jueves, 8 de septiembre de 2011

Carta Maior

Por:   Boaventura de Sousa Santos (*) -  http://www.telesurtv.net/secciones/opinion/index.php?ckl=97409

Las diferentes formas de entender este ideal han provocado varias divisiones. Las principales han surgido de respuestas opuestas a las preguntas siguientes. ¿Puede el capitalismo ser reformado con el fin de mejorar la suerte de los dominados o esto sólo es posible más allá del capitalismo? ¿La lucha social debe ser conducida por una clase (la clase obrera) o por diferentes clases o grupos sociales? ¿Debe llevarse a cabo dentro de las instituciones democráticas o fuera de ellas? ¿El Estado, en sí mismo, es una relación de dominación o puede ser movilizado para combatir las relaciones de dominación?

Las respuestas opuestas a estas preguntas estuvieron en el origen de violentas divisiones. En nombre de la izquierda se cometieron atrocidades contra la izquierda; pero, en su conjunto, las izquierdas dominaron el siglo XX (a pesar del nazismo, el fascismo y el colonialismo) y el mundo se volvió más libre e igual gracias a ellas. Este corto siglo de todas las izquierdas terminó con la caída del Muro de Berlín. Los últimos treinta años se han caracterizado, por un lado, por una gestión de ruinas e inercias y, por el otro, por la emergencia de nuevas luchas contra la dominación, con otros actores y lenguajes que las izquierdas no pudieron entender.

Mientras tanto, libre de las izquierdas, el capitalismo volvió a mostrar su vocación antisocial. Vuelve a ser urgente reconstruir las izquierdas para evitar la barbarie. ¿Cómo recomenzar? Con la aceptación de las siguientes ideas:

1) El mundo se ha diversificado y la diversidad se ha instalado dentro de cada país. La comprensión del mundo es mucho más amplia que la comprensión occidental del mundo; no hay internacionalismo sin interculturalismo.

2) El capitalismo concibe la democracia como un instrumento de acumulación; si es necesario, la lleva a la irrelevancia y, si encontrara otro instrumento más eficiente, prescindiría de ella (el caso de China). La defensa de la democracia de alta intensidad es la gran bandera de las izquierdas.

3) El capitalismo es amoral y no entiende el concepto de dignidad humana; su defensa es una lucha contra el capitalismo y nunca con el capitalismo (en el capitalismo, hasta las limosnas sólo existen como relaciones públicas).

4) La experiencia del mundo muestra que hay muchas realidades no capitalistas, guiadas por la reciprocidad y el cooperativismo, a la espera de ser valoradas como el futuro dentro del presente.

5) El siglo pasado reveló que la relación de los humanos con la naturaleza es una relación de dominación contra la que hay que luchar; el crecimiento económico no es infinito.

6) La propiedad privada sólo es un bien social si es una entre varias formas de propiedad y todas están protegidas; hay bienes comunes de la humanidad (como el agua y el aire).

7) El corto siglo de las izquierdas fue suficiente para crear un espíritu igualitario entre los seres humanos que se distingue en todas las encuestas; éste es un patrimonio de las izquierdas que ellas mismas están dilapidando.

8) El capitalismo necesita de otras formas de dominación para florecer (del racismo al sexismo y la guerra) y todas deben ser combatidas.

9) El Estado es un animal extraño, mitad ángel, mitad monstruo, pero sin él muchos otros monstruos andarían sueltos, insaciables en busca de ángeles indefensos. Mejor Estado, siempre; menos Estado, nunca.

Con estas ideas seguirán siendo varias las izquierdas, aunque ya no es probable que se maten las unas a las otras y es posible que se unan para detener la barbarie que se aproxima.

Traducido por Antoni Jesús Aguiló y revisado por Àlex Tarradellas

*Boaventura de Sousa Santos es sociólogo y profesor catedrático de la Facultad de Economía de la Universidad de Coimbra (Portugal).

