lunes, 20 de diciembre de 2010
Revolución cultural en Suramerica
domingo, 19 de diciembre de 2010
Integración Regional - La construcción de la Patria Grande - Hoy es el futuro
La canalización de esos excedentes debería pagar la estratégica determinación de invertir en la construcción de un sistema económico secundario y energético, así como priorizar el desafío de mejorar las vías de comunicación terrestre, fluvial, aérea o marítima que estrechen los vínculos entre los países miembros.
Es más, en la actual coyuntura de crisis global, el mensaje sudamericano que propugna la injerencia estatal en la planificación de la economía y la reactivación de los mercados internos -que ha mantenido a la región alejada de los efectos de la crisis- aparece en los hechos como el más saludable y, sin embargo, no alcanza para modificar las desesperadas políticas de los países centrales.
dghersi@prensamercosur.com.ar
sábado, 18 de diciembre de 2010
Violencia, pobreza y desigualdad
miércoles, 15 de diciembre de 2010
DE LA PROPIEDAD Y OTROS EQUIVOCOS
Jorge Gómez Barata - http://moncadalectores.blogspot.com/2010/12/de-la-propiedad-y-otros-equivocos.html
Quien asuma la propiedad estatal como un invento marxista se equivoca como mismo es erróneo suponer que los liberales inventaron la propiedad privada, el mercado o el dinero. Aun cuando la humanidad adquiere conciencia del impacto de estas creaciones, a la vez motores del progreso y ejes de grandes debates e injusticias, no tiene a quien culpar excepto a sí misma. La historia de la propiedad, recuerda un palimpsesto sobre el cual se rescribe sin que los nuevos aportes borren completamente lo anterior. En su esencia filosófica, la propiedad se refiere a un vínculo entre los individuos y las cosas, que evolucionó superponiéndose con la relación entre las personas. La propiedad, en sus diferentes formas fue primero un acto de posesión, luego de dominio y más tarde precepto sacralizado o demonizado por los estados, las leyes, las iglesias y las ideologías. Por aparecer en épocas ágrafas, de lo cual no existen registros, se supone que las primeras manifestaciones de la propiedad tuvieron un carácter estrictamente personal referido a los bienes que cada individuo se agenciaba, que no compartía y que resultaban imprescindibles para sobrevivir: las pieles con que se cubrían, la lanza con que cazaban, la comida que obtenían, la cueva donde se guarecían y otras cuestiones análogas. También de modo espontáneo apareció la exclusividad con que los clanes, las tribus, las familias y los propios individuos se posesionaron de la porción de tierra que necesitaban u ocupaban en la cual recolectaban, cazaban y sembraban y cuya defensa asumieron. De ahí que a la propiedad se le atribuya un origen natural, espontáneo, no perverso y que evoluciona con el hombre y junto con él se corrompe convirtiéndose en instrumento de diferenciación y dominación. Según supuestos sustentados en estudios de antropología comparada, las diferentes civilizaciones llegaron a puntos de inflexión en los cuales la capacidad para allegar, cultivar o producir excedentes superó las necesidades; momento en que aparecieron el comercio, el intercambio y el dinero, produciendo una primitiva acumulación de la riqueza individual que dio lugar a intereses que al asociarse con el poder originaron las jerarquías, las clases sociales y el Estado. Mediante guerras, conquistas y absorciones, en todas partes se produjeron ajustes territoriales que paulatinamente fueron concentrando territorios y poder hasta la formación de grandes e insaciables imperios que se apoderaban de nuevos territorios. En casi todas las civilizaciones se encuentran evidencias de que una parte de los espacios obtenidos eran repartidos como dádiva o botín, mientras la mayor parte quedaba como posesión de las estructuras de poder, dando