domingo, 21 de julio de 2019

Argentina: El aguinaldo es una conquista de los trabajadores


Por decreto N° 33.302 del 20 de diciembre de 1945 el Coronel Juan Perón crea el “Instituto Nacional de Remuneraciones”, se otorga un aumento salarial y se instituye, por primera vez, el sueldo anual complementario o aguinaldo.
Ante la reacción oligárquica, el 10 de octubre de 1945, el coronel Juan Perón es forzado a renunciar a los cargos de Vicepresidente, Ministro de Guerra y Secretario de Trabajo y Previsión. En un acto improvisado Perón -ya sin cargos- se despide de los trabajadores desde las antiguas oficinas de la Secretaría de Trabajo y Previsión. Evita estaba presente. Allí, Perón pronuncia un célebre discurso en el que detalla un avanzado programa de reivindicaciones laborales.
Resaltó: “También dejo firmado un decreto de una importancia extraordinaria para los trabajadores. Es el que se refiere al aumento de sueldos y salarios, implantación del salario móvil, vital y básico y la participación en las ganancias. Dicho decreto, que he suscripto en mi carácter de Secretario de Estado tiene las firmas de los ministros de Obras Públicas y de Marina, y beneficia no solamente a los gestores de la iniciativa -la Confederación de Empleados de Comercio-, sino a todos los trabajadores argentinos”.
Los acontecimientos después de la renuncia de Perón son conocidos: entre el 10 y el 12, estuvo clandestino, el 13 fue detenido y llevado a Martín García. Acontecería, luego la jornada histórica del 17 de octubre, con la gran movilización obrera y popular, marchando desde los barrios obreros, desde las fábricas, hacia la Plaza de Mayo. En Rosario, La Plata, Ensenada, Berisso, y en otros lugares, se dieron importantes movilizaciones populares.
La lucha para que se hiciera efectivo el Decreto continuó por varios meses. El 11 de diciembre, se realizó un acto en Plaza de Mayo, convocado por la CGT, el sindicato de Empleados de Comercio y la Federación de Empleados Telefónico. El reclamo central era por la sanción del decreto.
Las movilizaciones y reclamos, dieron sus frutos cuando se dio a conocer el 20 de diciembre de 1945 el Decreto 33.302, por el cual se aumentan los salarios, se creaba el Instituto Nacional de Remuneraciones, cuya función era entre otras fijar el salario mínimo y se instituyó el sueldo anual complementario o aguinaldo.
La medida provocó gran júbilo en los sectores populares, indignó a los sectores patronales e incluso también a quienes ironizaban acerca del absurdo que significaba suponer que el año tenía trece meses, como expresaba Jorge Luis Borges. Se dejó en suspenso la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas.
La Unión Industrial y la Bolsa de Comercio coincidieron en sostener la ilegalidad de la medida y que era imposible aplicarla. Unos días después, más de dos mil delegados del Comercio, la Industria y la Producción se reunieron en la Bolsa de Comercio. Allí se resolvió desconocer la medida e impulsar un lock out de tres días en todo el país del 14 al 16 de enero de 1946.
Los empresarios paralizaron el país durante tres días, mientras los trabajadores se movilizaban y realizaron varios paros reclamando que se respetara lo establecido en el Decreto 33.302 y se hiciera efectivo el pago del aguinaldo.
Con el correr de los días ante la firme respuesta de los asalariados, los patrones fueron aceptando lo establecido en el Decreto. Una vez más habían chocado los intereses de empresarios y trabajadores.
El aguinaldo o salario número 13 posteriormente fue dividido en 2 pagos anuales por la Ley Nº17.620/68. Idealmente serían el 30/06 y el 31/12, sin embargo la Cámara del Trabajo de la capital federal falló que pagar dentro de los 4 días hábiles posteriores al vencimiento de cada uno de los semestres también estaba permitido, como margen a los empleadores.
El aguinaldo se estableció como el 50% de la mayor remuneración devengada por todo concepto dentro del 1er. semestre o 2do., según corresponda. Así quedó establecido en el artículo 3º del Decreto Nº 1.078/84. Se incluye el sueldo bruto, las comisiones, horas extras, a cuenta de futuros aumentos, viáticos, premio por asistencia y premio por puntualidad, pero NO se deben incluir las asignaciones familiares, beneficios sociales, viáticos pagados contra comprobantes de gastos y rubros no remunerativos.
A fines de 1945 y comienzos de 1946 las elecciones se disputaban entre la Unión Democrática (Tamborini-Mosca) y el Laborismo (Perón-Quijano), y contra todo pronóstico, el futuro Partido Justicialista se impuso, en las elecciones del 24/02/1946, con el 53% de los votos contra el 43% que sacó la UD.
Una vez en la Presidencia, el aguinaldo fue ratificado por la Ley Nº12.921, el 20/12/1946.
El aguinaldo no es una práctica generalizada en el mundo y son pocos los que lo tienen como una ley constitucional. Es común que muchos trabajadores cobre una suerte de “bonos” a fin de año, pero estos están librados a voluntad de los gerentes y los balances de las empresas.

miércoles, 10 de julio de 2019

Macri, anatomía de una deuda inútil

 Guillermo Oglietti, Pablo Wahren, Nicolás Oliva y Alfredo Serrano Mancilla -.http://www.la-epoca.com.bo/2019/07/10/macri-anatomia-de-una-deuda-inutil/

