jueves, 14 de julio de 2011

La crisis ideológica del capitalismo occidental

Por:   Joseph Stiglitz (*) - http://www.telesurtv.net/secciones/opinion/index.php?ckl=95208

Tan sólo unos años atrás, una poderosa ideología -la creencia en los mercados libres y sin restricciones- llevó al mundo al borde de la ruina. Incluso en sus días de apogeo, desde principios de los años 80 hasta el año 2007, el capitalismo desrregulado al estilo estadounidense trajo mayor bienestar material sólo para los más ricos en el país más rico del mundo. De hecho, a lo largo de los 30 años de ascenso de esta ideología, la mayoría de los estadounidenses vieron que sus ingresos declinaban o se estancaban año tras año.


Es más, el crecimiento de la producción en los Estados Unidos no fue económicamente sostenible. Con tanto del ingreso nacional de los EEUU yendo destinado para tan pocos, el crecimiento sólo podía continuar a través del consumo financiado por una creciente acumulación de la deuda.

Yo estaba entre aquellos que esperaban que, de alguna manera, la crisis financiera pudiera enseñar a los estadounidenses (y a otros) una lección acerca de la necesidad de mayor igualdad, una regulación más fuerte y mejor equilibrio entre el mercado y el gobierno. Desgraciadamente, ese no ha sido el caso. Al contrario, un resurgimiento de la economía de la derecha, impulsado, como siempre, por ideologías e intereses especiales, una vez más amenaza a la economía mundial -o al menos a las economías de Europa y América, donde estas ideas continúan floreciendo.

En los EEUU, este resurgimiento de la derecha, cuyos partidarios, evidentemente, pretenden derogar las leyes básicas de las matemáticas y la economía, amenaza con obligar a una moratoria de la deuda nacional. Si el Congreso ordena gastos que superan a los ingresos, habrá un déficit, y ese déficit debe ser financiado. En vez de equilibrar cuidadosamente los beneficios de cada programa de gasto público con los costos de aumentar los impuestos para financiar dichos beneficios, la derecha busca utilizar un pesado martillo -no permitir que la deuda nacional se incremente, lo que fuerza a los gastos a limitarse a los impuestos.

Esto deja abierta la interrogante sobre qué gastos obtienen prioridad -y si los gastos para pagar intereses sobre la deuda nacional no la obtienen, una moratoria es inevitable. Además, recortar los gastos ahora, en medio de una crisis en curso provocada por la ideología de libre mercado, simple e inevitablemente sólo prolongaría la recesión.

Hace una década, en medio de un auge económico, los EEUU enfrentaba un superávit tan grande que amenazó con eliminar la deuda nacional. Incosteables reducciones de impuestos y guerras, una recesión importante y crecientes costos de atención de salud -impulsados en parte por el compromiso de la administración de George W. Bush de otorgar a las compañías farmacéuticas rienda suelta en la fijación de precios, incluso con dinero del gobierno en juego- rápidamente transformaron un enorme superávit en déficits récord en tiempos de paz.

Los remedios para el déficit de EEUU surgen inmediatamente de este diagnóstico: se debe poner a los Estados Unidos a trabajar mediante el estímulo de la economía; se debe poner fin a las guerras sin sentido; controlar los costos militares y de drogas; y aumentar impuestos, al menos a los más ricos. Pero, la derecha no quiere saber nada de esto, y en lugar de ello, está presionando para obtener aún más reducciones de impuestos para las corporaciones y los ricos, junto con los recortes de gastos en inversiones y protección social que ponen el futuro de la economía de los EEUU en peligro y que destruyen lo que queda del contrato social. Mientras tanto, el sector financiero de EEUU ha estado presionando fuertemente para liberarse de las regulaciones, de modo que pueda volver a sus anteriores formas desastrosas y despreocupadas de proceder.

Pero las cosas están un poco mejor en Europa. Mientras Grecia y otros países enfrentan crisis, la medicina en boga consiste simplemente en paquetes de austeridad y privatización desgastados por el tiempo, los cuales meramente dejarán a los países que los adoptan más pobres y vulnerables. Esta medicina fracasó en el Este de Asia, América Latina, y en otros lugares, y fracasará también en Europa en esta ronda. De hecho, ya ha fracasado en Irlanda, Letonia y Grecia.

Hay una alternativa: una estrategia de crecimiento económico apoyada por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.

El crecimiento restauraría la confianza de que Grecia podría reembolsar sus deudas, haciendo que las tasas de interés bajen y dejando más espacio fiscal para más inversiones que propicien el crecimiento. El crecimiento por sí mismo aumenta los ingresos por impuestos y reduce la necesidad de gastos sociales, como ser las prestaciones de desempleo. Además, la confianza que esto engendra conduce aún a más crecimiento.

Lamentablemente, los mercados financieros y los economistas de derecha han entendido el problema exactamente al revés: ellos creen que la austeridad produce confianza, y que la confianza produce crecimiento. Pero la austeridad socava el crecimiento, empeorando la situación fiscal del gobierno, o al menos produciendo menos mejoras que las prometidas por los promotores de la austeridad. En ambos casos, se socava la confianza y una espiral descendente se pone en marcha.

¿Realmente necesitamos otro experimento costoso con ideas que han fracasado repetidamente? No deberíamos, y sin embargo, parece cada vez más que vamos a tener que soportar otro. Un fracaso en Europa o en Estados Unidos para volver al crecimiento sólido sería malo para la economía mundial. Un fracaso en ambos lugares sería desastroso -incluso si los principales países emergentes hubieran logrado un crecimiento auto-sostenible. Lamentablemente, a menos que prevalezcan las mentes sabias, este es el camino al cual el mundo se dirige.

(*) Profesor de la Universidad de Columbia, Premio Nobel de Economía y autor de "Freefall: Free Markets and the Sinking of the Global Economy".

martes, 12 de julio de 2011

Crisis griega: ¿No hay otra opción?

http://www.falternativas.org/opex/opex-opina/que-europa-queremos/carta-a-europa/crisis-griega-no-hay-otra-opcion

I. Según las autoridades de Bruselas y del FMI, Grecia no tiene más salida que asumir planes de ajustes cada vez más duros, lo que conduce a la ciudadanía a la desesperación y al país al estancamiento. Es verdad que el anterior gobierno de la derecha falseó las cifras de déficit – no se entiende por que no están procesados -, el fraude fiscal es elevadísimo y toda la analítica de la economía – crecimiento, déficit exterior, tasa de paro, deuda pública – no pueden ser peores. La cuestión es si esta cura de caballo a la que se somete al debilitado cuerpo del país heleno no le llevará a la tumba y con él arrastre a unos cuantos más.




II. Pone los pelos de punta escuchar todos los día que la UE se encuentra en el filo de la navaja, pues si Grecia cae puede arrastrar a Irlanda, Portugal y España – ahora se afirma que están peor Italia y Bélgica -, que el euro puede romperse y con él el proyecto europeo. ¿Se dan cuenta de lo que eso supondría? Regresar a la “Europa de las naciones”, con la globalización y con la crisis. Una aútentica catastrofe. Pero así podemos acabar si seguimos agotando a los pueblos – esta idea de Europa podría acabar siendo rechazada – e impedimos que las economías se recuperen y creen empleo.



III. No tiene sentido que Grecia, o cualquier otro, se siga endeudando sólo con el fin de pagar sus deudas anteriores. De esta manera el pago de intereses es cada vez mayor y la posibilidad de salir del agujero menor. A Grecia se le tiene que facilitar un calendario más flexible para reducir el déficit –llegar al 3% en el 2013 es imposible- con el fin de que libere medios para el desarrollo y, a su vez, facilitarle fondos que pueda dedicar a la inversión productiva y al crecimiento. La propuesta de la Comisión de adelantar 1.000 millones de euros del fondo de cohesión no es suficiente pero va en una buena dirección.



IV. Grecia, como Portugal, Irlanda, España, Italia y otros necesitan crecer; pues de lo contrario ni crearán empleo ni pagarán las deudas. Lo único que hacen, con las actuales políticas es endeudarse cada vez más; que el diferencial con el bono alemán aumente y se sigan enriqueciendo especuladores y acreedores- el famoso mercado-, mientras a la gente se le piden más sacrificios. La UE tiene que replantearse el calendario de la reducción del déficit- llevarlo hasta el 2015; tiene que crear un bono europeo del que puedan beneficiarse los estados, a un tipo de interés más asequible; crear de una vez una fiscalidad europea y un Tesoro europeo. De lo contrario estamos poniendo en riesgo 50 años de construcción europea y de paz en una parte del continente.

sábado, 2 de julio de 2011

Uruguay: Sinlogismos de impunidad

Roger Rodríguez* - http://www.surysur.net/?q=node/16846

 En los tiempos de impunidad, lo lógico termina siendo la ilógica. En los últimos veinticinco años se ha asentado una cultura de la impunidad que trasciende al tema de los derechos humanos, aunque en definitiva siempre se trata de ellos. La impunidad abarca hoy a la justicia, a la política, a la economía, a la salud, a la educación, al trabajo, a la cultura y a las propias relaciones humanas


La “lógica de los hechos” que inspiró la caducidad de la pretensión punitiva del Estado, ha institucionalizado una “lógica de lo hecho” en este tiempo, por la que todos nos transformamos en impunes. El no-castigo no ampara solamente a quienes violaron los derechos humanos, sino que se extiende a la corrupción en lo económico, a la mentira en lo político y al individualismo en lo social.La salida de la dictadura se construyó en una “lógica de transición” por la cual se advertía que los partidos políticos recuperaban el poder en forma limitada, porque los militares no querían revisionismo.

