lunes, 25 de julio de 2016

Panama Papers: dinero secreto

Frei Betto+ - http://www.lr21.com.uy/mundo/1287751-panama-papers-dinero-secreto




Son cuentas de offshore, que significa, en traducción libre, “negocios fuera”. Offshorees una empresa constituida legalmente fuera del país de quien ha invertido su capital. Por tanto, tener cuentas offshore no constituye un delito.

Lo que suscita sospechas es el hecho, en general, de que la offshore se ubica enparaísos fiscales o en países que no cobran impuestos. De ese modo se garantiza el anonimato en cuanto a la nacionalidad de los cuentahabientes, que no necesitan declarar esa cantidad a la entidad correspondiente de sus países.

La divulgación de las cuentas permite que se pueda comparar la fortuna guardada en Panamá con las fuentes de esas cantidades y con el patrimonio de sus dueños, quienes deberán demostrar que esas cuentas no esconden negocios ilícitos o evasión fiscal.

Es evidente que se queda uno con la mosca detrás de la oreja. ¿Por qué una persona coloca su dinero fuera del país y además en lugares que le aseguran anonimato y exención de impuestos?

En la lista de Panamá Papers aparecen 57 brasileños, entre ellos Eduardo Cunha, presidente de la Cámara de Diputados; Edison Lobao, exministro de Minas y Energía; y el cantante Roberto Carlos. De otros países los más conocidos son: Putin, presidente de Rusia (por intermedio de sus socios); Bachar al-Assad, presidente de Siria; Gunnlaugsson, primer ministro de Islandia (que, avergonzado, ya renunció); Mauricio Macri, presidente de Argentina; Abdulaziz, rey de Arabia Saudita; Proshenko, presidente de Ucrania; y Messi, jugador argentino.

Algo que intriga es el que los tres principales diarios de los EE.UU. (New York Times, Wall Street Journal y Washington Post) no han dado importancia a la noticia de esas fortunas secretas.

Todo indica que el gobierno de los EE.UU. está por detrás de la publicación de los Panamá Papers, a fin de desmoralizar a enemigos como Putin y Bachar al-Assad, y así reconfigurar el orden económico internacional. Ese orden que es, de hecho, un desorden. En enero de este año la Oxfam, ONG británica, reveló en Davos que apenas 62 personas en el planeta tienen una entrada equivalente a la de 3,600 millones de personas, o sea la mitad de la población mundial. Esos multimillonarios esconden en paraísos fiscales 7,600 millones de dólares y 26 mil millones de euros.

Lo que preocupa a los magos del capitalismo es que, mientras esa fortuna queda guardada en cuentas secretas, los chinos amplían sus inversiones y ganan cada vez más espacio en los cinco continentes. Las crecientes desigualdades sociales en la mayoría de países, antes tomadas como meros efectos de la “mano invisible” del mercado, ahora son vistas con preocupación pues requieren fuertes gastos en redes de protección social y estimulan todo tipo de violencia, incluyendo el terrorismo.

Sin hacernos la ilusión de que el capitalismo llegue a admitir que necesita ser un poco más humano, el hecho es que semejante acumulación de riqueza en cajas secretas reduce los niveles de inversiones y puede amenazar con el colapso del sistema financiero internacional.De las 200 empresas que participan anualmente en el Foro Económico Mundial en Davos, de cada diez, según Oxfam, nueve guardan fortunas en paraísos fiscales de los EE.UU. o de Europa.

Un proyecto que está planeando el gobierno de los EE.UU. es acabar con el dinero físico, el papel moneda, y utilizar sólo dinero virtual, como tarjetas de crédito y transacciones por internet. Eso haría las transacciones más fácilmente controlables por los bancos y los gobiernos. Como advierte el periodista cubano Luis Manuel Arce, sería parecido a que cada ciudadano llevase un microchip bajo la piel.

* Fraile dominico brasileño, teólogo de la liberación.

martes, 12 de julio de 2016

Argentina, con los dos pies en la calle



Mientras el gobierno de Mauricio Macri nos deja en la calle, el pueblo argentino -defendiendo sus derechos- recupera las calles como escenario del conflicto social. En esa dialéctica se viene desarrollando la dinámica desde diciembre de 2015. Según la consultora Tendencias Económicas, entre los meses de enero y mayo de este año se produjeron 154.570 despidos, de los cuales la mayor parte correspondió al sector privado, afectando especialmente al gremio de la construcción. La desocupación se agrava por una inflación galopante.
El aumento de precios acumulado entre enero y abril de este año en Buenos Aires es del 19,2% y se calcula en alrededor del 16% la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores del sector privado, cifra que se incrementa en el caso de los trabajadores y trabajadoras precarizados. (Cuando decimos “se calcula”, hacemos referencia a estimaciones realizadas desde distintas esferas, dado que el gobierno nacional ha provocado un “apagón informativo” en términos estadísticos y de otros rubros fundamentales para evaluar qué está sucediendo en el país).
Sigue el desbaratamiento de las conquistas sociales, de los programas que protegían -aunque fuera de modo asistencial- a los sectores de la población más vulnerables. Continúa la entrega de los bienes comunes a las corporaciones transnacionales, mientras el gobierno negocia el ingreso al TPP (Trans Pacific Partnership), y el relanzamiento de los tratados de libre comercio (TLC). Se ha anunciado un “acuerdo de asociación” con la Unión Europea, un TLC con Estados Unidos, y la adhesión a la Alianza del Pacífico, con el fin de sumarse al TPP.
El gobierno de Macri fortalece la subordinación argentina a los intereses norteamericanos, europeos y de las corporaciones transnacionales en la región, estableciendo acuerdos con EE.UU. para la “lucha contra el narcotráfico”, que incluyen la posible instalación de bases militares en territorio argentino. Además, con el fin de mostrar a un país “confiable” frente a inversores extranjeros, el gobierno anunció que pagará las demandas que empresas extranjeras interpusieron contra Argentina en el CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones), a través de la emisión de bonos que generarán una nueva ronda de endeudamiento externo.
A la pérdida de derechos sociales, se suman las políticas represivas y de militarización, que actúan como contraparte. Macri -a través del decreto 721- le devolvió a las Fuerzas Armadas la autonomía en la organización y dirección de cada fuerza (que les había sido quitada por el gobierno de Alfonsín), garantizando a los militares poder sobre ascensos, traslados y designaciones.

