viernes, 20 de agosto de 2010

America Latina - Objetivo: Venezuela

Ángel Guerra Cabrera - http://alainet.org/active/40217


El objetivo principal de Estados Unidos y las derechas en América Latina es el derrocamiento de Hugo Chávez y el aniquilamiento de la revolución Bolivariana. Todo vale para lograrlo y es que la acción del líder venezolano ha sido crucial en la dinamización de un conjunto de gobiernos revolucionarios y progresistas, que agrupa desde los integrantes de la Alianza Bolivariana para Nuestra América (Alba) hasta Uruguay, Argentina, Brasil y Paraguay, así como en el impulso a la unidad e integración regional, la liquidación del ALCA, la creación de organismos como UNASUR y la propia Alba y la utilización del petróleo como instrumento de justicia social y solidaridad. 

Además, debe considerarse la trascendental colaboración y complementación económica entre Caracas y La Habana que llegó en auxilio de la revolución Cubana en los momentos más difíciles de los noventas y continúa siendo vital para la isla y la acción solidaria del dúo en América Latina.

La elección de Chávez a la presidencia de Venezuela en diciembre de 1998 marcó el primer caso en que la rebelión popular latinoamericana contra el neoliberalismo consiguió hacerse con el gobierno e influir en el surgimiento de otros procesos no siempre tan radicales como el venezolano pero cuyo denominador común era el rechazo a las políticas del Consenso de Washington. Estados Unidos y las oligarquías locales se opusieron siempre a esta tendencia pero no fue hasta años después que consiguieron montar una ofensiva contra los gobiernos progresistas y las fuerzas populares de América Latina, iniciada con la agresión yanqui-uribista a la soberanía territorial de Ecuador en 2008, continuada con el golpe de Estado en Honduras y profundas medidas de militarización.

La VIII cumbre de la Alba celebrada en La Habana en diciembre de 2009 condenaba “la ofensiva política y militar de Estados Unidos sobre la región de América Latina y el Caribe, manifestada fundamentalmente por los acuerdos promovidos con países de la región para el establecimiento de bases militares… la amenaza más grave a la paz, la seguridad y la estabilidad de América Latina”.

La destrucción de la revolución Bolivariana es prioritaria, además de por las causas señaladas debido a los ubérrimos recursos energéticos de Venezuela, vorazmente ambicionados por Washington y sus aliados. Esto se manifiesta claramente en la conducta de la jauría mediática, que aunque ataca a todos los gobiernos progresistas se empeña en furia e intensidad singulares contra el venezolano. Es verdaderamente asombrosa la falta absoluta de ética profesional a que han llegado en su tratamiento de Venezuela medios comoCNNEl PaísThe Washington Post y sus congéneres internacionales y venezolanos.

La disposición de las bases militares y despliegue de tropas yanquis desde América Central y el Caribe hasta América del sur, sobre todo después del acuerdo para instalar siete de ellas en Colombia (ahora echado abajo durante un año por acuerdo de la Corte Constitucional de ese país), sumadas a las de Aruba y Curazao, evidencia que están enfiladas fundamentalmente contra Venezuela. Sin perjuicio, por supuesto, de actuar en cualquier momento contra gobiernos como los de Ecuador, Bolivia o Nicaragua.

Estados Unidos ha desplegado diversas formas de lucha contra la revolución Bolivariana: huelgas patronales, golpe de Estado, paro petrolero, referendo revocatorio, guarimbas, movilización de estudiantes clasemedieros, acaparamiento por las empresas alimenticias privadas, todo regado de mucho dinero para la contrarrevolución. El arma preferida de los últimos tiempos con vistas a las elecciones del 26 de septiembre es una intensificación de la atroz campaña mediática dentro y fuera de Venezuela, manipulando de forma descontextualizada entre otros el real problema de la inseguridad, que el gobierno está atacando pero no tiene solución a corto plazo pues hunde sus raíces décadas atrás, si es que no ha sido exacerbado desde el exterior. Washington continuará intentando otras formas de subversión y le queda el peligrosísimo recurso al magnicidio pero dejará la opción militar como la última. Además los descalabros en Irak y Afganistán y los preparativos contra Irán le dificultan abrir ahora un frente de guerra en América Latina.

Por lo pronto, ganar las dos terceras partes de los escaños legislativos el 26 de septiembre es crucial para impedir un grave retroceso revolucionario en Venezuela y para la independencia de América Latina.

jueves, 19 de agosto de 2010

Pedagogía de los patriotas latinoamericanos

Por Carla Wainsztok* - http://www.nuestraamerica.info/leer.hlvs/5644


Estos son tiempos inquietantes. Es decir tiempo para no quedarse quieto/a. Como diría el viejo Hegel, no se puede asociar al conocimiento con la duda, con la duda metódica, el saber es vital, debe conmover. Nada más conmovedor en estos días que los festejos del Bicentenario. El festejo popular como una nueva descolonización pedagógica y parafraseando a Don Arturo ya no son tiempos de balbuceos o ensayos. Jauretche quien fuera homenajeado durante las festividades del Bicentenario había fallecido un 25 de mayo.


Tres ideas en torno a la presencia de Jauretche en los festejos.
1) La cita constante durante los recitales nada grande se puede hacer con la tristeza (…) los pueblos deprimidos no vencen
2) Las imágenes en el Cabildo. Jauretche está acompañado por Rodolfo Walsh y Carlos Múgica.
3) la presencia de una lectura revisionista en la galería de los patriotas.

Ya en su momento, Ricardo Rojas había propuesto una pedagogía de las estatuas, bajo esa idea se hacía referencia a los nombres de las calles, de los ferrocarriles, de los colegios, y por supuesto de los monumentos.

Estamos en presencia de un nuevo tiempo donde nos proponemos “desmonumentalizar” las ciudades, las regiones, las plazas, pero no se trata simplemente de cambiar de nombre, ni como diría Cooke de repetir nombres hasta el hartazgo, no se trata de cambiar figuritas, sino de recuperar nuestros relatos. Y en ese sentido creemos que la galería de los patriotas es un gesto fundante.

Allí se encuentran no las ilustraciones de manuales o revistas, allí se encuentran no los textos que leemos sino que allí están presentes nuestras querencias. Como diría uno de los patriotas, Martí, hay que leer las cartas de amor de un Bolívar jadeante. Es que no hay diferencia entre el amor a la Patria Grande y la pasión romántica.

Pero aún falta “desmonumentalizar” los programas de historia de las escuelas secundarias, las carreras universitarias que repiten como en una letanía los ecos europeos, los actos escolares de las escuelas primarias.

Son tiempos para animarse a derribar estatuas, para derribar mitos, y construir una pedagogía nacional y popular.

Hay uno en especial que se está tambaleando, un “niño bueno”, que alguna vez escribió un libro para candidatearse como presidente, ese niño bueno admiraba a Benjamín Franklin, y dividía a los otros niños entre educables y no educables. Los gauchitos, los niños que trabajaban en la calle, los caudillitos (Artigas, Facundo) pertenecían al mundo de la barbarie, el por supuesto al de los niñitos civilizados. Fue un acierto que aquél que luchaba con la pluma, la palabra y la espada no ingresara a la galería de los patriotas y si uno mira bien, en las imágenes del Cabildo tuvo que compartir espacio con Rosas y Facundo. Toda una enseñanza.

