lunes, 13 de junio de 2011

LAS MASACRES DE “LA DEMOCRACIA” IMPERIAL

Stella Calloni - http://www.revista2010.com.ar/noticia.php?id=280


Los recientes bombardeos de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) a los puertos de Libia, hundiendo ocho barcos civiles han causado un desastre humanitario en ese país, víctima de la ilegalidad internacional y de uno de los más aceitados esquemas de desinformación y silencios informativos.

Esto sucede  en el marco de una sucesión de invasiones coloniales que auguran otras tragedias en el mundo, si no se detiene este brutal avance expansivo  de Estados Unidos y sus aliados.

Si algo faltara en el armado contrainsurgente de Washington y los “cruzados” del siglo XXI  contra Libia -que decidieron la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas(ONU)el pasado 17 de marzo sin analizar informes que negaban los supuestos bombardeos del gobierno libio contra civiles- ahora se agrega otra medida de dudosa legalidad como es la decisión del fiscal Luis Moreno Ocampo de la Corte Penal Internacional (CPI),  ordenando la detención de Muammar El Khadafi, su hijo y otros, por presuntos crímenes de lesa humanidad.

Esta decisión está basada exclusivamente en informes de los llamados “rebeldes” de la OTAN en Benghazi, es decir de  los invasores en ese país norafricano.

Según el propio Moreno Ocampo, esto lo hizo por solicitud de la ONU, con lo cuál queda en claro que la CPI está pasando a ser otro organismo al servicio de planes anexionistas, que han derivado en la invasión y ocupación colonial de países como Afganistán e Irak y como se intenta  ahora en Libia.

El fiscal no tuvo ningún reparo de conciencia al anunciar la apresurada decisión de la CPI , en momentos en que la OTAN asesinaba en Trípoli el 29 de abril de 2011 a un hijo de Khadafi, a tres de sus nietos menores de cuatro años y a centenares de ciudadanos de ese país, a lo que se agregan los heridos que abarrotan los hospitales que quedan en pie.

Y nada ha hecho ante el asesinato de 11 líderes religiosos y otros, entre ellos niños, víctimas de un bombardeo a un centro infantil. Esta actuación del fiscal de la CPI se confronta con la indiferencia del mismo ante las denuncias y pruebas que se acumulan desde hace años en casos como el régimen de Báhrein, (la dinastía monárquica Al Khalifa) entregadas por sacrificados organismos humanitarios sobre  crímenes de lesa humanidad, ejecuciones extrajudiciales, torturas y desapariciones, lo que sigue sucediendo en estos momentos en ese país.

Tampoco actuó la CPI ante los bombardeos israelíes  sobre el pueblo palestino de Gaza, encerrado en la mayor cárcel a cielo abierto del mundo, ni en El Líbano, ni ante la masacre cometida por tropas israelíes, en aguas internacionales cuando asaltaron una flotilla de barcos con pacifistas.

Y menos aún ante los crímenes de lesa humanidad, exhibidos por televisión  cometidos en Afganistán o Irak, donde ya se calcula  más de un millón de muertos a manos de las tropas extranjeras de  ocupación. Los fiscales de la CPI no han visto Guantánamo, ni una larga lista de situaciones similares. Si la CPI se preocupara por los pueblos agredidos, algo habría hecho ante el bloqueo criminal de Estados Unidos contra el pueblo cubano, un sitio medioeval que dura más de medio siglo y que tanto daño ha causado.

Esta Corte -cuya creación dejó muchas dudas que parecen razonables a la luz de estos nuevos y otros recientes sucesos – parece decidida a tomar ahora resoluciones favorables a los impulsos guerreros y las necesidades del poder    hegemónico.

En realidad todo se blanquea y ya nadie disfraza las intenciones verdaderas: la “exclusión aérea” resuelta por la ONU se transformó en bombardeos permanente de las fuerzas que iban a “pacificar” y a “proteger” a un pueblo, al que están matando, además de producir daños contra miles de edificios públicos, escuelas, hospitales, ministerios, radios, sedes televisivas  y hoteles.

Saif al Arab Khadafi, y sus pequeños hijos murieron junto a otra cantidad de víctimas, en un ataque aéreo lanzado por la OTAN en Trípoli, tratando de asesinar a Khadafi quien estaba en el lugar con su esposa.
El bombardeo fue una doble provocación de la OTAN porque en esos momentos y una vez más Khadafi  llamaba a negociar  un cese del fuego con la OTAN.

"Hasta este momento Libia está dispuesta a aceptar un cese del fuego, pero un cese del fuego no puede ser unilateral”, dijo Khadafi por la TV estatal de su país y agregó “nadie puede obligarme a dejar mi país, y nadie me puede decir que no debo luchar por mi país",  a la vez  que exigió que un acuerdo de cese del fuego sea firmado por todas las partes involucradas en el conflicto.

Por supuesto que nadie de los que conforman el llamado  Consejo Nacional de Transición (CNT), creado a instancia de los invasores y no como sostienen los medios hegemónicos, por “el pueblo rebelde”, aceptaría  un alto al fuego y una negociación que salvaría muchas vidas, porque esta “guerra” es una cuestión de negocios, de geoestrategia  y de asegurar el control de los recursos del mundo al precio de anular todas las soberanías y no otra cosa.

Estados Unidos y sus aliados europeos -que una vez más quedarán relegados si llega a concretarse la toma de Libia- no están allí para pacificar sino para invadir porque no se trata de una “misión humanitaria”, sino de un nuevo asalto colonial y ocupación de  un país.

El actual vicepresidente (porque hubo varios en un escaso tiempo) del Consejo Nacional de Transición (CNT), Abdelhafizh Ghoga dice ahora que “la gente en Libia no puede imaginarse ni aceptar un futuro en el que el régimen de Khadafi esté presente", como si él representara la liberación y no la entrega del país.

Pero, en tanto, lo que arde por bombas  a solicitud de estos “rebeldes” son casas donde viven familias. Como se sabe mediante las leyes libias -que nadie cita- cada libio tiene derecho a una casa y salud y educación gratuitas, entre otros que su constitución establecía.

Un ojo de la CPI ve crímenes de lesa humanidad en un lado, pero el otro se tapa -como lo hacen los piratas-cuando esos crímenes están documentados fehacientemente y sus responsables están amparados por el poder hegemónico.
Desde que el 31 de marzo pasado  la OTAN , se puso al frente de los ataques, en una maniobra de Estados Unidos para apaciguar “los entusiasmos” franceses y británicos y advertir quien en realidad manda en estos asuntos,  se han realizado más de cinco mil operaciones aéreas sobre el país, entre ellas más de dos mil bombardeos.

LA ONU AMPARA BOMBARDEOS

El objetivo primario de acuerdo a la Resolución 1973 era  “supervisar la zona de exclusión aérea”, mantener el embargo de  armas y proteger a la población civil.

