lunes, 8 de febrero de 2016

Macri y su neoliberalismo plus

Alfredo Serrano -




Mil por ciento de rentabilidad. Es la versión plus del neoliberalismo. Es lo que Macri propone al mundo en contra del pueblo argentino. Una gran llamada al capital financiero. La oferta es insuperable. El neoliberalismo logró superar la tasa de ganancia del capitalismo industrial gracias a la financiarización de la economía. Además, sin necesidad de bregar con trabajadores. El sueño para el capital privado. Ganar mucho sin obligación laboral. Sin base material equivalente. El neoliberalismo forjó así un nuevo mundo económico: especulativo, improductivo, ocioso. 
Macri participó activamente la semana pasada en el Foro Económico Mundial en Davos.


Luego de una década, llega Macri y lo rescata, lo ensalza. Es más, lo encumbra hasta la cúspide de la nueva pirámide económica para Argentina. Una nueva estructura a medida para el capital financiero internacional. Solo necesitó cinco días en Nueva York para negociar el pago con dos fondos buitres: Montreux Partners y Dart Management. El principal carroñero de todos aún no da su brazo a torcer. Elliott Management, de Paul Singer, quiere más. Veremos. Macri siempre puede ser más generoso con el capital. Lo del pueblo argentino ya es otra cosa.



Ante tanta generosidad, lo normal sería la adhesión de la totalidad de los litigantes con sentencias favorables del juez estadounidense Griesa. Serían casi 7.000 millones de dólares en efectivo que el Estado argentino debería soltar de sus arcas públicas. Si le sumamos los otros acuerdos con los bonistas y lobbistas italianos, el desembolso ascendería a 8.100 millones de dólares. Lo que va para uno no puede ir para otro. Lección presupuestaria básica. Macri aboga por la reciprocidad: apostar por aquellos que apostaron por él. Fuera queda cualquier posibilidad de destinar ese platal a la educación pública, a programas sociales de vivienda, a políticas de ciencia y tecnología, a reindustrialización. El neoliberalismo a lo Macri no entiende nada de economía real.



No hay magia para esta ecuación de economía política. La respuesta está en la deuda externa, o mejor dicho, la deuda eterna. Se paga para tener acceso al mercado financiero internacional. Pero se va al mercado financiero internacional para pagar. Un gran circulo vicioso neoliberal. Macri, en tan poco tiempo, ha comenzado a demostrar grandes dotes para subirse a este carrusel. Lo hizo desde sus primeros pasos como Presidente. Prometió que había dólares para todas y todos. Pero que tenía que salir a buscarlos afuera. Porque adentro, mejor dejar tranquilos a los dueños del campo. Que hagan lo que quieran con los dólares: que liquiden cuando mejor les venga, que devalúen si así les conviene. La salida neoliberal es siempre la misma, la que viene de afuera. Se fue de gira a pedir prestado dólares a la gran banca privada internacional (JP Morgan, Deutsche Bank, Citibank, HSBC, Goldman Sachs). Tampoco logró tanto como quiso. Tuvo que, por ahora, activar lo mismo que había criticado anteriormente: el swap con China (3086 millones de dólares). Pero en vez de ser usado para desarrollo interno, tal como estaba previsto, se dedicó a eso que llaman “liberalización” en el acceso al dólar. Otra paradoja. Una más. Liberar adentro para quedar atrapado por fuera. Otra fiesta que le costará caro al pueblo argentino: más deuda externa, más deuda eterna.



Macri desea erigirse como el nuevo adalid de la new age neoliberal. Confía en que luego le llegará algún Premio Nobel de Economía, o de la Paz. Cualquiera sabe. Por el momento, Lagarde, desde el FMI, ya lo ha reconocido por sus esfuerzos. No es para menos. Recortes en el sector público, tarifazo de la luz; se viene otro para el gas. La devaluación sigue en marcha: la del tipo de cambio, pero también la salarial.



Macri no debería hablar más de la mano invisible del mercado. Su neoliberalismo plus es demasiado visible.



Mil por ciento de rentabilidad. Es la versión plus del neoliberalismo. Es lo que Macri propone al mundo en contra del pueblo argentino. Una gran llamada al capital financiero. La oferta es insuperable. El neoliberalismo logró superar la tasa de ganancia del capitalismo industrial gracias a la financiarización de la economía. Además, sin necesidad de bregar con trabajadores. El sueño para el capital privado. Ganar mucho sin obligación laboral. Sin base material equivalente. El neoliberalismo forjó así un nuevo mundo económico: especulativo, improductivo, ocioso.
Macri participó activamente la semana pasada en el Foro Económico Mundial en Davos.