(*)Profesora de la materia Teoría Social Latinoamericana (UBA) 

miércoles, 18 de agosto de 2010

Los juicios a los verdugos y sus cómplices


Por 
 Rodolfo Yanzón, abogado especialista en DD.HH.http://sur.elargentino.com/notas/los-juicios-los-verdugos-y-sus-complices

Pasaron siete años de la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Desde entonces se produjeron decenas de juicios orales en todo el país. Sigue habiendo dificultades, pero el balance es positivo. La experiencia de memoria y justicia argentina es analizada en el mundo.
A siete años de la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y de Punto Final, decenas de juicios orales en distintos lugares del país están en curso. Días atrás el fiscal Félix Crous se mostró indignado por la indolencia y la complicidad de actores judiciales que impidieron el juzgamiento del fallecido Acdel Vilas (ver pág. 21). Ese ha sido uno de los motivos de las demoras que tuvo su mayor expresión en la Cámara Nacional de Casación Penal y en jueces federales mendocinos. Las dificultades en los juicios dejaron en claro que la remoción de los obstáculos para juzgar no fue acompañada de herramientas legales, y sobre todo judiciales, que permitieran acelerar y reordenarlos. Se debería haber dotado de inmediato al sistema judicial de tribunales con avocación exclusiva para realizar juicios más concentrados, por centros de exterminio (CE) o sus circuitos, alcanzando a un mayor número de responsables y, sobre todo, de víctimas. Se dependió mucho de la voluntad individual de querellantes, fiscales y jueces, que tuvieron que trabajar con herramientas inadecuadas.
Sin embargo, los resultados hasta el momento no son desdeñables. Se dictaron condenas. Se acaban de conocer en Santa Fe las penas solicitadas contra Mario Facino por el secuestro y el homicidio de una integrante de las Ligas Agrarias. En Rosario se leyó la acusación contra los imputados, entre los que están Ramón Genaro Díaz Bessone, por crímenes cometidos en el CE de la Jefatura de Policía. Por diez víctimas comienza en San Martín el juicio contra Reynaldo Bignone, Santiago Riveros y Luis Patti. El 9 de agosto se inicia en Mar del Plata el juicio por nueve homicidios en la Base Naval y entre los imputados está el entonces jefe de Inteligencia, Alfredo Arrillaga. Se está realizando en La Plata el juicio por crímenes cometidos en la Unidad Penitenciaria 9. Este mes, además, se oirán los alegatos en el juicio por los CE Atlético, Banco y Olimpo. Los testimonios de sobrevivientes en los juicios por la Esma, Vesubio y Automotores Orletti siguen su marcha. En septiembre, el juicio por la existencia de un plan sistemático de apropiación de niños.
En San Rafael, Mendoza, seis represores son juzgados por cuatro víctimas. En Córdoba, Jorge Rafael Videla, Luciano Benjamín Menéndez y otros 27 imputados afrontan acusaciones por crímenes en el CE de la provincia. En Santiago del Estero el 10 de agosto empieza otro juicio contra Videla, Menéndez y Domingo Bussi (caso Kamenetsky). En el Chaco se oyen testimonios por la masacre de Margarita Belén contra nueve imputados. Y mañana empieza en La Pampa el juicio por secuestros y torturas cometidos contra treinta personas en dependencias policiales. Y la lista continúa.
Otro avance son los juicios contra civiles, como José Alfredo Martínez de Hoz, procesado por el secuestro de los empresarios Gutheim. En el caso Papel Prensa la Justicia Federal de La Plata investiga los secuestros y torturas sufridos en dependencias del Circuito Camps por personas relacionadas con el grupo Graiver, para desapoderarlas de las acciones y beneficiar a los posteriores dueños de la empresa, propietarios de grandes medios de comunicación.
Los juicios generan consecuencias promisorias en los países vecinos, como en Chile y en Uruguay. En Europa continúan los juicios contra represores argentinos. Los organismos internacionales están monitoreando, y el Parlamento Europeo realizará una jornada el 30 de septiembre en Bruselas sobre la experiencia argentina.
Preocupante es la situación de los testigos sobrevivientes y la falta de información sobre Jorge Julio López. El Estado debe redoblar esfuerzos para garantizar que los testigos no sufran ningún tipo de represalia y para que se les brinde la asistencia que requieran para testimoniar con la mayor tranquilidad posible. El pacto de silencio y la falta de información de las Fuerzas Armadas generan preocupación y se traduce no sólo en el desconocimiento del destino de desaparecidos y niños nacidos en cautiverio, sino también en condecoraciones, cargos y sueldos para quienes cometieron los crímenes más abyectos.
El Consejo de la Magistratura debe remover cuanto antes a los jueces cómplices. Los camaristas de Mendoza dejaron en libertad a los imputados y debió comenzar el juicio oral en San Rafael para que el Tribunal Oral Federal los privara de libertad, dando una clara señal no sólo a los testigos sino a todo el sistema judicial. Los jueces de la Casación, Guillermo Yacobucci y Luis María García, dejaron en libertad durante los últimos meses a decenas de imputados en la causa Esma, porque dijeron que no había riesgos de fuga, poniendo así en riesgo a los testigos.
El argumento de la guerra sostenido por los criminales es torpe, a la vez que miserable, porque el Congreso Nacional jamás declaró una, porque aún en la guerra hay derechos que se respetan, y porque las víctimas fueron secuestradas, en su inmensa mayoría, en sus lugares de trabajo, en sus casas, en la vía pública, generalmente de noche, en total estado de indefensión, por grupos de personas que actuaron con zonas liberadas, sin protección legal.
Los tormentos y distintas vejaciones en los CE tuvieron como objetivo la destrucción de las personas, al amparo de la clandestinidad y la ausencia de toda ley. Esa metodología ilegal no fue una respuesta a las organizaciones armadas, sino una planificación anterior, que surge de reglamentos militares secretos en los que se preveía la comisión de estos crímenes. Recientemente, uno de los acusados en el juicio de San Rafael confesó que junto a doscientos efectivos había recibido instrucción en 1967 de parte de militares norteamericanos, en las técnicas de tortura, por lo que hubo condecorados.
Los testigos relatan las sistemáticas violaciones y abusos sexuales sufridos por los secuestrados, especialmente las mujeres, en distintos CE. No fueron hechos aislados cometidos por algunos desquiciados, sino una práctica habitual y sistemática, decidida por el aparato criminal, como una de las formas de tormento utilizadas para denigrar al máximo la personalidad humana.
Las mujeres debían entender que la lucha política, en cualquiera de sus formas, les estaba vedadas por el solo hecho de ser mujeres. Quebrar la voluntad del militante político, eliminarlo o destruirlo para desactivarlo como tal e impedir su reinserción política. Una cuestión de clase en la que el oprimido es el objeto y el opresor el privilegiado. La violencia y la humillación hacia judíos y discapacitados son patrones que permiten describir con mayor precisión la catadura de los verdugos. El robo sistemático en cada secuestro, el desapoderamiento de vehículos y viviendas, las peleas entre represores por parte del botín como actos de servicio a la patria, se relatan día a día en las audiencias.
Sólo quienes tienen que defenderse (Videla y Menéndez, por ejemplo) podrán insistir en que fue una guerra. Lo único que ganaron es el desprecio eterno de los pueblos y de la historia. Quienes quieran acompañarlos sabrán que la comunidad democrática está preparada para repudiarlos y resistirlos. Los juicios están sirviendo, además, para demostrar la diferencia ética entre los perseguidos y los verdugos y sus socios civiles.

