de un encuentro entre referentes de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados con un grupo de generales de Estados Unidos, el cual llegó al país para dialogar sobre eventuales acuerdos de cooperación.
Esta podría ser una de las causas de la rapidez con que se sacó a Lugo del gobierno, por los compromisos con el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión de Naciones Sudamericanas, lo que no habría permitido avanzar en el proceso de bases castrenses.

En 2009 Lugo había rechazado, aunque débilmente, la posibilidad de grandes maniobras del Comando Sur en Paraguay, aduciendo los compromisos con naciones asociadas.

Pero desde mayo de 2005 –antes de la llegada de Lugo al gobierno– se permitió el ingreso de tropas estadunidenses a Paraguay con inmunidad, permiso de libre tránsito y permanencia para sus soldados con vigencia hasta diciembre de 2006, prorrogable automáticamente, como entonces publicó este periódico.

Fue uno de los golpes más fuertes que Washington asestó contra el Mercosur, el cual renunció así a su poder jurisdiccional, ya que las tropas pueden trasegar armamento, equipo y medicamentos y actuar en cualquier lugar del territorio, y sin nuevas autorizaciones en esos momentos entraron un contingente de 400 soldados –el primero– y grupos especiales.

En realidad, este tipo de tropas nunca se fueron de Paraguay. Cuando el dictador Alfredo Stroessner fue derrocado por un golpe entre amigos en febrero de 1989 se mantuvieron en el poder militares que habían participado en su larga dictadura (1954-1989).

Paraguay perdió el derecho de investigar los delitos que pudieran cometer las tropas extranjeras y no podrá demandar a Washington ante la Corte Penal Internacional, violando así su legislación.
En Paraguay, informes detallados de analistas militares advirtieron sobre la poderosa infraestructura de Estados Unidos en un país de importancia geoestratégica, porque limita con Bolivia, Brasil, Argentina y está relativamente cerca de otros donde hay bases castrenses estadunidenses.

Los militares del Comando Sur han marcado el territorio que está sobre el extenso acuífero guaraní, uno de los más grandes de agua potable del mundo, ubicado en la triple frontera que tiene Paraguay con Argentina y Brasil.

Según los informes castrenses, todos los cuarteles paraguayos cercanos a las fronteras están preparados como infraestructura para tropas estadunidenses, las cuales incluso han cavado pozos artesianos para agua potable, supuestamente para campesinos, que en realidad éstos no utilizan.

Así, el cuartel Mariscal Estigarribia, situado a sólo 250 kilómetros de Bolivia, tiene una pista de casi 3 mil 800 metros de largo, en un país que tiene escasas fuerzas aéreas.

Ésta fue construida por tropas estadunidenses, las cuales la modernizaron en años recientes y está diseñada para recibir aviones Galaxy y B-52, así como otras aeronaves portadoras de equipo y armamento de gran escala; también está preparada la pista de la base de Palmerola, en Honduras.
De la misma manera, allí pueden ubicarse miles de soldados si se requiere hacerlo en cualquier momento. Está catalogada como una de las bases con infraestructura más poderosa de Estados Unidos en América Latina.

Sin embargo, es evidente que ante la ofensiva en marcha contra los gobiernos de Sudamérica que posibilitaron un escenario golpista en Bolivia y Paraguay, en junio de este año, así como conatos desestabilizadores en Argentina, se necesita ubicar más tropas en ese lugar estratégico.

La noticia de los acuerdos mencionados entre los diputados ligados con la dictadura pasada y los generales estadunidenses no sorprende en estas circunstancias. Y precisamente en un país donde la lucha por las tierras robadas y mal habidas, como las caracterizó la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia, el conflicto social es cuestión permanente.

Para los campesinos, recuperar sus tierras es cuestión de vida o muerte. Especialmente por los ataques de los llamados brasiguayos y sus grupos de choque, empresarios soyeros de Brasil, pero como sostiene Martín Almada, defensor de los derechos humanos, forman parte de las grandes corporaciones, como Monsanto, que avanzan sobre el continente.