Ahora la población civil está desprotegida ante los bombardeos de la OTAN y ya no se trata de evitar los supuestos ataques de Khadafi contra la población civil, sino de derrocar al gobierno, lisa y llanamente y de armar con dineros del Estado libio a los “rebeldes” que están bajo el amparo de los invasores.

Aprovechando el marco de las revueltas en Túnez, Egipto y otros países se armó el levantamiento”popular” en Benghazi y otras ciudades, con aceitada mano externa, como lo reconoció el presidente de Estados Unidos Barack Obama  el 30 de noviembre de 2010, en The New York Time, al   admitir que desde hacía tiempo había mandado a comandos de la CIA a Libia para ponerse en contacto con los presuntos rebeldes, orientarlos y asesorarlos. 

Cada vez se conocen más datos sobre el ingreso de mercenarios, a los que curiosamente algunos periodistas europeos definieron como “tribus” de las zonas fronterizas “en rebelión” contra Khadafi,  por motivos religiosos y “tribales”.

Las “tribus” en realidad fueron mercenarios muy bien armados (con armas que llegaron de manos del ejército de Egipto entre otros)los que se escurrieron por las fronteras porosas  para crear el foco que se necesitaba para intervenir en Libia.

La voz de la razón para detener esta masacre no se escucha. Cada llamado al diálogo es respondido con bombardeos, como lo ha registrado la agencia Prensa Latina cuando describe (17-5 2011)los ataques contra “edificios residenciales” y  oficinas gubernamentales que  “sufrieron daños considerables” entre ellos un hotel que albergaba periodistas extranjeros.

Por supuesto que los invasores no aceptarán nada y ¿por qué habrían de hacerlo si ya estaban preparados con barcos, aviones, portaviones y demás desde mucho antes de que se hablara de “inquietudes” en Libia? .
Y en la oleada de bombardeos, como lo relata también PL  se afectaron viviendas y mientras las casas “quedaban  envueltas en llamas” sus habitantes huían por las calles.

En esos días la OTAN bombardeó también áreas periféricas como una planta petrolera en Ras Lanuf, respondiendo a un pedido de Gran Bretaña y de la “oposición armada” libia “para intensificar y ampliar sus ataques”.(PL)
¿Qué clase de rebeldes libertarios pedirían que se bombardeara a su pueblo y a su territorio?

En sus esfuerzos negociadores Libia envió una delegación a Moscú a la vez que anunciaba una amnistía para “alzados arrepentidos y mercenarios” respaldado  por  un acuerdo del denominado “foro de notables” y ancianos de la Conferencia Nacional de Tribus Libias, en una reunión con representantes de más de 860 etnias. Estos llamaron a “hacer todo lo posible para lograr la paz, la unidad y el diálogo entre los libios a partir de un alto el fuego y una solución negociada al conflicto”. La respuesta es la intensificación de los ataques.

El pasado de 21 de mayo el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, advirtió que la OTAN incumple el mandato de la ONU. Por su parte el portavoz oficial de la Cancillería, Alexander Lukashevich, señaló que pese a asegurar que en Libia se toman las decisiones correctas, la OTAN persiste en derrocar al gobierno de ese país, para lo cual nadie le dio mandato alguno”, a la par que se pronuncian por una salida negociada al conflicto en Libia (Prensa Latina).

Esta posición aparece como una respuesta definida a la propuesta de David Richards, jefe de las  Fuerzas Armadas británicas quien se pronunció por aumentar “el rango de sus objetivos” para “acabar” con Kadhafi, como reportaron diversas agencias. “Se puede o no tener simpatía por el primer Kadhafi o por el Kadhafi de los últimos años, pero definitivamente no se puede estar del lado de los ‘cruzados’ ni de la prepotencia de los fabricantes de bombas y los comerciantes de oleoductos. Estas gestas sólo producen muertes sobre muertes hasta que el planeta entero caiga en la lista negra”, advierte desde Italia el analista Gabriel Impaglione. 

jueves, 9 de junio de 2011

Europa: Los jóvenes en las calles y el secuestro de la democracia

Boaventura de Sousa Santos* - http://www.surysur.net/?q=node/16693


En los próximos tiempos, las élites conservadoras europeas, tanto políticas como culturales, tendrán un choque: los europeos son gente común y, cuando están sujetos a las mismas provocaciones o frustraciones por las que han pasado pueblos de otras regiones del mundo, en lugar de reaccionar a la europea, reaccionan como ellos. Para estas élites, reaccionar a la europea es creer en las instituciones y actuar siempre dentro de los límites que imponen. Un buen ciudadano es un ciudadano de buen comportamiento y éste es el que vive cercado por las instituciones.

Dado el desarrollo desigual del mundo, no es de prever que en un futuro próximo los europeos padezcan las mismas provocaciones a las que han sido sometidos los africanos, los latinoamericanos o los asiáticos. Pero todo parece indicar que pueden ser víctimas de las mismas frustraciones. Formulado de maneras muy diferentes, el deseo de una sociedad más democrática y justa es hoy en día un bien común de la humanidad. El papel de las instituciones es el de regular las expectativas de los ciudadanos para evitar que el abismo que media entre ese deseo y su cumplimiento no sea tan grande como para que la frustración alcance niveles perturbadores.

Ahora se observa un poco por todas partes que las instituciones existentes están realizando peor su papel vez más difícil contener la frustración de los ciudadanos. Si las instituciones existentes no sirven, es necesario reformarlas o crear otras. Hasta que esto ocurra, es legítimo y democrático actuar al margen de ellas, pacíficamente, en las calles y plazas. Estamos entrando en un periodo postinstitucional.

Los jóvenes acampados en la plaza de Rossio Lisboa y las plazas de España son las primeras señales de la emergencia de un nuevo espacio público —la calle y la plaza— donde se discute el secuestro de las actuales democracias por los intereses de minorías poderosas y se apuntan los caminos de construcción de democracias más sólidas, más capaces de salvaguardar los intereses de las mayorías. La importancia de su lucha se mide por la ira con la que cargan contra ellos las fuerzas conservadoras. Los acampados no tienen que ser impecables en sus análisis, exhaustivos en sus denuncias o rigurosos en sus propuestas. Les basta con ser clarividentes en la urgencia de ampliar la agenda política y el horizonte de posibilidades democráticas, y genuinos en la aspiración de una vida digna social y ecológicamente más justa.

Para contextualizar la lucha de las acampadas y acampados, son oportunas dos observaciones. La primera es que, al contrario de los jóvenes (anarquistas y otros) de las calles de Londres, París y Moscú al inicio del siglo XX, los acampados no lanzan bombas ni atentan contra la vida de los dirigentes políticos. Se manifiestan pacíficamente y a favor de más democracia. Es un avance histórico notable que sólo la miopía de las ideologías y la estrechez de los intereses no permite ver. A pesar de todas las trampas del liberalismo, la democracia entró en el imaginario de las grandes mayorías como un ideal liberador, el ideal de la democracia verdadera o real. Es un ideal que, si se toma en serio, constituye una amenaza demoledora para aquellos cuyo dinero o posición social les ha permitido manipular impunemente el juego democrático.