lunes, 5 de septiembre de 2011

Los medios periodísticos y el discurso de la política


Alberto Maldonado S.* - http://www.surysur.net/?q=node/17326
Todos los días y a toda hora, los medios de comunicación son vehículos del pensamiento humano. Y son vehículos, además, de puntos de vista concretos y de intereses también concretos. Y esta característica los identifica en el mundo de todos los tiempos. Por lo dicho, no es cuestión de "proponer" que los medios —especialmente comerciales— dejen de ser actores políticos.
Esa proposición fue hecha por uno de los tantos invitados de la gran prensa sipiana, Daniel Santoro, nada menos que periodista investigador del diario Clarín de Buenos Aires.
Para comenzar —y como no tengo ningún deseo de contradecir al señor Santoro— estimo que una relación muy sintética de lo que acaba de pasar en Libia y la conducta de las redes mundiales y la prensa que yo llamo sipiana, son más que suficientes (decidoras) de que lo que propone el mencionado señor es un imposible físico, algo así como pretender demostrar la cuadratura del círculo.
Todo comenzó con lo que la misma prensa sipiana lo calificó de "la primavera árabe". De pronto, Túnez y Egipto (dos países milenarios) se acordaron que tenían unos gobiernos sempiternos (30 - 40 años) Rápidamente, la señora Clinton (que las oficia de Secretaria de Estado del premio adelantado de la paz, Obama) pidió (ordenó) que, vistas las manifestaciones más que multitudinarias, esos gobiernos deberían dar paso a una transformación "pero ordenada y pacífica".
El dictador de Túnez prefirió desparecer de inmediato y entregar el poder a sus propios aliados. El de Egipto pretendió aguantar hasta que fue detenido con su familia y sometido a juicio. Entregó el poder a una junta militar afín. Y que se haya sabido, ni en Túnez peor en Egipto, se ha dado paso a ninguna transformación popular. De manera que las manifestaciones fueron "acalladas" sin que cambie nada.
El peso de la realidad  no es una primavera.
Pero entonces, la inteligencia del gran imperio y de los imperitos (EE.UU. y algunos países europeos) se dio cuenta que habían otros países de la región (Medio Oriente) que también tenían gobiernos a perpetuidad; y que estos gobiernos, a más de "infieles" (para
Occidente) eran un estigma para cualquier país que se defina de "libre y democrático" Un líder árabe dijo en una entrevista radial que no conocía de país alguno árabe que sea "democrático y libre" al estilo de las democracias representativas. Y añadió: "por tradición y por costumbre, los gobiernos árabes y musulmanes son, o satrapías, o monarquías"
Sea lo que fuere, lo cierto es que rápidamente los servicios de inteligencia del imperio y los imperitos se dieron cuenta que entre los gobiernos indóciles, que llevaban años en el poder, había dos; Libia, con Muhamar el-Gadaffi; y Siria, con Assad hijo. Y decidieron,
de acuerdo a la geopolítica, "transferir" la primavera árabe a estos dos países, antes de que les vuelen a gobiernos "tan libres y democráticos" como los de Arabia Saudita, Bahrein, Jordania, Emiratos Árabes, etc.
De paso, salían de dos gobiernos indóciles y petroleros a pesar de que, según el NYT y otros periódicos gringos, la CIA y otras agencias de inteligencia europeas, habían tenido contactos y habían decidido las políticas de Libia.
Así fue como, de pronto, la primavera árabe saltó a Libia, un paisito del norte de África, de unos siete millones de habitantes, lleno de petróleo y de agua dulce —que comienza a escasear en el mundo entero.
Como por arte de magia, aparecieron unos rebeldes (parecían mercenarios) que se tomaron una ciudad "libiana" (Bengasi) y que le disparaban todos los días, desde unas camionetas armadas, no se supo nunca a quién. Y el llamado Consejo de Seguridad de las NN.UU. ni corto ni perezoso, adoptó una resolución a favor de los rebeldes libios y se acordó que en la vieja Europa había una OTAN que hacía tiempo no tenía nada qué hacer, puesto que la guerra fría terminó hace 20 años.
EEUU-Europa: el "humanitarismo" armado
Con la "oportuna" abstención de Rusia y China, el mundo vio que el mismísimo Consejo de Seguridad mundial adoptaba una resolución "humanitaria" (los bombardeos) contra un país que registraba uno de los índices más altos de bienestar, en la eterna y desprotegida África. Y decidieron bloquearla y bombardearla, aunque en un acto de piedad sin límites, decidió no ocuparla militarmente, labor que la dejaron a los rebeldes libios o quienes hacían sus veces.
Así comenzó este nuevo drama mundial que, desde luego, durará mucho tiempo y costará muchas vidas de inocentes.
¿Cuál el papel de la gran prensa sipiana mundial? El planeta recordará, por ejemplo, que los primeros días de la aparición de los tales rebeldes en Bengasi y del apoyo "logístico" (criminal) de los propios Estados Unidos y de su carnal OTAN, las agencias informativas del imperio, especialmente a través de la televisión, comenzaron (de inmediato) a "informar" que Libia era un hervidero de manifestaciones contra "el malo" de Gadaffi y sus allegados. Llegaron a transmitir que solo en Trípoli (la capital) numerosas manifestaciones "rebeldes" habían sido neutralizadas a sangre y fuego; y que los cadáveres de miles de manifestantes podían verse por doquier.
Una red de televisión del Tercer Mundo (TeleSur) preocupada por la situación —y sin quererlo expresamente— echó a perder la mentira imperial, dicha y asegurada en el mundo entero por los medios sipianos. Un equipo de esta red (presente en unos países latinoamericanos y que solo transmite en castellano) llegó sin problemas a Trípoli y "descubrió" una ciudad en paz y tranquilidad.
No había vestigio alguno de un muerto, peor de miles. Y las únicas
manifestaciones que vieron fue a favor del "malvado" Gadaffi.
Desde luego, las agencias informativas occidentales no se desmintieron: simple y llanamente tuvieron que reconocer que unos "rebeldes" (mercenarios) sostenían una guerra contra las tropas gubernamentales y que la "piadosa" OTAN había comenzado sus
"bombardeos humanitarios" contra las fuerzas gadafistas. Desde luego, Francia, Inglaterra y hasta Berlusconi (Italia) reconocieron rápidamente a una Comisión Nacional de Transición (CNT) y justificaron sus bombardeos (cerca de 20.000 en seis meses) que comenzaron a causar más víctimas que las que se le acusa, en decenas de años, al señor Gadaffi.
Solo la OTAN (con bombarderos americanos y tecnología de punta) reconoció que hasta junio habían autorizados 14.500 incursiones contra blancos militares del dictador. Entre esos blancos estuvieron una hija y tres de sus nietos.
Hasta que, a fines de marzo, los EE.UU y la OTAN, más los rebeldes (que cada día se parecían más a mercenarios españoles, ingleses, franceses, latinoamericanos) lograron que la rebelión llegara Trípoli. Y los medios masivos, (especialmente la televisión) comenzaron a pasar unos videos en los que se ven a los mismos carniceros que comenzaron la batalla en Bengasi, pero esta vez disparando sus armas a enemigos inexistentes. Después, se supo que los "milicianos rebeldes" masacraron a todo aquel que parecía haber sido un gobiernista cualquiera.
Finalmente —a lo que voy— sin ningún pudor, las grandes agencias informativas y sus clientes mediáticos no dijeron ni media palabra sobre estos crímenes y se dedicaron a pasar imágenes de una mujer que había sido maltratada por una nuera de Gadaffi. Y, como suele ocurrir en los videos del imperio, esperan que Gadaffi y sus leales caigan cuanto antes. Y que el infiel sea ahorcado, como lo hicieron con el malo de Hussein, en Irak.
Por qué el repaso
Traigo a colación estos episodios porque el poder mediático occidental, nuevamente, ha quedado al descubierto; más bien dicho, ha decidido quitarse el antifaz de "independiente libre y democrático" y ha tomado partido por el sistema neoliberal, que es, al fin, al que ellos deben su vida y su suerte.
Alguien le hará caso al señor Santoro, que vino a decirnos que los medios de comunicación (del sistema) no deben tomar partido y deben tratar de ser testimoniales, investigativos.
Para la gente que no sabe, tengo que recordar que el diario Clarín, de Buenos Aires (para el que el señor Santoro trabaja desde hace años) es uno de los medios que apoyaron decididamente a la Junta Militar, que en menos de 8 años de dictadura feroz, asesinó o desapareció a 30.000 argentinos y argentinas. Y que familias "muy distinguidas" se robaron criaturas de mujeres jóvenes que fueron asesinadas en las tétricas casas de represión que abrieron los militares en ese país.
En nuestros países, el antifaz de independientes libres y democráticos, como que se está cayendo a pedazos. Todos los días y a toda hora, tergiversan, manipulan y mienten. Y, siguiendo instrucciones precisas de la SIP-CIA "ignoran informativamente" cualquier noticia que vaya a fortalecer al malo de Correa y su revolución ciudadana.
En Estados Unidos, esta práctica como que es muy común y frecuente en los medios que están bajo la égida y amparo de apenas 10 enormes transnacionales de la comunicación.
Para no ir muy lejos, mientras en Guayaquil se desarrollaba un foro periodístico de investigación (al que fue invitado el señor Santoro) en Quito se daba una asamblea de agencias informativas del continente. El Comercio de Quito y El Universo de Guayaquil, más informativos de la televisión comercial, dieron información profusa a la reunión de Guayaquil pero ni una palabra, menos críticas al sistema, que si se dieron en Quito.
Por eso preguntamos: ¿es posible que los medios del sistema dejen de ser partidos políticos y se sujeten solamente a la investigación y al testimonio?
* Periodista.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Argentina – CNU: ¿Los indemnizaron por parapoliciales?


Por   Daniel Cecchini y Alberto Elizalde Leal - http://sur.elargentino.com/notas/%C2%BFlos-indemnizaron-por-parapoliciales

La investigación de Miradas al Sur sobre el accionar del grupo de tareas paraestatal de la Concentración Nacional Universitaria pudo establecer que por lo menos cinco de sus integrantes, haciéndose pasar como víctimas del terrorismo de Estado, cobraron la indemnización que establece la Ley 24.043, que beneficia a quienes hayan sido juzgados por tribunales militares o hayan estado detenidos a disposición del Poder Ejecutivo durante la última dictadura cívico-militar. Los “beneficiados” son Carlos Ernesto Castillo (a) El Indio, –detenido, igual que Juan José Pomares (a) Pipi, por el juez federal de La Plata Arnaldo Corazza, acusados de haber cometido delitos de lesa humanidad–, Gustavo Fernández Supera (a) El Misto, Dardo Omar Quinteros, Martín Osvaldo Sánchez (a) Pucho y Alfredo Ricardo Lozano (a) El Boxer. Como ya informó Miradas al Sur, estos seis, junto con otros miembros de la banda, también iniciaron los trámites para cobrar la pensión graciable que establece la Ley 14.042, de la Provincia de Buenos Aires, para las víctimas de la dictadura.

En todos los casos, estos beneficiarios de la Ley Nacional 24.043 y aspirantes a la pensión que otorga la Ley Provincial 14.042 aprovecharon la letra de ambas normas ocultando su condición de integrantes del aparato terrorista del Estado para mimetizarse entre sus propias víctimas. Los nombrados, junto a otros miembros de la patota, fueron detenidos el 29 de abril de 1976 por orden del jefe del Área de Operaciones 113, coronel Roque Carlos Presti, no por ser –como sostienen algunos de ellos– militantes peronistas que resistían a la dictadura, sino porque su accionar como grupo parapolicial y paramilitar ya no resultaba útil en el marco del plan sistemático de represión ilegal. Esta detención no impidió que varios de los miembros de la CNU, recluidos en la Unidad 9 de La Plata, salieran de la cárcel para integrarse a los grupos de tareas cuando los jefes militares lo consideraron necesario. Varios testigos reconocieron a Castillo como uno de los represores que participaron de La Noche de los Lápices, en septiembre de 1976. En esas operaciones, también fue visto uno de los ideólogos de la CNU que seguía en libertad, el profesor de literatura Néstor Beroch.

