Jorge Elbaum - http://www.elcorreo.eu.org/La-internacional-neofascistaDiez-conjeturas-sobre-la-aceleracion-parda?lang=es
El pueblo de los países
pobres se mata trabajando para financiar el desarrollo de los países ricos.
El Sur financia al Norte, y especialmente a las clases dominantes de los países del Norte.
El medio de dominación más poderoso es actualmente la deuda.
El Sur financia al Norte, y especialmente a las clases dominantes de los países del Norte.
El medio de dominación más poderoso es actualmente la deuda.
Jean Ziegler
1. Bolsonaro no está solo.
Los climas políticos son contagiosos. Existen variadas
formas de mímesis en la historia. Enlazar los procesos simultáneos que se dan
en los distintos puntos cardinales implica aceptar que estamos viviendo un
peligroso cambio de época. Desde la crisis económico-financiera de 2008 se
aceleraron los discursos xenófobos, los desplazamientos poblacionales y los
mecanismos sutiles o brutales de proteccionismo cultural y étnico : la
parafernalia neoliberal de las fronteras abiertas se transformó en una
maquinaria dispuesta para el desprecio al otro. Una carga de provincianismo
racista acompañada del recrudecimiento de las guerras comerciales más o menos
abiertas. El supremacismo blanco de Trump que envía soldados para detener a
hondureños desesperados, es el espejo de la Europa islamofóbica (constituidos
estos últimos en los perseguidos judíos del presente). Quienes suscribieron la
guerra civil en Siria clausuraron después las compuertas para las oleadas de
desesperados que escapaban de los bombardeos. En Italia la Liga Norte de Matteo
Salvini empieza a discutir su Brexit. En Austria el partido neonazi FPÖ forma
parte de la coalición gubernamental con dos ministerios, el de relaciones
exteriores y el del interior. En Finlandia y en Suecia tres de cada diez
ciudadanos apoyan a partidos que reivindican la discriminación y la
superioridad blanca, haciendo caso omiso a las humillaciones que sufren
diariamente los migrantes. En Hungría, el premier Viktor Orban convoca a
expresar la identidad moral y étnica de los magyares por sobre el resto de los
habitantes. Marine Le Pen sigue conservando el favor de un cuarto de los
franceses y por primera vez desde la Segunda Guerra un partido nazi entra en el
Bundestag de la mano de Alternativa por Alemania, sin que el sistema político
germano haya apelado a las cacareadas prohibiciones que existen sobre el
discurso hitlerista. En Polonia el partido Ley y Justicia de Jarosław Kaczyński
impulsa y aprueba normativas revisionistas, condescendientes con los
colaboracionistas nazis, quienes —según las nuevas normas— deben ser
considerados como perseguidos por los soviéticos, luego de la Gran Guerra
Patria. En Holanda Geert Wilders llama a prohibir las mezquitas y, en Israel,
Netanyahu impone una Ley que legitima el apartheid, al tiempo que muchas
democracias occidentales lo premian con el traslado de la embajada a Jerusalén,
sin considerar la continuidad de la ocupación de Palestina.
2. El casino.
Existe una ofensiva reaccionaria motivada por la crisis
estructural que se origina en la financierización. Este modelo de acumulación
logra extorsionar al mundo productivo mediante la exigencia de rentabilidades
solo alcanzables mediante la brutal precarización, la flexibilidad y la caída
del poder adquisitivo de los salarios. La trampa radica en que el capital
productivo se fuga hacia paraísos fiscales exigiendo que el mundo del trabajo
maximice la explotación para poder competir con la rentabilidad ofrecida por su
lógica rentística. Su expresión más violenta son los fondos buitre defendidos
por equipos de abogados expertos en guerras jurídicas dispuestos a saquear las
arcas estatales de los países que se endeudan con apoyo del FMI y las élites
locales. Por su parte, los Macri, Temer, Piñera y otros se ven beneficiados con
cuantiosas comisiones (provenientes de la emisión de títulos de deuda) y sobre
todo con la expectativa de convertirse en futuros CEOs de las empresas
transnacionales que adquirirán las destrozadas redes productivas locales,
mediante inversiones ínfimas.