El volumen de la deuda adquirida por el Macrismo no tiene parangón en la historia argentina; sin embargo, el destino que hizo el Gobierno de ella ha impactado muy desfavorablemente en quienes deberán pagarla.
La deuda que ontrajo el Gobierno de Mauricio Macri en los tres primeros años equivale a un Plan Marshall en valores actuales (120.532 millones de dólares). De dicha deuda recibida en estos años, el FMI aportó 39.000 millones de dólares, y desembolsará en los próximos meses 18.000 millones de dólares adicionales.
En Europa, el Plan Marshall sirvió para reconstruir su infraestructura, su capacidad productiva y para fortalecer su Estado de Bienestar tras la II Guerra Mundial. En cambio en Argentina, a pesar de tal nivel de endeudamiento, en estos años la economía se contrajo un -2% acumulado; los precios obtuvieron una subida de 168,9%; el desempleo aumentó hasta un 10,1%; y la pobreza se incrementó hasta el 32%.
La extraordinaria toma de deuda en moneda extranjera hizo que el de Macri fuera el Gobierno con la mayor disponibilidad de divisas de la historia argentina. Si contemplamos, en conjunto, los ingresos de divisas por deuda, exportaciones e inversiones externas, el Gobierno de Macri recibió 130 mil millones de dólares al año, de los que apenas el 56% provino de las exportaciones. A dólares de 2018, la Dictadura (1976-1983) recibió 28 mil millones de dólares por año, la Convertibilidad (1991-2001) 65 mil millones de dólares anuales, y el Kirchnerismo (2003-2015) 89 mil millones de dólares anuales, de los cuales un 86% fueron ingresos de exportación.
De cada 100 dólares disponibles, Macri usó 60 para partidas financieras (fuga de capitales, intereses, pagos de deuda, y remisión de utilidades y dividendos), 17 para importaciones ociosas y apenas 23 para importar bienes vinculados a la producción.
De acuerdo a estimaciones de CELAG, realizadas con el modelo econométrico clásico de crecimiento, si la economía argentina se hubiese comportado como en las últimas cuatro décadas, dada la disponibilidad de divisas con las que contó el Macrismo, el PIB de 2018 sería hasta un 8% más alto que en 2015, en lugar de un 2% más bajo. Dicho de otro modo: el uso de los dólares del modelo económico de Macri encogió la economía un 2%, mientras que si se hubieran seguido empleando las divisas como se había venido haciendo antes, la economía habría crecido hasta un 8%.
En estos tres años, la economía argentina desperdició hasta unos 3.985 mil millones de pesos por el mal manejo de divisas. Equivale al costo de construir hasta 5.756 hospitales, 32.217 escuelas, o hasta 31 años de Asignación Universal por Hijo.
En términos de empleo, no sólo no hubiese caído el nivel de ocupación sino que se podrían haber creado hasta 130 mil puestos de trabajo nuevos.
Finalmente, el próximo Gobierno deberá abonar en sólo cuatro años 130 mil millones de dólares en concepto de capital e intereses. Ello es es particularmente complejo en un país que, desde principios de 2018, se encuentra aislado de los mercados financieros internacionales a causa de la desconfianza que despertó la macroeconomía local, lo que dificulta las posibilidades de refinanciamiento.

martes, 2 de julio de 2019

Tratado Roca-Runciman





En 1933 se firma en Londres lo que se conoció como el Tratado Roca-Runciman, mediante el cual Gran Bretaña prometió seguir comprando carne argentina, y nuestro país liberó de impuestos a todos los productos británicos, se comprometió a no instalar frigoríficos nacionales y cedió el monopolio del transporte público.
Pablo Vázquez, coordinador del área Biblioteca y Archivo del Instituto Nacional Eva Perón, explica los alcances del acuerdo.