domingo, 15 de agosto de 2010

Argentina - De la generación de los 70 a la militancia juvenil kirchnerista

Por Sebastián Artola* - http://redaccionrosario.com/noticias/index.php?q=node/9390


1) Un nuevo fenómeno atraviesa la vida política nacional: la emergencia de una militancia juvenil nacional, popular y kirchnerista.

En un ciclo corto que podemos trazar entre el conflicto con la Mesa de Enlace y las patronales rurales hasta la puja por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, hemos visto proliferar de manera creciente una participación cada vez más masiva de jóvenes en movilizaciones y convocatorias en apoyo a las iniciativas políticas del gobierno nacional.

De origen social diverso, con importante presencia de sectores medios pero también con no menor protagonismo de sectores populares; nucleados a través de disímiles experiencias organizativas, en muchos casos nacidas desde la propia iniciativa de un puñado de militantes; con el predominio de una fuerte apuesta a la “construcción desde abajo”. Una agenda de inquietudes que van desde los derechos humanos, la economía social, la cultura popular, hasta las nuevas formas de comunicación y la renovación política. Y una identidad donde confluyen de manera diversa peronismo, izquierda, setentismo y latinoamericanismo; este nuevo activismo juvenil se ha constituido en uno de los sectores más dinámicos y novedosos del kirchnerismo.

Dinámico: en el sentido del carácter activo de la militancia, la rápida capacidad de movilización, la consistencia organizativa y el sesgo creativo de la intervención en el debate público, eso que ya varios analistas denominan como “minoría intensa”. Novedoso: en relación a que el kirchnerismo es el único espacio de la política nacional que cuenta con este tipo de militancia.

Por supuesto que el mismo se inscribe dentro de un proceso más general que tiene que ver con la recomposición de la base de apoyo social al gobierno, el cual se empezó a hacer visible durante los primeros meses de este año, conformado principalmente por los sectores más humildes de nuestra sociedad, donde fue decisiva una medida como la Asignación Universal por Hijo y el rol persistente de los movimientos sociales afines al gobierno. Los asalariados formales, donde es clave la política oficial de alianza con las centrales obreras y promoción del empleo y recuperación del poder adquisitivo del salario a través de las paritarias y el Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil; y una franja en expansión de sectores medios progresistas, que dio encarnadura social al debate contra el discurso mediático hegemónico y hoy se moviliza por el matrimonio igualitario frente a la corporación eclesiástica.

Sin embargo, es posible establecer algunos rasgos particulares que presenta este nuevo activismo juvenil, a partir de un breve repaso por nuestra historia reciente, que permita pasar en limpio algunas marcas que tallan sobre este renovado vínculo entre juventud y participación política.

2) En perspectiva de mediano plazo, los acontecimientos del 19 y 20 de diciembre de 2001 y la política de derechos humanos del gobierno nacional significarán dos momentos más que importantes para la relación entre juventud y política.

Los primeros, contienen un traspié decisivo al “no te metás” de los 80 y a la antipolítica de los 90. Estos días y los posteriores van a encontrar a muchos jóvenes en las calles puteando no sólo contra un gobierno que una vez más había defraudado las expectativas de cambio y respondía con represión a las demandas populares, sino también desafiando a un sistema político que excluía la participación social.

Sin dudas, este acontecimiento dejará huellas que marcan hasta incluso hoy cierta dinámica de la política argentina, y sin el cual es difícil pensar la etapa de cambios que se abrió a partir de 2003.

Para los jóvenes implicará un retorno al espacio público. De la mano del enfrentamiento con la policía y la desobediencia al estado de sitio, poníamos en cuestión el recurso del miedo para inmovilizar, que tan bien había funcionado desde la dictadura, haciendo propio el reclamo –no sin los grises y ambigüedades con que se planteaba éste– de una participación más directa y protagónica en las decisiones colectivas, y una exigencia de renovación política con un fuerte rechazo a la “clase política” neoliberal. Y esto, creo, es una nota fuerte que dejó como saldo la puesta en crisis de la representación política neoliberal en nuestro país.

La construcción de experiencias organizadas más sustantivas en términos democráticos, con estructuras flexibles y abiertas, capaces de contener la pluralidad y promover una vida interna que otorgue a la toma de decisiones un fuerte carácter colectivo, es un rasgo muy propio de las características que asumió la participación popular pos diciembre de 2001.

Esto, por supuesto, no niega en sí mismo la representación o la constitución de liderazgos, como muchos mal interpretaron. Lo que sí puso en debate fueron los términos y los procesos a través de los cuales se fueron constituyendo los mismos – desprendidos del sustrato popular, en proporción a la captura de la política por la corporaciones económicas y mediáticas–, exigiendo su reformulación desde el diálogo directo con las demandas sociales y en procesos permanentes de abajo hacia arriba y viceversa.

La reconstrucción de la autoridad política a manos de Kirchner a partir de 2003 es ejemplo de ello. La definición de un nuevo vínculo entre política y demandas populares; la interpelación desde el discurso oficial al sujeto popular; la convocatoria a la movilización y a la acción directa para respaldar medidas de gobierno; la toma de decisiones públicas con el oído puesto en el reclamo social; y la apertura del Estado a los movimientos sociales y a los organismos de derechos humanos, son muestras de los términos en que se relegitima el liderazgo político y la representación después de 2001.

Ahora bien, en la juventud esta sensibilidad es más intensa. La distancia con que se fue fijando el vínculo con la política en los años de democracia, explican buena parte de esta primera desconfianza. Hubo que esperar un conflicto como el de la Mesa de Enlace, donde fue visible como nunca antes qué poderes y sectores sociales renegaban de este gobierno, para que se empiece a ver una creciente presencia juvenil en las manifestaciones de apoyo a este proceso político.

Y, por supuesto, la Ley de Medios. La batalla por la democratización de la información congregó a cientos de miles de jóvenes en la vigilia nocturna en que se aprobó la norma en el Senado, en un claro acto de toma de la palabra, tras años de estar sustraída por el discurso único y en donde el joven como tal, durante el ciclo de captura de la política por los medios hegemónicos, apareció estigmatizado según las épocas y las modas.

