miércoles, 18 de septiembre de 2013

Obamatitis

Luis Bruschtein - http://www.liberacion.se/index.php/tema-de-la-semana/1313-obamatitis 

3obama

Obama tiene el ‘physique du rol’, pero le faltó el rol y solamente le quedó el physique. Es afroamericano, simpático, profesional exitoso y carismático. Tendría que haber sido el hombre de las causas progresivas en los Estados Unidos, pero no dio ninguna pelea y asumió las reglas de juego de los que supuestamente venía a desplazar.

Es importante que un afroamericano haya llegado a la presidencia de uno de los países donde había leyes racistas hasta hace muy poco, pero no alcanza. Es peor ver a un afroamericano tratando de hacer con Siria lo mismo que hizo George Bush con Irak. Sobre todo porque la minoría a la que representa por el color de su piel fue humillada y explotada por los mismos intereses que ahora empujan a la guerra para humillar y explotar a otros pueblos.

En la mesa del G-20, en San Peters-burgo, estuvo sentado junto a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. La mujer no podía evitar la cara de disgusto. El espionaje de la potencia norteamericana sobre su gobierno y su país fue más alevoso de lo que se había descubierto en un primer momento. Fue un espionaje político, económico y comercial. Incluso se descubrió que las primeras explicaciones que le dieron al gobierno brasileño fueron puras mentiras. El gobierno de Brasil está enojado con el de Estados Unidos y canceló el viaje de una delegación que debía preparar una visita de Rousseff a Washington.

Obama está obsesionado con su ataque a Siria. Subordinó los temas de su política exterior a ese punto específico. En el G-20 se negó a respaldar la crítica argentina a los fondos buitre, en represalia por la posición sensata de la Cancillería argentina a favor de la paz y contra la guerra. Si no lo apoyan en su cruzada, él no apoya ninguna otra causa por más justa que sea. La Presidenta logró que en la declaración final de la reunión, el término de “paraísos” fiscales fuera reemplazado por el de “guaridas” fiscales. La protección de la Justicia norteamericana a los fondos buitre convierte a los Estados Unidos en una “guarida” de ese tipo. El síndrome Obama es un clásico de la política, donde a veces es mejor un dirigente honesto de la derecha que un pseudoprogresista que juega para la derecha con un discurso de izquierda. Algo que también sucedió en Argentina con el gobierno pseudoprogresista de la Alianza. Había llegado para hacer cambios, pero fue tan neoliberal como el de Carlos Menem. El presidente norteamericano era el hombre que llegaba para poner fin a la aventura en Irak y Afganistán y, en cambio, las tropas de su país siguen desplegadas en Medio Oriente, igual que sigue la cárcel de Guantánamo. Ahora está a punto de lanzar un ataque aéreo contra Siria. Seis de cada diez personas en Estados Unidos están contra la guerra. La oposición y algunos demócratas también. Pero la presión del complejo militar industrial y de sus aliados de Arabia Saudita en la guerra de recuperación de espacios tras el fin de la Guerra Fría es más decisiva. Los países que habían sido aliados de la URSS en Medio Oriente, Egipto, Libia e Irak, fueron cayendo uno tras otro y ahora le toca el turno a Siria.

El falso progresista es una figura conocida en Argentina. La otra figura que se repite son las grandes operaciones de prensa. Se han hecho películas esclarecedoras. Millones de personas las vieron. Una de las más conocidas fue Mentiras que matan, con Dustin Hoffman. Y sin embargo, los mismos mecanismos se repiten una y mil veces, las mentiras se hacen evidentes y aun así mucha gente prefiere creerlas. Cuando Irak invadió Kuwait, para sensibilizar al pueblo norteamericano que no respaldaba la intervención de su ejército en ese conflicto, se fraguó un falso ataque de tropas iraquíes contra una nursery kuwaití, donde estas supuestas tropas tiraban al piso las cunitas de los recién nacidos. En la segunda invasión hicieron creer que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva. Y después se demostró que eran todas mentiras pero la invasión ya se había producido. Estas ficciones tan burdas solamente podían hacerse creíbles con la complicidad de las grandes multi-media internacionales. Semanas y semanas difundiendo la misma falsedad de diferentes maneras hasta que la convierten en parte del paisaje, algo que a nadie se le ocurriría cuestionar porque aparece publicado y difundido a través de los medios masivos de comunicación. Es tan extraña la forma en que funcionan estos mecanismos que hasta un sector de la izquierda muchas veces termina siéndoles funcional.

Esas mismas operaciones se han aplicado por los grupos dominantes en todos los países, incluyendo a la Argentina, para poner o sacar gobiernos o preparar escenarios para golpes de Estado. Y se siguen practicando en la actualidad.

Ni siquiera hay originalidad. Ni son técnicas nuevas ni dispositivos desconocidos.

Aun así es tan efectivo el mecanismo que a nadie se le ocurre hacerse las preguntas más elementales. Por ejemplo: ni en Irak ni en Libia, al igual que en Siria, existían oposiciones fuertes y de repente aparecieron ejércitos enteros armados, uniformados y bien alimentados, llamados “libres”, o “democráticos” o “de oposición”. No se trata de grupos relativamente pequeños de guerrillas como cuando hay una oposición genuina. Se trata de ejércitos regulares de miles de combatientes que necesitan ser reclutados, pagados, armados, alimentados, alojados y transportados y que surgen en forma repentina.

Tantos soldados expertos surgidos de la nada. En Indonesia y Chechenia se denunció que muchos de los terroristas más buscados se reunieron ahora en Siria.

También hay de Afganistán y Pakistán. En esos países ni siquiera se habla árabe, aunque también hay mercenarios provenientes de otros países de la región. Son grupos sunnitas extremistas, enemigos de los chiítas y alauitas, con relaciones históricas con los servicios secretos de Arabia Saudita, como fue en su momento Al Qaida. Muchos ya pasaron por Libia. Resulta paradójico, pero en estas guerras, y en su afán por alcanzar su objetivo final que es el gobierno chiíta de Irán, Estados Unidos actúa aliado con grupos vinculados a Al Qaida.

Nadie se pregunta quién financia esos ejércitos que requieren presupuestos mayores aún que los ejércitos de cualquier país, porque están en operaciones y tienen que reponer armamento en forma continua. Como si existieran por milagro y fueran mantenidos por las almas caritativas. Se necesitan cientos de millones de dólares todos los días, semanas y meses para mantenerlos. Nadie se pregunta de dónde salieron o quién los financia porque la información masiva los ha naturalizado y de tanto machacar termina por incorporarlos como algo que no requiere explicación.

Primero la información demoniza el blanco, en este caso el gobierno sirio. No se trata de defender ese gobierno, pero sí de poner en duda esa campaña cuyo objetivo es justificar la intervención extranjera. Como parte de esa campaña, todos los días, las agencias difunden masacres y barbaridades supuestamente cometidas por el gobierno al mismo tiempo que aparecen estos ejércitos libres. Las denuncias son usadas para justificar el misterioso surgimiento de estas fuerzas militares. Y luego, para preparar la intervención de las potencias.

El ataque con armas químicas en un suburbio de Damasco, que es usado por Obama para justificar un ataque aéreo, se produjo cuando el gobierno empezaba a derrotar a sus opositores. No había usado antes esas armas, y no parecía necesitado de hacerlo en ese momento. Por el contrario, la oposición sí lo necesitaba para darle un motivo a Obama para acudir en su ayuda. Sin respaldo militar abierto de las potencias, la oposición y su ejército de mercenarios estarían a punto de ser derrotados como hubiera ocurrido en Libia si no invadían las potencias europeas.

La posición del papa Francisco coincide con la del gobierno argentino. No se trata de defender a ningún gobierno, sino de evitar una invasión de las potencias que podría hacer estallar a toda la región.

lunes, 16 de septiembre de 2013

MOVIMIENTO NACIONAL Y POPULAR: KIRCHNERISMO Y PERONISMO.

Aritz Recalde, septiembre 2013 - http://www.redaccionpopular.com/articulo/movimiento-nacional-y-popular-kirchnerismo-y-peronismodos-notas

peronismoEn los ámbitos políticos, académicos y periodísticos, se encuentra abierta la polémica acerca de cuál es la identidad del proceso de gobierno iniciado en el 2003.

Sus enemigos de la derecha liberal, lo definen como un programa “autoritario” que conduce al país hacia el “modelo de Cuba y de Venezuela”. Esta opinión conlleva dos falacias. Primero, da a suponer que repetir las experiencias de Cuba o de Venezuela, implica un hecho negativo. Segundo, la última década de gobierno demostró que los tres países tienen puntos de encuentro y además, considerables diferencias[1]. Es cierto que los tres Estados comparten algunas metas en los terrenos de la salud, la vivienda o la educación. Pero también quedó claro, que cada uno de ellos tiene su propia dinámica política y su original sistema de acumulación económico y de organización cultural. Sus adversarios de izquierda, acusan al kirchnerismo de ser la “expresión política burguesa” que salvó a los sectores dominantes de la hecatombe en 2001. La expropiación de YPF, la Asignación Universal por Hijo, el PROCREAR o la política de integración latinoamericana, serían “concesiones” que el gobierno entrega con la finalidad de ocultar los grandes negocios de las clases dominantes. El justicialismo no kichnerista, suele acusar al gobierno de abandonar las “verdades peronistas”, para conducir el movimiento desde un “sector de los Montoneros expulsados de la plaza en 1974”. Considero que ninguna de estas concepciones explica demasiado y que no es necesario decir mucho al respecto.

El debate también involucra a los actores que componen el mismo frente político kirchnerista. Néstor y Cristina adhieren al peronismo desde su juventud y de la mano de esa ideología y por intermedio de corrientes políticas de dicho partido, ocuparon sus cargos de gobierno. Pese a esa realidad, dentro del complejo mapa de actores que componen el Frente Para la Victorial y sus aliados, algunos sectores consideran que el proyecto iniciado en el año 2003, es “único” y diferenciable del peronismo. Incluso, hay actores que destacan que “modificó y superó” en muchos aspectos, el programa de gobierno nacido con la revolución de 1943 y con el 17 de octubre de 1945. Frente a esta opinión, quiero presentar dos hipótesis:

Primero: el kichnerismo es una manifestación del peronismo histórico. La particularidad de la realidad en la cual se gestó, lo condujo a oficiar como una versión “moderada” del peronismo histórico. Cabe destacar, que la “moderación” en política, no es un debate intelectual o la manifestación de un “deber ser” que todos los proyectos tienen que repetir, sino que es una condición histórica de posibilidad resultante de la realidad en la que se desenvuelve la política. Con su estilo propio, el kichnerismo es el único gobierno que desde la muerte del primer mandatario en julio del año 1974 a la fecha, intentó reiterar el programa histórico de la revolución peronista[2].