El cambio en paz, en realidad no cambiaba nada. Los mismos grupos económicos mantenían el poder en un país que volvían a gobernar los políticos en lugar de los militares.Con el mastín encadenado, el poder amenazaba sobre el peligro de que la fiera volviera a despertar. Bajo esa “lógica del cancerbero” impusieron controles sindicales, destruyeron entes públicos, privatizaron la enseñanza universitaria, crearon nuevos impuestos, permitieron la extranjerización de la tierra e incrementaron la marginalidad, que en poco tiempo pasaría a ser criminalizada.

La impunidad se hizo tangible con el voto amarillo y la ley que ratificaba. La propuesta del voto verde se atacó con la “lógica de los ojos en la nuca”. Quien preguntaba qué pasó o reclamaba dónde están, estaba anclado en el pasado y no quería un futuro para el país. Vivos los llevaron y no los devolverían. Los restos serían algún día sustento de otra lógica aún más siniestra…

Impunidad económica
Institucionalizada, la impunidad se hizo sonrisa en el rostro de Gavazzo. Y como para él no hubo entonces castigo, la inmoralidad fue casi una virtud. La “lógica de quien no llora no mama y quien no afana es un gil”, fue una consigna. El poderoso pudo desde el poder y el desposeído solo podía pedir para poder poder. La impunidad no perdió ni un conflicto.Bajo la “lógica del abusador” (“lo hago porque puedo”) el sistema financiero se desfinanció, las carteras fueron incobrables, los bonos los firmó Brady, la deuda bancaria se estatizó y los activos se devolvieron luego a los mismos dueños con otros anonimatos.

No quedaron trenes, ni aviones, ni flotas, ni tierras, ni industrias, ni empresas... No sólo las vaquitas son hoy ajenas.Y cuando se quiso saber qué pasó en cada caso, se utilizó la “lógica de Gran Bonete”. Ninguno sabía de la Operación Conserva o la Deuda Rusa, del archivo de la Logia “P-2”, los negocios del Opus Dai, las inversiones de la Secta Moon, el lavado de las Safis, la crisis de Bafisud, la comisión del Banco Comercial, la coima del Cangrejo Rojo o la mafia de la Merluza Negra.Las reivindicaciones fueron enfrentadas con la “lógica del reparto posible”.

Una vez más, había que agrandar la torta para poder redistribuirla. Y la cuota más grande del pastel debía destinarse a pagar deudas que la dictadura había creado en beneficio de los mismos grupos económicos que ahora financiaban las campañas electorales de los nuevos gobernantes demócratas.El reclamo social fue descalificado con la “lógica de la politización social”, por la que, las movilizaciones populares escondían un objetivo político y una lucha de poder entre corrientes ideológicas de la izquierda marxista. Los activistas no pertenecían a un gremio, sino a un partido. Los sindicatos cayeron en la trampa, pero la aplanadora no aplastó el salario, ni mandó al seguro de paro.

Impunidad represiva

Con la impunidad reafirmada en la “lógica de He-man” (“tengo el poder”), el Estado transformó la tortura en apremio, las razzias en acciones educadoras, las cárceles en depósitos inhumanos, las aulas en depósitos de estudiantes, los psiquiátricos en canteras de enajenados y las comisarías en antros de delincuencia. La marginalidad se hizo sistema y los marginales una excusa.

Se impuso la “lógica de la inseguridad” por la que se llega al miedo. Así, quienes pagan contribución o impuesto a la renta, exigen mayor represión a una policía que pide más presupuesto para hacerlo. Para no ser privados de lo propio, debemos pedir seguridad privada, instalar alarma, rejas, cámaras y cables electrificados. Somos libres en una jaula de nuestra propiedad privada.La “lógica del joven-plancha-drogadicto-delincuente” entró a la casa de la clase media en dosis diarias de 20 minutos de crónica roja por la televisión. La pasta base entró a los barrios en connivencia con la policía. Las bocas de venta, con el auspicio de Nike colgando de los cables, son empresas que bajan los índices de desocupación. Sólo se controló la droga en tránsito y el lavado de dinero.La minoridad fue criminalizada.

Una y otra vez se propone la “lógica de la imputabilidad” para que los adolescentes de hasta 16 años sean juzgados como mayores. Los crímenes, en el futuro, los protagonizarían niños de 10 a 15 años… Mientras tanto, los estafadores de cuello y corbata reclaman por sus derechos humanos ante los organismos internacionales, que le dan la razón.A la hora de la represión, el Estado no tiene derecha o izquierda. No importa de qué ideología es la bandera de quien gobierna. Cuando llega el momento de mostrar la presencia estatal, da lo mismo la vieja razzia, la desidia ante la zona liberada o el operativo de saturación. La “lógica represiva” no tiene color político, sólo el de la sangre de unas y otras víctimas.

Impunidad social

La salud se extendió a todo lo que paga impuestos y pueden elegir una mutualista privada, donde pagar las órdenes de consulta y los tickets para medicamentos genéricos de los laboratorios internacionales que licitaron la exclusividad del servicio. La “lógica de la salud para todos” no llega a los barrios marginalizados, donde no entran ni los médicos ni las ambulancias.En la enseñanza se implantó una “lógica de educación igualitaria”. Con ella iguala hacia abajo: antes era alto el índice de insuficiencia en matemáticas, hoy ya lo es en todas las materias.

En la educación pública gana el ausentismo y la deserción desde la marginalidad. Todos los niños tienen una ceibalita, pero el problema sigue siendo el de los contenidos. El vacío ya lo tienen en la esquina.Los trabajadores aprendieron con la “lógica de la responsabilidad laborar”. Saben de normas, leyes, reglamentos, indexación, dolarización, devaluación, seguros de paro, despidos y juicios laborales. Trabajo no falta, pero se necesita tener dos o tres empleos para alcanzar un salario digno.

El techo propio sigue siendo un sueño que una burbuja inmobiliaria puede transformar en pesadilla.La seguridad social es una incertidumbre. La “lógica de la rentabilidad” impuso la cuenta personal y mató al sistema solidario. El Estado sigue pagando pasividades a través del Banco de Previsión Social y las Afaps juegan a invertir en bonos del propio Estado y en otros negocios lo que recaudan de futuras jubilaciones. No se sabe qué quedará cuando tengan que devolver el ahorro.La gente ya no es por lo que tiene, sino por su intensidad de compra. La “lógica del consumismo” marca la capacidad de gasto y la posibilidad de crédito.

Quien no usa tarjeta es sospechoso y quien se endeuda es confiable. Los ricos son más ricos aunque los pobres sean menos pobres. Los más ricos se frustran por su sueño de consumo, los más pobres siguen con su mismo sueño frustrado.

Impunidad histórica
Sucesivamente, los presidentes electos en tiempos de impunidad cayeron en la “lógica del punto final”.

Afirman (sinceramente lo creen, a veces), que deben terminar con un tema del pasado… No saben de gramática ni de historia. Se colocan dos puntos antes de una certeza y suspensivos ante la duda. La verdad se escribe cada día. La historia es continuidad. No hay punto final.

Al explicar su buena intención (a veces), los gobernantes reproducen la “lógica de los dos demonios”. Hubo gente mala –o equivocada dicen- cuyas acciones generaron la respuesta de gente aún peor. Equilibran así la insurgencia de los años sesenta con la represión de la dictadura. Incorporan la crisis social a la bipolaridad de la guerra fría. Justifican, en definitiva, el terrorismo de Estado.Para alentar los demonios, admiten entonces la “lógica antisubversiva” por la cual toda oposición a la dictadura sabía que era pasible de sanción.

 
Como la guerrilla había sido militarmente derrotada, el enemigo eran los partidos que actuaban en forma legal: comunistas, socialistas, cristianos, anarquistas, nacionalistas, batllistas o todo trabajador o estudiante que pensara diferente.Para demostrar la contradicción entre el capitalismo y el comunismo, todo opositor al proyecto político económico dictatorial fue, además, comunista. Se justifica entonces la militar “lógica anticomunista”, por la que todo opositor fue “ruso, prosoviético, stalinista, chino, maoista, troskista, socialista, procubano, fidelista, anarcolibertario, guevarista, guerrillero, del marxismo internacional”.Y como el oso ruso, el panda chino y el caimán cubano les habían lavado el cerebro, lo lógico era que los militares hicieran electroshock.


