miércoles, 5 de mayo de 2010

Los periodistas argentinos y el miedo hegemónico

Por Jorge Benedetti - http://www.nuestraamerica.info/leer.hlvs/5612

Hace varios años que los dueños de los medios de comunicación entendieron que su mirada podía transformarse en la mirada de sus lectores con sólo repetir hasta el hartazgo un discurso que, casi naturalmente, se termina instalando en la sociedad.

Basta recordar la manera en que los medios hegemónicos trataron el tema de la explosión popular en 2001, donde los desocupados adquirieron carácter político a partir de su irrupción en las calles mientras los diarios Clarín y La Nación se encargaron de convertirlos en un problema de “caos de tránsito” y de la famosa “seguridad jurídica que espanta inversiones” titulando: “Preocupación en Washington por los cortes piqueteros”.

Muy poco tiempo después, cuando el negocio de la “inseguridad” se derramaba desde los Estados Unidos sobre la región, los medios gritaron “la gente dijo basta” frente a una manifestación de 50 mil personas que reclamaban por el asesinato de un joven de clase media.

Ellos, los medios, sabían que manejaban el “clima” y el “ánimo” de los sectores medios y tenían todo bajo control, a la espera de instalar un candidato que respondiera a su mirada y, sobre todo, a sus intereses.

Sin embargo, ocurrió lo que tantos periodistas esperábamos y peleábamos por conseguir y es que un gobierno popular tomó el toro por las astas y avanzó en la democratización del derecho a la información.

El gobierno de Cristina Fernández decidió elaborar una nueva ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que garantizara el derecho a la información y limitara el poder de los oligopolios informativos en el país y ahí estalló el “miedo” de los periodistas que trabajan en esos multimedios.

Claro, no es ilógico pensar que si pudieron “convencer” a la población de que era necesario, por ejemplo, cambiar al director técnico de la Selección de fútbol, de que el gran problema es “la inseguridad” y de que era necesario crear una “ley de industrias culturales” para salvar su grupo, fácil iba a resultar señalar que la decisión soberana de democratizar el espectro radioeléctrico para que se escuchen todas las voces era “un ataque a la libertad de prensa”.

Después de todo, hace años que el presidente venezolano Hugo Chávez está bombardeado y acorralado por no renovar la licencia del canal golpista RCTV y todas las instancias internacionales de presión (La SIP, Reporteros sin Fronteras, Amnistía Internacional y varios medios y gobiernos como el estadounidense y el español) aseguran que en Venezuela se viola la libertad de expresión.

Todo era cuestión de tiempo. “TN puede desaparecer”, “La ley de Medios K” y “La ley con la que los Kirchner buscan controlar a la prensa”, debían haber alcanzado para que la gente saliera a la calle a reclamar por la “libertad de expresión”.

Pero la gente dijo basta -perdón por copiarles el título- y salió a la calle a pedir por la implementación urgente de la ley de medios con cantos y pancartas contra el monopolio Clarín.

Eso sí desató la ira del monopolio que se lanzó, esta vez como una mueca, con mentiras flagrantes a la espera de que la gente, esa entidad extraña que no incluye a nadie que quiera cambiar el estado de las cosas, defendiera una vez más sus intereses.

En estos tiempos de crisis financiera mundial, de capitalismo en evidencia, de recetas viejas aplicadas con furor sobre los pueblos como el de Grecia, los monopolios informativos en la Argentina se resquebrajan y apelan al “miedo” sin explicar de qué están hablando.

Esos periodistas que, quizás en nombre de un buen salario, o también porque verdaderamente creen que la información debe ser algo que manejan las grandes empresas, declararon ante la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados que tienen miedo porque “esta escalada va a terminar con un muerto si el oficialismo así lo quiere”.

Imagínense si el periodista Joaquín Morales Solá, que sin hesitar habló de muertos hubiera dicho esas mismas palabras, ni una más ni una menos, en el año 1976 frente a la feroz dictadura militar que desapareció a 30 mil argentinos e instaló las bases del neoliberalismo asesino en el país.

Y no es que no lo hizo porque tenía miedo, un miedo entendible frente a un régimen de terror, sino que no lo dijo porque sus patrones, el grupo Clarín, no sólo no veían peligros para sus intereses sino que construían en esos años todo su poderío gracias a la apropiación de la empresa Papel Prensa y de paso, su señora Ernestina Herrera de Noble se apropiaba también de dos hijos de desaparecidos.

Traduciendo que es gerundio. Cuando los periodistas del grupo Clarín dicen que tienen “miedo” están diciendo que el “Grupo tienen miedo” de perder sus privilegios y cuando el pueblo argentino termine de aceptar, tras la parálisis que provoca el asombro, que son capaces de todo, hasta de humillar a sus trabajadores con tal de no perder sus privilegios, dejará simplemente de leerlos, mirarlos, escucharlos y hablaremos entonces de la caída de uno de los grupos mediáticos más importantes de la historia.

Y les juro, como periodista que cree en el derecho a la información como un derecho humano, que seremos nosotros, los periodistas contrahegemónicos, quienes saldremos a la calle a defender sus puestos de trabajo.

martes, 4 de mayo de 2010

Cuando la noticia es la política

Por Emiliano Flores, Federico Vázquez y Emanuel Damoni *
http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-144736-2010-04-28.html

Cuando Tancredo Neves decía “Yo me peleo con el Papa, con la Iglesia Católica, con el PMDB, me peleo con todo el mundo; yo sólo no me peleo con el Doctor Roberto”, sintetizaba un condicionamiento mediático al poder político que no era exclusivo del Brasil. Tancredo Neves fue el primer presidente electo después de una larga dictadura.

El Doctor Roberto era Roberto Marinho, propietario de la Red Globo, consorcio mediático que reúne más de la mitad de la audiencia televisiva del país. La frase de Neves podría completarse con aquella de César Jaroslavsky en los ’80 cuando, haciendo referencia a Clarín, decía: “Hay que cuidarse de ese diario. Ataca como partido político y si uno le contesta, se defiende con la libertad de prensa”. El comportamiento de los medios masivos de comunicación como actor político tiene una historia prolongada en la región.

En las elecciones de 1989, Lula se presentaba por primera vez como candidato a la presidencia de Brasil, pero el Doctor Roberto tenía las fichas en Fernando Collor de Melo. La televisora Globo decidió jugar fuerte en la campaña. Puso al aire la ficción Salvador de la Patria, donde el personaje principal, Sassá Mutema, de origen humilde, se postula para ser alcalde de su pueblo. Sassá gana las elecciones, pero cuando llega al gobierno se ve involucrado en crímenes y hechos de corrupción. El mensaje era sencillo: Lula podría repetir esa decepción en la vida real.

Durante los años ’90 los gobiernos de nuestros países condujeron la privatización y desregulación de los medios masivos. Un pacto de no agresión entre gobiernos y medios estimuló la concentración de éstos en forma inédita. Sin embargo, a medida que las empresas del sector se integraron verticalmente (televisión, radios y diarios bajo un solo dueño), lograron consolidar una “opinión publicada” lo suficientemente fuerte como para desbalancear ese pacto original y condicionar al poder político.

Ese esquema fue acentuando sus rasgos extorsivos hasta que la crisis neoliberal de comienzos del 2000 impuso otro escenario en la región. En El nuevo topo, último libro de Emir Sader, el autor plantea que el avance de gestiones no ortodoxas en los gobiernos de América latina encontró una oposición de derecha cuya dirección ideológica e incluso política proviene de los medios de comunicación privados.

Durante los dos días que duró el breve golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002, RCTV, Globovisión y Venevisión transmitieron dibujos animados mientras en las calles decenas de miles de personas se movilizaban para recuperar el sistema democrático. También allí, en la previa al golpe, se ensayaron recursos como la pantalla dividida para “confrontar” un discurso presidencial con manifestantes opositores exaltados, técnica depurada en nuestro país durante el conflicto agropecuario de 2008.

¿Cuál es la razón profunda que lleva a los medios a jugar este rol? Una respuesta posible es la dificultad creciente de las fuerzas políticas conservadoras para imponer agendas ortodoxas, ante lo cual el lugar de vanguardia ideológica reaccionaria pasa a estar en los poderes mediáticos. Se trata de un fenómeno con diferentes intensidades, pero que se afianzó en toda la región. En Uruguay, las empresas privadas de televisión se negaron a cumplir con la cadena nacional que debía difundir la campaña por la nulidad de la Ley de Caducidad. La iniciativa quedó a sólo 2,03 por ciento de los votos necesarios para ser aprobada. ¿Cuánto habrá influido en ese guarismo la desobediencia mediática?

Quien se dé una vuelta por los diarios de América latina por estos días podrá encontrar titulares como estos: “El gobierno de Correa quiere que los medios rindan cuentas”, “Evo Morales criticó a la prensa por minimizar la victoria de su partido”, “Vázquez se refirió a los medios: sistemáticamente hacen oposición al gobierno”, “Lula criticó a los medios: no cubren con buena fe”.

Los medios concentrados se encuentran hoy con gobiernos democráticos que cuestionan su (oscura) legitimidad de origen, la posición dominante que tienen en el mercado y la intencionalidad política mal recubierta por el gastado barniz de la “independencia”.

No es una lucha contra la “libertad de prensa” –como los propios afectados señalan–, ni siquiera un cuestionamiento ideológico a la “libertad de empresa”. Se trata de algo más sencillo y elemental: la supervivencia de la política como espacio de la sociedad –y no de las corporaciones– desde el cual decidir las cuestiones públicas. La respuesta que los gobiernos de la región, con distintas velocidades, decidieron dar a este enfrentamiento es la intervención en el mercado comunicacional, regulándolo para ampliar el espectro de voces. Y eso es una buena noticia.

* Integrantes del Observatorio de Política Latinoamericana Noticias del Sur.

lunes, 3 de mayo de 2010

Nuevos escenarios mediáticos

Por Diego Otondo - http://www.revista2010.com.ar/medios-de-comunicacion/Nuevos-escenarios-mediaticos.php

“(…) yo digo con preocupación que Hugo va a terminar como Mussolini: colgado y con la cabeza pa' abajo (...) Yo lo digo de manera precautelativa: cuídate, Hugo, porque a quien te pareces es a Mussolini". Rafael Poleo, editor del diario El Nuevo País, Venezuela.
De acuerdo con los procesos políticos actuales, los grandes medios de comunicación están siendo cuestionados en varios países. El debate implica un nuevo discurso que posiciona a los oligopolios mediáticos como protagonistas, como actores de poder.

El poder tiene sus estímulos en el disfraz, en el disimulo, en mostrarse de una manera benévola y pluralista. Pero las máscaras han saltado por los aires. En América Latina la discusión trasciende los disfraces y apunta directamente a los grupos de poder que tienen a sus voceros en los grandes medios de comunicación en una situación monopólica. La Ley de Comunicación en Ecuador, la regulación en Venezuela y el proyecto de Ley de Servicios Audiovisuales en nuestro país han transparentado, mediante el debate, el papel de los conglomerados mediáticos. El relato coyuntural y sin historia está cobrando un nuevo impulso. El poder en forma de pirámide, las crónicas basadas en el presente, ocultando las relaciones que se tejen en el entramado social, están abriéndose al debate y a los cuestionamientos.

Juegos de poder

“Todo poder de violencia simbólica, o sea, todo poder que logra imponer significados e imponerlas como legítimas disimulando las relaciones de fuerza en que se funda su propia fuerza, añade su fuerza propia, es decir, propiamente simbólica, a esas relaciones de fuerza”, resume Pierre Bourdieu. El poder, al decir de Noam Chomsky, “se presenta siempre como altruista, desinteresado, generoso…”. La generosidad y las relaciones de fuerza son lo que los medios encubren mediante un relato apoyado en el ojo vigía del poder elegido por los votantes en un sistema democrático.