Segundo: negar que el kirchnerismo es una expresión del peronismo, suele ser el resultante de un “preconcepto” negativo de éste último.

La economía

Perón plateó la coexistencia de la economía privada argentina, la empresa estatal, el cooperativismo y el capital extranjero. Desde el 2003, el Estado retomó el manejo de empresas de servicios, impulsó programas de cooperativas como Argentina Trabaja, apoyó al capital argentino y fomentó la inversión extranjera.

Ambos gobiernos son industrialistas, a diferencia del menemismo o de varios dirigentes justicialistas que están ligados a los grupos financieros y a los sectores concentrados del agro. El peronismo histórico en el plano de la economía es antiliberal y rompe con el modelo de la dependencia agroexportadora. La apuesta a la reindustrialización iniciada en 2003, generó las condiciones para que el empleo, la producción y el consumo, sean el eje del proceso político, de manera similar a lo ocurrido entre 1943 y 1955.

El objetivo de la independencia económica peronista, trajo aparejada la necesidad de controlar recursos y actividades estratégicas desde el Estado, que se tornó empresario. El peronismo nacionalizó el Banco Central, los depósitos bancarios, el Comercio Exterior y gran parte de los servicios públicos y de la estructura productiva argentina. La recuperación de YPF o de Aerolíneas impulsada por Cristina, van en ésta misma línea de política. La regulación del Banco Central o el intento de intervenir activamente en el funcionamiento del comercio exterior que impulsó el kirchnerismo, fueron iniciativas estimuladas anteriormente en los tres gobiernos peronistas.

La diferencia entre ambos proyectos no es de objetivos, sino de gradualidad.

La política interna y externa

El habitual que se diga que el kirchnerismo inventó la “transversalidad”. Dicha definición no es acertada por el hecho de que el frente político generado entre 1943 a 1955, era sumamente plural y diverso en lo ideológico y en lo político. A partir del año 1946 Perón gobernó con un vicepresidente de la UCR (Quijano), con ministros socialistas (Borlenghi o Bramuglia), con empresarios (Miranda o Jorge Antonio), con dirigentes católicos (Sampay o Hernán Benítez), con apoyos de organismos judíos (OIA o el asesor Amram Blum), con funcionarios pro árabes (Arce) o con dirigentes o intelectuales de origen comunista (Gelbard o Astesano). Esta diversidad implicó que Perón gobernó con dirigentes de derecha e izquierda, en un esquema de enfrentamientos internos permanentes. De la misma manera, el kirchnerismo es un programa sumamente diverso que incluye gobernadores, intendentes, sindicalistas o empresarios con ideologías e incluso, con intereses diferentes. En el proyecto político actual, coexisten católicos, dirigentes pro iraníes, miembros de la comunidad judía, referentes de extracción comunista, socialista o derechista.

Cristina impulsó la participación de los jóvenes en política, de forma similar a lo realizado por Perón con la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) o la Confederación General Universitaria (CGU). El kirchnerismo se apoyó en la juventud de clase media y con esa decisión, reiteró el proceso de nacionalización de los años sesenta y setenta.

En la misma línea del histórico 17 de octubre, el kirchnerismo recuperó la calle y la movilización popular, como el teatro donde se desarrolla la política

Néstor promovió la reforma de la Corte Suprema de Justicia como lo había hecho Perón en 1946.

Se dice que el kirchnerismo se diferencia del peronismo por la política de Derechos Humanos. Perón asumió luego de una “década infame” que no causó los asesinatos y las desapariciones como la de 1976, cuestión que marca una diferencia sustancial de agenda. Atendiendo esta particularidad y sin descartar las diferencias, el gobierno impulsó otros aspectos resaltados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de Ginebra. La Constitución Nacional de 1949 sostuvo cuestiones cruciales como que “En caso de duda, deberá estarse siempre a lo más favorable al procesado. Quedan abolidos para siempre la pena de muerte por causas políticas, toda especie de tormento y los azotes. Las cárceles serán sanas y limpias, y adecuadas para la reeducación social de los detenidos en ellas; y toda medida que, a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que la seguridad exija, hará responsable al juez o funcionario que la autorice”. Es bueno destacar, que la política de derechos humanos actual juzga a los asesinos de los militantes peronistas –entre otros-, cuestión que le da coherencia y continuidad, a las luchas de la generación justicialista de los setenta y la nuestra.

Perón devolvió trofeos y pidió disculpas en nombre del Estado Argentino, por el genocidio cometido en la Guerra del Paraguay.

El kirchnerimo afirmó nuestro poder de decisión en la geopolítica mundial, retomando con ello el programa del peronismo histórico. En la primera década peronista, Bramuglia nos representó en el Consejo de Seguridad de la ONU, de manera similar a la actual cancillería.

La inestimable vocación latinoamericanista de Néstor y de Cristina, abrevan del ABC y el ATLAS de los años cincuenta o de nuestro apoyo a Cuba en 1973.

El intento de ampliar mercados en África o Asia que impulsa Guillermo Moreno, estaba presente en la política de Perón cuando inició relaciones diplomáticas y comerciales con Rusia soviética o cuando nos incluyó entre los Países No alineados en la histórica reunión de Argel.

Los enemigos políticos el kirchnerismo lo definen claramente como peronista. Igual que en los años cincuenta, nos enfrentamos a la SRA, a los grupos financieros extranjeros, a empresas multinacionales petroleras y recibimos la oposición constante del neocolonialismo cultural. Dicha continuidad quedó evidenciada cuando Perón se negó a ingresar al FMI y Néstor nos permitió cortar amarras con estos mismos grupos financieros.

La cultura

Cristina impulsó una ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, de la misma manera que lo hizo Perón en 1953.

El Ministerio de Planificación Federal desarrolla la TV digital, continuando la decisión del Estado de 1951 de crear la televisión pública o promover las radios de frontera.

Actualmente, nos enfrentamos a Clarín, de manera similar al peronismo con el diario La Prensa.

Perón sancionó la gratuidad de la universidad en 1949 para el ingreso del pueblo a la educación y actualmente, se abren universidades en el conurbano bonaerense y se amplían las becas para sectores humildes. La primera década peronista construyó obras educativas como las cientos de escuelas o la Ciudad Universitaria de Córdoba, de la misma manera que se lo hace actualmente.

Cristina promovió un Ministerio de Ciencia, retomando la decisión de Perón de darle a la educación rango ministerial.

El cine argentino actual está recibiendo los subsidios que inició el gobierno de Perón y tiene un apoyo estatal similar al que en su momento, permitió organizar al festival de Mar del Plata.

Cristina es revisionista, de la misma manera que Perón lo manifestó en los Vendepatria de 1957. El actual feriado del día 20 de noviembre, nació del apoyo peronista dado a la propuesta de José María Rosa para declararlo día de la soberanía nacional.

En el terreno de las reivindicaciones de género, hoy se reconocen derechos con la ley de matrimonio igualitario. En términos históricos, esa medida es equivalente a la ley de voto femenino de 1947 que otorgó poder político y reconocimiento cultural, a las mujeres argentinas.

Justicia social

Según Evita, los “únicos privilegiados son los niños” y ese mismo contenido tiene la Asignación Universal por Hijo. Hasta la llegada de Perón, casi no existían las jubilaciones y pensiones. Desde que recuperamos las AFJP con Néstor y con Cristina, nuevamente la justicia social alcanzó a los adultos mayores.

El Plan Federal de Viviendas, el PROCREAR y las miles de obras públicas, son experiencias que retoman el rol dado al Banco Hipotecario, a la Fundación Eva Perón y al Estado en los años cincuenta.

Hoy el Estado acompaña leyes de defensa de los trabajadores, reiterando el mandato de programa político iniciado en 1943.

Posiblemente, en este universo de realizaciones la diferencia entre ambos sea también de gradualidad. En los años cincuenta se alcanzó el pleno empleo y el nivel de vida de la mayoría de los trabajadores, no estaba fragmentado socialmente como ahora. Estas diferencias se explican, entre otros temas, por el piso social y económico que encontró Perón en 1943, distinto al del 2003.

El kirchnerismo es una manifestación del peronismo por su historia, por las acciones implementadas y por compartir sus mismos enemigos. El peronismo no es una invención cultural o un partido electoral, sino que es la resolución política organizada y concreta, de los problemas de la dependencia argentina.

No se trata de debatir si se “es” o “no se es” peronista. El tema adquiere relevancia política a la hora de reconocer la vigencia o no, de la lucha por alcanzar la soberanía política, la independencia económica y la justicia social. A partir de acá, el peronismo se ofrece como una experiencia histórica que introdujo una agenda de problemas y de soluciones políticas, que acertadas o no, marcaron el punto más alto de la independencia nacional y del bienestar del pueblo argentino.

Un pueblo sin conciencia histórica, está condenado a reproducir los errores de las generaciones anteriores.

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[1] Hace años que Cuba está promoviendo algunas reformas económicas y políticas para “parecerse” a la Argentina de Perón y a la Venezuela de Hugo Chávez.

[2] Voy a definir al peronismo a partir del programa de la revolución que quedó expresado en: 1) Primer y Segundo Plan Quinquenal; 2) Constitución Nacional de 1949; 3) Plan Trienal.

sábado, 14 de septiembre de 2013

PERONISMO: ese hecho maldito y persistente de la historia argentina

* Por Sebastián Taiariol - http://lateclaene.wix.com/la-tecla-ene#!peronismo-ese-hecho-maldito-y/c12aa

Alejandro Dolina: “…conseguir que personas que jamás han tenido vacaciones, las tengan, que jamás hayan tenido zapatillas, las tengan, que jamás tuvieron dignidad y la tengan, es una revolución. No se puede negar que Perón desató una revolución inédita en el país…”.

El mediopelo argentino (a decir de don Arturo Jauretche), es decir la burguesía nacional, no asume que es valuarte de la decadencia y por el contrario, cree que es un prócer progresista a la altura de Alberdi. Lo más irritante de este personaje es su doble moral. Vive criticando los problemas cotidianos de la sociedad, cuando es él, en su individualidad, el que los provoca.

Así se queja, por ejemplo, de la falta de seguridad que padece a pesar de que paga sus impuestos, cuando en realidad, esas cargas las tributa luego de tamizar su patrimonio y ganancias por un sinfín de vericuetos contables, tales como la subfacturación por ventas, en muchos casos con la impudicia de tratarse de bienes suntuarios destinados a su placer y muy lejos de la producción. Se queja de la falta de palabra en los negocios, luego de despacharse cínicamente con incumplimientos indecorosos a sus compromisos, plantando operaciones concertadas sin siquiera avergonzarse.

