martes, 13 de mayo de 2014

Grandes pecadores, grandes santos: tremendos sinvergüenzas

Ramón Ábalo - http://la5tapatanet.blogspot.com.ar/2014/05/grandes-pecadores-grandes-santos.html 

Grandes santos que antes fueron grandes pecadores parecen que llegaron a esas alturas por haber hecho el esfuerzo espiritual, material y moral de dejar de ser lo que vulgarmente eran: tremendos sinvergüenzas. Según un breve listado que encontré en una modesta biblioteca, por ejemplo San Francisco de Asís, San Agustín y San Mateo se flagelaban en las festicholas que organizaban con prostitutas y virtuosos holgazanes de la realeza. San Mateo fue además un hebreo traidor a su clan. San Ignacio de Loyola fue espadachín, guerrero y mujeriego, soberbio y petulante: San Pablo, nada menos que San Pablo, perseguidor de cristianos a los que asesinaba sin asco. San Agustín hacía gala de su ateísmo en templos y salones galantes. Hasta fue uno de esos santos padres que mandaban a la hoguera a cristianos que expresaban algunas debilidades de la carne y la sangre, y del saber en afán de descubrir secretos de un universo que todavía era un enigma para toda la humanidad.

Y esto viene a cuento por la decisión de Francisco, el argentino instalado desde hace un tiempo en el sitial papal del Vaticano, que en uso de sus facultades casi divinas -no olvidemos que el Papa es infalible- decidió que los que fueron sus predecesores hace unas decenas de años atrás, los denominados Juan XXIII y Juan Pablo II, de ahora en más serán honrados en todo el culto católico como santos. Y si bien es cierto que Juan XXIII figuraba en el canon, es decir en el listado para ser ungido Gran Pastor de una grey desparramada por todo el mundo, el polaco -la identidad nacional de Karol Wojtyla - no aparecía ni a placé, aunque en la superestructura del Vaticano, los que realmente mandan tras el trono, no se dejaba de proyectar su nominación a tal estado celestial, que eso es también el santoral. Pero lo que menos se esperaba es que lo hiciera la mano de Bergoglio, Francisco, es decir el Papa argentino. Y aunque los ecos de sus correrías y trapisondas -el de Wojtyla se tienen bien presente, Francisco olvidó el abrumador catálogo de sus pecados terrenales. Sin recato alguno, Karol fue amparo de los pedófilos, tramitador de pactos y componendas con las dictaduras asesinas de Chile y Argentina. En su entorno se sucedían "suicidios" jamás aclarados, asociación con la mafia, montaje de un sistema bancario paralelo para financiar a mafias internacionales y también sus obsesiones políticas del ahora santo y la lucha contra el comunismo y persecución implacable contra las corrientes progresistas de la iglesia.

Al mismo interior de la feligresía más consecuente se visualizó que el proyecto de ungir en santo a un Papa que promovió y encubrió a los pedófilos y violadores de la iglesia su canonización es una aberración y un ultraje para cualquier cristiano del planeta.

Hubo otras expresiones de repudio como aquella en el 2011, en que destacados teólogos de Alemania firmaron un documento en contra de la beatificación de Karol por no haber respaldado al arzobispo salvadoreño Oscar Arnulfo Romero, asesinado el 24 de marzo de 1980 por un comando paramilitar. Romero tiene todos los méritos para ser consagrado santo. Ese día aciago, Romero acababa de dar misa en su iglesia de San Salvador, y al terminar una arenga dijo: "...les suplico (a los genocidas), les pido... les exijo que no asesinen al pueblo!!!", pero las balas terminaron con su vida. Romero no esperó que Bergoglio llegara al Vaticano para hablar de una "Iglesia pobre para los pobres". La encarnó en su figura y la pagó con su vida. Muchos otros curas del Vaticano en esa era del papado de Karol, eran tildados de marxistas o comunistas, con lo cual, teológicamente, eran condenarlos a muerte.

Karol era un anticomunista consumado, y durante la guerra fría fue adalid en la lucha que desclasados como Walesa, el sindicalista de Solidaridad, promovieron en Polonia inmediatamente después de terminada la segunda guerra mundial, el regreso del capitalismo a esa nación. Conseguido este propósito, lo primero que exigió la curia, de la mano de Karol, fue la devolución de las propiedades, los latifundios y todo aquello que había sido recuperado por el régimen comunista para beneficio de toda la población. Fue la avanzada para imponer lo mismo en el resto de la Europa Oriental, es decir al mejor estilo medieval, el usufructo exclusivo de las mejores tierras y los oropeles del oro y las piedras preciosas que distinguía en ese entonces a la iglesia católica.

Lo de Bergoglio es una clara definición de su política que intenta mantener el lado más reaccionario de la iglesia; la recuperación de prestigio y la sacrosanta influencia ideológica -el oscurantismo capitalista- hacia un mundo que transita por sendas libertarias de esas tutelas. Lo dijimos aquel momento mismo en que fue ungido como supremo, y ratificamos con igual profesión de sinceridad el respeto por ese catolicismo que se identifica con el Cristo que se encarna en los curas y prelados que son militantes de la Teología de la Liberación, los llamados del Tercer Mundo.

domingo, 4 de mayo de 2014

¿Por qué estamos entrando de nuevo en la Guerra Fría?

ROBERTO SAVIO * - http://www.lr21.com.uy/comunidad/1172208-por-que-estamos-entrando-de-nuevo-en-la-guerra-fria-2 

Desde hace varias semanas, los medios de comunicación dominantes se han dedicado unánimemente a denunciar las acciones de Vladimir Putin, primero en Crimea y ahora en Ucrania.

La última portada de The Economist representa un oso tragando Ucrania, bajo el título de “insaciable”. La unanimidad en los medios de comunicación es siempre preocupante, porque revela algún reflejo instintivo. ¿Es posible que se esté manifestando la inercia de 40 años de Guerra Fría?

Esta inercia en realidad no ha desaparecido. Si se dice o se escribe: “el presidente comunista Raúl Castro”, nadie se sorprenderá. Pero sí habrá sorpresa si se llama capitalista al presidente Barack Obama, aunque se aplique la misma lógica.

Existen al menos cuatro puntos de análisis ausentes en el coro mediático.

El primero es que nunca se alude a las responsabilidades de Occidente en este asunto.

Recordemos que el último líder soviético Mijaíl Gorbachov (1985-1991) estuvo de acuerdo con George Bush padre, Margaret Thatcher, Helmut Köhl y François Mitterrand en aceptar la reunificación de Alemania, pero también se convino que Occidente no debería tratar de invadir la zona de influencia de Rusia.

Una vez que Gorbachov fue eliminado, el juego se abrió de nuevo. Y la docilidad total de Boris Yeltsin (1991-1999) a Estados Unidos es bien conocida.

Mucho menos conocido es que el Fondo Monetario Internacional (FMI) emitió un préstamo de 3.500 millones de dólares para apoyar al rublo. El crédito fue a parar al Banco de América, soslayando al Banco Central de Rusia y terminó en los bolsillos de los oligarcas que compraron todas las empresas públicas rusas.

Después de Yeltsin, Vladimir Putin apoyó la invasión de Estados Unidos a Afganistán de una forma impensable durante la Guerra Fría: permitió que los aviones estadounidenses volasen por el espacio aéreo ruso.

En noviembre de 2001 Putin visitó a George W. Bush en su rancho de Texas, pero unas semanas más tarde, este anunció que Estados Unidos se retiraba del Tratado sobre Misiles Antibalísticos, simplemente para desarrollar un sistema en Europa Oriental supuestamente para proteger de la amenaza de Irán a los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Con realismo, esta estrategia se interpretó como dirigida contra Rusia.

A esto le siguió la invitación de Bush en 2002 a siete países de la extinta Unión Soviética (incluidos Estonia, Lituania y Letonia) a unirse a la OTAN, lo que hicieron en 2004.

La Revolución de las Rosas de 2003 en Georgia llevó al poder a Mijaíl Saakashvili, un presidente prooccidental. Cuatro meses después, las protestas callejeras en Ucrania, la Revolución Naranja, condujeron a la elección de otro mandatario favorable a Occidente, Viktor Yushchenko.

Sucesivamente, Bush apoyó la adhesión de Ucrania y Georgia a la OTAN, una bofetada a Moscú. De modo que no fue una sorpresa cuando, en 2008, Putin respondió militarmente al intento de Georgia de ocupar la región prorrusa de Osetia del Sur, junto con otra región separatista, Abjasia. Sin embargo, para los medios de comunicación se trató de una acción irracional.

El presidente Barack Obama intentó reparar los daños causados a las relaciones internacionales por el gobierno de Bush.

Pidió un “reinicio” de las relaciones con Moscú, y, al principio, todo salió bien.

Rusia estuvo de acuerdo en el uso de su espacio para suministros militares a Afganistán. En abril de 2010, Estados Unidos y Rusia firmaron un nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START), disminuyendo sus arsenales nucleares. Y Moscú respaldó las sanciones de las Naciones Unidas a Irán y desistió de vender a Teherán sus misiles antiaéreos S-300.

Pero en 2011, en vista de las elecciones parlamentarias en Rusia, era claro que Estados Unidos estaba apoyando a la oposición.

Todos los medios de comunicación occidentales estaban contra Putin, quien acusó a Estados Unidos de inyectar cientos de millones de dólares a favor de la oposición. El entonces embajador estadounidense en Rusia, Michael McFaul, respondió que era una gran exageración y que “solo” algunas decenas de millones se habían proporcionado a organizaciones de la sociedad civil.

Putin fue reelegido en 2012, ya obsesionado con la amenaza occidental a su poder, y en 2013 asiló a Edward Snowden, el denunciante del espionaje de la estadounidense Agencia Nacional de Seguridad (NSA) y Obama canceló una reunión bilateral.

En 2011 había estallado la Primavera Árabe. Rusia consintió la acción militar en Libia, pero solo para suministrar ayuda humanitaria. Como de hecho se utilizó para un cambio de régimen, Moscú se sintió engañado y protestó en vano.

Ante la guerra civil en Siria, Occidente trató nuevamente de obtener el apoyo ruso para un cambio de régimen, y se disgustó cuando Putin se negó.

Ahora el conflicto se extendió a Ucrania con el intento de asociar este país a la Unión Europea (EU) y separarlo del bloque económico que Rusia estaba tratando de crear con Ucrania y Belarús.

El segundo punto es que Rusia tiene los recursos y la voluntad para resistir los intentos externos de reducirla a una potencia local.

Desde su punto de vista, cualquier esfuerzo para cercarla o debilitarla, ahora que los enfrentamientos ideológicos han desaparecido, es visto como parte de la vieja política imperialista, ya que, a diferencia de la Unión Soviética, Rusia no puede ser considerada una amenaza.

El tercer punto es que la cuestión de Ucrania se debe tomar con una pizca de sal.

Es un Estado muy frágil, donde la corrupción controla la política, y tiene problemas económicos estructurales. Su región oriental es la más industrializada, y por lo tanto su población teme que la entrada de Ucrania a la UE conlleve la eliminación gradual de muchas fábricas.