3. Camisas pardas.
Los movimientos reaccionarios siempre han sido el resultado
del intento de democratización de las sociedades y del desafío a los sectores
privilegiados. Frente a Espartaco en Roma, a la irrupción de los trabajadores
en 1870 o en 1917, y/o a la conformación del peronismo de la década del ’40,
los poderes fácticos se aliaron con el objetivo de ahogar cualquier posibilidad
de darle cabida o continuidad a la extensión de la equidad y la libertad. Todos
los procesos de reacción responden al miedo que sienten los sectores del
privilegio a perder el control del tablero : Bolsonaro y el resto de las
derechas en el mundo irrumpen como expresión desesperada ante los posibles
avances de los sectores democráticos. Quienes los votan han sido cooptados por
el terror ante la invasión de los extraños, a quienes se presenta como los
responsables de amenazar aquello que se ha conquistado : el
ultraliberalismo produce las condiciones de la marginalidad y la violencia y se
ofrece para solucionar el problema con mano dura, homofobia, misoginia y
etiquetamientos variados. El temor sistémico es inoculado a través de
murmuraciones repetidas por los medios hegemónicos que instigan a la aceptación
inmediata de respuestas rápidas y crueles. En forma paralela, el delito, el
narcotráfico y la imbricación de los organismos de seguridad en los entramados
oscuros del poder mafioso, aumentan con los efectos del ultraliberalismo y la
falta de proyectos sociales colectivos esperanzadores.
4. Meteorología.
Las convocatorias a la violencia de Estado son exitosas
cuando existe una ciudadanía carente de conciencia crítica, y al mismo tiempo
ajena a los procesos de participación democrática cotidiana. Los climas
reaccionarios necesitan fabricar enemigos internos y externos y de ser posible
combinarlos. Pueden ser elegidos entre los más débiles y vulnerables con la
condición de despertar desconfianzas generalizadas : migrantes,
nacionalidades foráneas o portadores de características étnicas o fenotípicas
suelen ser las víctimas prioritarias. Estos etiquetamientos son útiles para
ocultar el proceso de deterioro que generan las políticas de acrecentamiento de
la riqueza. Al instigar al odio hacia un enemigo se busca cambiar el eje del
debate real sobre la producción material cultural y simbólica de las crisis que
sus políticas producen.
5. Bienes.
La inclusión social expresada en el consumo aparece como una
paradoja : el neoliberalismo excluye al tiempo que sus opositores, los
sectores progresistas, intentan expandir el mercado interno. Cuando esto último
sucede, los incluidos se desesperan por conservar lo que han adquirido y se
identifican con facilidad con los discursos privatistas y discriminatorios.
Desprecian a quienes están subsidiados por el Estado, porque los consideran
competidores ilegítimos de su ascenso social.
6. Pánico.
Las olas reaccionarias hacen brotar los miedos atávicos de
una sociedad y los redirigen hacia sujetos alejados de los generadores de la
crisis. Los brasileños no votaron específicamente por los nazis sino,
mayoritariamente, contra la inseguridad y contra la corrupción instalada como
expresión (única) del PT, obviando la permanente estafa estructural que supone
la fuga de capitales, el endeudamiento y la carga impositiva mayoritaria sobre
los sectores más empobrecidos de las sociedades.
7. Pátina.
Ni Bolsonaro ni Trump ni Netanyahu ni Salvini ni Le Pen ni
Macri son antisistema : son el corazón brutal del sistema, la expresión
más cabal del capitalismo rentista, su versión más fidedigna y transparente.
Todos ellos son tributarios de un nuevo sentido común basado en un doble
soporte cultural : espiritual y académico. Una teología de la prosperidad
individual (santa y egoísta), y unos discursos econométricos que fetichizan las
cuantificaciones obviando las orientaciones valorativas, como si pudiesen
existir estas últimas en formatos ajenos al comportamiento humano. De esa
manera se ofrecen ante los impávidos receptores como portadores de un halo
divino y de una carcasa científica. Anuncian repetidamente que Dios y la Verdad
los escoltan.
8. Damocles
En ese marco, las opciones que ofrece la globalización en
términos de sistema político son tres : el pacto continuista que consiste
en competir por nimiedades, sin discutir los puntos centrales del sistema.
Desmontar el sistema de partidos en nombre de un “que se vayan todos”,
dejándole al mercado la oferta electoral de vedettes, deportistas o actores
para gobernar sin presiones. O la propuesta de derechas basadas en la persecución,
la proscripción, la guerra jurídica y la deslegitimación mediática. Cualquier
oposición del tipo productivista, que pretenda limitar la especulación y
valorizar el trabajo, será acusada de populista y descalificada en los altares
bienpensantes del poder mundial. El modelo de democracia al que se puede
acceder, aquel que autorizan, sólo es el que se ofrece como funcional a la
financierización extorsiva.
9. Aniquilamiento
La lógica del mercado busca exterminar a la política porque
ese es el único territorio donde las grandes mayorías pueden lograr la
democratización de algo. Solo la remanida voluntad general o su versión
remasterizada, el poder popular, pueden hacerle frente.
10. Atenti
Los que vienen marchando no son los santos.