De esta manera, la llamada “libertad de expresión” está asociada a todo aquello que no incurra en detrimento del poder económico, ni siquiera en su regulación. En tal sentido, la prensa hegemónica desvía el eje intentando crear el consenso necesario para que la regulación recuerde los momentos dictatoriales y el fin de la libertad. El periodista Fabián Corral en “El Comercio” de Ecuador sostiene, en alusión a la actuación del gobierno argentino con respecto a Clarín, que “la prensa libre es la conciencia incómoda del poder”. Con la misma vara, el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE) afirma que “el ejercicio de la crítica política es expresión esencial del derecho a la libertad de expresión”.

Es el poder político en cualquiera de sus variantes, las que el periodismo intenta vigilar y controlar a favor del ocultamiento del poder económico que actúa sin ninguna vidriera, el que no es posicionado como actor protagónico en la sociedad y que carece de cualquier interés político. Su actuación es como un simple oferente en un vasto mercado con posibilidades para todos. “¡Parecen no tener historia, estructuras de dominio, intereses económicos, economías reproductivas, líneas de comando, decisiones políticas, autoconciencia hegemónica y operatoria ideológica!” expresó Horacio González.

La tiranía estatal de otrora se convirtió, hoy, en un muro menos visible, más disperso, que funciona como un enorme tejido de poder, sin dueños con intereses concretos. El Grupo Prisa de España; el Grupo Clarín; El Universo, El Comercio y Teleamazonas en Ecuador; el Grupo Cisneros en Venezuela; la Honduras de facto mediante el diario La Prensa y El Heraldo (empresa de Roberto Micheletti); Bavaria y El Tiempo en Colombia; y O Globo y Folha de San Pablo en Brasil, todos con una meta: información con una línea editorial unificada a favor de una demarcación profunda de los límites políticos y estatales, el objetivo de ofrecer de manera constante un discurso único focalizado en un sólo protagonista.

El relato construido fija piramidalmente que el poder es el gobierno, que el poder está en un solo lugar sin relación con otros estamentos. Pero los conceptos surgieron por debajo de la alfombra y salieron a la luz: monopolios, concentración, intereses económicos y políticos, pensamiento único, presiones, agenda mediática. En Venezuela, Ecuador y Argentina se puso en cuestión el discurso que cotidianamente consumimos. Y si la democracia es un proceso comunicativo, la instalación de un pensamiento editorial unidireccional atenta directamente contra cualquier proceso político, social y económico, porque no existe ningún proceso deliberativo.

“Sus propias reglas trascienden los sistemas legales nacionales y se anticipan al establecimiento de los internacionales”, sostuvo hace varios años la revista mexicana Razón y Palabra. Y esas reglas son las que no deben romperse. La discusión y la negativa, a tal punto de no esconder el deseo de un Congreso paralizado en nuestro país hasta el 10 de diciembre, se manifiesta en un proyecto que no pluralice la palabra. Ni siquiera una línea de pensamiento diferente que provenga de sociedades sin fines de lucro u organizaciones sociales. Esa es la libertad de expresión a la que aluden, esquivando y disimulando su poder conectado con los grupos económicos globales.

Melodrama

En Ecuador, la prensa hegemónica tituló con la palabra “mordaza” lo que puede ser, según la nueva Constitución, una nueva Ley de Comunicaciones, conectando la situación de la “prensa independiente” con lo que está pasando en nuestro país. Aquí, Todo Noticias emitió, y lo sigue haciendo, una propaganda y advirtiendo a todos que va a desaparecer y que corre serio peligro la pluralidad de ideas. El Grupo Perfil y La Nación, al borde del paroxismo, se desesperan porque la Argentina está convirtiéndose en una dictadura chavista. El Heraldo de Honduras marcó las críticas de la Iglesia al proyecto de ley de servicios audiovisuales en nuestro país. El Universal de Venezuela apoyó el golpe de Estado contra Manuel Zelaya como un deseo de que se presente el mismo panorama en su país y, en lo posible, evitar repetir los errores del año 2002.

La conexión editorial entre el golpe de Estado en Honduras y la libertad de prensa o expresión -con Chávez como espejo de lo que no hay que hacer- es la lucha para implementar y hacer realidad “el fin de la historia”: una victoria final, sin oponentes políticos, sin discursos ideológicos enfrentados, sin cuestionamientos al status quo. “El gobierno usurpador de Micheletti está ajustado a la Constitución, y nosotros quisiéramos, nos encantaría que aquí en Venezuela se respetara la Constitución como se está respetando en Honduras”, expresó con emoción el propietario de Globovisión Guillermo Zuloaga Núñez. En los dos casos existe una misma línea editorial que tiene por objetivo resaltar los beneficios de la democracia liberal, evitar nuevas reglas, evitar la responsabilidad social y todo intento por hacer valer los intereses nacionales.

El melodrama de la “libertad de expresión” es la libertad de los grandes medios para la representación de los sectores con vastos alcances económicos y políticos, en detrimento de la representación general de la sociedad. Es, por ejemplo, Mario Vargas Llosa hablando de la matanza de indígenas en Perú –aunque sin referirse con estos términos- y de la oportunidad que perdieron los nativos cuando rechazaron la inversión privada y extranjera. Los indígenas, que siguieron las “consignas retrógradas de Alberto Pizango” (líder indígena), han obtenido una victoria pírrica, es decir, ganaron una batalla pero saben que la guerra está perdida (Diario El País de España, 28 de junio de 2009). Siempre triunfa el mercado.

Por lo tanto, la ampliación de la vida democrática es el blanco predilecto de los que niegan el contexto como herramienta informativa. La negativa a votar leyes que regulen a las empresas periodísticas es la batalla por impedir la problematización social y los conflictos de intereses entre sectores sociales, vistos estos últimos como un pandemonium en sí mismo, es no querer que aparezcan actores aliados en la noticia. Porque el melodrama se expresa también en la despolitización de la política y la sociedad, en la ausencia de debate estructural y en hacer invisibles las matrices ideológicas en juego. La línea editorial dominante evita la discusión y tiene como último deseo que el ciudadano, el votante, sea un idiota político, un sujeto funcional de a un estamento de poder que no necesita de sus ideas, aunque sí de su capacidad de consumo.

Con los años, fue la expansión y el crecimiento de los medios masivos que conectaron sus deseos con los del mercado. El investigador de la Universidad de Quilmes Martín Becerra explicó que “los grandes grupos de comunicación no se limitan a las actividades infocomunicacionales, sino que se ramifican al conjunto de la economía, que incluyen bancos, grandes almacenes, clubes de fútbol, inmobiliarias, empresas agrícolas, cerveceras o aseguradoras, produciéndose un cruce de intereses del que los medios de comunicación nunca hablan”.

En el mismo sentido, Enrique Sánchez Ruiz, de la Universidad de Guadalajara, México, hizo hincapié en los aspectos democráticos de una sociedad altamente mediatizada, en la cual los oligopolios mediáticos legitiman “intereses y acciones de élites muy particulares, imponiendo decisiones de manera no participativa, aunque con la apariencia de consensuales y legitimadas. Por consiguiente, los medios participan como obstáculos para una gobernabilidad ampliamente participativa, o democrática”. Así, las disputas políticas, económicas y sociales sólo tienen un sentido, una sola interpretación y una gama de valores con estructura en el sentido común neoliberal, que circulan sin contrapeso.

Fricciones

El proyecto de Ley de Comunicación en Ecuador, la visión de la Comisión de Telecomunicaciones (CONATEL) en Venezuela o el proyecto de ley en nuestro país se enfrentan a los escenarios que son contrarios a los proyectos políticos de la región. Se genera una fricción inevitable de un desarrollo endógeno como proyecto que va a contramano con las estipulaciones concentradas en una línea editorial internacional. Por ello CONATEL señala que su misión es socializar el uso de las telecomunicaciones para democratizar el acceso “hasta convertirlas en plataforma habilitadora de desarrollo para consolidar la República”.

La nueva Constitución en Ecuador contempla la responsabilidad en la forma de ejercer el periodismo y el acceso universal a la información “intercultural, diversa y participativa” (Art. 16). También fomenta la imposibilidad de que los medios de comunicación estén en manos de grupos financieros (Art. 312) y pone límites a situaciones monopólicas y oligopólicas de manera directa o indirecta (Art. 17 inciso 3). Es en este contexto “natural” una rivalidad entre dos visiones dicotómicas como son la pública y la privada.

Tanto lo planteado por la Constitución ecuatoriana, como el espíritu de CONATEL o la visión del proyecto de ley en Argentina, tienen como móvil la búsqueda de un sistema democrático más participativo. Por el contrario, los medios concentrados asumen como un peligro la participación democrática a través del Estado, incluso desde una apertura editorial con diferentes concepciones políticas, sociales y económicas. Esta es una de las razones por las cuales en nuestro país los foros de discusión o los 21 puntos de la Coalición por una Radiodifusión Democrática fueron ignorados. Para evitar un debate que, inexorablemente, tuvo un camino paralelo al de la concentración y que cuestionaba de raíz el orden mediático.

Muy pocos

Existen muchos problemas en América Latina y muchas voces. Pero quienes tienen en sus manos la valoración de dichos problemas son muy pocos. Un ejemplo: en Venezuela RCTV y Venevisión concentran el 85% de la inversión publicitaria en los medios de comunicación y un 66% de poder de transmisión. Como si fuera poco, detentan el 80% de los mensajes transmitidos en el país, según el periodista e investigador César Zubelet.

"La industria de la comunicación está dominada por un número relativamente pequeño de empresas que engloba todos los aspectos de la producción y de la distribución, están situadas en los principales países desarrollados y sus actividades son trasnacionales", concluyó el informe McBride de la Unesco en 1980, instando hacia un camino que pudiera crear un Nuevo Orden de la Información y la Comunicación en el mundo. El fracaso de un mundo equitativo que contemplara las diversas voces para los diversos problemas tuvo su correlato en el éxito de los conglomerados económicos, gracias a políticas de Estado, y en la férrea alianza tejida con los medios sin bifurcaciones en lo ideológico.

En Ecuador, son 19 las familias que concentran 287 concesiones de las 348 que existen en el país. O Globo en Brasil, según el periodista mexicano Jenaro Villamil, posee una cobertura del 90% del territorio. Javier Corral Jurado, presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información, sostuvo en el año 2007 que la “concentración ha llegado a tal grado que en América Latina la televisión está en manos de 19 personas, y en México las telecomunicaciones están en manos de un solo individuo, mientras que dos familias poseen la televisión. Ese es el problema”.

El mismo sentido y la misma valoración para los problemas sociales con intereses ajenos a la problemática latinoamericana. El mismo modelo económico en cada una de sus frases editoriales. Los mismos enemigos. Noticias que entretienen y que ocupan sus espacios en detrimento del debate. Periodistas que trabajan para diferentes grupos, pero piensan igual en cada uno de ellos. "Los que son críticos pasan a ser acorralados", afirmó la periodista Milagros Pérez Oliva del diario El País de España, en el programa “Hora 25 global” del Grupo Prisa, que se emite por radio Continental. Un razonamiento que no es español sino mundial, para entender los problemas de la prensa en América Latina y el mundo de un grupo económico que opera en 22 países. La aldea global, un sentido único en cadena que ha sido, hoy, puesto en tela de juicio. Sin embargo, el tema no se agota en la desarticulación de los monopolios u oligopolios, el tema se agotará cuando la diversidad de contenidos sea una saludable costumbre.

sábado, 1 de mayo de 2010

La crisis en Grecia la pagan los más pobres

http://www.prensamercosur.com.ar/apm/nota_completa.php?idnota=4661

La crisis financiera de Grecia, que ya lleva varios meses y se profundiza a cada paso que da el gobierno del primer Ministro Giorgos Papandreou, continúa con los trabajadores movilizados, ya que estos son los que están sufriendo las medidas de ajuste y austeridad que los hunden en la pobreza y la indigencia.