Durante el siglo XIX, “nuestra” burguesía se ha formado en la ganancia fácil gracias a un suelo extremadamente rico en recursos naturales que fue generando una conciencia parasitaria en la clase poseedora. Mientras esas ventajas comparativas y la rápida y constante ampliación de la frontera agrícola ganada a los habitantes originarios, a fuerza de balas, pudieron equilibrar la más rápida creación de valores del proceso industrial, la Argentina figuraba entre los países más ricos de la tierra. Granero y carnicería del mundo. Ello se lograba casi sin inversiones. La fecundidad de la llanura pampeana hizo el resto. Es así que la ganancia fácil condujo rápidamente al consumo suntuario. Los argentinos conocemos algunas, de las muchas, mansiones del siglo XIX réplica de los palacios de los reyes de Francia y otras cortes europeas que la burguesía criolla construyó en Buenos Aires y en medio de la soledad de las Pampas.

Históricamente el 20% de la población detentó el 80% de las riquezas. En tanto que, para el primer centenario de mayo, hordas de trabajadores hambreados y explotados eran reprimidas por las fuerzas de seguridad y las fuerzas armadas, a fin de sostener y no alterar los privilegios de aquella burguesía nacional y su statu quo institucional. Ello fue una constante del siglo XX. Y las corporaciones que operan en el país (agropecuaria, la financiera, la judicial, el partido militar, y últimamente la corporación mediática) no vacilaron en utilizar todos los métodos a su alcance – aún los no democráticos - para sostener sus privilegios y seguir detentando el poder real, en detrimento de la clase trabajadora.

La reformulación de ese statu quo y de esos privilegios fue y es el objetivo central del peronismo, cuya meta es redistribuir la riqueza y el ingreso de una manera más justa a fin de concretar uno de los pilares de la doctrina peronista, es decir gobernar bajo los cánones de la justicia social para lograr el ansiado progreso sostenido. La puja redistributiva sostenida desde las filas del proyecto nacional y popular y su política de liberación de toda dependencia económica y política, evidentemente regenera el odio y las operaciones destituyentes de las corporaciones económicas que encuentran en el kirchnerismo una peligrosa resistencia frente al intento de restauración del neoliberalismo. Ahí está la columna editorial del diario La Nación del 02/09/2013 reivindicando el golpe de Estado contra Perón en 1955 que repuso en el poder político a los dueños del poder económico que el peronismo había desplazado. Ahí está el CEO del Grupo Clarín imputado por delitos de lesa humanidad y por fraudes bursátiles varios, imponiendo su voluntad sobre algunos jueces a fin de tornar inaplicable para su holding la ley de medios de la democracia, infundiendo en su camino toda clase de chicanas jurídicas y calumnias contra los representantes del gobierno nacional y estigmatizando a toda la militancia del campo nacional y popular. Ahí está creando conciencias desde sus más de 315 licencias audiovisuales, provocando horror y terror en el público que consume su producto desinformativo. Balas de tinta que siguen el guión del manual para operaciones conspirativas escrito por la revolución fusiladora en 1956: “El libro negro de la segunda tiranía”.

Ahí está operando el círculo rojo que mencionó Macri, conformado por las corporaciones económicas, mediáticas, judiciales, financieras, la derecha sindical, la oligarquía agropecuaria y sus aspirantes a títeres en el congreso. Es rojo porque todavía no le pudieron quitar las manchas de sangre del ’55, de los dieciocho años de proscripción y represión, de la última dictadura cívico militar, de diciembre del 2001 y de junio del 2002. Ahí están las corporaciones ejerciendo su infinito poder real en perjuicio del gobierno popular. Ahí están operando a favor de los fondos buitres. Ahí están las corporaciones intentando tapar una sola realidad: la reducción a 4 puntos porcentuales del índice de indigencia. Ahí están queriendo ocultar que los niños ya no van a la escuela para comer, sino para aprender. Ahí están, tratando de secuestrar el futuro y las ilusiones de los trabajadores. Ahí están conspirando para robarse la patria, otra vez.

Tal vez sería un gesto positivo por parte de las autoridades del Estado luego de octubre, revisar los patrimonios de los quejosos, autoproclamados laboriosos y desenmascarar de una vez por todas tanta hipocresía. Cuanta casa enrejada mal habida hay en La Argentina. Cuantos autos lujosos de dudoso origen. Cuantos yates.

La desarticulación de las corporaciones que tanto daño le provoca al andar democrático y al sostenimiento del progreso económico y cultural del pueblo argentino, se impone como necesidad de primer orden, para que luego de vencida esta instancia, y a partir de la unión del pueblo suramericano, tenga lugar la contienda internacional contra el imperialismo.

Tuve un compañero de militancia que habitualmente solía justificar todas las ideas que expresaba con una muletilla que consistía en que todos los logros sociales del primer y segundo gobierno peronista se concretaron gracias a “la humildad de Evita y la inteligencia de Perón”. Pasó el tiempo y me convenzo en la certeza de aquella muletilla. Si alguna enseñanza nos deja estos 68 años de peronismo, es que debemos seguir los preceptos de Néstor y de Cristina manejándonos con humildad y agudizando la inteligencia como herramientas para vencer los poderes fácticos de las corporaciones. Recogiendo y analizando los aciertos y los errores del pasado. Argumentando, siempre, con la verdad y la razón. Sabiendo aprovechar los intersticios que deja la no política de los votantes opositores para introducirnos creando conciencia y contagiando alegría, pues, como dijo don Arturo, conquistar derechos provoca alegría. Debatiendo y organizándonos con la misma pasión de Discepolín. Militando y movilizándonos, ganando la calle y las plazas que son el hábitat natural del peronismo. La palabra nos organiza pero solo la acción subvierte. Solo así venceremos culturalmente al poder fáctico y concretaremos esa revolución peronista con la que soñaba Homero Manzi. Con extremada inteligencia y frialdad para anticipar las próximas jugadas de las corporaciones, pues la política sigue siendo el arte de lo posible.

* Abogado y trabajador despedido del Banco Hipotecario por razones políticas.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

10 ataques químicos de los que EEUU no quiere hablar

Wesley Messamore - http://www.policymic.com/articles/62023/10-chemical-weapons-attacks-washington-doesn-t-want-you-to-talk-about 

Washington no sólo carece de autoridad legal para una intervención militar en Siria. Carece de autoridad moral. Estamos hablando de un gobierno con un historial en el uso de armas químicas contra personas inocentes más prolífico y mortal que las meras acusaciones a que se enfrenta Al-Asad formuladas por el complejo militar-industrial de gatillo fácil occidental, decidido a sofocar una profundización en las investigaciones antes de atacar.
Aquí hay una lista de 10 ataques con armas químicas llevados a cabo por el Gobierno de EE.UU. o sus aliados contra los civiles.

1. El Ejército de EE.UU. vertió 20 millones de galones de productos químicos en Vietnam de 1962 a 1971

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Via: AP

Durante la guerra de Vietnam, los militares estadounidenses rociaron 20 millones de galones de productos químicos, incluido un muy tóxico agente naranja, en los bosques y tierras de cultivo de Vietnam y países vecinos, destruyendo deliberadamente los suministros de alimentos, la ecología selvática, y desolando la vida de cientos de miles de personas inocentes. Vietnam estima que, como resultado del ataque químico que duró una década, 400 000 personas fueron asesinadas o mutiladas, 500 000 niños han nacido con malformaciones congénitas, y 2 millones han sufrido cáncer u otras enfermedades. En 2012, la Cruz Roja estimó que un millón de personas en Vietnam tiene algún tipo de discapacidad o problemas de salud relacionados con el agente naranja.

2. Israel atacó a civiles palestinos con fósforo blanco entre 2008 y 2009

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Via: AP

El fósforo blanco es una horrible arma química incendiaria que derrite la carne humana hasta el hueso.
En 2009, varios grupos de derechos humanos, entre ellos Human Rights Watch, Amnistía Internacional y la Cruz Roja Internacional informaron que Israel estaba atacando con armas químicas a grupos civiles en su propio país. Un equipo de Amnistía Internacional afirmó encontrar "pruebas irrefutables del uso generalizado de fósforo blanco" como arma, en zonas civiles densamente pobladas. El Ejército israelí negó las acusaciones en un primer momento, pero finalmente admitió que eran ciertas.
Después de todas las acusaciones por parte de estas organizaciones no gubernamentales, el ejército israelí incluso llegó a golpear la sede de Naciones Unidas (¡!) en Gaza con un ataque químico. ¿Qué cree usted que significan todas estas pruebas comparadas con el caso contra Siria? ¿Por qué Obama no tratar de bombardear Israel?

3. Washington atacó a civiles iraquíes con fósforo blanco en 2004

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Via: AP

En 2004, varios periodistas que acompañaban a militares de EE.UU. en Irak comenzaron a informar del uso de fósforo blanco en Faluya contra los insurgentes iraquíes. Al principio, los militares mintieron y dijeron que sólo estaban utilizando fósforo blanco para crear cortinas de humo o iluminar objetivos. Luego, admitieron haber usado el producto químico volátil como arma incendiaria. En ese momento, el canal de la televisión italiana RAI emitió un documental titulado, "Faluya, la masacre oculta", incluyendo imágenes sombrías de vídeo y fotografías, así como entrevistas presenciales con residentes de Faluya y soldados estadounidenses que revelaban cómo el Gobierno de EE.UU., indiscriminadamente, lanzó fuego químico blanco en la ciudad iraquí y quemó a mujeres y niños hasta la muerte.

4. La CIA ayudó a Saddam Hussein a masacrar iraníes y kurdos con armas químicas en 1988

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La CIA conserva pruebas de que Washington sabía que Saddam Hussein estaba utilizando armas químicas (incluidos gas sarín, gas nervioso y gas mostaza) en la guerra entre Irán e Irak, pero continuó ofreciendo Inteligencia a los militares iraquíes, para que Hussein conociera sobre los movimientos de las tropas iraníes, a sabiendas de que iba a utilizar esta información para lanzar ataques químicos. En determinado momento, a principios de 1988, Washington advirtió a Hussein de un movimiento de las tropas iraníes que habría puesto fin a la guerra con una decisiva derrota del Gobierno iraquí. En marzo, un envalentonado Hussein con nuevos amigos en Washington golpeó un pueblo kurdo ocupado por las tropas iraníes con múltiples agentes químicos, donde asesinó a unas 5000 personas e hirió a otras 10 000 más, la mayoría civiles. Varios miles más murieron en los años siguientes por complicaciones, enfermedades y malformaciones congénitas.