viernes, 21 de junio de 2019

20 de Junio, Día de la Bandera Argentina



 
Luego del glorioso mayo de 1810 los conflictos entre patriotas independentistas y aquellos que aún apoyaban a los realistas se libraban en diversos frentes de América, tanto externos como internos.
En ese contexto, hacia finales de 1811,  se produjeron numerosos ataques realistas sobre las costas del río Paraná. A partir del 23 de septiembre de ese año el Primer Triunvirato gobernaba las Provincias Unidas del Río de la Plata y el 24 de enero de 1812 encargó a Manuel Belgrano partir a Rosario poniéndolo al mando del Regimiento 5 de Patricios.
A fin de unificar a sus hombres en la defensa de una misma causa, Belgrano pidió y logró que el 18 de febrero de 1812 le permitieran a sus soldados usar una: “escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata de dos colores, blanco y azul celeste, quedando abolida la roja”. El 23 de febrero de 1812, Belgrano le anunció al Triunvirato que había entregado las escarapelas a sus tropas para que “acaben de confirmar a nuestros enemigos de la firme resolución en que estamos de sostener la independencia de la América'.
Con patriótico entusiasmo el 27 de febrero de 1812 Belgrano inauguró una nueva batería a la que llamó Independencia. Para ello  hizo formar a sus tropas frente a una bandera que había cosido con los colores de la escarapela, una vecina de Rosario, doña María Catalina Echeverría. Su creador ordenó a sus oficiales y soldados jurarle fidelidad diciendo “Juremos vencer a los enemigos interiores y exteriores, y la América del Sur será el templo de la Independencia y de la Libertad” Inmediatamente envió una carta a Buenos Aires, para comunicarle lo actuado, pero ese mismo día el Triunvirato lo designó al mando del Ejército del Norte.
La noticia no fue bien recibida en Buenos Aires, dado que Bernardino Rivadavia, secretario del Triunvirato, estaba negociando con Gran Bretaña (entonces aliada de España) la retirada de los portugueses de la Banda Oriental. La condición que los ingleses exigían para la retirada de las tropas enemigas era que no se mencionase el tema de la “independencia”.
Cuando Belgrano había ya partido a cumplir su nuevo cargo llegó la carta enviada por Rivadavia (de la cual él no se enteró hasta meses más tarde) que decía: “La demostración con que Vuestra Señoría inflamó a las tropas de su mando enarbolando la bandera blanca y celeste, es a los ojos de este gobierno de una influencia capaz de destruir los fundamentos con que se justifican nuestras operaciones"
Por su parte, orgulloso durante su recorrido hacia el norte Belgrano siguió desplegando el simbólico estandarte, que fue bendecido por el sacerdote Juan Ignacio Gorriti, el 25 de mayo de 1812 en la Catedral de Jujuy.
Finalmente en el mes julio recibió las intimidatorias órdenes del Triunvirato. Su respuesta fue decidida y tajante: "Puede V. E. hacer de mí lo que quiera, en el firme supuesto de que hallándose mi conciencia tranquila, y no conduciéndome a esa, ni otras demostraciones de mis deseos por la felicidad y glorias de la Patria, otro interés que el de esta misma, recibiré con resignación cualesquier padecimiento, pues no será el primero que he tenido por proceder con honradez y entusiasmo patriótico”.
Cuatro años más tarde, tras la Declaración de la Independencia del 9 de julio de 1816, la bandera “celeste y blanca que se ha usado hasta el presente y se usará en lo sucesivo” fue adoptada como símbolo nacional por el Congreso de Tucumán el día 20 de julio de 1816, y el mismo Congreso le agregó el sol el 25 de febrero de 1818.
Hoy es el día de nuestra bandera en honor a este gran hombre y apasionado patriota que falleció el 20 de Junio de 1820.

lunes, 17 de junio de 2019

jorge cafrune la martin guemes



Martín Miguel de Güemes fue el líder de la guerra gaucha y contuvo varios avances realistas durante la época de la independencia argentina. En 2016, el Senado de la Nación convirtió en ley el proyecto que establece que cada 17 de junio sea feriado nacional en memoria del aniversario de su muerte.

miércoles, 8 de mayo de 2019

La CIA revela el macabro funcionamiento del Plan Cóndor

Sergio Kiernan - https://www.contrainfo.com/30470/la-cia-revela-el-macabro-funcionamiento-del-plan-condor/