Grecia gastó por encima de sus ingresos y posibilidades, lo que la llevó a un déficit fiscal de 13,6 por ciento y a una deuda pública del 115,1 por ciento de su Producto Interno Bruto informa un despacho de la agencia Prensa Latina. El conflicto financiero y económico ya se está extendiendo a España y Portugal y amenaza a Italia e Irlanda.

Pero son los más desfavorecidos los que están sufriendo las peores consecuencias, con caídas en los ingresos, suba de la desocupación y recortes en beneficios sociales. Un ajuste que recuerda a los peores años del neoliberalismo en América Latina y que ocasionaron graves crisis y más pobreza.

La nación helénica ha vivido ya tres meses de protestas sociales protagonizadas por los sindicatos y varios sectores laborales y los mismos se extenderán con las nuevas medidas económicas.

Sin otra solución a la mano y presionada por los mercados y prestamistas, hace unos días Papandreou aceptó el plan de rescate financiero propuesto por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), de 45 mil millones de euros para este año.

Pero a cambio, Atenas debe cumplir no solo el plan de austeridad ya en marcha desde febrero sino también, otro de mayor rigor que ya inquieta a los sindicatos por sus implicaciones para la población en general.

Desde principios de año se aplicaron fuertes recortes de los sueldos y pensiones para el sector público, además de elevar la carga impositiva, con lo que el país pretende ahorrar unos cuatro mil 800 millones de euros en 2010.

Allí, una de cada cinco personas viven por debajo del nivel de pobreza, y protestan porque consideran que los responsables de la crisis financiera siguen beneficiándose.

Según un dirigente sindical que participó en una reunión con el primer ministro Papandreou, a Grecia se le exige que en 2010 y 2011 rebaje en 10 puntos porcentuales el déficit público, lo que requerirá ahorros por valor de 25 mil millones de euros.

Ante esos requerimientos el gobierno anunció un alza del impuesto al valor agregado de los productos, otros gravámenes y más recortes salariales.

También está en análisis suspender el decimotercero y decimocuarto mes de salario en el sector público para los empleados y los pensionados, añadió el sindicalista.

Recientes encuestas arrojaron que los griegos rechazan la ayuda externa al considerar que estará condicionada a una reducción salarial adicional del sector privado y de los funcionarios, un aumento de la edad de jubilación en dos años y despidos de empleados públicos.

Además, el ejecutivo tiene listo un proyecto para la privatización y semi privatización de empresas estatales, que le aportaría unos dos mil 500 millones de euros.

Según los analistas un país de la eurozona no debe depender del FMI, sin embargo, Bruselas no dudó en entregarle en bandeja de plata a Grecia para salvar la estabilidad monetaria del bloque y calmar a los mercados sin importarle las consecuencias.

Hoy la inquietud es mayor porque España, Portugal, Italia e Irlanda también tienen fuertes deudas y en los últimos años han sufrido pérdida de competitividad.

El escenario no puede ser más peligroso, en la medida que las consecuencias de la desocupación y el desplome del poder adquisitivo del salario se hagan sentir por toda Europa, la protesta bajará a la calle en cada vez más países para expresar el descontento.

El malestar social que generan la desocupación creciente y el deterioro de las condiciones salariales, así como la reducción de la capacidad de consumo, exacerbará el estado de frustración colectiva, provocará pérdida de confianza en los políticos y alimentará las huelgas y protestas sociales.

Dentro de ese cuadro, la Unión Europea ya encendió un alerta general para detener un proceso que los expertos proyectan como una luz roja para la futura gobernabilidad de la región.

UN TRIBUNAL ÉTICO CONDENÓ A LOS PERIODISTAS CÓMPLICES DE LA DICTADURA - Windows Live

UN TRIBUNAL ÉTICO CONDENÓ A LOS PERIODISTAS CÓMPLICES DE LA DICTADURA - Windows Live

viernes, 30 de abril de 2010

Libertad de expresión y usos políticos

Por Luis Bruschtein - http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-144923-2010-04-30.html

Cualquiera puede criticar a Hebe de Bonafini y Hebe de Bonafini también puede criticar a quien le parezca. Se puede estar de acuerdo con Hebe de Bonafini o pensar al revés que ella. Nadie está obligado a coincidir. Todos tienen la posibilidad de responder. Son aclaraciones obvias, casi elementales. Otra más: nadie va a ir preso por el juicio que hizo la Asociación de Madres de Plaza de Mayo; no se trata de un juicio penal que termina con una condena, no es una institución formal de la República. Se trata, y nadie lo oculta porque se hace con ese objetivo, de un acto político. Así lo tomará el público, las personas, la gente y así sacarán sus conclusiones.

Ninguno de los actos de Hebe de Bonafini a favor de los desocupados y piqueteros o de los cientos que ha convocado provocó tanto alboroto. La Asociación de Madres de Plaza de Mayo ha realizado otros juicios de este tipo, obviamente propagandísticos y políticos, a jueces o abogados y empresarios que colaboraron con la dictadura. Este que le hacen a periodistas no es el primero y, sin embargo, sí es el primero al que se lo escracha tanto públicamente.

La Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados, controlada por la oposición y cuyo principal mérito es oponerse a la ley de servicios audiovisuales, impulsó el repudio unánime de los diputados al acto de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo. Periodistas que viven de la libertad de expresión y una comisión legislativa que existe para preservarla, finalmente la terminan repudiando.

Es decir, la libertad de expresión es fantástica siempre que no afecte a los periodistas. En ese caso, la libertad de expresión afectaría a la libertad de expresión y hay que repudiarla. La libertad de expresión no somos los periodistas y menos las empresas que nos dan trabajo. Esa es una pequeñísima parte. Y una parte privilegiada en ese sentido, porque es la que tiene más recursos para expresarse y comunicar.

Esa confusión es peligrosa desde un punto de vista democrático y republicano. Y es más peligroso cuando los confundidos somos los periodistas y las empresas periodísticas. Los periodistas podemos ser criticados por cualquiera, incluso por otros periodistas.

Otra cosa son las amenazas anónimas o los actos de violencia. Eso no tiene nada que ver con la libertad de expresión. No es lo mismo el acto de Hebe de Bonafini que un cartel anónimo. Aunque el contenido sea similar (el cuestionamiento a algunos periodistas), en democracia el significado es totalmente opuesto. Uno es parte de la libertad de expresión (se coincida o no con él), pero lo anónimo y violento atenta contra ella. Por eso se equivocó el dictamen por mayoría de la Comisión de Diputados al mezclar todo. Porque de esa manera se corre el riesgo de montarse en una condena legítima y usarla para reprimir la expresión también legítima de otros ciudadanos con los que ellos disienten. Con lo que se podría llegar a un absurdo: la Comisión de Libertad de Expresión corre el riesgo de terminar coartando la Libertad de Expresión.

jueves, 29 de abril de 2010

LA VUELTA DE LA POLÍTICA - Windows Live

LA VUELTA DE LA POLÍTICA - Windows Live
Por Juan Manuel Fonrouge - http://www.revista2010.com.ar/editorial/LA-VUELTA-DE-LA-POLITICA.php

Grecia y la cuarta etapa de la crisis

Por Oscar Ugarteche - http://alainet.org/active/37700

Como hemos podido ver, la crisis estadounidense contagiada mundialmente tiene cuatro etapas.

Primero fue la crisis financiera que se inició en agosto de 2007 cuando Paribas y dos bancos alemanes anunciaron que ellos también tenían problemas con inversiones en bonos estadounidenses. Este fue el prolegómeno a lo que sería la brutal caída de las bolsas entre octubre del 2007 y septiembre del 2008 cuando se hizo público que las acciones bancarias no valían nada porque, entre otras cosas habían invertido en instrumentos basura emitidos por los propios bancos de inversión. Esto fue posible porque los bancos comerciales prestaron a personas sin calificación de riesgo y luego vendieron esos instrumentos a los bancos de inversión. Las empresas calificadoras de riesgo les dieron la luz vede para hacerlo porque son de propiedad de empresas que dan servicios a la banca. Esa etapa está hoy bajo investigación en el congreso de los Estados Unidos y no es muy distinta a otras crisis financieras en el mundo. Acabará con algunos banqueros en la cárcel y algunas nuevas regulaciones.

La segunda etapa se inició cuando los bancos comerciales tomaron nota que los otros bancos comerciales estaban en mala posición y que su exposición en las bolsas de valores podía ponerlas en riesgo. Esta es la etapa del credit crunch. El crédito se cerró y los mercados financieros de toda la noche se vieron devastados. Ningún banco estadounidense depositaba seriamente dinero de toda la noche en otro banco estadounidense o europeo. El efecto fue que el financiamiento del comercio se secó y se tropezó el comercio internacional hasta con un 30% de caída. Afectó inclusive el comercio intraregional sudamericano porque se efectúa mediante cartas de crédito confirmadas en dólares en Miami. De acá surgieron los pagos en moneda nacional de algunos países y las ideas sobre integración financiera avanzaron en distintas regiones del mundo.

La tercera fue en el 2009 cuando la recesión pegó como consecuencia de la caída del comercio. Para países donde hay relación entre el comercio y el crecimiento, que son los más industrializados el golpe fue evidente. En ese momento, marzo del 2009, estuvo claro que los países ricos estaban altamente endeudados y que estaban poniendo en marcha políticas contra cíclicas para salir adelante pero su espacio fiscal era mínimo. También se hizo evidente que los acreedores internacionales globales son las economías en desarrollo y que los grandes deudores son las economías maduras. El modelo económico global vigente llegó a su tope y las interrogantes de “¿Y ahora como seguimos?” se abrieron. Las monedas de las economías emergentes se fortalecieron como efecto de sus reservas crecientes y las monedas de economías de las economías más maduras se devaluaron fruto de sus déficit. El gran deficitario global es Estados Unidos lo que puso el papel del dólar en cuestión. Mas, tras el salvamento bancario de 700,000 millones de dólares sin respaldo, el presidente del Banco central estadounidense Ben Bernanke se ganó el apodo de “Helicóptero” porque tiraba dólares desde el cielo, decían los analistas.

La cuarta etapa iniciada con la crisis Griega hace algunos meses refleja el impacto diferido sobre los ingresos fiscales, llega la recesión. Es decir, un año se desacelera la tasa de crecimiento de la economía y al año siguiente, cuando se recuperan los impuestos directos, estos son menos de lo requerido para mantener el ritmo de gasto público. En la fase de crecimiento las economías tomaron prestado para acelerar el consumo interno – es el modelo económico vigente – y el sobre consumo llega al punto de tener que devolver lo que tomó prestado. La urgencia de políticas contra cíclicas acompaña a la escasez fiscal, acentuándose la recesión. Terminada la cuarta etapa recién se entra en el inicio de la salida de la crisis.

Todos los pronósticos son que las economías más maduras crecerán muy poquito en la década que se abre porque los consumidores sobre endeudados comenzaran a pagar lo que tomaron prestado para ese sobre consumo. Esto es más cierto para Estados Unidos que para Europa pero es cierto para ambos. En la lista de los sobre endeudados están además de Grecia, Portugal, España e Irlanda, Gran Bretaña, Estados Unidos y otros europeos.

La interesante y novedoso es que hay una especulación contra el euro desde la libra y desde el dólar. Si ganan, desaparece el euro, si pierden, se debatirá una nueva moneda de reserva con mas ahínco. La discusión ya está sobre la mesa. La L del PIB está en curso, parece que la W de las bolsas de valores también. Lo dicho, no hay auge de bolsas sin crecimiento económico. Vale la pena seguir el índice de la bolsa de Shangai para ver si los chinos también son arrastrados por el movimiento global de capitales o si sus controles de capital de corto plazo les llegan a proteger de estos vaivenes.