Se convalida la “lógica de la tortura” como método de obtener información que permitiera prevenir algo, controlar alguien o destruir alguno. Como en Abu Ghraib, Falluya .o Guantánamo, el Estado se reserva, al no condenarlo, el derecho al apremio.

Impunidad bélica
Algunas víctimas, ha reproducido de algún modo un pensamiento espejo: el de la “lógica del demonio bueno”. La idea sustenta que si los militares eran demonios malos, sus víctimas fueron demonios buenos. De ese modo, el guerrillero, el torturado, el exilado, el encarcelado, tienen mayores méritos políticos que quienes nada sufrió y son ellos quienes deben dirigir el país.A partir de ese supuesto, se agrega la “lógica de los combatientes” por la que sólo quienes estuvieron militarmente enfrentados antes del golpe del Estado pueden solucionar el conflicto.

Las demás víctimas, la sociedad en su conjunto que en realidad padeció la dictadura, no entienden el idioma de la guerra por el que todo se solucionará cuando muera el último de los sobrevivientes.Y cuando se argumenta que luego del golpe de Estado no hubo combatientes sino resistencia a la dictadura por parte de militantes que no apoyaron la lucha armada, que pertenecían a partidos legales, sindicatos, gremios estudiantiles, o eran simples demócratas… se responde con la “lógica del perro puto”, por la que, dicen, todos los que enfrentaron el régimen sabían a qué jugaban...

Se presentan entonces las violaciones a los derechos humanos como hechos lógicos sufridos en el pasado. Una “lógica de la historia reciente” que propone dejar una versión oficial en voluminosos libros basados en las denuncias de las victimas y en su cotejo con un par de archivos (no todos) de la propia dictadura. Esa falsa oposición es lo que se pretende legar como insumo a la memoria.Y como la historia oficial exige el fin de la guerra sin vencidos ni vencedores, se propone una “lógica de la reconciliación” por la cual el guerrillero y el militar se estrechan en un abrazo, bajo el beneplácito del poder que los enfrentó y ante la mirada de una sociedad civil a la que, como víctima, no le dan la verdad, no le permiten la justicia y no le responden el dónde están.

Impunidad política
El Estado es impune porque fue un Estado terrorista y la política es impune porque no termina de hacer confesar al Estado su condición de terrorista de Estado. Cada partido político que asume el gobierno termina gobernando por y para el Estado. La “lógica de gobernar” transforma al político en un burócrata para el cual el Estado importa más que el programa que lo llevó a gobernar.Los partidos políticos elaboran un programa electoral que se ajuste a lo que los electores quieren en base a la “lógica de las encuestas”.

 
Las empresas encuestadoras establecen lo que los electores quieren, lo que el programa debe decir y, aún, quienes serán los gobernantes. En la impunidad, los partidos políticos escuchan más al encuestador que a sus militantes políticos.Se impone la “lógica del programa posible” por el cual todo cambia para quedar tal como estaba. Ya no se plantean ideas de cambio real ni teorías revolucionarias. No hay debate, no hay propuestas, no hay modificación estructural.


Hay que conseguir la mediocridad posible que obtenga la mitad más uno de los votos. Las raíces del árbol quedan quietas, se sacude el follaje.Y cuando el elector reclama que se cumpla el programa que votó, desde el Estado se acata la “lógica del soberano”. Ya no son los dirigentes que el elector puso en el gobierno, sino que son los gobernantes de todos. Así, el programa se diluye, la plataforma se acota y las propuestas que votaron las mayorías quedan sujetas a las minorías que no los votaron.En el gobierno, en el parlamento y en los partidos políticos la verdad se maneja desde el secreto, para no afectar a los electores y no atemorizar a los que no los votaron.

El secreto, a veces se comparte con la oposición que mantiene la reserva como cuota de poder responsable. La impunidad impone la “lógica del secreto de Estado” por la que llegamos a un Estado del secreto.

Impunidad judicial
El Poder Judicial está afectado por el virus de la impunidad. Formados en el autoritarismo, los jueces y fiscales no terminan de sacarse de encima la bota que los sometió desde 1972. Primero fue la justicia militar, luego un ministerio, y ahora el Poder Ejecutivo, quien decide qué juzgar o qué no. La “lógica del poder dependiente” hace que haya jueces no sepan que hubo dictadura.La necesidad de verdad choca contra el pacto de silencio militar y contra el silencio de Estado que lo ampara. La “lógica del olvido” es la receta que se plantea ante quienes denuncian ante el Poder Judicial.

Ya pasaron 30 años, no hay pruebas, no sobreviven testigos y yo no me acuerdo si estaba, alegan. Pero la verdad, rebelde, vuelve a aparecen de a ratos para exigir justicia.Con la “lógica de la justicia posible” se propuso que el grupo de criminales más comprometidos en las violaciones a los derechos humanos fueran los únicos que, por un tiempo, estarían presos. Lo demás ya es pasado reciente, dicen sin comprender o admitir que son crímenes de lesa humanidad imprescriptibles, inamnistiables y perseguibles sea cuando sea que se cometieron.

Para evitar que la justicia pueda continuar actuando más allá de los dictadores y de los conocidos represores, se aplica la “lógica de la no retroactividad”, por la cual las leyes que tipifican los crímenes de lesa humanidad no valen para el pasado. Insólitamente los poderes del Estado están planteando que sólo se podrán juzgar como tales cuando se vuelvan a practicar…

Y cuando todo lo demás no da resultado, cuando los fiscales investigan y los jueces sentencian, luego de soportar decenas de dilatorias de los abogados defensores, se intenta aplicar otra chicana: la “lógica de la prescripción”, por la que el 1° de noviembre de 2011 todos los delitos habrán prescripto. Sin embargo, no puede prescribir lo que no se pudo juzgar por la ley de caducidad.Ante la amenaza de que lo que en realidad ocurrió aflore, se plantea el chantaje de la “lógica de la verdad por la justicia”. No habrá justicia si no se llega a la verdad y nadie que la sepa va a decir la verdad porque corre el riesgo de ir preso, dicen. Sin embargo, ya han comenzado a ser presos quienes saben la verdad y la ocultan. La verdad no es negociable. Y ella exige justicia.

Un país sin impunidad
Para llegar a un país sin impunidad, hay que cambiar estos sinlogismos de la impunidad por una “lógica de los derechos humanos”, donde la verdad, la justicia, la ética y la memoria establezcan una sociedad de iguales, como se proclamó en marzo en Buenos Aires. La declaración universal de los derechos del hombre de 1948 sigue vigente. Hay que reglamentarla y hacerla cumplir.Para llegar a un país sin impunidad, debemos comprometernos con una “lógica de la verdad” para que se abran los archivos secretos, para que los criminales de lesa humanidad sean juzgados y sus cómplices excluidos, en particular de la docencia, para que se establezca una doctrina democrática en las fuerzas de seguridad y sus alianzas internacionales.

Para llegar a un país sin impunidad, debemos comprometernos con una “lógica de la justicia”, con su respeto y fortalecimiento presupuestal y técnico, para que quienes juzgan puedan aplicar la jurisprudencia internacional como base doctrinal, sin ser sometidos a presiones de ningún tipo y se garantice a las víctimas y sus familiares el amparo de la ley y una respuesta al dónde están.Para llegar a un país sin impunidad, debemos comprometernos con “una lógica de la ética”, para que el derecho sea humano y quienes legislan incorporen los convenios internacionales como leyes supranacionales y eliminen toda norma de impunidad resabio de la doctrina de la seguridad nacional, tipifiquen los crímenes de lesa humanidad, reparen a las víctimas y se asegure el nunca más.

Para llegar a un país sin impunidad, debemos comprometernos con una “lógica de la memoria”, para que la cultura de los derechos humanos se incorpore a la enseñanza de todos y todas los integrantes de una sociedad que debe ejercer sus derechos civiles y culturales, en equidad, sin olvidar jamás lo que ocurrió, porque esa será la certeza de que no vuelva a pasar.Para llegar a un país sin impunidad, también nosotros debemos indignarnos y reclaman a quienes tienen la responsabilidad del poder de gobernar, de legislar y de juzgar que cumplan su tarea. Y desde esa “lógica de la indignación pacífica” exigir que se renueve un contrato social que permita convivir hacia dentro y fuera de fronteras, sin miedo a la opresión de ningún poder en el mundo.