Luego de una década, llega Macri y lo rescata, lo ensalza. Es más, lo encumbra hasta la cúspide de la nueva pirámide económica para Argentina. Una nueva estructura a medida para el capital financiero internacional. Solo necesitó cinco días en Nueva York para negociar el pago con dos fondos buitres: Montreux Partners y Dart Management. El principal carroñero de todos aún no da su brazo a torcer. Elliott Management, de Paul Singer, quiere más. Veremos. Macri siempre puede ser más generoso con el capital. Lo del pueblo argentino ya es otra cosa.

Ante tanta generosidad, lo normal sería la adhesión de la totalidad de los litigantes con sentencias favorables del juez estadounidense Griesa. Serían casi 7.000 millones de dólares en efectivo que el Estado argentino debería soltar de sus arcas públicas. Si le sumamos los otros acuerdos con los bonistas y lobbistas italianos, el desembolso ascendería a 8.100 millones de dólares. Lo que va para uno no puede ir para otro. Lección presupuestaria básica. Macri aboga por la reciprocidad: apostar por aquellos que apostaron por él. Fuera queda cualquier posibilidad de destinar ese platal a la educación pública, a programas sociales de vivienda, a políticas de ciencia y tecnología, a reindustrialización. El neoliberalismo a lo Macri no entiende nada de economía real.

No hay magia para esta ecuación de economía política. La respuesta está en la deuda externa, o mejor dicho, la deuda eterna. Se paga para tener acceso al mercado financiero internacional. Pero se va al mercado financiero internacional para pagar. Un gran circulo vicioso neoliberal. Macri, en tan poco tiempo, ha comenzado a demostrar grandes dotes para subirse a este carrusel. Lo hizo desde sus primeros pasos como Presidente. Prometió que había dólares para todas y todos. Pero que tenía que salir a buscarlos afuera. Porque adentro, mejor dejar tranquilos a los dueños del campo. Que hagan lo que quieran con los dólares: que liquiden cuando mejor les venga, que devalúen si así les conviene. La salida neoliberal es siempre la misma, la que viene de afuera. Se fue de gira a pedir prestado dólares a la gran banca privada internacional (JP Morgan, Deutsche Bank, Citibank, HSBC, Goldman Sachs). Tampoco logró tanto como quiso. Tuvo que, por ahora, activar lo mismo que había criticado anteriormente: el swap con China (3086 millones de dólares). Pero en vez de ser usado para desarrollo interno, tal como estaba previsto, se dedicó a eso que llaman “liberalización” en el acceso al dólar. Otra paradoja. Una más. Liberar adentro para quedar atrapado por fuera. Otra fiesta que le costará caro al pueblo argentino: más deuda externa, más deuda eterna.

Macri desea erigirse como el nuevo adalid de la new age neoliberal. Confía en que luego le llegará algún Premio Nobel de Economía, o de la Paz. Cualquiera sabe. Por el momento, Lagarde, desde el FMI, ya lo ha reconocido por sus esfuerzos. No es para menos. Recortes en el sector público, tarifazo de la luz; se viene otro para el gas. La devaluación sigue en marcha: la del tipo de cambio, pero también la salarial.

Macri no debería hablar más de la mano invisible del mercado. Su neoliberalismo plus es demasiado visible. 

 Este contenido ha sido publicado originalmente por teleSUR bajo la siguiente dirección: 
 http://www.telesurtv.net/bloggers/Macri-y-su-neoliberalismo-plus-20160207-0001.html. Si piensa hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y coloque un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. www.teleSURtv.net
7 febrero 2016
| Alfredo Serrano

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7 febrero 2016
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7 febrero 2016
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jueves, 4 de febrero de 2016

Argentina y el TPP: abrirse al mundo, caer al abismo

Micaela Ryan y Fernando Vicente Prieto - http://notas.org.ar/2016/02/04/argentina-tpp-abrirse-mundo-caer-abismo/
 