LUCHAR A LA INTEMPERIE
Mientras Macri deja gente en la calle, sin trabajo, sin posibilidades de estudio, sin acceso a la vivienda, a la salud, a la tierra urbana y rural, a la alimentación sana, y fortalece la dimensión militar del ejercicio de la dominación, el pueblo re-conoce las calles como territorio de disputas históricas, de movilizaciones, encuentros y desencuentros. La calle se vuelve escenario de cotidianas acciones de los desposeídos y de quienes demandan libertades.
Hay una memoria latente en este re-conocimiento. Hemos pasado en Argentina otros inviernos neoliberales, y muy cercanamente el del “menemato”, que al tiempo que extenuó a las fuerzas populares con las políticas de exclusión de amplios sectores de la sociedad, de saqueo y destrucción de la naturaleza, de agresión sistemática a todas las dimensiones de la vida cotidiana, de represión a las organizaciones, creó una “necesidad de defenderse” que permitió aprender y ejercer nuevos modos de resistencia que estallaron en prácticas rebeldes variadas, desde los piquetes hasta los saqueos, y otras formas de acción directa que buscaban visibilizar a quienes eran negados en su existencia. Estas experiencias, ya derrotado electoralmente el menemato por la Alianza (encabezada por Fernando de la Rúa), se multiplicaron especialmente a partir del 19 y 20 de diciembre de 2001, cuando se volvieron revuelta política, conjugada en la consigna “Que se vayan todos”.
Actualmente, aquellos aprendizajes colectivos se ponen en juego una vez más, así como la conciencia de la necesidad de realizar alianzas de urgencia entre sectores que han acumulado fuertes diferencias, pero que necesitan andar juntos a fin de golpear con mayor impacto a los sectores hegemónicos del poder capitalista, colonial y patriarcal.
El 24 de marzo, en las marchas realizadas por los 40 años del golpe de Estado, todo el país vibró con el grito construido en estas décadas de “Nunca más”. Desafiando la presencia ofensiva de Barack Obama en Argentina, y las políticas de la desmemoria, miles y miles de personas llenaron las calles de las ciudades capitales y de los pueblos pequeños. Fue una respuesta contundente a las intenciones de Macri de volver hacia atrás el camino andado, revertir las conquistas y logros de los organismos de derechos humanos y del pueblo argentino en la recuperación de la memoria, la verdad y la justicia. Estas masivas movilizaciones volvieron a dar aliento a los juicios contra los genocidas, que siguen realizándose en todo el país; y pusieron un freno a las intenciones de restaurar la política de los “dos demonios”, que busca equiparar al terrorismo de Estado con las distintas formas de violencia popular. Fue un momento importante de afirmación de la condena a las prácticas criminales del Estado terrorista y la impunidad.
El 1° de mayo la movilización obrera y popular volvió a ser masiva y contundente. Por primera vez en muchos años las centrales obreras marcharon juntas, a pesar de las fuertes diferencias existentes entre las mismas. El resultado, al calor del mal humor reinante con el apriete inflacionario, los aumentos brutales de tarifas, y la ola de despidos, fue el de una manifestación multitudinaria.
El 3 de junio nos encontró nuevamente de manera masiva en más de cien ciudades argentinas, diciendo “Ni una menos”, denunciando la continuidad de los femicidios y de las violencias patriarcales, en manifestaciones conmovedoras por su diversidad, su fuerza y la emoción que contenían. A la consigna del año pasado “Ni una menos”, se agregó “Vivas nos queremos” y “El Estado es responsable”, dando cuenta de la ausencia de respuestas por parte de los gobiernos nacionales y provinciales a este clamor de amplios sectores del movimiento de mujeres y del pueblo.
Estas movilizaciones evidencian la vitalidad de un movimiento opositor, crítico, y la rearticulación de una resistencia que -aun con falta de organización y proyecto estratégico común-, comienza a dar señales de iniciativa política y audacia en la convocatoria.
Sin embargo, el sector mayoritario de ese movimiento, el kirchnerismo, tiene dificultades para presentar un proyecto alternativo, debido a sus contradicciones, a la fragmentación creciente de sus bloques parlamentarios, a los numerosos conflictos internos que lo atraviesan, a la cooptación de franjas del mismo por parte de los sectores peronistas aliados al macrismo, y porque en los lugares en los que sigue siendo gobierno, en provincias y municipalidades, están más inclinados a negociar su lugar bajo el sol y repiten políticas de ajuste, como lo está haciendo Rosana Bertone, gobernadora de Tierra del Fuego, que suma a los despidos una dura represión contra los trabajadores en lucha. O las duras políticas de ajuste implementadas por la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, o el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, que viene criminalizando de manera sistemática al movimiento indígena y popular.

ESCANDALOS DE CORRUPCION
El “destape” de distintos escándalos de corrupción, como el del ex secretario de Obras Públicas José López, que el 14 de junio fue interceptado cuando intentaba ocultar nueve millones de dólares en un convento, en lo que pareció un auténtico thrillermediático, debilita la legitimidad del kirchnerismo, ocupado en evitar quedar salpicado por este naufragio anunciado y fogoneado desde el macrismo.
El papel de los medios de comunicación fortalece el discurso que identifica al gobierno kirchnerista con el robo y la corrupción, ocultando al mismo tiempo la corrupción del macrismo. El escándalo protagonizado por López logró eclipsar el de los Papeles de Panamá, que destaparon la titularidad de Macri de empresas off shore. Aunque es sabido que esas sociedades son para evadir impuestos, fugar capital u ocultar administraciones turbias, el tema va quedando en la invisibilidad. Macri después de relativizar la información y mentir, aceptó su presencia en dos de esas empresas: Fleg Trading y Kagemucha, creyéndose que en total serían siete las empresas off shore del clan.
Recordando el prontuario de la actual familia presidencial, Claudio Katz informa: “En 1982 lucraron con el endeudamiento en divisas y el posterior rescate oficial de varias empresas (Sideco, Pluspetrol, Socma, Iecsa, Dragados y Obras Portuarias). En 1989 cobraron sobreprecios por contratos de recolección de basura (Manliba). En 1995 realizaron un gran contrabando de autopartes en el sector automotor (caso Sevel) que fue descubierto, corroborado y luego perdonado por los jueces menemistas. La secuencia de estafas continuó con el cobro de peajes en rutas sin ninguna contrapartida de inversión y con la fuga masiva de capital durante el colapso de 2001. La familia se benefició también con la pesificación asimétrica (2002) y con la privatización del Correo, mientras esa operación generó ganancias. Durante la era K obtuvieron lucrativos contratos de obra pública. Los Macri se han enriquecido a costa del Estado. Se especializaron en la gestión de coimas y en la obtención de subsidios oficiales para financiar sus quebrantos”.(1)
A pesar de este desbarranque del macrismo y el kirchnerismo en el círculo de la corrupción gigantesca, las fuerzas de Izquierda no logran la identidad y unidad suficientes para proyectarse como alternativa. De modo que la resistencia camina las calles y busca caminos diversos, ensaya unidades, y plantea el desafío de creación política de estrategias renovadas.
En estos días hay múltiples ejercicios de sobrevivencia, desde ollas y comedores populares, carpas de defensa de la salud pública, ocupación de centros de estudio, campañas contra el ajuste. La experiencia realizada por el pueblo en el enfrentamiento cotidiano a las políticas neoliberales se está poniendo en juego, produciéndose en los movimientos sociales un rápido trasvasamiento de aprendizajes, que incluyen desde cómo hacer una comida para muchas personas, hasta cómo enfrentar la represión, que es el otro elemento que viene sintiéndose duro: la criminalización de la protesta y de la pobreza.

LUCHAS MEDIOAMBIENTALES
Pero las movilizaciones populares no se resumen en la lucha económica contra las políticas de ajuste. Continúan las movilizaciones socioambientales que enfrentan a las corporaciones transnacionales en alianza con el Estado. En Córdoba se resiste la instalación de una planta de Monsanto. En San Juan continúa la movilización popular contra las consecuencias de la contaminación de los ríos por Barrick Gold, exigiendo el cierre de la megaminera Veladero. En septiembre de 2015, se conoció el derrame de más de 1.250.000 litros de solución cianurada en el Río Jachal, fuente de agua de ríos de San Juan, La Rioja, Mendoza y Córdoba. Los pobladores de los pueblos más afectados se organizaron y siguen denunciando, a pesar de la represión y los amedrentamientos. En Andalgalá, provincia de Catamarca, la población organizada en asambleas enfrenta la contaminación ambiental y social de la minera Agua Rica. Hay que recordar una vez más, que después del triunfo contra la megaminería en Esquel (donde el 23 de marzo de 2003 el 81% de los votantes rechazó la explotación de una mina de oro y plata de Meridian Gold), otros pueblos lograron echar a las mineras en ciudades tan distantes como Loncopué, Famatina, Chilecito, Tinogasta y Mendoza. También hay luchas contra las megarrepresas en provincias como Misiones y en la Patagonia. Pobladores de varias ciudades lograron la declaración de territorios libres de fracking.
Las luchas socioambientales que enfrentan el modelo extractivista se encuentran con las luchas económicas contra el ajuste, y con las movilizaciones antipatriarcales por el derecho al aborto legal, contra la violencia hacia las mujeres y las disidencias sexuales, generando una nueva trama de discusión de lo político.

RETROCEDER AVANZANDO
Estamos en las calles, a pesar de una fuerte presencia y control represivo. Se crean climas de temor para fragmentar la lucha territorial e intentar recluirnos en lugares aislados que no permitan reconocernos en otras luchas. Por eso el desafío mayor en estos momentos es decir “no” a la militarización de la vida, y al cierre del espacio público como lugar del conflicto. Es también defender cada una de las conquistas, retrocediendo donde sea necesario, pero de un modo que nos permita avanzar. Retroceder avanzando, hacia la olla popular libre de transgénicos, hacia la huerta comunitaria sin agrotóxicos, hacia la acción colectiva de los trabajadores sin patrones, hacia movimientos populares que coloquen en su agenda la creación de nuevos vínculos entre las personas -desde una perspectiva popular antipatriarcal- así como los vínculos de las personas con la naturaleza.
En resumen: nos dejaron en la calle. Nos quedamos en la calle. Nos encontramos en la calle. Nos abrazamos en la calle. Sembramos semillas criollas, y cosechamos rebeldías.
Luchando, movilizando, comunicando, educando, vamos reinventando razones para la esperanza, y anudando las redes necesarias para sostener una resistencia prolongada, para defender lo acumulado como cultura política, y desplegar experiencias de sobrevivencia que nos permitan rehacer, desde abajo y a la Izquierda, espacios de poder popular. En eso andamos. No nos han vencido, porque “la única lucha que se pierde, es la que se abandona”

(1) Claudio Katz. “El presidente off shore”. http://katz.lahaine.org/?p=271


lunes, 27 de junio de 2016

Lo que los medios no dicen sobre las causas del Brexit



No hay pleno conocimiento y conciencia en las estructuras de poder político y mediático (que en terminología anglosajona se llama el establishment político-mediático) que gobiernan las instituciones de la Unión Europea, así como las que gobiernan en la mayoría de países que constituyen tal Unión, de lo que ha estado ocurriendo en la UE y las consecuencias que las políticas propuestas e impuestas por tales establishments han estado teniendo en las clases populares de los países miembros.