En la parte occidental, durante la Segunda Guerra Mundial, muchos ucranianos se pusieron de parte de los nazis, y en la actualidad existe un fuerte movimiento nacionalista, cercano al fascismo.

Ucrania es un asunto muy complicado y costoso. ¿Es razonable cambiar los criterios de la UE, aceptando a un país totalmente fuera de sintonía con ellos y asumir una carga enorme, solo para parecer que se ha triunfado contra un hombre fuerte?

Lo que nos lleva al último punto.

Putin es un exoficial de la KGB, que siente que Rusia recibió un trato injusto después del colapso de la Unión Soviética. Todos los esfuerzos para llegar a un entendimiento con Occidente han sido rechazados, con la progresiva ampliación de la OTAN, la red de bases militares que rodean a Rusia, el constante apoyo a sus oponentes y el tratamiento restrictivo de su comercio.

Putin sabe que sus sentimientos sobre el declive ruso son compartidos por una gran mayoría de sus conciudadanos. Pero él es un autócrata arrogante, por decir lo menos, que no está haciendo nada para fomentar la modernización de la economía, ya que manteniendo en sus manos la producción y el comercio, puede conservar el control sobre Rusia.

Viktor Yanukovich, el presidente de Ucrania desde febrero de 2010 hasta febrero de este año, es también un autócrata al estilo de Putin. Fue depuesto por protestas masivas en las calles, patrocinadas y apoyadas por Occidente. Para el mandatario ruso, cualquier posible contagio debe frenarse en seco.

Por tanto, Putin está desempeñando el papel de salvador de la nación rusa, que puede intervenir donde quiera que haya minorías rusas amenazadas.

La pregunta es: si Putin se va, ¿lo sucederá una sociedad democrática, participativa, limpia y no corrupta? Los que conocen bien a Rusia piensan que no.

La historia enseña que la eliminación de autócratas no necesariamente conduce a la democracia. Por lo tanto, la política de hostigar a Putin en nombre de la democracia puede llevar a jugar su juego, al convertirlo en el defensor del pueblo ruso.

Como escribe Naomi Klein, los únicos ganadores en este conflicto son las corporaciones petroleras, empeñadas en una campaña mundial para conquistar mercados que abastecen los hidrocarburos rusos.

Esto implica acelerar la producción de hidrocarburos en Estados Unidos, sin considerar lo que suceda con el ambiente y, para los europeos, sustituir el gas ruso por el estadounidense.

El periodista srilankés Tarzie Vittachi dijo una vez: “Todo es siempre sobre otra cosa”. Y la historia no muestra muchos ejemplos de petróleo y democracia marchando en la misma dirección.

*Ítalo-argentino. Doctor en Economía, Periodista, experto en temas de comunicación global

martes, 29 de abril de 2014

LA GUERRA MEDIATICA POR EL CONTROL DEL MUNDO

Por Vicky Pelaez* - http://www.nacionalypopular.com/index.php?option=com_content&task=view&id=23134&Itemid=175 

Los medios de comunicación corporativos globalizados han dejado toda la sutileza y sofisticación en la presentación de la desinformación y han emprendido una guerra mediática abierta contra todos los países que se atreven a buscar los caminos alternativos de desarrollo socioeconómico que no coincide con el neoliberalismo impuesto por los Estados Unidos.

El nuevo modus operandi de la prensa globalizada lo muestra el reciente artículo del reportero de la NBC News, Jim Maceda publicado bajo el título “Tour of Ukranian Russian border, finds non signs of military buildup” (El viaje a lo largo de la frontera entre Ucrania y Rusia muestra que no hay signos de movimientos de tropas (rusas)”.

Sin embargo, al día siguiente la NBC News cambió el titular del mismo artículo anunciando: “No signs of Russian troops withdrawal from Ucranian border” (No hay signos de la salida de las tropas rusas de la frontera con Ucrania).

Lo mismo sucede con la presentación de las noticias sobre Venezuela. La semana pasada la Oficina de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Venezuela emitió un comunicado en que “saluda el esfuerzo que se viene realizando en el marco de las conferencias nacionales y regionales de paz y el anuncio hecho por el Sr. Presidente Nicolás Maduro sobre la creación del Consejo Nacional de Derechos Humanos”.

También la ONU felicitó al presidente por sus esfuerzos para promover la paz en el país y rechazó “cualquier hecho violento, la destrucción de la propiedad pública y privada y el obstáculo a la libre circulación de ciudadanos”.

Por supuesto, la prensa globalizada no vio ni escuchó, peor aún acalló el hecho siguiendo el memorándum del 23 de enero pasado del presidente Obama que señalaba que “incitando la violencia popular podría ayudar a sacar al presidente Maduro del poder”.

El mensaje no puede ser más claro para los medios de comunicación globalizados que se volcaron a presentar durante estos últimos dos meses la violencia en Venezuela como la lucha por la democracia para acabar con la “dictadura del gobierno”.

Inclusive se elaboró en Washington “El Plan Estratégico para Venezuela” suponiendo que la crisis en las calles facilitará la intervención de Norteamérica y de las fuerzas de la OTAN con el apoyo de Colombia.

Para dar un mayor estímulo a la oposición y a hacer más eficaz la guerra mediática, la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense aprobó el 4 de marzo pasado la Resolución 488 (R488) por 393 votos y uno en contra en apoyo “del pueblo de Venezuela que protesta pacíficamente en defensa de la democracia y contra el crimen exhortando el fin de la actual violencia”.

Lo que están ocultando los medios de comunicación globalizados son las pérdidas por los daños causados al país por los manifestantes opositores que superan ya 10,000 millones de dólares, según los datos del equipo económico del gobierno.

En el estado Lara estos “manifestantes pacíficos” trataron de quemar a médicos cubanos rociándolos de gasolina en los consultorios donde atienden a millares de personas cada mes. En el estado de Táchira atacaron las instalaciones de la Universidad nacional Experimental de las Fuerzas Armadas afectando a más de 5,600 estudiantes. Frente a estos hechos vandálicos la prensa globalizada está guardando un profundo silencio o simplemente están señalando al gobierno como el responsable de la violencia.

Y esta información la están propagando día a día los periodistas al servicio de los globalizadores como parte de la guerra mediática, usando mensajes repetitivos para crear una imagen completamente distorsionada de la crisis en Venezuela y ocultando el hecho que los disturbios se producen solamente en 18 de las 335 municipalidades del país.

Lo mismo está sufriendo Siria desde el marzo de 2011 cuando se inició la propagación de noticias internacionales capciosas para preparar a la audiencia mundial para una posible agresión o invasión en contra del país.

Los laboratorios de desinformación y a la vez del terrorismo fueron establecidos bajo la tutela de la CIA y la DIA (la Agencia de Inteligencia del Pentágono) en Turquía, Jordania y Chipre creando una red de periodistas, intelectuales asalariados y cadenas de medios de comunicación para propagar “la noticia mentira” permanentemente para confundir la opinión pública mundial.

El canal qatarí Al-Jazeera, alguna vez un medio alternativo, se convirtió con la ayuda de la CIA en uno de los centros de la guerra mediática contra el gobierno legítimo de Siria encabezado por el presidente Bashar Al-Assad quien ya en 2003 fue declarado el “enemigo de los EE.UU. al negarse a prestar su territorio a las fuerzas militares de EE.UU. para bombardear a Irak.

La frustración que tuvo Washington al no permitir Rusia el cambio de régimen en Siria y al observar el inicio del acercamiento de Irán a Rusia y posteriormente sentirse incapaz de prevenir el retorno de Crimea a los brazos de Moscú, produjo gran irritación en el gobierno de Obama cuyo resultado fue la intensificación de la guerra mediática contra el liderazgo de Putin, esperando el apoyo de la oposición rusa y la elaboración de las sanciones económicas contra este país.

Estados Unidos estaba preparándose para este proceso desde 2012 cuando inició una campaña mediática contra los medios de comunicación rusos debido al aumento de la información alternativa en contraste a la desinformación globalizada elaborada por Washington y su aliado incondicional Bruselas.

Parece que la irritación de Washington con Moscú ha cegado la capacidad analítica de los “iluminados” al elaborar las sanciones que en realidad afectan más los intereses norteamericanos que los rusos. Inclusive los líderes estadounidenses ofrecen, sin darse cuenta, cierta ventaja ideológica a Moscú a pesar de que los dos países hablan el mismo idioma capitalista.

Lo interesante y lo que es nuevo a la vez, es que las sanciones contra algunas personalidades rusas que tienen prohibido entrar en la UE y poseer bienes allí no las declara la primera superpotencia del mundo, sino su incondicional satélite, la Unión Europea.

Así en esta lista absurda aparece el director general de la recién formada agencia internacional “Rossiya Segodnya”, el conocido presentador de televisión, Dmitriy Kiseliov.

Resultó que este hombre ha sido el único periodista afectado por las sanciones. Cualquier estudioso de propaganda diría que la selección de un periodista para el castigo produciría un efecto contradictorio a lo deseado por sus autores pues hace crecer al personaje y al medio de comunicación que él representa.

También muestra la inseguridad de los castigadores.

Tanto la Unión Europea como sus curadores en Washington están perdiendo la guerra de la información que ellos han desatado contra Venezuela, Siria, Irán y Rusia.

Y lo curioso de todo esto que recientemente Washington amenazó con sanciones a la misma Unión Europea por atreverse a declarar como una necesidad urgente crear su propia red de comunicación electrónica independiente de los Estados Unidos para proteger la privacidad de los europeos.

Actualmente más del 70 por ciento del tráfico electrónico en Europa pasa a través de Norteamérica y en el caso del otro satélite estadounidense, Canadá, el 90 por ciento.

Lo mismo sucede con América Latina y Rusia. Así Washington asegura su hegemonía en el fluido y diseminación de la información a nivel global acomodándola a sus propios intereses nacionales.

Los que se atreven dentro de los Estados Unidos a investigar, buscar fuentes alternativas de la información o simplemente se dedican al periodismo informativo, “están intimidados y perseguidos por atreverse a exponer el alcance de las actividades secretas del gobierno”, según la abogada italiana y representante de la Asociación Internacional de Juristas Demócratas (AIJD), Micól Savia.

Esta jurista afirmó que en su afán de encontrar las fuentes de la información clasificada publicada por la prensa, “el gobierno llegó a registrar las comunicaciones y movimientos de reporteros”.

Para confirmar este hecho citó el caso del periodista independiente colaborador de “The Guardian” y “Vanity Fair, Berret Brown “quien se enfrentó a una acusación que podía suponerle 105 años de cárcel por haber publicado un hipervínculo a una serie de documentos confidenciales de la agencia privada de inteligencia Stratfor, ¨hackeado por “Anonymous”.

Brown estuvo en prisión más de un año y posteriormente le fue impuesta la prohibición a él y sus abogados de hablar de su caso con la prensa”.