5. El Ejército probó productos químicos contra residentes de barrios pobres, negros en Saint Louis, en 1950

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A principios de la década de 1950, el ejército colocó sopladores motorizados en la parte superior de los rascacielos residenciales en barrios de bajos ingresos de San Luis, en su mayoría negros, incluyendo zonas donde hasta el 70 % de los residentes eran niños menores de 12 años. El gobierno les dijo a los habitantes que estaba experimentando con una cortina de humo para proteger la ciudad de los ataques rusos, pero en realidad estaba bombeando aire lleno de cientos de libras de polvo fino de sulfuro de cadmio-zinc. El gobierno admitió que hubo un segundo ingrediente en el polvo químico, pero la información sobre si ese ingrediente era radiactivo, permanece clasificada. Por supuesto que sí. Desde las pruebas, un alarmante número de residentes de la zona ha desarrollado cáncer. En 1955, Spates Doris nació en uno de los edificios que el ejército utilizaba para llenar el aire con productos químicos de 1953 a 1954. Su padre murió inexplicablemente ese mismo año, ha visto cuatro hermanos morir de cáncer y Doris, por sí misma, es una sobreviviente de cáncer de cuello uterino.

6. La policía lanzó gases lacrimógenos contra los manifestantes de Occupy en 2011

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La salvaje violencia de la policía contra los manifestantes de Occupy en 2011 fue bien documentada, e incluyó el uso de gases lacrimógenos y otros químicos irritantes. El empleo, durante la guerra, de gas lacrimógeno contra soldados enemigos está prohibido por la Convención sobre Armas Químicas. ¿Acaso la policía no puede tratar de la misma manera a los manifestantes civiles en Oakland, California, y ofrecerles la misma protección que el derecho internacional exige a los soldados enemigos en el campo de batalla?

7. El FBI atacó a hombres, mujeres y niños con gases lacrimógenos en Waco, en 1993

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En el infame asedio de Waco, una comunidad pacífica de los Adventistas del Séptimo Día, el FBI lanzó gas lacrimógeno contra los edificios, sabiendo que, en su interior, había mujeres, niños y bebés. El gas lacrimógeno era altamente inflamable y se encendió provocando que las construcciones quedaran envueltas en llamas, así como la muerte de 49 hombres y mujeres, y 27 menores, incluidos recién nacidos y niños pequeños. Recuerde que atacar a un soldado enemigo armado en un campo de batalla con gas lacrimógeno es un crimen de guerra. ¿Qué tipo de crimen sería atacar a un bebé con gases lacrimógenos?

8. El Ejército de EE.UU. contaminó Irak con uranio empobrecido tóxico, en 2003

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Via: AP

En Irak, los militares de EE.UU. llenaron el ambiente con miles de toneladas de municiones a base de uranio empobrecido, un producto de desecho nuclear tóxico y radiactivo. Como resultado, más de la mitad de los bebés nacidos en Faluya, de 2007 a 2010, nacieron con malformaciones congénitas. Algunos de estos defectos no se habían visto antes más que en los libros de texto con fotografías de bebés que nacen cerca de lugares donde se realizan pruebas nucleares en el Pacífico. El cáncer y la mortalidad infantil también se han visto aumentar de forma dramática en Irak. Según Christopher Busby, secretario científico del Comité Europeo sobre Riesgos de Radiación: "Estas son armas que han destruido totalmente la integridad genética de la población de Irak." Después de redactar dos de los cuatro informes publicados en 2012 sobre la crisis de salud en Irak, Busby describió a Faluya como la ciudad con "el mayor índice jamás visto de daño genético en una población".

9. El Ejército de los EE.UU. mató a cientos de miles de civiles japoneses con napalm, de 1944 a 1945

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El napalm es un gel pegajoso y muy inflamable, que ha sido utilizado como arma de terror por los militares de EE.UU. En 1980, las Naciones Unidas declararon el uso de napalm entre la población civil como un crimen de guerra. Eso es exactamente lo que los militares de EE.UU. hicieron en la Segunda Guerra Mundial, al lanzar suficiente napalm durante un bombardeo a Tokio, para quemar vivas a unas 100 000 personas, dañar a un millón más, y dejar igual cantidad sin hogar en el más mortífero ataque aéreo de la Segunda Guerra Mundial.

10. El Gobierno de EE.UU. lanzó bombas nucleares contra dos ciudades japonesas en 1945

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Aunque las bombas nucleares no se consideran armas químicas, creo que podemos estar de acuerdo en que pertenecen a la misma categoría. Ciertamente, dispersan una gran cantidad de productos químicos radiactivos mortales. Son tan horribles como las armas químicas, si no más, y, por su propia naturaleza, son adecuadas para un solo propósito: aniquilar a toda una ciudad llena de civiles. Parece extraño que el único régimen que ha usado una de estas armas de terror contra otros seres humanos se haya dado a la tarea de pretender mantener al mundo a salvo de armas peligrosas en manos de gobiernos peligrosos.

martes, 10 de septiembre de 2013

Salvador Allende: memoria y causa

Rolando Cordera Campos - http://www.jornada.unam.mx/2013/09/08/opinion/017a1pol


Este miércoles 11 de septiembre se cumplirán 43 años del golpe militar contra el pueblo chileno y su república. El criminal que lo encabezó, traidor a su ejército y a su presidente, se encaramó en el poder por casi dos décadas y abrió para su país y buena parte de América Latina un largo momento de sangre, tortura y violencia, merced a las cuales se implantó y hasta quiso legitimarse el terrorismo de Estado como forma de dirimir litigios regionales o locales de la guerra fría y sofocar la movilización y el reclamo democrático de las masas que exigían nuevas rondas de inclusión política y social: un cambio estructural redistributivo como, precisamente, lo había ofrecido y buscaba el presidente Allende, cuya figura heroica y visionaria crece con los años.
El sitio y bombardeo del Palacio de la Moneda terminó con el fusilamiento sumario de patriotas chilenos y la muerte de Salvador Allende, quien no le concedió a los criminales la oportunidad de befarlo y luego enviarlo en avión al extranjero. Como puede suceder con los aviones, éste podría caer en el Pacífico, dijo Pinochet en conversación telefónica con alguno de sus cómplices, según reveló años después la valiente periodista chilena Patricia Verdugo en Interferencia secreta, lo que no impidió que, años después, un gobierno progresista emanado de la democracia recuperada lo defendiera del juez Baltasar Garzón en Gran Bretaña. Tampoco ha obstado para que en su país y fuera se le busquen méritos y otorguen consideraciones a su crimen y el régimen que le impuso al pueblo de Neruda a sangre y fuego.
La agresión contra la democracia, protagonizada por las fuerzas armadas y arropada sin chistar por gobiernos y personeros políticos de diferentes naciones, cubrió de ignominia y vergüenza a los militares y la derecha chilenos, a buena parte de la democracia cristiana nacional e internacional y desde luego al gobierno de Estados Unidos, encabezado por Nixon y el nefasto Henry Kissinger.
Fue el aldabonazo para que la barbarie se entronizara y Argentina empezara a vivir un pavoroso baño de sangre que llevó a la desaparición y muerte de decenas de miles, combatientes y opositores o no. Por su parte, Uruguay sufrió el silencio de las tumbas y el secuestro asesino de centenas y, junto con chilenos, argentinos y brasileños, el exilio que unos cuantos países, México destacadamente, les otorgaron.
Se llegó a niveles tales de sevicia, que un experto brasileño en esos menesteres, invitado por sus congéneres chilenos, comentó no sin sorna: lo que nosotros tratamos de hacer es cirugía; aquí lo que hay es una carnicería. Y así siguió por lustros, hasta que los pueblos y algunas de sus elites se arriesgaron a recuperar la libertad y la democracia buscó volver por sus fueros, así se tratara de una democracia administrada y condicionada por la propia dictadura que hasta el final quiso emular a Franco y dejarle a los demócratas un Chile atado y bien atado. Cosa que consiguió y duraría hasta hace muy poco.
Aquel 11 de septiembre conmovió al mundo de entonces y no confirmó sino mostró su complejidad y dificultad intrínsecas, la imposibilidad del cambio social por la vía de la democracia y la participación colectiva. Fue un momento salvaje y traumático, sin duda, pero constituye también una experiencia valiosa en materia de liderazgo y decisión, congruencia y valor, por parte de demócratas y socialistas comprometidos hasta el final con un empeño que su gran dirigente, Salvador Allende, convirtió en causa histórica.
A sus distintos ritmos, ésta es hoy la causa que inspira, lo sepan o no, a los indignados de España y Europa, los ocupantes de Wall Street y los demandantes de un mundo distinto. Quiso ser, por ejemplo, el núcleo de un afán extraordinario cultivado por el comunista extraordinario que fue Enrico Berlinguer y compartido a su manera por el democristiano Aldo Moro, cuyas simpatías por el compromiso histórico propuesto por el primero se dice que están en las raíces de su posterior secuestro y asesinato. No se trató pues, de un exotismo propio del extremo Occidente, sino de una coyuntura intensa, algunos de cuyos significados todavía están por ser dilucidados para convertirse en nuevas olas de política histórica, a través de aquellas grandes alamedas que prometió Allende en su discurso inolvidable de despedida y condena de los traidores.
En unos cuantos meses, la patria y el pueblo de Neruda y Gabriela acudirán a las urnas y elegirán presidenta entre dos hijas de generales: uno, encarcelado y sacrificado por haber sido leal a su presidente y su mandato popular; el otro, incorporado a la Junta tiempo después del golpe, amigo del general Bachelet pero sometido de principio a fin a la disciplina castrense que Pinochet, el cruel, convirtió en complicidad y pasividad criminales.
A pesar de los inauditos esfuerzos empeñados en Chile y fuera de ahí por banalizar su figura y trivializar su gesta, Allende vive y vivirá, y año con año su memoria pondrá en su lugar a los fariseos para reivindicar la causa de los pobres… de su tierra entrañable y más allá.









viernes, 6 de septiembre de 2013

Guerra bacteriológica: los antecedentes de EE.UU.

Jeffrey St. Clair - http://www.counterpunch.org/2013/09/03/germ-war-the-us-record-2/

Estados Unidos ha desplegado su arsenal de armas químicas y biológicas contra Filipinas, Puerto Rico, Vietnam, China, Corea del Norte, Vietnam, Laos, Camboya, Cuba, Canadá y haitianos emigrantes, además de exponer a cientos de miles de ciudadanos estadounidenses a una asombrosa variedad de agentes infecciosos y productos químicos tóxicos, matando a docenas de personas.

Los experimentos de EE.UU. con armas biológicas se remontan a la distribución de mantas infectadas con gérmenes del cólera entre pueblos indígenas de Norteamérica en la década de 1860. En 1900, médicos del ejército de EE.UU. infectaron en Filipinas a cinco prisioneros con una variedad de plagas y 29 prisioneros con Beriberi. Al menos cuatro de esas personas murieron. En 1915, un doctor cuyo trabajo estaba financiado por el gobierno, expuso a 12 prisioneros en Mississippi a la pelagra, una enfermedad que produce discapacidades al atacar el sistema nervioso central.

