miércoles, 9 de marzo de 2011

Los saharauis y la revuelta árabe

Por Pedro Brieger - http://www.diarioregistrado.com/nota-47587-Los-saharauis-y-la-revuelta-arabe.html


Mientras en Libia Kaddafi pelea por mantenerse en el poder y en varios países árabes continúan las protestas, el domingo 27 de febrero los saharauis festejaron el 35 aniversario de la República Arabe Saharaui Democrática (RASD).

Creada en 1976, el día posterior a que los españoles se retiraran del "Sahara español" después de décadas de ocupación colonial, la república ya obtuvo el reconocimiento de unos ochenta países.

Meses antes, el rey Hasan II de Marruecos se había aprovechado de la agonía de Franco para comenzar a ocupar el Sahara diciendo que le pertenecía y desconociendo al Frente Polisario, que ya venía luchando por su independencia. Eran tiempos de la "Guerra Fría".

El Polisario estaba alineado con los movimientos de liberación nacional del tercer mundo y la monarquía de Hasan II era un importante aliado de Estados Unidos para contener el avance del comunismo y frenar la influencia de la reciente liberada Argelia.

Durante el proceso de ocupación el ejército marroquí expulsó a miles de saharauis que no aceptaban cambiar un ocupante por otro.

Algunos quedaron bajo control marroquí, y muchos otros terminaron en campamentos de refugiados en el sur de Argelia, en las afueras de la ciudad de Tinduf, muy cerca de la frontera.

Durante unos quince años el Polisario y el ejército marroquí libraron duras batallas hasta que en 1991 fue declarado un "alto el fuego".

Para frenar el avance del Polisario el gobierno marroquí construyó un muro de arena, campos minados y zanjas a lo largo de más de 2500 kilómetros confinándolo en el desierto, entre ese muro, Argelia y Mauritania, creyendo que -así- el Polisario desaparecería.

En 2011 El Polisario festejó su independencia en Tifariti, una pequeña localidad del desierto en lo que denominan los "territorios liberados".

Para llegar hay que partir de Tinduf, abandonar tierra argelina, entrar en esos territorios y hacer una larga travesía de más de 300 kilómetros por la arena y las piedras, sin caminos ni señalizaciones de ningún tipo.

El objetivo del Polisario es avanzar en la construcción de su Estado aunque en la zona que controla vivan apenas unas veinte mil personas, la mayoría de ellos nómades.

Los festejos comenzaron con un desfile militar presidido por el presidente Abdel Aziz y su gabinete en pleno, para mostrar que no descartan retomar las armas si las negociaciones auspiciadas por Naciones Unidas continúan estancadas.

En realidad, preferirían que esta ola de revueltas en el mundo árabe se extendiera a Marruecos, provoque la caída de la monarquía y logren su tan ansiada independencia.

lunes, 7 de marzo de 2011

Argentina. Mendoza: Las calles llenas de carnaval y vendimia

Por Ernesto Espeche http://www.prensamercosur.com.ar/apm/nota_completa.php?idnota=4987


Hay un clima de fiesta en las calles argentinas. Miles de personas se montaron en las viejas tradiciones populares para desafiar, con alegría y desparpajo, a la densa bruma reaccionaria. No hubo lugar para la propagación mediática del miedo: ni la inflación incontrolable ni la inseguridad paralizante se apropiaron del lenguaje y la acción colectiva. La derecha sufrió, así, una nueva derrota al comenzar el tercer mes del año electoral.


Por decreto presidencial se restituyeron este año los feriados de carnaval. Esa medida contactó de inmediato con un histórico reclamo del potente movimiento murguero argentino, pues la dictadura cívico-miliar-eclesiástica instaurada en 1976 había puesto fin a esas jornadas festivas. 

Las razones de aquella prohibición fortalecen y legitiman la reciente medida presidencial:en la esencia milenaria del carnaval se abren los cauces del sentir popular a las manifestaciones más arraigadas de un pueblo. Es el terreno propicio de la burla, de la protesta y del disfraz como anulación de las diferencias. El genocidio nunca hubiese aceptado semejante espotaneidad colectiva. El carnaval incomoda al poder porque –simplemente- saca a la luz destellos de contrapoder.

Hoy el gobierno argentino promueve el carnaval. Esa actitud no sólo resulta de una lucida lectura del sentido mayoritario, sino de un acto de justicia que se inscribe en la matriz radicalmente democrática que caracteriza a la etapa iniciada en 2003. Al mismo tiempo, el grotesco carnavalesco adquiere en el escenario político actual una dimensión de resistencia frente a las posiciones más retardatarias de la transformación social, es decir, frente al poder fáctico que enfrenta al espacio gubernamental. La sola expresión masiva, irreverente y festiva en las calles y avenidas de la república acorrala a la estética dominante y a las remanidas estructuras de organización elitista de la sociedad.