En el peor momento de las dictaduras latinoamericanas, existía un pequeño espacio donde se votaba. Los delegados de Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay y Bolivia a la sede central del Plan Cóndor debatían y elegían por mayoría simple a sus víctimas. Cada delegado presentaba una “propuesta operativa” y la discusión sobre oportunidad, costo político y material terminaba en una votación. Si había desacuerdo, se hacía un acta con copias para cada país participante. Si se aprobaba una “operación” se ponía en marcha una maquinaria burocrática que incluía pasajes y viáticos de hasta 3500 dólares por día para los grupos de tarea de hasta cinco agentes.
Los documentos secretos desclasificados por Estados Unidos y recibidos por el ministro de Justicia Germán Garavano este viernes incluyen un Reporte de Información de Inteligencia de la CIA fechado el 16 de agosto de 1977, que describe en detalle la parte burocrática del Plan Cóndor. El informe no está clasificado como secreto, pero arranca con la advertencia de que incluye “fuentes y métodos sensibles de inteligencia”, código para avisar que no puede ser difundido para no comprometer agentes, fuentes o maneras de robar papeles.
El documento avisa a la Central que los servicios de inteligencia de cinco países y “hasta cierta medida Brasil” firmaron en septiembre de 1976 un acuerdo de cooperación para “operaciones contra blancos subversivos”. La CIA hace una distinción hasta ahora inédita en la mecánica del Plan Cóndor al afirmar que “Cóndor” es el nombre del pacto de cooperación, que en la práctica se llama “Operación Teseo”.
Los agentes de la CIA en Argentina que redactaron el Reporte afirman haber visto una copia del acta original, que arranca con un párrafo titulado “Reglamento de Teseo, Centro de Operaciones”. El primer tema es definir la misión, lo que consiste en identificar blancos “de acuerdo con los pedidos presentados por los participantes, y asignar oportunidades y prioridades”. El Centro de Operaciones tiene que instruir a los “equipos de inteligencia y de operaciones”, los primeros encargados de ubicar e identificar a los blancos y los segundos de matarlos y escapar.
A la manera militar, el Centro tiene la responsabilidad de administrar los recursos humanos y materiales de cada operación, instruir a los servicios de cada país sobre qué colaboración tiene que prestar y recordarles que según lo pactado, los servicios extranjeros deben dar prioridad a los requerimientos de la Operación Teseo.
Organigrama
Operación Teseo tiene base en Buenos Aires, designado como Cóndor 1 en la jerga interna. El Centro de Operaciones es formado por representantes permanentes de los servicios de inteligencia de los países participantes. A las órdenes de este Centro se colocan equipos de inteligencia y de operaciones, “formados por personal de los países miembros”, y equipos de reserva por si las cosas se complican. Estos equipos tienen prohibido visitar el Centro de Operaciones a menos que reciban órdenes específicas de hacerlo.
Según el documento, “el número mínimo de agentes provisto por cada servicio participante será, en lo posible, de cuatro personas, con una mujer a ser incluida eventualmente. Cada país tendrá un equipo similar en reserva, listo a cubrir cualquier eventualidad”.
Los viáticos
El Centro de Operaciones en Argentina es el encargado de administrar los fondos de la Operación Teseo, y el encargado de recibir las liquidaciones de gastos de cada grupo de tareas. Cada país participante puso una cuota de diez mil dólares para arrancar la Operación y aceptó aportar una cifra similar al final de cada operativo, “en un plazo no mayor de quince días”.
Por fuera de estos gastos operativos, el Cóndor es como un club en el que cada país paga una cuota de doscientos dólares por mes “que vence el treinta de cada mes”. Esta modesta cifra es para “cubrir gastos de funcionamiento y mantenimiento del Centro de Operaciones”.
Pero tanta modestia económica se contradice con los gastos operativos previstos en el mismo reglamento. Los grupos de tareas en el extranjero reciben un viático estimado en 3500 dólares “por día y por persona, más una cifra fija de mil dólares para ropa”. Todos estos gastos deben ser presentados a la central por los jefes de grupo, para que sean aprobados por los miembros participantes. Si no hay objeción, cada representante permanente tiene el deber de comunicarse con su gobierno para cubrir los fondos del Centro de Operaciones.
Por cuerda separada, los agentes recibían equipamiento del Centro de Operaciones o, de no ser posible, de los servicios de inteligencia locales. Esto incluía armas, municiones, explosivos, documentos, ropa, equipos electrónicos y de comunicaciones, y “miscelánea”.
Organización
Los “equipos de trabajo”, como llaman los de la CIA a los grupos de tareas, “serán formados por miembros de uno o más servicios de acuerdo a su experiencia, calificaciones personales y características del blanco”. El Centro de Operaciones determina un blanco a eliminar y el momento de hacerlo. Tomada la decisión, los equipos de inteligencia tienen la tarea de “identificar al blanco, localizarlo, seguirlo, comunicarse con el Centro de Operaciones y retirarse”. Un miembro del equipo de inteligencia y sólo uno puede hacer contacto con el equipo de operaciones. Ese agente tiene que asegurarse de que la información llegue a los operativos y mostrarles el blanco, y luego retirarse de la escena.
El equipo de operaciones tiene que “ejecutar al blanco” cumpliendo tres pasos: “A, interceptar el blanco, B, cumplir la operación y, C, escapar”. Por razones de seguridad operativa, los miembros de cada equipo no pueden conocer a los del otro. Los únicos que hablan son los jefes de cada grupo de tareas.
Las embajadas
Operación Teseo cuenta con una red propia de comunicaciones llamada Condortel, para manejar todo tráfico entre el Centro de Operaciones y los servicios de los países participantes. De ser necesario, se hablará por teléfono, con la llamada a cargo de la central en Buenos Aires.
Pero si es necesario mandar documentos, papeles de cualquier tipo, se determina que se usará “la valija diplomática” de las respectivas embajadas, o enviados especiales que conozcan las medidas de seguridad necesarias.
Una democracia
El capítulo final del documento de la CIA indica que el Centro de Operaciones de Teseo se toma dos horas para el almuerzo, ya que opera de 9.30 a 12.30 y de 14.30 a 19.30. Sólo si hay una operación marcha se estiran los horarios nombrando un “oficial de turno noche”, rotando la nacionalidad entre los miembros permanentes. Burocráticamente, se establece que el alojamiento, comidas y transporte de este oficial serán pagos por el Centro de Operaciones.
Y aquí aparece una sorpresa, justo al final: el Cóndor funcionaba como una democracia interna donde se votaba entre iguales. Al elegir los blancos, explica el documento de la CIA, “cada representante presenta su selección de un blanco en la forma de una propuesta. La selección final de un blanco será por votación y se determinará por mayoría simple. En caso de desacuerdo, se hace un acta del debate que será firmada por los respectivos representantes y enviada a los servicios correspondientes para su información”.
La expansión
Mientras la CIA conseguía los documentos fundacionales y organizativos del Cóndor, la Oficina de Inteligencia e Investigaciones del Departamento de Estado circulaba sus análisis de la coordinación en el Cono Sur. En un informe fechado el seis de octubre de 1977, que ahora se difunde sin faltantes ni tachaduras, los diplomáticos especulan sobre la posible formación de un bloque sudamericano a partir de la coordinación de inteligencia. Acertadamente, descartan la posibilidad por las “enemistades preexistentes” y porque Brasil no muestra mayor entusiasmo por la idea y prefiere invertir en esfuerzos propios de propaganda internacional.
Pero en el texto aparece un tema nuevo, el de la idea de abrir oficinas operativas del Plan Cóndor en Estados Unidos y Europa Occidental. La misión de estas oficinas será la de “encarar el asesinato de supuestos opositores subversivos de los gobiernos participantes (en el Cóndor) que viven en Europa Occidental”. Según los diplomáticos, los tres países “más entusiasmados” con la idea son Chile, Uruguay y Argentina, por la actividad de sus respectivos exiliados. Brasil, dice el análisis, no está interesado y rechazó la idea. Según el Departamento de Estado, los brasileños no quieren pagar el costo político de que se conozca semejante operación ni tener socios como la notoria DINA chilena.
Los países interesados en operar en Europa lo hicieron a través de sus embajadas, creando estructuras de inteligencia notorias, como la argentina en París.