Detrás de la destitución de Lugo hay elementos que deben verse como un ataque estratégico para el proyecto de desestabilización, tendiente a golpear la integración latinoamericana.

jueves, 28 de junio de 2012

Ofensiva gringa al sur del río Bravo

 

Ángel Guerra Cabrera- http://www.rebelion.org/noticia.php?id=152128

La troglodita asonada parlamentaria que destituyó al presidente de Paraguay Fernando Lugo viene a poner de relieve dos cuestiones muy importantes. Una, Estados Unidos, cuya embajada en Asunción incubaba el derribo del mandatario desde 2009, ha sido el diseñador, fabricante, o cómplice, de todos los golpes de Estado contra los gobiernos democráticos latinoamericanos, aunque últimamente los disfrace con ropajes distintos a los tradicionales. Cataloga de amigos a los gobiernos salidos de las urnas sólo cuando se pliegan a sus dictados y no lleven a cabo reformas que afecten sus intereses. Así lo demuestran sólidas evidencias, cuya investigación debemos a una pléyade de eminentes historiadores insuficientemente conocidos, como el argentino Gregorio Selser.

Dos, esta tradicional conducta no ha sido modificada en lo esencial durante la administración de Barak Obama, que no sólo ha continuado, sino profundizado, la política de su antecesor respecto a nuestra región, persiguiendo los mismo objetivos aunque utilizando el llamado poder “inteligente”. Este conlleva, entre otros recursos, alianzas regionales de gobiernos derechistas, o efímeras y pragmáticas para ciertas coyunturas, cooptación de mandatarios que enarbolan posturas latinoamericanistas e intentos de dividir al bloque de gobiernos progresistas. Otro de sus componentes importantes es la infiltración de fuerzas populares a través de fundaciones y ONG yanquis y europeas o hasta la propia USAID, cuya expulsión de sus países recién acordaron los miembros de la Alba. De repente nos encontramos luchas sociales con demandas legítimas, usadas por la derecha con fines golpistas contra los mandatarios populares.

Con Bush o con Obama, presidentes que se oponen enérgicamente a las políticas neoliberales han debido enfrentar intentos de golpes de Estado, llamémosles de nueva generación, como en Venezuela –tres veces-, Bolivia –dos veces, el más reciente aparentemente desactivado hace unas horas- y Ecuador una. Contra los presidentes patriotas y latinoamericanistas de Honduras y Paraguay los golpes triunfaron dada la fortaleza política y militar de la derecha comparada con la debilidad de sus movimientos populares no suficientemente articulados, aunque existen diferencias entre ambas situaciones. Zelaya tenía un equipo de colaboradores cualitativamente superior al de Lugo y su combatividad, anterior y posterior al golpe, estimuló la forja de un ejemplar movimiento de resistencia. En cambio, Lugo optó por hacer concesiones a la jurásica derecha paraguaya pensando tal vez que así podría su derrocamiento. No obstante, el pueblo lo sigue llamando presidente y clama por verlo al frente de la resistencia.

Ahora bien, es conveniente recordar que Hugo Chávez, como Evo Morales, Rafael Correa y antes Salvador Allende, ya desde que eran candidatos tuvieron que vencer feroces campañas de calumnias y maquinaciones orquestadas por Estados Unidos y las oligarquías con la proverbial complicidad de los consorcios mediáticos. Evo pudo conquistar su primer mandato por la copiosa votación a su favor, pues hubo muchas evidencias de fraude electoral. La misma receta se aplica y aplicará en nuestra región contra cualquier candidato que se proponga cambiar, aunque sea moderadamente, el modelo neoliberal. Y si no es posible frenar su ascenso a la presidencia, Washington y la oligarquía no le darán un minuto de tregua a partir del momento en que se anuncie su victoria, como viene haciendo con los líderes mencionados. Es también el caso de Cristina Fernández de Kirchner, sometida a una intensa guerra sucia, antes y después de su primera elección, por los consorcios Clarín, La Nación y sus socios continentales, y a los intentos de golpe rural primero, y ahora camionero, lanzados por extrañas alianzas que unen a latifundistas, exportadores, sectores medios culturalmente colonizados, la liliputiense izquierda gorila y los resentidos de turno.

