sábado, 15 de septiembre de 2018

Macri y el becerro de oro


Jorge Elbaum *  -  http://www.la-epoca.com.bo/2018/09/13/macri-y-el-becerro-de-oro/


Ellos creen en el capitalismo feroz como un modelo de repartijas meritocráticas de las cuales ellos siempre saldrán gananciosos. Tienen fe en ese dios hipostasiado de becerro de oro. Disfrutan de los beneficios que les entrega esa divinidad y hacen de él un principio de verdad diseminado, gracias al aporte del bombardeo simbólico de canales, frecuencias y odios racistas y supremacistas.
Le pagaron a los fondos buitres para lograr una apertura internacional de los mercado que le permitiesen endeudarse como nunca antes lo había hecho un gobierno en la historia argentina. Dicha colocación de deuda incluyó el suculento número de 700 millones en comisiones para pícaros amigos del poder cuyos nombres algún día tendrá que conocer el pueblo argentino. Esta globalización externa –basada en el endeudamiento y no en las exportaciones—el permitió fugar 50 mil millones de dólares: por cada tres unidades del billete verde, una la destinaron a plazas desconocidas. Quizás paraísos fiscales o circuitos de dinero negro dispuestos para adornar a jueces o redactores de cuadernos subrepticios.
Por eso se auto-blanquearon el dinero que previamente fugaron. De esa manera pagaron menos impuestos de los pobres más pobres de la Patria. Mientras cada uno de nosotros aportamos el 21 por ciento del IVA ante cada compra en blanco, ellos “extrajeron” del mercado miles de millones sobre los que debían haber tributado. Se hicieron un pagadiós (del mismo becerro de oro en el que creen). Bajaron los salarios mediante la pérdida del valor del peso: al depreciar la moneda, quienes obtienen divisas del exterior (ellos, las mineras, los cerealeros, los exportadores en su conjunto) cuentan con una porción mayor de la riqueza nacional sin hacer nada: son más ricos y tienen más poder para comprar medios, periodistas, empresas, jueces e imponer las verdades del becerro de otro el resto de la sociedad.
Al poder comprar u obtener por exportaciones una gran cantidad de dólares pueden jugar a la ruleta de la especulación financiera a costa del resto de la sociedad: desde que asumió Macri, las LEBACS difuminadas por el Banco Central le han costado a toda la sociedad argentina un costo fiscal inédito, en el mismo lapso que el gobierno macrista ha instalado la verborragia del necesario ajuste fiscal. Las consecuencias de la ruleta financiera –como era de esperar—beneficiaron a los amigos del macrismo y repercutieron en la baja de las jubilaciones, la Asignación Universal por Hijo y las pensiones, como producto del cambio de la ecuación de su incremento.
Paralelamente les bajaron las retenciones y las cargas impositivas a los ricos. Beneficiaron a los millonarios sojeros y a las empresas mineras. Redujeron los impuestos a los bienes personales de los más ricos y rebajaron los porcentuales a los autos de alta gama. Eliminaron los controles a la “libre” compra de divisas –incentivando la fuga— y se empecinaron de destruir los programas sociales mediante su clausura y el despido de empleados públicos. Mientras recortaban el gasto orientado a los más pobres y persiguieron a referentes políticos de la oposición y sindicalistas rebeldes se condonaban deudas propias con el estado, y se viabilizaban negociados para los propios ministros con eufemismos de “tensión de intereses”.
Lograron disminuir el valor del salario al limitar su capacidad adquisitiva y sus ejecutores se vanagloriaron de eso en los ágapes programados por los organismos multilaterales. Le dijeron a la sociedad que nunca “volverían al FMI” y en la mitad de su mandato –después de endeudarse irresponsablemente—le entregaron al lleve de la economía argentina a los mismos que precipitaron la tragedia traumática del 2001.
Como en aquella ocasión, todas las propiedades argentinas se desvalorizaron y las empresas trasnacionales se abalanzaron a adquirir empresas locales “a dos pesos” extranjerizando aun más la economía (y las tierras, sobre todo en el sur de nuestro país). Dicha ajenización derivó en fuga de capitales, a través de royalties y de beneficios (de dichas empresas y ejecutivos) y la pérdida de control de espacios estratégicos cercanos a recursos naturales estratégicos. Dichos mecanismos son el consabido paso previo para que los imperios “decreten” estados fallidos y se vean en la necesidad de intervenir en esas geografías para garantizar la protección de las inversiones de sus conciudadanos. Destruyeron las paritarias y orientaron a una parte de los jueces (con la colaboración de medios hegemónicos y servicios) para ocultar detrás de una paranoia de escándalo y vodevil el saqueo imperante.
La reducción salarial impuesta por la financiarización globalizada (del neoliberalismo fascista) no es otra cosa que la imposición “de los mercados” para que los potenciales inversores gocen de salarios miserables (medidos en dólares) y logren paralelamente comprar en oferta (por migajas) las empresas liquidadas por la propia política macrista. Obvio que para eso tienen que despedir muchos trabajadores. Y cuánto más despidan más bajarán los salarios porque “el ejército de reserva” de los laburantes estará dispuesto a emplearse por poco dinero antes que tener que ver morir de hambre a su familia. Dolarización, pedida del poder adquisitivo, inflación, desocupación y extranjerización de economía exigen fuerzas de seguridad orientadas a la represión y no a controlar el delito.
El abandono de la soberanía es otra de las políticas activas coherentes con el actual proceso de deterioro social: ni la moneda local (el peso), ni las Malvinas, ni los próceres, ni la historia local, ni la producción de conocimiento (universidad/ciencia y tecnología) aparecen como baluartes que le despierten alguna sensibilidad patriótica. Sueñan que viven en Miami. Hasta que –más temprano que tarde—suene el escarmiento. La memoria histórica se acumula en los pliegues de la emocionalidad más profunda. Irrumpe cuando el cansancio dice “basta”. El tiempo huele a eso. Estamos cerca. Solo habrá que cuidar a nuestrxs hermnaxs: los cultores del becerro de oro han dado muchas muestras de su tendencia al derramamiento de sangre de los más humildes. No se los permitamos. Edifiquemos una esperanza cuya fortaleza los inunde. Para que por fin, ese becerro de oro que tanto aman se les derrita, como metal fundido, entre sus huesos.

*         Sociólogo, doctor en Ciencias Económicas, analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la).

sábado, 8 de septiembre de 2018

FMI en Argentina y Grecia: similitudes y diferencias


Francisco Cantamutto* - https://mundo.sputniknews.com/economia/201808221081410115-argentina-grecia-fmi-similitudes/



El FMI es un viejo conocido de los argentinos y de los griegos. En ambos rincones del mundo, las tres letras de sus siglas bastan para generar el repudio de los sectores más golpeados por las recetas económicas de la entidad, particularmente los más desfavorecidos.
En Argentina, basta recordar el estallido social de 2001, producto de una gravísima crisis financiera generada a lo largo de una década de cumplimiento a rajatabla de los mandatos del FMI, que incluyeron privatizaciones masivas y la liberalización de amplios sectores de la economía. Ahora vuelve con un rescate de 50.000 millones de dólares, que genera resquemores en la sociedad.
En Grecia, los coletazos de la crisis global de 2008 provocaron protestas masivas, particularmente a partir de 2010 y 2012, cuando la llamada 'troika' —la tríada de Banco Central Europeo, Comisión Europea y FMI— intervino en el rescate de los bancos y el pago de la deuda soberana, a cambio de la aplicación de medidas severas de austeridad.
El FMI "refuerza el lugar subordinado de los países de la periferia" y consolida "el poderío estructural de los grandes centros, donde el lugar prominente lo tiene y lo seguirá teniendo EEUU", al menos mientras el órgano "estructure la arquitectura financiera internacional".
Para entender el rol de Washington en este esquema, es necesario retrotraerse a la salida de la Segunda Guerra Mundial. En los pactos que dieron origen al organismo, EEUU "impuso su voluntad, incluso frente a otras potencias",
Las cláusulas  que generan problema son las que tienen que ver con el ajuste fiscal, la apertura de las cuentas externas que someten a los países a una creciente volatilidad y lo que tiene que ver con el alcance de reformas estructurales", explicó el economista.
Aquí es donde las exigencias para Argentina y Grecia se empiezan a parecer: a cambio de los rescates, el FMI pidió algún tipo de reforma  impositiva y previsional, además de privatizaciones de activos en manos estatales. Independientemente de los montos de los préstamos, las condicionalidades "son significativas".