- Oscar Ugarteche, economista peruano, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Es presidente de ALAI e integrante del Observatorio Económico de América Latina (OBELA) www.obela.org

martes, 27 de abril de 2010

El equilibrio del mundo y la nueva integración latinoamericana

Andrés Mora Ramírez - http://alainet.org/active/37683
Impulsada por el ascenso de los sectores populares y nacionalistas latinoamericanos, e inspirada en el pensamiento martiano-bolivariano, el ALBA es la iniciativa que más lejos ha llevado las posibilidades de construir otros espacios de integración, para alcanzar “el equilibrio del mundo”, tarea que exige, primero, subvertir y transformar el orden económico y social existente.


Las celebraciones del bicentenario del inicio de las luchas emancipadoras en América Latina traen consigo reflexiones y revisiones críticas sobre las historias, culturas y procesos políticos que dieron origen a nuestras naciones. Al mismo tiempo, nos invitan a mirar y evaluar el estado de ese largo camino de realización del horizonte utópico que José Martí proyectó, cuando aseguró que la segunda y definitiva independencia antillano-latinoamericana era condición ineludible para alcanzar el equilibrio del mundo[1]. Es decir, un nuevo orden en las relaciones internacionales, como aún no lo ha conocido la civilización moderna.

Son diversos los escenarios y coyunturas en los que Martí va dándole forma a esta idea, pero en lo común de este proceso de maduración de su pensamiento, se encuentra la preocupación, creciente sobre todo a partir de 1889, tras su participación en el Congreso de Washington, por la unidad de los pueblos de nuestra América frente al naciente imperialismo estadounidense, que amenazaba con caer “con esa fuerza más, sobre nuestra tierras americanas”[2].

No es casual que más de un siglo después, Martí y sus ideas conserven su vigencia. Las amenazas y desafíos siguen siendo, en buena medida, aquellos que conoció y avizoró el prócer cubano: el dilema -ahora renovado- entre el unionismo latinoamericano y el neopanamericanismo imperial, y la tarea pendiente de completar el desarrollo económico, social, cultural y ambientalmente sostenible de nuestras “repúblicas dolorosas de América”[3].

La idea de la unidad posible de América Latina, entonces, debe ser vista como uno de los ejes articuladores de la construcción de nuestras identidades culturales y de las luchas de liberación de los pueblos latinoamericanos, tanto en sus triunfos como en sus derrotas, en un itinerario liberador que nos lleva de los proyectos político-militares de Bernardo de Monteagudo, Simón Bolívar y Francisco Morazán, en la primera mitad del siglo XIX; al Martí que, hacia fines de esa centuria, despliega sus mejores armas intelectuales para impulsar la tesis –complementaria de las de sus antecesores- de la unidad latinoamericana sustentada en el desarrollo de la cultura y el antiimperialismo. En el siglo XX, esta herencia unionista y antiimperialista será retomada por Augusto Cesar Sandino en Nicaragua, quien escribe en 1929 el Plan de realización del supremo sueño de Bolívar, y por supuesto, por la onda expansiva de la Revolución Cubana, que alcanza a las actuales Revoluciones Andinas del siglo XXI.

Es desde esta perspectiva histórica que consideramos que las actuales iniciativas de integración latinoamericana, como el ALBA, la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la futura Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), con sus diferencias evidentes pero también con sus muchas coincidencias, constituyen el paso más importante que se ha dado, durante las últimas décadas, en la ruta de la construcción de un nuevo orden internacional más justo, y que se va expresando, poco a poco, en la conformación de una arquitectura del poder hemisférico y global distinta a la que fue hegemónica hasta finales del siglo XX.

Esta nueva integración de nuestra América tiene tres rasgos fundamentales: el primero, su carácter posneoliberal, porque surge en el contexto de lo que Ana Esther Ceceña llama un “posneoliberalismo nacional alternativo”[4], a saber, el conjunto de políticas de superación del paradigma neoliberal y de creación del poder participativo que se impulsan, sobre todo, desde Venezuela, Bolivia y Ecuador. El segundo, se trata de una integración independiente, porque se construye sobre la base de procesos de recuperación de la soberanía popular, nacional, energética, territorial. Así, se desmarca de la influencia y el poder que ejercieron los organismos internacionales y los EE.UU. hasta finales del siglo XX[5]. Y finalmente, es multidimensional[6], porque además de lo económico, incorpora aspectos esenciales de la vida social como la cultura, la educación, el deporte, la salud, la comunicación social y los derechos humanos en un sentido amplio.

En este marco, impulsada por el ascenso de los sectores populares y nacionalistas latinoamericanos e inspirada en el pensamiento martiano-bolivariano, el ALBA es la iniciativa que más lejos ha llevado las posibilidades de construir otros espacios de integración, regidos por una lógica solidaria, que ensaya alternativas al capitalismo y que procura forjar “el equilibrio del mundo”, tarea que exige, primero, subvertir y transformar el orden económico y social existente.

El Manifiesto Bicentenario de Caracas, consolidando la Nueva Independencia que se aprobó en la cumbre extraordinaria del ALBA, celebrada en Caracas el pasado lunes 19 de abril, entre muchos apartados importantes, resalta precisamente la manera en que este espacio de integración “se ha convertido en un elemento cohesionador y dinamizador para avanzar, en las actuales circunstancias históricas, hacia el objetivo superior que constituye el Sueño Bolivariano de crear la más grande República que haya existido y la unidad regional. Desde su nacimiento en el año 2004, en sus conceptos y sus prácticas, el ALBA ha constituido una alternativa a los esquemas de integración neoliberales y fundamentalmente el proyecto económico imperial del ALCA, un espacio de respuesta y protección efectiva ante las crisis energética, financiera, alimentaria y social desencadenadas por el capitalismo globalizado que hoy amenaza la existencia de la Madre Tierra y la supervivencia de la humanidad”.

A pesar de las maniobras desestabilizadoras de sus poderosos enemigos, y aún con los inevitables contratiempos que supone la construcción de una alternativa sobre la marcha y contra el tiempo, el ALBA representa hoy la avanzada de la unidad e integración latinoamericana que, al desafiar la lógica ortodoxa del capitalismo neoliberal, señala un camino posible para la sobrevivencia de la especie humana.

- Andrés Mora Ramírez / AUNA-Costa Rica http://connuestraamerica.blogspot.com/2010/04/el-equilibrio-del-mundo-y-la-nueva.html

Notas
[1] Martí, José (1894). “El tercer año del Partido Revolucionario Cubano”, en Hart Dávalos, Armando (editor) (2000). José Martí y el equilibrio del mundo. México DF: Fondo de Cultura Económica. Pág.240.

[2] Martí, José (1895). “A Manuel Mercado”, en Hart Dávalos, op.cit. Pág 276.

[3] Martí, José (1891). “Nuestra América”, en Hart Dávalos, op.cit. Pág 204.

[4] Ceceña, Ana Esther (2008). “El posneoliberalismo y sus bifurcaciones”. Observatorio Latinoamericano de Geopolítica. Diciembre. Disponible en: www.geopolitica.ws

[5] Regueiro Bello, Lourdes (2008) Los TLC en la perspectiva de la acumulación estadounidense. Visiones desde el Mercosur y el ALBA. - 1a ed. - Buenos Aires: Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales - CLACSO. Pp. 261-288.

[6] Suárez Salazar, Luis (2008). “La integración independiente y multidimensional de Nuestra América: una mirada desde lo mejor del pensamiento sociológico”, en revista Política Exterior y Soberanía, año 3, nº 2, abril-junio. Caracas: Instituto de Altos Estudios Diplomáticos Pedro Gual. Pp. 21-26.

La Iglesia Católica debería pedir diferentes “Mea Culpa”

Por Héctor A. Torres Rojas - http://alainet.org/active/37630

La Iglesia Católica, como Institución Eclesiástica, debería pedir diferentes “Mea Culpa” por tanta humillación a la Iglesia como Pueblo de Dios y también a los no creyentes

Con motivo de los escándalos causados por los sacerdotes católicos y pederastas, se han levantado voces exigiendo que la Iglesia Católica, por voz del Papa pida abiertamente perdón, con un leguaje claro, directo, sin miedo, sin dar rodeos en el vocabulario, como es tan frecuente en los documentos y discursos del Papa y de los monseñores del Vaticano.

La Iglesia Católica, convertida en un Sistema Eclesiástico, monárquico, autoritario, vertical, inquisidor, legalista y leguleyo, burocrático… está en mora de pedir varios o muchos perdones, por tantas heridas abiertas, por tantas llagas que no han sido curadas, por tanto mal que causó a millones de personas, a lo largo de la historia, y que sigue causando en nuestros días.

Esos “Mea culpa” deben comenzar desde el momento en que la Iglesia se alía con el Imperio Romano, y los dos imponen su “Ley”, sin contemplaciones. En la medida en que el Imperio Romano desaparece, se va construyendo el Imperio Eclesiástico.

La Institución eclesiástica debe pedir perdón, entre otros, por los siguientes pecados:

1. Por haber impuesto el Evangelio y el bautismo por decreto, con el apoyo del brazo secular. Eso fue un atropello para diferentes pueblos, comenzando por el pueblo romano, sin olvidar “el requerimiento” a los pueblos aborígenes de Abya Ayala.

Jesús no presionó ni castigó ni puso en la picota pública a nadie por no aceptar su predicación y mensaje.

2. Por imponer castigo a quienes no aceptaran y practicasen los ritos que la Iglesia impuso de manera obligatoria, por ejemplo, la Pascua, la comunión frecuente, la confesión individual, el matrimonio, la misa dominical y en días festivos…

3. Por la concepción misma de pecado y la clasificación de los pecados: mortal, venial, perdón reservado al Papa, perdón reservado a los obispos… Por la predicación tenebrosa del diablo y del infierno y sus castigos que tantas angustias produjo y produce en los fieles

4. Por coartar, por siglos, la libertad de pensamiento, opinión, escritura, expresión, reunión… , que significó la persecución crónica a pensadores, teólogos, escritores, predicadores, etc., que pusieron o ponen en tela de juicio la teología oficial, es decir, la del Papa y su Curia, como la única teología de la Iglesia. Tampoco las mujeres pensantes han escapado a esa persecución.

5. Por la persecución y castigo de los llamados herejes, a lo largo de la historia,

porque tenían otra manera de hacer teología, de pensar, de opinar, de escribir, de

predicar. Esta persecución continúa en nuestros días. Primó la represión y no el diálogo.

Bajo los Pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI han sido llamados a juicio y/o castigados, más de doscientas personas, de todos los continentes, por su libertad de construir teología. Ratzinger ha sido el Gran Inquisidor de los tiempos actuales. Estos dos papas se ganan el primer premio en represión eclesiástica.

7. Por la acumulación inaudita de inmensas riquezas desde las donaciones de los emperadores romanos hasta nuestro días.Tierras-latifundios, ganados, esclavos, edificios suntuosos, acciones en fábricas y empresas…

Por la acumulación y concentración de tierras en los llamados Estados Pontificios, diócesis, parroquias y comunidades religiosas.

8. Por perseguir enjuiciar, castigar y hasta asesinar a quienes pusieron en tela de juicio el sistema de riquezas, particularmente desde la Edad Media: Pobres de Lyón, Valdenses, corrientes tipo franciscano, albigenses… Sistema de riqueza contra el cual levantaron todavía la voz diferentes obispos durante el Concilio Vaticano II, donde se planteó la Iglesia Pobre y la Iglesia de los Pobres.

9. Por las alianzas con los poderosos de este mundo. Con el poder político, con el

poder económico y con el poder militar y con los sectores más conservadores, también a lo largo de la historia hasta nuestros días. Por el apoyo directo e indirecto a las dictaduras militares en América Latina, en los años sesenta-setenta- ochenta del Siglo XX. Hubo nuncios que apoyaron las dictaduras.