*Periodista uruguayo, especializado en temas de derechos humanos. (Intervención realizada en la Mesa Redonda y Debate sobre "Cultura de la Impunidad". Galería Machango "Espacio de Arte". San Carlos, Maldonado - 11/06/2011)

martes, 21 de junio de 2011

Historia universal de la infamia

Los crímenes contra la humanidad que cometió el Estado argentino, hace unas pocas décadas cuando se apellidó genocida, tuvo aliados e instigadores foráneos. No fue el fantasma que una vez, dicen, recorrió Europa, fue la gran potencia capitalista que quiso imponer un nuevo modelo a como diera lugar.
“Todo tiene que ver con todo en el devenir de la humanidad”. Así comenzamos nuestra exposición ante el Tribunal Oral que lleva a cabo los juicios contra genocidas en los Juzgados Federales de la provincia de Mendoza, en el oeste argentino. Utilizamos esa expresión para afirmar que el genocidio argentino estuvo íntimamente vinculado a los designios del poder real de las corporaciones monopólicas e imperialistas de Estados Unidos. O aquello que nuestro amigo Carlos Marx reflexionaba en sus cavilaciones cotidianas sobre la dolorida humanidad: la dialéctica de la historia.
Por ejemplo, el nacimiento de Estados Unidos como nación renegó de su matriz inglesa. Nacimiento con olor a puritanismo cuáquero sin incienso y con el "destino manifiesto" de ser el centro del universo y su custodio. Allí donde afloraban los frutos más apetecibles de la naturaleza, expandía su "destino", no sin antes expandir sus fronteras con las anexiones a cañonazos de los territorios mexicanos de Texas, California, San Francisco. 
Los pocos dólares que puso fueron en la adquisición de la helada Alaska, en las cercanías del polo norte. Primero fue el arcabuz y después el rémington las herramientas con que emprendía, sin pausas, las aventuras depredadoras hacia los cuatro costados de su envergadura geográfica. 
Los primeros hitos los marcó en la misma América: en el norte, en el centro y algo en el sur. Las invasiones se sucedieron desde siempre: en 1846 México; cinco veces invadió Nicaragua, en 1853, 1854, 1894, 1926 y 1980; China en 1859; en 1860 Angola; en 1865 Panamá; en 1893 Hawai -que después fue anexado-; en 1898 Puerto Rico, Filipinas y Guam; 1900 otra vez China; en 1915 Haití y en 1918 República Dominicana; y decenas de incursiones invasoras más. 
Hacia el este y el oeste la contención de los mares no le impidió avizorar para un futuro no tan lejano la expansión territorial, o al menos lo apetecible de la naturaleza en el más allá del horizonte marítimo, y que recién se daría posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Desde cuatrocientos años antes, la conquista española dejó su impronta de la cruz y la espada, con incipientes y débiles presencias francesas y portuguesas; pero finalmente la "América para los americanos" de la doctrina Monroe arrasó con los colonizadores europeos y la doctrina se fue afianzando al Sur del Río Grande. 
En uno de sus poemas lo historió aquel poeta nicaragüense, Rubén Darío: “Pobre México, tan cerca de Estados Unidos y tan lejos de Dios”; axioma que sería abarcatorio al resto de la América del Sur, en que la distancia no fue óbice para sus objetivos depredatorios en esta parte del mundo. 
El poder económico-financiero, adquirido en aventuras piratas pero por tierra, le permitió adquirir las conciencias cipayas de las clases dirigentes sureñas. Fue el portador de una segunda invasión y los espejitos de colores se revirtieron en la efigie de Washington en billetes verdes. 
El empeño es más agudo en cuanto sus aventuras allende los mares se trocaron en vergonzosas derrotas en el Asia de la China Popular y Vietnam. La mirada se agudizó hacia el sur de la América dolida y se incrustó en las frágiles ideologías de las oligarquías y burguesías nativas. Campo orégano para el festín del depredador imperialista norteño.
Esta historia lineal de ese "destino manifiesto" se desliza con altibajos después de "las relaciones carnales" que signaron el final del siglo pasado en estas tierras, dejando sus rastros en el cuerpo social de nuestros pueblos. 
Pero, como cuando nos sacudimos el polvo acumulado durante un largo caminar por el desierto, ese polvo, convertido en lodo nauseabundo, se ventila, en parte en los tribunales federales de aquí, en Mendoza, y deja al descubierto las miasmas del imperio. 
Porque en la Argentina, en Latinoamérica, en parte del mundo, lo que se está juzgando en los pequeños humanos –pequeños de alma y de espíritu– convertidos en dóciles y vergonzantes cipayos, es la cloaca ideológica que es el imperio “yanqui”. Y que ya es parte de un enorme capítulo de lo que la imaginación borgeana pusiera como título en uno de sus textos: Historia universal de la infamia.
* El autor es periodista y referente de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre

martes, 14 de junio de 2011

Argentina, hace 35 años - un plan para eliminar al PRT-ERP del Comahue .

Por Pablo Scatizza - http://www.8300.com.ar/2011/06/14/un-plan-para-eliminar-al-prt-erp-del-comahue/ 


Hace exactamente 35 años, entre el 9 y el 15 de junio de 1976, se realizó en Cutral Có y Plaza Huincul un operativo comandado por el Ejército en el que fueron secuestrados por lo menos diecisiete jóvenes de entre 15 y 30 años. El objetivo formó parte, sin embargo, de un plan más grande cuya ejecución había comenzado tres días antes en Neuquén capital: desmantelar una célula del PRT-ERP que, en la hipótesis castrense, operaba entre el valle neuquino y la comarca petrolera.

Al atardecer del sábado 12 de junio de 1976, cinco sujetos ingresaron a la vivienda de la familia Seguel, en Cutral Có, preguntando por una tal “Silvia” y mostrando una foto de Arlene, el nombre real de aquella muchacha de tan sólo 21 años. Ella no estaba en casa, pero minutos más tarde llegaría y se encontraría con sus secuestradores. Estudiaba Servicio Social en la Universidad Nacional del Comahue y militaba en el PRT. 

Nunca más se la volvería a ver. En los tres días siguientes los represores irían en busca de más de una docena de compañeros, amigos y conocidos suyos que como ella habitaban la comarca petrolera, llevando a cabo lo que hoy recordamos como Operativo Cutral Có.

Pero retrocedamos unos días. Tres, para ser más exactos, cuando el Ejército Argentino decide iniciar en Neuquén capital uno de los operativos de secuestro más importantes que se producirían en la Patagonia argentina. El objetivo: desmantelar una célula del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y su brazo armado, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), que se estaba consolidando en la región. La luz verde del raid delictivo se encendió aquella tarde del 9 de junio. En el imaginario militar, una de las puntas del ovillo por donde comenzar a tirar estaba en un grupo de jóvenes vinculados al mundo del teatro, junto con otro de mujeres que pertenecían a la carrera de Servicio Social que se dictaba en la UNCo. Y por allí empezaron. Sabían, o quizá lo sospechaban, que no todas sus víctimas estaban directamente vinculadas con esa agrupación política, pero eso no les importaba en absoluto. Ya habría tiempo para interrogar, torturar, desaparecer o descartar, según fuera el caso. El asunto era que no quedara nadie afuera.

Ese miércoles 9 de junio, un grupo de secuestradores integrados por miembros del Ejército y de la Policía Federal secuestrarían primero a Alicia Villaverde, mientras estaba trabajando en la oficina de Compras de la Subsecretaría de Obras Públicas de la Provincia. Casi al mismo tiempo, otra comisión de detención se llevó de la casa de la docente de Servicio Social, Susana Mujica, a Cecilia Vecchi, Darío Altomaro y Lucio Espíndola. Susana no estaba en su casa y recién la encontrarían allí cerca de la medianoche. También se la llevarían secuestrada y, al igual que su alumna Cecilia, serían asesinadas y aún hoy permanecen desaparecidas. Alicia, Dario y Lucio eran miembros de la compañía de teatro “Génesis”, de mucho renombre en aquel entonces y en el cual el Ejército tenía sus ojos puestos. Hay pruebas, también, de que Susana y Cecilia no sólo compartían espacio y tiempo en la carrera de Servicio Social de la UNCo sino que eran activas militantes del PRT. Sea por relación familiar, amistosa o de militancia, todos ellos estaban vinculados entre sí.

También estaban relacionados con Alicia Pifarré, reconocida actriz y compañera de Alicia, Darío y Lucio en el grupo “Génesis”. Alicia militaba, además de actuar y cantar, en el PRT junto con Susana y Cecilia. Y como ellas también continúa desaparecida. Fue secuestrada aquella noche del 9 de junio, junto con su amiga Alicia Figueira mientras iban en el auto de esta última camino a la universidad.

Dos días después, el raid delicitivo continuará su tarea. Era la mañana del 11 de junio, cuando Mirta Tronelli cayó en manos de sus secuestradores de su lugar de trabajo en la Dirección de Turismo Social, cuyas oficinas estaban ubicadas en la galería Española. La subieron a un auto y se la llevaron. Al igual que su profesora Susana Mujica y su compañera de estudio Cecilia Vecchi, aún continúa desaparecida. Las tres fueron por identificadas por última vez en el centro clandestino de detención, tortura y muerte “La Escuelita” de Bahía Blanca. Antes había pasado, junto con sus compañeros y compañeras, por “La Escuelita” de Neuquén ubicada en los fondos del Batallón ubicado sobre ruta 22.