El caso argentino
Para el FMI, "volver a prestarle a la Argentina es reforzar su rol, avalando a un Gobierno que es cabeza de playa del retorno de conservadurismo neoliberal a la región", opinó el integrante de la SEC.
El préstamo 'stand-by' acordado entre mayo y junio de 2018 "equivale al total de fuga de activos desde que Cambiemos está en el Gobierno nacional, es decir, diciembre de 2015". Para el investigador, "es una cifra significativa", que no solo expresa el aval a la actual administración sino que "señala la magnitud de la crisis percibida por el organismo".
De momento, el Gobierno argentino se está centrando en las exigencias que tienen que ver con la macroeconomía. Con el ajuste fiscal, "sobrecumplió" la meta pactada, pero no está teniendo éxito con la inflación, que puede llegar a ubicarse en un rango superior al 32% acordado. Es posible que por este motivo pida un "perdón" en la primera revisión.
Para el resto de las reformas, la administración de Mauricio Macri y el oficialista frente Cambiemos "no está visualizando con claridad la posibilidad" de implementar sin resistencias reformas en el sistema de pensiones, los impuestos o la legislación laboral, pues eso requeriría de mayorías de las que no dispone en el Congreso de por sí.
En diciembre de 2017, cuando intentó poner en marcha una reforma previsional, miles de personas salieron a manifestar su descontento en las calles. La medida, que cambiaba el sistema de reajuste de las prestaciones sociales, fue aprobada.
Pero esto no es suficiente para satisfacer las recomendaciones del FMI, que incluyen el alza de la edad jubilatoria y la baja de la tasa de sustitución (es decir, la relación entre el promedio de los sueldos y la pensión que un trabajador retirado recibe). Implementar estas medidas sería algo "difícil de gestionar" para el Gobierno.
En materia laboral, a falta del apoyo del Congreso, el oficialismo ha impulsado "la posibilidad de  incluir cláusulas de flexibilización en los acuerdos paritarios por sector", como ha sucedido en las industrias del petróleo, automotriz y lechera. Asimismo, existe "una suerte de activismo judicial antiobrero" en fallos que van contra trabajadores.
La posibilidad de avanzar con las reformas no es algo que el Gobierno tenga garantizado, a pesar de que quiera ir por ese rumbo. Para poder garantizarlo va a depender de fuerzas políticas que no controla y es ahí donde la movilización de fuerzas populares puede ponerle un dique de contención al ajuste.

El caso griego
El tercer salvataje que recibió Grecia de la 'troika' culminó el 20 de agosto de 2018, y en los últimos ocho años, Atenas recibió financiación por 330.000 millones de dólares. Las exigencias de los acreedores redujeron el PIB en un 27%.
El desempleo, que llegó a un pico de 27%, hoy oscila en el 20%. La deuda se ubica en el 180% del PIB. Las pensiones se vieron sustancialmente reducidas, y las reformas allanaron el camino para que lo hagan aún más en 2019.
En 2008, "los países centrales" optaron por "un mecanismo" que otorgó un salvataje a los bancos de la región. Con esta decisión, trasladaron la Grecia, Portugal, España e Irlanda se vieron afectados por políticas de austeridad.
"Cuando el FMI negocia con Grecia, lo que busca es sostenerla en el redil. (…) Estalló una crisis social muy importante cuyo emergente final fue el Gobierno de Syriza, que en su momento llegó a proponer la posibilidad de salir de la eurozona para poder salvar la crisis”.
Economistas que participaron del proceso griego, como el exministro de Finanzas Yanis Varoufakis, o Costas Lapavitsas, "cuentan cómo se dio la negociación", con un modo de proceder "cruento" de los funcionarios de la troika.
Y si bien "hubo unos retrocesos del discurso a los hechos" el Gobierno de Syriza, encabezado por Alexis Tsipras, "declaró cierta resistencia y negoció en virtud de eso". Este movimiento político es el "emergente" del descontento social surgido con la crisis griega, pero "terminó siendo garante de la gobernabilidad a favor de la troika y en contra de los sectores populares".

Las diferencias
"En el caso argentino, [el acuerdo] se da en un Gobierno que tiene un tinte político claramente distinto, porque se para en un lugar donde no hay resistencia a las exigencias”.
Desde la llegada al Gobierno de Cambiemos la deuda "aumentó en casi 100.000 millones del dólares, pasó de más del 50% del PIB al 70%, el salario real cayó en los últimos años entre 5 y 6% en trabajadores del sector privado formal hasta un 11% en los estatales”.
Estas tendencias, que recuerdan el desempeño de Grecia desde el inicio del rescate en 2010, se están dando hoy en Argentina. "La pregunta es si Cambiemos va a lograr garantizar la gobernabilidad durante ocho años que dio Syriza".
"Cambiemos no tiene todo regalado para garantizar su continuidad en el Gobierno. En ese sentido se prende una luz de esperanza para que en 2019 [año electoral] pueda llegar un gobierno de distinto cuño que pueda sacar a argentina de este corset que es el acuerdo con el FMI”.

* Economista, integrante de la Sociedad de Economía Crítica de Argentina (SEC).