Los integrantes de la patota nunca fueron condenados por un tribunal militar y sólo fueron puestos a disposición del PEN un año después de ser detenidos, cuando ya estaban procesados por la comisión de medio centenar robos de autos, dinero y joyas, por los que fueron condenados por la Justicia Penal Ordinaria en 1980. Que estuvieran a disposición del PEN tampoco impidió que algunos de ellos fueran excarcelados en 1979 y pudieran esperar la sentencia en libertad.

Al servicio del terror estatal. La patota de la CNU platense operó bajo las órdenes y al amparo del Estado entre fines de 1974 y mediados de 1976, cuando algunos de sus integrantes se sumaron a los grupos de tareas de las Fuerzas Armadas. La investigación deMiradas al Sur estableció que realizaba distinto tipo de acciones:

• Secuestros y asesinatos de disidentes políticos y sindicales ordenados desde el gobierno provincial de Victorio Calabró (el nexo con la banda era el secretario privado del gobernador), Alberto Bujía (a) El Negro, luego mano derecha de Eduardo Alberto Duhalde (a) El Cabezón; desde la jefatura de la UOM platense, a cargo de Rubén Diéguez; desde la Jefatura de la Policía de la Provincia de Buenos Aires; y desde las jefaturas del Regimiento VII de Infantería y del Distrito Militar La Plata (a cargo del coronel Roque Carlos Presti y del teniente coronel Mario Sila López Osornio, respectivamente). Por su naturaleza, estos crímenes deben ser considerados como de lesa humanidad.

• Secuestros y asesinatos de militantes políticos, de activistas sindicales y de estudiantes secundarios y universitarios decididos por la propia banda o por el grupo de la Triple A comandado por Aníbal Gordon, que también califican como crímenes de lesa humanidad.

• Ajustes de cuentas por cuestiones personales.

• Asaltos a mano armada, haciéndose pasar por policías, para lo cual utilizaban automóviles provistos de sirenas y balizas.

En todos los casos actuaban en zonas liberadas por la Policía de la Provincia de Buenos Aires, coordinadas a través del oficial principal Julio César Garachico y el suboficial mayor Juan Bilardo.

Represores y chorros. 

El 23 de junio de 1980, en el marco de la causa N° 715, Martín Osvaldo Sánchez (a) Pucho, Gustavo Fernández Supera (a) El Misto, Dardo Omar Quinteros, Juan José Pomares (a) Pipi, Antonio Agustín Jesús (a) Tony, Carlos Ernesto Castillo (a) El Indio, Alfredo Ricardo Lozano (a) El Boxer, Marcelo José López y Roberto Antonio Storni fueron condenados a 4 o 5 años de prisión por los delitos de “robo y/o hurto de automotor, tenencia de arma de guerra y robos reiterados y calificados”. Según la información que existe en la causa, entre fines de 1975 y abril de 1976, la banda robó 38 automóviles –la mayoría sobre la Ruta 2– dinero y alhajas. Por esos delitos, entre otros, fueron procesados.

Nunca fueron víctimas de la dictadura sino todo lo contrario. Fueron integrantes del aparato terrorista del Estado que, aprovechando esta condición, también cometían delitos comunes. Recién a 27 años de recuperada la democracia, comenzarán a ser juzgados por sus crímenes de lesa humanidad.

viernes, 2 de septiembre de 2011

LIBIA SI Y NO


Por Luis Britto García - http://www.albatv.org/LIBIA-SI-Y-NO.html 

NO En Libia no hay Conflicto entre Civilizaciones, porque no es Civilización una gavilla de asaltantes que destruye países para pelearse por sus despojos. 

SÍ En Libia sí hay Guerra de Cuarta Generación, que vence con Photoshop la derrota en los hechos. Arranca con supuestas manifestaciones de las cuales no existen imágenes convincentes. Estos manifestantes mediáticos son víctimas de bombardeos imaginarios que no pueden confirmar ni Telesur ni la vigilancia satelital rusa ni la estadounidense. Para corregir tales hechos imaginarios, la tecnología mortífera real de los mayores imperios incinera Libia para asesinar a Kadafi, y el que resulta muerto es Younis, el jefe de los amotinados, pero por los propios amotinados. 

NO En Libia no hay rebelión democrática ni progresista, pues la democracia no se impone asesinando más de 1.200 civiles indefensos con 7.037 bombardeos acumulados en cinco meses, ni la promueven monárquicos Ydristas, mercenarios ni fieles colaboradores de aquel a quien ahora llaman tirano. 

SÍ En Libia se aplica el plan maestro de Estados Unidos de destruir países manipulando diferencias étnicas o culturales, ya aplicado para desmantelar Yugoeslavia. 

NO En Libia no hay victoria militar. Hitler rindió en cinco días a Francia con bombardeos masivos. Cinco meses llevan los franceses más los ingleses más los italianos más los españoles más los alemanes más Estados Unidos más otros 42 países más fuerzas mercenarias más el club de ex funcionarios de Kadafi a quienes los medios llaman "los rebeldes", bombardeando con tal ineficacia, que ahora recurren a la invasión abierta. La guerra contra Irak acabó en una semana, pero prosigue nueve años después. La guerra contra Libia no acaba en cinco meses, pero podría ser eterna. 

SÍ El destino de Libia lo decidirá el mismo factor que impide la invasión a Cuba y la domesticación de Afganistán. El pueblo, armado, jamás será esclavizado. NO La aniquilación de Libia no aportará bienestar, derechos ni democracia. Los saqueadores ya pillaron 270.000 millones de dólares de sus reservas internacionales; sin ellas desaparecerán los avances en educación, salud y seguridad social conseguidos por Kadafi; para saquearlo mejor, el país será dividido: ello desencadenará una guerra civil inacabable. SÍ La inmolación de Libia arruinará a los gobiernos que la consienten. Con bases en Libia, Estados Unidos y la Otan pondrán de rodillas a la Unión Africana y la Liga Árabe. Con energía saqueada, reducirán a la miseria las regalías para las entreguistas autocracias petroleras del Consejo de Cooperación del Golfo, las cuales caerán al no tener ingresos que redistribuir. 

NO El saqueo de Libia no salvará a los siete países hegemónicos que destruyeron sus economías reales, entregándose a la economía virtual del capitalismo financiero. Si triunfa el pillaje imperial, éste seguirá contra los miembros de la Opep hasta que el Imperio pueda estrangular a Rusia, China y la India con un bloqueo energético que llevará a la Última Guerra Mundial. SÍ Libia decide nuestro destino. Denuncié que desde 2007 una ibérica "Fundación para el Análisis y Estudios Sociales" impulsada por José María Aznar adelanta una "Agenda de la Libertad" para América Latina que incluye una Internacional de sus derechas y privatización de su educación superior. También miente que la Triple Frontera "ha sido desde años un centro neurálgico de financiación de grupos terroristas islámicos", y ordena que "América Latina debe cooperar en materia de seguridad y lucha contra el terrorismo internacional junto a Europa y América del Norte, mediante la creación de una asociación estratégica entre la Otan y Colombia. Asimismo, con aquellos otros países latinoamericanos que deseen sumarse a ella". Suscriben este llamamiento a la invasión Julio Borges, Leopoldo López, Plinio Apuleyo Mendoza, Álvaro Vargas Llosa, Carlos Alberto Montaner, Andrés Pastrana…



martes, 30 de agosto de 2011

Argentina: La Responsabilidad de la Inflación es de Julio Cobos

El voto “no positivo” - Por Andrés Asiain * - http://www.tdt-latinoamerica.tv/foro/la-responsabilidad-de-la-inflacion-es-de-julio-cobos-t4332.html


El buen desempeño de la economía argentina en los últimos años constituye un importante capital político del oficialismo. Frente a ese panorama, los principales candidatos de la oposición aseguran que mantendrán lo central del modelo vigente, pero solucionando algunos problemas económicos que la presente administración no ha logrado resolver. El más mencionado, sin lugar a dudas, es la inflación.

Distintas recetas se plantean para ello, pero todas ellas confluyen en moderar el crecimiento de la demanda como elemento central. Desde su perspectiva, los aumentos de precios que se registran en la economía argentina se deben a que la demanda está siendo sobreestimulada por la combinación de un fuerte incremento de la demanda externa, del consumo privado y del gasto público. De los tres elementos mencionados, por razones políticas más que técnicas, concentran su preocupación en el gasto público. Es que de esa manera, es el Gobierno con su política de gasto el responsable de sobre expandir la demanda y, de esa manera, es también el responsable de la inflación.