Durante estos años, después del establecimiento de la Unión, se ha ido germinando un descontento entre estas clases populares (es decir, entre las clases trabajadoras y las clases medias de renta media y baja) que aparece constantemente y que amenaza la viabilidad de la UE.

El rechazo de las clases populares a la UE
Indicadores de tal descontento han aparecido ya en muchas ocasiones. Una de las primeras fue el resultado del referéndum que se realizó en varios países de la UE que, por mandato constitucional, tenían que hacer para poder aprobar la Constitución europea. En todos los países donde se realizó el referéndum, la clase trabajadora votó en contra. Los datos son claros y contundentes. En Francia, votaron en contra el 79% de trabajadores manuales, el 67% de los trabajadores en servicios y el 98% de los trabajadores sindicalizados; en Holanda, el 68% de los trabajadores; y en Luxemburgo, el 69%. Incluso en los países en los que no hubo referéndum, las encuestas señalaban que, por ejemplo en Alemania, el 68% de los trabajadores manuales y el 57% de los trabajadores en servicios hubieran votado en contra. Unos porcentajes parecidos se dieron también en Suecia, donde el 74% de los trabajadores manuales y el 54% de los trabajadores en servicios también hubieran votado en contra. Y lo mismo ocurrió en Dinamarca, donde el 72% de los trabajadores manuales hubieran también votado en contra.

El rechazo a la UE por parte de la clase trabajadora ha ido aumentando
Otro dato que muestra tal rechazo fue el surgimiento de partidos que explícitamente rechazaron la Unión Europea, partidos cuya base electoral fue precisamente la clase obrera y otros segmentos de las clases populares que antes, históricamente, habían votado a partidos de izquierdas, siendo el caso más conocido (pero no el único) el del partido liderado por Le Pen y que, según las encuestas, podría ganar las próximas elecciones en Francia. En realidad, la identificación de los partidos de izquierda tradicionales con la Unión Europea (y con las políticas neoliberales promovidas por el establishment de tal Unión) ha sido una de las mayores causas del enorme bajón electoral de estos partidos en la UE (y, muy en particular, entre las bases electorales que les habían sido más fieles, es decir, entre las clases trabajadoras). Para que baste un ejemplo, en Francia, si la mitad de los votos (predominantemente de la clase trabajadora) que habían apoyado al partido de Le Pen hubieran sido para la candidata socialista Ségolène Royal, ésta hubiera sido elegida Presidenta de Francia. En paralelo con la pérdida de apoyo electoral, los partidos socialdemócratas en la UE perdieron también gran número de sus militantes. El caso más dramático fue el del Partido socialdemócrata alemán que, junto con la pérdida de apoyo electoral, perdió casi la mitad de sus militantes, de 400.000 en 1997 a 280.000 miembros en 2008.

La evidencia es pues abrumadora que la identificación de tales partidos de izquierda (la mayoría de los cuales han sido partidos gobernantes socialdemócratas que han jugado un papel clave en el desarrollo de las políticas públicas promovidas por la UE) con la Unión ha sido una de las principales causas de su enorme deterioro electoral y de la pérdida de su militancia.

El rechazo a la UE ha ido aumentando más y más entre las clases populares, a la vez que ha ido aumentado el apoyo entre las clases más pudientes

Por desgracia, las encuestas creíbles y fiables sobre la UE (que son la minoría, pues la gran mayoría están realizadas o financiadas por organismos de la UE o financiadas por instituciones próximas) no recogen los datos de la opinión popular sobre la UE según la clase social. Sí que los recogen por país, y lo que aparece claramente en estas encuestas es que la popularidad de la UE está bajando en picado. Según la encuesta de la Pew Research Center, las personas que tienen una visión favorable de la UE ha bajado en la gran mayoría de los 10 mayores países de la UE (excepto en Polonia). Este descenso, desde 2004 a 2016, ha sido menor en Alemania (de un 58% a un 50%) pero mayor en Francia (de un 78% a un 38%), en España (de un 80% a un 47%). Grecia es el país que tiene un porcentaje menor de opiniones favorables a la UE (un 27%).

Ahora bien, aunque raramente se recoge información por clase social, sí que se ha recogido el distinto grado de popularidad que la UE tiene según el nivel de renta familiar. Y, allí, los datos muestran que hay un gradiente, de manera que a mayor renda familiar, mayor es el apoyo a la UE. Es razonable, pues, suponer que la parte de la población que tiene una visión más desfavorable de la UE es la clase trabajadora y otros componentes de las clases populares.

Y lo que también aparece claro en varias encuestas es que una de las mayores causas de tal rechazo es la percepción que las clases populares tienen del impacto negativo que tiene, sobre su bienestar, la aplicación de las políticas propuestas por el establishment político-mediático de la UE. Esta percepción es mucho más negativa entre las clases populares (clase trabajadora y clases medias, de renda media y baja) que no entre las clases más pudientes. En realidad, el rechazo, siempre especialmente agudo entre las clases populares, es claramente mayoritario entre la gran mayoría de la población. Ahí vemos que, según la encuesta Pew, el 92% de la población en Grecia desaprueba la manera como la UE ha gestionado la crisis existente en Europa; tal porcentaje es de 68% en Italia, el 66% en Francia y el 65% en España, países donde precisamente el descenso del porcentaje de población con la opinión favorable de la UE ha sido mayor.

Este rechazo a la UE existe también entre la clase trabajadora del Reino Unido
Es en este contexto descrito en la sección anterior, que debe entenderse el rechazo de las clases populares del Reino Unido, rechazo que ha ido claramente acentuándose en los barrios obreros de aquel país, y muy en especial en Inglaterra y el País de Gales. El voto de rechazo a la permanencia en la UE procede en su mayoría de las clases populares. Y ha sido un voto no solo anti-UE pero también (y sobre todo) un voto anti-establishment británico y, muy en particular, anti-establishment inglés, siendo este último el centro del establishment británico, pues concentra los mayores centros financieros y económicos del país. El establishment británico y el establishment de la UE habían movilizado todo tipo de presiones (por tierra, mar y aire) a fin de que el referéndum fuera favorable a la pertenencia. De esta manera, es un claro signo de afirmación y poder que las clases populares se opusieran y ganaran al establishment. Por otra parte, los datos mostraban que lo que ha ocurrido, iba a ocurrir. La popularidad de la UE en el Reino Unido pasó de ser un 54% (ya uno de los más bajos de la UE) en 2004 a un 44% en 2016 (según Pew). En realidad, el Reino Unido es el país donde el porcentaje de población opuesta a dar mayor poder a la UE es mayor (65%) después de Grecia (68%) Y, según otras encuestas, el sector menos entusiasta con la UE eran las clases populares, que gradualmente han ido transfiriendo su apoyo electoral del Partido Laborista al partido UKIP (el partido anti EU).

La supuesta excepcionalidad de España
Es un dicho común en los mayores medios de comunicación que España es uno de los países más pro-EU, lo cual es cierto, pero solo en parte (lo mismo era cierto con Grecia). Es lógico que Europa, percibida durante muchos años como el continente punto de referencia para las fuerzas democráticas, por su condición democrática y su sensibilidad social, se convirtiera en el “modelo” a seguir por países como España, Portugal y Grecia, que sufrieron durante muchos años dictaduras de la ultraderecha, seriamente represivas y con escasísima conciencia social. Para los que luchamos contra la dictadura, Europa Occidental era un sueño a alcanzar.