Casi lo mismo está sucediendo en Europa. El Reino Unido, que siempre se ha caracterizado por una legislación muy avanzada en materia de la libertad de prensa, está experimentando una regresión en este campo.

Como ejemplo Micól Savia quien citó las presiones que ejerció el gobierno británico sobre el diario “The Guardian” para impedir la publicación de los documentos relativos al programa de vigilancia masiva por parte de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EEUU y su homóloga británica GCHQ y sus órdenes de destruir discos duros de documentos entregados por Edward Snowden.

Lo que finalmente “The Guardian” tuvo que cumplir.

Tomando en cuenta todo lo que está pasando en los Estados Unidos y la Unión Europea respecto a la veracidad de la información y la libertad de prensa, podemos dar la razón al director de la agencia Rossia Segodnia, Dmitriy Kiseliov quien sostiene que “actualmente hemos invertido los papeles.

Rusia se apuesta por la libertad de expresión, mientras que el Occidente ya no lo hace. Se han producido cambios tectónicos en la civilización.

En Rusia se puede abordar cualquier tema, existen canales de televisión, radios y periódicos para todos los gustos y no se bloquea el acceso al internet.

No hay ninguna obra literaria prohibida. Se publica todo, a excepción de lo que está directamente proscrito por la Constitución”.

Resulta que inclusive se conocen los nombres de opositores, como Serguey Parjomenko, Alexey Navalniy, Valeriya Novodvorkaya que aconsejaron al departamento de Estado y a la Comisión Europea sobre las personalidades rusas que deben ser prohibidas de entrar en el territorio de la Unión Europea.

Parece que tanto Washington como Bruselas, lanzando amenazas a todo el mundo que cuestiona sus intentos de imponer su control global diseminando una burda desinformación, no se dan cuenta de que su hegemonía informativa se ha acabado.

Actualmente existen varias agencias informativas alternativas como Prensa Latina, TeleSur, HispanTV, Chinese Central Television (CCTV), Russia Today (RT), Russia Segodnia, Press TV, Red Voltaire, Al-Manar, Halak TV entre muchas otras que están desafiando a los medios de comunicación corporativos globalizados con el propósito de romper el monopolio informativo anglo sajón.

Dijo alguna vez el escritor belga Paul Carvel refiriéndose a los medios de comunicación globalizados que “la televisión te lava el cerebro y el internet te elimina toda la resistencia del pasado”.

La prensa alternativa tiene que tomar todo esto en cuenta para que su televisión aporte el conocimiento y el internet conecte el presente con el pasado y el futuro.

Hace bastante tiempo Gabriel García Márquez hablando del periodismo afirmó que “el periodismo es el mejor oficio del mundo y que es una pasión insaciable que solo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad”.

Solamente así las noticias y la verdad se convierten en la misma cosa.

domingo, 27 de abril de 2014

La impostergable necesidad de recuperar la renta agraria

Noelia Navarro - http://rinacional.com.ar/Editorial/la-impostergable-necesidad-de-recuperar-la-renta-agraria.html 


“El cereal es la divisa de las divisas” - Lenin

La reciente discusión mediática, frívola y despojada de contenido que se da en torno a la tenencia y valor del dólar en la Argentina nos aleja de planteos de fondo que conduzcan a comprender cuál es la esencia de la cuestión y sus verdaderos responsables.

Los argentinos hemos visto explotar en lo últimos meses un problema que se venía gestando hace ya varios años: desde la sanción de la ley de Convertibilidad. Al existir la posibilidad, autorizada por ley, de convertir pesos en moneda extranjera, las empresas multinacionales radicadas en el país han remitido a sus casas matrices o a paraísos fiscales sus ganancias en dólares dejando desprovisto de divisas al Estado Nacional para, entre otras cosas, hacer frente al pago de deudas y a la importación de bienes necesarios. Tal es así que en los últimos cuatro años se han transferido aproximadamente sesenta y siete mil millones de dólares[1] al exterior y solo en 2012 la suma fue de veintidós mil millones de dólares.

En lugar de explicar cual es el proceso de drenaje de renta nacional al exterior en manos de algunos monopolios, para entonces poder combatirlo desde el Estado, a los argentinos de buen entender quieren hacernos creer que es la avidez ahorrista de alguna señora concheta de la quinta sección mendocina o el viaje a Punta del Este de algún tilingo porteño lo que ha generado la sequía de dólares, aumentando su valor y generando altas tasas de inflación. El chiquitaje no es el problema.

Nos proponemos entonces, indagar las causas del mismo, haciendo principal hincapié en el uso y tenencia de la renta agraria.

La crisis que están atravesando los países centrales es evidente: al déficit de las cuentas públicas se le suma el constante endeudamiento, soportado en última instancia por los trabajadores que ven día a día reducir sus salarios (si es que ya no los han despedido) víctimas de un brutal ajuste.

Por estas costas, las medidas heterodoxas, contracícliclas, en defensa del interés nacional, llevadas a cabo por el conjunto de los países latinoamericanos han impedido que los coletazos de la crisis nos hundan en su miseria. Sin embargo, algunos índices, tales como la disminución de reservas, el aumento de la inflación y de la transferencia de renta al exterior, demuestran que para no retroceder en lo obtenido es necesario ir aún por más.

Hoy la Argentina necesita de abundante cantidad de dólares para enfrentar, por un lado pagos de importaciones que derivan de un ajustado déficit en la balanza comercial energética, y por otro para solventar pagos de deuda sin tener que recurrir a las reservas del Banco Central. Los dólares ingresan a la Argentina fundamentalmente del cobro por exportaciones y si bien en el último período las exportaciones de manufacturas de origen industrial han superado a las de origen agrario, históricamente hemos sido exportadores de alimentos y materias primas. “Tenemos el máximo histórico de participación de MOI en el total exportado con un 34 % mientras que las MOA representaron el 32% del total exportado”, dijo Giorgi en un comunicado.

El asunto entonces, es saber quienes tienen esos dólares.

De las veinte empresas que más exportaron durante el 2011, once son cerealeras y lo hicieron por un monto total de $10.527 millones de dólares, uno de cada cuatro dólares que ingresan al país les pertenece:

1º Cargill (Aceitera – EE.UU.): 3.247 millones de dólares.

2º Bunge Argentina (Aceitera con sede global en White Plains, New York): 2.948,39 millones de dólares.

3º Aceitera General Deheza: 2.254 millones de dólares.

4º Louis Dreyfus Argentina (Cerealera - Francia): 2.076,49 millones de dólares.

Estas empresas fueron siempre comerciantes intermediarios, dirigen la “tubería de granos”: desde el agricultor al consumidor extranjero; nunca fueron dueñas de grandes plantaciones, lo cual es una gran ventaja ya que no son ellos, sino los agricultores los que corren riesgos ante la caída de los precios. Las compañías cerealeras ganan dinero, suban o bajen los precios. Tienen participación además, en los bancos, la industria naviera, hoteles, minería, fabricas de acero, establecimientos ganaderos, industria molinera, ferrocarriles, puertos, etc.

Ahora bien, si estas grandes empresas reinvirtieran sus dólares en aumentar la producción y cooperar a la industrialización, no nos resultaría molesto su accionar e incluso esta nota no tendría demasiado sentido. El problema está en que cuando entran los dólares por una ventanilla, salen inmediatamente por otra al exterior. Esto se puede hacer mediante la fuga de capitales (lo cual es ilegal) ya sea por subfacturación o triangulación comercial nociva, o mediante una simple transferencia, lo cual es mucho más peligroso ya que está permitido por nuestra legislación que aún no ha sido modificada de fondo.

Son autores de evasiones millonarias, en 2009 Cargill y Bunge fueron acusadas por la AFIP por haber evadido 827.053.880 de dólares en concepto de Impuesto a las Ganancias.

Estas empresas han constituido un oligopolio que ha sobrevivido por más de 150 años extrayendo renta generada en suelo y por manos argentinas; derrocando presidentes y apoyando ya sea golpes cívico-militares o democracias constitucionales que les eran funcionales. La diferencia para ellos da igual, sus lealtades son borrosas. Así lo explica Dan Morgan: “Es común que las compañías cerealeras se ven a si mismas como neutrales en las modernas lucha ideológicas y políticas”, para eso tienen a sus representantes que ya sea por izquierda, (Hermes Biner), por derecha (Macri y Biolcati de la Sociedad Rural), o por bruto (Julio Cobos) repiten sus consignas, que a la hora de discutir la distribución de la renta del sector atacan a la porción que queda en manos del Estado sin aludir jamás a la que retienen los comercializadores, que dominan desde la tranquera hasta el barco.

Frente a esto es impostergable que la Argentina termine de abandonar la década del 90, saliendo definitivamente de la convertibilidad y derogando toda la legislación menemista - delarruista, reapropiándonos de nuestra renta a partir de, por ejemplo, la creación de un organismo dependiente del Banco Central que canalice los pagos en dólares por exportaciones, reteniéndolos y trasformándolos en pesos para los exportadores.

Los argentinos podríamos reconvertir la renta agraria para el desarrollo de la industria, el tendido de líneas férreas a lo largo y a lo ancho de Latinoamérica, el desarrollo minero y petrolero con cuidado del medio ambiente contemplando un plan de reforestación.

Para esto es necesario que no solo la presidenta, sino el movimiento nacional, tantas veces castigado y humillado, retome sus banderas, y contando entre sus filas con los mejores cuadros explique hasta que aclare.


[1] http://economia.iprofesional.com/notas/123923-La-otra-cara-de-la-fuga-y-el-por-qu-la-economa-no-colaps-pese-a-que-la-salida-de-dlares-super-las-reservas-del-Central