Ese viernes 11 de junio también fueron secuestrados Gladys Sepúlveda, Virginia Recchia y Carlos Schedan. Virginia y Carlos estaban casados, y este último había sido un activo militante del PRT. Sería visto con vida por última vez en La Escuelita de Bahía Blanca. A aquel centro clandestino de detención también serían llevadas, Eva Libertad Garrido, Élida Sifuentes y Nora Rivera, secuestradas al día siguiente; el mismo 12 de junio en el que comenzaría el denominado Operativo Cutral Có.

Terror en la comarca
Cuando el reloj apenas había pasado las 20 del lunes 14 de junio, la etapa más intensa del operativo Cutral Có se ponía en marcha. Al menos catorce hombres y una mujer serían secuestrados en poco más de ocho horas, por tres comisiones de detención que actuaron conjuntamente con sendos grupos de tareas. El centro de operaciones sería la Comisaría Cuarta de Cutral Có cuyo jefe era el comisario Héctor Mendoza, detenido recién el año pasado luego de estar prófugo desde que se ordenara su arresto en agosto de 2008. Desde la capital neuquina viajaron ese día el capitán Roberto Maier, entre otros oficiales y suboficiales, apoyados por decenas de soldados del Ejército y agentes de la Policía Provincial.

El operativo fue llevado a cabo de manera coordinada por grupos de tarea y comisiones de detención, que no eran lo mismo aunque secuestraban igual. Estas últimas estaban conformadas por personal del Ejército y de la Policía, quienes actuaban vestidos de civil o con uniforme, y generalmente se identificaban al practicar las detenciones. Actuaban apoyados por personal policial y/o militar y vehículos con identificación oficial. En cambio, losgrupos de tarea operaban de manera clandestina y mucho más violenta, en vehículos civiles, sin identificación o con identificaciones falsas, y sus integrantes actuaban vestidos de civil, con el rostro oculto (utilizando capuchas, bufandas, pañuelos) o directamente disfrazados. Estos grupos solían estar conformados por personal civil dependiente del Ejército y de la Policías Federal y Provincial, y hay testimonios que indican que posiblemente hayan participado sujetos que no eran integrantes de ninguna fuerza armada, a cambio de dinero o influencias.

Como decíamos recién, el operativo intensificó su labor recién iniciada la noche de aquel 14 de junio. Sin embargo, ese lunes por la madrugada, muy temprano, el mismo grupo de tareas que había secuestrado a Arlene Seguel había vuelto a las calles. Esta vez, a llevarse ilegalmente detenido a Carlos Chávez, que se encontraba durmiendo en la casa de sus suegros, ubicada en Alem 649 de Cutral Có. Un rato antes de ello, cerca de las 3 de la mañana, el comando había iniciado su raid rompiendo una ventana de la casa de Herminio Mario Fuentes, forzándolo a abrir la puerta a punta de pistola. Los secuestradores tenían el dato de que allí se habían realizado reuniones políticas del ERP encabezadas por un hombre apodado “Cacho”.

Pero Cacho no estaba. Quien usaba ese nombre de guerra era Julio Isabelino Galarza, y ya había huido de Cutral Có apenas se enteró del secuestro de Arlene, su compañera militante, ocurrido dos días antes. No obstante, sería secuestrado y desaparecido un año más tarde en alguna otra parte del país por las fuerzas represoras que en aquel entonces gobernaban el territorio. Los integrantes del grupo de tareas no tenían muy en claro quién era Cacho, pero sí que las reuniones que se habían realizado en el galpón que Fuentes tenía al fondo de su casa había estado Carlos Chávez junto con otros militantes, por quienes irían unas horas después.

La hipótesis represiva
Según los represores, los jóvenes Pedro Daniel Maidana, José Delineo Méndez, Octavio Méndez, Sergio Méndez Saavedra, Dora Seguel y Miguel Ángel Pincheira integraban la supuesta célula del PRT-ERP junto con Arlene Seguel, Carlos Chavez y Julio Isabelino Galarza, entre otros. Y esa célula estaba conectada con Neuquén, por lo menos, a través de Arlene, estudiante de la carrera de Servicio Social en la UNCo. Sin embargo, no sólo militantes políticos se llevaron en este operativo; mucho menos se llevaron solamente a militantes del ERP. Cutral Có era un lugar muy pequeño en ese entonces y las relaciones personales de los estudiantes y trabajadores se abría como un abanico al momento de establecer conexiones. Fue por eso que varias víctimas de este operativo de secuestros lo fueron por conocer a uno o ser amigo del otro; por militar en actividades sociales en los barrios o por hacerlo a través de iglesias. Motivos todos ellos más que suficiente para ser víctima directa del plan genocida que, entre 1974 y 1983, intentó “reorganizar” una sociedad en base a la destrucción literal de la existente.

El terror se expande
Al anochecer de aquel lunes 14 de junio, un grupo de tareas irrumpió en la casa de Sergio Méndez Saavedra, quien fue sujetado violentamente a punta de pistola y obligado a subir a un vehículo particular para ser llevado rumbo a la Comisaría: allí serían llevadas una a una las víctimas de este operativo para comenzar a ser torturadas. Junto a él estaba Carlos Chávez, desfigurado y prácticamente irreconocible por los golpes. 

Minutos más tarde, en otra parte de la ciudad una comisión de detención ingresaba junto a un grupo de tareas en la vivienda de la familia Méndez en busca de José Delineo. Pero no lo encontrarían allí ya que estaba haciendo el servicio militar en Junín de los Andes, donde igualmente sería detenido sólo unas horas más tarde. 

De la casa de los Méndez, la comisión de detención se dirigió rumbo a la Escuela Comercial Nocturna Margarita Paez de Cutral Có, donde detuvieron a Octavio Omar Méndez, el hermano de 15 años de José Delineo, y Dora Seguel, quien tenía 16. Prácticamente al mismo tiempo, un grupo de tareas irrumpía en el domicilio de la familia Maidana en busca de Pedro, a quien no encontrarían ya que estaba ingresando a clases en la ENET N° 1 de Plaza Huincul. A quien sí se llevaron de esa casa fue a su hermano de 17, Juan Carlos, con la expectativa de obtener información a fuerza de tortura.

Mientras esto sucedía, otra comisión de detención comandada por el capitán Roberto Maier se llevaba detenido a Pedro Maidana de la ENET, frente a los ojos testigos de varios de sus compañeros. La casa de la familia Seguel, por otra parte, sería nuevamente allanada, llevándose a José Elizalde, padre de las hermanas ya detenidas, rumbo a la Comisaría Cuarta de Cutral Có. En esa seccional, en espacio de una hora, confluirían todas las víctimas. Lo mismo sucedería, aunque no hay precisiones al respecto, con una persona llamadaRubén Bascuñán y un hombre de apellido Ortega. Así, a esta altura de la noche, sólo quedaban por detener Guillermo Almarza, Francisco Tomasevich y Emiliano Cantillana, quienes serían aprehendidos violentamente en sus hogares, durante la madrugada del martes 15 por fuerzas del Ejército y de la Policía de Neuquén. Los tres fueron llevados junto a los demás a la comisaría.

Rumbo a Neuquén
En la seccional policial de Cutral Có, todas las víctimas fueron golpeadas y torturadas mientras eran interrogadas acerca de vinculaciones propias y ajenas a la política. Algunos con tal intensidad, como Pedro Maidana, que tuvo que ser llevado al Hospital para ser atendido. Al amanecer del martes 15, casi todos los jóvenes secuestrados serían subidos a un camión celular de la Policía Provincial, para ser trasladados en caravana rumbo a Neuquén capital. Pedro Maidana sería llevado en una ambulancia por el estado en el que quedó luego de la tortura. Juan Carlos Maidana, Octavio Omar Méndez y José Seguel serían liberados ese día en aquella comarca y a José Delineo Méndez lo trasladaron directamente de Junín de los Andes a Neuquén, mientras que Argentina Seguel habría de ser detenida en esta capital mientras averiguaba por el paradero de su hermana detenida el sábado anterior.

Así, el Operativo Cutral Có concluía su etapa de secuestros con por lo menos 17 personas detenidas violenta e ilegalmente. La mayoría de ellos pasaría primero por la U9 y luego por La Escuelita de Neuquén. Algunos habrían de ser llevados también a La Escuelita de Bahía Blanca y luego a la U6, la cárcel de Rawson. La mayoría de las víctimas secuestradas en la comarca fueron reunidas con las capturadas por el aparato genocida en Neuquén capital durante el operativo iniciado cinco días antes. Según la hipótesis del Ejército, todos estos jóvenes estaban vinculados entre sí a partir de su pertenencia (real o imaginada en la mente criminal) al PRT-ERP.

José Delineo Méndez, Carlos Cháves, Arlene Seguel y Miguel Angel Pincheira continúan desaparecidos.






lunes, 13 de junio de 2011

LAS MASACRES DE “LA DEMOCRACIA” IMPERIAL

Stella Calloni - http://www.revista2010.com.ar/noticia.php?id=280


Los recientes bombardeos de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) a los puertos de Libia, hundiendo ocho barcos civiles han causado un desastre humanitario en ese país, víctima de la ilegalidad internacional y de uno de los más aceitados esquemas de desinformación y silencios informativos.