jueves, 23 de agosto de 2018

El 'lawfare': guerra jurídica contra la democracia


El 1 de septiembre de 2016 el Senado de Brasil destituyó a Dilma Rousseff de la presidencia del país en un “juicio político” en el que resultó condenada por supuestamente haber manipulado el presupuesto público.
Entre el 2 de noviembre de 2017 y el 6 de marzo de 2018, la expresidenta argentina Cristina Kirchner recibió tres procesamientos judiciales, dos por presuntos delitos de corrupción y uno por interferir presuntamente en la investigación del atentado de la AMIA, ocurrido en Buenos Aires en el año 1994.
El 24 de enero de 2018 el Tribunal Supremo de Brasil ratifica la sentencia contra el que fuera presidente del país y actual candidato mejor situado en las encuestas para las próximas elecciones presidenciales, Lula da Silva, condenado a 12 años de prisión por corrupción. Acaba en prisión en abril de 2018 y resulta inhabilitado para la reelección presidencial.
El 9 de abril 2018 la Fiscalía de Colombia ejecuta una orden de captura con fines de extradición de los EE.UU. contra el diputado electo del partido FARC y responsable de la implementación del Acuerdo de Paz Jesús Santrich, por un supuesto delito de conspiración para exportar cocaína a los EE.UU.. Desde entonces permanece en prisión, apartado de la implementación del acuerdo de paz y sin haber podido tomar posesión de su escaño en la Cámara Legislativa a pesar de no existir acusación alguna contra él en Colombia.
El 3 de julio de 2018 se dicta por un tribunal de Ecuador una orden de prisión y captura internacional contra el ex presidente Rafael Correa. Previamente, el 14 de diciembre de 2017, era condenado a seis años de prisión el vicepresidente Jorge Glas, acusado de corrupción. Y el 17 de junio de 2018 era capturado en Madrid, por solicitud de Ecuador, Pablo Romero, quien fuera parte del equipo de Gobierno de Rafael Correa.
“La legitimidad otorgada al proceso de judicialización de la política emana del consenso sobre la 'corrupción' como problema fundamental de América Latina”. Esta premisa cargada de razón formal fue manifestada por instituciones financieras internacionales y agencias del Gobierno estadounidense promotoras del Ajuste Estructural del Estado en la década de los años 90. Viene siendo utilizada para atacar gobiernos, fuerzas políticas y líderes de izquierdas de América Latina que se oponen a los ajustes neoliberales dictados por el FMI, afirmando que los “populismos de izquierda” presentan un problema de corrupción estructural, omitiendo que la corrupción  es intrínseca al neoliberalismo y a las políticas de ajuste y austeridad. Contra todos los que han puesto en marcha con éxito alternativas a las políticas neoliberales se ha utilizado el 'lawfare', la “guerra jurídica asimétrica”, que ha sustituido la doctrina de la Seguridad Nacional -guerra contra insurgente- que se impartía desde las Escuelas de las Américas. Ahora son judiciales las escuelas desde las que el Norte expande su estrategia para acabar con los gobiernos de izquierdas inhabilitando políticamente a los líderes que pretenden rescatar la soberanía nacional de sus pueblos.    
Guerra jurídica o 'lawfare' es una palabra inglesa correspondiente a una contracción gramatical de las palabras "ley" (Law) y "guerra" (warfare), que describe una forma de guerra asimétrica. Una "guerra jurídica" que se despliega a través del uso ilegítimo del derecho interno o internacional con la intención de dañar al oponente, consiguiendo así la victoria en un campo de batalla de relaciones políticas públicas, paralizando política y financieramente a los oponentes, o inmovilizándolos judicialmente para que no puedan perseguir sus objetivos ni presentar sus candidaturas a cargos públicos. De esta forma describe el 'lawfare' el “Informe del Encuentro de expertos en Cleveland sobre el 11 septiembre y sus consecuencias”, del año 2010.
El 'lawfare' se muestra ahora con toda intensidad. Su planificación comenzó hace años mientras la izquierda en América Latina ponía en marcha sistemas democráticos más participativos e igualitarios que eran apoyados mayoritariamente. Mientras esto ocurría, las fuerzas neoliberales lideradas por el “establecimiento” estadounidense, diseñaban la nueva estrategia de combate y desprestigio a esos movimientos políticos que cosechaban éxitos para la izquierda.  
Remontémonos al 16 de octubre de 1998. El exdictador chileno Augusto Pinochet fue detenido en Londres acusado de crímenes contra la humanidad por una orden emitida por el juez Garzón a petición de colectivos defensores de víctimas. El final de la “guerra fría” causó la desorientación estratégica de su vencedor, los EEUU. Era imprescindible definir un nuevo enemigo que permitiera mantener el conglomerado militar-industrial base del sistema capitalista que doblegó a los países socialistas. Ese periodo de desorientación posibilitó que el ejercicio de acciones penales desde terceros países -la 'jurisdicción universal' contemplada en las legislaciones nacionales desde hacía años, pero imposible de aplicar durante la 'guerra fría'-, se convirtiera en una poderosa herramienta contra regímenes autoritarios responsables de crímenes contra la humanidad, conductas ilícitas ejecutadas para reprimir los anhelos de cambio de los pueblos. Fueron años de expansión de la 'jurisdicción universal'. A la detención de Pinochet le siguió el inicio de procedimientos judiciales impulsados por colectivos de víctimas contra militares y políticos argentinos, uruguayos, colombianos, congoleses, estadounidenses, israelíes… responsables de masivas violaciones a los derechos humanos.
La respuesta de las democracias occidentales no fue expandir la jurisdicción universal, sino combatir la oportunidad abierta para hacer respetar el derecho internacional y acabar con la impunidad de los crímenes internacionales. Las contrarreformas legales de la 'jurisdicción universal' en Bélgica en el año 2003 y España en los años 2009 (PSOE) y 2014 (PP), son ejemplos de esta regresión, así justificada: “(…) La jurisdicción universal puede usarse por motivos políticos o con fines vejatorios, y puede afectar negativamente al orden mundial causando fricciones innecesarias entre los Estados, abusos potenciales de los procedimientos legales y privación de derechos humanos individuales” (I.B.C. Revue internationale de droit pénal, 2008/1, Vol. 79).
Quienes mantienen el actual orden mundial extrajeron lecciones sobre las potencialidades de la 'jurisdicción universal' -fácil accesibilidad, bajo coste y alta eficiencia- para utilizarla a favor de sus intereses. Comenzó el diseño de nuevas estrategias que les permitieran mantener su poder y capacidad de intervención cuando ello fuera necesario. Debido a los efectos políticos contraproducentes que tuvo la doctrina de la Seguridad Nacional -torturas, desapariciones forzadas, dictaduras, protestas sociales...-, desde el fin de la guerra fría los Estados Unidos no utilizan como primera opción la implantación de regímenes autoritarios si les es posible mantener el control sobre cualquier país por medios de apariencia más democrática. La intervención jurídica se convierte en una opción eficaz siempre que exista un plan para alcanzar el fin buscado. El plan requiere una táctica -intervención jurídico-política para cooptar al poder judicial y operadores jurídicos -, unos recursos -escuelas y programas de formación de jueces y juristas- y unos objetivos: derrocar a los gobiernos que pretenden rescatar la soberanía nacional de sus pueblos. La estrategia es desprestigiar a las fuerzas políticas que los dirigen e inhabilitar electoralmente y destruir políticamente a los líderes que los encabezan.
Los precedentes de esta estrategia jurídico-política los encontramos en la denominada “guerra contra el terrorismo” impulsada después del 11-S de 2001. Los EE.UU. intentaron crear una nueva interpretación del derecho aplicable a los conflictos armados, pretendiendo hacer desaparecer paulatinamente la abismal diferencia entre derecho penal interno y derecho internacional humanitario. Han intentado imponer nuevas categorías jurídicas no previstas en las leyes internas ni internacionales, como el “combatiente enemigo ilegal” o su derecho unilateral a “vigilar y ejecutar” con el que justifican la utilización de drones asesinos. Un paso más ha sido la masiva judicialización de la política con sustento en el consenso sobre la “corrupción”, aplicada de forma generalizada a los líderes de la izquierda alternativa latinoamericana que han pretendido garantizar la soberanía nacional frente a la injerencia.
Desde principios del siglo XXI comenzaron a invertir recursos en programas de cooptación de las instituciones judiciales de numerosos países, en especial los de América Latina. Las “Escuelas de las Américas” para militares se han sustituido por escuelas judiciales y programas de capacitación jurídica, tanto en los Estados Unidos -donde acuden a recibir doctrina jueces y operadores jurídicos-, como en los países de América del Sur, donde a través de una generosa financiación de la agencia estadounidense para el desarrollo, la USAID, se han creado y controlado políticamente las escuelas de capacitación judicial. En Colombia, desde la creación de la escuela de formación del poder judicial “Rodrigo Lara Bonilla”, financiada por USAID, se ha transitado del sistema jurídico de naturaleza 'continental' -imperio de la ley escrita- previsto en la Constitución Política, a un sistema de precedente judicial -'common law' estadounidense- carente de sustento constitucional. Ahora son los jueces de la Corte Constitucional quienes redactan las leyes mediante el proceso de revisión constitucional. En caso de sentenciar que una ley no se ajusta a la Constitución, proceden a darle una nueva redacción actuando como una segunda y definitiva cámara legislativa. En América Latina asistimos a la paulatina sustitución de los sistemas penales inquisitivos o mixtos, por el sistema penal acusatorio a imagen y semejanza del de los Estados Unidos, provocando un desmesurado empoderamiento de las fiscalías nacionales, que en la práctica operan sobre las instrucciones, informaciones e 'indictments' remitidos por la justicia estadounidense.
El plan diseñado para la expansión del 'lawfare' ha comenzado a alcanzar sus objetivos. Dilma Rousseff, Fernando Lugo, Cristina Kirchner, Lula, Jesús Santrich, Rafael Correa… todos ellos han sido objeto de esta estrategia político-jurídica que los inmoviliza políticamente en esta nueva guerra jurídica. El objetivo es desprestigiarlos a ellos y a sus fuerzas políticas equiparándolos a delincuentes comunes e inhabilitándolos electoralmente. El poder judicial que permitió que América Latina fuera uno de los continentes con más corrupción institucional -en muchos casos se benefició de ella-, que nunca fue capaz de combatirla, ahora se ha convertido en un arma de intervención directa en los asuntos políticos internos, al servicio de los intereses de las oligarquías y fuerzas conservadoras foráneas y locales. La guerra jurídica implica un gran retroceso en los procesos de fortalecimiento institucional de los países de América Latina. El Poder Judicial debería mantenerse al margen de la confrontación política para evitar repetir fracasos institucionales de otras épocas que le causaron graves crisis de legitimidad y el desafecto popular. Esta injerencia en los asuntos políticos supone la anulación de la independencia judicial por su consciente politización, y provoca irremediablemente la desaparición de la división de poderes que sustenta el Estado de Derecho. El 'lawfare' se ha convertido en uno de los mayores peligros para la democracia en todo el mundo y en especial en América Latina.


martes, 31 de julio de 2018

¿Dónde termina el camino de Santiago?