Sin embargo, el responsable de los aumentos de precios no es el oficialismo. Recientemente, publique los resultados de una extensa investigación sobre las causas de la inflación argentina en el Observatorio de la Economía Latinoamericana, dependiente de la Universidad de Málaga, España. La publicación se titula: “La Responsabilidad de la Inflación en Argentina es de Julio Cobos”, y paso a explicar por qué ello es así. Si se observa la evolución de los precios de los diferentes bienes y servicios es fácil notar que, a lo largo del período en que se acelera la inflación, los items que más aumentan son los alimentos. Y no hay que indagar demasiado para hallar las causas del encarecimiento de la comida. Desde mediados del 2006, el precio internacional de las materias primas y, por su intermedio, el de los alimentos, se ha incrementado violentamente. Y sus repercusiones han sido, también, violentas. En México se desató una revuelta popular que se conoció como la “rebelión de la tortilla”, por haberse desatado al aumentar de precio la tortilla cuya base es el maíz que importaban de Estados Unidos a precios internacionales.

Si bien nuestro país produce alimentos para cerca de 400 millones de personas y los exporta a un gran número de países, el impacto local del alza del precio de las materias primas es similar al que se produce en los países importadores de alimentos. La mayor cotización internacional de la soja, el maíz y el trigo, genera mayores ganancias por su exportación de manera que también incrementa el precio que debe pagar el comprador local que compite con el consumidor extranjero. Además, la mayor rentabilidad de la producción de soja se traslada al valor de la tierra y el coste de arrendarla. El valor de la hectárea pasó de 6000 a 15.000 dólares en la zona núcleo en los últimos cinco años. Y así se reduce o se desplaza a tierras marginales la ganadería y otras producciones menos rentables que la soja, con el consiguiente incremento en el precio de la carne, las frutas o las verduras.

La actual administración intentó contener este proceso mediante la aplicación de las retenciones móviles, que ajustaban el nivel de las retenciones a la exportación absorbiendo el aumento del precio internacional de las materias primas. De esta manera se moderaba el incremento de la rentabilidad de la exportación de granos y el consiguiente incremento en el precio interno de los alimentos. Pero esta medida generó la protesta de empresarios agropecuarios fuertemente publicitada por los medios de comunicación enfrentados al Gobierno. Fue ese escenario mediático el que utilizó el vicepresidente Julio Cobos para promocionarse como político opositor al pronunciar su voto “no positivo”. Las consecuencias de aquella conducta oportunista fue el incremento del precio interno de los alimentos, que exacerbó las pujas sectoriales por la distribución del ingreso e hizo ingresar a la economía argentina en una etapa de inflación de dos dígitos que perdura hasta el presente.

Frente a este panorama, varios candidatos de la oposición proponen reducir las retenciones y devaluar el peso. ¿Qué puede esperarse si se aplica dicho plan? En la mencionada investigación he simulado cuál sería el impacto de la aplicación de tales medidas, y el resultado previsible es: un fuerte salto inflacionario de dramáticas consecuencias económicas y sociales.

* Profesor de la FCE-UBA.

fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/econo ... 08-08.html

lunes, 29 de agosto de 2011

Las Redes Sociales, las nuevas armas de resistencia en Chile



En los últimos tiempos hemos podido observar el inmenso poder de convocatoria y organización política  y social que tienen como protagonistas a  las redes como Twitter o Facebook. La “Primavera Árabe”, que se organizó para repudiar los regímenes de esa región,  las protestas de los “indignados” españoles, que luchan contra la corrupción y la devaluación de la política, y la intensa actividad de coordinación llevada a cabo por los estudiantes en Chile es un ejemplo claro de esta tendencia. 

A nadie se le escapa que Twitter, en los últimos tiempos, se ha convertido en un buen termómetro para analizar como respira la sociedad de un país sobre una cuestión concreta. En este sentido, por el gran número de comentarios que se acumulan en relación a las protestas estudiantiles que sacuden Chile desde hace varios meses, todo parece indicar que, lejos de apagarse, el debate está más vivo que nunca. Prácticamente todos los días en las últimas semanas los “Trending Topics” chilenos han estado dominados por el conflicto estudiantil. Facebook, sin embargo, al ser más privado convierte su tráfico de información en menos visible para las autoridades, pero igualmente efectivo.

Los estudiantes chilenos están decididos a continuar con sus protestas contra el Gobierno de Sebastián Piñera y en favor de una educación gratuita y de calidad. Precedida por una intensa actividad en Twitter y las redes sociales, Santiago vivió ayer, una nueva jornada masiva de movilizaciones de universitarios, secundarios y profesores, cuya asistencia alcanzó, según los organizadores, la abultada cifra de 100.000 personas y que ha tenido su reflejo cibernético en la etiqueta #marchadelosparaguas. 

Por su parte, esta semana Felipe Bulnes, ministro de Educación, ha lanzado una propuesta que sigue sin convencer a los estudiantes pero que recoge varias de sus reclamaciones. Por un lado, la ampliación de la oferta de becas y créditos para que los estudiantes tengan un acceso más igualitario a la educación, lo que incluye una reducción de los intereses del préstamo estatal de un 6% a un 2%; por otro, poner fin al lucro en el sector, reducir su municipalización y una reforma constitucional que garantice la calidad en la educación. Una propuesta que a los estudiantes sigue sin convercerles y que no ha podido parar la movilización de hoy, ampliamente planeada a través de una intensa actividad en Twitter y otras redes sociales.

El sistema educativo chileno ha sido heredado por la democracia de la dictadura de Augusto Pinochet y mantiene unas elevadas tasas que impiden a los estudiantes con menos recursos acceder a la educación superior. Si lo hacen, deben soportar varios años de alto endeudamiento para poder pagar sus estudios. Además, los estudiantes reclaman que el Estado se ocupe del sector, y no los municipios, y que la educación, una de las más caras del mundo según la OCDE, sea gratuita y accesible universalmente para todos los ciudadanos.

El conflicto se ha hecho crónico en el peor momento posible para Sebastián Piñera, cuya popularidad se ha desplomado de manera vertiginosa en los últimos meses por la conflictividad social que asola Chile desde que inició su mandato. Ecologistas, mineros, estudiantes y grandes partes de la ciudadanía ven con malos ojos su gestión, que según los últimos sondeos ha alcanzado un 52% de desaprobación. Sin embargo, el dato más sangrante es el de su popularidad, que ha vuelto a caer y se sitúa en un 26%, la peor valoración jamás dada a un líder chileno en las últimas dos décadas. El poder de las redes sociales y de la transmisión de información ha contribuido sin duda a que entre la población chilena circulen corrientes de opinión que se oponen al presidente.

viernes, 26 de agosto de 2011

Libia: la "mina" de oro negro que necesita Occidente

Actualidad RT - http://www.matrizur.org/index.php?option=com_content&view=article&id=13976%3A-video-libia-la-qminaq-de-oro-negro-que-necesita-occidente-&catid=45%3Aimperio&Itemid=62 

El petróleo históricamente ha sido una razón para las guerras de conquista y el conflicto en Libia no es una excepción: los países occidentales andan a la caza del tesoro petrolero.

Una guerra que aún no ha terminado y una nueva que ya empieza. Mientras los rebeldes libios libran feroces batallas para ocupar Trípoli, los países occidentales rivalizan para apoderarse de las reservas petroleras de este país árabe.

Entre otros Estados de África, Libia es considerada uno de los países más ricos en oro negro. Antes del comienzo del conflicto (en febrero de este año) el gobierno de Gaddafi exportaba más de un millón de barriles de petróleo diariamente, pero nada más iniciarse los ataques aéreos de la OTAN, se redujo considerablemente el suministro de este recurso.

Según varios medios, la reanudación de la exportación podría ayudar a disminuir los precios del crudo en Europa y EE. UU. De ahí que Occidente (especialmente las naciones que proporcionan apoyo a los rebeldes) intente asegurar un fácil acceso al petróleo libio a sus compañías.

