sábado, 4 de septiembre de 2010

Medios contra gobiernos - La derecha en América latina

Por Pablo Bilsky. - http://redaccionrosario.com/noticias/index.php?q=node/9554

Los procesos de cambio que se están desarrollando en Bolivia, Ecuador, Venezuela, Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina se enfrentan a la cerril oposición de los grandes medios hegemónicos, que están inmersos en una campaña de engaño y ocultamiento con el fin resucitar las viejas recetas neoliberales y negar los avances de los gobiernos que rechazaron ese paradigma. Pero el cambio y la integración regional no se detienen, y ya se consolidan nuevas formas de comunicación que conciben a la información como derecho humano y no como mercancía.


Más allá de las enormes diferencias entre los procesos de cambio que se están desarrollando en Bolivia, Ecuador, Venezuela, Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina, todos ellos comparten enemigos similares: medios de comunicación concentrados que hacen las veces de oposición. Estos medios no sólo son de derecha, sino que constituyen “la derecha”, y así, con su poder económico y su prédica ideológica, ocupan el lugar de las caducas e ineficientes estructuras partidarias conservadoras, que no saben o no pueden satisfacer las demandas de los poderes fácticos.

La pelea que el gobierno nacional de la Argentina está librando contra los monopolios mediáticos se enmarca en un contexto regional en el que gobiernos que plantean un cambio de paradigma, superador del neoliberalismo, se enfrentan a la cerrada oposición de los medios de comunicación hegemónicos apoyados en posiciones dominantes. Estas grandes empresas atentan en forma sistemática contra la libertad de prensa y la libre expresión de otros sectores sociales no vinculados a los poderes más concentrados.


Ante esta situación, tanto los gobiernos como las organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía recurren a salidas alternativas, y construyen nuevas maneras de comunicar que sí cumplen con el básico servicio de poner a disposición de la gente la información básica para la toma de decisiones. Pero los monopolios están dispuestos a dar batalla para abortar este proceso de liberación, y lo están hacaiendo con las armas más sucias.

Los medios alternativos son una construcción social de larga data. Surgieron como resultado de la lucha de cientos de organizaciones civiles, y se constituyen hoy en la opción más apta para superar una situación dominada por los medios hegemónicos, que se manejan con la lógica del mercado: para los monopolios, la información es una mercancía más, y no un básico derecho humano. El otro camino elegido por los gobiernos de la región es comunicar directamente, y en este sentido, además de promover nuevos medios estatales, son los propios presidentes los que salen al ruedo convertidos en improvisados comunicadores, con programa propio en muchos casos.


Lula, que mantuvo una lucha sin cuartel con la red O Globo, escribe una columna semanal, titulada "El presidente responde", que se publica en varios diarios de Brasil. José Mujica charla con el pueblo uruguayo a través de su columna radial, "Habla el presidente". En Ecuador, el presidente Rafael Correa, que estatizó canales de televisión y se halla inmerso en una pelea con los medios hegemónicos para elaborar una nueva ley de prensa, también tiene su propio programa de radio, se denomina "El presidente dialoga con el pueblo", y se emite en cadena por 54 emisoras que apoyan la gestión del gobierno. El famoso programa televisivo de Hugo Chávez "Aló presidente" es ya un clásico en la región.

El paradigma neoliberal fue impuesto siempre a sangre, fuego y mentiras. Por estos días, las grandes multinacionales, las oligarquías, los intereses concentrados y los monopolios que operan en la región necesitan crean una realidad paralela, una enorme ficción, una suerte de Matrix. De otra manera, no podrán evitar que asome la verdad incontrastable: el abandono del neoliberalismo benefició a las mayorías, reconfiguró toda la geopolítica de la región y la impulsó a ocupar un sitio que hacía tiempo no ocupaba. Para volver a imponer recetas antiguas, gastadas, cuyo resultado es conocido –hambre y represión–, es necesario un gigantesco engaño, un gran teatro, una farsa, una mascarada del tamaño del continente. Y nada mejor que los medios de comunicación para cumplir con esta tarea de crear “realidades paralelas” al servicio de la engañifa neoliberal. Las grandes corporaciones descansan hoy en los medios, muchos de los cuales, además, les pertenecen. La dirigencia política conservadora, tradicional, de derecha, se está comportando como el empleado bobo de los poderes fácticos. La Argentina es uno de los más claros ejemplos en este sentido. A los medios, en cambio, les cabe el sitial del “empleado del mes”: son fieles, serviles, rastreros, y siempre atentos a los requerimientos de los que mandan.


Por esto y no por otra cosa, por enfrentar a los monopolios, por osar contradecir las mentiras de las corporaciones con verdaderas y tangibles medidas de gobierno, por eso Evo es Belcebú; Lula es Mefistófeles; Chávez es el Demonio; Correa es Satanás; Mujica es Mandinga; Lugo es un Incubus sulfuroso, y Cristina, una perversa diablesa. Todos son protervos avatares del Ángel Caído en el mundo paralelo que intentan construir las corporaciones. Pero otro mundo es posible.

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