miércoles, 23 de abril de 2014

La Unión Democrática

http://www.argentina-rree.com/13/13-004a.htm


La oposición constituyó (a principios de diciembre de 1945) la Unión Democrática, integrada por el partido Radical, el Socialista, el Demócrata Progresista y el Comunista, con el tácito apoyo conservador. Los candidatos elegidos fueron la fórmula radical José P. Tamborini-Enrique M. Mosca. Las cosas no empezaron mal para este grupo que se presentaba como el abanderado contra el nazi-fascismo, cuando se produjeron dos hechos que afectaron profundamente el posible resultado de su campaña. El primero fue el descubrimiento de un importante cheque entregado por una organización patronal como contribución a la campaña de la Unión Democrática. El segundo fue la publicación por el Departamento de Estado -a instancias del secretario asistente Braden- del Libro Azul sobre la Argentina, que apareció el 12 de febrero. Este constituía una acusación, basada en fuentes alemanas y de otro origen, de los sucesivos gobiernos argentinos, desde Castillo en adelante, impugnando su buena fe, condenando su política interna y externa, y tratando de probar las conexiones nazis y tendencias fascistas de sus líderes, incluido Perón. Obviamente, el propósito de su divulgación era influir en el electorado argentino en contra de Perón. En la Argentina, el documento apareció publicado en los grandes diarios y fue propagado por la Unión Democrática. Perón se defendió, presentándolo como evidencia de la injerencia norteamericana en la política argentina y acuñó el slogan: Braden o Perón. En estas circunstancias, el 24 de febrero de 1946 se realizaron las elecciones para elegir presidente y vice, catorce gobernadores, y legisladores nacionales y provinciales. Los comicios, controlados por las fuerzas armadas fueron limpios. La fórmula Perón-Quijano obtuvo el 52,4% de los votos, contra 42,5% de la Unión Democrática. El 4 de junio de 1946, las nuevas autoridades juraban ante la Asamblea Legislativa, asumiendo sus funciones. (1)
¿Quién era Spruille Braden? Spruille Braden era uno de los dueños de la empresa minera Braden Copper Company de Chile que tenía intereses comerciales en la United Fruit Company. También fue director de la W. Averell Harriman Securities Corporation. Desempeñó un papel relevante en la Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay, preservando los intereses de la Standar Oil. Llegó a Buenos Aires, como embajador, el 9 de mayo de 1945.
La secretaría de Estado yanqui venía llevando una política internacional tendiente a aislar al Gobierno militar argentino, y Braden fue enviado a encabezar el plan. Como nunca antes en la historia mundial, un embajador se metió tanto en una política local como Braden, al punto tal que “el viejo toro” condujo la oposición a Perón y la formación de la Unión Democrática entre todos los partidos políticos existentes a la fecha. En sus primera reuniones con Perón, éste le expresó “prefiero ser poco conocido en mi Patria, a tener su apoyo, y convertirme en un hijo de puta(sic)”. Braden condujo personalmente la movilización oligarco-antiperonista de setiembre de 1945 en la Plaza Libertad de Buenos Aires. Se fue del país, pero volvió para conducir el proceso electoral. Convenció a todos de la importancia de la fórmula Tamborini-Mosca, y publicó el llamado “Libro Azul”, donde contaba la connivencia del régimen con el nazismo alemán. Perón le contestó con el libro “Azuly Blanco”, y su famosa frase al término de un discurso:


La elección:
Perón tenía pueblo detrás, pero no tenía estructura partidaria para llevar adelante una elección de tal magnitud. Cipriano Reyes y Luis Gay, a ejemplo del inglés, formaron el partido Laborista. En tanto que dirigentes radicales que se desprendieron del tronco alvearista, conformaron la UCR Junta Renovadora. Perón, en el péndulo de la balanza, y creyendo ver a dos ambiciosos en los leales laboristas con juego propio, escogió entre los radicales a su vice, así como Domingo Mercante, su brazo derecho, fue candidato a gobernador bonaerense.
La Unión Democrática propiciada por Braden, escogió la fórmula del radicalismo alvearista, o ‘uniuonista’, es decir, Tamborini, un antipersonalista de ley, que llegó a llamar al Yrigoyenismo como un movimiento de genuflexos, y Mosca, ex gobernador alvearista de Santa Fe. Todos los partidos apoyaron la candidatura, inclusive los conservadores, que fueron con lista propia. Historiadores gorilones suelen decir que si los candidatos hubieran sido Amadeo Sabattini o Alfredo Palacios, Perón la hubiera tenido más difícil, pero no concordamos. A Perón se la hizo fácil las injerencias de Braden, que fueron sumamente criticadas en su propio país.
Perón ganó la elección por amplio margen, y pudo asumir su primer gobierno constitucional, en junio de 1946.

(1). R. A. Humphreys, op. cit., pp. 201-202; F. Luna, op. cit., pp. 34-37. Véase en C. Escudé, op. cit., pp. 190-194, la evaluación del Libro Azul que hicieron los funcionarios del Foreign Office. Por otra parte, el Libro Azul fue rechazado por Brasil, Chile, México y Ecuador. El objetivo oficial norteamericano de obtener una declaración conjunta de América latina contra la Argentina se vio así frustrado. A su vez, el Foreign Office emitió el 14 de febrero una declaración breve y poco comprometida sobre  el Libro Azul. Los norteamericanos presionaron en favor de una reacción más pro-norteamericana. Los británicos respondieron que una declaración de apoyo al Libro Azul sería incoherente con su política antiintervencionista. Lo único que podían hacer era abstenerse de realizar actos de apoyo abierto al gobierno argentino, de aplaudir la honestidad de las elecciones, y de reconocer la contribución argentina a la recuperación europea por medio del envío de alimentos. La reacción británica era realmente significativa, dado la delicada situación financiera del Reino Unido y su dependencia de la buena voluntad norteamericana para un préstamo que se negociaba en ese momento. Los funcionarios británicos fueron conscientes de que si el Departamento de Estado los hubiera sometido a chantaje, se  habrían visto obligados a apoyar el Libro Azul. No obstante, esta situación no se produjo. Minuta de Perowne, 20 de febrero de 1946, AS 1202/235/2, FO 371/51809; Bevin a Inverchapel, 23 de febrero de 1946, AS 1123/235/2, FO 371/51809; Bevin a Noble, 18 de mayo de 1946, AS 2613/235/2, FO 371/51813, cit. en ibid., pp. 194-195.









domingo, 13 de abril de 2014

De cuando la CIA calificó a Fidel de agitador peronista

José Steinsleger - http://www.jornada.unam.mx/2014/04/09/politica/027a1pol 

Sabido es: en el bogotazo (Colombia, abril de 1948), fusil en mano, Fidel Castro (21 años) recibió su bautismo de fuego. Acontecimiento toral de nuestra América que… ¿inexplicablemente?, continúa interpretándose con enfoques seudoliberales, o bien con las premisas ideológicas impuestas por la llamada guerra fría (1946-89).

Paradójicamente, con razonamientos más fecundos, tocó al propio Fidel explicar la trascendencia de un hecho que guarda vigencia plena con la ofensiva política que el imperio desata en nuestros días contra Venezuela y Argentina (entrevista con el historiador colombiano Arturo Alape, El bogotazo: memorias del olvido, Casa de las Américas, La Habana, 1983).

Cuba vivía entonces la etapa final del corrupto gobierno de Ramón Grau San Martín (1944-48) y el líder opositor del Partido del Pueblo (ortodoxo), Eduardo Chibás, arengaba al pueblo con la consigna que Jorge Eliécer Gaitán, el mítico líder liberal de Colombia, pronunciaba para sus discursos contra los conservadores: ¡A la carga!

No obstante, y así como hoy ante el chavismo y la revolución bolivariana, el imperio alucinaba frente a la prédica latinoamericanista que el gobierno de Juan Domingo Perón difundía a través de sus embajadas (1946-52). Algunos de los viejos, por ejemplo, recuerdan al agregado laboral Luis Priori, quien había invitado a Santiago Touriño y Emilio Carrillo Ruiz, de la Federación de Estudiantes Universitarios de Cuba (FEU), a los cursos de verano de la Universidad de Buenos Aires.

Simultáneamente, la ONU celebraba en La Habana la primera gran conferencia sobre comercio y empleo (diciembre/marzo 1947/48), ocasión en la que la FEU aplaudió las denuncias del embajador y escritor argentino Diego Luis Molinari (1889-1966), jefe de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. “La política comercial de Estados Unidos –dijo– va dirigida a impedir la industrialización de América Latina”.

Molinari calificó al capitalismo yanqui de telaraña de Shylock, apretando el corazón de las multitudes hambrientas. Y en nombre de la delegación, se negó a firmar el Acuerdo Internacional de Tarifas y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés precursora de la Organización Mundial de Comercio). Así como tampoco ratificó el ingreso de Argentina al FMI y al Banco Interamericano de Reconstrucción y Fomento.

Por su lado, los jóvenes de la FEU andaban con otros problemas. ¿Cómo financiar –se preguntaban– el primer congreso estudiantil de América Latina, tarea a la que el joven dirigente comunista Alfredo Guevara (1925-2013) se había comprometido en el primer encuentro mundial de estudiantes de Praga (1947)?

El presidente de la FEU Enrique Ovares, Guevara, Fidel Castro, Rafael del Pino (no confundir con el general traidor) y Santiago Touriño se reunieron con Molinari en la embajada argentina. Y allí coincidieron en varios puntos: democracia en la República Dominicana azotada por la tiranía de Trujillo, independencia de Puerto Rico, devolución del canal de Panamá, soberanía sobre las islas Malvinas y, por sobre todo, solidaridad antimperialista, independencia y espíritu político de unidad distante de los intereses de Washington y Moscú.

En Buenos Aires, Molinari expuso la iniciativa al canciller Juan Carlos Bramuglia (1903-62), ideólogo y artífice de la tercera posición. Días después, la FEU recibió el telegrama que esperaban: Perón asumía el financiamiento del Congreso estudiantil, con pasajes aéreos, hoteles y alimentos para los delegados.

En principio, el encuentro estudiantil tendría lugar en Buenos Aires. Pero luego, y para lograrse un marco propicio, Perón dispuso que tuviera lugar en Bogotá, donde Washington había convocado a la novena Reunión de cancilleres para constituir la Organización de Estados Americanos (OEA).

El dirigente estudiantil peronista Antonio Cafiero emprendió una gira para lograr la adhesión en otros países. En Lima, con gran entusiasmo, la misión se entrevistó con Laura Meneses (1894-73), esposa del líder independentista de Puerto Rico Pedro Albizú Campos (1891-1965).

En el Hotel Nacional de La Habana, el grupo de Cafiero y la FEU coordinaron los aspectos del magno evento estudiantil. Que, a la postre, no pudo realizarse por el asesinato de Gaitán y el consecuente estallido social que en las calles de Bogotá dejó un millar de muertos y cinco mil heridos en tres días.

En su libro Últimas noticias de Fidel Castro y el Che (Ed. Vergara, 2007), el periodista argentino Rogelio García Lupo, uno de los fundadores de Prensa Latina y acucioso investigador de documentos desclasificados de la CIA, asegura que entre las policías de Estados Unidos y América Latina se subrayaba la peligrosidad de un joven agitador peronista (sic), nacido en Cuba.

Ya como senador nacional, Ca­fiero volvió a estar con Fidel en La Habana (1995). Escribe:Recordaba (Fidel) aquellos episodios hasta en sus mínimos detalles ( Clarín, 28/8/06). El político cuenta que charlaron durante horas, en las que expresó que como peronista discrepaba de la posición del gobierno de Carlos Menem, pero que nada podía hacer para cambiar esa situación. A lo que Fidel respondió: Se agradecen los gestos, no los resultados.

jueves, 10 de abril de 2014

Argentina y la siniestra reedición de Plan Morgenthau

Carlos Andrés Ortiz - http://spanish.ruvr.ru/2014_04_10/Argentina-y-la-siniestra-reedici-n-de-Plan-Morgenthau-0610/ 

La historia suele ser contada a conveniencia. En la actualidad, mucho se habla del Plan Marshall de ayuda financiera de EEUU a la Europa Occidental de posguerra, y luego de un plan similar aplicado en Japón, así como es muy promocionado el milagro alemán para referirse al rápido resurgimiento de la economía germana, y también el milagro económico japonés.