En los albores del Bicentenario de la Independencia, Argentina tiene un presidente cuya inclinación ideológica y política enfatiza que el país debe “abrirse al mundo”, un eufemismo que remite al reforzamiento de lazos de dependencia comercial y financiera con los centros económicos internacionales del norte: Estados Unidos y la Unión Europea.
Los primeros pasos dados por Macri en el terreno internacional se inscriben abiertamente en esta dirección. Bajo esta premisa, el presidente argentino viajó a Paraguay para participar de la Cumbre del Mercosur que se realizó el pasado 21 de diciembre. En su estrategia inicial de “apertura”, Macri buscaba erigirse en conductor de un Mercosur que, frente a las adversidades económicas que enfrenta la región y en particular Brasil, cedería ante los cantos de sirena: un viraje hacia el flamante Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés).
El TPP, denominado como una “farsa” por el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, fue acordado a fines de octubre de 2015 por once países del Pacífico: Australia, Nueva Zelanda, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Perú, Singapur y Vietnam. La concreción del Acuerdo se realizará el 4 de febrero de 2016 en Nueva Zelanda, cuando se incorporará la firma de todos los países miembro que representan el 36% del PIB mundial y el 25% del valor de las importaciones y exportaciones mundiales. El mismo deberá ser ratificado por los Parlamentos de cada país que lo integre. Este proceso, que puede durar dos años, atravesará el período de elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Los tres países firmantes de América Latina integran la Alianza del Pacífico y fueron enérgicos promotores del TPP, al mismo tiempo que fueron escenario de masivas movilizaciones populares en su rechazo durante todo el mes de enero de 2016.
Según Stiglitz, la farsa radica en que no se trata de un acuerdo de libre comercio, sino que apunta a “la administración del comercio mundial” por parte de las corporaciones transnacionales más grandes, concentrando aún más la economía y generando grandes masas de expulsados del mercado laboral, es decir, un aumento exorbitante del desempleo.
Este acuerdo se mantiene bajo una cláusula de confidencialidad en el que todos los países miembros deben mantener silencio sobre el mismo por un plazo de cinco años desde su firma. Por esta razón, el TPP atraviesa los medios de comunicación como una sombra, de la que se conoce su existencia pero poco se habla.
Wikileaks, no obstante, filtró el capítulo del Tratado sobre Propiedad Intelectual que otorga el total control de las patentes a las farmacéuticas, prohibiendo el desarrollo científico y el avance de la industria en los países miembros que no cuenten con el aval de las multinacionales. La incorporación de la cláusula ISDS establece el arbitraje privado como método de resolución de conflictos entre Estados y corporaciones por expectativas de ganancias defraudadas, sin intervención de Parlamentos u otros poderes institucionales.


Negocios en Davos
La revancha de Macri fue el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, realizado entre el 20 y el 23 de enero de 2016. Tras el revés recibido en Paraguay, el presidente argentino definió avanzar en sus objetivos aún sin poder traccionar al Mercosur. Su “caballito de batalla”, el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, manifestó, horas antes de viajar a Europa: “Los objetivos de la Argentina en Davos son recordarle al mundo que existimos, y me parece que hubo una política explícita del kirchnerismo de rodearse de tres o cuatro amigos que no eran los amigos históricos de la Argentina como Venezuela, Irán y Rusia y diferenciarse del resto del mundo, fundamentalmente de los amigos más cercanos como Francia, Italia, España y los EEUU”.
La extensa delegación presidencial que acompañó a Macri apuntó a objetivos muy concretos: recuperar la confianza del Fondo Monetario Internacional (FMI) y atraer inversiones para generar un piso de solvencia frente a un 2016 que viene signado por la recesión y la crisis económica, -en parte, producto de sus cambios en este plano- y reiterar públicamente el interés del gobierno argentino por ingresar al TPP.
Hubo una reunión más silenciosa: la que mantuvo la canciller, Susana Malcorra, con el secretario de estado de los Estados Unidos, John Kerry. El tema central fue el mercado energético y el lugar que Argentina puede ocupar allí. Malcorra sugirió la participación del presidente Macri en la “Cumbre sobre Seguridad Nuclear” a realizarse el próximo 31 de marzo y 1 de abril en Washington. Ocasión perfecta, según su perspectiva, para lograr la ansiada foto de Macri agitando manos con Obama en el Salón Oval.
Aunque Kerry no se mostró muy entusiasmado, la posibilidad de generar acuerdos comerciales en materia energética dinamizó la posibilidad de este encuentro. Al respecto, Malcorra señaló: “Cuando hablamos de cambio climático hablamos de energías renovables y, allí, el secretario se enteró del enorme potencial que tiene Argentina”. La visita a Buenos Aires de Kristie Kenney, principal asesora de Kerry, el 3 de febrero, es una señal en este camino de intereses comunes.
Finalizado el evento, el pasado 24 de enero, el periódico La Nación publicó un artículo de opinión titulado: “Volver al mundo, una tarea ineludible”, firmado por Luis Miguel Etchevere, presidente de la Sociedad Rural Argentina. Con elogios a la política presidencial en Davos, Etchevere enfatizó en la necesidad urgente de que Argentina ingrese al TPP.
“Este tratado también deja en evidencia al Mercosur respecto de la demora en la conclusión del acuerdo con la Unión Europea. Para dimensionar lo que significa el abandono de los mercados, podemos contrastar con el caso de Chile (que forma parte del TPP), cuyos vinos entran al mercado europeo con arancel 0 expresado en euros/hectolitros. Mientras tanto, la Argentina tiene que afrontar un arancel que va del 13,1 al 15,1 euros/hectolitros. La demora de más de 15 años en la conclusión del acuerdo Unión Europea-Mercosur no es gratuita”, sostuvo.
A su retorno, sin embargo, Macri adujo problemas de salud para ausentarse a la IV Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) realizada el pasado 27 de enero en Quito, Ecuador.
La vicepresidenta, Gabriela Michetti, que fue en su lugar, eligió realizar una visita previa a Michelle Bachelet, presidenta de Chile y principal impulsora del TPP en el Cono Sur. Durante la Cumbre, mientras Bachelet enfatizó la importancia de “diversificar” la economía de la región, Michetti utilizó pocos minutos para destacar el rol de las energías renovables y la necesidad de “tomar medidas urgentes en función del cambio climático”, en la región.