El año que lleva de una situación a la otra es el de la mayor proliferación y crecimiento de adhesiones juveniles, a través de numerosas agrupaciones de todo tipo o de experiencias novedosas como la de los “blogueros” o los “autoconvocados 6-7-8”.

En segundo lugar, la política de derechos humanos llevada adelante desde el 2003 permitió empezar a suturar esa fractura generacional que produjo la última dictadura cívico militar y el terrorismo de Estado, y continuaron los sucesivos gobiernos democráticos.

Quienes nacimos en los años de la dictadura crecimos “huérfanos” de un relato político sobre los años 60 y 70. La política de derechos humanos del alfonsinismo mientras duró, lo fue a condición de clausurar el debate y la reflexión sobre lo sucedido en la década del setenta. La historia que se construía demonizaba lo hecho en el pasado, para arrancar con las estelas del horror de los últimos años de la dictadura y meterse enseguida en la agenda de temas que definían el camino sobre el que iba a surcar el retorno democrático al país.

Lo cierto es que sobre este manto de silencio, nuestra generación transitó casi instintivamente un trabajoso camino de reconstrucción de un punto de partida, constitutivo para cualquier identidad, que –por supuesto– nunca es un inicio en el vacío, sino que se inscribe en una historia colectiva. Con la guía de la labor incansable, que en soledad y bajo la hegemonía social de la teoría de los dos demonios, llevaron adelante sobrevivientes y organismos de derechos humanos.

La nueva política de Estado iniciada en el 2003 propició el encuentro entre memoria histórica, política y derechos humanos. A partir de un presidente que hacía visible su pertenencia a la generación de los setenta y se consideraba “hijo de las Madres de Plaza de Mayo”; la derogación de las leyes de Obediencia Debida, Punto Final y los Indultos; el retiro del cuadro de Videla en la Esma; la recuperación de nuevos nietos y el avance de los juicios a los represores. Nuestra generación, por primera vez, sintió de manera sustantiva que algo tenía que ver con la de los 70 y cada vez más jóvenes se empezaron a reconocer como hijos de las Madres y su lucha.

Así, fue posible empezar a reponer la palabra política desde su dimensión colectiva, solidaria y transformadora, a través del reestablecimiento del puente histórico con la generación política de la que somos hijos.

Por supuesto, que esta apropiación de los setenta carga con un fuerte desafío. Esto está en debate y en cómo lo resolvamos se encuentra una de las claves para las posibilidades de resituar en términos generacionales el vínculo entre juventud y política. Una relación lineal y acrítica con los setenta, clausura más de lo que habilita a recrear una identidad política juvenil que si quiere ser masiva debe dar cuenta de los cortes históricos, de los cambios profundos y de las siempre renovadas demandas, intereses, prácticas y representaciones que cada generación porta.

Es necesario un vínculo dinámico, abierto y creativo que resignifique el legado de los 70, en función de la carga de historicidad que toda construcción política popular y transformadora –que para ser tal– debe contener, pero que también permita proyectarlo hacia el contexto político actual, haciéndolo profundamente contemporáneo, a través de dar cuenta de las particularidades que caracterizan las prácticas políticas, sociales y culturales del presente.

3) Como parte del proceso de repolitización de la sociedad argentina que produjo el kirchnerismo, un sector creciente de jóvenes comenzó a establecer un renovado compromiso con la práctica política.

Este nuevo activismo juvenil –en proporción significativa, organizado en las bisagras de las estructuras políticas oficiales del kirchnerismo– no deja de señalar un debate que hace a los claroscuros de las lógicas sobre las que se afirma la fuerza política propia del gobierno: la tensión entre lo que podemos llamar como la “lógica de gestión” y la “lógica militante”. Entendiendo por la primera la práctica circunscripta a la administración de las cosas, de manera acrítica, despolitizada, y, en consecuencia, inhibida del potencial transformador que todo lugar institucional tiene en el marco de un proyecto político popular. Y por la segunda, la noción de que la política es una práctica colectiva que interviene de manera transformadora sobre la realidad.

Por supuesto que la presencia de la primera es propia de las contradicciones de todo proceso de cambio y una marca profunda de la herencia neoliberal de los 90. En cómo redefinamos esta ecuación también están cifradas las perspectivas mediatas y de largo alcance de reformular el sistema político y fortalecer los partidos, en clave de sustancializarlos, democratizarlos e ideologizarlos, sobre el fondo de un renovado compromiso ciudadano con la política y lo público. Lo que siempre redunda en la posibilidad de un horizonte más pleno para la democracia y, en paralelo, en el debilitamiento de la capacidad de las corporaciones y los poderes económicos de someter a los partidos políticos a sus intereses, aún a costa de las propias historias de aquellos.

Ahora bien, el desafío para quienes afirmamos la militancia como concepto central de la política es construir una idea de ésta que no niegue la gestión, sino que la incorpore, imprimiéndole la politicidad, la dimensión colectiva, la subjetivación y la inscripción social propia de la lógica militante.

Tal vez ahí sea cuando la política despliega de manera más plena su capacidad de transformación. Esto, claro, nos empuja a definir una nueva idea militante. Una noción de militancia integral que comprenda dualidades muchas veces planteadas en términos dicotómicos: gestión-transformación; deliberación-decisión; pluralidad-homogeneidad; crítica-convicción; pasión-responsabilidad; individualidad-totalidad; horizontalidad-verticalidad; participación-representación.

Lo que implica resignificar la noción de militancia desde una perspectiva profundamente democrática y popular: es decir, en tanto práctica encarnada en el proceso popular, y no como exterioridad al mismo; promotora del protagonismo colectivo en la construcción de toma de decisiones; y donde la juventud se inscriba como parte del mismo –y no como un todo, que conduzca a conocidos desacoples entre la práctica política y lo popular– desde una concepción movimientista de la articulación del sujeto popular y los modos en que despliega su participación política.

La oportunidad es histórica. Por primera vez, desde el retorno a la democracia los jóvenes estamos ante la posibilidad de trazar una nueva relación entre participación y política que nos permita forjar la primera generación militante del siglo XXI; decisivo para las posibilidades presentes y futuras de consolidar y profundizar un proyecto político de Nación, democrático y con justicia social.


(*) Movimiento Martín Fierro. Juventud del Movimiento Santafesino por la Justicia Social
http://www.encuentroproyectonacional.blogspot.com/

viernes, 13 de agosto de 2010

EE.UU - La democracia tutelada por la CIA

Germán Gorraiz López - http://alainet.org/active/40103

La Agencia Central de Inteligencia (CIA, Central Intelligence Agency) fue creada en 1947 por Henry Truman, sustituyendo a la Oficina de Servicios Estratégicos(OSS) para investigar sin necesidad de autorización judicial, expedientes administrativos y fiscales. La inicial filosofía de la organización era dotar al Presidente de un segundo punto de vista elaborado por civiles, frente al aportado por los militares de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y fue llamada en código "Campus", al proceder la mayoría de los cuadros iniciales de la Universidad de Yale, (incluso el sistema de almacenamiento de datos fue el mismo que el de la Biblioteca de Yale).
 