lugar a una especie de patrimonio público y a primitivas formas de propiedad estatal. Esos procesos, que maduraron a lo largo de miles de años, asociándose al fomento de las nacionalidades y las naciones, condujeron a la formación de los estados nacionales gobernados por castas reinantes que literalmente eran propietarias de los países y soberanos de las personas. Como alternativa a esa y otras realidades, aparecieron las doctrinas liberales, que reivindicaron la propiedad privada, los derechos económicos y tuvieron un éxito relampagueante, profundo y duradero. La noción feudal sobre la propiedad tuvo su expresión más cabal en el siglo XV, cuando, las coronas europeas tomaron posesión de América convirtiendo al Nuevo Mundo en propiedad del estado español. La conquista y el colonialismo fueron mega confiscaciones de la propiedad de los pueblos originarios sobre el suelo que habitaban. En las diferentes etapas por las que transitaron esos procesos en todas las culturas se crearon argumentos y se establecieron legislaciones y dogmas que justificaban y proporcionaban sustento ideológico a la propiedad privada y al poder, incluyendo la sacralización por vía de las religiones y las iglesias de lo cual el papel del papado en occidente y sus relaciones con las monarquías fue antológico. En los más antiguos códices, papiros y manuscritos se encuentran alusiones a la propiedad y su defensa, cosa que alcanza un acabado integral en códigos como los de Hammurabi y Napoleón, bases de la legislación moderna. Uno de los más interesantes capítulos en la historia de la propiedad se relaciona con el comportamiento de los liberales norteamericanos. A partir de 1620 los colonos británicos, como parte de una empresa privada, fundaron en Norteamérica 13 colonias sobre aproximadamente dos millones de kilómetros cuadrados, por los cuales no pagaron un centavo. Siglo y medio después aquellos asentamientos se convirtieron en los Estados Unidos que, mediante gestiones gubernamentales y con dinero público compraron Luisiana y Florida, razón por la cual cada pulgada de esos territorios fueron originalmente propiedad del Estado norteamericano que también “pagó” con dinero del Tesoro por Texas y otros espacios arrebatados a México. Como parte de su expansión territorial, el gobierno estadounidense confiscó las tierras de los pueblos originarios y luego las privatizó al entregarlas a los emigrantes europeos. En honor a la verdad tanto los liberales que sostienen a ultranza la idea de la privatización de la tierra, el agua y otros bienes como también la errónea idea de que sólo el Estado debe poseer tales patrimonios, es ajena al devenir histórico y probablemente inviable. Tal vez sistemas políticos y modelos económicos que combinen las diferentes formas de propiedad de la tierra y los medios de producción sea más coherente con la naturaleza del fenómeno y con su evolución histórica. En cualquier caso: “La verdad es mezcla”.
martes, 14 de diciembre de 2010
El ADN de la derecha en la Argentina
sábado, 11 de diciembre de 2010
La huella no se borra
Cuando en la Argentina se violaban los derechos humanos, se violaban los derechos de todos, incluidos los deportistas. Eran atletas que no daban con el perfil que se tiene hoy del competidor de elite: inaccesible, mediático, farandulero. Aquellos se entrenaban al mismo tiempo que cursaban estudios, participaban en asamblea estudiantiles o hacían trabajo social en una villa miseria. Extendían el día más de 24 horas porque no les alcanzaba el tiempo para todo. No vivían para el deporte y por el deporte, que apenas era un apéndice de sus vidas. En los ’70, resultaba común practicar una disciplina y comprometerse en la militancia política. Tan común que la dictadura cívico-militar hizo desaparecer a decenas de deportistas. No por deportistas, y sí por enfrentarla.