Algunos analistas trazan una línea paralela entre la situación que vive Libia con la que se registró en Irak. La invasión de EE. UU. y el Reino Unido al territorio iraquí en 2003, permitió a ambos Estados anglosajones establecer un férreo control sobre sus yacimientos. Como resultado, Irak tan sólo ha podido restaurar su anterior nivel de exportaciones ocho años después de la guerra.

"El gran temor se centra en que es justo lo que hicieron en Irak. Ellos crearán una democracia que servirá a los intereses del Reino Unido, a los intereses de occidente y a los intereses de compañías petroleras. Pero no harán nada para el pueblo libio", indicó Greg Muttitt, un experto en petróleo y política en Irak

Las grandes multinacionales intentan a toda costa conservar y reanudar sus contratos con Libia. Pero antes de que esto suceda, los rebeldes tendrán que establecer un control firme sobre el país, ya que en las actuales condiciones, las compañías nunca enviarían a este territorio a sus empleados.

"Las potencias occidentales no lo hacen sin exigir una recompensa. ¿Por qué el jefe del Consejo Nacional de Transición se apresura en ir a París a encontrarse con el presidente francés? ¿Por qué las potencias occidentales, Tony Blair y otros muchos antes firmaron contratos con Gaddafi? Pues para explorar los pozos de petróleo", dijo John Rees, un activista político británico.

Los rebeldes libios esperan que los países extranjeros les ayuden a alcanzar la deseada estabilidad política, pero parece que estos persiguen otros objetivos. En este marco de conflicto de intereses se plantea una pregunta de cara a un futuro próximo: ¿Podría resultar que la competencia de las empresas petroleras por apoderarse de estos combustibles fósiles libios puedan llevar al Norte de África (e incluso al resto del mundo) a una nueva crisis basada en la avaricia por el crudo?.

 

 

jueves, 25 de agosto de 2011

UNIÓN EUROPEA Y NEOLIBERALISMO - Todos contra el Estado



El sueño de los más feroces neoliberales se hizo realidad: se llama Eurozona, un mercado sin Estado al servicio de los banqueros. El dogma que los republicanos estadounidenses expresaron con tanta claridad para marcarle la cancha a Barack Al Jolson Obama (“Reducir el tamaño del Estado para poder ahogarlo en una bañera”) se materializó en Europa. El mecanismo es perverso: si las cosas salen mal, es decir si los banqueros derrapan en su timba especulativa, se recurre al ajuste y entonces los más débiles pagan la cuenta para que siga la fiesta. El fantasma que recorre Europa se llama estaticidio. La sociedad civil no parece dispuesta a tolerarlo.

Hace apenas quince o veinte años los europeos se jactaban del “Estado de bienestar” y el “capitalismo con rostro humano”. Según este relato, en muchos aspectos mítico, en otros directamente falaz, el capitalismo estadounidense aparecía, por contraste, más brutal, más salvaje, como tantas otras cosas provenientes de aquel bárbaro país de la salvaje América, tan ajeno a las finas sutilezas y los colores pastel del Viejo Continente.

Por obra de las crisis cíclicas del capitalismo, el avance de las finanzas y el poder creciente de los bancos, las máscaras rodaron y fueron a dar al triste lodo de la verdad: los capitalistas europeos no eran ni más lindos, ni más sabios, ni menos brutales. Y la invención de la Eurozona viene a ser la más perfecta legitimación del neoliberalismo más salvaje. Una moneda, 17 países, 350 millones de habitantes, y ningún Estado.

Estados versus estaticidas. Dentro de la complejísima, dinámica y siempre mutante trama de fuerzas antagónicas que participan de la disputa por el poder económico, esta pelea de fondo se recorta, clara y nítida, como una puja estructurante que explica buena parte de los conflictos y las tensiones sociales que por estos días asoman en el mundo.

En la edición de agosto de Le Monde Diplomatic, Ignacio Ramonet se refiere a la indignación de los ciudadanos europeos, y la relaciona directamente con la moneda común y la Unión Europea. En la nota titulada “Cambiar de Europa”, Ramonet asegura que, a medida que se profundiza la crisis, “van quedando al desnudo los mecanismos de una construcción común, cuyo objetivo fundamental parece ser otorgar plena libertad de acción y de ganancia a los mercados y los especuladores, en detrimento de los trabajadores”.

Por eso, la estrategia discursiva elegida por los ajustadores europeos es plantear que las protestas y los disturbios vienen de otro planeta, o son el resultado de la obvia, natural maldad destructiva de los pobres, los trabajadores, los jóvenes, los jubilados y los pensionados, siempre tan depredadores, siempre angurrientos saqueadores de las riquezas tan esforzadamente obtenidas por los muchachos de la Bolsa.

Pocos creen en este relato, y muchos se lanzan a las calles en España, Grecia, Italia. También, con gran virulencia, se protesta en Inglaterra, que no entró en la zona euro pero igual realizó su propio ajuste neoliberal a hachazos, con represión y con el asesoramiento de un comisario del país de los colores primarios.

La respuesta de la sociedad civil es la movilización, las medidas de fuerza, y en algunos casos, la violencia. Y sobre este punto vuelve siempre, una y otra vez, la vieja discusión sobre la violencia real y tangible del fuego y los proyectiles, por un lado, y la violencia simbólica, pero no menos real y tangible, de los ajustes: pérdidas de puestos de trabajo, reducción de salarios, subas de impuestos y reducción de beneficios sociales. El filósofo esloveno Slovoj Zizek denomina a estas formas de violencia, que fluyen siempre de arriba hacia abajo, “violencia sistémica”: es decir la violencia que está en la estructura misma del sistema. Por eso, en esta etapa del capitalismo financiero, son tan importantes, fundamentales, los medios hegemónicos al servicio de los poderes fácticos: para hacer visibles ciertas formas de violencia (los disturbios callejeros, por ejemplo) e invisibilizar otras (los ajustes, los beneficios a los más ricos, la pérdida de fuentes de trabajo).

El Estado se retira y deja al pueblo a merced de los mercados. Los dirigentes políticos elegidos por el voto popular usan ese mandato para legitimar las decisiones de los poderes fácticos, que no sólo están al margen de la democracia, sino que, además, son incompatibles con la democracia. De ahí que, más allá de la gravedad de la crisis económica, el gran problema de Europa es también político, se trata de una crisis de representatividad cuya salida no está a la vista ni mucho menos. No hay luz al final del túnel, sólo fuego.

Ramonet plantea que el euro es la consolidación de los dogmas neoliberales definidos en los tratados de Maastricht (1993), Ámsterdam (1999), Niza (2003) y Lisboa (2009). “Estos dogmas, que el Pacto de Estabilidad (1997) ratificó, y que el Banco Central Europeo sancionó, son esencialmente tres: estabilidad de los precios, equilibrio presupuestario y estímulo de la competencia. Ninguna preocupación social, ningún propósito de reducir el desempleo, ninguna voluntad de garantizar el crecimiento, y obviamente ningún empeño en defender el Estado de Bienestar”.

“Con la vorágine actual, los ciudadanos van entendiendo que tanto el corsé de la Unión Europea, como el propio euro, han sido dos añagazas para hacerlos entrar en una trampa neoliberal de la que no hay fácil salida. Se hallan ahora en manos de los mercados porque así lo han querido explícitamente los dirigentes políticos (de izquierda y de derecha) que, desde hace tres décadas, edifican la Unión Europea”, plantea Ramonet, que al cierre de su nota se pregunta qué pasará cuando los ciudadanos se decidan a concentrar su ira contra el verdadero cuartel general de los ajustadores: la Unión Europea.

Frente al fuego de la ira que consume Europa, América latina ofrece otra realidad, otras políticas y otro paradigma, alejado del Consenso de Washington. La gran diferencia, el rasgo distintivo fundamental, es la presencia del Estado, es decir la decisión política de recuperar el rol del Estado, su presencia como regulador de la economía. Esa decisión es, justamente, la que convierte en demonios del Infierno a Cristina Fernández, Dilma Rousseff, Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, por ejemplo. Pero los números, los fríos índices de crecimiento económico e inclusión social, les dan la razón a los demonios.