Esto sucede  en el marco de una sucesión de invasiones coloniales que auguran otras tragedias en el mundo, si no se detiene este brutal avance expansivo  de Estados Unidos y sus aliados.

Si algo faltara en el armado contrainsurgente de Washington y los “cruzados” del siglo XXI  contra Libia -que decidieron la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas(ONU)el pasado 17 de marzo sin analizar informes que negaban los supuestos bombardeos del gobierno libio contra civiles- ahora se agrega otra medida de dudosa legalidad como es la decisión del fiscal Luis Moreno Ocampo de la Corte Penal Internacional (CPI),  ordenando la detención de Muammar El Khadafi, su hijo y otros, por presuntos crímenes de lesa humanidad.

Esta decisión está basada exclusivamente en informes de los llamados “rebeldes” de la OTAN en Benghazi, es decir de  los invasores en ese país norafricano.

Según el propio Moreno Ocampo, esto lo hizo por solicitud de la ONU, con lo cuál queda en claro que la CPI está pasando a ser otro organismo al servicio de planes anexionistas, que han derivado en la invasión y ocupación colonial de países como Afganistán e Irak y como se intenta  ahora en Libia.

El fiscal no tuvo ningún reparo de conciencia al anunciar la apresurada decisión de la CPI , en momentos en que la OTAN asesinaba en Trípoli el 29 de abril de 2011 a un hijo de Khadafi, a tres de sus nietos menores de cuatro años y a centenares de ciudadanos de ese país, a lo que se agregan los heridos que abarrotan los hospitales que quedan en pie.

Y nada ha hecho ante el asesinato de 11 líderes religiosos y otros, entre ellos niños, víctimas de un bombardeo a un centro infantil. Esta actuación del fiscal de la CPI se confronta con la indiferencia del mismo ante las denuncias y pruebas que se acumulan desde hace años en casos como el régimen de Báhrein, (la dinastía monárquica Al Khalifa) entregadas por sacrificados organismos humanitarios sobre  crímenes de lesa humanidad, ejecuciones extrajudiciales, torturas y desapariciones, lo que sigue sucediendo en estos momentos en ese país.

Tampoco actuó la CPI ante los bombardeos israelíes  sobre el pueblo palestino de Gaza, encerrado en la mayor cárcel a cielo abierto del mundo, ni en El Líbano, ni ante la masacre cometida por tropas israelíes, en aguas internacionales cuando asaltaron una flotilla de barcos con pacifistas.

Y menos aún ante los crímenes de lesa humanidad, exhibidos por televisión  cometidos en Afganistán o Irak, donde ya se calcula  más de un millón de muertos a manos de las tropas extranjeras de  ocupación. Los fiscales de la CPI no han visto Guantánamo, ni una larga lista de situaciones similares. Si la CPI se preocupara por los pueblos agredidos, algo habría hecho ante el bloqueo criminal de Estados Unidos contra el pueblo cubano, un sitio medioeval que dura más de medio siglo y que tanto daño ha causado.

Esta Corte -cuya creación dejó muchas dudas que parecen razonables a la luz de estos nuevos y otros recientes sucesos – parece decidida a tomar ahora resoluciones favorables a los impulsos guerreros y las necesidades del poder    hegemónico.

En realidad todo se blanquea y ya nadie disfraza las intenciones verdaderas: la “exclusión aérea” resuelta por la ONU se transformó en bombardeos permanente de las fuerzas que iban a “pacificar” y a “proteger” a un pueblo, al que están matando, además de producir daños contra miles de edificios públicos, escuelas, hospitales, ministerios, radios, sedes televisivas  y hoteles.

Saif al Arab Khadafi, y sus pequeños hijos murieron junto a otra cantidad de víctimas, en un ataque aéreo lanzado por la OTAN en Trípoli, tratando de asesinar a Khadafi quien estaba en el lugar con su esposa.
El bombardeo fue una doble provocación de la OTAN porque en esos momentos y una vez más Khadafi  llamaba a negociar  un cese del fuego con la OTAN.

"Hasta este momento Libia está dispuesta a aceptar un cese del fuego, pero un cese del fuego no puede ser unilateral”, dijo Khadafi por la TV estatal de su país y agregó “nadie puede obligarme a dejar mi país, y nadie me puede decir que no debo luchar por mi país",  a la vez  que exigió que un acuerdo de cese del fuego sea firmado por todas las partes involucradas en el conflicto.

Por supuesto que nadie de los que conforman el llamado  Consejo Nacional de Transición (CNT), creado a instancia de los invasores y no como sostienen los medios hegemónicos, por “el pueblo rebelde”, aceptaría  un alto al fuego y una negociación que salvaría muchas vidas, porque esta “guerra” es una cuestión de negocios, de geoestrategia  y de asegurar el control de los recursos del mundo al precio de anular todas las soberanías y no otra cosa.

Estados Unidos y sus aliados europeos -que una vez más quedarán relegados si llega a concretarse la toma de Libia- no están allí para pacificar sino para invadir porque no se trata de una “misión humanitaria”, sino de un nuevo asalto colonial y ocupación de  un país.

El actual vicepresidente (porque hubo varios en un escaso tiempo) del Consejo Nacional de Transición (CNT), Abdelhafizh Ghoga dice ahora que “la gente en Libia no puede imaginarse ni aceptar un futuro en el que el régimen de Khadafi esté presente", como si él representara la liberación y no la entrega del país.

Pero, en tanto, lo que arde por bombas  a solicitud de estos “rebeldes” son casas donde viven familias. Como se sabe mediante las leyes libias -que nadie cita- cada libio tiene derecho a una casa y salud y educación gratuitas, entre otros que su constitución establecía.

Un ojo de la CPI ve crímenes de lesa humanidad en un lado, pero el otro se tapa -como lo hacen los piratas-cuando esos crímenes están documentados fehacientemente y sus responsables están amparados por el poder hegemónico.
Desde que el 31 de marzo pasado  la OTAN , se puso al frente de los ataques, en una maniobra de Estados Unidos para apaciguar “los entusiasmos” franceses y británicos y advertir quien en realidad manda en estos asuntos,  se han realizado más de cinco mil operaciones aéreas sobre el país, entre ellas más de dos mil bombardeos.

LA ONU AMPARA BOMBARDEOS

El objetivo primario de acuerdo a la Resolución 1973 era  “supervisar la zona de exclusión aérea”, mantener el embargo de  armas y proteger a la población civil.

Ahora la población civil está desprotegida ante los bombardeos de la OTAN y ya no se trata de evitar los supuestos ataques de Khadafi contra la población civil, sino de derrocar al gobierno, lisa y llanamente y de armar con dineros del Estado libio a los “rebeldes” que están bajo el amparo de los invasores.

Aprovechando el marco de las revueltas en Túnez, Egipto y otros países se armó el levantamiento”popular” en Benghazi y otras ciudades, con aceitada mano externa, como lo reconoció el presidente de Estados Unidos Barack Obama  el 30 de noviembre de 2010, en The New York Time, al   admitir que desde hacía tiempo había mandado a comandos de la CIA a Libia para ponerse en contacto con los presuntos rebeldes, orientarlos y asesorarlos. 

Cada vez se conocen más datos sobre el ingreso de mercenarios, a los que curiosamente algunos periodistas europeos definieron como “tribus” de las zonas fronterizas “en rebelión” contra Khadafi,  por motivos religiosos y “tribales”.

Las “tribus” en realidad fueron mercenarios muy bien armados (con armas que llegaron de manos del ejército de Egipto entre otros)los que se escurrieron por las fronteras porosas  para crear el foco que se necesitaba para intervenir en Libia.

La voz de la razón para detener esta masacre no se escucha. Cada llamado al diálogo es respondido con bombardeos, como lo ha registrado la agencia Prensa Latina cuando describe (17-5 2011)los ataques contra “edificios residenciales” y  oficinas gubernamentales que  “sufrieron daños considerables” entre ellos un hotel que albergaba periodistas extranjeros.

Por supuesto que los invasores no aceptarán nada y ¿por qué habrían de hacerlo si ya estaban preparados con barcos, aviones, portaviones y demás desde mucho antes de que se hablara de “inquietudes” en Libia? .
Y en la oleada de bombardeos, como lo relata también PL  se afectaron viviendas y mientras las casas “quedaban  envueltas en llamas” sus habitantes huían por las calles.

En esos días la OTAN bombardeó también áreas periféricas como una planta petrolera en Ras Lanuf, respondiendo a un pedido de Gran Bretaña y de la “oposición armada” libia “para intensificar y ampliar sus ataques”.(PL)
¿Qué clase de rebeldes libertarios pedirían que se bombardeara a su pueblo y a su territorio?