Después de la I Guerra Mundial, EE.UU. desarrolló un amplio abanico de armas químicas, produciendo millones de barriles de gas mostaza y lewisite. Miles de soldados estadounidenses fueron expuestos a estos agentes químicos para "probar la eficacia de las máscaras antigás y de los trajes protectores". La Agencia para Veteranos de Guerra se negó a reconocer los reclamos por discapacidad presentados por las víctimas de tales experimentos. El ejército también usó gas mostaza para reprimir manifestaciones anti-EE.UU. en Puerto Rico y las Filipinas en las décadas de 1920 y 1930.

En 1931, el Dr. Cornelius Rhoads, quien entonces trabajaba para el Instituto Rockefeller de Investigaciones Médicas, inició sus espantosos experimentos con cáncer en Puerto Rico, inoculando células cancerígenas en docenas de personas -que desconocían por completo la naturaleza de los experimentos. Al menos trece de las víctimas murieron. Posteriormente, Rhoads dirigió la división de Armas Biológicas del Ejército de EE.UU. y formó parte de la Comisión de Energía Atómica, donde supervisó experimentos con radiaciones realizados con miles de ciudadanos estadounidenses. En memos al Ministerio de Defensa, Rhoads expresó su opinión de que los disidentes de Puerto Rico podrían ser "erradicados" con el oportuno uso de bombas bacteriológicas.

En 1942, médicos del ejército y de la armada de EE.UU. infectaron con malaria a 400 prisioneros en Chicago, un experimento diseñado para obtener "un perfil de la enfermedad y desarrollar un tratamiento contra ella". La mayoría de los presos eran afroamericanos y ninguno recibió información sobre los riesgos que corrían. Estos experimentos con la malaria en Chicago fueron invocados en la defensa de médicos nazis en el juicio de Nuremberg.

Al finalizar la II Guerra Mundial, el ejército de EE.UU. contrató al Dr. Shiro Ishii, jefe de la unidad de guerra biológica del Ejército Imperial de Japón. El Dr. Ishii había empleado una variedad de agentes químicos y biológicos contra tropas chinas y de los aliados. También manejaba un importante centro de investigación en Manchuria, donde se realizaban experimentos con armas biológicas usando a prisioneros de guerra chinos, rusos y estadounidenses. Ishii infectó a los prisioneros con tétanos; les dio tomates contaminados con tifoidea; infectó pulgas con plagas; inoculó la bacteria que produce sífilis en un grupo de mujeres; realizó disecciones en prisioneros vivos; e hizo explotar bombas bacteriológicas sobre docenas de hombres estaqueados. Como resultado de una negociación con el General Douglas MacArthur, Ishii le entregó al ejército de EE.UU. más de 10.000 páginas de sus "datos investigativos", eludió un juicio por crímenes de guerra y fue invitado a dar una conferencia en Fort Detrick, el centro de armas biológicas del ejército de EE.UU. en Frederick, Maryland.

En 1950, la armada de EE.UU. fumigó grandes cantidades de Serratia marcescens, un agente bacteriológico, sobre San Francisco, causando el brote de una enfermedad similar a la neumonía y provocando la muerte de, al menos una persona, Ed Nevins.

Un año después, el Primer Ministro de China, Chou En-lai denunció que los militares y la CIA de EE.UU. habían usado agentes biológicos contra Corea del Norte y China. Chou presentó declaraciones de 25 prisioneros de guerra estadounidenses que respaldaron su reclamo de que EE.UU. había lanzado plumas contaminadas con ántrax, mosquitos y pulgas portadores de fiebre amarilla y volantes contaminados con cólera sobre Manchuria y Corea del Norte.

De 1950 a 1953, el ejército de EE.UU. lanzó nubes químicas sobre seis ciudades de EE.UU. y Canadá. Las pruebas tenían la finalidad de hacer tests de patrones de dispersión de armas químicas. Los registros del ejército señalan que los componentes usados en Winnipeg, Canadá, donde se registraron numerosos casos de enfermedades respiratorias, incluían cadmio, un químico altamente tóxico.

En 1951, el ejército de EE.UU. contaminó de manera secreta el Centro de Abastecimiento Naval de Norfolk, en Virginia, con una bacteria infecciosa. Se escogió un tipo especial de bacteria a la que los afroamericanos eran más susceptibles que los blancos. Un experimento similar ocurrió un año más tarde en el Aeropuerto Nacional de Washington, DC. La bacteria, se determinó después, había estado conectada con envenenamientos del torrente sanguíneo y de alimentos, y con problemas respiratorios.

Savanna, Georgia, y Avon Park, Florida, fueron el foco de repetidos experimentos con armas biológicas en 1956 y 1957. Investigadores del ejército en armas químicas y biológicas lanzaron millones de mosquitos en dos pueblos para poner en prueba la habilidad de los insectos para transmitir la fiebre amarilla y el dengue. Causaron la enfermedad de cientos de residentes, que sufrieron episodios de fiebre, problemas respiratorios, encefalitis, muerte fetal y tifoidea. Los investigadores del ejército fingieron ser empleados de salud pública para fotografiar a las víctimas y hacer tests con ellos. Se reportaron varias víctimas fatales.

En 1965, el ejército de EE.UU. y la Dow Chemical Company inyectaron dioxina en 70 prisioneros (la mayoría afroamericanos) de la prisión estatal Holmesburg, en Pennsylvania. Los presos presentaron lesiones graves, y no recibieron tratamiento durante siete meses. Un año después, el ejército de EE.UU. lanzó la operación de guerra química más ambiciosa en la historia.

De 1966 a 1972, EE.UU. lanzó más de 12 millones de galones de Agente Naranja (un herbicida con dioxina) sobre aproximadamente 1,82 millones de hectáreas en Vietnam del Sur, Laos y Camboya. El gobierno de Vietnam estimó que el Agente Naranja causó la muerte de más de 500.000 civiles. El legado continúa con altos niveles de defectos congénitos en áreas que habían sido saturadas con químicos. Decenas de miles de soldados estadounidenses también se cuentan entre las víctimas del Agente Naranja.

En un experimento que continúa con la categoría de "clasificado" hasta hoy, el ejército de EE.UU. fumigó con un agente bacterial no identificado el sistema de transporte subterráneo de Nueva York en 1966. Se desconoce si el test causó algún tipo de enfermedad.

Un año después, la CIA colocó una sustancia química en las fuentes de agua potable de la sede central de la Agencia de Alimentos y Medicamentos en Washington, DC. El test había sido diseñado para comprobar si era posible envenenar el agua potable con LSD u otros alucinógenos.

En 1969, el Dr. D.M. McArtor, vicedirector de Investigación y Tecnología del Ministerio de Defensa, solicitó al Congreso $10 millones de dólares para desarrollar un agente biológico sintético que sea resistente "a los procesos inmunológicos y terapéuticos de los que dependemos para mantener una libertad relativa de las enfermedades infecciosas".

En 1971, los primeros casos documentados de gripe porcina en el hemisferio occidental ocurrieron en Cuba. Un agente de la CIA posteriormente (en marzo de 1991) admitió que había recibido instrucciones para entregar el virus a exiliados cubanos en Panamá, quienes luego lo transportaron hasta Cuba. Esta asombrosa admisión recibió escasa atención de la prensa estadounidense.

En 1980, cientos de hombres haitianos, que habían sido prisioneros en campos de detención en Miami y Puerto Rico, presentaron síntomas de ginecomastia después de haber sido inyectados con "hormonas" por médicos de EE.UU. Ginecomastia es una patología en la que el tejido del seno masculino se agranda.

En 1981, Fidel Castro acusó a la CIA de ser la responsable de un brote de dengue hemorrágico en Cuba. El dengue hemorrágico mató a 188 personas, incluyendo 88 niños. En 1988, un líder del exilio cubano llamado Eduardo Arocena admitió haber transportado "algunos gérmenes" a Cuba en 1980.

Cuatro años después, una epidemia de dengue hemorrágico azotó Managua, Nicaragua. Casi 50.000 personas se enfermaron y docenas murieron. Este fue el primer brote de dengue hemorrágico en Nicaragua. Ocurrió en el momento más álgido de la guerra contra el gobierno sandinista y después de una serie de vuelos bajos de "reconocimiento" sobre la ciudad capital.

En 1996, el gobierno de Cuba acusó nuevamente a EE.UU. de "agresión biológica". Esta vez por la presencia de un insecto que destruye los cultivos de papa, las palmeras y otras plantas. El insecto, Thrips palmi, apareció por primera vez en Cuba el 12 de diciembre de 1996, poco después de que vuelos rasantes de aviones fumigadores de EE.UU. sobrevolaran la isla. EE.UU. logró frenar una investigación de Naciones Unidas sobre el incidente.

Al finalizar la Guerra del Golfo, el ejército de EE.UU. hizo estallar un depósito de armas químicas iraquíes en Kamashiya. En 1996, el Ministerio de Defensa finalmente admitió que más de 20.000 militares de EE.UU. habían sido expuestos a gases VX y sarín a raíz de la operación realizada en Kamashiya. Eso podría ser una de las causas de la llamada "enfermedad de la Guerra del Golfo". Otra de las causas fue, sin duda, la inoculación experimental de vacunas en más de 100.000 militares.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Lista de agresiones militares de EEUU en los últimos 30 años

http://www.vestifinance.ru/articles/31902

Granada, 1983 - Intervención unilateral de  EE.UU.

Después del golpe militar de 1979 en Granada el movimiento New Jewel llegó al poder. En octubre de 1983, bajo el pretexto de proteger a estudiantes de medicina estadounidenses,  el entonces presidente de EE.UU., Ronald Reagan, ordenó la invasión. A la Intervención militar de EE.UU. contra Granada se le dio el nombre de Furia Urgente.

AFP

Panamá, 1989 - Intervención unilateral de EE.UU.

A mediados de los años 80 entre Estados Unidos y Panamá entraron en conflicto por los términos de la transferencia del control del Canal de Panamá. Cuando las autoridades de Panamá comenzaron a llevar a cabo una política exterior independiente de Estados Unidos y a fortalecer los vínculos con los países de América Central y del Sur, EE.UU. comenzó a ejercer una fuerte presión diplomática, económica y de información. Tras sanciones económicas fallidas trataron de impulsar un golpe de Estado. En diciembre de 1989, el presidente George Bush ordenó la operación militar Operación Causa Justa contra Panamá.