Europa se incendia y mira azorada a América latina. Se derrumban viejos mitos y se despliega un amplio panorama de preguntas: ¿Quiénes son los serios? ¿Quiénes los bananeros? ¿Cuáles son los países inviables? ¿Cuáles los estados fallidos? Mientras tanto, los banqueros ajustan el tapón de una elegante bañera europea, color pastel.

miércoles, 24 de agosto de 2011

¿Quienes son los rebeldes que están ganado la guerra en Libia?

David Arrabalí - Mundo Obrero - http://www.matrizur.org/index.php?option=com_content&view=article&id=13912:iquienes-son-los-rebeldes-que-estan-ganado-la-guerra-en-libia&catid=45:imperio 

Trípoli, prácticamente el último bastión del actual gobierno libio, ha sido tomado por las tropas rebeldes y ahora se extienden las dudas acerca de lo que pasará a partir de ahora en la nación africana. Cuando la guerra en Libia llegue realmente a su fin, como parece estar sucediendo ahora, todos sabremos quién la habrá perdido: Muammar Gaddafi. Por el contrario, poco sabemos acerca de quién ha ganado esa guerra. ¿Quienes son los rebeldes que están ganado la guerra en Libia?.

Los rebeldes lucharon con la ayuda de una coalición militar encabezada por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y España, sin que prácticamente nadie se preguntara quienes son y sin que apenas se cuestionara la moralidad de la propia intervención internacional, pero se trata de un grupo heterogéneo que creció notablemente sólo gracias a la intervención militar de la OTAN, que les abrió una puerta hacia el triunfo. Entonces, ¿quién ha ganado? ¿Los rebeldes? ¿Los que apoyaron la intervención armada? ¿La OTAN?

De la revuelta popular a la guerra

La triunfante rebelión popular tunecina se contagió con éxito a Egipto y otros países del Magreb y Oriente Próximo. En Libia estas revueltas populares toman gran impulso a partir de la dimisión, el 11 de febrero, del presidente egipcio Mubarak. El 17 de febrero, son los jóvenes y las clases medias quienes salen a las calles en las principales ciudades libias, Trípoli y Bengasi. Fue un grupo de personalidades, intelectuales, líderes de facciones gubernamentales y tribales, de fuerzas políticas de la oposición, de organizaciones sociales, de organismos de derechos humanos, quienes primero pidieron al líder libio Muammar Gaddafi que abandonara el poder, subrayando al mismo tiempo, el derecho del pueblo libio a expresar sus manifestaciones pacíficas sin ningún tipo de acoso o amenazas por parte del gobierno.

A continuación más de 200 personalidades representativas de diferentes sectores sociales, activistas, abogados, estudiantes, profesionales, funcionarios, empresarios, ingenieros, médicos, periodistas, profesores universitarios, víctimas de la guerra del Chad, entre otros, firmaron un comunicado. La auténtica oposición libia, manifestó que su declaración se producía en su intento de "establecer el principio del derecho de los pueblos a expresar sus opiniones por cualquier medio pacífico que consideren oportunas, y la fe en la legitimidad de este derecho, y con el fin de conseguir un cambio en Libia que ha de venir inevitablemente”. El 21 de febrero los manifestantes libios en Trípoli incendiaron la sede central del Gobierno libio, el Salón del Pueblo, y el edificio del Ministerio de Justicia. Las protestas de ese día causan la muerte de 61 personas en los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y manifestantes en la capital.

A partir del 21 de febrero se producen declaraciones oficiales de los principales partidos comunistas del Magreb y Oriente Próximo. Así, el Partido Comunista Egipcio, animó a continuar la revolución del pueblo libio contra el gobierno de Muammar Gaddafi, pidió el fin de las matanzas y rechazó el uso de las fuerzas militares internacionales para detener la revolución. El Politburó del Partido Comunista del Líbano condenó la masacre del gobierno de Muammar Gaddafi contra el levantamiento de pueblo libio. De igual forma el Partido Comunista de Palestina, emitió una declaración de apoyo a las revueltas en Libia, y el Partido Comunista Obrero de Túnez, animaba, en un comunicado al hermano pueblo libio, a continuar con las revueltas hasta lograr la exigencia fundamental de la caída de Muammar Gaddafi.

Golpe de palacio y pronunciamiento militar

Sin embargo, la situación da un giro radical después de una cadena de dimisiones y deserciones de importantes miembros del gobierno libio. El ejército libio se divide, algunos de sus generales se declaran en rebeldía y junto a elementos internos del propio estado, crean un gobierno provisional y un ejercito para disputar el poder a su hasta ahora presidente, Muammar Gaddafi.

El 22 de febrero dimite el ministro del Interior, Abdul Fathah Younis, que en la última década había reprimido duramente a los opositores libios a través de la policía y los servicios secretos, ahora se declara rebelde y pide la salida del país del presidente que lo nombró, Muammar Gaddafi. Le sigue el ex ministro de Justicia, Mustafa Adbel Jalil, el 23 de febrero, a los que se unen el 24 de febrero destacados miembros del gobierno, importantes funcionarios y oficiales del ejército. Se está produciendo un "golpe de palacio" ejecutado por elementos internos del propio gobierno e incluso de la misma cúspide gubernamental que intentan la toma del poder. Siguen las deserciones con varios ministros, embajadores y líderes religiosos que abandonan a Muammar Gaddafi.

La cadena de dimisiones afecta desde ministerios, jefes militares, hasta embajadores y diplomáticos libios. El embajador ante Egipto, Ahmed Gadaf al Dam, renuncia a sus funciones. La embajada libia en Nueva Delhi también deserta. A la dimisión del embajador de Libia en Francia hay que sumarle el de Libia ante la Unesco. La misión libia ante la sede de Naciones Unidas en Nueva York deserta dejando de responder a las instrucciones de su gobierno. El fiscal general del estado, Abdel Rahman al Abar, se pasa al campo de los rebeldes tras su renuncia del cargo gubernamental. El gobierno pierde a una figura clave, el ministro de Relaciones Exteriores Moussa Koussa, quien durante muchos años fue el jefe de los servicios secretos libios. El ministro libio de Petróleo, que fue presidente de la poderosa compañía estatal de petróleo libia, Chukri Ghanem, deserta y se une a los rebeldes pese a estar considerado uno de los cinco altos cargos más próximos a Muammar Gaddafi.

Al golpe de palacio, le sigue un pronunciamiento militar protagonizado por destacados miembros de las fuerzas armadas que, con todos sus efectivos militares, intentan también tomar el control interno del país. La base área de Muitiqa y el batallón 36 Saaiqa se unen a los rebeldes, organizados ahora en el autodenominado Ejército Popular Libio, que cuenta con 8.000 efectivos profesionales, un 40% del ejército nacional, aunque las unidades del élite aéreas y terrestres están con el gobierno. Ahora el avance de los rebeldes también implica tomar el control de los pozos petrolíferos.

Los denominados rebeldes, han apartado de la lucha contra el gobierno de Muammar Gaddafi a las verdaderas fuerzas de oposición que han perdido casi todo el protagonismo que tuvieron en el inicio de la rebelión popular libia, y apoyándose en generales y oficiales desertores de las fuerzas armadas y en los ministros y políticos gubernamentales que han abandonado al presidente, han organizado el Consejo Nacional de Transición, con sede en Bengasi, estableciendo un gobierno paralelo, reconocido por Estados Unidos y la mayoría de los países europeos, cuyo objetivo no es otro que disputar el poder al presidente y controlar los pozos petrolíferos con el apoyo de las potencias internacionales.

En este contexto, y después de la ofensiva de las tropas gubernamentales, se comienza a hablar de la posibilidad de establecer una zona de exclusión aérea, para evitar los bombardeos sobre los rebeldes y la superioridad militar de la aviación gubernamental. El día 11 de marzo los rebeldes pierden el control del complejo petrolífero de Ras Lanuf y el día 12 de marzo, la Liga Árabe, con el voto en contra de Siria y Argelia, dio su apoyo a la creación de una zona de exclusión aérea sobre Libia.