jueves, 28 de marzo de 2019

La montonera del zonda

Norberto Galasso - https://www.periodicovas.com/una-revolucionaria-con-polleras/

Martina Chapanay , nació en Valle del Zonda, provincia de San Juan. Es hija de un caudillo huarpe de ese nombre y de una cautiva blanca. Desde corta edad, aprende a orientarse en los valles y montañas, así como luego a montar y domar caballos, manejar el arco y las boleadoras. Realiza todas estas tareas a la par de los hombres y así también, aprende a pelear, convirtiéndose en protagonista de historias de leyenda donde sobresale por su audacia y valentía.
A partir de 1822, se habría incorporado a la montonera enrolándose en el ejército de Facundo Quiroga y participando en las batallas que da el caudillo riojano. Después del asesinato del Tigre de los Llanos, ella vuelve a la comunidad durante cierto tiempo, pero la política del centralismo porteño, que esquilma a los habitantes de las provincias, la conduce de nuevo a la pelea, ahora sumándose a las fuerzas del caudillo sanjuanino Nazario Benavídez. Mantiene así su militancia federal, participando en la batalla de Angaco y en el Sitio a San Juan.
En 1859, Benavídez es asesinado por los liberales sanjuaninos, amigos de Sarmiento. Ella se repliega para luego acercarse a la montonera de Ángel Vicente Peñaloza, El Chacho, destacándose nuevamente por su brío y valentía.
Por tercera vez, su jefe, esta vez El Chacho, muere asesinado, y en este caso degollado, por las llamadas fuerzas de “la civilización”.
Martina regresa a Valle Fértil, la zona de sus antepasados y ahí reside hasta su fallecimiento en 1874, en la localidad de Mogna, donde una cruz de madera indica el lugar en que fue sepultada.
Sus hazañas innumerables y heroicas han dejado un recuerdo imborrable en la memoria colectiva del pueblo cuyano. Su imagen de mujer valiente, entregada a defender a las familias más pobres y a reivindicar los derechos de esas provincias empobrecidas, perdura en el oeste del país, aunque los libros, las academias y los colegios no han referencia alguna a su existencia, tal el caso de la Gran Enciclopedia Argentina, de Santillán y la Enciclopedia Visual de Argentina, de la A a la Z, editada por Clarín.
Excepcionalmente se la menciona y en esos casos, se la considera –al igual que a Felipe Varela- como “integrante de bandas de forajidos y salteadores”, precio que paga por su militancia en el federalismo provinciano, ignorado o vituperado por la casi totalidad de los historiadores.