Pero, debido al control o excesiva influencia del pensamiento neoliberal en el establishment político mediático de la UE (muy próximo al capital financiero y al capital exportador alemán, que ha estado configurando las políticas públicas neoliberales que los establishment político-mediáticos de cada país de la UE han hecho suyas), este sueño se ha convertido en una pesadilla para las clases populares, particularmente dañadas por tales políticas neoliberales. Las reformas laborales que han dañado el estándar de vida de estas clases y los recortes de gasto público, con el  debilitamiento de la protección social y del estado del bienestar, así como la desregulación en la movilidad del capital y del trabajo, han sido un ataque frontal a la democracia y al bienestar de las clases trabajadoras, realidad muy bien documentada (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama, 2015). La pérdida de soberanía nacional que conlleva la UE ha significado la pérdida de soberanía popular, causa del deterioro de su bienestar. La evidencia de que ello es así es contundente, clara y convincente. Es más que obvio que esta Europa no es la Europa de los pueblos, sino la Europa de las empresas financieras y de los grandes conglomerados económicos.

¡No es chauvinismo lo que causa el rechazo a la UE!
Ante esta situación, el establishment político-mediático europeo quiere presentar este rechazo como consecuencia de un retraso cultural de las clases populares, todavía estancadas en un nacionalismo retrógrado, que incluye un chauvinismo anti-inmigrante que merece ser denunciado. John Carlin, en el El País, 24.06.16, define este rechazo (Brexit) como resultado “de la mezquindad, ignorancia, carácter retrógrado, xenofobia y tribal” de los que votaron en contra de la permanencia. Y así se está interpretando, por parte de la mayoría de los medios de comunicación europeos, el voto de rechazo a la UE por parte de las clases populares británicas. Este mensaje intenta ocultar las causas reales de tal rechazo, causas que he descrito en este artículo. Olvidan que, si bien todos los xenófobos votaron a favor de la salida del Reino Unido de la UE, no todos los que así votaron eran xenófobos.

En esta manipulación están participando poderes de la socialdemocracia europea que no han entendido todavía lo que está ocurriendo entre lo que solían ser sus bases. No quieren entender que el rechazo que está ocurriendo es hacia esta Europa que la socialdemocracia ha contribuido a crear, una Europa que carece de vocación democrática y sensibilidad social. El maridaje de los aparatos dirigentes de las socialdemocracias con los intereses financieros y económicos dominantes en la UE (y en cada país miembro) ha sido la causa de su gran declive, que todavía no entienden porque no quieren entenderlo. Lo que pasa en Francia, dónde hay un gobierno socialdemócrata que está intentando destruir a los sindicatos (como la señora Thatcher hizo en el Reino Unido), o en España, dónde el PSOE fue el que inició las políticas de austeridad, son indicadores de esta falta de comprensión de lo que está ocurriendo en la UE, y que es el fracaso de las izquierdas para atender a las necesidades de las clases populares. De ahí la transferencia de lealtades que están ocurriendo, en lo que refiere a los partidos.

Es lógico y predecible que las políticas neoliberales y los partidos que las aplican sean rechazados por las clases populares, pues son éstas las que sufren más cada una de estas políticas, incluyendo la desregulación de la movilidad de capitales y del trabajo. Regiones enteras en el Reino Unido han sido devastadas, siendo sus industrias trasladadas al este de Europa, creando un gran desempleo en las regiones. Y la desregulación del mundo del trabajo, acompañada de la dilución, cuando no destrucción, de la protección social, ha creado una gran inestabilidad  y falta de seguridad laboral. En realidad, fueron las políticas del gobierno Blair y del gobierno Brown (1997-2010) las que sentaron las bases para este rechazo generalizado hacia la UE. Tales gobiernos de la Tercera Vía facilitaron la llegada de inmigrantes a los que los empresarios contrataron con salarios más bajos. Y así se inició el desapego con la Unión Europea (ver “Don’t blame Corbyn if Brexit wins”, Denis McShane).

En España, frente al descrédito del partido socialdemócrata (PSOE) debido, entre otras razones a su participación en la construcción de esta Europa, han aparecido una serie de fuerzas políticas, tanto en la periferia como en el centro (Unidos Podemos y confluencias), que están canalizando este desencanto popular acentuando, con razón, que esta no es tampoco nuestra Europa, y que se requieren cambios profundos para recuperar la Europa democrática y social a la que aspiramos y que debe construirse. Así de claro.

(*) Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona

domingo, 12 de junio de 2016

¿Qué es la Alianza del Pacífico?





En Lima, el 28 de abril del año 2011, se conformó este organismo de integración regional teniendo como miembros a los gobiernos de México, Colombia, Perú y Chile. En dicho encuentro, se acordó la “conformación de una área de integración profunda” con el “firme compromiso de avanzar progresivamente hacia el objetivo de alcanzar la libre circulación de bienes, servicio, capitales y personas”.
Hacia el año 2012, en el marco de la II Cumbre de Mérida, se establecieron las líneas de acción a desarrollar por parte de la Alianza. En la misma cumbre se hizo un reconocimiento explícito a “los esfuerzos que los sectores privados vienen realizando para fortalecer y ampliar las oportunidades de negocio”, a los “gremios empresariales” y el “acuerdo de intención entre las bolsas de valores de los países de la Alianza”. Durante el mismo año se estableció también el “Acuerdo Macro de la Alianza Pacífico” en Chile y con él, el cuerpo legal y político que ordena al organismo.
Durante el año 2015 todos los países miembros (salvo Colombia) acordaron en avanzar en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (lo que se conoce como el TPP) consolidando, de esta manera, uno de los objetivos de la alianza.
Países miembros, observadores y adherentes
La incorporación de Argentina como país observador pasa a engrosar una lista de 42 países que tienen esta condición y entre los que se encuentran EEUU, Canadá, China, Australia, Alemania, Reino Unido, Uruguay y Paraguay, entre otros. Panamá y Costa Rica son anunciados como los próximos a sumarse al staff de miembros.
Los requisitos para poder ingresar como observador implican, en primer lugar, la aceptación de los principios y objetivos establecidos en el Acuerdo Marco; y en segundo lugar la participación con voz pero sin voto en las cumbres.
Vale aclarar que hay dos categorías –al margen de ser miembro– para participar de la Alianza: por un lado está la ya descrita de país observador; por otro lado, se encuentran los países adherentes. En caso de que un país quiera adherir a la Alianza se establece que “el Estado solicitante deberá tener suscrito con cada una de las Partes de la Alianza del Pacífico un acuerdo de libre comercio”.
Lo que fue y lo que viene
El deseo de construir un área de libre comercio no es nuevo en el continente ni en nuestro país: durante los primeros años de la década de 1990, con la plena vigencia del Consenso de Washington, se fue avanzando en darle forma al Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA)  que en una Mar del Plata colmada por militancia y con una América Latina bajo gobiernos progresistas y de izquierda de fondo, le dijo en el 2005 que no, dando por tierra con el proyecto impulsado por los EEUU.
Tras la victoria de Mauricio Macri el 22 de noviembre de 2015 y la realización del juicio político contra Dilma Rousseff, el mapa geopolítico de la región se ha modificado sensiblemente. En este sentido, las derrotas electorales en las legislativas de Venezuela y el referéndum de Bolivia, suman un panorama desolador para los países que decidieron hacer frente y poner en pie proyectos de integración opuestos al ALCA.
De esta forma, el 1 de julio será el comienzo de una nueva etapa -que ya comenzó con las negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur- en la política exterior argentina tras 12 años de abonar a la integración latinoamericana con base en la equidad, el respeto y la ayuda mutua.