Carlos A Villalba| - http://estrategia.la/2018/07/30/donde-termina-el-camino-de-santiago/

La desaparición de Santiago Maldonado el 1° de agosto de 2017, en el marco de un operativo de la Gendarmería Nacional contra las protestas mapuches en la provincia de Chubut, y la aparición de su cuerpo sin vida 75 días después, dio visibilidad a la situación de las comunidades originarias en la Argentina -en especial la mapuche-, a los litigios por sus tierras y a los millones de hectáreas en poder de terratenientes extranjeros y locales; también desencadenó una serie de mecanismos de represión  y encubrimiento por parte de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, destinados a disimular las acciones de una de las fuerzas de seguridad bajo su dirección política[1].
El tajo profundo abierto en la conciencia del país, profundizadocon el asesinato del joven de origen mapuche Rafael Nahuel a manos de los Albatros de la Prefectura Naval Argentina en las costas del lago Mascardi el día exacto del entierro Santiago en la ciudad de 25 de Mayo, constituyó el comienzo dramático de un proceso regresivo para la democracia que terminó de cobrar forma un año después, el 23 de julio pasado, con la firma del decreto que le pega un hachazo a la concepción de Defensa Nacional, distinta de Seguridad Interior, parida por argentinas y argentinos después de la  última dictadura cívico militar con su saga de 30.000 detenidos desaparecidos, miles de muertos y decenas de miles de  prisioneros políticos, además de la quiebra del aparato productivo del país [2].
La represión antimapuche en la provincia de Chubut generó un estallido movilizador entre los argentinos, del mismo modo que lo provocó el intento de indulto encubierto de los jerarcas de la última dictadura cívico militar que intentó la Corte Suprema con su 2×1, el rechazo a los recortes jubilatorios, el desembarco del FMI, el NiUnaMenos de mujeres y hombres contra la violencia de género o el reclamo contra la clandestinización del aborto y por el derecho a una práctica legal, segura y gratuita o que el reciente decreto con botas.
Junto a las multitudes surgieron experiencias como las de “Arte por Santiago”, coordinada por los pintores Rubén Borré y Rubén Sassano, que movilizó a un grupo de artistas tras la pregunta “¿Dónde está Santiago?”y expusieron su protesta gráfica en lugares como los Espacios de Memoria Virrey Ceballos de la Ciudad de Buenos Aires y “El Faro” de Mar del Plata, en las provincias de Corrientes y Tucumán y en las ciudades patagónicas de Trelew,
Puerto Madryn y Esquel.
Un año después, el grupo reunió a más de 300 artistas a lo largo de su “recorrida nacional”, le estamparon en rojo el “Un año sin justicia” sobre el esténcil que ya inmortalizó el rostro barbado de Maldonado, con los matasellos “Gobierno responsable” y “Gendarmería Nacional” flanqueando la acusación “Desaparición forzada” y desembarcaron la muestra itinerante en el Centro Cultural Paco Urondo de la Universidad de Buenos Aires.
Desaparición y Muerte de Santiago Maldonado. La película
La historia de saqueos y represión contra los pueblos ancestrales patagónicos, la tenencia de tierras y reservas estratégicas en manos de extranjeros y corporaciones transnacionales, la atrocidad represiva del gobierno actual con la consiguiente conmoción públicamotivó a quienes quieren mostrar la verdad, analizar las consecuencias de los hechos y denunciar las injusticias, tanto la de los asesinatos como las que cometen terratenientes como el inglés Joseph Lewis o el italiano Luciano Benetton.
En ese marco, el director cinematográfico Tristán Bauer y los productores Jorge Topo Devoto y Osvaldo Papaleo realizaron una película contundente y de discurso irrefutable por el cúmulo de pruebas que presenta sobre los hechos protagonizados por las fuerzas de seguridad del presidente Mauricio Macri, que  lidera Patricia Bullrich. Por esas “casualidades” de las que hablaba Julio Cortázar, como explicó Bauer, fue presentada a la prensa el día en que Maldonado hubiese cumplido 29 años, el pasado 25 de julio. Entre sus puntos más altos tiene el “escrache” al mismísimo Benetton durante una presentación junto al fotógrafo Oliviero Toscani, quien ilustró la campaña de los “colores unidos” del multimillonario hace ya tres décadas.
La pregunta acerca de “¿Dónde termina el camino de Santiago?” que se formula la obra deja de ser retórica frente al cúmulo de respuestas que  genera, no menos rotundas que sus 80 minutos de duración y que, incluso, van más allá del drama en sí de la desaparición y muerte del joven Maldonado:
  • El “Camino de Santiago”, junto a la “trepada de Nahuel” a orillas del Mascardi, constituyó la puesta en escena de la primera fase de la política represiva violenta del gobierno de Mauricio Macri con inclusión del uso de armas letales e ignorancia de las leyes bajo el paraguas falso del concepto de “flagrancia” (el allanamiento del Pu Lof en Resistencia del departamento Cushamen en cuyo marco desapareció Maldonado fue sin autorización del juez).
  • Esa etapa finalizó un año después, en el momento en que el gobierno dio un salto cualitativo de esa política con la firma del decreto 683/18 que, contra los mandatos de las leyes de la democracia, autoriza a las Fuerzas Armadas a participar en acciones de “seguridad” interior.
  • En ese lapso de un año, la ministra Patricia Bullrich y su jefe de Gabinete, Pablo Noceti, fueron los encargados de desarrollar el experimento de construcción de un “enemigo interior” que “justificase” el despliegue militarizado de Gendarmería y Prefectura y le diese los elementos a Macri para intentar desplazar a los efectivos de esas fuerzas hacia las zonas de conflicto social y ubicar en su reemplazo a tropas de las Fuerzas Armadas junto a zonas de reservas hidrocarburíferas, mineras o acuíferas.
El gobierno de la Alianza Cambiemos pretende actuar como el cine continuado, que “empieza cuando usted llega”; así como trató de convertir en “mérito” propio la “autorización” del FMI para el uso de parte del préstamo acordado recientemente en “políticas sociales” destinadas a contener el  malestar que generan sus medidas de hambreamiento, empobrecimiento y desocupación, también pretende que los “nuevos objetivos” de la “defensa” acaban de definirse, cuando en realidad lo que hace es seguir al detalle el libreto escrito hace ya más de una década por el Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos.
Desde allí y con un marco más ideológico que legal, se pretende enfocar los problemas regionales como situaciones de “seguridad”, cuyas “soluciones” incluyanla posibilidad de dar respuestas militarizadas a problemas ajenos al ámbito tradicional de la responsabilidad castrense[3].
  • Las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner, Lula de Silva, Evo Morales o Rafael Correa rechazaron ese enfoque y construyeron espacios políticos y americanistas de resolución de conflictos. Mauricio Macri se abrazó a los tanques, los helicópteros y las armas que propone Washington.
  • Los mapuches fueron el modelo de “enemigo interior” usado para instalar, primero la idea, luego los fierros de esa política. Alude a un grupo de existencia jamás probada en el país -lA RAM- y a una población del 0,0033% total viviendo en comunidad, del que apenas un puñadito habita desde marzo de 2015 en el Pu Lof en Resistencia del noroeste de Chubut, haciendo uso del reconocimiento como “propiedad originaria” de esas tierras documentado desde finales del Siglo XIX, que ahora el Estado reconoce como propiedad del grupo Benetton, donde está enclavada la estancia Leleque, aunque pesa sobre el mandato de “no innovar” hasta zanjar el conflicto con los derechos de los pueblos originarios reconocidos por la Constitución.
  • La construcción oficial ya roza el formato de la “doctrina de seguridad nacional” utilizado por la última dictadura para masacrar el pueblo. También engendrado en Washington y su complejo militar-industrial, consistió en “constituirr” en “enemigo”, “aliado de la Unión Soviética”, el “comunismo” o los “intereses foráneos” a cualquier expresión organizada opuesta a la entrega de las riquezas y la soberanía nacionales y a las políticas de empobrecimiento de las mayorías; calificarlos de “terroristas” y proceder a su persecución, encarcelamiento, desaparición, tortura  y exterminio.
Los decretos inconstitucionales de Macri incluyen conceptos calcados de aquella etapa repudiada por el conjunto de la Nación y se esmeran en aludir al factor “extranjero” o “externo”, como e l párrafo que señala que “Las Fuerzas Armadas, instrumento militar de la defensa nacional, serán empleadas en forma disuasiva o efectiva ante agresiones de origen externo contra la soberanía”
Los aniversarios, por doloroso que sean tienen esa virtud, empujar a los creadores, como Borré y Bassano, como Bauer, Devoto y Papaleo, como el periodista Sebastián Premici y su libro implacable “Santiago Maldonado: un crimen de Estado”, a agudizar el ingenio, escarbar donde los poderosos no quieren y sacar a luz, tantos datos como preguntas que la sociedad deberá responder.
Santiago y Nahuel, permitieron transparentar todo esto, denunciar con sangre las verdaderas intenciones de la nueva política represiva, mostrar que “esto, recién empieza” y constituye un modelo de despliegue represivo integral que complementa una política socioeconómica no incluyente que solo puede sobrevivir en  base a represión.
Este primero de agosto, aniversario de la desaparición de Santiago, solo pasará desapercibida para quienes se nieguen a mirar la realidad, la que reflejan esta película, estos, cuadros, estos libros y centenares de notas periodísticas.