En sus esfuerzos negociadores Libia envió una delegación a Moscú a la vez que anunciaba una amnistía para “alzados arrepentidos y mercenarios” respaldado  por  un acuerdo del denominado “foro de notables” y ancianos de la Conferencia Nacional de Tribus Libias, en una reunión con representantes de más de 860 etnias. Estos llamaron a “hacer todo lo posible para lograr la paz, la unidad y el diálogo entre los libios a partir de un alto el fuego y una solución negociada al conflicto”. La respuesta es la intensificación de los ataques.

El pasado de 21 de mayo el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, advirtió que la OTAN incumple el mandato de la ONU. Por su parte el portavoz oficial de la Cancillería, Alexander Lukashevich, señaló que pese a asegurar que en Libia se toman las decisiones correctas, la OTAN persiste en derrocar al gobierno de ese país, para lo cual nadie le dio mandato alguno”, a la par que se pronuncian por una salida negociada al conflicto en Libia (Prensa Latina).

Esta posición aparece como una respuesta definida a la propuesta de David Richards, jefe de las  Fuerzas Armadas británicas quien se pronunció por aumentar “el rango de sus objetivos” para “acabar” con Kadhafi, como reportaron diversas agencias. “Se puede o no tener simpatía por el primer Kadhafi o por el Kadhafi de los últimos años, pero definitivamente no se puede estar del lado de los ‘cruzados’ ni de la prepotencia de los fabricantes de bombas y los comerciantes de oleoductos. Estas gestas sólo producen muertes sobre muertes hasta que el planeta entero caiga en la lista negra”, advierte desde Italia el analista Gabriel Impaglione. 

jueves, 9 de junio de 2011

Europa: Los jóvenes en las calles y el secuestro de la democracia

Boaventura de Sousa Santos* - http://www.surysur.net/?q=node/16693


En los próximos tiempos, las élites conservadoras europeas, tanto políticas como culturales, tendrán un choque: los europeos son gente común y, cuando están sujetos a las mismas provocaciones o frustraciones por las que han pasado pueblos de otras regiones del mundo, en lugar de reaccionar a la europea, reaccionan como ellos. Para estas élites, reaccionar a la europea es creer en las instituciones y actuar siempre dentro de los límites que imponen. Un buen ciudadano es un ciudadano de buen comportamiento y éste es el que vive cercado por las instituciones.

Dado el desarrollo desigual del mundo, no es de prever que en un futuro próximo los europeos padezcan las mismas provocaciones a las que han sido sometidos los africanos, los latinoamericanos o los asiáticos. Pero todo parece indicar que pueden ser víctimas de las mismas frustraciones. Formulado de maneras muy diferentes, el deseo de una sociedad más democrática y justa es hoy en día un bien común de la humanidad. El papel de las instituciones es el de regular las expectativas de los ciudadanos para evitar que el abismo que media entre ese deseo y su cumplimiento no sea tan grande como para que la frustración alcance niveles perturbadores.

Ahora se observa un poco por todas partes que las instituciones existentes están realizando peor su papel vez más difícil contener la frustración de los ciudadanos. Si las instituciones existentes no sirven, es necesario reformarlas o crear otras. Hasta que esto ocurra, es legítimo y democrático actuar al margen de ellas, pacíficamente, en las calles y plazas. Estamos entrando en un periodo postinstitucional.

Los jóvenes acampados en la plaza de Rossio Lisboa y las plazas de España son las primeras señales de la emergencia de un nuevo espacio público —la calle y la plaza— donde se discute el secuestro de las actuales democracias por los intereses de minorías poderosas y se apuntan los caminos de construcción de democracias más sólidas, más capaces de salvaguardar los intereses de las mayorías. La importancia de su lucha se mide por la ira con la que cargan contra ellos las fuerzas conservadoras. Los acampados no tienen que ser impecables en sus análisis, exhaustivos en sus denuncias o rigurosos en sus propuestas. Les basta con ser clarividentes en la urgencia de ampliar la agenda política y el horizonte de posibilidades democráticas, y genuinos en la aspiración de una vida digna social y ecológicamente más justa.

Para contextualizar la lucha de las acampadas y acampados, son oportunas dos observaciones. La primera es que, al contrario de los jóvenes (anarquistas y otros) de las calles de Londres, París y Moscú al inicio del siglo XX, los acampados no lanzan bombas ni atentan contra la vida de los dirigentes políticos. Se manifiestan pacíficamente y a favor de más democracia. Es un avance histórico notable que sólo la miopía de las ideologías y la estrechez de los intereses no permite ver. A pesar de todas las trampas del liberalismo, la democracia entró en el imaginario de las grandes mayorías como un ideal liberador, el ideal de la democracia verdadera o real. Es un ideal que, si se toma en serio, constituye una amenaza demoledora para aquellos cuyo dinero o posición social les ha permitido manipular impunemente el juego democrático.

La segunda observación es que los momentos más creativos de la democracia rara vez ocurrieron en las sedes de los parlamentos. Ocurrieron en las calles, donde los ciudadanos indignados forzaron los cambios de régimen o la ampliación de las agendas políticas. Entre muchas otras demandas, los acampados exigen la resistencia a las imposiciones de la troika para que la vida de los ciudadanos tenga prioridad sobre las ganancias de los banqueros y especuladores; el rechazo a la renegociación de la deuda; un modelo de desarrollo social y ecológicamente más justo; el fin de la discriminación sexual y racial y de la xenofobia contra los inmigrantes; la no privatización de bienes comunes de la humanidad, como el agua, o de bienes públicos, como el servicio de correos; la reforma del sistema político para hacerlo más participativo, más transparente e inmune a la corrupción.

Pensando en las elecciones legislativas portuguesas por no hablar de ellas. ¿No es cierto?

martes, 7 de junio de 2011

Peru: El triunfo de Humala y el nuevo horizonte

Oscar Ugarteche - http://alainet.org/active/47119


Las elecciones del 5 de junio del 2011 han dividido el Perú en dos: los que creen en una actitud ética en la política y los que piensan que la ética no importa sino solo sus intereses, parafraseando eso de que Estados Unidos no tiene amigos sino intereses.  Además, la derecha financiera y minera ha mostrado con su accionar que la depresión salarial está bien. El Perú tiene una participación salarial de 22% del PIB versus 45% en Chile y 40% en Brasil, ambos países donde nunca se cayó el salario en el PIB desde antes de los inicios de los ajustes en los años 80. El único otro país con una participación salarial tan baja es México donde cayó de alrededor de 40% a 29% del PIB.
 
La reacción de los especuladores en bolsa ha sido un retiro de la bolsa de Lima que hizo que se desplomara 12% a la mañana siguiente a las elecciones. PPK (Pedro Pablo Kuczynski) lo advirtió y en esa advertencia lo hizo realidad. Hizo terrorismo económico y se materializó. Como el anuncio de que van a escasear las latas de lecha del supermercado. El Perú completo queda advertido de cómo va a actuar la derecha.
 
Lo que se espera de Humala primero y por sobre todo es una actitud ética en la política que tanto Fujimori como García han hecho lo posible por desacreditar. García ha llegado a demoler su propio partido político con el objetivo de perpetuarse en el poder, siendo o no presidente. Ya demolida el APRA con su larga historia, el Perú puede emprender un nuevo rumbo político en general sin el temor de los retrocesos que tanto daño le han hecho. Atrás quedó para siempre “El antiimperialismo y el APRA” de Haya de la Torre y toda la literatura que a ratos permitían ver en ese partido uno progresista y relativamente autónomo de los poderes económicos más primitivos. El final de la vida del APRA fue cuando García le jugó en contra de todo a lo que simbolizaban desde los años 30. Ganó la apuesta García y perdió el partido. RIP.
 
Humala tiene por delante todo tipo de retos. El primero será quedarse en el asiento presidencial cuando la derecha ha hecho una campaña sucia incluyendo llamadas telefónicas a casas de votantes  hasta el día de las elecciones para denunciar el “peligro Humala”. PPK, hombre de varios pasaportes incluyendo el peruano, salió como terrorista económico a denunciar que se desplomaría la bolsa de Lima por el resultado electoral. CNN le dio cabida a esta tontería que encubre que las bolsas del mundo han tenido en las últimas siete semanas una racha de caída solo superada en el año 2004. Es fácil culpar a Humala de que llueva o deje de llover y lo van a hacer. Como culpan a la alcaldesa Susana Villarán –por la Comisión de la Verdad–. Hemos visto que la libertad de expresión sirve para decir lo que los dueños de los medios y sus socios quieren decir. El titular de El Comercio del lunes 6 de junio fue “Un resultado que llama a concertar, Humala 50.9%, Keiko0 49.1%”. El resultado fue 51.5% versus 48.5% y eso era lo que había salido del conteo rápido y de las proyecciones del conteo inicial pero mejor era una noticia falsa para forzar el argumento de que el poder no lo van a perder.
 