10. Por las guerras que desató, las guerras que apoyó, y por las múltiples violencias y

miles de muertos que produjeron esas guerras.

11. Por la defensa de las monarquías como forma de gobierno de Derecho Divino, y

peor aún, por el apoyo a las monarquías absolutistas y la negación de la democracia.

“Con razón”, el pontificado ha sido y es una monarquía todavía. El papa tiene todos los poderes en la Institución Eclesiástica: enseña, gobierna, enjuicia y castiga.

En el caso de América Latina, hasta el año de 1837 los papas y el Vaticano seguían en contra de la Independencia. Por las excomuniones que sufrieron todos los independentistas, comenzando por Bolívar.

12. Por la creación del Estado del Vaticano, que es una aberración evangélica. No es una necesidad de los tiempos sino una contradicción con relación a la vida y a la manera de actuar de Jesús de Nazaret.

Y por la creación de este “sistema eclesiástico”, vertical, monárquico, clerical, autoritario, centralizador, inquisidor, ritualista, legalista, promotor de la milagrería… Sistema que se auto reproduce a partir de favoritismos y amiguismos episcopales y cardenalicios. Es un “nepotismo” no de sangre sino de “buenas relaciones” dentro de ese sistema, para dominar al Pueblo de Dios.

13. Por las teologías construidas contra diferentes sectores sociales:

Las mujeres y el antifeminismo clerical; el sostenimiento de la esclavitud y el mercado de millones de personas negras; el racismo contra los y las indígenas, que colaboró en el exterminio de millones de aborígenes; la homofobia contra los homosexuales y las lesbianas; el odio contra la población judía que terminó en el holocausto…

Por la pseudo teología sobre las cuestiones sexuales que tanto martirizó y martiriza.

14. Por los abusos cometidos contra esos sectores sociales

La expropiación y robo de las tierras de los indígenas, hecha por el papa Alejandro VI, en 1593, para regalarlas a las coronas de España y Portugal. Ese robo no ha sido restituido. Todavía en teología, todo robo es un pecado.

Por haber excluido a los indígenas durante varios siglos del sacerdocio y del episcopado.

Por la compra-venta de esclavos por papas, obispos, sacerdotes y comunidades religiosas y por haber negado a la población negra el acceso al sacerdocio y al episcopado.

Por dejar a las mujeres por fuera del sacerdocio, del episcopado y otras responsabilidades eclesiales y eclesiásticas.

Por oponerse a la autodeterminación de las mujeres en todo lo que tiene que ver con la salud sexual y reproductiva de las mismas y los temas pertinentes.

No es casual que El Vaticano haga causa común con los delegados de los gobiernos conservadores islamistas, en los debates relacionados con las mujeres, las cuestiones sexuales y la homosexualidad, en los espacios de la ONU, para oponerse a los cambios que estos tiempos exigen.

Por la pederastia y por el abuso sexual de niñas y mujeres, de parte de muchos sacerdotes, de cuyas relaciones han nacido hijos e hijas.

Por la cantidad de excomuniones lanzadas de manera injusta, a lo largo de los siglos.

Por la presión religiosa, social y sicológica que ejercen los párrocos y sacerdotes, todavía, contra personas y parejas por su estilo de vida. Por ejemplo, el no respeto a la unión libre, al matrimonio civil, al divorcio…

15. Por la creación del Índice o catálogo de libros prohibidos de leer, es decir, por considerar a los creyentes como personas inmaduras, incapaces de tener juicio personal e individual.

16. Por la negación de las ciencias exactas y el castigo a sus promotores. El caso Galileo como símbolo. En estos años levantan la voz contra investigaciones que tienen que ver con las ciencias biológicas, en el campo humano.

17. Por la elaboración y proclamación del Syllabus, en 1864, texto-catálogo que enumera y condena las llamadas ideas modernistas: democracia, libertad de conciencia, libertad de prensa, libertad de opinión, libertad de expresión, libertad de culto…

18. Por auto considerarse la poseedora de la Verdad, y sentar cátedra sobre todo lo divino y todo lo humano. Se puede hablar de un imperialismo teológico, desde El Vaticano. La autoridad eclesiástica piensa que si no da su punto de vista sobre todas las cosas, la humanidad se va por el mal camino. Y sobre todo cuando este derecho se lo toman el Papa y unos pocos eclesiásticos, en el Vaticano, sin consultar con el conjunto del Pueblo de Dios.

Nota importante. Las Iglesias Protestantes también tienen responsabilidades históricas por las cuales deben pedir perdón, porque en diferentes cuestiones obraron de la misma manera que la Iglesia Católica. Y también las Iglesias Evangélicas que aunque recientes, también imponen una teología y unas prohibiciones muy poco evangélicas. Además se inventaron la teología de la prosperidad y la insistencia excesiva y enfermiza en los diezmos y primicias, para acumular riquezas y el milagrismo. Jesús de Nazaret nunca predicó diezmos y primicias, ni para él, ni para los apóstoles. La Iglesia primitiva no acumuló riquezas.

- Héctor A. Torres Rojas, colombiano, es licenciado en teología y sociología. Dirigió dos revistas de circulación nacional e internacional: Solidaridad, Aportes Cristianos para la Liberación (1979-1991) y Utopías, Presencia Cristiana por la Vida” (1992-2003). utopias@colnodo.apc.org

lunes, 26 de abril de 2010

Ocho ... Siete ... Seis ...

Por Marcelo J. García - Para el Herald - http://www.buenosairesherald.com/BreakingNews/View/31545

No se puede entender la política en la Argentina de hoy, si usted no entiende los medios de comunicación. Y un buen lugar para comenzar un curso intensivo de medios de comunicación y la política es el programa de televisión más controvertidos de la hora. Se llama Seis, Siete, Ocho.

Seis, Siete, Ocho (6,7,8) se transmite por la televisión estatal en horario estelar transmitido todas las noches. Una idea sencilla: cinco personas y dos huéspedes se sientan a una mesa para comentar la forma en que se llevó la noticia por los medios de comunicación. Es el fronline de la guerra del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en Clarín, gigante de medios del país. 6,7,8, trata a los periodistas y medios de comunicación como actores políticos de pie en pie de igualdad con los políticos de la oposición.

Habiendo periodistas hablando de compañeros periodistas en la televisión de horario estelar es noticia. La gran prensa y los periodistas más han sido una vaca sagrada en la Argentina desde la restauración de la democracia año 1983. Como la mayoría de las instituciones y las empresas cayó en el lado equivocado de la estima del público por una suma de las recurrentes crisis económicas y políticas, la reputación de los medios de comunicación lograron sobrevivir prácticamente ileso. 6,7,8 está haciendo lo que nunca se hizo antes: que muestra descaradamente presuntas intenciones políticas detrás de las compañías de medios y algunos de los principales periodistas que trabajan para ellos.

Tal vez no parezca emocionante, pero el resultado, al menos desde un punto de vista de la televisión, es bastante entretenido. 6,7,8 no es muy popular en calificaciones sabio. Unas 170.000 personas verlo todas las noches, que está muy por encima del estatal Canal 7 de promedio, pero menos de la mitad de la gente que compra Clarín todas las mañanas y menos de un tercio de los espectadores de Canal del Grupo Clarín 13 por la noche noticiero Telenoche. Pero es más, comentó que vio a su público y pro-activa ha organizado dos manifestaciones a través de Facebook en defensa de la administración Fernández de Kirchner y su proceso de reforma de los medios.

Si las intenciones del programa sombra atribuye a algunos periodistas son verdaderas o no, parece que algunas personas por ahí están dispuestos a dar por un hecho. Un espectáculo como el 6,7,8 es técnicamente no más de una honda contra el establecimiento de medios de mamut. Los críticos acusan a la demostración de valor de la propaganda del gobierno barato y de haber lanzado una bruja virtual cacería contra los periodistas críticos. Algunos incluso lo han comparado con el Canal 7 de la cobertura de noticias durante la guerra de 1982 Malvinas contra Gran Bretaña, más recordado por su "Estamos ganando" línea. Pero esas comparaciones son tan falaces como los argumentos en favor de los incondicionales del gobierno. El exceso de reacción de los medios de comunicación y los propietarios de peces gordos periodística sólo es contraproducente.

6,7,8 es una mancha más para una vida pública que se ha visto gravemente torcida desde que el Congreso aprobó el año pasado la legislación de los nuevos medios en una guerra relámpago legislativa patrocinada por el gobierno. Los medios de comunicación, especialmente el diario Clarín a través de su posición dominante en el mercado de los medios, parece a punto de romper todas las reglas de la decencia periodista y ha convertido a todas las páginas de su diario de espesor en un editorial contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. El gobierno y algunos de sus seguidores reaccionan con el lanzamiento de ataques contra Clarín en todos los frentes, como si sus vidas dependieran de ello. La última batalla incluye la aparición de carteles anónimos con instantáneas de conocidos periodistas que trabajan para Clarín y el cuestionamiento de su "independencia". La reacción más de un incidente menor para una guerra de esas proporciones fue, de nuevo, irracional: El gobierno mantiene en silencio durante días hasta que ayer, los señores medios de comunicación ha exagerado su papel de víctimas.

Los golpes innecesarios volar en ambas direcciones sólo se esconde el verdadero debate, que es cuando y cómo la nueva Ley de Medios entrará en vigor. El proyecto de ley es una letra pequeña de la legislación, descrito por un enviado de la ONU como "la más avanzada en el continente y un ejemplo para el mundo entero." Impulso político para el proyecto de ley para ser eficaz es anterior a los Kirchner y sobrevivirá probablemente sea su sistema político declive. El proyecto de ley está ahora enredado en los tribunales por un tecnicismo legislativa presentada por un diputado de la oposición. La paradoja es que la oposición pudiera tener más influencia en la gestión diaria de los medios estatales como Canal 7 fueron las reforma de los medios efectivamente realizados (conforme al artículo 132 de la nueva ley).

periodistas individuales están atrapados en una lucha que va mucho más allá de ellas. Algunos son convincentes como la que desempeñen su papel como partidarios del gobierno o de los críticos, otros miran como peones en la de otro juego. La cuenta atrás para la credibilidad, mientras tanto, se mueve rápido, como lo muestra una encuesta de noviembre por la asociación de periodistas FOPEA: el 51 por ciento del público cree que los periodistas están más cerca del establecimiento de las personas (frente al 32 por ciento que dice lo contrario), y 49 por ciento cree que la información está controlada por los magnates de medios (frente al 12 por ciento que cree que la información es en realidad en manos de los periodistas).

6,7,8 no tiene la culpa de que, al menos no el único culpable. Por favor s 6,7,8 ', se podría decir que hace aproximadamente una década, el prime time de la televisión estatal presentó damas semidesnudas y concursos división de manzana. Al menos hoy, los defectos incluidos, la palabra política es omnipresente.