viernes, 10 de diciembre de 2010
Deber de escuchar a las víctimas
Por Griselda Tessio* - http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/22-26546-2010-12-10.html
Ante los Genocidios del siglo XX que sacudieron la racionalidad humana, ya no puede seguir hablándose en los términos del optimismo iluminista, y nace la exigencia de identificar pensamiento y crítica. Aquel optimismo prometía la emancipación de la Razón de toda tutela y toda censura, para lograr la felicidad de los hombres. Pero esa idea se hace añicos en el siglo XX porque sabemos que a veces, la "razón engendra monstruos". Desde 1983 hasta la fecha, los juristas, historiadores y cientistas sociales, han comenzado a analizar el tristísimo proceso de la dictadura y represión vivido en la Argentina, "y también en otros países de la región, en mérito al modelo de disciplinamiento de la llamada "Doctrina de la Seguridad Nacional". Se ha dicho que el Derecho era poder legitimado por los poderosos que creaba su razón en la fuerza y el sometimiento de los otros. Puede argumentarse, sin embargo y luego de lo que Ihering llamara "la larga lucha por el Derecho" que a partir de la Modernidad -en su proyecto aún no cumplido las naciones y sociedades han legitimado sus Corpus Jurídicos por la vía de la racionalidad legal y de la ética social, y no sólo la fuerza. Sabemos que a partir del 24 de marzo de 1976 -y antes de manera solapada y no confesa se quebraron los valores sustentables que cohesionaban mínimamente una sociedad moderna y un Estado racional, sufriendo nuestro país una instancia de terror y arbitrariedad propia de sistemas dictatoriales de los conocidos en el siglo XX. En este asalto de la Razón fueron conculcados los derechos públicos y privados de los ciudadanos, desapareció la persona como sujeto de derechos, se arrasó el orden jurídico y vivimos todos bajo sospecha. La violación de los Derechos Humanos por las Fuerzas Armadas con omisión, aquiescencia o complicidad de vastos sectores de la Sociedad, fue práctica cotidiana. Durante la dictadura se estableció una perversa metodología de desaparición forzada de personas, caracterizada por el secuestro, internación en centros clandestinos, torturas, condiciones de vida infrahumanas y eliminación física de ellas en la mayoría de los casos. Sus familiares clamaron por sus vidas, clamaron por sus restos y hoy reclaman por el conocimiento de la verdad y el resguardo de la memoria. Por tales motivos se hace necesaria "una reconstrucción independiente del hecho histórico que permita obtener información sobre el destino de las víctimas de hechos tan atroces". A más de 30 años de aquellos días que devastaron el entramado social, que destruyeron vidas y esperanzas, podemos decir que hemos recuperado la Democracia y la Memoria, ya que no hay construcción de vida digna sin ambas. En 1983 muchos dijeron que no era posible, pero muchos más dijeron sí a la idea del Juicio al Mal Absoluto, a las Juntas de Comandantes. Por eso estamos convencidos que la causa 13 fue un parteaguas en la historia contemporánea argentina y en la historia del Derecho Penal Nacional. Hay una secuencia encadenada de hitos y procesos. Hoy es posible la agenda de los derechos humanos instalada en la sociedad, porque antes hubo Conadep, Causa 13 y Nunca más. Hoy sabemos que tenemos la obligación de hablar por los que ya no están y tenemos la obligación de escuchar a víctimas y testigos que volvieron del infierno. Como dice Saramago: "Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos. Sin la memoria no existiríamos, sin la responsabilidad, no mereceríamos existir". *Vicegobernadora de la provincia. de Santa Fe
jueves, 9 de diciembre de 2010
Palestina: Pueblo sin nación
miércoles, 8 de diciembre de 2010
Perú: Vargas Llosa y la perfección del "paraíso" neoliberal
lunes, 6 de diciembre de 2010
El rol de los civiles en la dictadura
http://www.elargentino.com/nota-116869-medios-120-Negocios-de-lesa-humanidad.html
Una nueva etapa comienza en el proceso de memoria, verdad y justicia en la Argentina. Mientras cientos de militares están siendo juzgados a lo largo del país por su participación en el sistema criminal que desplegó la última dictadura cívico-militar, avanzan en Tribunales las denuncias contra los socios civiles del genocidio, aquellas personas de traje, corbata y zapatos brillosos que impulsaron o facilitaron las desapariciones para engrosar sus bolsillos. O el de sus empresas.