Para concertar tienes que tener ánimo de concertación y eso la derecha no lo tiene. Es una derecha falangista, racista, fóbica, oscurantista e ignorante, pegada al Opus Dei que aunque católico extrañamente carece de valores éticos, a no valorar el conocimiento; y que ha permitido que el Perú se coloque y alinee con los regímenes más retardatarios en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que se reeligiera a Alan García; y que la hija de un delincuente corra a las presidenciales, para beneficio de lavarle la cara a los 75 presidiarios, que están en la cárcel con su padre. Es una derecha que ha rifado una política exterior digna y la ha sustituido por un mamarracho. ¿Podrá Humala recuperarle la dignidad a la cancillería peruana? ¿Podrá recuperarle la fe en la política a los peruanos?
 
El Perú está en un momento expectante del crecimiento económico. Tal vez ponerle impuestos a la renta a las inversiones en bolsa sería un acto para afectar las riquezas que se están apilando sin impuestos en el nombre del libre mercado. Eso realmente espantaría los capitales golondrinos de la bolsa y tal vez terminaría con las burbujas especulativas y ayudaría a ajustar el tipo de cambio. Promover que el MILA (las bolsas de Bogotá, Lima y Santiago) que inició sus operaciones el lunes después de las elecciones se articule con la bolsa de Sao Paulo quizás sería otro acto simbólico.
 
Hay que recordar que el impuesto a las transacciones financieras (ITF) se instituyó en 2002 para financiar la educación en el Perú cuya meta de gasto debe de ser 6% del PIB. El ITF fue reducido por PPK en 2003 cuando era ministro porque distorsionaba el mercado, dijo. Quizás sea hora de recuperarlo a los niveles que tuvo al inicio en el 2002 y que tanto impacto positivo observó en la recaudación tributaria. ¿Podrá Humala recuperar el nivel de la educación pública perdida hace varias décadas? ¿Podrá recuperar la universidad pública a niveles reconocibles?
 
El regreso del Perú a Sudamérica es lo más significativo, empero. Eso es positivo para el país y para la región como un todo porque consolida el bloque regional progresista. Esto podrá facilitar el proceso de UNASUR que la derecha peruana detesta por razones ideológicas y pondrá al país a la par con sus vecinos en la Comisión de coordinación macroeconómica de UNASUR, en el Banco del Sur, en el uso de la moneda nacional para el comercio exterior y nivelará los aspectos políticos y migratorios del espacio así como consolidará el Consejo de Defensa Suramericano. La batalla contra la derecha peruana en estos campos será tenaz.
 
Para todos Humala es una interrogante y Fujimori una certidumbre. El futuro nos espera a todos los y las peruanos/as que deberemos de enfrentar los retos del futuro. La familia peruana debe de reunificarse dice Mario Vargas Llosa, pero escuchándolo a de Soto, eso es muy difícil. El horizonte peruano ha cambiado para mejor, para el regreso de la ética en la política y para la recuperación de la dignidad nacional. Esa, no se cotiza en bolsa.
 
- Oscar Ugarteche, economista peruano, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Es presidente de ALAI y coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA) http://www.obela.org

sábado, 4 de junio de 2011

Las revoluciones de la gente común

Raúl Zibechi* - http://www.surysur.net/?q=node/16661


En los más diversos rincones del planeta la gente común está saliendo a las calles, ocupando plazas, encontrándose con otras gentes comunes a las que no conocían pero que inmediatamente reconocen. No esperaron a ser convocados, acudieron por la necesidad de descubrirse. No calculan las consecuencias de sus actos, actúan con base en lo que sienten, desean y sueñan. Estamos ante verdaderas revoluciones, cambios profundos que no dejan nada en su lugar, aunque los de arriba crean que todo seguirá igual cuando las plazas y las calles recuperen, por un tiempo, ese silencio de plomo al que denominan normalidad.
 
No encuentro mejor forma de explicar lo que está sucediendo que traer un memorable texto de Giovanni Arrighi, Terence Hopkins e Immanuel Wallerstein, 1968: el gran ensayo, capítulo del libro Movimientos antisistémicos (Akal, Madrid, 1999). Ese texto denso, inspirado en la mirada larga y profunda de Braudel, se abre con una afirmación insólita: Tan sólo ha habido dos revoluciones mundiales. La primera se produjo en 1848. La segunda en 1968. Ambas constituyeron un fracaso histórico. Ambas transformaron el mundo.
 
A renglón seguido los tres maestros del sistema-mundo exponen que el hecho de que ambas revoluciones no estuvieron planeadas y que fueran espontáneas en el sentido profundo del término explica tanto el fracaso como su capacidad de cambiar el mundo. Dicen más: que 1848 y 1968 son fechas más importantes que 1789 y 1917, en referencia a las revoluciones francesa y rusa. Éstas fueron superadas por aquéllas.
 
El concepto heredado y hegemónico aún de revolución debe ser revisado, y lo está siendo en los hechos. Frente a una idea de revolución centrada exclusivamente en la conquista del poder estatal, aparece otra más compleja pero sobre todo más integral, que no excluye la estrategia estatal pero que la supera y desborda. En todo caso, la cuestión de conquistar el timón estatal es un recodo en un camino mucho más largo que busca algo que no puede hacerse desde las instituciones estatales: crear un mundo nuevo.
 
Para crear un mundo nuevo, lo que menos sirve es la política tradicional, anclada en la figura de la representación que consiste en suplantar sujetos colectivos por profesionales de la administración, y del engaño. Por el contrario, el mundo nuevo y diferente al actual supone ensayar y experimentar relaciones sociales horizontales, en espacios autocontrolados y autónomos, soberanos, donde nadie impone y manda el colectivo.
 
La frase clave de la cita es espontáneas en el sentido profundo. ¿Cómo interpretar esa afirmación? En este punto hay que aceptar que no hay una racionalidad, instrumental y estadocéntrica, sino que cada sujeto tiene su racionalidad, y que todos y todas podemos ser sujetos cuando decimos Ya basta. Se trata, entonces, de comprender las racionalidades otras, cuestión que sólo puede hacerse desde adentro y en movimiento, a partir de la lógica inmanente que develan los actos colectivos de los sujetos del abajo. Eso indica que no se trata de interpretar sino de participar.
 
Por encima de las diversas coyunturas en que surgieron, los movimientos de la plaza Tahrir en El Cairo y de la Puerta del Sol en Madrid forman parte de la misma genealogía del que se vayan todos de la revuelta argentina de 2001, de la guerra del agua de Cochabamba en 2000, de las dos guerras del gas bolivianas en 2003 y 2005 y de la comuna de Oaxaca de 2006, por mencionar sólo los casos urbanos. Lo común son básicamente dos hechos: poner un freno a los de arriba y hacerlo abriendo espacios de democracia directa y participación colectiva sin representantes.
 
Esa estrategia con dos fases, rechazo y creación, desborda la cultura política tradicional y hegemónica en las izquierdas y el movimiento sindical, que sólo contemplan parcialmente la primera: las manifestaciones autocontroladas, con objetivos precisos y acotados. Esa cultura política ha mostrado sus límites, incluso como rechazo a lo existente porque al no desbordar los cauces institucionales es incapaz de frenar a los de arriba y se limita, solamente, a preparar el terreno para el relevo de los equipos gobernantes sin cambio de política. Esa cultura política ha sido hábil para desplazar a las derechas y ha fracasado a la hora de cambiar el mundo.
 
Las revoluciones en marcha son estuarios donde desembocan y confluyen ríos y arroyos de rebeldías que recorrieron largos caminos, algunos de los cuales beben en las aguas de 1968 pero las superan en profundidad y densidad. Rebeldías que vienen de muy lejos, montaña arriba, para confluir de modo imperceptible y capilar con otros cauces, a veces minúsculos, para un buen día mezclar sus aguas en un torrente donde ya nadie se pregunta de dónde viene, qué colores y señas de identidad arrastra.
 
Estas revoluciones son el momento visible, importante pero no fundante, de un largo camino subterráneo. Por eso la imagen del topo es tan adecuada: un buen día pega un salto y se muestra, pero antes ha hecho un largo recorrido bajo tierra. Sin ese recorrido no podría nunca ver la luz del día. Ese largo andar son las cientos de pequeñas iniciativas que nacieron como espacios de resistencia, pequeños laboratorios (como los que existieron desde finales de los años 90 en Lavapiés, Madrid) donde se vive como se quiere vivir y no como ellos quieren que vivamos.
 
Quiero decir que los grandes hechos son precedidos y preparados, y ensayados como señala James Scott, por prácticas colectivas que suceden lejos de la atención de los medios y de los políticos profesionales. Allí donde los practicantes se sienten seguros y protegidos por sus pares. Ahora que esas miles de microexperiencias han confluido en estas correntadas de vida, es momento de celebrar y sonreír, a pesar de las inevitables represiones. Sobre todo, no olvidar, cuando vuelvan los años de plomo, que son esas trabajosas y solitarias experiencias, aisladas y a menudo fracasadas, las que pavimentan los jornadas luminosas. Unas con otras cambian el mundo.
 
*Analista internacional uruguayo