La segunda observación es que los momentos más creativos de la democracia rara vez ocurrieron en las sedes de los parlamentos. Ocurrieron en las calles, donde los ciudadanos indignados forzaron los cambios de régimen o la ampliación de las agendas políticas. Entre muchas otras demandas, los acampados exigen la resistencia a las imposiciones de la troika para que la vida de los ciudadanos tenga prioridad sobre las ganancias de los banqueros y especuladores; el rechazo a la renegociación de la deuda; un modelo de desarrollo social y ecológicamente más justo; el fin de la discriminación sexual y racial y de la xenofobia contra los inmigrantes; la no privatización de bienes comunes de la humanidad, como el agua, o de bienes públicos, como el servicio de correos; la reforma del sistema político para hacerlo más participativo, más transparente e inmune a la corrupción.

Pensando en las elecciones legislativas portuguesas por no hablar de ellas. ¿No es cierto?

martes, 7 de junio de 2011

Peru: El triunfo de Humala y el nuevo horizonte

Oscar Ugarteche - http://alainet.org/active/47119


Las elecciones del 5 de junio del 2011 han dividido el Perú en dos: los que creen en una actitud ética en la política y los que piensan que la ética no importa sino solo sus intereses, parafraseando eso de que Estados Unidos no tiene amigos sino intereses.  Además, la derecha financiera y minera ha mostrado con su accionar que la depresión salarial está bien. El Perú tiene una participación salarial de 22% del PIB versus 45% en Chile y 40% en Brasil, ambos países donde nunca se cayó el salario en el PIB desde antes de los inicios de los ajustes en los años 80. El único otro país con una participación salarial tan baja es México donde cayó de alrededor de 40% a 29% del PIB.
 
La reacción de los especuladores en bolsa ha sido un retiro de la bolsa de Lima que hizo que se desplomara 12% a la mañana siguiente a las elecciones. PPK (Pedro Pablo Kuczynski) lo advirtió y en esa advertencia lo hizo realidad. Hizo terrorismo económico y se materializó. Como el anuncio de que van a escasear las latas de lecha del supermercado. El Perú completo queda advertido de cómo va a actuar la derecha.
 
Lo que se espera de Humala primero y por sobre todo es una actitud ética en la política que tanto Fujimori como García han hecho lo posible por desacreditar. García ha llegado a demoler su propio partido político con el objetivo de perpetuarse en el poder, siendo o no presidente. Ya demolida el APRA con su larga historia, el Perú puede emprender un nuevo rumbo político en general sin el temor de los retrocesos que tanto daño le han hecho. Atrás quedó para siempre “El antiimperialismo y el APRA” de Haya de la Torre y toda la literatura que a ratos permitían ver en ese partido uno progresista y relativamente autónomo de los poderes económicos más primitivos. El final de la vida del APRA fue cuando García le jugó en contra de todo a lo que simbolizaban desde los años 30. Ganó la apuesta García y perdió el partido. RIP.
 
Humala tiene por delante todo tipo de retos. El primero será quedarse en el asiento presidencial cuando la derecha ha hecho una campaña sucia incluyendo llamadas telefónicas a casas de votantes  hasta el día de las elecciones para denunciar el “peligro Humala”. PPK, hombre de varios pasaportes incluyendo el peruano, salió como terrorista económico a denunciar que se desplomaría la bolsa de Lima por el resultado electoral. CNN le dio cabida a esta tontería que encubre que las bolsas del mundo han tenido en las últimas siete semanas una racha de caída solo superada en el año 2004. Es fácil culpar a Humala de que llueva o deje de llover y lo van a hacer. Como culpan a la alcaldesa Susana Villarán –por la Comisión de la Verdad–. Hemos visto que la libertad de expresión sirve para decir lo que los dueños de los medios y sus socios quieren decir. El titular de El Comercio del lunes 6 de junio fue “Un resultado que llama a concertar, Humala 50.9%, Keiko0 49.1%”. El resultado fue 51.5% versus 48.5% y eso era lo que había salido del conteo rápido y de las proyecciones del conteo inicial pero mejor era una noticia falsa para forzar el argumento de que el poder no lo van a perder.
 
Para concertar tienes que tener ánimo de concertación y eso la derecha no lo tiene. Es una derecha falangista, racista, fóbica, oscurantista e ignorante, pegada al Opus Dei que aunque católico extrañamente carece de valores éticos, a no valorar el conocimiento; y que ha permitido que el Perú se coloque y alinee con los regímenes más retardatarios en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que se reeligiera a Alan García; y que la hija de un delincuente corra a las presidenciales, para beneficio de lavarle la cara a los 75 presidiarios, que están en la cárcel con su padre. Es una derecha que ha rifado una política exterior digna y la ha sustituido por un mamarracho. ¿Podrá Humala recuperarle la dignidad a la cancillería peruana? ¿Podrá recuperarle la fe en la política a los peruanos?
 
El Perú está en un momento expectante del crecimiento económico. Tal vez ponerle impuestos a la renta a las inversiones en bolsa sería un acto para afectar las riquezas que se están apilando sin impuestos en el nombre del libre mercado. Eso realmente espantaría los capitales golondrinos de la bolsa y tal vez terminaría con las burbujas especulativas y ayudaría a ajustar el tipo de cambio. Promover que el MILA (las bolsas de Bogotá, Lima y Santiago) que inició sus operaciones el lunes después de las elecciones se articule con la bolsa de Sao Paulo quizás sería otro acto simbólico.
 
Hay que recordar que el impuesto a las transacciones financieras (ITF) se instituyó en 2002 para financiar la educación en el Perú cuya meta de gasto debe de ser 6% del PIB. El ITF fue reducido por PPK en 2003 cuando era ministro porque distorsionaba el mercado, dijo. Quizás sea hora de recuperarlo a los niveles que tuvo al inicio en el 2002 y que tanto impacto positivo observó en la recaudación tributaria. ¿Podrá Humala recuperar el nivel de la educación pública perdida hace varias décadas? ¿Podrá recuperar la universidad pública a niveles reconocibles?
 
El regreso del Perú a Sudamérica es lo más significativo, empero. Eso es positivo para el país y para la región como un todo porque consolida el bloque regional progresista. Esto podrá facilitar el proceso de UNASUR que la derecha peruana detesta por razones ideológicas y pondrá al país a la par con sus vecinos en la Comisión de coordinación macroeconómica de UNASUR, en el Banco del Sur, en el uso de la moneda nacional para el comercio exterior y nivelará los aspectos políticos y migratorios del espacio así como consolidará el Consejo de Defensa Suramericano. La batalla contra la derecha peruana en estos campos será tenaz.
 