lunes, 11 de marzo de 2019

La hora de Cámpora




Los acontecimientos que todos conocen relegaron a un lugar de insignificación un hecho que merece trascender. Su protagonista es un buen tipo. Vamos a decirlo primero así, como lo decimos en la Argentina, donde les decimos buenos tipos a los tipos que, en efecto, son buenas personas, no traicionan, saben ser amigos, no roban, son puros, tienen una moral y no sólo la tienen sino que la practican. De esos tipos, pocos. Con los dedos de la mano alcanza para numerarlos. A los buenos tipos además –sin solemnidad, sólo con gran respeto– les decimos “hombres buenos”. “Hombres dignos.” Y, sin demasiado esfuerzo, los queremos, se nos hace fácil quererlos. Facilidad que ellos hacen posible. Estoy hablando de Héctor Cámpora.
El jueves 28 de diciembre, en el Salón Blanco de la Casa Rosada, el hijo y los nietos de Héctor Cámpora le entregaron al presidente Kirchner el bastón y la banda presidencial que fueran de su padre, de su abuelo. Uno no va a muchos lados. Uno, cada vez más, es de salir poco. Hay mucho que hacer, ya no somos jóvenes y la obra está sin terminar. Sabemos que nunca vamos a escribir nuestro mejor libro, pero lo seguimos intentando. Sin embargo, si se trata de recordarlo a Cámpora, uno está ahí. Sabe por qué. Uno dice “Cámpora” y piensa en la primavera. Muy pocos pueden convocar algo tan florido, la mejor estación del año, los pibes en los parques, los pájaros y el amor a todo trapo. Porque la Primavera de Praga es de Praga, pero no es de ningún tipo. En cambio, la Primavera Camporista es de Cámpora, lleva su nombre. ¿Qué es políticamente una primavera? Es un raro momento de la Historia en que creemos que en el futuro espera la felicidad, tal como la sentimos en el presente y aún mejor. Un momento en que la Historia parece, para siempre, nuestra. Tan nuestra que nadie nos la podrá quitar. Durante la Primavera tenemos una visión lineal de la Historia: la Historia avanza, incontenible, en la dirección de nuestros deseos. Más aún: la Historia existe para que, en ella, se realicen nuestros sueños. Eso fue la Primavera Camporista. Duró poco. Fue un romance juvenil y todos sabemos que los romances juveniles son intensos, locos, pero breves. (Años después hubo otra primavera: la de Alfonsín y el Juicio a las Juntas. Pero terminó mal, negándose, y el abogado de Chascomús se deshilachó sin remedio y por su propia mano.)
Cámpora no parecía destinado a ser un revolucionario. (Porque esto, objetivamente, terminó por ser.) Durante el primer peronismo, ese que pinta Santoro con los colores de un Paraíso Perdido, Cámpora era un simple dentista, un hombre de San Andrés de Giles que arrimó un bochín al corazón del Poder. Era obsecuente, y era feliz con la obsecuencia. Quería tanto a Perón y a Evita que no hacía otra cosa sino lo que le decían. Hay una anécdota (seguramente falsa: tiene un tufillo indisimulable de sorna y desdén oligárquico, pero es ingeniosa) que lo muestra siguiéndola a Evita, siempre apurada, siempre afiebrada por la acción, y Cámpora, fiel, detrás de ella y ella, de pronto, le pregunta: “Che, Camporita, ¿qué hora es?”. Y Cámpora dice: “La que usted quiera, señora”. Divertida la anécdota, pero como dije: falsa. Es inimaginable que una mujer como Evita no tuviera un reloj. Y caro.
Pasan los años y Cámpora pasa a ser el delegado de Perón, que está en Madrid, exiliado. Y aquí empieza a pasarle algo raro. Empieza a conocer a los pibes de la izquierda peronista. Se lleva bien con ellos. Los pibes le dicen “Tío”. Y a Cámpora le gusta: ¡ser el Tío de todos esos muchachos ruidosos, quilomberos y, algunos de ellos, amigos de los fierros! A los fierreros Perón les dice: “formaciones especiales”. Era la forma de integrarlos. Perón integraba todo, todo le servía, lo bueno, lo malo, lo infame. Se creía el gran ajedrecista de la Historia, el Mago que podría conjurar todos los infiernos de un país en llamas. Cámpora sale elegido para ser Presidente. Perón está proscripto, ¿quién, entonces, sino Cámpora, el fiel, el leal Camporita para tomar su lugar? El 11 de marzo de 1973 gana cómodo. Le hacen, a la noche, un reportaje en la TV y dice: “¡Basta de golpear a nuestros muchachos!”. Le habían dicho que la policía golpeaba a los militantes que festejaban el triunfo. Tiene a su lado, como compañero de fórmula, a un conservador, Solano Lima, también sobrepasado por los hechos. Otro buen tipo. El 25 de mayo asume. La plaza es una fiesta sin límites. Vienen Allende y Dorticós. Oigan, no es una fiesta del populismo. Y si no, digan que Allende y Dorticós eran populistas. Es la jornada más triunfal de la izquierda revolucionaria en la Argentina. Cámpora dicta la ley de amnistía y todos los presos salen a la calle, a festejar, a vivir la primavera. Allende, por televisión, dice: “¿Cómo no le habrá de ir bien a este gobierno? Vean ustedes el apoyo de masas que tiene”. Le faltaban tres meses para caer. A Cámpora, 45 días. Restablece relaciones con Vietnam del Norte. Dice un discurso combativo desde el balcón de la Rosada. Luego intenta gobernar. Perón lo llama a Madrid. (Esto no sé si es antes o después de asumir: hay que preguntarle a Bonasso, que lo quiso, como todos, mucho.) Perón, duro y fiero, le reprocha sus vínculos con la JP. Cámpora, rebelde, ya no obsecuente, le dice: “Usted pensará como quiera, general. Pero si yo soy Presidente es por usted y por la Juventud Peronista”. La Historia, que es azarosa, laberíntica, lo había puesto en el lugar del revolucionario. Las masas juveniles estaban con él. Los militares, al acecho, ya tienen su nombre en la peor de las listas, la de los que deben morir. Vuelve Perón, estalla lo de Ezeiza y en pocos días más, entre los sindicatos, Osinde, López Rega y el general Perón al frente de este comando fascista, de estos héroes de la “etapa dogmática”, del giro a la derecha, de la negociación con los milicos o, mejor dicho, de la claudicación ante un Ejército que exigía normalidad, basta de tomas de fábricas, basta de ese petardista de Galimberti proponiendo milicias populares, basta de primaveras imprudentes, subversivas, lo tiran al Tío por la ventana, sin asco ni respeto.
Murió exiliado en la embajada de México. Llevaba años ahí. Si Videla lo agarraba lo hacía desollar vivo y en su presencia, para gozar. Murió de un cáncer que no pudo atenderse adecuadamente: una embajada no es un lugar para curar un cáncer ni, peor aún, para amenguar su dolor. Los milicos lo odiaban como a uno de sus peores enemigos: esto lo honra. “Fue un hombre digno”, dijo Kirchner al recibir los atributos que el hijo y los nietos le entregaron. “Che, Camporita, ¿qué hora es?” Es la suya, querido Tío. La hora en que lo recordamos como lo que usted fue. Algo insólito, extraordinario: un hombre bueno. Llevamos su primavera en el corazón. La llevamos, entre otras cosas, porque nunca más tuvimos otra. Pero todavía estamos aquí, y esperamos.