Los actos del bicentenario argentino fueron, en ese sentido, una muestra del altísimo valor simbólico que tiene este tipo de manifestaciones. Es por ello que Beatriz Sarlo, una de las más lúcidas intelectuales del bloque ideológico opositor, debió reconocer –mientras continuaba sus detracciones- que el gobierno de Cristina Fernández ejerce una hegemonía cultural evidente. Esto último equivale a la capacidad de contacto real con los más profundos sentimientos de una sociedad para profundizar un rumbo político. No se trata de un dato menor: no hay posibilidad de transformaciones profundas y duraderas si esos procesos no vienen acompañados de una sólida legitimación social. La novedad radica, quizás, en que ese respaldo del que habla Sarlo (diario La Nación, 4 de marzo de 2011) se logró sin el -y a pesar del- accionar de los monopolios de la comunicación.

La Vendimia es la fiesta más importante del oeste argentino. Se realiza en la provincia de Mendoza para celebrar un año de cosecha de la vid, una actividad que permite la producción de vinos de excelente calidad. Los festejos incluyen un desfile de carros alegóricos por las calles de la ciudad presenciado por una concurrencia masiva que asume un rol activo y protagónico. En ellos participó, este año, la presidenta argentina, Cristina Fernández, para sumarse a los actos y festejar por primera vez en Vendimia –junto a otras medidas y resoluciones de incentivos- que el vino es la bebida nacional. La fiesta –en sus 75 años de vida- tomó una dimensión excepcional. Ese día, los mendocinos, y artos turistas también, alzaron sus copas por los anuncios e hicieron con orgullo el brindis más grande del mundo, según el record mundial registrado.

La fiesta en las calles tiene una clara significación en la argentina actual. Los espacios públicos fueron escenarios vaciados por la dictadura mediante la aplicación del terror sistemático; abandonados en los ochenta por el desencanto social de una nueva democracia controlada y autolimitada en sus posibilidades; criminalizados en los noventa a partir de las protestas desesperadas de amplios sectores marginados de la fiesta oligárquica; y recuperados para la expresión colectiva y democrática en los últimos años.

En una brutal y simple ecuación emanada de la experiencia histórica, puede afirmarse que hay dos tipos de comportamiento de los gobiernos frente al fenómeno social de la ocupación masiva de las calles: el miedo como fundamente de la represión y el impulso de la expresión colectiva como sustento de la cultura popular.

viernes, 4 de marzo de 2011

La Guerra inevitable de la OTAN

Fidel Castro - http://alainet.org/active/44825 

A diferencia de lo que ocurre en Egipto y Túnez, Libia ocupa el primer lugar en el Índice de Desarrollo Humano de África y tiene la más alta esperanza de vida del Continente. La educación y la salud reciben especial atención del Estado. El nivel cultural de su población es sin dudas más alto. Sus problemas son de otro carácter. La población no carecía de alimentos y servicios sociales indispensables. El país requería abundante fuerza de trabajo extranjera para llevar a cabo ambiciosos planes de producción y desarrollo social.
 
Por ello suministraba empleo a cientos de miles de trabajadores egipcios, tunecinos, chinos y de otras nacionalidades. Disponía de enormes ingresos y reservas en divisas convertibles depositadas en los bancos de los países ricos, con las cuales adquirían bienes de consumo e incluso, armas sofisticadas que precisamente le suministraban los mismos países que hoy quieren invadirla en nombre de los derechos humanos.
 
La colosal campaña de mentiras, desatada por los medios masivos de información, dio lugar a una gran confusión en la opinión pública mundial. Pasará tiempo antes de que pueda reconstruirse lo que realmente ha ocurrido en Libia, y separar los hechos reales de los falsos que se han divulgado.
Emisoras serias y prestigiosas, como Telesur, se veían obligadas a enviar reporteros y camarógrafos a las actividades de un grupo y a las del lado opuesto, para informar lo que realmente ocurría.
Las comunicaciones estaban bloqueadas, los funcionarios diplomáticos honestos se jugaban la vida recorriendo barrios y observando actividades, de día o de noche, para informar lo que estaba ocurriendo. El imperio y sus principales aliados emplearon los medios más sofisticados para divulgar informaciones deformadas sobre los acontecimientos, entre las cuales había que inferir los rasgos de la verdad.
Sin duda alguna, los rostros de los jóvenes que protestaban en Bengasi, hombres, y mujeres con velo o sin velo, expresaban indignación real.
 
Se puede apreciar la influencia que todavía ejerce el componente tribal en ese país árabe, a pesar de la fe musulmana que comparte sinceramente el 95% de su población.
 