Para todos Humala es una interrogante y Fujimori una certidumbre. El futuro nos espera a todos los y las peruanos/as que deberemos de enfrentar los retos del futuro. La familia peruana debe de reunificarse dice Mario Vargas Llosa, pero escuchándolo a de Soto, eso es muy difícil. El horizonte peruano ha cambiado para mejor, para el regreso de la ética en la política y para la recuperación de la dignidad nacional. Esa, no se cotiza en bolsa.
 
- Oscar Ugarteche, economista peruano, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Es presidente de ALAI y coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA) http://www.obela.org

sábado, 4 de junio de 2011

Las revoluciones de la gente común

Raúl Zibechi* - http://www.surysur.net/?q=node/16661


En los más diversos rincones del planeta la gente común está saliendo a las calles, ocupando plazas, encontrándose con otras gentes comunes a las que no conocían pero que inmediatamente reconocen. No esperaron a ser convocados, acudieron por la necesidad de descubrirse. No calculan las consecuencias de sus actos, actúan con base en lo que sienten, desean y sueñan. Estamos ante verdaderas revoluciones, cambios profundos que no dejan nada en su lugar, aunque los de arriba crean que todo seguirá igual cuando las plazas y las calles recuperen, por un tiempo, ese silencio de plomo al que denominan normalidad.
 
No encuentro mejor forma de explicar lo que está sucediendo que traer un memorable texto de Giovanni Arrighi, Terence Hopkins e Immanuel Wallerstein, 1968: el gran ensayo, capítulo del libro Movimientos antisistémicos (Akal, Madrid, 1999). Ese texto denso, inspirado en la mirada larga y profunda de Braudel, se abre con una afirmación insólita: Tan sólo ha habido dos revoluciones mundiales. La primera se produjo en 1848. La segunda en 1968. Ambas constituyeron un fracaso histórico. Ambas transformaron el mundo.
 
A renglón seguido los tres maestros del sistema-mundo exponen que el hecho de que ambas revoluciones no estuvieron planeadas y que fueran espontáneas en el sentido profundo del término explica tanto el fracaso como su capacidad de cambiar el mundo. Dicen más: que 1848 y 1968 son fechas más importantes que 1789 y 1917, en referencia a las revoluciones francesa y rusa. Éstas fueron superadas por aquéllas.
 
El concepto heredado y hegemónico aún de revolución debe ser revisado, y lo está siendo en los hechos. Frente a una idea de revolución centrada exclusivamente en la conquista del poder estatal, aparece otra más compleja pero sobre todo más integral, que no excluye la estrategia estatal pero que la supera y desborda. En todo caso, la cuestión de conquistar el timón estatal es un recodo en un camino mucho más largo que busca algo que no puede hacerse desde las instituciones estatales: crear un mundo nuevo.
 
Para crear un mundo nuevo, lo que menos sirve es la política tradicional, anclada en la figura de la representación que consiste en suplantar sujetos colectivos por profesionales de la administración, y del engaño. Por el contrario, el mundo nuevo y diferente al actual supone ensayar y experimentar relaciones sociales horizontales, en espacios autocontrolados y autónomos, soberanos, donde nadie impone y manda el colectivo.
 
La frase clave de la cita es espontáneas en el sentido profundo. ¿Cómo interpretar esa afirmación? En este punto hay que aceptar que no hay una racionalidad, instrumental y estadocéntrica, sino que cada sujeto tiene su racionalidad, y que todos y todas podemos ser sujetos cuando decimos Ya basta. Se trata, entonces, de comprender las racionalidades otras, cuestión que sólo puede hacerse desde adentro y en movimiento, a partir de la lógica inmanente que develan los actos colectivos de los sujetos del abajo. Eso indica que no se trata de interpretar sino de participar.
 
Por encima de las diversas coyunturas en que surgieron, los movimientos de la plaza Tahrir en El Cairo y de la Puerta del Sol en Madrid forman parte de la misma genealogía del que se vayan todos de la revuelta argentina de 2001, de la guerra del agua de Cochabamba en 2000, de las dos guerras del gas bolivianas en 2003 y 2005 y de la comuna de Oaxaca de 2006, por mencionar sólo los casos urbanos. Lo común son básicamente dos hechos: poner un freno a los de arriba y hacerlo abriendo espacios de democracia directa y participación colectiva sin representantes.
 
Esa estrategia con dos fases, rechazo y creación, desborda la cultura política tradicional y hegemónica en las izquierdas y el movimiento sindical, que sólo contemplan parcialmente la primera: las manifestaciones autocontroladas, con objetivos precisos y acotados. Esa cultura política ha mostrado sus límites, incluso como rechazo a lo existente porque al no desbordar los cauces institucionales es incapaz de frenar a los de arriba y se limita, solamente, a preparar el terreno para el relevo de los equipos gobernantes sin cambio de política. Esa cultura política ha sido hábil para desplazar a las derechas y ha fracasado a la hora de cambiar el mundo.
 
Las revoluciones en marcha son estuarios donde desembocan y confluyen ríos y arroyos de rebeldías que recorrieron largos caminos, algunos de los cuales beben en las aguas de 1968 pero las superan en profundidad y densidad. Rebeldías que vienen de muy lejos, montaña arriba, para confluir de modo imperceptible y capilar con otros cauces, a veces minúsculos, para un buen día mezclar sus aguas en un torrente donde ya nadie se pregunta de dónde viene, qué colores y señas de identidad arrastra.
 
Estas revoluciones son el momento visible, importante pero no fundante, de un largo camino subterráneo. Por eso la imagen del topo es tan adecuada: un buen día pega un salto y se muestra, pero antes ha hecho un largo recorrido bajo tierra. Sin ese recorrido no podría nunca ver la luz del día. Ese largo andar son las cientos de pequeñas iniciativas que nacieron como espacios de resistencia, pequeños laboratorios (como los que existieron desde finales de los años 90 en Lavapiés, Madrid) donde se vive como se quiere vivir y no como ellos quieren que vivamos.
 
Quiero decir que los grandes hechos son precedidos y preparados, y ensayados como señala James Scott, por prácticas colectivas que suceden lejos de la atención de los medios y de los políticos profesionales. Allí donde los practicantes se sienten seguros y protegidos por sus pares. Ahora que esas miles de microexperiencias han confluido en estas correntadas de vida, es momento de celebrar y sonreír, a pesar de las inevitables represiones. Sobre todo, no olvidar, cuando vuelvan los años de plomo, que son esas trabajosas y solitarias experiencias, aisladas y a menudo fracasadas, las que pavimentan los jornadas luminosas. Unas con otras cambian el mundo.
 
*Analista internacional uruguayo

lunes, 30 de mayo de 2011

Madre patria, Mama mía

Por Javier Alvaredo -   http://www.revistadebate.com.ar//2011/05/27/3993.php


La delicada situación por la que atraviesa España obliga a que, una vez más, dediquemos esta columna a analizar sucesos acontecidos en el viejo continente. Y esto no es casual, ya que si bien España enfrenta problemas que le son enteramente propios, los mismos se amplifican en función de los riesgos de contagio a los que quedaría sometida en caso de que las economías más vulnerables (caso Grecia o Portugal), deban enfrentar procesos de reestructuración que muy difícilmente puedan desarrollarse de manera tan ordenada como para no generar corridas en el mercado.