viernes, 13 de mayo de 2016

Datos de la desigualdad en Argentina y el mundo



Desde el inicio del presente siglo, la mitad más pobre de la población mundial sólo ha recibido el 1 por ciento del incremento total de la riqueza mundial, mientras que el 50 por ciento de esa “nueva riqueza” ha ido a parar a los bolsillos del 1 por ciento más rico. 62 personas tienen la misma riqueza que 3600 millones. El excedente. Cualquier modificación de los precios relativos, como tipo de cambio, salarios reales, intereses y rentas, implica que algunos ganarán lo que otros perdieron.
El Estado como actor central
Desde hace más de 9000 años que, tras el invención de la agricultura, la humanidad produce más bienes de los que necesita para reproducirse. A lo largo de la historia las distintas sociedades han organizado la producción, administración, apropiación y distribución del excedente económico de distintos modos. La administración oligárquica de dicho excedente, es decir su apropiación en pocas manos, implica necesariamente formas (prácticas, discursos, sistemas de pensamiento) que legitimen dicha apropiación. En otras palabras, quienes padecen las consecuencias de que el excedente económico sea manejado por pocos, suelen ver como natural o inevitable tal situación. En la antigüedad la mayoría de los esclavos pensaba que su condición era natural y que ser esclavizados era lo mejor que les podía pasar. Algo similar pasaba en la Europa feudal entre los nobles y los siervos y vasallos.
En el sistema capitalista neoliberal, dicha legitimación se construye gracias a un discurso seudocientífico que presenta a la escasez y a la eficiencia económica, que por supuesto se logra con el libre mercado, como únicas categorías válidas para pensar la realidad.
No es de extrañar que políticas antipopulares que benefician a pequeñas minorías sean presentadas como inevitables y no como proyectos políticos. Es así que “acomodar las variables macroeconómicas”, “sincerar las tarifas y los precios” y “pagar la fiesta y el despilfarro de los gobiernos populistas” sean la avanzada en la disputa por el sentido común de un proyecto político que lo que busca es esconder, detrás de un discurso tecnocrático, las luchas y las pujas que implica en toda sociedad la producción y apropiación del excedente económico.
En las sociedades modernas, un actor central, pero no el único, es el Estado, que a través de sus políticas públicas (impuestos, gastos y (des)regulaciones) interviene en la producción y distribución del excedente económico y, por supuesto, de los relatos y discursos que lo legitiman.
El caso de Argentina
Por ejemplo, según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), si cuantificamos la anunciada transferencia directa a los sectores populares vía devolución del IVA a la canasta básica, la ampliación y actualización de la AUH y de los programas Ellas Hacen y Argentina Trabaja representa sólo el 17 por ciento del “ahorro fiscal” que soportarán familias, industrias y comercios por la quita de subsidios a la electricidad, el gas y el agua. Otros sin embargo gozarán de los beneficios de otras políticas públicas que les permitirá apropiarse de mayor parte del excedente económico. De este modo, la reducción/quita de retenciones, la quita del impuesto de autos de alta gama y el pago de intereses a los fondos buitres implicarán una transferencia a los sectores concentrados de más de dos veces y media lo transferido a los sectores populares. El informe concluye que, si se tienen en cuenta los efectos regresivos de la devaluación, se entregaron 10 pesos a los sectores concentrados por cada peso anunciado a los sectores de menores ingresos.
Dos conclusiones provisorias pueden obtenerse de semejantes datos. La primera es que ni la devaluación, ni las políticas públicas, ni las crisis son neutrales, con ellas, algunos ganan y otros pierden. En un sistema de producción y apropiación del excedente económico regido por el sistema de precios, cualquier modificación de los precios relativos (tipo de cambio, salarios reales, intereses, rentas, etc.) implica necesariamente que algunos ganarán lo que otros perdieron. Por esto, la determinación de los precios en una economía es siempre el resultado de una lucha entre actores sociales que pujan a través de ellos por apropiarse del excedente económico.
La segunda no es menos importante, los Estados siempre intervienen, tanto en los gobiernos de corte populista como en los neoliberales. El libre mercado que pregonan estos últimos es un libre mercado provocado, sostenido y garantizado por la intervención estatal.
Qué pasa en el mundo con la riqueza
Los resultados de la disputa por el excedente a nivel planetario pueden verse en el último informe anual de OXFAM denominado “Una economía al servicio del 1 por ciento”. En un extenso informe publicado en enero pasado (puede consultarse en https://www.oxfam.org) esta prestigiosa organización detalla las escandalosas desigualdades y cómo el poder y los privilegios se utilizan para ampliar la brecha. Lo que sigue son algunas de sus conclusiones.
En 2015, solo 62 personas poseían la misma riqueza que 3.600 millones (la mitad más pobre de la humanidad). No hace mucho, en 2010, eran 388 personas.
La riqueza en manos de las 62 personas más ricas del mundo se ha incrementado en un 45 por ciento en apenas cinco años, algo más de medio billón de dólares (542.000 millones) desde 2010, hasta alcanzar 1,76 billones de dólares. Mientras tanto, la riqueza en manos de la mitad más pobre de la población se redujo en más de un billón de dólares en el mismo periodo, un desplome del 38 por ciento.
Desde el inicio del presente siglo, la mitad más pobre de la población mundial sólo ha recibido el 1 por ciento del incremento total de la riqueza mundial, mientras que el 50 por ciento de esa “nueva riqueza” ha ido a parar a los bolsillos del 1 por ciento más rico.
Casi un tercio (30 por ciento) de la fortuna de los africanos más ricos, un total de 500.000 millones de dólares, se encuentra en paraísos fiscales. Se estima que esto supone para los países africanos una pérdida de 14.000 millones de dólares anuales en concepto de ingresos fiscales, una cantidad que permitiría financiar la atención sanitaria que podría salvar la vida de cuatro millones de niños y niñas, y contratar a profesores suficientes para escolarizar a todos los niños y niñas africanos. Oxfam ha analizado 200 empresas, entre ellas las más grandes del mundo y las socias estratégicas del Foro Económico Mundial de Davos, revelando que 9 de cada 10 tienen presencia en paraísos fiscales. En 2014, la inversión dirigida a paraísos fiscales fue casi cuatro veces mayor que en 2001.
Después de conocer estas cifras, ¿puede alguien decir y argumentar que el problema económico es la escasez? ¿Puede alguien decir que la distribución llegará cuando ese 1 por ciento derrame el excedente sobre los más pobres? ¿Puede alguien asegurar que los ajustes en contra de los sectores populares son inevitables fruto de variables macroeconómicas que estaban atrasadas?
La respuesta a todas estas preguntas y a tantas otras, a pesar de que sea difícil creerlo, es que sí. Sí pueden afirmar eso y cuentan para reproducir su relato con la complicidad de los medios hegemónicos de comunicación. Precisamente porque la respuesta es un sí rotundo, es que cada día hace falta dar la batalla cultural que intente visibilizar el excedente económico, las luchas por su producción y apropiación y, en definitiva, devolverle a la economía la historia, la política y la ética que supo tener en sus orígenes, y que por más que algunos traten de ocultar siempre está presente.
Carlos Andujar es Docente UNLZ FCS. Colectivo Educativo Manuel Ugarte (CEMU). / fliaandujar@gmail.com



martes, 3 de mayo de 2016

Golpes Blandos: cuando los medios actúan como fábricas de demoler verdades y construir hechos que no existieron




Millones de personas no tienen la menor idea que al prender la TV, leer un diario o escuchar la radio, los mensajes que reciben forman parte de estrategias de comunicación: no son neutros, no son independientes ni objetivos.
Un medio de comunicación es una empresa, y en ella las noticias y el "show mediático" son mercancías, cuyo funcionamiento es similar al de otros tipos de productos. La diferencia más importante, y que gravita en la vida de todos nosotros, es que ésta "mercancía" va directamente al cerebro.
Hay sociólogos, analistas de programas, consultoras, medidores de reacciones de la gente, ideólogos y equipos comunicacionales que desarrollan estrategias de manipulación informativa. Y entre ellas la más importante en la "Sociedad del Vértigo" y la "Cultura del Apuro", es la técnica del "Primer Impacto".
Ejemplo: si muestro que se raja el Obelisco, o se cae y sin investigar que sucedió, pongo de título: " EL OBELISCO EN PELIGRO DE CAER, EL GOBIERNO K HABRÍA HECHO LAS ÚLTIMAS OBRAS DE SUPUESTAS MEJORAS". Y ése concepto/ mentira, lo repito en cadena nacional por los medios concentrados, en el caso de Argentina, Canal 13/ TN / Tv Pública/ América y Canal 26, más sus respectivos portales y tapas de diarios, en pocas horas millones de personas comienzan a decir que " el Obelisco se va a caer por culpa de Los K". Es sólo un ejemplo exagerado.
Pero: ¿No comenzó así el repiqueteo de mentir sobre el dólar a futuro?  ¿No comenzó así los miles de pesos que cobraba el ex ministro de Economía, Axel Kicillof? ¿No comenzó así cuando se señala que el país fue recibido en ruinas? Ahora, pasados meses, se supo que todo ello era mentira. Pero queda la ley del "Primer Impacto".
Por ello, se hace cada vez más necesario y estratégico construir nuestros propios medios de comunicación, realizar una capacitación masiva de la gente, una especie de "Frente de Comunicación Ciudadana", que comience a explicar las técnicas de la mentira y desarrollar la información que construye nuevos sentidos.
No es fácil la tarea. Tampoco imposible.
(*) Periodista. Capacitador. Editor de La Nave de la Comunicación. Investigador en manipulación informativa e impulso y capacitador en medios propios.