Pero es muy poco conocido el siniestro Plan Morgenthau, que debe su nombre al secretario de Hacienda de EEUU durante la Segunda Guerra Mundial y que precedió al Plan Marshall, siendo sus propósitos diametralmente opuestos.

El Plan Morgenthau formó parte de la batería de medidas y de instituciones a ser creadas por los aliados a partir de 1944 (o tal vez ya en 1943), cuando la marea de la guerra se posicionaba en contra del eje (Alemania, Japón, Italia y sus aliados); pensadas todas esas ideas para dar el contexto al mundo de posguerra, acorde ello a las prioridades de las potencias que a la postre resultarían vencedoras.

Demostrando un claro afán vengativo, sin importar las tremendas consecuencias sociales de su implementación, el Plan Morgenthau buscó mantener a Alemania sumida en el atraso permanente, imposibilitándole realizar ninguna acción concreta tendiente a reencauzarse en la senda del desarrollo. Para eso, los encargados de aplicar a rajatabla las feroces pautas del Plan, debían propiciar cualquier acción tendiente a mantener derruida y sin funcionalidad su infraestructura y a impedir recomponer la formidable estructura industrial y tecnológica que había caracterizado a este país desde fines del siglo XIX, además de evitar el progreso cultural de su población, incluso manteniéndola en niveles de pobreza económica y con carencias alimenticias, de sanidad y de instrucción. Con todo ello el Plan Morgenthau pretendía mantener a Alemania sumida en una economía primaria, subdesarrollada y desarticulada. Algo similar se pensó aplicar en Japón.

Curiosamente, muy pocos autores se refieren directa y claramente al Plan Morgenthau y a la esencia de genocidio económico del mismo. En tal sentido, es valioso consignar que a diferencia de las omisiones o meras menciones de otros autores, en la obra “Prosperidad y Crisis – Reconstrucción, Crecimiento y Cambio – 1945-1980”; Hermann van der Wee, en el volumen II, página 413, lo analiza en forma sobria pero muy explícita.

Sin embargo, entre 1947 y 1949, la situación cambió radicalmente, con el inicio de la Guerra Fría. Bajo ese contexto, Alemania (en ese momento Alemania Occidental) y Japón pasaron a ser dos piezas claves para contener la expansión comunista en Europa y el Este y Sudeste Asiático, respectivamente.

EEUU necesitaba impulsar las reconstrucciones civiles, la rápida mejoría de las condiciones sociales y el fuerte resurgimiento económico de Alemania Occidental y de Japón para operar como barreras o líneas de contención del comunismo y para que sirvieran confiablemente como plataformas de los despliegues de tropas y materiales estratégicos en el contexto del conflicto ya existente y no declarado formalmente que se conoció como la Guerra Fría.

La aplicación del Plan Marshall, implicó automáticamente la caducidad total del Plan Morgenthau, vigente en Alemania, y su similar en suelo japonés.

Menos conocido aún, y por cierto no explicitado como plan de público conocimiento, es la implementación de lo que puede llamarse “el Plan Morgenthau aplicable a Argentina”, de cuya instrumentación por cierto no existen antecedentes formales, pero en cambio la sucesión de hechos sutilmente concatenados, muestran demasiadas “casualidades” como para no poder afirmarse que se trató (¿o se trata?) de una brutal maniobra de “guerra blanda”, que como suele ser usual en esos casos, tiene objetivos que se siguen buscando, sin importar en forma crucial los plazos de ejecución.

Larga y continuada ha sido la historia de la injerencia –a veces sutil y en otros casos brutal y desembozada- del colonialismo anglosajón en los asuntos internos de Argentina; y ese detalle no hace al objetivo de este artículo.

En cambio sí cabe señalar que desde siempre hubo resistencias internas a ese rol de “país granja” subordinado, que se nos asignó desde afuera, con las complicidades internas. Ese factor de constante resistencia a las acciones colonialistas, sumado al reconocido enorme potencial de desarrollo de Argentina, y la posición referencial que nuestro país tiene desde sus orígenes para las naciones hermanas íberoamericanas, sin duda debe haber pesado mucho, para condenarnos a un futuro de miseria y disgregación política, como fue claramente el objetivo final del feroz neoliberalismo aplicado en Argentina durante un cuarto de siglo; y que los testaferros y voceros locales de esos poderes siguen presionando duramente para reinstalar, al como sea.

A partir del “proceso” (1976-1983), se instauró con notable ferocidad y consecuente total falta de sensibilidad social, un conjunto de medidas que destruyeron brutalmente el aparato productivo nacional, siendo acentuado su perfil anti industrial y antitecnológico; resultando explícito el objetivo retrógrado y anacrónico de reinstalar las estructuras feudales del país–estancia que opere como dócil colonia de las por entonces excluyentemente poderosas economías del G-7, y en particular las de EEUU y Gran Bretaña. Fue sin ninguna duda la aplicación adaptada en tiempo y lugar del pernicioso Plan Morgenthau.

Pero el “Plan Morgenthau a la argentina” no solo se ciñó a los siete años del tristemente célebre “proceso” cívico–militar. Su aplicación continuó profundizándose en las épocas de la llamada partidocracia cleptocrática, que atravesando las presidencias de Alfonsín, Menem y De La Rúa, nos llevó a los empujones a la severísima crisis de 2001/2002, la cual por muy poco no nos condujo a una situación de balcanización en media docena de republiquetas dóciles, tal como estaba previsto por los megas poderes financieros transnacionales globalizantes. Según concreto testimonio del que fui testigo de uno de los actores del complejo período de transición 2002/2003, los centros del poder neoconservador local apostaban a una guerra civil brutal… lo cual nos hubiera sumido en el caos total.

En todos esos años del cuarto de siglo neoliberal (1976-2001), la economía siguió deteriorándose, decayendo cualitativamente (cerrándose fábricas y desfinanciándose Universidades Nacionales y entes tecnológicos), el endeudamiento se acentuaba en forma descontrolada, la emigración de valiosa población seguía, y algunos hechos puntuales mostraban el perverso cariz que se imponía brutalmente: la transformación de escuelas técnicas en simples bachilleratos amorfos (una colonia-granja no “necesita” técnicos, ingenieros ni profesionales de ciencias duras); el vaciamiento de contenidos básicos en las escuelas (eliminando Historia y Geografía, y restando horas a Matemática y Lengua), con lo cual se buscaba embrutecer a la población; y el absurdo freno total impuesto a nuestro muy eficiente y avanzado Sector Nuclear, entre otras medidas muy negativas e indudablemente probatorias de la ejecución de un plan de destrucción sistemática de la economía y el tejido socio cultural de Argentina.

Todo acorde a las “observaciones” del historiador canadiense-británico Harry S. Ferns, quien afirmaba que solo mediante una guerra civil podrían anularse los notables avances concretados a partir de 1943/45, y a la medida de los intereses de ambas grandes potencias anglosajonas que en el cuadro de un país destrozado, o peor aún balcanizado en media docena de republiquetas dóciles, volvería a ser un fácil proveedor de materias primas baratas; a la vez que dejaría ser un poderoso factor de unidad, como lo es hoy en el Mercosur, la Unasur y la Celac; y no sería ningún obstáculo para las ansias expansionistas de la troika EEUU-Gran Bretaña-OTAN, en el Atlántico Sur, en la Antártida, e incluso en La Patagonia.

De hecho, las ONGs y Fundaciones ecologistas, indigenistas, derecho-humanistas, de “estudios” económicos y similares; transnacionales o las locales asociadas, operan como arietes de las guerras blandas, con las que persistentemente nos agreden, para volvernos al redil de los dóciles dominados.

Una Argentina fuerte será un poderoso factor de cohesión de los bloques de poder Íberoamericanos y Caribeños; bloques a cuya consolidación se oponen las potencias neocoloniales del siglo XXI, sus poderes financieros y sus brazos armados. De esa forma también evitaremos que –como sucedió antes tantas veces– esas grandes potencias nos usen como válvulas de escape para exportar sus crisis y sanear sus economías a costa nuestra.

martes, 8 de abril de 2014

La novedad que vino de la India

Boaventura De Sousa Santos - http://www.surysur.net/2014/04/la-novedad-que-vino-de-la-india/ 

En la última década, la India fue avasallada por el mismo modelo de desarrollo neoliberal que hoy domina en buena parte del mundo y que la derecha europea y sus agentes locales están imponiendo en el sur de Europa. Las situaciones de la India y el sur de Europa son difícilmente comparables, pero tienen tres características comunes.

Ellas son, la concentración de la riqueza, la degradación de las políticas sociales (salud y educación) y la corrupción política sistémica, que alcanza a los principales partidos que participan de los gobiernos y la administración pública.

La frustración de los ciudadanos indios ante la venalidad de la clase política llevó a un viejo activista neogandhiano, Anna Hazare, a organizar en 2011 un movimiento para luchar contra la corrupción, que ganó popularidad y transformó las huelgas de hambre de su líder en un acontecimiento nacional e incluso internacional. En 2013, un amplio grupo de seguidores decidió convertir al movimiento en un partido, al que llamaron el Partido del Hombre Común. El partido surgió sin grandes bases programáticas más allá de la lucha contra la corrupción, pero con un fuerte mensaje ético: reducir los salarios de los políticos electos, prohibir la renovación de los mandatos, basar el trabajo militante en voluntarios y no en funcionarios, luchar contra las asociaciones público-privadas en nombre del interés público, erradicar la plaga de los consultores a través de los cuales los intereses privados se convierten en públicos, promover la democracia participativa como una manera de neutralizar la corrupción de los dirigentes políticos. A partir de esa base ética, el partido se negó a ser clasificado como de izquierda o de derecha, dando voz al sentimiento popular de que, una vez en el poder, los dos grandes partidos de gobierno (el Partido del Congreso, centroizquierda, y el Partido Popular, derecha) apenas se diferencian.

En diciembre pasado, el partido compitió en las elecciones municipales en Nueva Delhi y, para sorpresa de sus propios militantes, fue el segundo partido más votado y el único capaz de formar gobierno. Fue un soplo de aire fresco y, en febrero, el Partido del Hombre Común era el centro de todas las conversaciones. De acuerdo con su magro programa, el partido propuso dos leyes, una contra la corrupción y otra instituyendo el presupuesto participativo en el gobierno de la ciudad, y exigió una reducción en el precio de la energía eléctrica, considerado un caso paradigmático de corrupción política. Como era un gobierno de minoría, dependía de sus aliados en la asamblea municipal. Cuando se le negó el apoyo, renunció en lugar de hacer concesiones. Estuvo 49 días en el poder y su coherencia hizo que viera aumentar el número de seguidores tras la renuncia.

Perplejo, le pregunté a un colega y amigo, quien durante 42 años fue militante del Partido Comunista de la India y durante 20 años miembro del comité central, qué lo había llevado a adherir al Partido del Hombre Común: “Fuimos víctimas del mismo veneno con que matamos a nuestros mejores militantes y dirigentes, favoreciendo una burocracia cuyo objetivo era mantenerse en el poder a cualquier precio. Es hora de empezar de nuevo, y como un militante voluntario de base”. Otro colega y amigo, socialista y fiel votante del Partido del Congreso: “Me sumé cuando vi que el Partido del Hombre Común se enfrentaba con Mukesh Ambani, el hombre más rico de Asia, cuya facultad para fijar las tarifas de electricidad es tan grande como para poner y sacar ministros, incluyendo a los de mi partido”.