Como mencionamos en nuestro artículo del 27 de abril pasado, la velocidad de reacción de la Comunidad Europea muy difícilmente pueda ser tan rápida como los acontecimientos puedan requerir. En efecto, los mecanismos contemplados para modificar cuestiones institucionales requieren del voto unánime de sus miembros, en un contexto en el que las realidades políticas y económicas resultan bien diferentes, sobre todo entre los miembros ricos del norte y los pobres del sur.

En España, y a la luz de las últimas noticias, la situación política por la que está atravesando la madre patria en las últimas semanas no puede describirse sino como crítica. La última paliza electoral que recibió el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) resulta un indicador muy claro de la crisis que enfrenta el oficialismo. También, la manifestación social de los “indignados” representa una muestra de este fenómeno de hastío político. Indudablemente, ambas expresiones reconocen un motivador común: la crisis económica que está golpeando a España desde mediados de 2008 a esta parte y sus consecuencias sociales, amplificadas por las medidas de ajuste ensayadas por el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero.

El origen de esta historia no se remonta al reciente ajuste, sino al boom económico que experimentó España luego de su ingreso como miembro pleno de la Comunidad Económica Europea (CEE), en 1986. Un factor importante para analizar la insatisfacción política que sufre España en el último tiempo deviene no sólo de la cruda realidad actual, sino también de la diferencia entre la coyuntura y las brillantes expectativas imperantes hace poco tiempo atrás. En otras palabras, éste es otro decepcionante ciclo desde la ilusión al desencanto. Este factor explica por qué expresiones tan disímiles como el voto castigo, pero conservador, del último domingo, pueden convivir con un movimiento cuasi reformista como el de los indignados. Para razonar en torno a esto resulta necesario repasar la evolución económica reciente de la madre patria.

Previo a esta crisis, España ha disfrutado de un período de prosperidad prolongado, sobre todo a partir de su ingreso a la CEE. Este ingreso le permitió contar con un flujo importante de transferencias para adecuar su infraestructura que llegó a representar poco menos del 2 por ciento del PBI, y que se mantuvo en niveles superiores a 1,2 por ciento del PBI hasta el año 2004. Impulsada por estos ingresos, pero también por el optimismo que este tipo de dinámicas generaron en las mismas sociedades que hoy se ven golpeadas, la economía española creció a una tasa promedio del 3,5 por ciento entre 1995 y 2005, uno de los períodos más pujantes de la historia económica española del siglo XX.

Sin embargo, este desarrollo no tuvo su correlato en el mercado de trabajo, donde la tasa de desempleo no pudo nunca perforar el piso del 8 por ciento, alcanzando actualmente al 20,6 por ciento de la población activa. Este flagelo golpea particularmente al segmento más joven de la población, en tanto uno de cada tres menores de 25 años se encuentra desempleado. Contrariamente a lo que ocurrió en la Argentina durante la Convertibilidad, esta alta tasa de desempleo no tuvo efectos sociales tan negativos, ya que los desocupados tenían acceso a la asistencia social de manera accesible y bastante generosa. Sin embargo, esta cobertura social no inmuniza a los “parados” de los efectos colaterales negativos, sobre todo en el aspecto psíquico y en la autoestima de los individuos, producida por largos períodos de inactividad.

Otra característica del período de crecimiento español fue su recurrente déficit en cuenta corriente que, entre 2000 y 2008, promedió el 6 por ciento del PBI, bien por encima del 1,6 por ciento de déficit promedio del período 1980-1999. Este desequilibrio significa que una economía está consumiendo más allá de su capacidad de ahorro y que, por ello, recurre al crédito externo para financiarse. Si bien este escenario es claramente insostenible durante un período de tiempo muy prolongado, la historia está llena de episodios donde estas situaciones se extendieron más allá de la cuenta. En el caso particular de España, el proceso de integración a economías más ricas y desarrolladas (como Francia y Alemania), hizo que esta fantasía se extendiera por más tiempo que el recomendable. De este modo, la deuda externa del sector privado alcanzó el 210 por ciento del PBI a la entrada de la crisis, bien por encima del 160 por ciento de promedio de la Unión Europea, con lo cual el ajuste requerido resulta mayor.

El estallido del crack financiero global, en octubre de 2008, generó un gran cambio en la percepción de los mercados y los agentes económicos respecto de la situación de la periferia europea en general, y de la situación de España en particular. Por ejemplo, el riesgo país y los seguros contra el default treparon casi 200 puntos básicos durante el primer semestre del año pasado. En este contexto, el gobierno de Zapatero condujo un severo ajuste fiscal que incluyó, entre otras medidas, la reducción y el congelamiento de salarios públicos, recortes en inversión pública y transferencias a jurisdicciones subnacionales. Al mismo tiempo, la reforma del sistema previsional incluyó el incremento en la edad de jubilación y en los requisitos para acceder a esta prestación. Más precisamente, el gasto total se redujo, en 2010, el 5,1 por ciento, de la mano de la reducción del gasto de personal del 1,2 por ciento, mientras que las transferencias a las Comunidades Autónomas lo hicieron en un 7 por ciento. A su vez, el gasto en Inversión Pública, por su parte, cayó un 16 por ciento.

Este paquete de ajuste ha sido relativamente exitoso en el sentido de que ha cumplido con los objetivos propuestos, permitiendo una reducción del déficit fiscal de 2 puntos porcentuales del PBI, en tanto el desequilibrio en la cuenta corriente de la balanza de pagos se achicó desde el 9,7 por ciento del PBI en 2008 al 4,4 por ciento del PBI en 2010. Mientras, la situación del endeudamiento público se encuentra entre las más bajas de la Eurozona, en el orden del 60 por ciento del PBI. Adicionalmente, la economía logró un mejor desempeño en relación al resto de las naciones de la periferia europea, en tanto registró un descenso, durante 2010, del 0,15 por ciento, sustancialmente menor al 4,5 por ciento de retroceso en Grecia, mientras que Irlanda y Portugal cayeron alrededor del 1 por ciento.