Marcelo García, un ex empleado del Herald, es licenciado en Ciencias de la Información (Universidad de Buenos Aires).

domingo, 25 de abril de 2010

El auge del ciudadano “apolítico” (Sergio)

El auge del ciudadano “apolítico” (Sergio)

El periodista, la objetividad y el compromiso

por Pascual Serrano - http://laventana.casa.cult.cu/modules.php?name=News&file=article&sid=5455

Los teóricos neoliberales centran su análisis sobre la información en la necesidad de elementos como la imparcialidad, la objetividad, la independencia, la neutralidad... El ejemplo más claro de que, en términos absolutos, no existe la neutralidad informativa se evidencia desde el momento en que se elige lo que es noticia[1]. Cuando un periódico selecciona como noticia principal de portada la concesión de un Oscar en Hollywood o un informe de Amnistía Internacional, está tomando una posición editorial determinada. Ya dijo Ryszard Zapuściński que no puede ser corresponsal quien “cree en la objetividad de la información, cuando el único informe posible siempre resulta personal y provisional”.[2]

Algo similar podríamos decir del concepto de equilibrio informativo. El veterano periodista experto en Oriente Medio Robert Fisk criticó ese falso discurso del equilibrio y afirmó que “los periodistas deberíamos estar del lado de quienes sufren. Si habláramos del comercio de esclavos en el siglo XVIII, no le daríamos igualdad de tiempo al capitán del navío de esclavos en nuestros reportes. Si cubriéramos la liberación de un campo de concentración nazi, no le daríamos igualdad de tiempo al vocero de las SS”.[3]
José Ignacio López Vigil ha dedicado toda su vida al periodismo comunitario en América Latina, al lado de la gente pobre y sencilla. Él también reivindica el compromiso frente a las injusticias:
Frente a un panorama tan cruel, ninguna persona sensible, con entrañas, puede permanecer indiferente. Es hora de poner todos nuestros esfuerzos personales, toda nuestra creatividad, para mejorar esta situación. No caben mirones cuando está en juego la vida de la mayoría de nuestros congéneres, incluida la del único planeta donde podemos vivirla.[4]
López Vigil va todavía más lejos:
Ni el arte por el arte, ni la información por la información. Buscamos informar para inconformar, para sacudir las comodidades de aquéllos a quienes les sobra y para remover la pasividad de aquéllos a quienes les falta. Las noticias, bien trabajadas, aún sin opinión explícita, sensibilizan sobre estos graves problemas y mueven voluntades para resolverlos.[5]
No faltan periodistas jóvenes de última generación que también reniegan del mito de la equidistancia, como Olga Rodríguez, curtida en los conflictos de Oriente Medio:
huyo de la equidistancia porque creo que es una trampa: no se puede tratar igual al que bombardea que al que es bombardeado, al invasor que al invadido, al opresor que al oprimido... Vivimos en un mundo plagado de desigualdades, injusticias y desequilibrios y creo que una de las misiones de los periodistas es buscar que la balanza se equilibre.[6]
Decía el poeta español Gabriel Celaya, “maldigo al poeta que no toma partido”, y hoy el recién fallecido ensayista estadounidense Howard Zinn afirma que “no se puede ser neutral viajando en un tren en marcha que se dirige a un despeñadero”.
El historiador Paul Preston recoge en su libro Idealistas bajo las balas, el sentimiento que vivieron los corresponsales de prensa extranjeros destinados en España durante la guerra civil[7]. Según Preston,
no se trataba sólo de describir lo que presenciaban. Muchos de ellos reflexionaban sobre las consecuencias que tendría para el resto del mundo lo que sucedía entonces en España. (…) se vieron empujados por la indignación a escribir en favor de la causa republicana, algunos a ejercer presión en sus respectivos países y, en unos pocos casos, a tomar las armas para defender la República.
Preston deja bien claro que ese activismo no fue “en detrimento de la fidelidad y la sinceridad de su quehacer informativo. De hecho, algunos de los corresponsales más comprometidos redactaron varios de los reportajes de guerra más precisos e imperecederos”.[8]
La percepción del periodismo como un compromiso con los oprimidos ha inspirado a lo más valioso de nuestra profesión, quienes, a diferencia del hipócrita discurso dominante actual, han reivindicado esa responsabilidad. Desde el cubano Pablo de la Torriente Brau al británico Robert Fisk o el franco-español Ignacio Ramonet. Recordemos que iniciativas tan justas y loables como la creación de un impuesto para las transacciones financieras especulativas (la Tasa Tobin), el apoyo a los Foros Sociales Mundiales o el combate al Acuerdo Multinacional de Inversiones (AMI) surgieron en medios de comunicación de indiscutible prestigio como Le Monde Diplomatique.
También lo han entendido así muchos fotoperiodistas profesionales: “Me molestan ciertas etiquetas, como cuando me dicen que soy un periodista solidario. Para mí el periodismo es compromiso”[9], afirmó el fotógrafo Gervasio Sánchez, Premio Nacional de Fotografía en España. El fotoperiodista todavía va más lejos: “Si yo fuera alguna vez decano de una facultad de Periodismo eliminaría una palabra: 'objetividad', la quitaría, rechazaría y quemaría”.[10]
El periodista siempre tendrá la tentación de dejarse llevar por los oropeles palaciegos, bien por razones económicas, por sumisión al poder, o simplemente por la tendencia a considerar más veraz y valiosa la información solo porque procede de la moqueta y el esplendor de los centros del poder. Pero hay que recordar que tenemos una obligación social, un compromiso, una especie de juramento hipocrático que consiste en sacar a la luz, en informar sobre tantas y tantas luchas de hombres y mujeres que combaten por su supervivencia y dignidad.
Como dice Kapuscinski en su obra El Sha, debemos reivindicar “las palabras que circulan libremente, palabras clandestinas, rebeldes, palabras que no van vestidas de uniforme de gala, desprovistas del sello oficial”.
Por eso, cuando en una guerra un jefe militar nos anuncie una liberación, le preguntaremos a la señora que salió a comprar el pan en la zona recién liberada; mientras el ministro nos esté enseñando el nuevo hospital inaugurado, acercaremos el micrófono al anciano que se encuentra en la sala de espera, y durante la pomposa inauguración de la industria de vanguardia tecnológica interrogaremos al obrero por su paga.
Tal como sucedió a los periodistas decentes que cubrieron la guerra civil en España, es necesario sentir en la piel el destino de los desfavorecidos para comprender cuál es el lugar del periodista.
El verdadero periodismo es intencional, a saber: aquel que se fija un objetivo y que intenta provocar algún tipo de cambio. No hay otro periodismo posible. Hablo, obviamente, del buen periodista. Si leéis los escritos de los mejores periodistas —las obras de Mark Twain, de Ernest Hemingway, de Gabriel García Márquez—, comprobaréis que se trata siempre de periodismo intencional.[11]
El discurso de la neutralidad se utiliza inteligentemente desde los medios de comunicación neoliberales. Basta con observar los nombres con los que gustan denominarse en sus cabeceras: El Imparcial, Informaciones, ABC, La Nación, El Mundo, El País, La Razón. Todos son asépticos y neutrales, como desean que creamos que son sus contenidos. Su celo por aparentar ausencia de ideología les lleva incluso a prohibir a sus periodistas que tengan ideas hasta fuera de la redacción, en su vida privada.
La ciudadanía se indigna ante cualquier intento de dirigismo político e ideológico. Sabedores de eso, la estrategia actual de los medios es disimular a toda costa la intencionalidad para que pase inadvertida a las audiencias y pueda ser efectiva. El objetivo es proporcionar (u ocultar) al lector, oyente o espectador determinados elementos de contexto, antecedentes, silenciamientos o métodos discursivos (en el caso de los medios audiovisuales las posibilidades son infinitas) para que llegue a una conclusión y posición ideológica determinadas, pero con la percepción que es el resultado de su capacidad deductiva y no del dirigismo del medio de comunicación. De ahí la importancia de denunciar las falsas objetividades y neutralidades para dignificar un periodismo de principios y valores.
Los grandes medios comerciales hablan de neutralidad periodística mientras tienen periodistas empotrados entre las filas del ejército estadounidense en Iraq, de pluralidad informativa cuando sus redactores no salen de la sala de prensa de la Casa Blanca y nunca han visitado un suburbio de Washington o Nueva York, de imparcialidad mientras siguen estigmatizando en sus informaciones a los gobiernos que cometen el delito de recuperar sus recursos naturales de las manos de transnacionales. Alardean de objetividad, pero sus páginas y espacios informativos se reservan al oropel, el lujo y el glamour de famosos y grandes fortunas que identifican de esta forma como modelos a admirar.
No es verdad que los medios de comunicación comerciales sean soportes neutrales de información. Ellos militan y hacen apología de un modelo económico concreto en el que se desenvuelven y del que obtienen beneficios, bien para su propia empresa o para la casa matriz accionista.
Frente a ello, no se trata de que desde el compromiso del periodista el periodismo se convierta en panfleto: la ciudadanía rechaza los intentos de un periodismo militante que no aporta rigor ni información contrastada y sólo incluye ideología. Lo que reivindicamos es la recuperación de la dignidad y el servicio a la comunidad, a la justicia social, a la soberanía de los pueblos y a las libertades. No será periodismo si no se hace así, como no es medicina curar solo a quienes tienen dinero para pagarla.
No se debe confundir periodismo comprometido con servir incondicionalmente a un partido político o a un gobierno con el que se simpatiza. El compromiso es con unos principios y unos valores, no con unas siglas o un determinado órgano de poder. Y, sobre todo, dar la voz a quienes tantas veces tiene vetado el acceso a los medios de comunicación.
La escritora Elena Poniatowska en su libro La noche de Tlatelolco,[12] recogió la masacre de cientos de estudiantes que protestaban en la plaza de ese mismo nombre, en la ciudad de México, el 2 de octubre de 1968. Para ello se dedicó a transcribir textualmente los testimonios de los afectados y ordenados cronológicamente. Sin duda se trata de un periodismo incompleto —hay elementos y datos que no se pueden ofrecer mediante testimonios—, pero es un ejercicio magnífico de dar la voz a la gente.
En muchos foros los profesionales insisten en que su capacidad de maniobra para practicar un periodismo comprometido con valores distintos de los impuestos por el mercado es muy limitada. Es verdad, pero es imprescindible que todo periodista ponga al servicio de esos ideales sus conocimientos y su trabajo si quiere que la decencia sea emblema e insignia de su vida y su profesión, y probablemente deba ser fuera de su puesto de trabajo en un medio de comunicación comercial.
No se trata de militancia, sino de de decencia. La decencia es lo que diferencia al biólogo que trabaja para una gran empresa de transgénicos o para una organización ecologista, al abogado que defiende los intereses de una multinacional o los de los trabajadores que exigen un sueldo justo, al militar que dispara contra el pueblo refugiándose en órdenes de superiores o al que combate al lado de la gente. Ninguno de ellos puede ser neutral, ni imparcial, ni objetivo.


NOTAS

[1] Ver capítulo “Así funciona el modelo” en Serrano, Pascual. Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo. Península. Barcelona, junio 2009.
[2] Ryszard Zapuściński. Los cínicos no sirven para este oficio. Sobre el buen periodismo. Anagrama. Barcelona 2002. pág. 21.
[3] Fisk, Robert. “Tediosas comparaciones sobre Oriente Medio”. La Jornada. 13-1-2009 http://www.jornada.unam.mx/2009/01/13/index.php?section=opinion&article=024a1mun
[4] López Vigil, José Ignacio. Manual urgente para radialistas apasionadas y apasionados. Ministerio de Información y Comunicación de Venezuela. 2005
[5] Ibídem
[6] Muñoz, S. Entrevista en la revista Paisajes. Noviembre 2009
[7] Preston, Paul. Idealistas bajo las balas. Corresponsales extranjeros en la guerra de España. DeBolsillo 2008
[8] Ibídem. pp. 16 y 17
[9] Público. 7-11-2009
[10] Declaraciones a CNN + 8-11-2009
[11] Ryszard Zapuściński. Los cínicos no sirven para este oficio. Sobre el buen periodismo. Anagrama. Barcelona 2002. pp. 38 y 39
[12] Elena Poniatowska. La noche de Tlatelolco. Editorial Era, 2007

Tomado de Le Monde diplomatique

sábado, 24 de abril de 2010

Pedofilia y poder sagrado - Windows Live

Pedofilia y poder sagrado - Windows Live: 
Un hecho revelador es confrontar la actitud de la Iglesia frente a la pedofilia y la actitud radicalmente diferente de la misma Iglesia frente a la Teología de la Liberación.

viernes, 23 de abril de 2010

Construir desde abajo para que escuchen los de arriba

Vinicius Mansur- http://alainet.org/active/37580
Con esta frase, el Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, David Choquehuanca, resumió la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambios Climáticos (CMPCC, por su sigla en español), clausurada en un acto este jueves (22), con la presencia de Evo Morales y Hugo Chávez.
 