Sospecho que tarde o temprano van a surgir partidos del hombre y la mujer comunes en nuestros países, asolados por la corrupción y por la captura de la democracia por parte de intereses minoritarios pero económicamente muy poderosos. En Portugal ya tiene nombre y muchos seguidores: se llamará Partido 25 de Abril (evocando la Revolución de los Claveles del 25 de abril de 1974). Cuarenta años después de la revolución, será la respuesta política a los que, aprovechando un momento de debilidad, destruyeron en tres años lo que los portugueses construyeron durante cuarenta.

El 25 de Abril es el nombre de los portugueses y las portuguesas comunes cuya dignidad no está en venta en el mercado de los mercenarios, donde todos los días se vende el país. Será un partido de nuevo tipo, que estará presente en la política de muchos países, sea que se constituya o no. Si se constituye, tendrá el voto de muchos y muchas; si no se constituye, igualmente tendrá el voto de muchos y muchas, bajo la forma del voto en blanco.

*Doctor en sociología, profesor catedrático de la Facultad de Economía y Director del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra (Portugal). Profesor distinguido de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE.UU) y de diversos establecimientos académicos del mundo.

viernes, 4 de abril de 2014

Similitudes y contradicciones

Jorge Rachid * - http://www.notinac.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=6792:similitudes-y-contradicciones&catid=44:opinion&Itemid=83 

¿Que tiene que ver la crisis de Crimea con la situación emergente de la Unión Europea pos caída de los Mercados? ¿Cual es el paralelo a trazar entre el desplazamiento del Primer Ministro Ucraniano y el Golpe de Estado contra el Presidente de Egipto al año de ser electo? ¿Existen acaso acciones comunes entre los acontecimientos provocados en Libia con la muerte por asesinato de Kadafy y la guerra civil mercenaria auspiciada en Siria, a los de ahora en Kiev? ¿La convulsión y caos provocados en Venezuela están conectados  con estos escenarios lejanos?

Sin dudas el mundo ha asumido la globalización y los países centrales han sido y son protagonistas centrales en estos intentos de controlar desde los recursos naturales a los Mercados, intentando como lo hicieron antes con el ALCA en América Latina, con el petróleo en el norte de África y Medio Oriente, intentan con la Alianza del Pacífico fragmentar el UNASUR y con los Fondos especulativos atacar los países emergentes en desarrollo, como lo hicieron con Turquía, Sudáfrica, Brasil y también nuestro país.

El primer Ministro ucraniano proruso, electo fue desplazado del poder por negarse a integrar a su país a la Unión Europea, que quiere abrir Mercados a cualquier costo, ante la incapacidad económica de los países miembros, varios al borde del default como España, Portugal, Irlanda, Grecia, Italia entre los mas afectados. Esa es la razón luego revestida, en un maniqueísmo mediático global presentado como un dirigente corrupto (mas allá que lo sea o no, deberá determinarlo la Justicia, nunca la mano golpista del imperio), que faltando sólo un año de nuevas elecciones , como a Lugo en Paraguay o Zelaya en Honduras, es expulsado por sucesiones supuestamente institucionales, manipuladas por sectores pro europeos.

Perón nos inculcó hasta el cansancio, que la política es la política internacional, así que la comprensión de estos acontecimientos, que vuelven a recrear una "guerra fría" que nunca se entibió, nos darán la visión de los próximos 30 años de la humanidad.

No es casual el doble estándar de las valoraciones sobre la soberanía de los pueblos, las elecciones plebiscitarias y las miradas sobre cada una de ellas. No dudaron en hacerlo en Malvinas para reafirmar la situación colonial, en población implantada, sin derechos tutelares sobre el territorio, a miles del millas marítimas del imperio inglés, pero fueron firmes en desconocer el plebiscito de Crimea, población rusa, desconocieron los votos egipcios, paraguayos y hondureños, como hoy avanzan sobre Venezuela, siempre en nombre de la "libertad y al democracia".

Se encontraron por supuesto con una Rusia en recuperación de sueños imperiales, con un mundo multipolar donde los actores son otros países como China e India, el mundo oriental, achica a Europa en sus pretensiones hegemónicas, la vuelve a volcar a EEUU de la mano inglesa, limitando el poder de Alemania sobre el resto de los países europeos. Los rusos siempre fueron educados como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y los Crimeos son ruso parlantes y usan ahora el rublo como moneda, por lo cual se agrava la crisis. Además Rusia maneja el gas y petróleo que fluye a la UE a través de Mar Negro, importancia estratégica de Crimea.

El mundo hegemónico en ese alineamiento automático mediático y comunicacional, nos presenta "los buenos, occidente, los malos los orientales", como anticipo que las próximas películas del EEUU vuelvan a las viejas series de los héroes anglo sajones peleando contra los pérfidos cosacos. Este entramado que afecta sin dudas a nuestra región y al mundo, está determinando un nuevo mapa mundial, que como preveíamos hace tiempo, intentaría rehacer la bipolaridad que recupere protagonismo de ambos gigantes,frente a potencias emergentes, que hasta ahora están calladas esperando el desarrollo de los acontecimientos como China , India, y el sudeste asiático poderoso además del oriente profundo.

Nada es casual en la globalización informática y de los mercados financieros, recordar que son los únicos beneficiarios de dicha globalización donde pasan las informaciones, el dinero, las mercaderías, las tropas pero no pasan los inmigrantes, los trabajadores, los humildes, los negros, los latinos, los africanos con barreras cada vez mas altas que avergüenzan a la humanidad. De la misma manera que miran hacia otro lado el drama Palestino, ignoran los asesinatos y agresiones norteamericanas en el mundo, la ocupación israelí de los territorios, todo en nombre de "su seguridad nacional", como si los demás países no tendríamos el mismo derechos de actuar en nombre de "nuestra seguridad". Alguien imagina un país latinoamericano avanzando con asentamientos sobre territorios de otro?, o acaso un presidente nuestro dando órdenes de ejecución a distancia, sin juicio previo ni derecho a defensa sobre ciudadanos propios o de otros países como hace Obama?.

Entonces empecemos a pensar en el mundo que viene, donde el peronismo que tiene mucho que aportar, desde la humanización de la política a la democratización del poder, y  lo hemos demostrado durante décadas, sin embargo también quieren castigar nuestro rumbo, también seremos atacados, también necesitan nuestros recursos naturales y nuestros mercados para sus productos atiborrados en Europa en crisis, avanzarán sobre nosotros, lo viene haciendo, no tienen escrúpulos ni pudor, el poder se maneja así. Por eso seguir las crisis que parecen lejanas es necesario porque golpean nuestras puertas.

*El autor es Médico-UBA. Posgrado en Medicina del Trabajo. Especialista en Seguridad Social. Profesor titular en Ciencias Sociales de la Universidad de Lomas de Zamora, y Profesor adjunto de la Cátedra de Medicina del Trabajo – UBA

domingo, 30 de marzo de 2014

Brasil: La lucha de Dilma Rousseff a 50 años de la dictadura

http://www.telegrafo.com.ec/mundo/item/la-lucha-de-dilma-rousseff-a-50-anos-de-la-dictadura.html 

Los muros que fueron el escenario de los 22 días seguidos de tortura que sufrió Dilma Rousseff en enero de 1970 fueron declarados patrimonio histórico. Allí, en la Rua Tutóia, en Sao Paulo, en barrio injustamente llamado Paraíso, funcionó uno de los mayores centros de torturas de la dictadura militar brasileña.

Y en Belo Horizonte, donde  la presidenta -una exguerrillera de las filas contra la dictadura militar- nació, estudió y comenzó a militar en política, el gobierno de la capital del estado de Minas Gerais organiza un circuito turístico sobre la memoria de la resistencia al régimen iniciado por un golpe militar ocurrido entre el 31 de marzo y el 1 de abril de 1964, del cual se cumplen 50 años.

Mientras, gracias a la Ley de Amnistía aprobada en 1979, los torturadores y asesinos del régimen militar (1964-1985) siguen en libertad. Los 5 dictadores que usurparon el poder -Humberto Castello Branco, Arthur de Costa e Silva, Emilio Garrastazú Médici, Ernesto Geisel y Joao Baptista Figueiredo- murieron sin ser juzgados. 

A los 50 años del inicio de la dictadura con el derrocamiento del presidente constitucional Joao Goulart, el gobierno del estado de Sao Paulo anunció que se cuidará como patrimonio histórico la comisaría que fue el principal centro de torturas del país, ubicada en la ciudad de Sao Paulo.

Allí funciona, todavía, la Comisaría 36 de la Policía Civil, pero en la época del régimen sirvió como centro de torturas clandestino de la Policía y el Ejército, primero llamado Operación Bandeirante y luego Departamento del Orden Interno-Centro de Operaciones de Defensa Interna. Los torturadores dejaron registros con 52 muertes en el lugar, que era el primero adonde iban detenidos los presos políticos antes de ser derivados a las cárceles o a fosas comunes, o al mar.

Entre los 5.000 torturados en la Rua Tutoia de Sao Paulo, está Dilma Rousseff. Fue detenida a los 22 años el 16  enero de 1970 a las 16:10 en el centro de la ciudad de Sao Paulo, haciendo un contacto clandestino en el marco de las organizaciones para la lucha armada urbana de su grupo, la Vanguardia Armada Revolucionaria (Var-Palmares).

La propia presidenta, en 2 relatos, contó lo que se vivió allí adentro, con torturas de todo tipo, durante 22 días seguidos, al diario Folha de Sao Paulo en una histórica declaración en 2009, cuando era jefa de ministros del exgobernante Luiz Lula da Silva: “Ustedes no saben la cantidad de secreción que sale de un ser humano cuando es golpeado y torturado. Porque esas cantidades de líquidos que tenemos, la sangre, la orina y la materia fecal aparecen en la forma más humana”.

Rousseff fue presa y trasladada hacia Río de Janeiro y Minas Gerais, donde también fue torturada por ser considerada, según documentos de la época, uno de los cerebros de los grupos de la resistencia.
El sitio donde fue torturada Rousseff en Sao Paulo fue declarado intocable por el grupo de patrimonio histórico del gobierno del Estado de Sao Paulo.

“Lo que queremos es que las personas reflexionen sobre este lugar, que será mantenido en pie por lo que significa para la historia de Brasil. También se debe discutir el presente, de qué forma están capacitadas y  actúan nuestras policías frente al tema de la seguridad pública”, dijo a EL TELÉGRAFO la historiadora Déborah Nunes, de la Unidad de preservación del patrimonio de la Secretaría de Cultura del estado de Sao Paulo.