Un mundo artificial donde el valor de intercambio material es el dinero
genera desigualdades, porque hay distintos tipos de clases sociales y costumbres
por las cuales comienzan a aparecer sometidos/as y sometedores/as
De la Libreta de Santiago Maldonado

Donde quieras que estés, seguí siendo Santiago. Que nada te detenga, que sigas tu camino.
Espero que todos los culpables paguen por lo que te hicieron y puedas descansar en paz.
Para vos y por vos siempre.
Te quiero mucho.
De Sergio Maldonado a su hermano Santiago, 21 de octubre de 2017

Custodiaste 7 horas un cuerpo sin vida porque sabes que no se puede confiar en nadie.
7 horas parado junto a un cuerpo que puede ser tu hermano o no.
No logro imaginar una aberración más grande que tener que cuidar un cadáver para que los “buitres” no se lo coman.
Podría algunx de nosotrxs buscar hasta el cansancio y más? Podríamos resistir bajo una lluvia de mentiras?
Podríamos permanecer de pie custodiando el cuerpo de un hermano…?
Sólo el verdugo más perverso podría someter a alguien a semejante aberración,
nuestro país es una cloaca inmensa, llena de zombies que defienden al verdugo patrón…”
De Germán Maldonado a su hermano Sergio, 20 de octubre de 2017
Notas:
[1]Carlos A Villalba: Crónicas de hectáreas manchadas de sangre. La Argentina Mapuche II(http://estrategia.la/2017/10/17/la-argentina-macpuche-2-cronica-de-hectarea-llenas-de-sangre)
[2]Carlos A Villalba:El asesinato del pibe de dos mundos. La Argentina Mapuche III(https://vamosavolver.com.ar/2017/12/02/el-asesinato-del-pibe-de-dos-mundos)
[3]Carlos A Villalba: El uso de una desaparición forzada. Maldonado está donde Bullrich lo oculta (https://www.nodal.am/2017/09/la-argentina-mapuche1-uso-una-desaparicion-forzada-maldonado-esta-donde-bullrich-lo-oculta-carlos-villalba)
(*) Psicólogo y periodista. Investigador argentino asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

lunes, 23 de julio de 2018

La malintencionada confusión de populistas y populares



Si hay un calificativo confuso en los análisis políticos, es el término populista. Y no menos olvidado es el de popular.
En numerosos artículos son populistas Trump, Lula, Berlusconi, Evo y muchos más. ¿Cómo pueden ser figuras tan distintas caber en la misma definición? Ante tamaña amplitud (y sinsentido) cabe primero aclarar los tantos.
Típicamente las notas de opinión en los grandes medios expresan al populismo como una forma de gobierno que se contradice con la típica “democracia liberal”. Mientras la última protege sobre todo a los derechos individuales y las instituciones, el populismo es la opresión del dictador amparada en la manipulación de la población. De esta manera se convirtió en el nuevo término para definir una demagogia.
¿Pero cómo se puede usar el mismo calificativo para aquellos que bombardean pueblos y los que alimentan al suyo propio?
La confusión no es hija de la ignorancia sino del interés. Desde la gran prensa y la universidad se ha calificado de populista a todo personaje que se quiera desacreditar. De esta manera todas las políticas que lleve a cabo el típico “caudillo” no están hechas para beneficiar a la población, sino para la consolidación de su poder. El uso tan vago de términos como populista sería imposible si no fuera por el amplio desconocimiento de los intereses en punga.
De esta manera la prensa parte del capital financiero califica de populista a Trump por proteccionista. No porque a ellos les interese la paz mundial, la justicia social o los inmigrantes en EEUU, sino porque ha puesto en el centro de sus políticas a la industria yanqui, lo cual le resta recursos a la especulación financiera internacional. De este lado del mundo, miramos con gracia las peleas internas de las facciones del imperialismo norteamericano.
Ahora bien en países víctimas de la intriga de las potencias, el término populista se le ha achacado a  todo aquel que no sea un adicto al Departamento de Estado o las embajadas europeas. Cada vez que surge una figura que cuestione la distribución de la renta nacional o denuncie el papel de las multinacionales en el saqueo nacional, la prensa del capital concentrado descarga ríos de tinta contra el nuevo populista. El caso más reciente es el del presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador.
Representantes como éste no responden a la manipulación de la opinión pública, de eso se ocupan los multimedios concentrados de nuestros países. ¿De cuántos diarios y canales son dueños acaso?
El surgimiento de estas figuras son el resultado de años de injusticia hacia el pueblo. No son populistas, son líderes populares. Nacen de nuevas organizaciones políticas, la mayoría cercanas a sindicatos y organizaciones sociales. Su militancia y campaña no hizo en una agencia publicitaria ni bancos internacionales, tampoco fueron financiados por dinero negro. Como cierta gobernadora de Buenos Aires y su amigo el residente de la Rosada.
Líderes como Lula, Evo o AMLO son la manifestación del malestar y las esperanzas de sus pueblos. Un rechazo al presente injusto y la ambición de un futuro distinto. Sin lugar a dudas tendrán sus defectos y límites, pero el carácter cipayo no es uno de ellos.
Bajo la definición de populista, caben todos aquellos que se apoyan en el blindaje cultural de las usinas generadoras de sentido (medios y universidad) al servicio de las clases más encumbradas y sus aliados extranjeros. De esta manera en nuestro país el populismo, es el macrismo y sus aliados de Cambiemos.
Los líderes populares de América Morena, son su creación original y trascienden su historia. Sus populistas son efímeros, duran lo que aguante el endeudamiento y la explosión del rechazo social. En ciertos momentos, si sus líderes están a la altura, luego de los tiempos más miserables y tristes puede brotar algo distinto. Al peronismo lo precedió el desastre de la Década Infame y Cárdenas el hambre del Profiriato.
Tan cierto como la llegada del alba, los pueblos en algún momento recuperan cierto grado de conciencia política. Entonces distinguen muy bien a populistas de populares.

sábado, 30 de junio de 2018

De la libertad de expresión a la obligación… de opinar




No creo que sea posible identificar un momento específico pues seguramente ha sido un proceso lento y de expansión capilar pero cuando observamos que la televisión, la radio, los medios gráficos y las redes sociales se caracterizan por un enjambre de opinadores que vierten su punto de vista taxativa e indignadamente sobre todos los temas, encontraremos allí un signo de los tiempos: la “libertad de expresión” se transformó en “obligación de expresión”. 
Efectivamente, no solo cualquier sujeto con una cuenta en una red social opinasobre los temas que la agenda pública impone sino que en los medios gráficos se ha abandonado toda pretensión de neutralidad, y en las radios y en la televisión se ha universalizado el formato de los panelistas, aquellos que serán reconocidos y valorados por su histrionismo o su capacidad polemista y escandalizadoraantes que por su aporte al conocimiento o su contribución al debate público.