AFP

Irak, 1991 - Intervención de la OTAN con la sanción de la ONU

La razón de la intervención fue el ataque de Irak contra Kuwait. En julio de 1990 Saddam Hussein acusó a Kuwait de llevar a cabo una guerra económica contra Irak por la infravaloración de precios en el mercado mundial, así como de la producción ilegal de petróleo en el lado iraquí del campo Rumaila, que se encuentra en la frontera. A Irak se impusieron sanciones, fue convocado el Consejo de Seguridad de la ONU y se formó una coalición internacional liderada por Estados Unidos. Se llevó a cabo la Operación Escudo del Desierto para concentrar las fuerzas de la coalición en la región. En enero de 1991 EE.UU. y sus aliados lanzaron la Operación Tormenta del Desierto para liberar Kuwait.

AFP Manoocher Deghati

Somalia, 1993 - Intervención de EE.UU. y una serie de países con la sanción de la ONU

A principios de los años 90 Somalia fue escenario de una caótica guerra civil y de una catástrofe humanitaria. En diciembre de 1992, como parte de la Operación Restaurar la Esperanza, fueron enviadas al país fuerzas de paz de la ONU. La operación comenzó con el desembarco de las unidades del Cuerpo de Marines de Estados Unidos en la capital Mogadiscio. En 1993 se inició la nueva Operación Continuación de la Esperanza. Como parte de esta operación, EE.UU. trató sin éxito de atrapar a Mohamed Farrah Aidid, uno de los líderes de los grupos armados locales que aspiraba a tomar poder en el país.

AFP Joel Robin

Yugoslavia, 1995 - Operación de la OTAN sin la sanción de la ONU

La primera operación militar a gran escala en la historia de la OTAN supuso una violación de los principios del derecho internacional. El Consejo de Seguridad de la ONU no aceptó una resolución que habría autorizado el uso de la fuerza por parte de la OTAN. Como parte de la guerra de Bosnia, que comenzó en 1992, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN adoptaron una posición anti-serbia y apoyaron abiertamente a los musulmanes bosnios. En 1995 se llevó a cabo la operación Fuerza Deliberada. Los serbios de Bosnia fueron sometidos a bombardeos aéreos por aviones de la OTAN.

AFP

Afganistán y Sudán, 1998 - Ataque militar unilateral de EE.UU.

En 1998 en Tanzania y Kenia fueron cometidos actos de terrorismo contra las embajadas de EE.UU. En respuesta, EE.UU. lanzó la Operación Alcance Infinito. Se llevó a cabo un ataque con misiles de crucero contra los campos de entrenamiento de milicianos de Al Qaeda en Afganistán. También se lanzaron misiles contra una fábrica farmacéutica en Sudán que, según las autoridades estadounidenses, se había utilizado para producir armas químicas.

wikimapia.org

Yugoslavia, 1999 - La intervención de la OTAN sin sanciones de la ONU

La razón para la intervención de la OTAN liderada por Estados Unidos contra Yugoslavia fue la guerra de Kosovo, que empezó en 1996. Bajo el pretexto de las denuncias de limpieza étnica y crímenes de lesa humanidad, así como el incumplimiento de los requisitos sobre la “retirada de las tropas serbias de la región serbia autónoma de Kosovo y Metohija ” en marzo 1999 comenzó la Operación Fuerza Aliada. Como en el golpe contra las fuerzas serbias en 1995, la operación se presentó como una “intervención humanitaria“. La capital de Yugoslavia, Belgrado, y otras ciudades del país fueron atacadas con cohetes y con bombas.

AFP SERBIAN TV

Afganistán, 2001 – hasta hoy - Intervención de la OTAN y sin la sanción de la ONU

Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el presidente George W. Bush exigió que el movimiento Talibán extraditara a Osama bin Laden. Los talibanes se negaron a hacerlo, al igual que en 1998, tras los ataques terroristas en Tanzania y Kenia, y las autoridades estadounidenses pusieron en marcha la Operación Justicia Infinita que pronto pasó a llamarse Libertad Duradera. En octubre de 2001 comenzaron los ataques con cohetes y bombardeos de los talibanes. Las sanciones de la ONU sobre la introducción de las tropas -Fuerza de Asistencia para la Seguridad Internacional- fueron impuestas después del inicio de la operación. Las fuerzas terrestres estadounidenses se encuentran en el proceso de retirada de Afganistán.

AFP Shah Marai

Irak, 2003 - Intervención de EE.UU. y algunos aliados sin autorización de la ONU

Las autoridades de EE.UU. aportaron pruebas falsas para tratar de convencer al mundo que Irak desarrollaba armas de destrucción masiva. La votación sobre el proyecto de resolución propuesto por EE.UU. no se produjo después de que los representantes de Rusia, China y Francia anunciaran que vetarían cualquier resolución que contuviera un ultimátum con posibilidad de uso de la fuerza contra Irak. En marzo de 2003 se puso en marcha la Operación Libertad Iraquí. A principios de mayo, el presidente George W. Bush. anunció la finalización de la fase activa de la hostilidades. En 2011 se retiraron los últimos soldados estadounidenses.

AFP Rabih Moghrabi

Pakistán, Yemen, Somalia, 2002 – hasta hoy - Ataques con aviones no tripulados sin autorización de la ONU

El uso de drones se ha convertido en una parte integral de la estrategia de guerra de EE.UU. contra grupos terroristas. Desde 2002 varias modificaciones de aviones no tripulados a -tacaron los territorios de Yemen, Pakistán y Somalia. La intensidad de los ataques desde 2008, año en que el presidente Barack Obama llegó al poder, se ha duplicado en comparación con la etapa inicial de la utilización de aviones no tripulados. Funcionarios de la ONU han criticado reiteradamente las acciones de EE.UU. afirmando que Washington sigue haciendo caso omiso de los riesgos que estos ataques suponen para la población civil.

AFP John Moore

Libia, 2011 - Intervención de la OTAN con la sanción de la ONU

En febrero de 2011 en Libia estalló el conflicto armado entre las fuerzas del gobierno liderado por Muammar Gaddafi y grupos de la oposición. Esgrimiendo el uso de aviones para la represión de las protestas pacíficas, algo que no fue probado, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó una resolución para imponer sanciones contra el gobierno oficial de Libia. En virtud de la nueva resolución, aprobada en marzo, en los cielos de Libia se estableció una zona de exclusión aérea. Los países de la OTAN lanzaron bombardeos contra las fuerzas e instalaciones gubernamentales en el país. Oficialmente la guerra terminó con la muerte de Gaddafi a manos de una turba enfurecida en octubre de 2011.