Conviene profundizar en lo que une estos hechos entre sí y a su vez con otros como el ataque a Ecuador de 2008, la restauración de la IV Flota y la red de dispositivos militares y acuerdos de seguridad tipo Plan Colombia sembrados por Washington desde el mismo sur del río Bravo a lo largo de América Latina y el Caribe (http://alainet.org/active/45135). Se trata de una ofensiva para acabar con los gobiernos que se oponen a las políticas neoliberales y al saqueo de sus recursos cuando el hundimiento económico del imperio lo empuja a conquistarlos como sea.

domingo, 24 de junio de 2012

Derecha paraguaya logra ansiada destitución de Lugo

Por Odalys Troya -http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=519392&Itemid=1

Después de 61 años de dominio político del Partido Colorado, resultaba osado deshacer estructuras que mantenían a Paraguay entre las naciones con más desigual distribución de las riquezas en el mundo.

El reto lo asumió Fernando Lugo, un ex obispo católico, quien ganó de forma clara las elecciones del 20 de abril de 2008.

Gran parte del pueblo, esperanzado en un nuevo rumbo para su vida y la del país, apostó al proyecto gubernamental que proponía sustanciales cambios sociales.

Aunque varios puntos lograron concretarse, muchos quedaron sin cumplirse debido a la fuerte presión del congreso, de mayoría opositora, el mismo que decidió destituirlo hoy a través de un juicio político, distorsionado, apresurado, y considerado por muchos un golpe de Estado a la democracia.

Uno de los sueños del gobernante, era llevar a cabo la reforma agraria, pues en esta nación, eminentemente agroganadera, el tema de posesión de tierras es de los más controvertidos.

Y es que el 80 por ciento de la superficie cultivable en forma de grandes latifundios está en manos de sólo dos por ciento de empresarios del agro.

De hecho, el detonante para el juicio relámpago fueron los hechos del pasado viernes, que dejaron 17 muertos -11 campesinos y seis policías- en enfrentamientos que se produjeron en el contexto del desalojo en la finca Morumbí, propiedad del ex senador del opositor Partido Colorado Blas Riquelme.

Aunque, se habla de personas infiltradas entre los campesinos que provocaron el disturbio, la situación llevó a la remoción del ministro del Interior, Carlos Filizzola, y al comandante de la policía, Paulino Rojas, y Lugo ordenó crear una comisión investigadora.

Pero la oposición conservadora de mayoría en el Congreso ni siquiera acató la medida de investigar tal incidente.

Los sucesos en Morumbí, vistos hoy como sospechosos, fueron utilizados por las fuerzas de derecha y oligárquicas para apresurar lo que ahora parece un calculado proceso de destitución.

Incluso, un par de horas después del veredicto fue juramentado el vicepresidente Federico Franco como nuevo mandatario, y tras llegar este a la casa presidencial, de inmediato trascendió la relación de un nuevo Gabinete y el nombramiento de otro jefe de la policía.

Más de una vez el jefe de Estado paraguayo, recibió amenazas de juicio político, incluso a pocos meses de asumir la presidencia.

Desde entonces, el Partido Frente Amplio, sectores aliados a la oligarquía criolla, presentes mayoritariamente en el Congreso paraguayo, buscaban obstaculizar el proceso transformador.

Los recortes de presupuestos fueron algunas trabas desde el parlamento para poner en marcha las iniciativas de Lugo.

Desde los primeros meses de su gestión, los legisladores tejieron una campaña mediática alrededor de las promesas que Lugo no podía cumplir y le atribuían al dignatario una deficiente gestión.

Detrás de todo este proceso siempre lleno de claroscuros el objetivo, sin dudas, era volver a restaurar el estado de cosas cimentado durante las seis décadas que presidió el "coloradismo", partido con las más peligrosas dictaduras del Cono Sur en su haber.