El imperialismo y la OTAN ─seriamente preocupados por la ola revolucionaria desatada en el mundo árabe, donde se genera gran parte del petróleo que sostiene la economía de consumo de los países desarrollados y ricos─ no podían dejar de aprovechar el conflicto interno surgido en Libia para promover la intervención militar. Las declaraciones formuladas por la administración de Estados Unidos desde el primer instante fueron categóricas en ese sentido.
 
Las circunstancias no podían ser más propicias. En las elecciones de noviembre la derecha republicana propinó un golpe contundente al Presidente Obama, experto en retórica.
 
El grupo fascista de “misión cumplida”, apoyado ahora ideológicamente por los extremistas del Tea Party, redujo las posibilidades del actual Presidente a un papel meramente decorativo, en el que peligraba incluso su programa de salud y la dudosa recuperación de la economía, a causa del déficit presupuestario y el incontrolable crecimiento de la deuda pública, que batían ya todos los records históricos.
 
Pese al diluvio de mentiras y la confusión creada, Estados Unidos no pudo arrastrar a China y la Federación Rusa a la aprobación por el Consejo de Seguridad de una intervención militar en Libia, aunque logró en cambio obtener, en el Consejo de Derechos Humanos, la aprobación de los objetivos que buscaba en ese momento. Con relación a una intervención militar, la Secretaria de Estado declaró con palabras que no admiten la menor duda: “ninguna opción está descartada”.
 
El hecho real es que Libia está ya envuelta en una guerra civil, como habíamos previsto, y nada pudo hacer Naciones Unidas para evitarlo, excepto que su propio Secretario General regara una buena dosis de combustible en el fuego.
 
El problema que tal vez no imaginaban los actores es que los propios líderes de la rebelión irrumpieran en el complicado tema declarando que rechazaban toda intervención militar extranjera.
 
Diversas agencias de noticias informaron que Abdelhafiz Ghoga, portavoz del Comité de la Revolución declaró el lunes 28 que “‘El resto de Libia será liberado por el pueblo libio’”.
 
“Contamos con el ejército para liberar Trípoli’ aseguró Ghoga durante el anuncio de la formación de un ‘Consejo Nacional’ para representar a las ciudades del país en manos de la insurrección.”
“‘Lo que queremos es informaciones de inteligencia, pero en ningún caso que se afecte nuestra soberanía aérea, terrestre o marítima’, agregó, durante un encuentro con periodistas en esta ciudad situada 1.000 km al este de Trípoli.”
 
“La intransigencia de los responsables de la oposición sobre la soberanía nacional reflejaba la opinión manifestada en forma espontánea por muchos ciudadanos libios a la prensa internacional en Bengasi”, informó un despacho de la agencia AFP el pasado lunes.
 
Ese mismo día, una profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Bengasi, Abeir Imneina, declaró:
 “Hay un sentimiento nacional muy fuerte en Libia.”  
 
“‘Además, el ejemplo de Irak da miedo al conjunto del mundo árabe’, subraya, en referencia a la invasión norteamericana de 2003 que debía llevar la democracia a ese país y luego, por contagio, al conjunto de la región, una hipótesis totalmente desmentida por los hechos.”
 
Prosigue la profesora:
 
“‘Sabemos lo que pasó en Irak, es que se encuentra en plena inestabilidad, y verdaderamente no deseamos seguir el mismo camino. No queremos que los norteamericanos vengan para tener que terminar lamentando a Gadafi’, continuó esta experta.”
 
“Pero según Abeir Imneina, ‘también existe el sentimiento de que es nuestra revolución, y que nos corresponde a nosotros hacerla’.”
 
A las pocas horas de publicarse este despacho, dos de los principales órganos de prensa de Estados Unidos, The New York Times y The Washington Post, se apresuraron en ofrecer nuevas versiones sobre el tema, de lo cual informa la agencia DPA al día siguiente 1º de marzo: “La oposición libia podría solicitar que Occidente bombardee desde el aire posiciones estratégicas de las fuerzas fieles al presidente Muamar al Gadafi, informa hoy la prensa estadounidense.”
 
“El tema está siendo discutido dentro del Consejo Revolucionario libio, precisan ‘The New York Times’ y ‘The Washington Post’ en sus versiones online.”
 
“‘The New York Times’ acota que estas discusiones ponen de manifiesto la creciente frustración de los líderes rebeldes ante la posibilidad de que Gadafi retome el poder”.
 
“En el caso de que las acciones aéreas se realicen en el marco de las Naciones Unidas, éstas no implicarían intervención internacional, explicó el portavoz del consejo, citado por ‘The New York Times’.”
“El consejo está conformado por abogados, académicos, jueces y prominentes miembros de la sociedad Libia.”
 