El estadio Félix Capriles, en la ciudad de Cochabamba, Bolivia, fue completamente ocupado en la tarde de este jueves (22) para la clausura de la CMPCC. “Este es un proceso que viene de abajo, viene de abajo para compartir con los que están arriba, para que nos escuchen”, afirmó David Choquehuanca el último día de la Conferencia.
 
Según el ministro, el proceso de elaboración de la CMPCC comenzó con debates virtuales que reunieron a cerca de cinco mil personas, culminando en un evento de 35.151 inscritos, llegados de 142 países.
 
En su discurso, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, resaltó que, a diferencia de Copenhague, donde manifestantes fueron reprimidos, en Cochabamba el debate se realizó a puertas abiertas: “Eso si es democracia, democracia popular, no es la dictadura del Imperio”. Por su lado, el presidente de Bolivia, Evo Morales, envió un mensaje a las Naciones Unidas: “ONU, si no quiere perder autoridad, que apliquen las conclusiones de esta conferencia, definidas por los pueblos”.
 
Morales afirmó que las definiciones tomadas en la CMPCC son “un nuevo paradigma planetario para salvar a la humanidad” y que serán llevadas a la próxima conferencia de la ONU sobre cambios climáticos, en Cancún, México, en diciembre. “Si en México no escuchan la demanda de los pueblos, si no respetan el Protocolo de Kioto, entraremos contra ellos en la Corte Internacional. Solo nos respetarán si luchamos por penalidades para los países desarrollados”, amenazó.
 
El presidente boliviano destacó el hecho de que una enorme cantidad de personas, de distintas culturas y orientaciones políticas, tuviera un buen grado de consenso en la conferencia y una de ellas es que “el gran enemigo es el capitalismo”. Chávez ya había enfatizado que “el verdadero camino para salir del caos es construir el socialismo”. Después de preguntar al estadio a quién le gustaría ir a Cancún, Chávez dijo a Morales que sus gobiernos deberían facilitar la participación de los movimientos sociales.
 
Conclusiones de la conferencia
 
La carta final elaborada por la CMPCC, denominada  “Acuerdo de los Pueblos”, reúne los consensos adoptados en las 17 mesas de trabajo y  fue leída en el acto de clausura, conteniendo duras críticas al capitalismo. “Bajo el capitalismo, la Madre Tierra se convierte en fuente sólo de materias primas y los seres humanos en medios de producción y consumidores, en personas que valen por lo que tienen y no por lo que son.” (Vea debajo el texto completo en español).
 
La clausura de la CMPCC se realizó justamente el día 22 de abril, considerado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como el día de la Madre Tierra, desde el año pasado, a pedido de Evo Morales. (Traducción ALAI)
 
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Vinicius Mansur
Brasil de Fato/Minga Informativa de Movimientos Sociales

jueves, 22 de abril de 2010

El arte de hoy - Sergio - Elbio - Álbumes web de Picasa

El arte de hoy - Sergio - Elbio - Álbumes web de Picasa

YouTube - La mala reputación -Paco Ibañez.

YouTube - La mala reputación -Paco Ibañez.

Dos voces: la cultura contra el cambio climático

Marcel Lueiro - http://www.ecaminos.org/leer.php/6430

Toda transformación social de la realidad, todo cambio sistémico (de cara al socialismo), pasa por la cultura. La cultura como la vio Gramsci, como el espacio de relaciones y valores en que los seres humanos adquieren una consciencia superior y comprenden su propio valor histórico y función en la vida. .
Que la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra haya incluido el asunto en su programa de debates, revela cuánto han entendido los movimientos sociales la complejidad de su radio de acción.


Organizado por la Fundación Solón de Bolivia y el Centro Martin Luther King de Cuba, tuvo lugar un debate la noche del 19 de abril, que sentó en una misma mesa a un hombre y una mujer, bien distintos entre sí, pero con vocaciones parecidas.

Rina Aguirre es senadora del MAS en Bolivia. Una mujer hermosa que conjuga en su voz la gravedad de las cosas sencillas. Joel Suárez coordina en La Habana, Cuba, el Centro Memorial Dr. Martin Luther King. Con la pasión del rockero que siempre ha querido ser, practica un activismo político muy lúcido, en función de la transformación socialista de América Latina.

Un problema cultural y la modernidad

“El problema que estamos enfrentando va más allá de los grados de temperatura que hay que disminuir, más allá de todas las emisiones de dióxido de carbono y de los aspectos técnicos asociados al cambio climático. Nosotros lo que estamos enfrentando es un problema cultural”.

Así comienza Joel, que luego dice: “Y si nosotros no tomamos conciencia de eso, pondremos energía, tiempo y recursos en luchas muy importantes, y olvidaremos un campo de batalla fundamental que el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, ha llamado Batalla de Ideas”.

Rina, que en el tiempo real hablaría más tarde, pero que incluimos aquí ahora a manera de diálogo, dice lo siguiente:

¿Qué tiene que ver lo que estamos hablando con el cambio climático?

"Bueno, tiene mucho que ver, porque si no pasamos de esta cultura depredadora del capitalismo a una que respete la vida (por amor a la vida misma), seguramente todo lo que vemos hoy del cambio climático será todavía peor".

Joel continúa: "Para reforzar lo anterior sigo a un amigo y pensador alemán radicado en la América Latina desde los años sesenta, Franz Hinkelammert. Él dice que los problemas que enfrentamos hoy (resumidos pero no agotados en la frase “cambio climático”) tienen que ver con un problema cultural, porque detrás de ellos y en su origen está la lógica cultural de la modernidad.

"Gracias al capitalismo hemos visto la naturaleza como un bien de uso y abuso. Todo lo que me rodea tiene que servir para producir capital, porque mientras más tengo más soy −dice Rina con voz pausada, como si sus palabras videntes brotaran de la tierra− Hemos ido destruyendo la vida, porque si hubiéramos pensado que la vida depende de la relación no hubiéramos negado al diferente. Negamos al diferente porque no pensamos en ellos como valor en positivo, sino como competidores, de la misma manera en que no pensamos en la naturaleza como el otro, sino como algo que tenemos que convertir en capital. Somos extractivos, acumulativos y depredadores".

Joel piensa y dice: "La modernidad se levanta sobre el genocidio de otras culturas, o sea, es una cultura que comienza siendo sacrificial. El mundo que se veía como plano sufre su primera globalización con el llamado Descubrimiento de América. Entonces, estamos ante un hecho cultural y una lógica cultural asesinas que necesitan la sangre de las víctimas para reproducirse. Comienza sobre el genocidio de otras culturas, a unas las aniquiló y a otras las subordinó y excluyó".

Sobre el micrófono vuelven a relucir las manos de Rina y su bonito vestido blanco de flores: "Gracias a la vida que nuestros pueblos han sobrevivido, que son solidarios y preservan la cultura de nuestros antepasados, el amor a la naturaleza. Gracias a la vida, hoy esos pueblos tienen la posibilidad de decirnos su palabra en el proceso social que vive Bolivia. Nosotros hoy vemos esa historia en la sonrisa de niño que tiene el presidente. Y es que él viene de una comunidad indígena campesina, viene de los pueblos originarios".

Una persona del público en la sala se impacienta. Quiere que se hable más de cambio climático y menos de cultura. Joel le pide disculpas, pero sigue con su línea de pensamiento:

"La modernidad se construyó sobre el valor absoluto de la razón, una razón que le da valor fundamental a la razón instrumental, tecnológica, y a la idea del progreso técnico ilimitado. Es decir, tenemos la naturaleza, las fuerzas de riqueza y los seres humanos, y todo se puede explotar una y otra vez en aras del progreso y el desarrollo.

"La modernidad reafirma el individualismo dentro de los límites del mercado. Se trata de una cultura que no se afirma sobre valores de solidaridad, sino que se centra en el mercado como ente regulador. Esto quiere decir que lo que se produce no está en función de los valores de uso –hace un stop para decir que antes un jean te podía durar diez años−, sino de los valores de cambio. Los productos se agotan rápidamente y entonces hay que ir una y otra vez a las fuentes de materias primas".

Por qué hablamos de cultura: el corazón de la gente

Rina ha estado escuchando. Sale de un largo silencio para decir:

"La cultura no es más que las experiencias acumuladas en la vida. Me relacionado a lo largo del tiempo con los campesinos, con los indígenas, con los pueblos originarios, y comprendí que la cultura es lo que hacemos cada día. Eso nos deja un saldo de experiencia y va haciendo de nosotros seres particulares, con una determinada manera de ser, de pensar y, por lo tanto, de hacer. De ahí concluyo que la cultura es el cúmulo de experiencias que nos van moldeando como quien dice en ese proceso y es de donde nacen las ideas".

Ideas. Una batalla de ideas. La cultura. Joel asiente.

"Y si esas ideas son correctas, las acciones son correctas. Imagino un campo verde, sombreado, que protege del sol y alegra el paisaje. Y eso sólo es posible si me dedico a la agricultura, y si en lugar de tirar la semilla, la siembro. De ahí nacerá un árbol, porque la idea es fuerte.

Pero, por qué no tenemos ideas correctas sobre lo que tenemos que hacer cada día, sobre nuestra relación con la naturaleza. No hemos pensado que tenemos una relación con la naturaleza, porque algo nos impidió desarrollar esa teoría

"El capitalismo aprendió más rápido que la izquierda, incluida la marxista, de aquellas cosas que Gramsci llamó dominación, sentido común y hegemonía. Ellos dijeron “sobre esta plataforma que estamos construyendo y vendiendo y que conforma una lógica civilizatoria, tenemos que robarnos el corazón de la gente” −dice Joel y nos imaginamos a Gramsci y a Marx y a Eduardo Galeano hablando de estas cosas y tomando cerveza en el tiempo eterno de una taberna londinense− Y esa lógica civilizatoria se cimienta en los símbolos de las catedrales cristianas, por ejemplo, construidas sobre los sitios de adoración y los templos de nuestros pueblos originarios".

Rina resalta entonces el símbolo que esos pueblos significan, y cómo su corazón, a pesar de lo sufrido, late con fuerza:

"Nuestras culturas están basadas en la vida y en la paz, por el respeto a la naturaleza, por el respeto a nuestra madre. Por eso es importante cosechar el trigo o el maíz y luego enterrar el rastrojo, para de esa manera decirle gracias a la Pachamama. Por eso es importante ver los ríos como las venas abiertas de nuestra madre, que nos da sangre, y no las vamos a contaminar, ni vamos a permitir que la continúen contaminando. Por eso vamos a pensar que la llama, la oveja son nuestras aliadas, nuestras amigas y nos van a proteger del frío y nos van a alimentar, y que no vamos a acabar con su especie, ni con ninguna otra especie, porque todas son necesarias".

Unos los escucha hablar y parece remontarse en el tiempo para ver Túpac Katari o a Jesús.

"Esa lógica transformó tradiciones como la judeocristiana, que hoy forma parte de esa cultura civilizatoria occidental. Discúlpenme que coloque un discurso teológico aquí pero este que les habla también va los domingos a la iglesia y alimenta su espiritualidad desde la fe cristiana y la reflexión teológica, por supuesto, y desde esa cosa tan grande para nosotros que es la Teología Latinoamericana de la Liberación".

Cuando se pronuncian esas palabras hermosas uno piensa en la guerra contra los poderosos y también, sobre todo, en la paz:

"La tradición judeocristiana tiene una centralidad muy grande en la teología de la creación, en el Shalom, y ve al ser humano en una dimensión holística. El Shalom es la existencia de paz con justicia y dignidad. Y es la relación armoniosa con la naturaleza y la trascendencia. El capitalismo necesitaba trabajar sobre los valores y espiritualidades de la gente, y transformó la tradición profética y revolucionaria judeocristiana en una teología antropocéntrica, en la que el hombre blanco y cristiano es el centro y dueño de la naturaleza, para administrar, acabar con esa naturaleza".