Para acelerar esa demorada investigación, el Gobierno creó la Unidad Especial de Investigación de los crímenes de lesa humanidad con motivación económica cometidos entre 1976 y 1983, que dependerá de la Secretaría de Derechos Humanos. Entre otras funciones este organismo deberá coordinar las acciones legales y organizar una base de datos con todo el material que recopile. “Nosotros veníamos trabajando en estos casos. Dada la extensión y especificidad del tema, el ministro (de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos) Julio Alak decidió crear esta unidad”, explicó a Veintitrés Luis Alén, subsecretario de Protección de Derechos Humanos, el área de la que dependerá el organismo.
De acuerdo con un relevamiento de la Secretaría de Derechos Humanos, después del golpe, 604 empresas fueron liquidadas, intervenidas o apropiadas por los militares.
“La dictadura tuvo un claro objetivo –aseguró Alén–: establecer un determinado modelo económico para el cual era necesario disciplinar a la población mediante el terror. Si bien esa represión se centró en la militancia progresista, también afectó a muchos empresarios.”
La apropiación de empresas por parte de los militares solía realizarse a través del desapoderamiento del capital accionario de sus titulares o mediante las quiebras de las entidades a fin de favorecer a sus socios civiles.
El caso paradigmático de la primera metodología es la investigación por la apropiación de Papel Prensa que benefició a los diarios Clarín, La Nación y La Razón. Para lograr el desapoderamiento de la familia Graiver, que poseía la mayoría accionaria, la dictadura secuestró y torturó a todos sus miembros.
Pero este no fue el único caso en que se liquidó una empresa para que la actividad quedara en manos de los socios de la dictadura.
Otro caso paradigmático es el de la siderúrgica Acindar que emergió de la dictadura como la única empresa poderosa del sector. No es casualidad: esta firma tuvo como gerente hasta los primeros meses de 1976 a quien luego fuera ministro de Economía de la dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz.
Entre los más de 600 casos que relevó la Secretaría comandada por Eduardo Luis Duhalde, sobresalen diferentes tipos de apropiaciones, despojos y desapariciones de bienes. Un caso que fue elevado a juicio para ser integrado en la causa ESMA es el de Chacras de Coria, unos valiosos terrenos ubicados en esa localidad que el almirante Emilio Massera les arrebató a empresarios mendocinos aplicando su característica metodología de secuestro, tormentos, desapoderamiento y muerte. Esos terrenos fueron loteados y vendidos para su beneficio personal. Por este caso está imputado el hijo del Almirante Cero, Enrique Massera.
Otro despojo recordado fue el de los hermanos Alejandro, Carlos y Rodolfo Iaccarino, empresarios ganaderos y lácteos, secuestrados y despojados de sus bienes –por caso, 25 mil hectáreas ubicadas en Santiago del Estero, valuadas en millones de dólares que, junto a un avión, fueron vendidas a un socio de la dictadura, por 300 mil dólares y un campito de golf–. Esta causa esta siendo investigada en el Juzgado Federal 3 de La Plata.
Otro caso es el despojo del Banco de Hurlingham, también sustraído a los Graiver, que sigue el Juzgado Federal 3 de la Capital Federal. O el de los empresarios Gutheim (Miguel y Federico), por el que hoy tienen prisión preventiva Martínez de Hoz, el ministro del Interior de la dictadura Albano Harguindeguy y Videla. Esta causa tramita en el Juzgado Federal 5 de la Capital.
Si bien muchas de las víctimas ya habían hecho su reclamo ante el ex presidente Raúl Alfonsín y fueron indemnizados, Alén hace una diferencia: “Una cosa es la cuestión patrimonial y otra la faz criminal. Nosotros investigamos esta última: la responsabilidad criminal de la dictadura con una finalidad económica”.
Desde la secretaría esperan que la creación de la unidad genere nuevas denuncias de despojos similares a la que realizó Lidia Papaleo. “En la dictadura los civiles tuvieron tanta responsabilidad como los que secuestraron y torturaron”, concluyó Alén. Ya se está juzgando a las Fuerzas Armadas. Ahora llegó el turno de los civiles.