lunes, 25 de abril de 2016

El nuevo Plan Cóndor en América Latina

Los éxitos de la derecha en América Latina dan cuenta de un plan sistemático para reimpulsar el neoliberalismo en el continente. Nuevas herramientas y nuevos métodos son los que le permiten lograr triunfos sobre las fuerzas progresistas y de izquierda.
La derecha al poder
En América Latina durante los últimos años se conformó una nueva derecha. Henrique Capriles, Leopoldo López y María Corina Machado en Venezuela, Aecio Neves y Marina Silva en Brasil y Mauricio Macri en Argentina son algunas de sus figuras más relevantes. Desde la oposición han logrado marcar agenda y frenar iniciativas políticas populares.
Los resultados electorales que permitieron a Macri llegar a la presidencia de Argentina y que la Mesa de Unidad Democrática (MUD) alcanzara la mayoría absoluta de diputados en la Asamblea Nacional de Venezuela marcaron un cierre de año exitoso para fuerzas políticas que pocos años atrás no lograban interpelar más que a una minoría intensa de la población de ambos países.
En los primeros meses de 2016 se fortaleció esta tendencia. Evo Morales fue derrotado en Bolivia cuando triunfo el “no” a una enmienda para presentarse a un nuevo mandato en 2019. La Cámara de Diputados en Brasil acaba de consumar el primer paso decisivo para un golpe de Estado y ahora los senadores decidirán sobre la destitución de Dilma Rousseff.
De Gene Sharp a Duran Barba
En las décadas de 1970 y 1980, Estados Unidos necesitó que las fuerzas militares coordinen la represión y logren instalar dictaduras dóciles a sus intereses geopolíticos. Así nació y se ejecutó el Plan Cóndor a partir del cual se implementó el secuestro, tortura, asesinato y desaparición de personas con el objetivo de aniquilar la movilización popular y aterrorizar a la población. La nueva derecha que busca reimpulsar el neoliberalismo ha desarrollado su capacidad de hacerse con el poder político con otros recursos y medios.
Los mecanismos de intervención militar norteamericanos no han desaparecido en América Latina. La reactivación de la IV Flota en 2008, la vigencia del Plan Colombia y las presencia de 74 bases militares extranjeras muestran que el intervencionismo militar no ha cesado. Pero el intervencionismo militar dista de ser la herramienta principal para modificar el mapa político regional.
En una reciente entrevista realizada por la Agencia Andes, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo: “Este es el nuevo Plan Cóndor. Ya no se necesitan dictaduras militares, se necesitan jueces sumisos y se necesita una prensa corrupta”.
Las fuerzas reaccionarias coordinan y tienen a su disposición más y mejores herramientas: medios de comunicación, grupos empresariales, fuerzas paramilitares, ONGs, gurúes del marketing político y funcionarios judiciales. Lejos de tratarse de un proceso de generación espontanea que se conjuga con una crisis económica, se trata de un proceso de desarrollo cualitativo de la derecha sumamente planificado.
En las últimas décadas del siglo XX Gene Sharp ya había teorizado y demostrado el éxito de sus “métodos no-violentos” para derrotar gobiernos que no comulgaran con su ideología anti-comunista. Su libro De la dictadura a la democracia, publicado hace 23 años, sigue siendo hoy un manual de acción de los terroristas venezolanos.
Otro aporte teórico sustancial lo hace Jaime Duran Barba, que luego de asesorar a políticos en todo el continente, ha colaborado en que la derecha llegue al gobierno por primera vez a través de las urnas en Argentina. Su libro El arte de ganar, así como los recientes estudios sobre el PRO demuestran cuán planificada fue la construcción de sus éxitos políticos.
Los métodos con los que buscan lograr sus objetivos son muy diversos y para nada lineales. El mejor ejemplo es la llamada “guerra híbrida” en Venezuela que incluye los ataques del paramilitarismo, una guerra económica y una campaña comunicacional internacional. En Bolivia, el triunfo del “no” en el referéndum demostró que con los montajes de causas judiciales y el servicio de medios de comunicación (que llegaron a inventarle un hijo a Evo Morales) pueden derrotar a un gobierno que logró las transformaciones progresivas más importantes de la historia de su país.
En 2014, 54.500.000 brasileños y brasileñas votaron para que Rousseff sea presidenta hasta 2018. Luego de la elección los partidos derrotados, la red O Globo, las centrales empresariales y ONGs promovieron la campaña “Fora Dilma”. Los diputados opositores que están involucrados en casos de corrupción hicieron el pedido de impeachment a la presidenta porque el Tribunal de Cuentas no aprobó el presupuesto de 2014 por “modificar el déficit” y retrasar el pago a los bancos prestamistas.
El impeachment es una herramienta legal que se utiliza para delitos de una gravedad mayor y la práctica por la que se acusa al gobierno existe hace 22 años en el país y fue utilizada por el gobierno de Fernando Henrique Cardoso. Con la complicidad del poder judicial la derecha hizo del impeachment un instrumento para el golpe de Estado en curso.
El poder del pueblo
El avance de la derecha plantea nuevos desafíos para quienes se dispongan a enfrentar la ofensiva neoliberal. A diferencia de los escenarios políticos pos-dictatoriales en donde había pueblos debilitados en su capacidad de resistencia y con organizaciones devastadas por la represión, actualmente hay saldos organizativos y políticos elevados en el continente.
En Venezuela el movimiento popular ha respondido activamente ante las constantes amenazas de la oposición desde la Asamblea Nacional. En Brasil las enormes movilizaciones en contra del golpe y la conformación del Frente Brasil Popular que unifica a las experiencias mayoritarias del campo popular brasileño son otro saldo positivo. En Argentina, además de las innumerables respuestas a las políticas neoliberales del macrismo, el último 24 de marzo se logró una de las movilizaciones más masivas de la historia.
En los casos de Brasil y Argentina el poder mediático y el poder judicial demuestran que aquellos poderes que no se han transformado sustancialmente son los que terminan derrotando a los gobiernos anti-neoliberales. Una nueva etapa plantea revitalizar el debate sobre el poder del pueblo para alcanzarlo.

lunes, 11 de abril de 2016

La historia de Mossack Fonseca, la firma de abogados que originó los ‘Panamá Papers’