Hasta Eisenhower, la CIA fue únicamente la organización de inteligencia central para el gobierno de los Estados Unidos y estuvo detrás de múltiples tareas de entrenamiento de insurgentes y desestabilización de gobiernos contrarios a las políticas del Pentágono, pero el looby financiero y la industria militar (ambos fagocitados por el looby judío) no pudieron resistir a la tentación de crear un gobierno de facto que manipulara los entresijos del poder , derivando en la aparición de un nuevo ente (la CIA paralela), refrectaria a la opinión pública y al control del Congreso y Senado de los Estados Unidos..
 
El presidente Eisenhower, un año antes del fin de su mandato , pronunció un discurso premonitorio de la posterior mutación del inicial "Campus" hasta el Gobierno en la sombra que tutela la democracia estadounidense en la actualidad y de la que son rehenes todos los Presidentes elegidos democráticamente: "En los consejos del gobierno, tenemos que estar atentos a la adquisición de una influencia ilegítima, que sea o no proyectada por el complejo militar-industrial. El riesgo del desarrollo de un poder usurpado existe y persistirá. Jamás permitiremos el peso de esta conjunción amenazar nuestras libertades o los procesos democráticos . Nada debe considerarse como ganado. Solo una vigilancia y una consciencia ciudadana pueden garantizar el equilibrio entre la influencia de la gigantesca maquinaria industrial y militar de defensa y nuestros métodos y metas pacífica, de tal forma que la seguridad y la libertad puedan acrecentarse de concierto".
 
Los desencuentros Kennedy-CIA-FBI:
 
Kennedy recibió de la CIA un "regalo envenenado" bajo la envoltura del proyecto de invasión de Cuba, elaborado por la CIA durante la administración de Eisenhower para derrocar al régimen de Fidel Castro y que culminó con el conocido fiasco de la invasión de la Bahía de Cochinos(abril,1961),pues el Presidente Kennedy, después de dar el visto bueno al proyecto, se echó atrás en el último momento y retiró el prometido apoyo de la aviación y la flota norteamericana, con el consiguiente descrédito de la CIA a los ojos de todo el mundo.
 
Su Acusada inexperiencia política quedó  plasmada en actos como relevar al legendario Director General de la Agencia, Allen Dulles, e intentar remodelar sus estructuras colocando al frente de la misma a gente de su confianza así como menospreciar como rival a Hoover y enfrentarse abiertamente a su poder omnímodo, intentando su sustitución al frente del FBI por Edward Kenned,con lo que tras la nominación de Robert Kennedy como Fiscal General la Troika Kennedy habría conseguido la entronización del reino de Camelot para varias generaciones.
 
Las diferencias entre Kennedy y la CIA volvieron a resurgir en octubre de 1962, durante la crisis de los misiles cubanos. La CIA vio la gran oportunidad para invadir la isla , pero las negociaciones entre Kruschev y Kennedy anularon el plan de la CIA ,herida de nuevo en su orgullo
 
Ördago de Kennedy a la CIA paralela:
 
Además, a mediados de noviembre de 1963, Kennedy decidió desinfectar la CIA de los virus patógenos inoculados por los lobbys de presión (cuyo paradigma serían los Rockefeller al participar en los lobbys financiero, industria militar y judío y uno de cuyos miembros, David sería el impulsor de Trilateral Comission” (TC) o Trilateral ( 1973).Consciente de las dificultades de tan ardua misión,en un discurso en la Universidad de Columbia el 14 de Noviembre, Kennedy admite que "existen fuertes presiones de grupos de poder de USA para convertir el cargo de Presidente en algo meramente figurativo", pues el 21 de Noviembre de 1963, el presidente firma la orden ejecutiva 11490 , que permite en caso de emergencia disponer al gobierno de medidas excepcionales, incluso para cualquier dictadura
 
A pesar de todo, fiel a su espíritu rebelde, prosigue con su intento de reconvertir la CIA en un aparato controlable por el poder político y poco antes de partir para Dallas, comentó a sus íntimos asesores: “Tenemos que enfrentarnos a la CIA...” y el mismo día, un emisario secreto iniciaba con Castro las primeras negociaciones para llegar a un acuerdo.
 
Ello suponía un claro órdago a la CIA paralela verdadera detentora del poder en la sombra y enquistada profundamente en todos los aparatos de poder de los EEUU, por lo que sus dirigentes en la sombra, procedieron a la gestación de una trama endógena que se encargó del Golpe de Mano contra la legalidad democráticas del sistema político estadounidense que culminó con el Magnicidio de Kenney (Dallas, 1963).
 
Dicho complot sería una auténtica obra de ingeniería laberíntica, que tendría como cerebros a la citada CIA paralela y como colaboradores necesarios al exilio anticastrista en Miami y sus conexiones con la Mafia y al FBI de Hoover, a Lee Harvey Oswald como cabeza de turco y ejercicio de distracción para engañar a los sabuesos y como daño colateral el nacimiento de un sistema político tutelado por la nueva CIA , quedando desde entonces como rehenes todos lo sucesivos Presidentes electos hasta la irrupción en la escena política del díscolo Obama.
 
Golpe de Estado de la New -CIA con George W. Busch:
 
Hasta el mediático atentado de las Torres Gemelas (conocido como 11-S), la CIA legal languidece lentamente y sus propios agentes confirmaban, según el NY Times que les resultaba "casi imposible aportar información estratégica y eran consultados mayoritariamente para cuestiones tácticas",
 
Sin embargo, en los sótanos de la Compañía, se estaba fraguando un verdadero Golpe de Estado virtual que tendría su detonante en el impactante atentado atribuido a Al Qaeda , quedando entronizada la lucha contra el Eje del Mal (Irak, Irán y Corea del Norte) como leit motiv de la miopía política del nefasto mandato de George W. Busch, entronizando de paso a Bin Laden como icono del Imperio del Mal.
 
Así, el congresista Ron Paul, caracterizado por su incontinencia verbal, dirigió a sus seguidores el siguiente mensaje: Se ha ejecutado un golpe de estado ¿ya supieron? Es el golpe de estado de la CIA.- La CIA es la que controla todo, hasta el ejército. Son los que están ahí metiendo misiles y bombas en los demás países… Y por supuesto la CIA es tan cerrada como la Reserva Federal… Y aún así piensen en el daño que ha hecho desde que fue creada (después de) la Segunda Guerra Mundial. Son un gobierno en sí mismos. Están en los negocios, en el de los narcóticos, quitan dictadores. Necesitamos sacar a la CIA”.
 
La jugada maquiávelica de la New-CIA:
 
Colin Powell, Secretario de Estado, había recomendado a sus colegas en la Administración Bush evitar una guerra sin la aprobación clara de la ONU y fue utilizado por la CIA para servirse de su prestigio militar y probada honestidad. Así, en el 2004, la nueva CIA ya legalizada, se encarga de suministrarle "informes de inteligencia" dudosa sobre las armas de destrucción masiva en Irak para justificar la intervención militar de EEUU e invadir Irak, anzuelo que tragaron todas los aliados de EEUU que pasaron a engrosar las filas de un ejército liberador que tenía como objetivo confeso la destitución del satanizado Sadam Hussein y como interés real el control de los vastos recursos petrolíferos de Irak.
 