martes, 27 de agosto de 2013

Chile - Golpe de Estado: Lecciones de una dictadura

Álvaro Cuadra - http://www.surysur.net/2013/08/a-40-anos-del-golpe-de-estado-lecciones-de-una-dictadura/
chile golpe1
A fines de la década de los años 80 del siglo XX, Chile y el mundo parecen inaugurar un nuevo tiempo histórico. Por aquellos años, cae el muro de Berlín, poniendo fin a la llamada Guerra Fría. Un cambio macro político destinado a abrir un nuevo curso a la historia de la humanidad. Al mismo tiempo, en Chile, un plebiscito sacaba al dictador Augusto Pinochet de la primera magistratura del país.
1.- Paradoja chilena
Un cambio micro político que significó el inicio de un proceloso camino hacia la restauración democrática, un camino que después de años todavía no termina.
Sin tener plena conciencia de ello, el nuevo escenario nacional, e internacional, nos ofrecía lo que podemos llamar “la paradoja chilena”. Si bien el dictador se retiraba de la Moneda, refugiándose como comandante en jefe de su ejército, había dejado todo “atado, bien atado” para que la institucionalidad dictatorial siguiera presidiendo la política nacional por décadas. Con ello se garantizaba la impunidad de civiles y militares que habían actuado como verdugos, Pinochet el primero. Asimismo, se mantuvo un orden económico tremendamente ventajoso para banqueros e inversionistas criollos y extranjeros. Por último, se estructuró una legislación que dio garantías a los sectores de derecha para preservar mayorías parlamentarias mediante el llamado sistema binominal.
En pocas palabras, mientras el planeta entero enfrentaba una apertura inédita en la historia, preparándose para ingresar en procesos de mundialización, la institucionalidad chilena operó una clausura. Lejos de prepararse para cambios democráticos en la sociedad chilena, las elites locales se aferraron a una constitución heredada de la dictadura, acomodándose a ella. En una sociedad que hasta el presente se estructura casi como un régimen de castas, la constitución de Pinochet cristalizó una democracia oligárquica: clasista, excluyente y anti democrática.
De este modo, la dictadura de Augusto Pinochet fue el instrumento de una clase social para realizar el “trabajo sucio”, descabezando un movimiento popular ascendente a sangre y fuego, sembrando el territorio nacional de cadáveres. La barbarie en que se ha sumido la derecha chilena se prolonga hasta el presente bajo la forma de impunidad para los responsables –civiles y militares- de crímenes de lesa humanidad. Pero también en impedir la expresión democrática de las mayorías ciudadanas y en la represión de amplios sectores de chilenos que reclaman sus derechos, estudiantes, trabajadores.
En la hora presente y superada ya la falsa dicotomía que nos proponía comochile moneda se incendiaúnicos modelos posibles el “socialismo real” de cuño soviético o el “neoliberalismo” de estilo occidental; surge en Chile, como en otros países de la región, la verdadera contradicción histórica y social que nos acompaña desde la independencia: Una democracia oligárquica que legitima la injusticia de los más o una democracia participativa que restituya la soberanía de nuestros pueblos.
2.- Dolores y enseñanzas
Las circunstancias históricas más aberrantes y trágicas han sido también una ocasión propicia para el aprendizaje y la reflexión. El sufrimiento individual y colectivo pareciera ser un acicate que nos muestra el significado de ciertos acontecimientos, más allá de lo intelectual, más allá de la emoción. Ni entender la racionalidad política de una acción militar ni la consternación ante la barbarie parecen suficientes ante tanto dolor y tanta muerte. Para entender cabalmente ciertos acontecimientos se requiere además “comprenderlos en su profundidad”. Esta comprensión está más allá de los conceptos y las emociones e implica una aprehensión que reclama un compromiso integral, pleno de intensidad y radicalidad, una genuina experiencia espiritual.
Desde una perspectiva tal, todo lo acontecido en Chile desde 1973 representa una degradación moral que solo puede avergonzar al género humano. El fatídico golpe de Estado protagonizado por Augusto Pinochet ha significado, ni más ni menos, poner en entredicho la “dignidad humana”, violentando los cuerpos y la vida de hombres y mujeres, muchos de ellos, desaparecidos hasta hoy. Los actos inspirados en el fanatismo homicida, en la codicia y el egoísmo solo multiplican el sufrimiento en víctimas y victimarios. La barbarie pervive cuando sigue impune, pues solo la justicia humana puede redimir parcialmente la ignominia.
chile golpe estadioNingún uniforme es suficiente para ocultar lo que somos. Abusar o asesinar a otro, sea en nombre de cualquier ideología o creencia, es abusar o asesinar a un semejante. Este “saber moral” es aceptado por laicos y creyentes y se inscribe por derecho propio entre los derechos humanos fundamentales: el derecho a la vida. Chile ha debido compartir su tragedia con muchos otros pueblos de la tierra, el momento amargo de su dolorosa degradación. Un dolor que se expresa en miles de torturados, asesinados, desparecidos y en el luto de sus familiares. Un dolor que también se expresa en la vergüenza que ensombrece nuestro país hasta nuestros días, un dolor que se llama impunidad y se llama desigualdad e injusticia.
Las nuevas generaciones de chilenos deben aprender a vivir con las cicatrices de un pasado triste y vergonzante. Sin embargo, por lo mismo, se les impone el desafío de restituir la “dignidad” a la vida en nuestra sociedad. La dimensión profunda de nuestra historia, espiritual si se quiere, nos concierne a todos y atañe a nuestra estatura humana. No se trata de una cuestión etérea, lejana y ajena, la “dignidad” se realiza en la vida concreta de los pueblos donde cada individuo encuentra un lugar para su realización. En el presente, los chilenos estamos llamados a construir nuevos horizontes democráticos, inclusivos, participativos, que conjuguen el crecimiento material con el desarrollo moral, dejando atrás la tristeza y el rencor del siglo precedente.
3.- Fuerzas Armadas: tarea pendiente
Democratizar un país consiste en lo fundamental en ajustar las instituciones al amplio tejido social de la nación a la que sirve. En este sentido, se hace indispensable reconfigurar la institucionalidad chilena y eso pasa por una chile golpemilicos reprimennueva constitución para nuestra república. Este nuevo diseño solo puede emanar de la voluntad soberana de un pueblo, cualquiera sea la forma en que ésta se exprese. Democratizar Chile es poner todas las instituciones de un estado responsable como garantía de una vida digna para hombres, mujeres y niños nacidos en este país, sin importar su condición social, su credo, ideología u origen étnico. En un Chile democrático todos deben encontrar su lugar, sin exclusiones.
En ese Chile democrático corresponde abordar el complejo problema de nuestras fuerzas armadas. Hasta el presente, se trata de un tópico que nadie quiere abordar, es un tabú político que los diversos partidos y figuras eluden, ignorando un aspecto fundamental para el presente y el futuro histórico del país. Plantear el problema de una profunda democratización de las fuerzas armadas es políticamente incorrecto, sin embargo, se trata de una cuestión insoslayable en los años venideros. Esto se explica, en parte, en el hecho evidente de que han sido las instituciones castrenses las que han protagonizado una dictadura atroz que nos avergüenza hasta hoy.
El papel de las fuerzas armadas en un Chile democrático no puede estar disociado del curso histórico del país en su conjunto. La dictadura de Augusto Pinochet y su constitución de facto politizó en extremo a los institutos armados, llegando al grotesco de asegurar a los comandantes en jefe un sillón parlamentario, formando a generaciones de oficiales en doctrinas foráneas y anti patrióticas de “seguridad nacional”, que conciben a los sectores sociales oprimidos como un “enemigo interno”. Esta profunda distorsión de la herencia de nuestros héroes sigue pesando en los cuarteles, convirtiendo a las fuerzas armadas en verdaderos gendarmes de un Estado policial.
El Chile del mañana requiere de unas fuerzas armadas democráticas, garantizando el acceso a sus institutos de todos los jóvenes chilenos sin exclusiones clasistas como acontece en la actualidad. Las instituciones de la defensa nacional requieren recuperar un nuevo sentido de patriotismo, tan profundo como generoso. En tanto instituciones del Estado chileno, no es aceptable que sean convertidas en cotos cerrados donde reina el nepotismo, como una entidad parásita y ajena a los problemas del país. Una democracia robusta no puede desarrollarse mirando al mundo militar como una amenaza presente o futura. Construir una nueva relación con los uniformados en un país democrático es uno de los grandes desafíos de Chile en el presente siglo, una nueva relación que deje atrás la triste historia que ya conocemos.
4.- Lecciones de una dictadura
Suele acontecer en la historia que tras muchas décadas se vuelve en espiral al mismo punto de partida, pero en un nivel cualitativamente distinto. El caso del golpe de Estado en Chile, pareciera confirmar esta sentencia. Al observar las últimas décadas se constata que las razones profundas que llevaron en su momento, a la elección de Salvador Allende y su singular “vía chilena al socialismo” nunca han desaparecido. El fundamento último de la llamada Unidad Popular fue la aspiración de una parte importante de la población de ver realizadas sus aspiraciones de justicia social frente a una democracia oligárquica por definición desigual y excluyente.
Si bien el pasado, el presente y el futuro constituyen categorías temporales, lo cierto es que el imaginario histórico y social se define más bien como una “experiencia histórica”, esto es, como un tiempo vivido. En este sentido, todo “ahora”, tal y como nos enseña Benjamin, actualiza su pasado histórico como un “otrora” un presente diferido que adquiere una nueva significación en una circunstancia actual. Ese “otro ahora” no ha desaparecido de la subjetividad colectiva, está allí cristalizado en recuerdos, testimonios, imágenes, en fin, está inscrito simbólicamente como una posibilidad cierta. No se trata desde luego, de reeditar experiencias históricas sino de reconocer en ella su fundamento histórico y moral.
Desde esta perspectiva, la superación de la Guerra Fría y su falsa oposición entre un socialismo de cuño soviético o un capitalismo al estilo occidental, torna más nítido el carácter histórico político de la fisura latinoamericana. En efecto, en este “ahora” del siglo actual surge con mayor claridad el imperativo de dejar atrás las formas arcaicas de una democracia oligárquica sedimentada desde los albores de nuestra independencia y cuya expresión más reciente es la constitución de facto impuesta por una dictadura militar.
chile allende mitinLa guerra de Augusto ha sido el intento más acabado de refundar un país, afirmando, al mismo tiempo, su tradición oligárquica. Esta empresa, empero, está llegando a su fin. Como señaló el mismo Allende aquel histórico 11 de septiembre de 1973: “Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos”. Tales palabras adquieren hoy su sentido más pleno y profundo, pues las nuevas generaciones retoman los pasos de un proceso democrático cuyo sentido es el mismo de hace cuarenta años: el anhelo de una mayor justicia social para las mayorías.
Es cierto, otros son los protagonistas, otras las voces. Es cierto, muy diversas las circunstancias del mundo y de nuestro país. Otros los matices de la historia presente, mas los gritos y demandas en las calles nos traen los ecos de ese otrora que reclama su presente. Hay un sutil hilo de seda que atraviesa el tiempo aparente, diríase un mismo espíritu que anima dos épocas separadas por tanto dolor, por tanto silencio. Es la marcha humana de muchedumbres en las calles, hombres, mujeres, niños, construyendo su destino en el océano infinito de tiempo y de historia, su propia historia.
- Álvaro Cuadra es investigador y docente de la Escuela Latinoamericana de Postgrados. ELAP. Universidad ARCIS, Chile.


















sábado, 24 de agosto de 2013

Deuda, austeridad y devastación: Llegó el turno de Europa

Susan George - http://www.tni.org/es/article/deuda-austeridad-y-devastacion 

Al igual que la peste en el siglo XIV, el azote de la deuda ha ido migrando paulatinamente del Sur al Norte. La Yersinia pestis del siglo XXI no se propaga a través de las ratas infestadas de pulgas, sino del letal fundamentalismo neoliberal, infestado de ideología. Antes, sus adalides tenían nombres como Thatcher o Reagan; ahora suenan más bien a Merkel o Barroso. Pero el mensaje, la mentalidad y la medicina prescrita son básicamente los mismos. La devastación provocada por ambas plagas también es similar. Sin duda, se registran menos muertes relacionadas con la deuda en Europa hoy en día que en África hace tres décadas, pero seguramente se está causando un daño más permanente a lo que en su día fueron las prósperas economías europeas.

Los fieles –y más veteranos– lectores de la revista New Internationalist recordarán la temida expresión ‘ajuste estructural’. ‘Ajuste’ era el eufemismo para el paquete de recetas económicas impuestas por los ricos países acreedores del Norte a otros menos desarrollados en lo que entonces llamábamos ‘el Tercer Mundo’. Una gran parte de estos países había pedido prestado demasiado dinero para demasiados fines improductivos. A veces, los líderes se limitaban a ingresar los créditos en sus cuentas privadas (recordemos a Mobutu o Marcos) y endeudar aún más a sus países. Devolver los préstamos en pesos, reales, cedis u otras ‘monedas raras’ era inaceptable; los acreedores querían dólares, libras esterlinas y marcos alemanes.

Además, los líderes del Sur habían suscrito los préstamos a tipos de interés variable, que al principio eran bajos pero que subieron a niveles astronómicos a partir de 1981, cuando la Reserva Federal de los Estados Unidos puso fin a la era del dinero barato. Cuando países como México amenazaron con no pagar la deuda, cundió el pánico entre los ministros de Economía de los países acreedores, los grandes banqueros y los burócratas internacionales, que se pasaron unos cuantos fines de semanas sin dormir, alimentándose con comida para llevar e improvisando planes de emergencia.

Plus ça change, plus c’est la même chose.* Pasadas unas décadas, aún se suceden las reuniones de crisis, esta vez en Bruselas y, pese a algunas variaciones, la respuesta es idéntica: solo consigues un rescate si te comprometes a seguir una serie de estrictas exigencias. En su día, estas se hacían eco del neoliberal ‘consenso de Washington’; ahora se denominan, más acertadamente, ‘paquetes de austeridad’, pero ambas requieren las mismas medidas. Firme aquí, por favor, con sangre.

Para el Sur, los contratos rezaban: ‘Limiten la producción de alimentos y dedíquense a cultivos comerciales rentables. Privaticen las empresas estatales y abran actividades lucrativas a las compañías transnacionales extranjeras, sobre todo en el sector de las materias primas y las industrias extractivas, la silvicultura y la pesca. Reduzcan drásticamente el crédito, y eliminen los subsidios y las prestaciones sociales. Presenten propuestas para el pago de la salud y la educación. Economicen y obtengan divisas fuertes a través del comercio. Su principal responsabilidad es para con los acreedores, no para con su pueblo’.