Sin embargo, estos “éxitos” se han logrado a expensas de un recorte en el gasto social y sin mejoras en el mercado laboral, donde la tasa de desempleo continúa en niveles superiores al 20 por ciento de la población económicamente activa. Adicionalmente, si bien la exposición del sistema financiero al riesgo portugués resulta considerable (unos 6.500 millones de euros y el 0,6 por ciento del PBI), está concentrado en las instituciones financieras más fuertes y no en las golpeadas cajas de ahorro que han sufrido por la explosión de la burbuja inmobiliaria. De este modo, objetivamente no existe evidencia de que este proceso de ajuste real no pueda terminar de sacar a España de la difícil situación por la que atraviesa, aunque el camino será arduo y bastante prolongado. Si bien la aritmética, en este aspecto, resulta muy variable, se presume que este proceso debería prolongarse como mínimo por cinco años más, lo cual representa un gran desafío en vista de la situación política prevaleciente. El importante voto a favor del conservador Partido Popular del último domingo parecería señalar que buena parte de la sociedad española está apostando por el doloroso camino del ajuste.
Por otro lado, la alternativa todavía inorgánica, pero en apariencia rupturista, planteada por el movimiento de los “indignados” no está exenta de costos. Una potencial salida del euro representa, a todas luces, una alternativa incierta e impredecible. Las transferencias de las que España se benefició plenamente, durante la época dorada de su ingreso a la CEE, plantean una situación compleja de administrar y sus connotaciones resultan complicadas. Esto le podría quitar buena parte de potencial a los beneficios derivados de recuperar la herramienta de la política monetaria vía la recomposición de la moneda propia.

Otra dificultad no menor, en este sentido, es que España hoy no cuenta con un signo monetario propio, luego de la unificación monetaria que se llevó a cabo en 2002. Así, la situación española se asemeja más a la que sufre actualmente Ecuador, que aún luego de más de cinco años de gobierno de Correa no ha podido recrear una moneda propia, que a la que observó la Argentina a la salida de la Convertibilidad. Por último, durante dicho proceso de integración europea, España ha ido adaptando su legislación y sus instituciones, con lo cual el costo de romper contratos y reglas también sería sumamente complejo.

En síntesis, todo parece indicar que el proceso de ajuste, que ha encarado España en los últimos años, continuará su curso a pesar del importante descontento político y social observado en los últimos años. El éxito de esta estrategia dependerá no sólo de la voluntad de éste y los futuros gobiernos españoles, sino también de la situación europea en general. Y esto representa un enorme riesgo, debido a la falta de una guía clara y los altos grados de consenso que el arreglo institucional europeo contiene desde que se implementó el proceso de unificación. Además, la preeminencia de la visión sajona y dura prevaleciente en los países del norte europeo no promete ser de ayuda. Como se observa, las perspectivas futuras han dejado de ser tan brillantes como el proceso de integración prometía, y la adaptación a esta nueva realidad representa un desafío de diseño de políticas sin precedentes, aun más complejo que el experimentado por las economías de nuestra región.      

domingo, 29 de mayo de 2011

Nuestras mujeres

Claudia Román - http://www.telam.com.ar/vernota.php?tipo=N&idPub=223492&id=424877&dis=1&sec=1

La historia política argentina esta repleta de hechos que marcan puntos de inflexión y el Cordobazo es uno de ellos. Fue un momento bisagra de nuestra historia reciente. Por primera vez estudiantes universitarios y obreros confluían en la lucha contra la dictadura.

El clima de época parecía predisponer a la batalla. Sucesos como el asesinato del Che Guevara en 1967 en Bolivia, la huelga general y las movilizaciones del Mayo Francés, la masacre de Tlatelolco en 1968 y la instauración en 1966 del gobierno militar-clerical autonominado “Revolución Argentina”, no se presentaban para la sociedad en general como productos de la mera casualidad.

Los hechos se iban sucediendo y la tensión social iba en aumento. La política económica implementada por el gobierno de Onganía apuntaba a la apertura de los mercados internos en favor de los monopolios internacionales.

Los derechos obtenidos recientemente por la clase trabajadora poco a poco iban siendo cercenados. En el transcurso de los primeros años de la gestión del mencionado régimen fue desactivada la Comisión del Salario mínimo, vital y móvil, también fueron congelados los aumentos en las remuneraciones. Se incrementó la edad para jubilarse. Dichas acciones no eran inocentes. Las medidas tomadas iban dirigidas en detrimento de la calidad de vida trabajador y su familia. El modelo social argentino entonces estaba siendo atacado y el riesgo era palpable.

Numerosos fueron los factores que aportaron a la acumulación de tensión. No sólo fue la ley que se sancionó para poder ejercer la represión automática en caso de huelgas o conflictos sindicales.

Sumado a ello les fueron suspendidas las personerías gremiales a un gran número de sindicatos. Y la entonces Dirección de Investigación de Políticas Antidemocráticas persiguió y encarceló a los militantes políticos y sindicales considerados sospechosos.

Disolvieron los partidos políticos e intervinieron las universidades, ya que según la propaganda oficial, funcionaban como “centros de subversión y comunismo”.

El escenario estaba montado. La olla a presión terminó por explotar en la provincia de Córdoba, en lo que acabó siendo la rebelión de mayo de 69`. La revuelta produjo una suerte de efecto dominó. Las manifestaciones contra el gobierno militar se replicaron en distintas ciudades del país. La lucha no contaba, en una de sus filas, con soldados entrenados para la batalla. Las barricadas las conformaban estudiantes y obreros.

Es atinado y pertinente aclarar que dentro de esa masa obrera y estudiantil no sólo se encontraban hombres. Fueron cientos las mujeres que salieron a dar batalla para defender los derechos de sus esposos, hijos, hermanos y los propios.

Una militante de la Juventud Peronista, recuerda que el mediodía del 29 de mayo “los vecinos en las terrazas tiraban de todo a la policía, sillas, macetas. El centro estaba en llamas, la policía había perdido el control. Marta Aguirre, cuenta que caminó las calles del centro cordobés “para ver los movimientos de la policía y tratar de especular dónde se podían reagrupar los compañeros”.

Cuantiosas mujeres salieron a las calles. Susy Carranza, quien entonces era activista del Sindicato del Vidrio, después de enterarse que los militares habían asesinado a un compañero, salió junto a sus compañeras de la fábrica para tirarles bolitas a los caballos de la policía.

Muchas de esas mujeres heroicas que fueron protagonistas de la batalla, además de ser esposas, madres y abuelas, hoy continúan con su militancia y comparten sus historias en el libro Mujeres desde el Cordobazo hasta nuestros días.

No se trata de feminismos, sólo se pretende una justicia de género. Que la memoria histórica recuerde que está compuesta también de mujeres valientes y comprometidas con la lucha para las reivindicaciones sociales.

martes, 24 de mayo de 2011

La eurocrisis y la juventud española

Por Emilio Meyne - http://www.prensamercosur.com.ar/apm/nota_completa.php?idnota=5092
Los albores del siglo XXI encuentran a un mundo que mira perplejo cómo las tradicionales potencias mundiales parecen hundirse después de haber promocionado, usado y abusado del neoliberalismo.

Los colapsos del capitalismo que todas las latitudes de la tierra, sobre todo América Latina, sufrieron en los años noventa con pérdida de soberanía nacional, hambre y miseria; tuvo como contracara el esplendor de las economías opulentas en Norteamérica y Europa.