@LaMicaRyan y @FVicentePrieto


domingo, 31 de enero de 2016

Argentina se aleja del sueño de la Patria Grande

Héctor Bernardo - http://www.resumenlatinoamericano.org/2016/01/29/argentina-se-aleja-del-sueno-de-la-patria-grande/

 
Mientras la CELAC crece y se consolida, Macri se aísla del resto de la región. Una historia de unidad y un presente de sumisión. El rol de la canciller Malcorra y de las embajadas de Estados Unidos e Israel.
La IV Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) dejó mucha tela para cortar. La ausencia del presidente argentino, Mauricio Macri, la propuesta del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, de que esta entidad reemplace definitivamente a la Organización de Estados Americanos (OEA), la intervención del presiente de Colombia, Juan Manuel Santos, quien remarcó los avances en los diálogos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), y la declaración del presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, al destacar que no “sólo se alcanzará la paz en la región a través de la justicia social”, configuran algunos de los puntos altos en el espacio de diálogo más importante que han generado los países de la región en las últimas décadas.
Para comprender cómo se llegó a esta IV Cumbre vale la pena hacer un breve recorrido sobre el surgimiento y las características de la CELAC.

El camino de la unidad 

A comienzos del XXI surgieron y se consolidaron en la región una serie de gobiernos populares que representaban los legítimos intereses de sus sociedades. En 1998, Hugo Chávez ganó las elecciones en Venezuela; en 2003, Luiz Inácio “Lula” Da Silva se impuso en Brasil; también en 2003, Néstor Kirchner triunfó en Argentina; Michelle Bachelet logró la victoria en Chile en 2005; ese mismo año, Tabaré Vázquez ganó las elecciones en Uruguay y Evo Morales lo hizo en Bolivia; Rafael Correa, en Ecuador en 2006; y Daniel Ortega logró que en 2007 (luego de 17 años) el Frente Sandinista volviera al Gobierno de Nicaragua.
Todos estos líderes tenían una serie de objetivos en común. Uno de los principales: darle forma al sueño de la Patria Grande.
Mediante un trabajo arduo comenzaron a materializar espacios que representasen los intereses económicos, sociales y políticos de la región. Fue así como se le dio un nuevo direccionamiento al Mercado Común del Sur (MERCOSUR), que había sido creado en la década del noventa, pero con una lógica sólo económica que dejaba de lado lo social y lo político. Luego surgieron la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), establecida en 2004; la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), creada en 2008; y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), fundada en 2010.
La CELAC  puede ser considerada hija del Grupo de Río y de la Cumbre de América Latina y del Caribe (CALC). En febrero de 2010 vio la luz en México. En 2011, la Venezuela de Hugo Chávez celebraría la primera de las Cumbres de este nuevo espacio de integración, y la II Cumbre se desarrolló en Cuba, lo que también fue una señal de las características de este nuevo espacio. La III Cumbre, desarrollada en Costa Rica, pasó sin penas ni glorias, pero la IV Cumbre, que tuvo lugar recientemente en Ecuador, volvió a mostrar la importancia de este espacio.
Tal vez, la característica más destacada de la CELAC es que está compuesta por todos los países del continente con las excepciones de Estados Unidos y Canadá. La diferencia con la OEA, que por momentos se convirtió en un espacio que respondía únicamente a los intereses de Estados Unidos, se ha hecho cada vez más notoria.