Seis años después del paso por allí de Rousseff, el centro de torturas recibió a Vladimir Herzog, un periodista que dirigía la estatal TV Cultura a quien la dictadura consideraba comunista por el trabajo periodístico que ejercía.

En 1976 Herzog apareció ahorcado en su celda y el régimen distribuyó una fotografía del colgado en la celda. El montaje fue tan burdo que se descubrió, porque las piernas tocaban el piso, que había sido un asesinato.

En el marco de los actos a favor de la memoria histórica, también aparece la ciudad natal de Dilma Rousseff, Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais.
“Estamos lanzando el circuito turístico de la memoria en Belo Horizonte. Los lugares desde donde la juventud enfrentó al régimen militar buscando cambiar el país. También estarán los lugares que frecuentaba la generación de la presidenta Dilma”, dijo a EL TELÉGRAFO el presidente del ente municipal de turismo Belotur, Mauro Werkema.

En 1969 desde Belo Horizonte debió escapar y cortar sus estudios de economía la presidenta, en la época más dura del régimen de facto, que había aprobado un año antes el cese de las libertades públicas y de reunión y el inicio de la censura previa.

En Belo Horizonte, Rousseff militó en un grupo maoísta llamado Polop (Política Obrera). El circuito turístico incluirá la sede de la Policía Secreta, el Departamento de Orden Político y Social (Dops), el homenaje a las víctimas del régimen en la Avenida Affonso Pena, la principal de la ciudad, y los centros culturales y puntos de reunión de las manifestaciones contra la dictadura.

“Queremos divulgar el turismo cívico-político, como también están comenzando a hacer otras ciudades como Recife y Curitiba”, dijo el director de Belotur. El circuito puede ser usado por quienes vayan a Belo Horizonte a ver el Mundial 2014.

El aniversario 50 del golpe militar coincidirá con los peores días de la gestión Rousseff desde las manifestaciones de junio pasado. La popularidad de la mandataria cayó 6 puntos respecto de diciembre, según IBOPE (Instituto Brasileño de Opinión Pública e Estadística), al 48%, y en términos macroeconómicos la oposición está martillando sobre la rebaja de la nota que le otorgó a Brasil la calificadora Standard&Poors, rechazada vehemente por el Gobierno.

En vistas a las elecciones del 5 de octubre próximo, en las que la presidenta del Partido de los Trabajadores se juega la reelección, explotó en las manos del Gobierno un supuesto escándalo que le costó millones de dólares a la empresa estatal Petrobras por la compra irregular de una refinería en Pasadena, Texas, Estados Unidos.

En 2006, época de la adquisión, el consejo de administración de la gigante Petrobras estaba presidido por Rousseff, quien ha dicho que aprobó la compra de la refinería en base a un falló técnico que ahora considera que estaba equivocado.

Dentro del Partido de los Trabajadores, sectores que temen una sangría de popularidad de la presidenta pugnan por mover el banco de suplentes donde está sentado el líder del partido y el más popular de los políticos, el expresidente Luiz Lula da Silva, quien se niega a retornar como candidato.

jueves, 27 de marzo de 2014

Historia secreta de la ley de autoinmunidad de la dictadura argentina

Por Victoria Ginzberg - http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-242487-2014-03-23.html 

A mediados de 1983, los militares se preparaban para dejar el poder y buscaban garantizarse la impunidad. De esa preocupación salió la ley de autoamnistía (para ellos, de “Pacificación Nacional”). En un informe secreto, señalaban que esa norma era “el único instrumento válido que se opondría al cumplimiento del objetivo” de los organismos de derechos humanos, a los que ellos llamaban “organizaciones subversivas”.

Sacaban sus conclusiones del análisis de la coyuntura política y social y de datos recolectados por los servicios de inteligencia. Un informante clave fue el entonces juez José Nicasio Dibur. Este magistrado tenía a su cargo una causa vinculada con el testimonio del policía Rodolfo Peregrino Fernández, quien había roto el pacto de silencio a principios de 1983. Dibur informaba en detalle a los represores del “avance” de la investigación y advertía a los mensajeros que debían frenar el proceso o se vería “obligado” a citar a los acusados. En este contexto, los militares trataban de blindar a la tropa para que no hubiera nuevas “filtraciones”. La posibilidad era real: el policía Luis Patti, que estaba involucrado en el asesinato de los militantes peronistas Osvaldo Cambiasso y Eduardo Pereyra Rossi, amenazaba con hacer públicas las matrículas de los aviones que habían participado en los vuelos de la muerte si no recibía ayuda.

Esta información surge de los documentos hallados en el edificio Cóndor, sede de la Fuerza Aérea, a fines del año pasado y dados a conocer por el ministro de Defensa, Agustín Rossi. En el material que analizó un equipo encabezado por la directora de Derechos Humanos del ministerio, Stella Segado, están las actas de las juntas militares y el seguimiento de algunas leyes promovidas por la dictadura, entre ellas la de autoamnistía. Patti y Dibur están mencionados en una carpeta caratulada como secreta y elaborada por la Fuerza Aérea para el asesoramiento sobre la “ley de Pacificación”. “En los contactos extraoficiales establecidos por la secretaría general con el juez mencionado, éste manifestó su preocupación por el caso ante la posibilidad de verse obligado, por razones procesales, a iniciar las citaciones indicadas, por lo cual sugirió la necesidad de la urgente sanción de la ley, único medio de cerrar ese proceso que se tramita ante su juzgado”, dice el informe.

El “juez mencionado” era Dibur, quien tenía en su juzgado la causa sobre la Triple A, a la que se había agregado el testimonio de Rodolfo Peregrino Fernández, un policía que había trabajado en el Ministerio de Interior con Albano Harguindeguy y que en marzo de 1983 había aportado información sobre el terrorismo de Estado y la Triple A, ante la Ca-dhu (Comisión Argentina de Derechos Humanos), que integraban argentinos exiliados en Europa.

“La Doctrina comprendía la eliminación física de la llamada ‘subversión apátrida’ y una orientación ideológica dentro de los principios de ‘la defensa de la Tradición, la Familia y la Propiedad’. La Doctrina, además, tenía como propósito implantar el terror generalizado en la población para evitar que la guerrilla ‘se moviera como pez en el agua’. Son estos conceptos los que fundamentan la política de ‘desapariciones’ que desde antes, pero en forma especial a partir del golpe militar de 1976, comienza a ejecutarse en forma sistemática”, dice el testimonio de Fernández, que fue llevado ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

En su extensa declaración, habló del funcionamiento de la Triple A, la división de las Fuerzas Armadas y de Seguridad en Grupos de Tareas, la existencia de centros clandestinos de detención, el asesinato de Rodolfo Ortega Peña y el secuestro y desaparición de Lucía Cullen, entre muchas otras cosas. Fernández reveló ya en ese momento que escuchó “al teniente de navío Norberto Ulises Pereyro afirmar que se utilizaban aviones de la Prefectura Naval Nacional para el transporte y el lanzamiento en alta mar de prisioneros políticos secuestrados” y que supo que “algunos prisioneros, luego de ser adormecidos mediante la aplicación de una inyección, eran introducidos en bolsas especiales, en las cuales se les arrojaba”.

Luis Patti

En su informe secreto, los militares contaban en 108 los involucrados por Fernández en la declaración: 35 miembros del Ejército, 6 Luis Pattimarinos, 3 integrantes de la Fuerza Aérea, 45 policías, 4 jueces, 2 capellanes y 11 personas que figuran en el rubro “otros”. No sólo tenían en su poder todos los nombres, sino también un punteo de quiénes podrían ser imputados o procesados, datos que parecen provenir directamente del magistrado, que como queda claro manifestaba estar tan compungido como los involucrados por tener que avanzar con la causa y pedía a gritos que se impulsara la norma que podría acabar con ese penoso trabajo.

Los vínculos de Dibur con los militares ya estaban claros en esa época. Se sabía que junto con su colega Martín Anzoategui se había reunido con las “autoridades militares” interesado en que se impulsara una ley especial de jubilación para los jueces que cesaran en sus cargos cuando llegara el gobierno constitucional. A mediados de 1983, además, ordenó allanar las oficinas del diario La Voz, de Vicente Saadi, por una denuncia de la Junta sobre un “rebrote subversivo”. Con la llegada de la democracia, Dibur no resistió en el Poder Judicial. El gobierno de Alfonsín quiso ascenderlo a camarista pero, por sus vínculos con la dictadura, no pasó el filtro de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado, a la sazón controlada por Saadi.

Dibur dejó de ser juez y en ejercicio privado de la abogacía tuvo, entre otros clientes, a militares acusados de violaciones a los derechos humanos. Durante el menemismo, en 1992, entró en el Ministerio de Justicia como asesor y allí se quedó hasta que en 2008 Aníbal Fernández lo expulsó. Pero Dibur no era la única fuente jurídica de consulta y preocupación para los militares. Según se desprende del informe secreto y de las actas, para asegurarse la aplicación de la ley, la última Junta Militar llegó hasta la Corte Suprema. Su presidente, Adolfo Gabrielli, los dejó tranquilos. Les informó que la norma era aplicable y que no parecía tener “vicios de inconstitucionalidad”.

La amenaza

En el mismo momento en que se discutía la posibilidad de promulgar la “ley de Pacificación”, Emilio Eduardo Massera estaba preso por el asesinato del empresario Fernando Branca. Y un caso acaparaba la atención de los medios: el asesinato de Cambiasso y Pereyra Rossi.

Los dos militantes peronistas conversaban en el bar Magnum, de Rosario, cuando fueron secuestrados por un grupo parapolicial. Tres días después sus cuerpos aparecieron baleados en Zárate. El 17 de mayo, el Ministerio de Interior y la Policía de la Provincia de Buenos Aires informaron que habían sido “abatidos en un enfrentamiento” con efectivos del Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional de Tigre. Los policías involucrados eran los suboficiales Rodolfo Diéguez, Juan Amadeo Spataro y el oficial principal Luis Abelardo Patti.

Los peritajes demostraron que ambos fueron golpeados y torturados antes de morir. Había hematomas, rastros del empleo de picana eléctrica y muestras de pólvora sobre el antebrazo izquierdo de Pereyra Rossi originadas por un disparo a quemarropa. En junio, el juez penal de San Nicolás Juan Carlos Marchetti dispuso la prisión preventiva de los tres agentes de la Bonaerense por “homicidio calificado reiterado”. Los policías estuvieron presos cinco meses, hasta noviembre de 1983, cuando se dictó su sobreseimiento provisorio.

A mediados de 1983, cuando la Fuerza Aérea analizaba su posición respecto de la ley de autoamnistía, la situación judicial de Patti todavía era complicada. Por eso, el futuro intendente de Escobar se las arregló para enviar un mensaje.