Hoy, mientras la naciones latinoamericanas inician un proceso de crecimiento como bloque político de poder, le llegó el turno de convivir entre ajustes, recortes, huelgas y climas hostiles en la sociedad a quienes supieron gozar de la buena vida sobre finales del siglo XX. Uno de ellos es España

Hay un sector que parece ser el más sensible al amargo final del Estado de bienestar. Ese modelo en el cual las clases medias tenían garantizada la accesibilidad a la educación, la salud y las vacaciones. Además los hijos conseguían empleos rápidamente con sueldos que les permitían comenzar a independizarse y a consumir productos dirigidos al mercado juvenil.

Si bien los ibéricos debieron aguardar hasta la muerte de Francisco Franco -en 1975- para marchar por esa senda, fueron más de 20 los años de mejoramiento económico y en el índice de desarrollo humano para el país.

Para hacer un breve diagnóstico de situación, podemos decir que corren tiempos de recortes en educación, salud, salario, jubilaciones y son los jóvenes españoles los que más sufren esta circunstancia.

El 90 por ciento de las personas que perdieron su trabajo entre enero y marzo del corriente año (más de 250 mil) son hombres y mujeres menores de 35 años. Son también las víctimas de la reducción de la población activa en el primer trimestre, con un descenso de más de 125 mil personas. 

El 46 por ciento de los “parados” llevan más de un año buscando empleo. De nuevo son los menores de 35 años los que se llevan el dato amargo. El paro de larga duración (más de un año) se acerca a los 2,3 millones de desempleados.

Una de las principales preocupaciones que arrastra este fenómeno en España y otros países de Europa que atraviesan crisis similares, tiene que ver con que comienzan a nacer segundas generaciones de personas desempleadas, es decir, jóvenes que no tienen trabajo y que en su adolescencia debieron ver a su padre perder el empleo. También son niños que nacen sin ver a sus padres insertos en el mercado laboral.

Las consecuencias de ese problema se vinculan con el aspecto afectivo y psicológico que afecta a quienes día a día no pueden satisfacer con su trabajo las necesidades básicas de su familia. 

Argentina, que al igual que el resto de Latinoamérica, sufrió en 2001 el colapso de toda una década de adherencia a las políticas neoliberales, fue víctima de un resquebrajamiento económico, político y sobre todo social. 

Todo esto fue el resultado de la pérdida de la matriz industrial autónoma entre 1976 y 2003, que generó gran aumento del desempleo (60 por ciento en 2001). También el aumento de la desigualdad fue característico de ese período (de una diferencia de 9 veces del ingreso entre el 10 por ciento más rico y el 10 por ciento más pobre en 1974, a 39 veces en 2002) según estadísticas oficiales.

Por otro lado la imposición de ideas y valores neoliberales, de matriz ideológica y cultural individualista, anti solidaria promovieron la “cultura del reviente” y el desprecio de la vida humana porque no hay futuro ni proyectos posibles, sino que todo es producto del azar y no del esfuerzo.

Todo ese circo desolador que era Argentina en 2001, podría ser un espejo del futuro para España en caso de continuar por la misma senda. Una senda que la lleva al desempleo, la exclusión de la participación y de la política de las mayorías, el vaciamiento de las estructuras organizativas en donde el ser humano se siente contenido y puede proyectar un futuro colectivo para transformar su realidad cotidiana.

¿Grecia, Irlanda y Portugal, pasajeros del mismo tren?

Era de esperarse, para cualquier latinoamericano, el fracaso del modelo neoliberal y sus agentes -FMI y Banco Mundial- en el supuesto “rescate” de los países periféricos de la eurozona, despectivamente conocidos como PIGS: Portugal, Irlanda, Grecia y España.

Ninguno de ellos logra salir de la recesión. Por el contrario, retroceden. Su tasa de crecimiento económico es nula o negativa. Los intereses de su deuda continúan subiendo, se descapitaliza la banca nacional, el valor de los bonos es deplorable y hay protesta generalizada en las calles como resistencia a los recortes que anuncian la agonía del añorado Estado de bienestar.

En la tierra de los lusitanos se rescata a los inversores privados que, además de tener títulos de deuda pública muy lucrativos, tienen miedo a que finalmente éstos resulten incobrables. Por eso, cuando se habla de salvar a Portugal, no se refieren al pueblo portugués, sino a estos inversores que temen por su futuro.

En Grecia, recientemente, se alzaron nuevas manifestaciones en oposición a la actitud del gobierno socialista de seguir las políticas del FMI y de la Unión Europea (UE) que facilita los recortes de salarios, despidos masivos, restricción de las jubilaciones y el fin de los programas sociales. Este plan, firmado el año pasado junto con 110 mil millones que invirtieron la UE y el FMI, permitiría salvar la economía del colapso.

Por último, la República de Irlanda pasó de un rápido crecimiento económico a registrar cifras dobles de déficit público. Su desarrollo se basó durante años en impuestos bajos que atraían inversiones y multinacionales al país, y en un boyante mercado inmobiliario.

Cuando estalló la burbuja de la construcción en 2008, el valor de los inmuebles se desplomó entre un 50 y un 60 por ciento y atrapó a todos los bancos del país, que habían concedido innumerables préstamos a particulares y promotores.

Al comprometerse a ayudar a los bancos, el gobierno irlandés entregó un cheque en blanco a las entidades financieras del país y también a los bancos extranjeros que operan allí. 
“El agujero bancario ha ido creciendo con el paso de los meses hasta ser equivalente a varias veces la producción anual de toda la economía irlandesa”, afirmó el 10 de Mayo el ministro de Economía, Michael Noonan, cuando anunció un recorte en los impuestos de servicios.

Todos estos acontecimientos provocaron que ya a comienzoa del 2009 se hayan observado movilizaciones de hasta 200 mil personas contra el recorte de planes de pensiones. Además, en el período 2008-2010, se registraron gran cantidad de migraciones y casi mil suicidios por desempleo.

¿Cómo encarar el dramático escenario?

Lo primero debiera ser sustentarse en la experiencia de otras regiones, cambiar la dirección del tren en el que parecen dirigirse los PIGS -o cerdos europeos- conducidos por el FMI y la UE.

Las claves parecen ser justamente las contrarias a las empleadas hasta el momento, tal como lo demostraron naciones latinoamericanas frente a la crisis: reducir la austeridad estatal y aumentar el mal llamado “gasto social” y crear empleo público o financiado con fondos públicos, entendiendo que allí reside el corazón de la crisis. Con la redistribución de la renta se aumenta la demanda doméstica y privada, así se motoriza el crecimiento económico para luego extraer los beneficios del consumo.