Sobre todo hay que tener una opinión. Sobre Lopetegui, sobre Messi, sobre el caso de corrupción, sobre Sánchez, sobre Cataluña, sobre la casa de Pablo Iglesias, sobre el último video del artista que no nos gusta, sobre la mejor dieta para bajar de peso, sobre Maduro, sobre los inmigrantes, sobre el teléfono celular de última generación, sobre “La Manada”, sobre lo que dictaminan los jueces, sobre Europa, sobre Trump, sobre la vida del artista que acaba de morir… Es verdaderamente extenuante, especialmente porque esa opinión casi siempre viene acompañada de una amonestación, de una crítica, de una indignación.
Opinamos como consumidores antes que como ciudadanos porque preferimos intervenir desde la queja como la de quien recibe un producto defectuoso y exige “su derecho”. Y sin embargo se nos compele a opinar. ¿Pero quién lo hace? ¿Recibimos alguna coacción? Habrá alguna excepción pero en general todos opinamos desde la presunta libertad de vivir en una sociedad abierta.
Entonces, somos libres para opinar pero a su vez parecemos estar obligados a hacerlo. Es que la lógica de la construcción de la opinión pública en la actualidad sanciona con el olvido y el desprecio a quien evita opinar. Y no lo hace porque impulse democracias participativas sino desde la lógica tan propia de estos tiempos que es la del imperio de la novedad con su actualización constante, y desde la lógica del entrar y salir, como quien consume un servicio y luego deja de hacerlo, o se baja una aplicación al teléfono y luego la borra porque ocupa mucha memoria.
Pero además de consumidores que entran y salen de los temas preocupados más por sumar nuevos “Me gusta” antes que por el compromiso con el tema en cuestión, hay, desde ya, opiniones de activistas, aquellos que militan una causa, porque, eso también hay que decirlo, hay una especie de compulsión a militar alguna causa, probablemente como respuesta a la necesidad de adquirir una identidad en tiempos donde se nos invita a desidentificarnos.
Opinar desde una causa totalizante
Y allí suelen suceder dos cosas: o esa causa militada no logra articular con otras y políticamente se deshace o la causa militada se transforma en totalizante y desde ese sesgo se opina sobre todos los temas como si esa causa que me identifica debiera tener una respuesta particular a todo y como si todo lo que sucediera en el mundo pudiera explicarse desde esa identidad y ese relato. Se trata, verdaderamente, de toda una religión laica que en algunos casos, paradójicamente, acusa de dogmática a la, sin duda, dogmática religión.
No por casualidad, indagando en estos aspectos vinieron a mi mente unas reflexiones del filósofo francés Gilles Deleuze en su libro Pourpalers, 1972-1990, cuando indicaba hace ya varias décadas: “La dificultad hoy en día no estriba en expresar libremente nuestra opinión, sino en generar espacios libres, de soledad y silencio en los que encontremos algo que decir. Fuerzas represivas ya no nos impiden expresar nuestra opinión. Por el contrario nos coaccionan a ello. Qué liberación es por una vez no tener que decir nada y poder callar, pues solo entonces tenemos la posibilidad de crear algo singular: algo que realmente vale la pena ser dicho”
El gran desafío de estos tiempos, entonces, siempre hablando en general, claro, y como indicábamos en este mismo espacio tiempo atrás, no es escapar de la censura ejercida por un gobierno o por un poder fáctico sino poder escapar a esta obligación que se nos ha impuesto en nombre de la libertad. Se trata de evitar el ruido de la información inútil, eludir la voluntad de sanción de todo aquel que no sea uno mismo, y asumir la fragilidad y los límites de lo que conocemos.
En una sociedad del ruido y la confusión, quizás el verdadero ejercicio libertario sea escapar del flujo de la información. A contramano de lo que sucedió en buena parte del siglo XX, quizás hoy lo verdaderamente revolucionario sea, a veces, hacer silencio

sábado, 9 de junio de 2018

El hecho maldito y el burgués argentino


No le importaba ni la corrupción, ni los pobres, ni el de al lado, y menos los que manda a agarrar la pala desde Internet. El tema era culpar al peronismo de todo lo malo. Nada más. A él solo le importó una cosa: que el gobierno NO sea peronista. Para él: los Kirchner, Evita, Dolina, Corach, Leonardo Favio, el Papa Francisco, Rodríguez Saa, Rodolfo Walsh, Cafiero, Cámpora y el que silba la marcha de Hugo del Carril cuando limpia los vidrios, fueron, son y serán, todos iguales, son todos enemigos que pertenecen a ese movimiento maldito.

Si estando en el gobierno privatizan o estatizan, a él, le da lo mismo, siempre es malo, porque la acción no le interesa, sino la identificación de alguien como peronista; y si van al norte o al sur, está mal ambas cosas, solo porque son peronistas.
Como no puede admitir que vota y opina según una “camiseta”, siempre “en contra de ellos” y que en realidad, las ideas, las obras, las acciones no le importan, se viste para la ocasión. Si se tiene que vestir de socialista indignado; de comunista que tiene auto importado con calcomanía del Che Guevara; de humanista porque postea si ve un perrito perdido; de radical especializado en Illia porque murió pobre; de Isaac Rojas subido a un avión bombardero; de estadounidense o francés porque son países serios; de ciudadano derecho que pide golpe de Estado o de republicano racional que entiende que la economía está por encima de la gente, él se cambia sin vergüenza alguna. El fin justifica los trajes: el gobierno no tiene que ser peronista. Punto.
El centro cultural más grande de la historia, el polo científico, los trenes, la nacionalización de YPF, el matrimonio igualitario, los satélites argentinos, el Hospital El Cruce, Tecnópolis, el billete con las islas Malvinas, el plan Qunitas, el Pro.cre.ar, hubieran sido obras de un gobierno no peronista, a él mucho no le hubiera importado, salvo que lo beneficien en algo, pero sí afirmaría que son aciertos irrefutables. Pero como son acciones de gestiones peronistas, entonces: son curros, no son los modales adecuados, lo importante no es la obra sino el nombre o fueron gastos que no corresponde a este tiempo.
Lo que sí le importa es repetir que su fortuna personal no depende del estado del país, mucho menos cuando hay gobiernos peronistas, y que su familia y él, son, los poquísimos trabajadores serios y honrados, que habitan “éste país” que anda mal porque salvo él y unos pocos, el resto son todos vagos peronistas y ladrones.
Cuando todo estalla y ya no se puede disimular que no se construyó nada en función del pueblo, no será consecuencia de que los que venían a salvar al país son inoperantes, deshonestos, cipayos y mucho menos dirá “que mal voté es que siempre voto lo que sea para no votar un peronista”. En ese momento soltará una de sus frases escudo: “es que, al final, son todos iguales, todos roban”. De esa manera, no hay análisis ni cálculos, todos son corruptos. El gobierno que pone derechos del trabajador en la Constitución, les otorga pensión a las amas de casa, promueve el aguinaldo, y/o subsidia el transporte, la luz y el gas a los que menos ganan, será, según él, igualito al que se quedó con los ahorros que tenía la clase media en los bancos y no construyó ni un hospital porque igual, al final “todos roban”…