El 17 de marzo, en Consejo de Seguridad de la ONU a través de la Resolución 1973, aprobó que se autorizaría el establecimiento de una zona de exclusión aérea sobre Libia. El día siguiente, 18 de marzo, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y España, se reúnen en el Palacio del Elíseo para la preparación del envío de aviones para imponer la zona de exclusión aérea aprobada el día anterior por la ONU. Este mismo día el gobierno Libio anuncia un alto el fuego y una tregua unilateral, que sin embargo es ignorada por estos países que continúan con sus planes de intervención militar.

En 19 de marzo se produce la intervención militar que no se limita al establecimiento de la zona de exclusión aérea, sino que consiste en el apoyo militar a las fuerzas armadas rebeldes y el ataque a las fuerzas gubernamentales. Los bombardeos de la OTAN provocan, desde el comienzo de la intervención, un significativo número de víctimas civiles lo que provoca las protestas de la Liga Árabe, de las principales organizaciones de izquierdas del Magreb y Oriente Próximo, y de gobiernos de izquierdas y progresistas de América Latina.

A partir del 20 de marzo se producen declaraciones oficiales de los principales partidos comunistas del Magreb y Oriente Próximo, en las que, estos partidos, que antes habían apoyado las revueltas del pueblo libio, consideran que el propósito de la intervención no era para proteger al pueblo de Libia de la opresión de Muammar Gaddafi, sino la ocupación de este país, someter a su pueblo, saquear sus riquezas, y el uso de su territorio para el establecimiento de bases militares para el control del norte de África con el fin de garantizar la seguridad de Israel y salvaguardar los intereses de las potencias occidentales en la región.

Estos partidos han rechazado la intervención militar, y ha señalado que Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, España, y todos los países occidentales, no tienen ningún interés en el triunfo de las revueltas populares árabes, que comenzó porque el sistema causó estragos como la corrupción y el desempleo, sino saquear las riquezas que tiene Libia. Fundamentalmente el control del petroleo y del gas. Posteriormente, se ha podido saber que Francia estaba preparando, desde antes de que estallara la revuelta, apoyar un golpe de Estado contra el gobierno de Muammar Gaddafi, protagonizado por personalidades del mismo régimen.

Desde América Latina, diversas personalidades políticas, han criticado la intervención de las potencias occidentales en el conflicto a favor de una de las partes beligerantes. No es solamente el control del petróleo libio lo que está en juego, sino el control de toda la zona, una vez caídos los presidentes pro norteamericanos de Túnez y de Egipto. El riesgo mayor para las potencias capitalistas es que se produzcan revueltas en los países árabes gobernados por monarquías corruptas y pro norteamericanas. Y su interés es que allí en dónde ya se han producido las revueltas los acontecimientos se desarrollen de manera que no sean contrarios a sus intereses.

¿Quienes son los rebeldes libios?

Los rebeldes libios han apartado a las tradicionales fuerzas políticas de la oposición libia y también desactivaron a los protagonistas de las primeras revueltas y manifestaciones populares. Estos han formado un gobierno de transición bajo el liderazgo de Mahmoud Jabril, y este nuevo gabinete está tomando poco a poco forma, con la inclusión de ex generales de Muammar Gaddafi, ex ministros y políticos gubernamentales que han abandonado al presidente, volviéndose “demócratas” de repente. El gobierno interino de los rebeldes, que compite con el régimen oficial por el control del país, ha sido impulsado por el reconocimiento de soberanía por parte de las principales potencias occidentales, y cuenta con un generoso apoyo político y militar de las potencias occidentales.

Lo que sigue es un resumen de los principales componentes, de lo que podemos denominar, las fuerzas rebeldes libias. Así como de algunas fuerzas de oposición que han luchado contra el gobierno de forma abierta o encubierta en las últimas décadas:

Consejo Nacional de Transición

El Consejo Nacional de Transición es hegemonizado por funcionarios y militares desafectos con el gobierno de Muammar Gaddafi que tienen una estrategia reaccionaria de reemplazarlo para ser ellos quienes garanticen los negocios de las grandes corporaciones. Los principales líderes del llamado “gobierno provisional” del Consejo Nacional de Transición son ex generales, ex ministros y políticos gubernamentales que han abandonado al presidente.

El gobierno provisional del Consejo Nacional de Transición, se creó el 5 de marzo, aún esperaba el reconocimiento internacional cuando nombró presidente al ex ministro de Justicia, Mustafa Adbel Jalil. El mismo día, el 5 de marzo, se estableció un ejecutivo encabezado, como primer ministro, por Mahmoud Jabril, uno de los responsables de la política económica de Muammar Gaddafi durante la última década, reconocido neoliberal, que como Jefe de la Junta Nacional de Desarrollo Económico negoció los contratos de Libia con las potencias occidentales y promovió las privatizaciones, así como la liberalización económica del país.

El gobierno rebelde del primer ministro libio, Mahmoud Jabril, ha sido reconocido como el único representante legítimo de Libia por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, España y otros países. Actualmente está encabezando las reuniones y negociaciones de los rebeldes con el presidente francés Nicolás Sarkozy y en los últimos años ha sido el hombre clave para que penetrasen en Libia los intereses económicos de las potencias occidentales. Como economista se ha mostrado siempre un firme partidario del neoliberalismo. Cercano a los Estados Unidos y a Gran Bretaña, se doctoró en ciencias políticas y en planificación estratégica en la Universidad de Pittsburgh (EEUU). El Consejo Nacional de Transición tiene sus fuerzas armadas en el denominado Ejército Popular Libio, conformado por 8.000 militares profesionales y un número desconocido voluntarios civiles, que controla la mayor parte de los pozos petroleros, así como las terminales portuarias desde las que se exporta. El ex ministro del interior, Abdul Fathah Younis, veterano oficial del ejército de Libia que alcanzó el rango de general, se declaró Comandante en Jefe de las fuerzas armadas rebeldes del Ejército Popular Libio. Anteriormente fue ministro de seguridad pública, uno de los encargados de reprimir a la oposición. Era considerado el número dos del gobierno libio de Muammar Gaddafi. Abdul Younis fue asesinado el 28 de julio en circunstancias no aclaradas. También murieron dos coroneles, atribuyéndose esta acción a un comando gadafista. Sin embargo, los cadáveres se hallaron finalmente calcinados y existe la sospecha de que los autores del asesinato pudieran pertenecer a sectores rivales dentro de las filas rebeldes.

Frente Nacional para la Salvación de Libia

El Frente Nacional para la Salvación de Libia (NFSL) se fundó como movimiento de oposición creado en 1981 por exiliados en Sudan. El fundador, Muhammad Yusuf al-Magariaf, ex embajador de Libia ante la India, contó con el apoyo del gobierno sudanés para reunir a un grupo de oposición hasta 1985 cuando el régimen del coronel Nimeiry cayó. A continuación, en 1987 se aliaron con otras fuerzas de oposición y militares que desertaron de las fuerzas de Muammar Gaddafi y que operaba en el Chad, creando el Ejército Nacional Libio. Sin embargo, tuvieron que marcharse cuando Idriss Debey tomó el poder en Chad con el apoyo del gobierno de Libia.

El NFSL intentó un primer levantamiento contra Muammar Gaddafi que fue un fracaso. Hombres armados de la organización atacaron cuarteles del ejército libio en 1984, a la vez que la fuerzas militares tenían que alzarse contra el gobierno, pero el golpe de Estado fracasó, pese a que el golpe estaba financiado y preparado por los Estados Unidos y potencias regionales como Arabia Saudita. En el transcurso del tiempo, el Frente Nacional para la Salvación de Libia, cambió su táctica para derrocar al gobierno través de la acción militar y se abrió a dialogar con otras fuerzas de oposición para lo que se unieron a la Conferencia Nacional de la Oposición Libia en 2005, pero se retiró de ella casi de forma inmediata por diferencias de opinión y con la estrategia de oposición pacífica puesto que son partidarios de la lucha armada.