¿Cómo quitar a Lugo del camino? Fue el cuestionamiento de cada día, y el método más llevado y traído fue el juicio político, que muchos denominan golpe de estado constitucional.

Desde el principio esa fuerza pensó en el segundo hombre del Poder Ejecutivo, el vicepresidente Franco como reemplazo de Lugo, tal como acaba de ocurrir.

La intención de sacar a Lugo del primer escaño del país iba más allá del contexto doméstico: era sacarlo del escenario latinoamericano marcado por la coyuntura política regional que apuesta a cambios radicales en la región a favor de las mayorías históricamente olvidadas.

Es apreciable que en la región emerge una pluralidad social integrada por indígenas y otras muchas fuerzas que resumen los procesos de luchas de resistencia y esperanza, afirmó el vicecanciller paraguayo, Jorge Lara Castro, en la VII Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, celebrada en Bolivia.

El diplomático destacó en esa ocasión que en Paraguay ese nuevo contexto de emancipación social -desde un inicio signado por la contraofensiva de los grupos de poder- resurgió el 20 de abril de 2008, con la elección popular del presidente Lugo.

El analista político Alfredo Boccia señalaba que si la iniciativa de la oposición de llevar a acabo un juicio político se concretaba y ésta terminaba por separar a Lugo de su cargo, lo único que se conseguiría con esta suerte de semiquiebra institucional es sumir al Paraguay en un caos.

Este jueves, se consumó la ambición de la derecha paraguaya calificada por el canciller venezolano, Nicolás Maduro, como un hecho bochornoso.

El propio Lugo, quien acató la decisión del Congreso, considera que se llevó a cabo un golpe de Estado express.

Dejó clara su inconformidad con el apresurado proceso en el que "se han transgredido todos los principios de la defensa de manera cobarde y alevosa", pero seguirá siendo un ciudadano que lucha por el bien de su país.

jueves, 21 de junio de 2012

“La comunicación debería ser un servicio público”


Indira Carpio Olivo y Ernesto J. Navarro* - http://www.surysur.net/2012/06/la-comunicacion-deberia-ser-un-servicio-publico/

Habla el sociólogo Armand Mattelart

La primera función de los medios es vigilar que no colapse el sistema. Los poderes nos vigilan, porque nos tienen miedo. Los movimientos sociales latinoamericanos son consientes de la importancia de democratizar los medios. Del tecno-determinismo o cómo las redes sociales —por sí solas— no pueden hacer.

En toda América Latina el debate sobre el rol de los medios privados de comunicación, en abierta oposición a los gobiernos que no siguen los dictados de Estados Unidos, es un tema en manos de los pueblos y sus movimientos sociales.

La más reciente intervención del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, en la 42 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), realizada en Cochabamba, Bolivia, no hizo más que llevar al escenario diplomático, secretos a voces en toda la región: las empresas privadas de información son los mercaderes de un sistema en decadencia y por tanto, contrarios al empoderamiento de colectivo.

Sobre este rol de los medios de comunicación masivos entrevistamos para La Brújula del Sur[1], a Armand Mattelart[2]. En su opinión los gobiernos progresistas de la región han facilitado un nuevo proceso comunicacional, permitiendo que la tenencia de los medios no sea un manejo exclusivo de empresarios.

“Yo creo que los pueblos deben ejercer el derecho que tienen a la comunicación y exigir su participación en la creación de otra comunicación. Los debates que hay en América Latina, y que ya hubo en Ecuador, Bolivia y Venezuela, ponen en el centro de la problemática sobre la democratización de los medios, el tema de la participación”, destaca el teórico de la comunicación.

El cielo no está totalmente nublado. Mattelart estima que “en los 10 últimos años hay cada vez más conciencia de que el poder de los medios no puede seguir así”. Y lo repite. “América Latina es fundamental en la apertura de este debate”.

La sacrosanta SIP y Pinochet

Abrir un debate sobre los medios privados de comunicación, supone tocar intereses que, durante muchos años, fueron intocables y protegidos bajo la sacrosanta y supuesta “libertad de expresión”. El custodio del supuesto derecho, en esta parte del mundo, es la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Este pulpo de mil tentáculos —todas prolongaciones de las esferas del poder— defiende la actividad empresarial, por encima de los deberes básicos: informar, educar, entretener.