La Troika formada por RumsfeldHayden y Cheney monopoliza el poder de EEUU:
 
Poco más de un mes después del 11-S, el gobierno de George W. Bush secretamente decidió anular una de las principales protecciones constitucionales de este país bajo la justificación de su lucha contra el “terrorismo” dentro de Estados Unidos, según documentos oficiales revelados a finales de 2005 en una serie de reportajes en el New York Timesla existencia de un programa secreto de intervención de comunicaciones dentro de este país.
 
Según una investigación del Washington Post, desde el 2002 se estableció la Oficina de Apoyo Estratégico (SSB), que trabajó clandestinamente sin limitaciones legales y bajo las órdenes del secretario de Defensa, Ronald Rumsfeld., entre cuyas acciones estarían los sangrantes episodios de vulneración de los Derechos Humanos en Abu Ghraib y Guantánamo,y la entronización del “golpe de estado blando o virtual”, del que sería paradigma Honduras y en junio de 2009, Leon Panetta, director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) anuló el Programa Phoenix, un programa dirigido por Cheney para asesinar a dirigentes de al-Qaeda, iniciado en 2001 después de los ataques del 11-S y mantenido en secreto ante el Congreso de EE.UU y el Pentágono estaría meditando clausurar una unidad de contra-inteligencia creada por el Rumsfeld conocido como Talon, incluía información sobre acciones de protesta contra la guerra de ciudadanos estadunidenses, rememorando el espionaje militar de civiles que protestaban la guerra en Vietnam .
 
El pulso Obama-New CIA:
 
Tras la significativa erosión de la imagen de EEUU en el mundo tras los sangrantes episodios de vulneración de los Derechos Humanos en Abu Ghraib y Guantánamo, una de las primeras decisiones de Obama fue firmar una orden ejecutiva para exigir el cierre de la prisión en la base naval de Guantánamo en el plazo de un año. Sus asesores buscan ahora los mecanismos legales para finiquitar el "limbo jurídico" de Guantánamo, un espacio virtual fruto de la ingeniería jurídica del llamado "Comité de Guerra" ( nombre en clave del selecto grupo de juristas y asesores que trabajaron a las órdenes de la Troika formada por RumsfeldHayden Cheney), verdaderos detentores del Poder durante el nefasto mandato de George W. Busch, razón por la que el anunciado cierre deberá retrasarse hasta el 2011
 
Su inexperiencia política quedó plasmada en actos temerarios, como la decisión de Obama de desclasificar documentos secretos que involucran a la CIA en técnicas de interrogatorio basadas en la tortura física y psicológica y que le habría granjeado la peligrosa enemistad de la New- CIA, representada en la Troika formada por Rumsfeld, Hayden y Cheney,
 
Sin embargo, Obama dejará que el viento del olvido cubra con su manto el vidrioso tema de la persecución de los responsables de haber legitimado la tortura, pues sus asesores le habrían advertido de las previsibles consecuencias que una acción de ese tipo podría suponer para su Presidencia (véase Magnicidio de Dallas), decisión que a pesar de suscitar una clara decepción en la organización defensora de los derechos humanos "Human Rights Watch" (HRW) y serias críticas de AI, sería apoyada por el 60% de los encuestados.
 
La labor torpedeadora de la New- CIA :
 
El presidente estadounidense, Barack Obama, habría aparcado el proyecto del Escudo de Misiles Antibalísticos (NDM), sustituyéndolo por "un nuevo sistema de defensa antimisil móvil" , pero tras esta espectacular declaración, se escondería una jugada maquiavélica que intentaría convertir a Rusia en colaborador necesario en la salvaguarda de la paz y estabilidad mundiales y caso de llegarse a un acuerdo entre ambas partes, con la Ratificación del Nuevo Tratado START, podríamos asistir la sustitución de la doctrina geopolítica del unilateralismo de Busch por la del  Multilateralismo
 
Sin embargo, el camino por recorrer se antoja sumamente complicado, pues debe ser ratificado por el Parlamento ruso y por los dos tercios (67 escaños) del Senado de EEUU, por lo que no es descartable que la CIA aproveche la ocasión para mediante el filibustering, lograr que su tramitación en Senado se dilate en el tiempo a la espera de un nuevo Presidente más propicio a sus intereses y en  esta dinámica cabría incluir el rocambolesco episodio de la aparición sorpresiva en EEUU de una célula durmiente o embrionaria de espías rusos, fruto de un soplo interesado de la New- CIA para manipular la voluntad de los senadores a la hora de ratificar el nuevo Tratado Sart firmado en abril entre Obama y Putin.
 
Las tensas relaciones EEUU-Karzai:
 
El presidente Obama llegó a Afganistán en una visita sorpresa para reunirse con su homólogo afgano Hamid Karzai y tratar, entre otros, el tema de la corrupción de las autoridades locales, tras el evidente enojo de la Casa Blanca por los continuos desaires del Karzai en su política de asilar a Irán , plasmados en las recientes visitas del presidente afgano a China e Irán , donde mencionó la “múltiple identidad de Afganistán como una sociedad plural de antigüedad pre-islámica en su intento de escapar de la tutela obligada por el protectorado norteamericano en su estrategia contra los talibanes.por lo que el Pentágono habría iniciado la búsqueda de un sustituto a Karzai al no gozar ya de su confianza.
 
Así, mediante una operación de propaganda orquestada por la New-CIA, sería acusado del inicio de conversaciones secretas que tendrían como mediador a su hermano Ahmed Wali para la gestación de un Gobierno de Coalición islamista entre pastunes y talibanes ( con el objetivo de conseguir en unas elecciones anticipadas la legitimación democrática en las urnas en el horizonte del 2011 y proceder a la creación de la República Islámica de Afganistán), lo que exigiría la retirada de las tropas de EEUU y la consecuente pérdida de presencia en un país considerado por el alto mando de EEUU "como pieza geoestratégica vital " en el rompecabezas del Oriente Medio
 
Por todo ello, no sería descartable la creación de un ambiente propicio al golpe de Estado y posterior derrocamiento de Karzai, reviviendo uno de los aspectos más oscuros de la política exterior de Kennedy (el derrocamiento y asesinato del presidente survietnamita Diem ( 1963)y el posterior incremento de su apoyo militar a Vietnam, acelerando la escalada que llevaría a los Estados Unidos a un callejón sin salida, ya que Estados Unidos y la OTAN tienen ya 150 mil  soldados , insuficientes para una estrategia expansiva que  contrarreste la ofensiva de los talibanes, por lo que Obama podría firmar en el 2011 la retirada progresiva de tropas de Afganistán ,decisión que no será compartida por su vicepresidentes Biden ni por el Pentágono y que sin duda será aprovecha por la New-CIA para reorientar la situación mediante métodos expeditivos y lograr que EEUU vuelva a la sendas de la democracias tuteladas por la CIA.

jueves, 12 de agosto de 2010

Bolivia - Una opción civilizatoria con rostro indígena

Isabel Rauber - http://alainet.org/active/40086

Acceder al gobierno nacional: un paso de esperanza
 
El gobierno que emergió en Bolivia en diciembre de 2005 y asumió en enero del 2006, que convocó, realizó la Asamblea Constituyente, que convocó y ganó el Referéndum Revocatorio en el 2008 y que nuevamente convocó y ganó la presidencia del país y el gobierno nacional en las elecciones del 2009, es un gobierno de nuevo tipo: emergido de las luchas sociales de los pueblos indígenas, construido también con el protagonismo de los movimientos sociales, de trabajadores, de campesinas y campesinos, entre los que se destaca el movimiento cocalero.
 