Ahora llegó el turno de Europa. A los países del sur de Europa y a Irlanda no se les deja de repetir: ‘Han estado viviendo por encima de sus posibilidades. Ahora les toca pagar’. Los Gobiernos aceptan órdenes dócilmente y sus ciudadanos y ciudadanas suelen asumir que deben pagar la deuda de inmediato porque la deuda de un Estado soberano es exactamente igual que la deuda de una familia.

Pero no lo es; un Gobierno acumula deuda emitiendo bonos en los mercados financieros. Esos bonos son adquiridos fundamentalmente por inversores institucionales, como bancos, que reciben un pago anual de intereses: bajo cuando el riesgo de impago es bajo y alto cuando dicho riesgo también lo es. Es totalmente normal, deseable e incluso necesario que un país tenga una deuda que plantee cero problemas y que genere muchos beneficios si el dinero se invierte con prudencia y a largo plazo en actividades productivas como educación, salud, prestaciones sociales, infraestructuras sólidas y similares.

En efecto, cuanto mayor es el porcentaje de gasto público en el presupuesto de un Gobierno, más elevado es el nivel de vida y más empleos se crean, incluido en el sector privado. Esta norma se ha visto confirmada sin falta desde que se apuntó a la correlación entre la inversión pública y el bienestar nacional por primera vez, a fines del siglo XIX.

Lógicamente, el dinero prestado también se puede derrochar y gastar sin ton ni son, y los beneficios pueden repartirse injustamente. La gran diferencia entre el presupuesto de una familia y el de un Estado es que los Estados no desaparecen sin más, como una compañía en bancarrota. Las inversiones productivas y bien gestionadas que se financian con el dinero que toman prestado los Gobiernos deberían entenderse, en general, como algo bueno.

Los números mágicos
En 1992, los países europeos votaron ciegamente ‘sí’ al Tratado de Maastricht, que debido a la insistencia de Alemania incluía dos números mágicos: el 3 y el 60. Nunca dejes que tu déficit presupuestario supere el tres por ciento; nunca contraigas una deuda pública que supere el 60 por ciento de tu producto interior bruto (PIB).** ¿Por qué no el 2 o el 4 por ciento, o el 55 y el 65? Nadie lo sabe, salvo quizá algún vetusto burócrata que andaba por allí, pero estos números se han convertido en las Tablas de la Ley.

En 2010, dos famosos economistas anunciaron que, por encima del 90 por ciento del PIB, la deuda acarrearía problemas a un país y su PIB se contraería. Es algo que suena lógico porque el pago de los intereses se comería un porcentaje mayor del presupuesto. Sin embargo, en abril de 2013, un estudiante de doctorado norteamericano intentó replicar sus resultados y se encontró con que no podía. Usando las mismas cifras, obtenía un resultado positivo para el PIB, que aún seguiría aumentando en más de un dos por ciento al año. El tándem de economistas famosos –y ahora también avergonzados– tuvo que admitir que había sido víctima del Excel y que habían colocado mal una coma.

Incluso el Fondo Monetario Internacional ha confesado errores parecidos, esta vez sobre el tema de los recortes y las medidas de austeridad. Ahora sabemos –porque el Fondo ha sido lo bastante sincero como para explicárnoslo–, que los recortes perjudicarían al PIB dos o tres veces más de lo previsto en un principio. Europa debería tomárselo con calma, dice el FMI y no ‘conducir la economía pisando el freno’. El límite mágico del 60 por ciento del PIB en la deuda es ahora más sagrado que el límite del tres por ciento para el déficit; las políticas, sin embargo, siguen siendo las mismas, ya que los halcones neoliberales aprovechan cualquier atisbo de prueba dudosa que parezca promover su causa.

Nos enfrentamos a dos preguntas básicas. La primera sería por qué aumentó la deuda de los países europeos de forma tan pronunciada después de que estallara la crisis en 2007. En apenas cuatro años, entre 2006 y 2010, la deuda se disparó en más de un 75 por ciento en Gran Bretaña y Grecia, un 59 por ciento en España y una cifra récord del 276 por ciento en Irlanda, donde el Gobierno anunció que se haría responsable de todas las deudas de todos los bancos privados del país. El pueblo irlandés, por lo tanto, asumiría la falta de responsabilidad de los banqueros irlandeses. Gran Bretaña hizo lo mismo, aunque en menor medida. Los beneficios se privatizan y las pérdidas se socializan.

Así pues, los ciudadanos y las ciudadanas deben pagar por la austeridad, mientras que los banqueros y otros inversores que adquirieron los bonos del país o productos financieros tóxicos no aportan nada. Después de la crisis de 2007, el PIB de los países europeos cayó un promedio del cinco por ciento y los Gobiernos tuvieron que compensar. El incremento de los fracasos empresariales y el desempleo masivo significaban también más gastos para los Gobiernos justo en el momento en que estaban recaudando menos a través de los impuestos.

La nueva moralidad
El estancamiento económico sale caro. El aumento de los gastos y la bajada de los ingresos se traduce en una única respuesta: solicitar más préstamos. Rescatar a los bancos y asumir las consecuencias de la crisis que estos crearon son el principal motivo de la crisis de la deuda y, por lo tanto, de la dura austeridad que se impone hoy en día. La gente no estaba ‘viviendo por encima de sus posibilidades’, pero es evidente que el lema de la nueva moralidad es ‘castiguemos a los inocentes y recompensemos a los culpables’.

Esto no es una defensa de las políticas ineptas ni corruptas, como las que permitieron que se inflara la burbuja inmobiliaria en España o que la clase política griega contratara a un gran número de nuevos funcionarios después de cada elección. Los griegos tienen un presupuesto militar hinchado y se niegan, inexcusablemente, a gravar a los grandes magnates navieros y a la Iglesia, la mayor titular de propiedades del país. Pero si la bañera pierde agua y la pintura del salón se está cayendo, ¿qué haces? ¿Quemas toda la casa o arreglas las tuberías y vuelves a pintar?

Las consecuencias humanas de la austeridad son ineludibles y bien conocidas: los jubilados rebuscan en los contenedores de basura a mitad de mes esperando encontrar algo que llevarse a la boca; los y las jóvenes de talento y con formación de Italia, Portugal y España huyen de su país mientras la tasa de desempleo para su grupo de edad alcanza el 50 por ciento; a las familias se les impone una carga insoportable; la violencia contra las mujeres aumenta con el incremento de la pobreza y la angustia; los hospitales carecen de fármacos básicos y de personal; las escuelas y los servicios públicos se deterioran o desaparecen. A la naturaleza también se le pasa factura: no se invierte nada en revertir la crisis climática ni en poner fin a la destrucción del medio ambiente. Es demasiado caro. Como sucede con todo lo demás, ahora no nos lo podemos permitir.

Conocemos bien las repercusiones, el resultado de lo que la canciller alemana Angela Merkel denomina políticas de ‘austeridad expansionista’. Según esta teoría neoliberal, los mercados ‘se tranquilizarán’ con políticas estrictas y volverán a invertir en los países disciplinados. Pero esto no ha sucedido. Y por todo el sur de Europa están empezando a aparecer imágenes de Merkel decoradas con esvásticas.

Muchos alemanes piensan que están ayudando a Grecia y quieren dejar de hacerlo. En realidad, casi todo el dinero del rescate está siguiendo un circuito cerrado: las aportaciones de los Gobiernos de la UE realizadas a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad se han vuelto a canalizar a través del Banco Central y los bancos privados de Grecia hacia bancos británicos, alemanes y franceses que habían adquirido eurobonos griegos para obtener un rendimiento más alto. Sería más sencillo entregar el dinero de los contribuyentes europeos directamente a los bancos, si no fuera porque los contribuyentes podrían darse cuenta del truco. ¿Por qué montar un drama psicológico en torno al dos por ciento (Grecia) o al 0,4 por ciento (Chipre) de la economía europea? Un cínico podría contestar: ‘Muy sencillo. Para asegurar la reelección de la señora Merkel en septiembre’.

La segunda pregunta básica es por qué seguimos aplicando políticas que son perjudiciales y no funcionan. Esta catástrofe de creación propia puede verse desde dos puntos de vista. Economistas laureados y de renombre como Paul Krugman o Joseph Stiglitz opinan que los líderes europeos sufren de encefalograma plano, muestran una total ignorancia en materia de economía y están abocados a un innecesario suicidio económico. Otros analistas apuntan que los recortes se ajustan perfectamente a los deseos de entidades como la Mesa Redonda Europea de Industriales y BusinessEurope: recortar salarios y prestaciones, debilitar a los sindicatos, privatizar todo lo que se ponga a tiro, etcétera. A medida que han ido aumentando las desigualdades, a las elites no les ha ido nada mal. En estos momentos, hay más ‘particulares con un elevado patrimonio neto’ y con una fortuna colectiva mucho mayor que en el punto álgido de la crisis en 2008. Hace cinco años, se contabilizan en todo el mundo 8,6 millones de particulares de este tipo, con una liquidez conjunta valorada en 39 billones de dólares estadounidenses. Hoy en día, este grupo llega a los 11 millones de personas, con activos por valor de 42 billones de dólares. Las pequeñas empresas caen en tropel, pero las grandes compañías disponen de ingentes sumas de efectivo y están sacando el mayor partido posible de los paraísos fiscales. No ven ningún motivo para dejarlo ahí.

Esta crisis no está afectando a todo el mundo y los líderes europeos no son más necios que sus homólogos en otros países. Si que están, no obstante, totalmente sometidos a los deseos de las grandes finanzas y las grandes corporaciones. Sin duda, la ideología neoliberal desempeña un papel clave en su programa, pero sirve especialmente para emitir densas cortinas de humo y falsas explicaciones y justificaciones, con el fin de que las personas crean que ‘no hay alternativa’. No es cierto: los bancos se podrían haber socializado y transformado en servicios públicos, del mismo modo que cualquier otro organismo que funciona con dinero público. Se podrían haber cerrado los paraísos fiscales, aplicado impuestos a las transacciones financieras y adoptado muchas otras medidas. Pero estas propuestas, a ojos del neoliberalismo, son una herejía (aunque 11 países de la eurozona empezarán a gravar las transacciones financieras a partir de 2014).

Soy una ferviente europea y deseo que Europa prospere, pero esto no es Europa. En contra de nuestra voluntad, se nos ha arrastrado a una guerra de clases. La única respuesta que le queda a la ciudadanía está en el conocimiento y la unidad. Lo que ha impuesto el 1 por ciento puede ser revocado por el 99 por ciento. Pero más vale que nos demos prisa: el tiempo se está agotando.

* ‘Cuanto más cambian las cosas, más permanecen igual.’

** La deuda pública es dinero que un Gobierno debe en forma de préstamos obtenidos en los mercados financieros más que mediante otras modalidades de empréstito.