Mattelart considera que hacer cualquier tipo de crítica, señalamiento o reclamo a las empresas de comunicación, es un terreno pantanoso, porque “es sumamente difícil”. Y expone una verdad incontestable. “Señalar a los medios es considerado como una agresión a la libertad de prensa o la libertad de expresión”. Y es que los dueños de la SIP (que no son otros que los dueños de los medios) han estado siempre del lado de la acera que le permita seguir aumentando sus ingresos económicos, aún a costa de la democracia, la seguridad, o la propia vida.

“Basta mirar los argumentos de la SIP en América Latina. Yo sé algo de ello, porque en Chile fue un problema real. Durante los 3 años del gobierno de Allende, la SIP lo atacó sistemáticamente, incluso hizo una alianza con el stablishment mediático de Chile, los cuales enviaban al exterior noticias totalmente falsas, desinformadas y el sistema internacional de noticias las devolvían a Chile con la legitimidad internacional”.

Cuarenta años después se constata que jamás se ha cuestionado el papel de la prensa privada chilena en el Golpe de Estado y la cruenta y sanguinaria dictadura de Augusto Pinochet:
“En Chile hay una reverencia por parte de los poderes, no sólo de los conservadores —sino y también de la Concertación— hacia el diario El Mercurio, un medio que ayudó al golpe de Estado y que sostuvo a la oposición que hacía huelgas durante los años de ataques al gobierno de Allende”.

El entonces encargado de desarrollar políticas comunicacionales para el gobierno de Allende afirma que “El Mercurio fue el organizador intelectual del golpe” y asevera que “finalmente no hubo ninguna discusión, después de la dictadura, del papel de los medios”.

Vigilados

Las alarmas de los poderosos se prenden, y cuando los pueblos hablan de democratizar responden con iniciativas como la Ley Sopa, acta [ley] en Estados Unidos o la llamada Ley Yeras de Colombia, entre otras en diferentes partes de mundo, que pretenden limitar a los ciudadanos en el uso de herramientas de comunicación como la internet y, que conceden a los Estados “el permiso” de intervenir las comunicaciones y usarlas a favor de la nación y en contra de los usuarios.
“Esas leyes son un indicativo de la debilidad de los poderes. Estamos en un mundo donde los Estados están trabajados por lógicas de vigilancia (…) la vigilancia sin la contraposición de los ciudadanos”.

Arma, red social
¿Por qué en contra de los ciudadanos? Porque en su expansionismo económico, las potencias trasnacionales necesitan pueblos dormidos que no se resistan al saqueo y expoliación de las riquezas de sus país. Mattelart recuerda lo ya dicho por Donald Rumsfeld, jefe del Pentágono cuando la invasión a Irak: “Las páginas web y las nuevas redes son sistemas de armas”.

En una de sus más recientes publicaciones, El mundo vigilado, Mattelart sostiene que la lógica de los medios obedece a la lógica de la guerra, pero que también pueden (podrían) ocuparse de la cultura y del mejoramiento de la sociedad, cuestión que se logra si la comunicación es democrática.

Las llamadas redes sociales no sólo son herramientas que desmovilizan sino que atomizan: “En la actualidad, estas redes como Facebook, Twitter y otras, son llamadas redes sociales ¡Usted se imagina! Para los demócratas del mundo, las redes sociales eran redes de solidaridad que tenían proyectos colectivos y en la actualidad se llaman así a un conjunto de individuos que finalmente se vinculan, individualmente, a partir de relaciones muy débiles.
“El problema es que la noción de redes sociales concebida a partir de la web, se apoderó de la noción real de redes sociales”.

Aunque no sean herramientas neutras, “es evidente que esas redes ayudaron a los movimientos revolucionarios tunecinos o egipcios, por ejemplo; pero no hay que darle un papel mayor o más importante. Más allá de eso hay otras formas de vinculación entre revolucionarios”, agrega.