Evo Presidente, es la frase que sintetiza desde fines de 2005 la gran esperanza de los pueblos de Bolivia y del continente todo. El nudo central de su programa de gobierno constituye la búsqueda de soluciones a los reclamos históricos de las comunidades indígenas, organizaciones sindicales mineras, campesinas y urbanas. Por ello, entre sus primeros pasos destaca la convocatoria y realización de la Asamblea Constituyente, y la recuperación de los recursos energéticos del país orientada, entre varias razones, a la creación de un fondo para atender las políticas sociales.
 
Entre los objetivos prioritarios del gobierno se encuentra la lucha contra la discriminación étnica y la exclusión social y cultural, la erradicación de la pobreza, poner fin a la dependencia y el saqueo, refundar el Estado a partir de reconocer y articular su carácter plurinacional, construyendo una sociedad intercultural, basada en una democracia participativa que abra cauce al florecimiento de las autonomías de las comunidades (de sus identidades, cosmovisiones y modos de vida), trabajando colectivamente para construir un Estado plurinacional, que proyecte a sus habitantes al centro del quehacer social, político, cultural del Estado y el gobierno, es decir, ampliando raizalmente la democracia, transformándola. Tales serían, entre muchos, los ejes centrales del quehacer estatal-gubernamental en lo que puede considerarse el período inicial del primer gobierno de los movimientos indígenas y sociales del continente. De ellos, considero importante destacar –a los fines de este análisis , elementos centrales de su propuesta integral, intercultural y descolonizada del desarrollo, el bienestar y el progreso sociales.
 
Una concepción diferente del desarrollo y el progreso
 
Por diversos caminos, las reflexiones actuales más maduras en este tema convergen en un punto: El “desarrollo” capitalista alcanzado (en el Norte), resulta hoy indeseable (además de inalcanzable). Es inalcanzable porque las “periferias” han sido excluidas del diseño y los planes de hegemonía del capital global actual (salvo como territorios sirvientes) y no tienen cabida en ellos. Es indeseable porque el carácter destructivo y devastador que conlleva va dejando en claro que ese “modelo” va a continuar con la depredación de la naturaleza, con el saqueo, con las guerras, es decir, continuará sembrando la muerte. Precisamente por ello es incapaz de promover, defender y garantizar la supervivencia humana y natural del planeta; tampoco ofrece soluciones a la situación de miseria, enfermedades, analfabetismo, carencia de infraestructura y exclusión crecientes de amplias capas de la población del planeta.
 
Estas razones, entre otras, hacen que el debate del desarrollo integre lo político, social, cultural y ético, además de lo económico. Y en la Bolivia de hoy, esto se articula directamente con la lucha por la erradicación de la pobreza, con la propiedad de los recursos energéticos, con las posibilidades de acceso a los servicios y el goce de los derechos por parte de toda la ciudadanía, es decir, con la democracia. Desarrollo y democracia guardan –en esta concepción una relación directa biunívoca.
 
Tomando como punto de partida las propuestas de los movimientos indígenas, campesinos y sociales, el gobierno que encabeza Evo Morales Ayma presenta en el 2006, un Plan Nacional de Desarrollo que condensa esta nueva cosmovisión integral de vida y modos de vida, y define políticas públicas para hacerla realidad. En esto se resume y proyecta –sustantivamente lo nuevo: se supera el ámbito teórico reflexivo; las ideas y propuestas iniciales cobran vida, se concretizan y desarrollan en la acción político-social transformadora.
 
Atendiendo a los alcances de este sucinto análisis, deseo llamar la atención sobre un elemento sobresaliente de dicho Plan: la unificación de los caminos del desarrollo con los de la erradicación de la pobreza, de la desigualdad y la exclusión étnico-social.
 
Una de las primeras cuestiones puestas en cuestión han sido los conceptos “pobreza” y “pobres”, pues ellos invisibilizan los procesos de empobrecimiento y exclusión a los que fueron sometidos histórica y sistemáticamente los pueblos indígenas desde los tiempos de la conquista y colonización. Consiguientemente, los programas orientados a la eliminación de la pobreza en Bolivia están anudados a la eliminación de los mecanismos de empobrecimiento constante de los sectores indígenas, campesinos y de trabajadores en general. Y se conjugan directamente con los planes de desarrollo en la perspectiva señalada.
 
Del “bienestar” individualista al “vivir bien” en comunidad
 
La expresión Vivir Bien, propia de los pueblos indígenas de Bolivia, significa, en primer término, “Vivir bien entre nosotros”. Se trata de una convivencia comunitaria intercultural y sin asimetrías de poder. “No se puede Vivir Bien si los demás viven mal”, tal es el pensamiento que sintetiza el nudo central del planteamiento.
 
Es un modo de vivir siendo y sintiéndose parte de la comunidad, con protección de ella y en armonía con la naturaleza. Es decir, se trata de un modo de “vivir en equilibrio con lo que nos rodea”. También significa Vivir Bien con los otros seres humanos, diferenciándose del “vivir mejor” occidental, que es individualista y pretende alcanzarse generalmente a expensas de los demás y, además, separado y contrapuesto a la naturaleza.
 
El Vivir Bien articula en igualdad de importancia, desarrollo y democratización. “No existe desarrollo sin democracia, sin extender la participación social en la actividad y las decisiones políticas, económicas y culturales.” [PND, p. 16] Partiendo del reconocimiento de que Bolivia es un país multiétnico y pluricultural, los programas orientados al desarrollo hacen explícito su reconocimiento a los valores de la comunidad y de lo comunitario, establecen a lo colectivo como sujeto con capacidad de decisión y de acción, reconociendo en la horizontalidad una ventaja comparativa respecto a las directivas verticales. Esto constituye, a la vez, un soporte ético e ideológico de los procesos de búsqueda y construcción de una civilización re-humanizada, basada en un sistema social raizalmente democrático, equitativo, humanista, liberador y superador de la destructiva hegemonía económica, social, cultural e ideológica del capital.
 
La naturaleza en el centro de la vida
 
Para la perspectiva del Vivir Bien, la naturaleza no es un objeto; no es una fuente de recursos y materias primas; es un ser vivo. Esta dimensión ecológica de la realidad, reconoce que la naturaleza está indivisible e intrínsecamente imbricada con la vida de los seres humanos; somos parte de la naturaleza. Tal es la perspectiva cosmo-céntrica que posibilita pensar y construir el futuro humano con un sentido y una concepción de progreso y bienestar raizalmente diferentes y superadores de los patrones utilitarios consumistas del capitalismo.
 