Dice Rina, la de Tarija: "Y pareciera que en esta cultura del uso se convierte en mercancía todo cuanto te rodea. Por eso se derrite el Illimani, por eso nuestros recursos económicos convierten a nuestro país en campo de batalla por el poder y el control de los recursos naturales. Si producir armas de guerra da ganancias, pues bienvenida sea la guerra".

La nueva cultura

Ahora Rina y Joel parecen hablar al unísono:

¿Cómo nuestros reclamos, nuestras visiones, nuestros sueños y los valores que nos sustentan pueden robarle el corazón a la gente?

"Tenemos que lograr que lo que nosotros queremos se haga sentido común, que es la única manera de que vuelvan a nacer los otros valores. Y eso no sólo a través de la razón, sino de la risa, el cuerpo, la espiritualidad.

"No hablamos de una espiritualidad y subjetividad religiosas. El mundo que queremos construir tenemos que empezar a vivirlo en nosotros mismos de manera anticipada. Muchos aquí, en esta sala, tenemos certeza y convicción en cosas que aún no son, en lo que soñamos y no vamos a ver. Y para eso no sólo necesitamos los libros y los paneles, sino también espiritualidad y mística. Ahí tenemos la lección de los pueblos originarios.

"Debemos desmontar toda esta concepción antropocéntrica que no significa que el ser humano y la vida no sigan siendo un criterio fundamental, ético, a la hora de juzgar cualquier acción humana. Ahora, cuando afirmemos la vida, debemos incluir a la naturaleza y sus derechos.

A esta hora, ya el público de la sala escucha y murmulla, en completa sintonía.

"Junto con las batallas que damos− dicen los dos desde sus palabras diferentes−, ya sea por una agricultura sobre bases agroecológicas, por la soberanía alimentaria, por reducir las emisiones de carbono, y el resto de los temas que nos convocan en esta Conferencia, tenemos que mantener el debate y la vivencia por anticipado de una nueva cultura en nuestras prácticas".

Evo nos ha convocado para que pensemos todos, porque todos y todas somos responsables. Este es el mundo, como dice una canción, que le queremos dejar a nuestros hijos. Pero no queremos contarle que el mundo era así. Queremos decirles que el mundo es esto porque cada uno de nosotros se alistó en esta revolución cultural por la defensa de la vida. A partir de hoy tendremos que crear una mentalidad nueva para compartir. Y las buenas prácticas nos ayudarán a vivir, a crear, a generar, a defender en la nueva cultura. Una cultura de paz que defienda la vida.

martes, 20 de abril de 2010

Cómo combatir la inflación sin “ajustar” ni “enfriar” la economía

Por Aldo Ferrer - http://www.elargentino.com/nota-86720-Como-combatir-la-inflacion-sin-ajustar-ni-enfriar-la-economia.html

En el debate actual sobre la inflación y el pago de la deuda, predominan dos enfoques alternativos. Por un lado, ajustar y enfriar la economía. Para tales fines, sería necesario reducir la demanda agregada mediante la baja del gasto público y el aumento de la tasa de interés y apreciar el peso para sustituir producción interna por importaciones, reduciendo la presión de la demanda sobre la oferta nacional de bienes y servicios. Al mismo tiempo, se liberarían recursos del Presupuesto para pagar deuda sin uso de reservas del Banco Central. Por el otro lado, el enfoque alternativo propone pagar deuda con reservas y sostener un crecimiento del gasto por encima de los recursos disponibles sin atender el tema precios, con vistas a impulsar la demanda, la producción y el empleo.


Esta alternativa del problema actual de la inflación y la deuda se plantea como si subsistieran las circunstancias del pasado. Vale decir, una economía sometida a las restricciones externa y fiscal, a una deuda agobiante que excede su capacidad de pago y a de­sórdenes macroeconómicos e institucionales que, en el límite, culminaban en la hiperinflación.

Nos pasó durante más de la mitad del siglo pasado, cuando registramos el récord mundial de inflación, con varias híper incluidas. Sin embargo, como hemos visto en las tres últimas notas en este mismo espacio, en los últimos años se ha producido un cambio radical en el comportamiento de la economía argentina. Desde la salida de la crisis del 2001/2002, en el transcurso de esta primera década del siglo XXI, los pagos internacionales vienen operando con un elevado superávit en el balance comercial, el cual registra saldos positivos anuales superiores a los u$s15.000 millones.

A su vez, la cuenta corriente del balance de pagos registra ocho años consecutivos positivos, hecho inédito en la historia económica del país. En el 2009 alcanzó al 3% del PBI y cabe esperar un superávit semejante en el 2010. A su vez, al mismo tiempo, entre el 2003 y la actualidad la relación deuda externa pública y privada/PBI bajó de 160 a 40 por ciento. Desde el momento en que se logro salir del default, con el exitoso canje de deuda del 2005, el pago al FMI y encuadrar los pagos dentro de límites manejables con recursos propios, también aquí se produjo un cambio radical.

La solución de la restricción externa facilitó resolver la restricción fiscal derivada de los déficits crónicos de las finanzas públicas. La recaudación tributaria nacional aumentó en 10 puntos del PBI para ubicarse cerca del 30% del producto, proporción razonable en una economía del ingreso medio argentino. En el mismo sentido operó la incorporación, en la esfera pública, de los recursos del sistema previsional, que constituyen parte principal del ahorro interno. El comportamiento de las finanzas públicas desde la salida de la crisis del 2001/2002 demuestra, en efecto, que la restricción fiscal puede ser, también, un problema superado.

En el pasado, el país tuvo, entre 1930 y 1983, una “restricción institucional”, agregada a las externa y fiscal. En la experiencia reciente, aún los temas más polémicos (por ejemplo, la resolución 125, las reformas de los regímenes previsional y de medios audiovisuales, el uso de las reservas del Banco Central), se procesan conforme las reglas constitucionales y la división de poderes propio de una sociedad democrática. Ahora, la restricción institucional es también un problema de otros tiempos.

En resumen, en la nueva economía argentina ni la inflación ni la deuda son actualmente lo que fueron en el pasado. Por lo tanto, enfriar y ajustar, por una parte, o crecer sin atender el problema precios, por la otra, no son las alternativas reales que confrontamos actualmente. Corresponde, entonces, reflexionar sobre las cuestiones que son determinantes del actual cuadro de situación. A saber, las causas actuales del aumento de precios, la solvencia fiscal y el tipo de cambio.

Sobre la primera, cabe observar que no estamos en presencia de ninguna de las causas clásicas de inflación, a saber: exceso de demanda o presiones de costos. La economía viene operando a niveles razonables de ocupación de la capacidad productiva instalada, está aún distante el pleno empleo de la mano de obra y no hay restricciones de abastecimientos importados por insuficiencia de divisas. Por lo tanto, no hay inflación por exceso de demanda respecto de los recursos disponibles. Por otra parte, ninguno de los precios básicos de la economía (tipo de cambio, salarios, tarifas de servicios públicos) está fuertemente desalineado y, por lo tanto, no es previsible un alza brusca en ninguno de ellos. Por lo tanto, tampoco hay amenazas severas de inflación de costos. ¿Cómo se explica entonces que el nivel general de precios esté aumentando en torno del 20% anual, un nivel inconveniente y perturbador?

La respuesta es que estamos en presencia de un caso de inflación inercial. Es decir, los precios aumentan a un cierto ritmo porque los actores económicos y sociales incorporan una hipótesis de aumento de precios que se retroalimenta en ajustes continuos de precios y salarios, a pesar de la ausencia de inflación de demanda y de costos y de la existencia de equilibrios macroeconómicos razonablemente sólidos. La inflación inercial se sostiene en las expectativas y en un clima político tenso, en el cual se incluyen visiones catastróficas de la realidad y el futuro, incluida la explosión inflacionaria. En este escenario, por razones estacionales o circunstancias propias, algunos alimentos crecen más que el promedio, fenómeno que sucede también en economías con niveles generales de precios estables.

La inflación inercial no se evita con ajuste ni enfriando la economía. Por esta vía lo que se logra es frenar el crecimiento, aumentar el desempleo, el malestar social y la inseguridad. Pero tampoco se resuelve desatendiendo el problema precios o suponiendo que los aumentos provienen, esencialmente, de maniobras abusivas de formadores de precios en sectores concentrados. Cuando éstas existen tienen que ser reprimidas por el Estado, pero, en todo caso, la pregunta es por qué ahora esas maniobras son inflacionarias y en otros momentos no lo son. La respuesta es que ahora prevalece la inflación inercial . No hay ninguna medida aislada que resuelva el problema.

La respuesta radica en un programa de estabilidad y crecimiento fundado en la solidez de los equilibrios macroeconómicos y la política de ingresos para concertar, entre los actores económicos y sociales, privados y públicos, metas de precios y salarios, que tiendan a reducir la hipótesis inflacionaria implícita en el comportamiento de esos actores. En un momento como el actual, sería particularmente útil contar con un consejo económico y social, en cuyo seno el Gobierno concertara con los actores privados, del trabajo y la empresa, una estrategia de crecimiento con equidad y estabilidad razonable de precios.

El éxito de esa estrategia depende de la solidez de la macroeconomía y de continuar reduciendo los niveles de deuda. Para tales fines son centrales las otras dos cuestiones mencionadas. Es decir, la solvencia fiscal y el tipo de cambio.

Respecto de la deuda, conviene recordar que con o sin uso de reservas, con o sin canje, el país está en condiciones de cumplir sus compromisos externos y crecer. Los pagos de este año con reservas u otros recursos tienen una diferencia de tasa de interés, dato importante pero que no involucra la capacidad de pago. De todos modos, el pago con reservas es un recurso circunstancial. En el mediano y largo plazo, son los recursos genuinos de la actividad corriente de la economía los que proporcionan los medios de pago.

Sobre la solvencia fiscal, conviene recordar que, una vez iniciada la recuperación de los componentes de la demanda agregada (consumo, inversiones y exportaciones), no se justifica insistir en la inyección de demanda supletoria vía gasto público. La solvencia fiscal y la calidad del gasto recuperan así su papel fundamental en la gobernabilidad del sistema económico, la formación de las expectativas, la estabilidad y el desarrollo.

No es preciso “enfriar” ni “ajustar” la economía, es decir, bajar el gasto real indispensable para la oferta de bienes públicos, para frenar el aumento de precios. Si es preciso acomodar el crecimiento de gasto público a la de la recaudación lo cual permitiría recuperar, a breve plazo, el superávit primario. De otro modo, un crecimiento persistente del gasto por encima de los recursos públicos lleva inevitablemente al endeudamiento, a la apreciación del tipo de cambio, a restablecer las restricciones externa y fiscal y, consecuentemente, a la pérdida de soberanía. El desequilibrio fiscal y el aumento de la deuda no contribuyen a crear el escenario adecuado para llevar la actual tasa de inflación a niveles tolerables y posibles, en torno del 10% anual.

En relación con la política cambiaria, reducir la tasa actual de aumento de precios facilita mantener un tipo de cambio de equilibrio desarrollista (TCED) indispensable para el crecimiento de la producción y el empleo. Como lo demuestra nuestra experiencia y la de las economías en desarrollo más exitosas, el TCED es también necesario para la formación de una economía integrada y abierta, capaz de gestionar el conocimiento e integrada al mundo.

Crecer con equidad y una estabilidad razonable de precios está al alcance de los medios del país. Lograrlo o no depende de tomar nota del potencial de desarrollo de la nueva economía argentina una vez que se ha liberado, a menos de insistir en las decisiones del pasado, de las restricciones fiscal, externa e institucional.

* Director editorial de Buenos Aires Económico