lunes, 4 de marzo de 2019

Los “cambios de régimen” propiciados por Estados Unidos: Antecedentes históricos


James Petras - http://matrizur.org/2019/02/los-cambios-de-regimen-propiciados-por-estados-unidos-antecedentes-historicos/
Mientras Estados Unidos procura por todos los medios derrocar al gobierno democrático e independiente de Venezuela, las consecuencias a corto, medio y largo plazo de los golpes de Estado que propició en el pasado son contradictorias.
En este artículo, nos proponemos examinar las consecuencias y el impacto de las intervenciones de EE.UU. en Venezuela a lo largo del último medio siglo para posteriormente pasar a analizar el fracaso y el éxito de los “cambios de régimen” impulsados por Estados Unidos en toda América Latina y el Caribe.
Venezuela: Resultados y perspectivas 1950-2019
Durante la década posterior a la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, a través del Pentágono y de la CIA, aupó al poder a regímenes clientelares autoritarios en Venezuela, Cuba, Perú, Chile, Guatemala, Brasil y otros países.
En el caso de Venezuela, Estados Unidos apoyó una dictadura de casi una década (la de Pérez Jiménez), entre 1951 y 1958. Esta fue sustituida por una coalición de centro-izquierda un breve periodo de tiempo. Posteriormente, EE.UU. reestructuró su política para promover regímenes democristianos y socialdemócratas de centro-derecha, que gobernaron en alternancia durante casi cuarenta años.
En los años noventa, los regímenes clientelares de EE.UU., acorralados por la corrupción y profundas crisis socioeconómicas, fueron apartados del poder y dieron paso a un gobierno independiente y antiimperialista dirigido por Hugo Chávez.
La elección libre y democrática del presidente Chávez derrotó varios intentos de “cambio de régimen” dirigidos desde Estados Unidos a lo largo de las siguientes dos décadas.
Tras la elección de Nicolás Maduro como presidente, Washington organizó la maquinaria política para impulsar un nuevo cambio de régimen. EE.UU. ha lanzado a todo gas un golpe de Estado en el invierno de 2019.
El historial de las intervenciones estadounidenses en Venezuela es variado: un golpe de Estado que duró menos de una década; regímenes electorales pro-EE.UU. durante cuarenta años que fueron reemplazados por un gobierno populista y antiimperialista nacido de las urnas, que ha mantenido el poder casi veinte años. Hasta llegar al despiadado golpe de Estado dirigido por Estados Unidos activo en estos momentos.
La experiencia de “cambio de régimen” venezolana nos permite entender la capacidad estadounidense para conseguir el control a largo plazo reorganizando su base de poder de una dictadura militar a un régimen electoral, financiado mediante el expolio petrolero, con el respaldo de un ejército de confianza y “legitimado” por la alternancia de partidos políticos vasallos que acepten su sumisión a Washington.
Los regímenes clientelares de EE.UU. están gobernados por élites oligárquicas, con escasa capacidad empresarial, que viven de las rentas estatales (petroleras). Al tener una estrecha relación con EE.UU., las élites gobernantes no son capaces de conseguir la lealtad del pueblo. Por dicha razón, los regímenes clientelares dependen de la fuerza militar del Pentágono para conservar el poder, pero esa es precisamente su mayor debilidad.
El cambio de régimen bajo una perspectiva histórica y regional
La imposición de gobiernos títeres es un objetivo estratégico primordial del Estado imperial. Los resultados varían a lo largo del tiempo en función de la capacidad que tengan gobiernos alternativos independientes para la construcción nacional.
Esos gobiernos-títere tienen más éxito en naciones pequeñas con una economía vulnerable. El golpe de Estado de Guatemala ha durado más de sesenta años, de 1954 a 2019. En este país, las principales insurgencias indígenas han sido reprimidas gracias a los asesores militares y la cooperación estadounidense.
Otros gobiernos-títere que han tenido un éxito similar son los de Panamá, Granada, República Dominicana y Haití. Cuando se es pobre y pequeño y se tiene un ejército débil, Estados Unidos no tiene ningún problema en invadir y ocupar directamente el país, con un reducido coste económico y en bajas militares.
En los países mencionados, Estados Unidos consiguió imponer y mantener regímenes títere durante largos periodos de tiempo.
Los resultados de los golpes de Estado dirigidos por Estados Unidos en el último medio siglo han sido contradictorios.
En el caso de Honduras, el Pentágono consiguió derribar un gobierno liberal-democrático progresista de muy corta duración. El ejército de Honduras estaba bajo dirección de EE.UU. y el elegido presidente Manuel Zelaya dependía de una mayoría popular de electores sin acceso a las armas. Tras el triunfo del golpe de Estado, el régimen títere de Honduras ha permanecido bajo tutela de Estados Unidos durante una década y probablemente lo seguirá estando.
Chile ha permanecido también bajo el tutelaje de Estados Unidos durante la mayor parte del siglo XX, salvo el breve respiro que le supuso el gobierno del Frente Popular, entre 1937 y 1941, y el gobierno socialista democrático de Salvador Allende, entre 1970 y 1973. El golpe de Estado orquestado por EE.UU. en 1973 impuso la dictadura de Pinochet, que duró 27 años. La siguió un régimen electoral que continuó la agenda neoliberal de Pinochet-Estados Unidos, que incluía el desmantelamiento de todas las reformas nacionales y sociales del gobierno popular de Allende. En resumen, Chile ha permanecido dentro de la órbita política de EE.UU. durante la mayor parte del último medio siglo.
El régimen socialista democrático de Allende nunca dio armas al pueblo ni estableció relaciones económicas en el extranjero capaces de sostener una política exterior independiente. No sorprende que estos días Chile haya seguido el llamamiento de Trump para derribar al presidente venezolano Maduro.
Los resultados contrapuestos de los regímenes títere
Algunos de los golpes de Estado orquestados por EE.UU. fueron derrotados antes o después.
El clásico ejemplo que ilustra la derrota de un régimen clientelar es el de Cuba, que logró derribar la dictadura de casi diez años de Batista y ha conseguido resistir una invasión directa organizada por la CIA y un bloqueo económico durante el último medio siglo (hasta nuestros días).