Bajo una sello que señala que el contenido es “estrictamente secreto y confidencial”, se informa que “se tiene conocimiento que (el comisario Patty sic)” había expresado lo siguiente: considera que la Fuerza Aérea argentina se está oponiendo sistemáticamente a la promulgación de la ley de pacificación. En caso de que su problema salga mal, o que no sea solucionado, ha conseguido y dará a conocer los aviones (matrículas), aeropuertos, destino, fechas y personal que trasladó delincuentes terroristas a disposición final”.

arg ley pacificacion1De la lectura integral de la carpeta se desprende que tal vez más que una escalada judicial, los militares temían que se rompiera el “pacto de silencio” entre sus subordinados. De allí –y luego de la experiencia de Rodolfo Peregrino Fernández– la particular atención sobre Patti.

Pero hay más. Motivados por esta inquietud, se ordenó un relevamiento y análisis de los casos de los miembros de las Fuerzas Armadas detenidos en el penal de Magdalena y en Caseros, a quienes se describe como “potenciales difusores de denuncias”. En la misma hoja que sirve de carátula a esta lista de militares arrestados, hay una inscripción a mano y en cursiva en donde están los argumentos que debían repetir quienes hacían las visitas para sondear su estado de ánimo y su posible predisposición a abrir la boca: “Todo el que habla se autoincrimina. Endurecimiento por denuncia tardía. Si los otros niegan, quedará solo como responsable. Pueden ser indultados o conmutados sin necesidad de incluirlos en la amnistía”.

arg ley pacificacion“Los documentos muestran la doble cara de la Justicia. Si bien una parte de la Justicia fue cómplice, la mayoría se adaptó a la dictadura. Acá se ve una Justicia que supuestamente empieza a movilizarse por las denuncias pero por otro lado pide la sanción de la ley para no avanzar a fondo”, señala la historiadora Marina Franco, que trabaja sobre los últimos años de la dictadura y los primeros de la democracia.

La investigadora del Instituto de Altos Estudios Sociales (Idaes) de la Unsam y del Conicet recuerda que el principal “obstáculo” que tenía la ley de autoamnistía eran las propias Fuerzas Armadas, que estaban divididas respecto de ella. El Ejército era la fuerza que más interesada estaba en que la norma saliera rápido y fuera todo lo abarcadora que fuese posible, sobre todo que dejara tranquilos a aquellos que, como Patti, estaban comprometidos por hechos que eran recientes. La Fuerza Aérea, que era el sector que en general aparecía como “menos comprometido”, decía que no creía en la “oportunidad” de la ley, consideraba mejor esperar a que saliera luego de las elecciones de octubre o incluso que la propiciara el gobierno constitucional.

La Marina se oponía a la ley. Junto con un sector del Ejército, consideraba que debían darles las gracias por los crímenes cometidos y no aceptaban ser equiparados a “la subversión”, a la que también alcanzaba la ley, a la que ningún militar de ninguna fuerza decía de “amnistía” porque creían que remitía a la de Héctor Cámpora. En la Armada avisaban, además, que no tenían intención de mover un pelo para salvar al caído en desgracia Massera.

“Los militares querían cubrirse las espaldas y creían que la ley iba a ser respetada, ya que históricamente las decisiones de las dictaduras no habían sido revisadas por los gobiernos constitucionales posteriores. Lo que pasó después habla de la voluntad política de Alfonsín, pero también de la debilidad misma de los militares, que venían de la guerra de Malvinas”, asegura Franco.

Lo que nunca se imaginaron los militares era que lo primero que haría el Congreso luego del regreso de la democracia sería anular esta ley, acción que fue el primer paso para poder llevar a cabo luego –una vez que los militares dejaron claro que la Justicia castrense no lo haría– el Juicio a las Juntas.

La ley de “pacificación”

La Ley 22.924, de “Pacificación Nacional”, fue promulgada el 22 de septiembre de 1983 y se hizo conocida como ley de autoamnistía.arg dictadura_militar

El artículo 1 declaraba “extinguidas las acciones penales emergentes de los delitos cometidos con motivación o finalidad terrorista o subversiva, desde el 25 de mayo de 1973 hasta el 17 de junio de 1982. Los beneficios otorgados por esta ley se extienden, asimismo, a todos los hechos de naturaleza penal realizados en ocasión o con motivo del desarrollo de acciones dirigidas a prevenir, conjurar o poner fin a las referidas actividades terroristas o subversivas, cualquiera hubiere sido su naturaleza o el bien jurídico lesionado. Los efectos de esta ley alcanzan a los autores, partícipes, instigadores, cómplices o encubridores y comprende a los delitos comunes conexos y a los delitos militares conexos”.

El artículo 5 decía que “nadie” podría “ser interrogado, investigado, citado a comparecer o requerido de manera alguna por imputaciones o sospechas de haber cometido delitos o participado en las acciones a los que se refiere el artículo 1º o por suponer de su parte un conocimiento de ellos, de sus circunstancias, de sus autores, partícipes, instigadores, cómplices o encubridores”. El 12 ordenaba a los “Jueces Ordinarios, Federales, Militares u organismos castrenses ante los que se promuevan denuncias o querellas fundadas en la imputación de los delitos y hechos comprendidos en el artículo 1º” rechazarlas “sin sustanciación alguna”. Luego de asumir, Raúl Alfonsín envió al Congreso un proyecto de ley para derogar dicha ley. Dicha derogación fue la primera ley aprobada por el Congreso Argentino tras la restitución de la democracia.

jueves, 20 de marzo de 2014

Ganadores de la década

Por Jorge Halperín* - http://lateclaene6.wix.com/revistalateclaene#!jorge-halpern/ct05

Si se ensaya el ejercicio de leer como un cuentito con moraleja el conjunto de las noticias cotidianas y columnas de “Clarín”, “La Nación”, “Perfil”, “Infobae” y el circuito audiovisual y virtual de estos medios empresarios opositores, entre otras cosas se lleva uno la impresión de que en el paisaje de la política y la economía hay un protagonista excluyente que es el gobierno, y todos los otros actores sólo se mueven como respuesta “natural” a las torpezas y embestidas oficiales.

La manera en que presionan sobre el gobierno, su altísimo protagonismo y el daño que le hacen al conjunto de la sociedad la concentración económica, los monopolios y oligopolios y la posición dominante nunca es un tema en esos medios. Es invisible. Y, probablemente, la mayoría de los argentinos no tenga la menor idea.

Esto viene a cuento para medir la relación entre poder y visibilidad en la batalla cultural para ganar el sentido común.

Al conjunto de América Latina le fue muy bien en la década pasada y hubo avances en la distribución de la riqueza. No obstante, el boom de las materias primas en los mercados internacionales impactó en la región re-primarizando sus economías. América Latina sigue vendiendo al mundo casi exclusivamente commodities. Argentina fue contra la corriente: el gobierno aplicó políticas para frenar aquella tendencia y darle prioridad a la actividad industrial.Lo cierto es que, además de comerse una pelea brutal con el poderoso agro pampeano, no alcanzaron esas políticas para cambiar el paisaje de un tejido industrial débil, incompleto y extraordinariamente concentrado. El ejemplo es la industria automotriz, que fue la fuerza de arrastre de la industria junto con la construcción, y cuya integración es tan débil que el 80 % de los componentes de los autos son importados, cuando no los autos completos. Consecuencia: mejor le va a la industria automotriz y al resto de las industrias, peor les va a las reservas del Banco Central.

Y eso, junto con una rentabilidad extraordinaria de los commodities en los mercados mundiales, explica que, también entre nosotros, los principales ganadores de la década ganada fueran los exportadores de las materias primas del agro, la minería y el petróleo. Los avances producidos en materia de democracia y en calidad de vida de las mayorías justifican hablar de una década ganada. Pero, en rigor de verdad, los grandes ganadores de la década ganada son esas minorías poderosas paradas sobre los productos de la tierra.

Por eso no es sorprendente que el único actor de peso que pudo hacer morder el polvo dos veces en diez años a los gobiernos kirchneristas sea el gran capital del agro y las exportadoras cerealeras. Y estamos pensando en la votación negativa de la Resolución 125, en 2008, y en la fuerte devaluación que forzaron en enero.

No podrían haber sido las petroleras ni las mineras. ¿Por qué? Porque son trasnacionales enormemente poderosas, pero sin capacidad por sí solas para producir un hecho político: no tienen las inmensas ramificaciones que posee el agro en todo el país, con decenas de miles de pequeños y medianos productores, y una miríada de pueblos en todos los rincones que dependen de la bonanza del campo.

Sólo la oligarquía terrateniente pampeana y el selectísimo club de cerealeras que exportan al mundo fue capaz de arrastrar en una alianza anti-gobierno a pequeños y medianos productores y arrendatarios rurales, sectores de la gran industria y clases medias de los grandes centros urbanos, con la ayuda crucial del oligopolio mediático, su socio en Papel Prensa y otros medios opositores.

Y tan fuerte ha sido ese poder, que este enero puso en aprietos al gobierno, ahora sin necesidad de que los pequeños y medianos productores volvieran a cortar las rutas ni presionar a partidos de la oposición para clamar a favor del campo.

Es cierto que esta vez tomaron al gobierno en falsa escuadra: hoy se atraviesan nuevas dificultades, básicamente las que surgen de las presiones inflacionarias y los problemas que traen a las reservas la fuga de divisas, la enorme factura de importación de combustibles y la igualmente enorme factura por importaciones de insumos.Sin contar con que el deffault de 2001 nos convirtió en el único país de la región que no accede a créditos internacionales.

Pero hasta la inflación remite al esfuerzo hecho por industrializar. Porque, en buena medida, es la reacción de los sectores concentrados a las políticas que aplicó el gobierno para no re-primarizar la economía, apoyando fuertemente a la industria y a la creación de millones de empleos. Que el salario medio de Argentina sea superior al de casi todos los países de América Latina no es casual: se explica por el poder recobrado aquí por los sindicatos por el bajo desempleo, y por la fuerza de las paritarias. Pero, claro, la puja distributiva es a los trompazos inflacionarios.

Hace muchas décadas escuché a un conocido sociólogo decir que Argentina es un país con industrias, no un país industrial. Y lo explicaba diciendo que los industriales no reinvierten sus ganancias en industria sino en campos, y en aquel momento la fuga de divisas aún no tenía el tamaño monstruoso de hoy.

Así, cuando nos va bien y el consumo alcanza topes, nos empieza a ir mal.

Pero, con este escenario, en las tensiones que se vienen sufriendo este verano sólo hay dos grandes actores: de un lado, las corporaciones y, del otro, el gobierno popular. No hay nada más, excepto el oligopolio mediático y sus amigos. Los partidos de la oposición no figuran: no levantan demasiado la voz para cuestionar al gobierno, pero tampoco para apoyarlo ante la ofensiva cambiaria. Probablemente, apuestan a un eventual futuro en el cual las corporaciones no les bajen el pulgar como alternativa de gobierno.

Y el sindicalismo, al cual el gobierno empoderó notablemente en la década, aparece dividido y algunos tirando besitos a los ajustadores. Hace falta que adviertan los riesgos de soltar la mano a esta política que los incluye, y también hace falta que el gobierno siga pareciéndose a sí mismo, pero redoble el esfuerzo en una política para ganar aliados porque en esta película hay muchos actores que andan por ahí sin letra.

*Periodista