Los dos hombres se aliaron en una era de incertidumbre política y económica en Panamá: uno era un reservado inmigrante alemán cuyo padre sirvió en el ala armada del Partido Nazi; el otro, un amable escritor en ciernes cuya familia se había opuesto a la dictadura militar de Panamá.
En 1986, mientras el país aún estaba bajo el yugo del general Manuel Noriega, estos hombres fusionaron sus pequeños despachos de abogados y así crearon lo que se convertiría en el centro de las operaciones bancarias sigilosas para la élite, un paraíso fiscal. A lo largo de las siguientes tres décadas, Jürgen Mossack y Ramón Fonsecaexpandieron su despacho hasta tener 500 empleados, compañías filiales en todo el mundo y una cartera de clientes poderosos, famosos y, a veces, infames.
En enero, un fiscal que investigaba la corrupción generalizada en Brasil dijo que la firma de abogados era “un enorme lavadero de dinero”.
Los socios se habían vuelto muy adinerados, y Fonseca utilizó el éxito de la firma para lograr un papel influyente en los altos rangos de la política. Le dijo a sus asociados que quería limpiar el gobierno y se convirtió en consejero especial del presidente Juan Carlos Varela, hasta que el escándalo de Brasil lo obligó a renunciar este año.
En una entrevista, dijo que entrar a la política fue, en parte, una forma de dar algo a cambio: “Creo en compartir la pizza”, escribió. “Por lo menos darle a los demás un pedazo”.
La firma Mossack Fonseca fue construida sobre las garantías de privacidad a prueba de todo que ofrecía a sus clientes. Pero esta semana, una filtración de millones de documentos de la firma dejó al descubierto sus operaciones y expuso la proliferación de empresas fantasmas y paraísos fiscales para las personas más ricas del mundo. Las revelaciones ya provocaron que el primer ministro de Islandia se apartara de su cargo, y también han desencadenado investigaciones criminales por lo menos en dos continentes.
En febrero, Panamá fue eliminado de una lista de países bajo vigilancia por parte de una agencia internacional que establece estándares para combatir el lavado de dinero y la financiación del terrorismo, pero a nivel internacional aún es considerado por muchos como un paraíso para los evasores de impuestos.
El presidente de Panamá ha prometido cooperar con cualquier investigación judicial que se abra a partir de la información filtrada, lo cual podría incluir una indagación a su exconsejero, sin duda una situación incómoda.
Mossack Fonseca ha negado haber cometido cualquier delito, y Fonseca ha defendido la inocencia de su firma.
“Al final de esta tormenta el cielo será azul y la gente sabrá que el único crimen es hackear”, dijo Fonseca sobre los documentos de la firma en una entrevista de una hora que ofreció mediante WhatsApp.
Pero algunas personas en Panamá que conocen a Fonseca dicen que los documentos filtrados no concuerdan con la manera en la que él ha tratado de presentarse a sí mismo y su papel en el país.
Entre los documentos filtrados que obtuvo el Consorcio Internacional de Periodistas, aparece una cadena de correos entre los socios principales de la firma en la que se dan cuenta de que habían trabajado durante años con clientes iraníes que estaban incluidos en una lista de sanciones que publicó el gobierno de Estados Unidos y Naciones Unidas.
“¡Esto es peligroso!”, escribió Mossack en un correo de septiembre de 2010 que le envió a Fonseca y a otros miembros de la firma. “Una alerta debió haberse activado de inmediato”.
Mossack culpó a los empleados de la oficina en Londres y escribió, “no están haciendo la auditoría de manera minuciosa, (o quizá no la hacen en lo absoluto)”.
Los documentos filtrados han agitado los sectores bancarios y legales de Panamá, los cimientos de la economía del país, y dejaron fríos a los miembros de la clase empresarial. El colegio de abogados del país ha salido en defensa de la firma, pues dice que la información filtrada es parte de un ataque contra la reputación del país.
El crecimiento de Mossack Fonseca coincidió con el surgimiento de Panamá como un paraíso fiscal. El flujo creciente del capital a través de fronteras durante los setenta y ochenta creó un mercado para abogados y contadores capaces de proteger el dinero, y Panamá se preparó para tomar ventaja.
Desde principios del siglo XX, su papel como centro de intercambio y embarque –el puente que une al continente y donde convergen el Océano Pacífico y el Mar Caribe– lo convirtió en un candidato claro para la contabilidad offshore. Los barcos internacionales ondeaban la bandera panameña para aprovechar su favorable estructura fiscal, que, según algunos expertos, fue copiada casi directamente del estado de Delaware.
“Como siempre ha sido el centro del comercio internacional, encajó perfectamente con la financiación exterior y la planificación fiscal en el extranjero”, dijo Victor Fleischer, un profesor de San Diego State University. “No sé si se justifica o no, pero la gente siempre ha considerado que Panamá es un lugar un poco turbio”.
La última resistencia
Panamá ha sido reacio a seguir una iniciativa de transparencia mundial que la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos lanzó en 2009. Mientras que la mayoría de los otros centros financieros internacionales, como las Islas Vírgenes Británicas, las Islas Caimán y Singapur aceptaron la iniciativa rápidamente, Panamá se contuvo.
“Panamá es la instancia más importante que no colabora y sigue permitiendo que los fondos estén ocultos y las autoridades judiciales o fiscales no puedan rastrearlos”, dijo José Ángel Gurría, el secretario general del grupo en una declaración el lunes.
Pero varios expertos fiscales señalaron que Panamá, con su negativa a cumplir con los estándares internacionales de transparencia, está en buena compañía: Estados Unidos.

domingo, 3 de abril de 2016

Evita

 Franco Sampietro -http://www.la-epoca.com.bo/2016/03/30/evita/
Eva Duarte

La imagen más conocida de Eva Duarte deriva, absurdamente, de una película foránea: Evita. Esta famosa película de 1996, rodada en parte en Argentina, protagonizada nada menos que por Madona (que saltó al éxito como la “chica material”) y dirigida por el mítico Alan Parker (Expreso de medianoche, The Wall, Mississipi en llamas), está basada en un libro de una tal Mary Main: La mujer del látigo (The lady with the whip), publicado en Estados Unidos en 1952 y después en el Cono Sur en diciembre de 1955, es decir, al poco tiempo del triunfo del golpe de Estado que derrocó a Perón, denominado “Revolución Libertadora”. A las tres semanas de aparecido por estos lares ya había vendido 26.000 ejemplares. El libro es un intento de biografía nada apócrifa de Eva Perón, desde el viaje inicial de Junín a Buenos Aires hasta su muerte. Su tesis sostiene que Evita fue una mujer de “vida azarosa”. Y en verdad no dice mucho más.

Pero mucho más perversos, malignos e insultantes que Mary Main fueron los argentinos. Así por ejemplo, Ezequiel Martínez Estrada (uno de los máximos intelectuales de su generación) en ¿Qué es esto?, afirma que Eva era como Sempronia en la vida de Cicerón, según La conspiración de Catilina de Cayo Salustio. Sempronia, dice Martínez Estrada, no era buscada por los hombres, sino que ella los buscaba: es decir, era la quintaesencia de la prostituta. El dirigente socialista Américo Ghioldi la trata de “ofídica” y “hetaira” en El mito de Eva Duarte. Es el mismo leitmotiv de la película con Madona: afirmar que era prostituta. Esos libros (y muchos otros), así como el film de Parker, ¿por qué insisten en sostener que Evita era una puta?

La mujer y su época

La explicación a la interrogante está en que Eva era una mujer pública, en una época en que a las mujeres les estaba vedado por completo ese espacio. El hombre público es el hombre de prestigio: es el político, el diplomático, el científico, el escritor. “Hombre público”, en suma, tiene una connotación honorable. La “mujer pública”, en cambio, se refiere todavía hoy en el lenguaje cotidiano a lo que denominamos despectivamente una mujer de la calle. La “mujer de bien”, en nuestro imaginario, es la mujer burguesa: la que está casada, la que cría a los hijos, la que va a las reuniones del colegio; es una mujer del hogar (aunque trabaje afuera: con lo cual tiene dos trabajos) y no una mujer pública. Es increíble cómo la hipocresía de la sociedad con respecto a la prostitución se mantiene inalterable con el paso del tiempo. Así, mientras la mujer espera el regreso del marido a la noche, él tiene el permiso social para ir de putas, ya que la sociedad estableció que el varón –pero no la hembra– es un animal cebado que cada tanto necesita desahogarse de la rutina familiar. La mujer, por el contrario, se supone que no padece de ese sobresalto.

Felizmente, el “sexo débil” (otro eufemismo chauvinista) ya entendió que también tiene el derecho de ponerle cuernos al macho (los que no lo entendieron, obviamente, son los machos).

Pero aún en el siglo XXI podríamos establecer una regla matemática para verificar ese prejuicio: mientras más pacata y conservadora una sociedad, más índice de prostitución en la misma. Es la eterna comprobación de que la iglesia y el puti-club van de la mano, como un rostro de Jano. El siguiente fragmento del poeta Oliverio Girondo ilustra la imagen que se llevó de España en la época del general Franco: “Cada doscientos cuarenta y siete hombres, trescientos doce curas/y doscientos noventa y tres soldados/para una mujer” (Membretes).

Origen social

La segunda explicación –que refuerza la anterior– es que se trata de una mujer que accede al poder desde un lugar humilde, y por lo tanto es cuestionada por todo. Por ejemplo, le reprochaban como un defecto serio que usara trajes Dior. ¿Y por qué?, porque a una mujer de clase baja le está prohibido llegar a una posición de poder y vestirse como esa posición le permite. Si una miembro de la alta burguesía usa lujos, está bien porque los heredó: no tuvo que ganárselos. Una ex “muerta de hambre”, en cambio, realiza un acto de usurpación con ello. Así, nadie se fija si Juliana Awada, la mujer de Macri, lleva una cartera de marca: se da por supuesto que debe tenerla; en cambio, cada vez que Cristina Fernández aparecía con algo caro llovían las sospechas de robo, corrupción, despilfarro. En tal postura se entremezclan, claramente, el cholulismo, el resentimiento, la frustración y la fascinación por los ricos.