Cuba fue capaz de derrotar la política restauracionista gracias a la decisión de Fidel Castro de armar al pueblo, expropiar y tomar el control de las multinacionales hostiles de Estados Unidos y establecer aliados estratégicos en el exterior: la URSS, China y, mucho después, Venezuela.
Por el contrario el golpe de Estado respaldado por el ejército estadounidense en Brasil (1964) mantuvo el poder más de veinte años, hasta que se restauró parcialmente la política electoral bajo la dirección de las élites.
Dos décadas de programas económicos neoliberales fallidos propiciaron la elección de los reformistas sociales del Partido del Trabajo (PT), que comenzó a poner en marcha grandes programas para combatir la pobreza encuadrados en el contexto de políticas neoliberales.
Tras década y media de reformas sociales y una política exterior relativamente independiente, el PT sucumbió ante la recesión de una economía dependiente de las materias primas y ante unos estamentos hostiles (la judicatura y el ejército, concretamente) y fue reemplazado por un par de regímenes clientelares de extrema derecha que han funcionado bajo la dirección de Wall Street y del Pentágono.
Estados Unidos ha intervenido con frecuencia en Bolivia, apoyando golpes militares y regímenes clientelares y en contra de regímenes nacional-populistas (1954, 1970 y 2001). En 2005, un levantamiento popular dio paso a elecciones libres que llevaron al poder a Evo Morales, líder de los movimientos cocaleros. Entre 2005 y el momento actual, el presidente Morales ha dirigido un gobierno moderado de centro-izquierda y antiimperialista.
El fracaso de las iniciativas estadounidenses para derribar a Morales es consecuencia de diversos factores: Morales organizó y movilizó una coalición de campesinos y obreros (especialmente mineros y cocaleros). Se ganó la lealtad del ejército, expulsó a las “agencias de cooperación” que actuaban como caballo de Troya, amplió el control sobre los hidrocarburos y promovió los vínculos con la agroindustria.
La combinación de una política exterior independiente, una economía mixta, alto crecimiento y reformas moderadas neutralizó los intentos estadounidenses por derribar su gobierno.
No es ese el caso de Argentina. Tras el sangriento golpe de Estado de 1976, en el que el ejército respaldado por EE.UU. asesinó a 30.000 ciudadanos, el ejército fue derrotado por la Arma da Británica en la guerra de las Malvinas y se retiró después de siete años en el poder.
El régimen títere nacido tras el de los militares gobernó y saqueó el país durante casi una década antes de hundirse en 2001 a causa de una insurrección popular. Sin embargo, la izquierda radical, carente de cohesión, fue reemplazada por gobiernos de centro izquierda (Kirchner-Fernández) durante alrededor de una década (2003-2015).
Los regímenes neoliberales del bienestar entraron en crisis y fueron reemplazados en 2015 por otro régimen títere de Washington encabezado por Macri, que procedió a revertir las reformas, privatizar la economía y subordinar el Estado a los banqueros y especuladores estadounidenses.
Tras dos años en el poder, el gobierno títere se tambaleó, la economía entró en una espiral descendente y comenzó otro ciclo de represión y protestas populares. La debilidad del gobierno lanzó a la gente a la calle mientras el Pentágono afila sus cuchillos y prepara nuevos títeres para reemplazar al actual régimen clientelar.
Conclusión
Estados Unidos no ha podido consolidar los cambios de régimen en aquellos países grandes que cuentan con organizaciones de masas y un ejército leal. Sí lo ha conseguido en regímenes nacional-populares como Brasil y Argentina. Pero, con el tiempo, los gobiernos títere han sido derrotados.
Así como Estados Unidos recurre a una única “vía” (golpes militares e invasiones) para aplastar a los gobiernos populares pequeños y más vulnerables, utiliza una estrategia de “múltiples vías” con los grandes países poderosos.
Por lo general, en el primer caso es suficiente una llamada al ejército o el envío de los marines para acabar con una democracia electoral. En el caso de países poderosos, EE.UU. utiliza una estrategia de múltiples agentes que incluye el bombardeo propagandístico en los medios de comunicación y, catalogar a demócratas como dictadores, extremistas, corruptos, amenaza para la seguridad, etc.
Cuando la tensión aumenta, los clientes regionales y los estados europeos se organizan para apoyar a los títeres locales.
El presidente de EE.UU., cuyo dedo índice vale tanto como el voto de millones de electores, corona a presidentes impostores. Las manifestaciones en la calle y la violencia organizada y pagada por la CIA desestabilizan la economía; las élites empresariales boicotean y paralizan la producción y la distribución. Se gastan millones en sobornar a jueces y altos oficiales del ejército. Si el cambio de régimen puede lograrse a través de sátrapas militares locales, Estados Unidos evita la intervención militar directa.
Los cambios de régimen en los países más grandes y más ricos duran entre una y dos décadas. Sin embargo, el cambio a un régimen electoral títere puede consolidar el poder imperial durante un periodo más prolongado, como fue el caso de Chile.
Cuando el régimen democrático tiene un fuerte apoyo popular, Estados Unidos proporciona la asistencia ideológica y militar para una masacre a gran escala, como ocurrió en Argentina.
La próxima confrontación en Venezuela será un caso de cambio de régimen sangriento, pues Estados Unidos tendrá que asesinar a cientos de miles y derrotar a los millones de personas comprometidas con los avances sociales, con su lealtad a la nación y con su dignidad.
Por el contrario, la burguesía y los traidores políticos que la siguen buscarán venganza y recurrirán a las más infames formas de violencia para despojar a los pobres de sus avances sociales y sus recuerdos de libertad y dignidad.
No debe sorprender que el pueblo venezolano se esté preparando para una lucha prolongada y decisiva: se lo juegan todo en esta confrontación final con el imperio y sus títeres.