Argentina fuera del mundo

No es ninguna novedad que el Gobierno de Mauricio Macri ha decidido dar un giro de 180 grados a la política internacional de Argentina, dejar de lado la construcción regional y alinearse totalmente con los intereses de Estados Unidos e Israel.
En cierta forma, Macri ya lo había anunciado durante su campaña electoral. Entre las pocas propuestas que se le escucharon, estuvieron las de atacar al Gobierno de Venezuela al pedir que se le aplique en el MERCOSUR la “Cláusula democrática” (lo cual representa los intereses de Estados Unidos), y dar de baja el Memorándum de Entendimiento con Irán (alineándose con los intereses de Israel).
Otro signo de cuál es la visión de la política internacional del nuevo Gobierno es la designación de Susana Malcorra al frente de la Cancillería argentina. No son pocos los que señalan que esa designación (y la de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich) no fue decisión del presidente Macri, sino una imposición de la Embajada de Estados Unidos. No sería de extrañar que fuera así, dado que el propio Macri ya había hecho declaraciones en ese sentido cuando tuvo el escándalo por la designación como jefe de la Policía Metropolitana de Jorge “El Fino” Palacios (involucrado con el encubrimiento en el atentado a la AMIA y con el escándalo por las escuchas ilegales).
Cuando Macri asistió al programa “Tres Poderes” (emitido por el canal América TV, el 23 de noviembre de 2009), al ser consultado por la designación de Palacios dijo: “Fuimos a la Embajada de Estados Unidos y a la de Israel y le dijimos: ‘Queremos que nos recomienden cuál es el mejor policía’, y los dos, sin hablar entre ellos, dijeron: ‘El señor Palacios’”. Luego, el actual presidente remarcó: “Fue una recomendación de dos servicios de inteligencia extranjeros”, refiriéndose a la CIA y el Mossad. Con estas declaraciones, Macri demostró el nivel de sumisión que tiene a estas dos potencias internacionales y a sus agencias de inteligencia.
Como si esto fuera poco, un reciente artículo del reconocido periodista Walter Goobar, publicado en el periódico Miradas al Sur y titulado “Los secretos de la canciller Malcorra”, señala que la actual titular del Ministerio de Relaciones Exteriores está sospechada de ocultar abusos sexuales perpetrados por las fuerzas de paz en la República Centroafricana. Goobar cita una investigación interna de Naciones Unidas, en la que se revela “el nefasto papel jugado por la actual canciller argentina, Susana Malcorra, cuando se desempeñaba como jefa de Gabinete del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. El veredicto de un panel de tres jueces independientes nombrado por Ban Ki-moon –al que ha tenido acceso Miradas al Sur– responsabiliza a Malcorra –entre otros funcionarios de alto rango– del ocultamiento de un caso de abuso sexual a menores perpetrado por Cascos Azules de la ONU y de la persecución sufrida por el funcionario sueco Anders Kompass, quien filtró la noticia a las autoridades francesas para poner fin a los abusos”.
El actual presidente argentino y su canciller han decidido pelearse con los países de la región, empezando por Venezuela; asistir a la reunión de DAVOS y no a la Cumbre de la CELAC; intentar reflotar el proyecto del Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) impulsado por la Casa Blanca y rechazado en 2005 por todos los Gobiernos populares de la región; hablan de luchar contra el narcotráfico y pretenden sumarse a la Alianza del Pacífico, donde están países como México, Colombia y Perú (los mayores exportadores de droga de la región); y pretende alinearse de forma totalmente sumisa con Estados Unidos e Israel, países que en el concierto mundial han quedado cada vez más aislados (un claro ejemplo de ello es la última votación en Naciones Unidas contra el bloqueo a Cuba, en la que 191 países votaron en contra y sólo Estados Unidos e Israel votaron a favor). Todas posturas que representan un discurso retrogrado que fracasó en los noventa y que llevó a Argentina a un aislamiento regional que costó años revertir.
La CELAC, este espacio que Macri parece despreciar (probablemente porque Estados Unidos no participa de él), emitió declaraciones a favor de Argentina en el conflicto con los Fondos Buitres y en el reclamo nacional por Malvinas. Mientras los pueblos de América Latina buscan sus raíces y se enfrentan a las nuevas formas de colonialismo, la Argentina de Macri y Malcorra se aísla de los intereses de la región, deja de lado los sueños de la Patria Grande y sólo espera cumplir con satisfacción los deberes que le indiquen desde la Washington.