El peligro, alerta, “está en el tecno-determinismo”, o en creer que esas llamadas redes sociales por sí solas pueden hacer los cambios. Además, “es evidente que si los demócratas usamos las redes en períodos de crisis, para hacer avanzar esos proyectos (de cambio), hay que saber que en el campo opositor (en el imperio), han tomado conciencia de elaborar una nueva estrategia para que estos medios no funcionen en contra de ellos”.

Cita como ejemplo el caso de Wikileaks y la circulación mundial de documentos del gobierno de Estados Unidos. Su impacto en Wáshington generó las propuestas de leyes que pretenden controlar aún más las herramientas comunicacionales.
“Para mi, el acontecimiento de Wikileaks, ha conseguido que el gobierno de EEUU realizara un cambio en su geopolítica de control sobre los usos de las llamadas redes sociales. La revelación de tontas informaciones en Wikileaks les dio miedo”. Por lo que en el panorama avizora dos frentes importantes de lucha, “el financiero y los medios. Ambos implican inventar nuevas formas de lucha social”.

Recuerda que con la multiplicación de las crisis, se hace evidente —cada vez más— que los medios tienen una función de desinformación, ya que “son un elemento de reproducción del sistema”.
Desde la ya lejana década del 30 del siglo pasado, evoca Armand Mattelart, la sociología funcionalista norteamericana, conservadora, aseguraba “que los medios, como primera función antes que divertir, que entretener; deben vigilar. Es decir, asegurar que no haya colapso del sistema”.

La comunicación pública no es la estatal

Con el avance de la democratización de los medios de comunicación en América Latina, la aparición de los medios comunitarios, el fortalecimiento de los alternativos y la posesión de los Estados de nuevas bandas del espectro radioeléctrico; aparecen nuevos debates.
¿Tenemos en América Latina medios públicos o estatales?

Mattelart responde. “La comunicación debe ser un servicio público. Y ahí está el gran problema. En muchos países latinoamericanos se habla mucho de medios de servicio público cuando son, finalmente, medios estatales. El servicio público implica considerar la comunicaron y la información como un bien colectivo y tener en cuenta la participación de todos los ciudadanos”.

En Venezuela ¿estamos a la mitad del camino? ¿Qué ocurre con los financiamientos a los medios de comunicación comunitarios y alternativos por parte de instituciones del Estado? ¿Contamos con el Sistema Nacional de Medios Públicos o debería llamarse Sistema Nacional de Medios del Estado? Preguntas para otro capítulo.

La entrevista completa en La brujula del sur1 /entrevista-armandmattelart).
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1) La Brújula del Sur es un programa de radio venezolano que se transmite en la emisora del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, Alba Ciudad (albaciudad.org, @albaciudad, 96.3 FM) y Radio Rebelde (radiorebelde.info, @radiorebelde915, 91,5 FM), conducido por los autores de este artículo.

2) Armand Mattelart, sociólogo belga, teórico de la comunicación, coautor con Ariel Dorfman dePara leer el pato Donald y corealizador del filme La espiralen 1976.
Fue uno de los encargados de analizar las políticas comunicacionales del gobierno de Salvador Allende. Es un referente en el análisis y la investigación del “cuarto poder”.
Actualmente, es profesor catedrático en Ciencias de la Información y la Comunicación la Universidad de París.
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* Periodistas.
(indiracarpio.blogspot.com / ernestojnavarro.blogspot.com).

En www.kaosenlared.net.

sábado, 16 de junio de 2012

¿Hay que pagar la deuda?

Por Esther Vivas - http://www.telesurtv.net/articulos/2012/06/14/hay-que-pagar-la-deuda-2181.html 

La deuda es hoy una cuestión central en la agenda social y política. En su nombre se llevan a cabo privatizaciones, recortes, ajustes y, en definitiva, se transfiere el coste de la crisis a la mayor parte de la población. Pero, ¿a quién beneficia la deuda? ¿Quién la contrajo? ¿A qué ha servido? ¿Quién debe pagarla? A estas preguntas buscan respuesta aquellos que en el seno del movimiento indignado plantean una auditoria ciudadana de la misma.