martes, 5 de junio de 2018

Argentina: La pata civil de la dictadura, una deuda estructural


“Este es el zurdo que le hizo el paro a la empresa por quince días. De esta cabeza nace el paro por tiempo indeterminado que sufrió Ledesma, es esta porquería, el Gordo Saracho y Mario Ernesto Ricci, y por culpa de esta porquería el ingenio tuvo que tirar toneladas de caña de azúcar”. Esas fueron las palabras que Raúl Osvaldo Tapia escuchó durante la sesión de tortura del 3 de abril del ’76. Era uno de los trabajadores del Ingenio Ledesma y también fue uno de los que se animó a denunciar a la empresa y promover reclamos contra sus abusos.
En la antesala del Golpe de Estado, durante la construcción de ese poderío económico, fueron muy importantes los beneficios y prebendas que el Ingenio Ledesma recibió del Estado. “Durante la dictadura de Onganía y en la década de 1970 la compañía se ubicó a la cabeza del grupo de empresas beneficiadas por las políticas estatales que posibilitaron un proceso de concentración y centralización de la economía”, afirma un informe realizado por el Centro de Estudios Legales y Sociales. Sin demasiadas consecuencias por su participación activa y sanguinaria durante todo el reinado militar, hoy Ledesma es una de las empresas agroindustriales de capitales nacionales más importantes del país y de América Latina. La noche más terrible fue la del 26 de julio de 1976, que es conocida como “El Apagón”. Mientras la ciudad estaba a oscuras, policías, gendarmes y capataces de la empresa Ledesma, allanaron y saquearon viviendas en Libertador San Martín y Colilegua. La propia empresa puso a disposición sus vehículos para trasladar a más de 400 trabajadores, estudiantes y profesionales a galpones de mantenimiento del ingenio azucarero. Algunos permanecieron días, otros meses, atados, encapuchados y torturados. De las 400, fueron treinta y dos personas las que perdieron sus vidas esa noche o en las posteriores.

Mucho más que cómplices
Tuvieron que pasar años, décadas, para que la palabra cómplices pasara a un segundo plano y se comience a hablar de responsabilidad civil y empresarial en lo que a los procesos judiciales sobre delitos de lesa humanidad se refiere. Y así lo expresa claramente el informe del CELS que consta de dos tomos y analiza los casos de empresas como Acindar, Mercedes Benz, Ledesma, Molinos de la Plata y La Veloz del Norte, entre otros. Este documento estudia “la responsabilidad que tuvo un sector del empresariado nacional y extranjero en las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la última dictadura argentina. Lo hace a partir del examen de un arco de prácticas empresariales de represión a los trabajadores en empresas situadas en distintas regiones del país. La evidencia recogida y analizada en un conjunto de casos, acotados en número pero muy significativos por su importancia económica, permite afirmar que, en el territorio de los establecimientos fabriles, se combinaron con eficacia el accionar de las Fuerzas Armadas y el accionar empresarial para ejercer el poder represivo contra los trabajadores”.
Todo esto pone en evidencia la relación entre las fuerzas militares y el poder económico demostrando que hubo una utilización planificada y sistemática de acallar a la militancia política radicalizada y disciplinar a la clase trabajadora que a lo largo de esas décadas había logrado acumular poder político y social. Ya en el informe de la Conadep, Nunca Más, y gracias a los testimonios de sobrevivientes, se había remarcado la pertenencia a la clase obrera de muchas de las víctimas y enfatizado sobre los secuestros colectivos en lugares de trabajo. “Algunos de los casos mencionados son los de los astilleros de la zona norte del primer cordón industrial bonaerense, el de la empresa siderúrgica Acindar en Villa Constitución (cuyo presidente hasta 1976 había sido José Alfredo Martínez de Hoz, luego Ministro de Economía de la dictadura)”.
En aquel momento, los trabajadores de Acindar no sospecharon que las fotos que los directivos de la empresa les mandaron a tomar para renovar el carnet de la fábrica serían usadas como fichas de identificación por los militares que los secuestraron. “Uno de los operarios contó que en una oportunidad su jefe de sección lo llamó para que se tomara la foto de la nueva credencial, pero nunca recibió ese documento. A las dos semanas, en cambio, la policía lo fue a buscar a su casa. Los agentes que lo secuestraron llevaban como lazarillo la foto que le habían tomado en la fábrica”, relata el informe del CELS.
Entre 1974 y 1976 los focos de mayor agitación obrera estuvieron en Tucumán, Jujuy, Córdoba y el cordón industrial del norte de la provincia de Buenos Aires hasta el sur de Santa Fe. Allí, las fuerzas policiales y militares reprimieron. Uno de los hitos más álgido fue el “copamiento” de la ciudad de Villa Constitución el 20 de marzo de 1975 y el arresto de la casi totalidad de los dirigentes sindicales de la zona donde estaba emplazada Acindar.

“La pata civil, como la iglesia, salió indemne”
Las patronales no fueron un eslabón menor en las cadenas forjadas por el terrorismo de Estado y las diferentes fuerzas que participaron. Pero al momento de repartir las responsabilidades quedaron a un costado, casi olvidados o, mejor dicho, a resguardo. “La burguesía no tuvo más que un par de implicancias en ese sentido, más que nada en lo que tiene que ver con Ledesma y los Blaquier. Jurídicamente no pagaron nada, salieron ilesos en lo legal. La pata civil, como la iglesia salió indemne”, aseguró De María y continuó: “Creo que se sabe que hubo negocios, que en esos tiempos vaciaron económicamente el país, pero parece que Videla, Tigre Acosta o Galtieri se instalaron como íconos y está bien, pero digo, no sé si hay un clima social de tanta bronca hacia la empresas y patronales como hay hacia los militares que fueron los que ejecutaron materialmente el Golpe. Y no creo que sea ignorancia sino que tiene que ver con lo que se logró propagandizar e instalar. Se sabe que la Mercedes Benz tuvo sus desaparecidos o el ingenio de los Ledesma y Blaquier, pero no pasa de eso”.

Causas judiciales y responsabilidad Empresarial en la dictadura
Según detalla el informe del CELS citado, en 1985, la sentencia del Juicio a las Juntas, la primera comprobación judicial del plan sistemático de exterminio desplegado por la dictadura, logró determinar los secuestros de varios trabajadores de Mercedes Benz. Más adelante, la represión a los trabajadores también fue puesta de manifiesto en testimonios brindados en los Juicios por la Verdad. En 1998, un trabajador de Alpargatas explicó que fue secuestrado durante una huelga y que los policías que se lo llevaron le dijeron “que los tenía que acompañar porque había una denuncia de la fábrica de alpargatas”. En el año 2003, otro trabajador relató que al volver a la fábrica luego de su secuestro el jefe de personal le dijo “no, quedate tranquilo… con vos no tenemos nada…”.
Las investigaciones del secuestro y desaparición de trabajadores de las empresas Ford y Mercedes Benz comenzaron en 2002, con los primeros pasos de la reapertura judicial de las causas por delitos de lesa humanidad luego del periodo de impunidad que se había iniciado a mediados de los años 80 con las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. En ambos casos había ya gran cantidad de elementos que apuntaban a directivos de las empresas.
En 2012 se dictaron resoluciones judiciales contra empresarios y personal jerárquico por el secuestro y las torturas padecidas por sus trabajadores. Carlos Pedro Blaquier y Alberto Lemos, presidente del directorio y administrador general del Ingenio Ledesma, respectivamente, fueron procesados. La decisión fue confirmada por la Cámara Federal de Apelaciones de Salta. Sin embargo, en 2015 la Cámara Federal de Casación Penal los benefició con una falta de mérito. De esta manera se pusieron en evidencia las resistencias que existen para el juzgamiento del poder económico.
En 2013, en la investigación judicial sobre la Compañía Minera Aguilar S.A. de Jujuy,  personal jerárquico de la empresa, fueron procesados por aportar información para identificar víctimas y vehículos para secuestrarlas. Las huelgas que llevaron adelante los mineros, antes del golpe de Estado, tuvieron estrecha relación con el cautiverio de sus protagonistas en plena dictadura. Ese mismo año, los directivos de la empresa Ford, Pedro Muller, Guillermo Galarraga y Francisco Jesús Sibilla, fueron procesados por “haber facilitado los datos personales de cada uno de los empleados involucrados, junto a sus fotografías-glosadas a legajos personales de la empresa- y domicilios particulares, para que de esa forma puedan ser habidos” y “haber permitido que se montara un centro de detención en el interior del predio de esa fábrica, en los sectores del Campo Recreativo y/o de Deporte, para que sus dependientes fueran interrogados”. En la resolución judicial se destaca la importancia del análisis del contexto político y social y se puntualiza que “la eficiencia y productividad tan añorada por los empresarios se topaba con un enemigo puntual, la ‘comisión interna’, y pareciera que este análisis de la situación fue compartida con las fuerzas armadas que usurparon los poderes donde se objetiva el Estado, ya que según las estadísticas de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas fueron los obreros quienes más sufrieron la violencia del régimen”. En la actualidad, hay numerosas investigaciones judiciales abiertas para demostrar responsabilidades penales de actores económicos. Así ocurre con las empresas La Nueva Provincia, Dálmine Siderca, Propulsora Siderúrgica S.A., Acindar, Loma Negra, Las Marías, Astilleros Astarsa y Mestrina, las ceramistas Cattáneo y Losadur y Molinos Río de la Plata.
En marzo de 2016 el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Salta condenó al dueño de La Veloz del Norte, Marcos Levin, por el secuestro  de Víctor Cobos,  delegado gremial de la empresa. Se trata del primer caso en el que un empresario es condenado por este tipo de delitos en el país. Los testimonios de los trabajadores de la empresa que fueron secuestrados dieron cuenta de la participación de Levin en los hechos: estuvo en el lugar de las torturas, daba órdenes a quienes las consumaban, había amenazado a los trabajadores antes de sus secuestros y aportó vehículos para trasladarlos a la comisaría donde fueron torturados.