Y es que en el imaginario colectivo a los ricos nada les queda mal, todo les está permitido. A las trepadoras, por el contrario, les desentona el lujo como un aura de ambición insultante. Infinitamente más, si encima, esa mujer pública que vino desde abajo se parapeta en una postura que se considera un desafío: “yo no me dejé arrancar el alma que traje de la calle”, afirma la misma Eva en su librito Mi mensaje. Un odio –como se ve– que explica bastantes cosas, que conviene comprender y tener en cuenta.

martes, 29 de marzo de 2016

Hugo Chávez, su Filosofía de la Comunicación y TeleSur

Fernando Buen Abad Domínguez (*) - http://www.nos-comunicamos.com.ar/node/5822

“Por el engaño nos han dominado más que por la fuerza”. Simón Bolívar.
En la Filosofía comunicacional de Hugo Chávez la verdad y la libertad juegan un papel central y más lo juega el trabajo minucioso de producir información inteligente e inteligible. Es un desafío enorme, aunque a algunos no lo vean a simple vista. TeleSur, por eso, ha sabido ganar posiciones incuestionables en la experiencia comunicacional emancipadora de América Latina. Nadie ha dicho que sea “perfecto”. Esa Filosofía nos compete continentalmente porque no se trata de una idea sólo venezolana, sino de un proyecto de integración Socialista en el que es premisa de su ser el ser internacionalista. He ahí uno de los mayores y mejores esplendores en la praxis de TeleSur que Chávez anheló siempre y por eso fue, ni dudarlo, su mayor promotor, seguidor y crítico constante.

La Filosofía de Hugo Chávez respecto a TeleSur se inspira en contribuir al pensamiento y a la acción crítica, capaz de ampliar las interpretaciones de los hechos, de las temáticas, de las causas y de los movimientos sociales. Aproximadamente, el 80% de la programación de TeleSur se basa en contenidos “informativos” y se completa con cine documental o programas especiales que, generalmente, es imposible ver en otros canales de televisión. “Nuestro Norte es el Sur”, es mucho más que un lema o una bandera que ondea desde 2005, es una Revolución de la “mirada”, del informarse y del intervenir críticamente gracias la integración expresada, desde Caracas, por los gobiernos de Venezuela (el 51% de las participaciones), Cuba, Argentina, Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Y, especialmente, por la voluntad y claridad política de Hugo Chávez que, desde el primer momento, soñó con una televisora que permitiera a nuestros pueblos del Sur difundir sus realidades y valores, produciendo su propia imagen, con sus ideas y problemáticas propias. Comunicación audiovisual y libre y equitativa.

Hoy por hoy, TeleSur es una de las mejores fuentes de información en todo el planeta. TeleSur supera crecientemente, según algunas fuentes, una cobertura promedio de entre cinco y seis millones de personas. TeleSur no es sólo una “buena idea” democrática de la televisión, es una decisión política estratégica de envergadura trascendental en la ruta de cambiar los paradigmas informativos que nuestros pueblos necesitan en la construcción de su independencia y soberanía semántica y revolucionaria.

Tal como lo quería Hugo Chávez, TeleSur debe avanzar en la transformación de la televisión que informa no sólo en términos de estética, narrativa, ritmo y estilo… sino en la elección misma del contenido y el enfoque de la información. No es una aventura ingenua, es un proyecto dinámico que entiende los rasgos y los ritmos de una televisora cuya complejidad de objetivos debe avanzar en terrenos muy ásperos y no pocas veces inéditos. Hay que informar sobre las luchas de los pueblos sus avances y sus desafíos.

En un continente secuestrado por las cadenas mediáticas de la oligarquía, país por país, nada fácil es ser herramienta al servicio del ideal de integración latinoamericana y caribeña, es decir, una televisión para la integración y como usina informativa que no requiere competir con los monopolios privados, y su lastre ideológico burgués, sino hacer visibles todas las tesis revolucionarias en el ámbito social, científico, académico, artístico y de la comunicación. Hugo Chávez, exigente como debía serlo siempre, quería una TeleSur libre que, en sus palabras, “mantendrá su independencia. No depende TeleSur de ningún gobierno, de ninguna línea prefijada, sino que Telesur es libre para navegar en las aguas de la verdad”.

El propio líder de la Revolución venezolana quería a TeleSur en vigilia permanente para, facilitar nuestra visibilidad sobre la lucha de los pueblos. Quería que se convirtiera en bandera comunicacional de la rebeldía informativa y también en gran escuela hacia la formación de nuevos profesionales de la comunicación emancipadora. Hugo Chávez insistía en llamarnos a ver TeleSur y a impulsarlo para enriquecer la producción y recepción de los relatos informativos nuestros como una vanguardia responsable de hacer visibles a los protagonistas revolucionarios de nuestro tiempo.

En su lógica, y sus estética de la información, Chávez reflexionó mil veces sobre cómo mejorar siempre a TeleSur, cómo convertirla en palanca clave para la construcción de nuestras nuevas identidades revolucionarias en sincronía con los desafíos informativos mundiales más complejos, rompiendo los cercos mediáticos más tozudos y penetrado los territorios informativos más inhóspitos y riesgosos. En suma, desde su Filosofía de la Comunicación, el comandante Chávez quería que TeleSur fuese un espejo continental invaluable para mirar nuestros logros y nuestras debilidades más significativos. Sin pasar por el discurso del imperio. Y, además de espejo, quería de TeleSur una herramienta de intervención política, sobre la realidad, por la vía de la información liberada de la dictadura de la mercancía.

Contra toda maquinaria de mentiras burguesas, contra la deformación “noticiosa” de las conciencias, contra la vorágine de los aparatos para la desestabilización, los magnicidios y los golpes de estado... TeleSur tiene la responsabilidad de ser una televisión inteligente, enemiga del tedio, poderosa y revolucionaria del dicho al hecho, desde los conceptos y hasta las formas. Campeona de una lucha semiótica contra los conceptos o significados hegemónicos, y contra a la “Guerra de IV Generación”.

TeleSURtv es una “espada de Bolívar, que camina y que camina por América Latina.” Una lucha semiótica, estética y dialéctica que mira futuro y siembra libertad expresiva socialista con los vientos de la revolución que vibran desde las fábricas hasta las conciencias. Hugo Chávez, como pocos líderes, mantuvo viva su pertinaz preocupación por las tareas comunicacionales y depositó en TeleSur algunas de sus mejores ideas, estrategias y esperanzas animadas por todas las tradiciones de lucha emancipadora al servicio de la revolución, junto a la disciplina de la organización y la unidad de los pueblos. No es poca cosa.

Para todo un continente es importante saber qué representa TeleSur en el proceso de transformación de la comunicación misma, pero eso no es todo, también es imperativo darnos cuenta de que con TeleSur se cuenta con una defensa magnífica capaz de evitar la derrota de la fortaleza emocional, de la cultura, de la tradición y de la voluntad democrática de los pueblos. Eso debe estudiarse como un fenómeno social de comunicación nueva resuelta a transformar la conciencia de los pueblos y a derrotar a la ideología de la clase dominante.

Hugo Chávez apostó, con TeleSur, a romper con toda actitud permisiva frente a los poderes mediáticos acostumbrados a mentir. Eso desagradaba enormemente a un Presidente que, además de su liderazgo político, latinoamericano y mundial, también se convirtió en líder comunicacional de la “Patria Grande” capaz de hacer funcionar un sueño añejo, y de muchos, al servicio de todos. Tenía en claro que una de las maneras de transformar el discurso “informativo” consistía en cambiar a los actores del discurso y hacer visibles y audibles a quienes protagonizan la lucha contra las tiranías, contra la explotación, contra la depredación del planeta… Chávez habló, e insistió siempre, sobre la renovación del relato informativo, sobre el problema estético, el tipo de “tomas”, el tipo de música, la modulación, las inflexiones de voz, los acentos, las modalidades… sin esos intermediarios que nos expliquen cómo es la realidad y, a cambio, dejar que sea la realidad misma la que nos hable. TeleSur es una herramienta de integración cuyo “norte es el sur” y cuyo norte también es el socialismo, línea estratégica fundamental que ha generado solidaridad con la revolución y, además, va generando un modelo de televisión para cambiar las formas de hacer comunicación y de hacer conciencia con los medios. Su “norte” es, también, la verdad.
 
(Texto editado en la Libreta Homenaje de PDVSA Ecuador. 2014)
 
Universidad de la Filosofía
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