En la década de los años 80, 90, 2000, vimos el impacto de la deuda externa en los pueblos del Sur, mediante la aplicación sistemática de programas de ajuste estructural y de recortes sociales, que se decían necesarios para hacer frente a su pago. Desde el 2010, con el estallido de la crisis de la deuda soberana, ésta se ha convertido en un tema clave en los países de la Unión Europea, y en especial en los de su periferia donde se condensan las contradicciones de la crisis contemporánea.

La deuda externa ha sido un instrumento de control y dominación de las elites políticas y económicas del Norte respecto al Sur, y un potente mecanismo de transferencia de recursos financieros en sentido inverso. Ahora, la misma lógica centro-periferia de sometimiento vuelve a darse aunque, en este caso, en el seno de Europa y se repite el mantra de que es necesario pagar la deuda y de que para hacerlo es imprescindible aplicar dichas medidas de ajuste.
Pero el repudio de la deuda ha sido una constante a lo largo de la historia. La doctrina de la deuda odiosa, que en derecho internacional se utiliza para repudiar una deuda tomada por un gobierno y utilizada en contra de su pueblo, se ha esgrimido y aplicado para no pagar deudas contraídas a lo largo de los siglos XIX, XX y XXI.

Desde hace años, organizaciones sociales en los países del Sur impulsan campañas para denunciar la ilegitimidad de la deuda y en consecuencia su no pago. Y las auditorías han sido uno de los principales instrumentos utilizados con este fin. La experiencia más relevante fue la llevada a cabo en Ecuador donde, en 2007, se puso en marcha la Comisión de Auditoría Integral de la Deuda Pública Interna y Externa, formada por representantes de la administración y de organizaciones sociales ecuatorianas y de otros países, y que culminó, en el 2008, rechazando pagar parte de la deuda al declararla ilegítima.

El proceso de auditoría posibilita investigar porqué las deudas fueron contraídas, para qué sirvieron, a quiénes beneficiaron y sacar a la luz las irregularidades presentes en su contratación, revelar la complicidad de sus acreedores y obtener los fundamentos legales para su repudio. Se trata de un instrumento profundamente pedagógico que permite discutir sobre el funcionamiento del Estado, de la economía de mercado, de las relaciones institucionales e inyectar un rayo de luz en los oscuros pasillos de las bambalinas del poder

Con la llegada de la crisis de la deuda a Europa, organizaciones y movimientos que en décadas anteriores trabajaron en campañas de repudio de la deuda externa de los países del Sur ahora, y junto al movimiento indignado y occupier, han empezado a promover acciones de denuncia sobre el pago de la deuda y a explicar las implicaciones que ésta tiene en los recortes, las privatizaciones y el aumento de la precariedad.

Con el objetivo de promover un debate público y la participación popular en la toma de decisiones sobre la deuda y romper con el discurso hegemónico de la “inevitabilidad” de su pago, los procesos de auditoría se han convertido en una de sus principales herramientas. Su celebración debería permitir, junto a una gran movilización social, anular la parte ilegítima de la deuda y reducir significativamente el resto. En países como Grecia, Portugal, Francia, Bélgica, Irlanda, Italia y el Estado español están en marcha campañas ciudadanas para auditarla.

De este modo, frente al discurso hegemónico de “salvar a los bancos”, “rescatar a las finanzas”, “pagar la deuda”, empieza emerger otro discurso: el de “salvar a las familias”, “rescatar a los pobres”, “no pagar la deuda”. ¿Cuál es el sentido de inyectar masivamente dinero público a entidades financieras como Bankia sino mantener los privilegios de unos pocos a costa de los derechos y las necesidades de la gran mayoría?. Como bien señala Occupy Wall Street, se sacrifica al 99% para salvar al 1%.

Las verdades absolutas para hacer frente a la crisis empiezan a resquebrajarse. Otra conciencia colectiva emerge desde abajo y empieza por preguntarse: ¿Hay que pagar la deuda? La respuesta es clara.