Una perspectiva intercultural para el desarrollo
 
La interculturalidad concibe a las relaciones entre varias culturas dentro de un mismo territorio sobre la base del reconocimiento, la aceptación y la reciprocidad con el otro. La visión intercultural del desarrollo “va más allá de la acumulación económica y está relacionada esencialmente con la libertad cultural para decidir, el respeto a la diversidad, a la diferencia, la heterogeneidad social y con la forma en que se organiza la vida, las sociedad y el Estado.”
 
En tal sentido, “La clave del desarrollo radica en suprimir la estructura de dominación cultural y de discriminación racial vigente e instituir una práctica de diálogo, cooperación, complementación, reciprocidad y entendimiento. De esta manera el crecimiento económico se concibe como el proceso de consolidación, fortalecimiento e interacción de identidades, como la articulación de redes de intercambio e interculturalidad.” [PND, p. 16]
 
Apoyar el empoderamiento creciente de las comunidades
 
Las políticas de atención a los sectores más olvidados y desprotegidos que impulsa actualmente el Estado Plurinacional de Bolivia, pudieran calificarse –a primera vista como clientelares o asistencialistas, en tanto se expresan a través de planes de “ayuda” y estímulos. Pero hay elementos a considerar que si bien revelan aristas coincidentes con el asistencialismo o el clientelismo , los diferencian.
 
Para que la “ayuda” sea considerada tal, su implementación debe implicar –como en este caso , la construcción de canales efectivos para que los “ayudados” lleguen un día a tener la capacidad de actuar productiva y reproductivamente por sí mismos. En aras de ello, los planes de ayuda se articulan con procesos sostenibles de construcción de vías de salida de la situación de pobreza. Estos suponen –consiguientemente- la implementación de modalidades de sobrevivencia y desarrollo autónomo en el mediano plazo. Se trata, por tanto, de un singular asistencialismo, estratégicamente no clientelar. Su principal virtud es que contribuye a que la población involucrada en los planes de “ayuda” se re-descubra como parte de una ciudadanía con igualdad de oportunidades y condiciones, sin prejuicios ni perjuicios por pertenencia étnica, cultural, de género o geográfica.
 
Las políticas impulsadas por el Estado y el Gobierno bolivianos en este terreno, trascienden el debate dicotómico asistencialismo-clientelismo. Ya no se trata solo de aquello de “enseñar a pescar”. Además de enseñar a pescar se crean ámbitos productivos donde los “pescadores” pueden construir los instrumentos de pesca, mantenerlos, arreglarlos, etcétera, y se crean también espacios de intercambio y distribución social de los productos.
 
Se trata de una articulación integral de problemas y soluciones en base a una lógica estrechamente ligada a la posibilidad/capacidad que tengan las comunidades o poblaciones en situación de pobreza, de desarrollar un ciclo productivo-reproductivo de su vida, para desde ahí , replantearse su inserción plena en al sociedad (empoderamiento). Para ello, se traja en la recuperación de las experiencias y saberes interculturales de las comunidades, impulsando simultáneamente la participación protagónica de la población “afectada” en la construcción de las soluciones.
 
Hay un cambio de lógicas: Son los actores sociales y políticos del campo popular quienes definen, determinan, impulsan y realizan los cambios. La recuperación de sus saberes, conocimientos, experiencia, memoria histórica, identidades, pertenencias, conciencia crítica, y poderes, aporta efectivamente al empoderamiento comunitario, social e individual. Se trata de una imbricación raizal de sujetos, subjetividades, saberes, identidades, poderes, culturas y cosmovisiones. 
 
Construir un Estado plurinacional descolonizado
 
La construcción de un nuevo Estado Plurinacional conjuntamente con los procesos de descolonización sintetizan la determinación de reconocimiento y respeto a la diversidad: de nacionalidades e identidades, de culturas y también de cosmovisiones y sus saberes respectivos. Se trata de promover diálogos interculturales desde la raíz, en equidad y complementariedad, es decir, sin exclusiones ni subordinaciones jerárquicas entre sujetos, ni sus saberes, ni los ámbitos donde estos se producen.
 
De ahí que la construcción del Estado plurinacional descolonizado sea parte de las fuerzas del cambio y expresión de un nuevo poder. Surgido de los sectores indígenas y populares promueve su participación protagónica en las instancias de las decisiones económicas y políticas correspondientes a los nuevos andamiajes de ese nuevo poder. He aquí otro de los avances civilizatorios de la revolución democrática [inter]cultural que se construye en Bolivia.
 
La realización de la Asamblea Constituyente ha sido uno de los pilares claves para ello, así como la recuperación de los recursos energéticos, la lucha por la erradicación de la pobreza, los planes de alfabetización, la construcción de infraestructuras en las zonas olvidadas y alejadas de las ciudades, etc. He aquí una muestra de la articulación de las decisiones y acciones políticas claves de la primera etapa de gobierno.
 
Ciertamente no todo son rosas y palmas. Surgen también nuevos reclamos, conflictos y contradicciones, incluso en el seno de los sectores afines al gobierno. Es el tiempo de los sujetos sociopolíticos de la revolución para manifestar sus puntos de vista, luchar por sus derechos y fortalecer el proceso revolucionario, consolidando los avances e impulsando su profundización. Esto genera nuevos escenarios y tipos de conflictos, realidad que se torna frecuentemente incomprensible para quienes imaginan que los procesos de transformación social ocurren en un lecho de pureza inmaculada y son protagonizados por ángeles.
 
El tránsito hacia una civilización intercultural que supone la ruptura y superación de los paradigmas del capital acuñados por siglos en las conciencias y en las prácticas , se asemeja al cruce de un extenso campo minado: acechan peligros, amenazas y trampas de todo tipo. Y no hay garantías de éxito. Es y será responsabilidad de los actores sociales y políticos definir estrategias y desarrollar las capacidades para superar los obstáculos –en primer lugar los propios , en la misma medida que van creando y construyendo lo nuevo, renovando sus compromisos y el propio proceso revolucionario en todo momento.
 
La revolución democrática [inter]cultural emprendida en Bolivia está en esta dirección; se abre paso con nuevas prácticas, concepciones, cosmovisiones y pensamientos sociotransformadores, creados (o recreados) por los pueblos acorde con sus realidades y las del planeta, entrelazando subjetividades y culturas con las necesidades de supervivencia colectivas, en aras de alcanzar la armonía en la convivencia intercultural de la humanidad, haciendo realidad el deseo zapatista de construir un mundo donde quepan todos los mundos. Ella anuncia la posibilidad del advenimiento de un nuevo tiempo civilizatorio. Representa, por tanto, como sintetiza Fernando Huanacuni, el renacimiento del tiempo.
 
- Isabel Rauber es doctora en filosofía, profesora universitaria, investigadora social y pedagoga política.