Esto, sumado a la exigencia al Banco Central Europeo para que cumpla su rol y compre bonos a los países periféricos de la zona euro, podría cambiar el rumbo económico y político, además de descomprimir el clima social que reina en el viejo continente.Demandas de este tipo han empujado a la juventud española a ocupar las calles de las principales ciudades del país en los últimos días.

jueves, 19 de mayo de 2011

Primavera Árabe: delante de todo hombre hay una mujer

Simba Russeau* - http://www.surysur.net/?q=node/16544

Las mujeres árabes asumieron claros roles de liderazgo en los levantamientos populares de Bahrein, Egipto, Libia, Marruecos, Túnez y Yemen, contrariamente al viejo mito occidental de que se encuentran indefensas y esclavizadas. "Es realmente injusto ignorar la historia e intentar malinterpretar la realidad", dijo Fatima Outaleb, fundadora de la Unión para la Acción de las Mujeres en Marruecos.
 
"¿Quién puede negar a esa mujer que entona cánticos de protesta y lleva a hombres tras sí? Es una mujer con un velo, pero es también una líder", señaló.
  
Según Outaleb, las mujeres --sean madres, trabajadoras del hogar, lleven velo o no, simpatizantes de partidos islámicos o sin filiación política-- siempre han jugado un papel clave en el mundo árabe.
  
"Los medios occidentales se guían por ciertas agendas y ciertas prioridades que tienen en mente. Han ignorado la realidad de que las mujeres árabes fueron el corazón de las revoluciones en la región, sea liderando, elaborando estrategias, creando conciencia o movilizando a través de blogs o (la red social virtual) Facebook", explicó Outaleb.
  
Las mujeres egipcias representaron casi 20 por ciento de los millones de activistas que acudieron a la Plaza Tahrir en El Cairo y a la norteña ciudad de Alejandría.
  
"No me gusta el hecho de que, durante nuestra revuelta de 18 días, la cobertura de los medios internacionales se concentró en las mujeres acosadas sexualmente. Hubo mujeres entre los mártires, enfrentando a las fuerzas de seguridad y durmiendo en la Plaza Tahrir", dijo a IPS Doaa Abdelaal, de la organización Mujeres que Viven bajo Leyes Musulmanas.
  
"Las mujeres trabajaron mucho tiempo a nivel de base y en los movimientos de trabajadores para crear este momento", indicó.
  
Desde 2004, trabajadores egipcios han realizado casi 3.000 huelgas contra la privatización y las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Las mujeres han desempeñado importantes roles en esas acciones, exigiendo mejores condiciones económicas y oponiéndose al régimen del ahora derrocado presidente Hosni Mubarak.
  
En un país donde 95 por ciento de los 27 incidentes de violación que ocurren a diario no son reportados, donde 33 por ciento de las mujeres sufren violencia doméstica y donde hay desigualdades laborales y creciente violencia sexual, los grupos feministas se han destacado por dedicar tiempo y energía en los últimos 20 años para romper muchos tabúes.

La fundadora y jefa ejecutiva de la coalición árabe contra la violencia de género Karama, la somalí Hibaaq Osman, dijo que los medios occidentales estaban asombrados al ver a mujeres en las calles protestando de igual a igual con los hombres."Tienes que entender la psicología de los medios occidentales. Quieren ver una mujer débil, sumisa y tapada", agregó.
  
Osman sostuvo que Europa, que según ella se inclina cada vez más hacia la derecha política, debía comprender que sus comunidades musulmanas en realidad no reflejan el mundo árabe, ya que los inmigrantes están desconectados socialmente de sus tierras de origen y no han sido plenamente acogidos por los países donde viven.
  
"En Francia tardó un solo día aprobar una ley contra el velo, ¿pero cuánto tomará presentar una ley para apoyar, capacitar, dar empleo y fortalecer económicamente a los inmigrantes que viven en ese país?", preguntó.
  
"Creo que es tiempo de que Occidente se mire bien a sí mismo, pues es fácil señalar con el dedo al mundo musulmán, y ver cómo las mujeres son tratadas cuando la Iglesia Católica aún tiene grandes problemas con los anticonceptivos y no puede decidir si una mujer tiene derecho a usar su propio cuerpo", dijo Osman.
  
"No nos preocupa lo que los medios occidentales piensen sobre nosotras, porque sabemos que son tendenciosos", dijo Outaleb. "¡Cómo pueden haber ignorado el rol de las mujeres! Ellas nunca han estado ausentes, sino que han sido parte de la sociedad", subrayó. 
 
*Periodista de IPS
 

miércoles, 18 de mayo de 2011

Diez formas distintas de manipulación mediática

Yohandry - http://www.telesurtv.net/secciones/opinion/index.php?ckl=92945

Noam Chomsky elaboró la lista de las “10 Estrategias de Manipulación” a través de los medios. En su libro “Armas Silenciosas para Guerras Tranquilas” Chomsky hace referencia a ese escrito en su decálogo de las “Estrategias de Manipulación”.

1- LA ESTRATEGIA DE LA DISTRACCIÓN.

El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción, que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes.

La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología o la cibernética.

“Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto 'Armas silenciosas para guerras tranquilas')”.

2- CREAR PROBLEMAS Y DESPUÉS OFRECER SOLUCIONES.

Este método también se denomina “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el que demande las medidas que se desea hacer que se acepten. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el que demande leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad.

O también: crear una crisis económica para hacer que se acepten como manes necesarios el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

3- LA ESTRATEGIA DE LA GRADUALIDAD.

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta con aplicarla gradualmente, con cuentagotas, por años consecutivos. De esa manera las condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) se impusieron durante las décadas de 1980 y 1990

Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo masivo, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que habrían provocado una revolución si se hubieran aplicado de una sola vez.

4- LA ESTRATEGIA DE DIFERIR.

Otra manera de hacer que se acepte una decisión impopular es la de presentarla como "dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato.

Primero porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido se podría evitar. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5- DIRIGIRSE Al PÚBLICO COMO A CRIATURAS DE POCA EDAD.

La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discursos, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental.

Cuanto más se pretende engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ésta tuviese 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestión, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.

6- UTILIZAR EL ASPECTO EMOCIONAL MUCHO MÁS QUE LA REFLEXIÓN.

Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un cortocircuito en el análisis racional, y finalmente en el sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…

7- MANTENER AL PÚBLICO EN LA IGNORANCIA Y LA MEDIOCRIDAD.

Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la mas pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

8- ESTIMULAR AL PÚBLICO A SER COMPLACIENTE CON LA MEDIOCRIDAD.

Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…

9- REFORZAR LA AUTOCULPABILIDAD.

Hacer creer al individuo que sólo él es el culpable de su propia desgracia debido a la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se minusvalora y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. ¡Y sin acción no hay revolución!

10- CONOCER A LOS INDIVIDUOS MEJOR DE LO QUE SE CONOCEN ELLOS MISMOS.

En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y los que poseen y utilizan las elites dominantes.

Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológica. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que éste se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

Noam Chomsky. Filósofo, activista, autor y analista político estadounidense. Es profesor emérito de Lingüística en el MIT y una de las figuras más destacadas de esta ciencia en el siglo XX. Reconocido en la comunidad científica y académica por sus importantes trabajos en teoría lingüística y ciencia cognitiva.