Tiene su sede actual en los Estados Unidos y está dirigida por Ibrahim Abdulaziz Sahad, después de su último congreso celebrado en 2007, también en los Estados Unidos. Según diversas fuentes, está apoyada por Arabia Saudita y los Estados Unidos, y recibe financiación y adiestramiento por parte de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Grupo Islámico Combatiente Libio

El Grupo Islámico Combatiente Libio, también conocido como Al-Yama'a al-Islamiyyah al-Muqatilah bi-Libia, se formó en 1995 por personas que tenían contactos con sectores islamistas radicales y con el gobierno talibán de Afganistán. Fueron inicialmente armados y financiados por los Estados Unidos y por Arabia Saudita. De inmediato se propuso como uno de sus principales objetivos acabar con la vida de Muammar Gaddafi. Pero el intento de asesinato que protagonizaron en 1996 falló. Después de lanzar varios ataques mortales contra objetivos militares libios se suavizó hasta los últimos años y hasta pidió disculpas a Gaddafi en 2009 por tratar de matarlo. Actualmente se le acusa de tener vínculos con Al Qaeda y otras organizaciones yihadistas que emplean tácticas terroristas y se plantean un movimiento de resistencia islámica alrededor del mundo.

Liga de Libia para los Derechos Humanos

La Liga de Libia para los Derechos Humanos (LLHR) fue inspirada por un diplomático libio que desertó al campo de la oposición en la década de 1980, Mansour Kikhia, ex embajador libio ante las Naciones Unidas, que posteriormente fue capturado y ejecutado por Muammar Gaddafi. Al igual que otros grupos de la oposición, tiene sede en el extranjero, en Ginebra (Suiza) y tiene filiales en Bornheim (Alemania) y Londres (Gran Bretaña). Desde hace varios años también han abierto sus operaciones en Estados Unidos. Reciben financiación de la Unión Europea y del Departamento de Estado de los Estados Unidos.

La Unión Constitucional Libia

La Unión Constitucional Libia (LCU) tiene como campaña principal la reivindicación del retorno a la Constitución de 1951 y la reinstalación de la monarquía. Fue lanzado por el jeque Mohamed Ben Ghalbon en 1981 y declaró su lealtad al depuesto rey Idris. Esta organización de oposición defiende que los libios eligieron el sistema político del Reino Unido y también eligieron una monarquía en 1951 cuando Libia se independizó de la colonización occidental. Utilizan la bandera monárquica.

Conferencia Nacional de la Oposición Libia

La "Alianza Nacional de Libia", "Movimiento para el Cambio y Reforma", el "Congreso Tmazight de Libia" y la "Asamblea Republicana por la Democracia y la Justicia Social", firman en mayo de 2003 una “Carta con los principios establecidos y los objetivos de la lucha de Libia". En 2005, se agrupan en la “Conferencia Nacional de la oposición Libia” (NCLO). La NCLO jugó un papel decisivo en la organización del “Día de la Ira” del 17 de febrero, que fue un hito en la revuelta popular de Libia. La Asamblea Republicana por la Democracia y la Justicia Social es la principal fuerza de la oposición de izquierdas, formada por algunos sectores de la izquierda en 2002. Después de la intervención militar perdieron toda su fuerza y protagonismo.

sábado, 20 de agosto de 2011

Europa: Los límites del orden


BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS * - http://www.surysur.net/?q=node/17227 
Los violentos disturbios ocurridos en Inglaterra no deben ser vistos como un fenómeno aislado. Son un perturbador signo de los tiempos. Sin darse cuenta, las sociedades contemporáneas están generando un combustible altamente inflamable que fluye en los subsuelos de la vida colectiva. Cuando llegan a la superficie pueden provocar un incendio social de proporciones inimaginables.

Se trata de un combustible constituido por la mixtura de cuatro componentes: la promoción conjunta de la desigualdad social y del individualismo, la mercantilización de la vida individual y colectiva, la práctica del racismo en nombre de la tolerancia y el secuestro de la democracia por elites privilegiadas, con la consiguiente transformación de la política en la administración del robo "legal" a los ciudadanos y del malestar que provoca. Cada uno de estos componentes tiene una contradicción interna: cuando se superponen, cualquier incidente puede provocar una explosión.

- Desigualdad e individualismo. Con el neoliberalismo, el aumento brutal de la desigualdad social dejó de ser un problema para pasar a ser una solución. La ostentación de los ricos y los multimillonarios se transformó en la prueba del éxito de un modelo social que sólo deja miseria para la inmensa mayoría de los ciudadanos, supuestamente porque éstos no se esfuerzan lo suficiente como para tener éxito. Esto sólo fue posible con la conversión del individualismo en un valor absoluto, el cual, paradójicamente, sólo puede ser experimentado como una utopía de la igualdad, la posibilidad de que todos prescindan por igual de la solidaridad social, sea como sus agentes, sea como sus beneficiarios. Para el individuo así concebido, la desigualdad únicamente es un problema cuando le es adversa y, cuando eso sucede, nunca es reconocida como merecida.

- Mercantilización de la vida. La sociedad de consumo consiste en la sustitución de las relaciones entre personas por las relaciones entre personas y cosas. Los objetos de consumo dejan de satisfacer necesidades para crearlas incesantemente y la inversión personal en ellos es tan intensa cuando se tiene como cuando no se tiene. Los centros comerciales son la visión espectral de una red de relaciones sociales que empieza y termina en los objetos. El capital, con su infinita sed de lucro, ha llegado a someter a la lógica mercantil bienes que siempre pensamos que eran demasiado comunes (el agua y el aire) o demasiado personales (la intimidad y las convicciones políticas) para ser intercambiados en el mercado. Entre creer que el dinero media todo y creer que se puede hacer todo para obtenerlo hay un paso mucho menor de lo que se piensa. Los poderosos dan ese paso todos los días sin que nada les pase. Los desposeídos, que piensan que pueden hacer lo mismo, terminan en las cárceles.

- El racismo de la tolerancia. Los disturbios en Inglaterra comenzaron con una dimensión racial. Lo mismo sucedió en 1981 y en los disturbios que sacudieron Francia en 2005. No es una coincidencia: son irrupciones de la sociabilidad colonial que continúa dominando nuestras sociedades, décadas después del fin del colonialismo político. El racismo es apenas un componente, ya que en todos los disturbios mencionados participaron jóvenes de diversos grupos étnicos. Pero es importante, porque reúne a la exclusión social con un elemento de insondable corrosión de la autoestima, la inferioridad del ser agravada por la inferioridad del tener. En nuestras ciudades, un joven negro vive cotidianamente bajo una sospecha social que existe independientemente de lo que él o ella sea o haga. Y esta sospecha es mucho más virulenta cuando se produce en una sociedad distraída por las políticas oficiales de lucha contra la discriminación y por la fachada del multiculturalismo y la benevolencia de la tolerancia.

- El secuestro de la democracia. ¿Qué comparten los disturbios en Inglaterra y la destrucción del bienestar de los ciudadanos provocada por las políticas de austeridad dirigidas por las agencias calificadoras y los mercados financieros? Ambos son signos de las extremas limitaciones del orden democrático. Los jóvenes rebeldes cometieron delitos, pero no estamos frente a "pura y simple" delincuencia, como afirmó el primer ministro David Cameron. 

Estamos frente a una denuncia política violenta de un modelo social y político que tiene recursos para rescatar a los bancos y no los tiene para rescatar a los jóvenes de una vida de espera sin esperanza, de la pesadilla de una educación cada vez más cara e irrelevante dado el aumento del desempleo, del completo abandono en comunidades que las políticas públicas antisociales transformaron en campos de entrenamiento de la rabia, la anomia y la rebelión.

Entre el poder neoliberal instalado y los rebeldes urbanos hay una simetría perturbadora. La indiferencia social, la arrogancia, la distribución injusta de los sacrificios están sembrando el caos, la violencia y el miedo, y quienes están realizando esa siembra van a decir mañana, genuinamente ofendidos, que lo que ellos sembraron nada tenía que ver con el caos, la violencia y el miedo instalados en las calles de nuestras ciudades. Los que promueven el desorden están en el poder y pronto podrían ser imitados por aquellos que no tienen poder para ponerlos en orden.

*Doctor en Sociología del Derecho; profesor de las universidades de Coimbra (Portugal) y de Wisconsin (EE.UU.).