miércoles, 23 de mayo de 2018

La gran derrota de Trump en Venezuela



Lo más importante que ocurrió el domingo 20 de mayo es que venciendo amenazas de todo tipo, el pueblo venezolano otra vez salió a votar e impuso democráticamente y a la vista de cientos de observadores electorales la esperada reelección de Nicolás Maduro. Ese detalle precisamente, el de la renovada práctica de defender la soberanía popular con una urna como arma es la que desde aquel no muy lejano diciembre de 1998 viene poniendo a los sucesivos gobiernos estadounidenses al borde de la histeria.
Recorriendo los centros electorales y conversando desde temprano con quienes al sonar de la recordada diana chavista se encolumnaban para depositar su sufragio es que pudimos escuchar, en Caracas y sus alrededores, razones que luego explicarían el triunfo. La paz era una de ellas, pero formulada no como un recurso formal sino como una muestra de hartazgo: “que nos dejen en paz, que no nos condicionen el futuro con amenazas”, nos dijo un joven en un colegio de Catia.
Horas después, en otro centro del Estado Vargas, la expresión se repetía en un “yo me resteo (me juego) con Maduro porque esta Revolución es nuestra esperanza”. Cerca de allí, una concentración de vecinas y vecinos bailaban, comían unos dulces y le contaban a quien quisiera escucharles que “ese barrio que usted ve ahí lo hizo el comandante Chávez y aquel de más allá nos lo entregó el presidente obrero”. Hablaban de edificios impecables con todas las instalaciones funcionando, y que son parte de las 2 millones de viviendas que construyera la Revolución para los más necesitados. Al darse cuenta que algunos de los visitantes procedíamos de Argentina, una mujer ya entrada en años, nos abrazó y gritó para que quedara claro de qué iba la cosa: “Si necesitan ayuda para echarlo a ese Macri nos avisan, que aquí somos todos rodilla en tierra”. Había gusto a pueblo en aquel sitio donde la temperatura era agobiante pero nadie se movía porque estaban esperando que llegara el anuncio del Consejo Nacional Electoral proclamando el ansiado triunfo.
Más tarde, en otro barrio de Caracas, las respuestas seguían acumulando razones: “Yo voto contra Trump y contra esos del Grupo de Lima”, aclaró un estudiante de medicina, que enseguida remató con un: “lo bueno y lo que no nos guste de este gobierno lo vamos a decidir nosotros y no un yanqui millonario o esos europeos que no tienen nada que hacer aquí”. Testimonios de bronca contra tanta injerencia, voces dignas dispuestas a defender lo conquistado, expresiones de agradecimiento para quienes habíamos llegado para confirmar que en Venezuela Bolivariana el legado de Hugo Chávez está intacto en la fidelidad de su pueblo.
Luego vinieron los resultados y en medio de los cohetes lanzados al aire o la ovación cariñosa hasta las lágrimas para saludar al nuevo presidente frente al Palacio Miraflores, la oposición y sus “protectores” internacionales ponían en marcha un plan que estaba cantado desde hacía bastante tiempo.
Los llamados “demócratas” arremetían con más sanciones económicas, con gritos destemplados que cantaban fraude (incluso antes de saberse los resultados, como hizo el candidato Henry Falcón) o con artículos ponzoñosos en la mayoría de la prensa mundial hegemónica. El más soez de toda una serie de agravios pudo leerse en prensa argentina señalando: “Una organización criminal venció en las elecciones venezolanas” y así otros múltiples epítetos.
Lo cierto es que el imperio y sus secuaces de los gobiernos derechistas del continente no pudieron soportar esta victoria heroica, surgida de las entrañas de un pueblo que padece necesidades pero no se quiebra ante ellas y sacando fuerzas de su propia memoria de lucha convierte en luminosos hasta los más oscuros escenarios.
Ahora vendrán los aprietes, las expulsiones de embajadores, las conspiraciones para aislar aún más a un país cuyo único pecado ha sido querer la felicidad de su gente y cometer la osadía de mostrarse como ejemplo al resto o recordar a propios y extraños que las grandes hazañas cuestan sacrificio. Querer llegar a vivir en una sociedad socialista en pleno avance político, económico y militar del neoliberalismo es el mayor desafío que se puede hacer a quienes en Washington, Miami o Madrid creen todavía que la vida de un hombre o una mujer se compra y se vende como en un mercado.
Ahora sonarán todas las sirenas de alarma en tierras latinoamericanas y será necesario redoblar la solidaridad internacionalista, de la misma manera que se hizo cuando a Cuba la expulsaron de la OEA y quisieron aislarla de sus hermanos de la región. Al igual que en aquella ocasión los pueblos deberán gestar un cúmulo de acciones fraternales para abrazar a la Patria de Bolívar, demostrándole a Trump que sus amenazas pueden encender la pradera y que al igual que ocurriera en otras épocas, la paciencia tiene un límite.
Es cierto que hay colaboracionistas y alcahuetes que amparan esas políticas agresoras, o que al calor de tanta injerencia llegan a meterle el miedo en el cuerpo a algunos políticos que se dicen “progres” y en sus campañas electorales (como ocurre en Colombia y México) se adhieren al Grupo de Lima y desconocen el triunfo de Maduro o no quieren mencionar el nombre del país agredido porque sus asesores o ellos mismos consideran que “resta votos”. Son pobres de alma esos personajes, a los que el imperio desprecia y no se salvarán de sus ataques. Pero también hay en cada unos de nuestros países, obreros, estudiantes, campesinos que admiran todo lo hecho por Chávez y que hoy representa Maduro.
Gente de a pie, que saben que desear lo imposible cuesta demasiado y no se arrepienten de ser como son. Ellos y ellas, precisamente, son los que no entran en disquisiciones sobre porcentajes de participación electoral o si Maduro “no es como Chávez”, como suelen hacerlo algunos sabelotodo de la política de “izquierda”. Para esas personas de corazón sensible y decisión casi militante (o sin el “casi”) lo más impresionante que ocurriera por estas horas es que “ganó Maduro” y “los yanquis que revienten”. Están en lo cierto. Como en el deporte, ganar se gana ganando. Lo demás se irá discutiendo al fragor de las mil batallas que habrá que librar a partir de ahora.