Afirma el despacho:
 
“‘The Washington Post’ citó a rebeldes reconociendo que, sin el apoyo de Occidente, los combates con las fuerzas leales a Gadafi podrían durar mucho y costar gran cantidad de vidas humanas.” Llama la atención que en esa relación no se mencione un solo obrero, campesino, constructor, alguien relacionado con la producción material o a un joven estudiante o combatiente de los que aparecen en las manifestaciones. ¿Por qué el empeño en presentar a los rebeldes como miembros prominentes de la sociedad reclamando bombardeos de Estados Unidos y la OTAN para matar libios?
 
Algún día se conocerá la verdad, a través de personas como la profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Bengasi, que con tanta elocuencia narra la terrible experiencia que mató, destruyó los hogares, dejó sin empleo o hizo emigrar a millones de personas en Iraq.
 
Hoy miércoles dos de marzo, la Agencia EFE presenta al conocido vocero rebelde haciendo declaraciones que, a mi juicio, afirman y a la vez contradicen las del lunes: “Bengasi (Libia), 2 de marzo. La dirección rebelde libia pidió hoy al Consejo de Seguridad de la ONU que lance un ataque aéreo ‘contra los mercenarios’ del régimen de Muamar el Gadafi.”
 
“‘Nuestro Ejército no puede lanzar ataques contra los mercenarios, por su papel defensivo’, afirmó el portavoz rebelde Abdelhafiz Ghoga en una conferencia de prensa en Bengasi.”
 
“‘Es diferente un ataque aéreo estratégico que una intervención extranjera, que rechazamos’, recalcó el portavoz de las fuerzas de oposición, que en todo momento se han mostrado en contra de una intervención militar extranjera en el conflicto libio”.
 
¿A cuál de las muchas guerras imperialistas se parecería esta?
 
¿La de España en 1936, la de Mussolini contra Etiopía en 1935, la de George W. Bush contra Iraq en el año 2003 o a cualquiera de las decenas de guerras promovidas por Estados Unidos contra los pueblos de América, desde la invasión de México en 1846, hasta la de Las Malvinas en 1982?
 
Sin excluir, desde luego, la invasión mercenaria de Girón, la guerra sucia y el bloqueo a nuestra Patria a lo largo de 50 años, que se cumplirán el próximo 16 de abril.
 
En todas esas guerras, como la de Vietnam que costó millones de vidas, imperaron las justificaciones y las medidas más cínicas.
 
Para los que alberguen alguna duda, sobre la inevitable intervención militar que se producirá en Libia, la agencia de noticias AP, a la que considero bien informada, encabezó un cable publicado hoy, en el que se afirma: “Los países de la Organización del Tratado del Atlántico (OTAN) elaboran un plan de contingencia tomando como modelo las zonas de exclusión de vuelos establecidas sobre los Balcanes en la década de 1990, en caso de que la comunidad internacional decida imponer un embargo aéreo sobre Libia, dijeron diplomáticos”.
 
Más adelante concluye: “Los funcionarios, que no podían dar sus nombres debido a lo delicado del asunto, indicaron que las opciones que se observan tienen punto de partida en la zona de exclusión de vuelos que impuso la alianza militar occidental sobre Bosnia en 1993 que contó con el mandato del Consejo de Seguridad, y en los bombardeos de la OTAN por Kosovo en 1999, QUE NO LO TUVO”.
 
Fidel Castro Ruz
Marzo 2 de 2011

jueves, 3 de marzo de 2011

Liga Árabe estudia propuesta venezolana sobre Libia

http://www.matrizur.org/index.php?option=com_content&view=article&id=10271:liga-arabe-estudia-propuesta-venezolana-sobre-libia-&catid=37:patria-grande&Itemid=56


La Liga Árabe "está estudiando" una propuesta del presidente venezolano, Hugo Chávez, para mediar en el conflicto libio, dijo hoy el portavoz de esta organización panárabe, Hisham Yusef.

"Se están manteniendo consultas y todavía no hay una decisión que se haya tomado", afirmó.

Según Yusef, la Liga Árabe mantuvo ayer contactos con algunos países árabes, pero no se trató la propuesta venezolana de una manera oficial ante los ministros de Asuntos Exteriores árabes durante una reunión que mantuvieron en El Cairo.

La propuesta de Chávez, según informaron fuentes oficiales en Caracas, implica el envío de una comisión de paz internacional que medie entre el régimen de Muamar al Gadafi y la oposición libia.

Según fuentes venezolanas citadas por la cadena catarí Al Yazira, la propuesta ha sido aceptada por Gadafi y ya ha sido tratada por el ministro venezolano, Nicolás Maduro, con el secretario general de la Liga Árabe, Amro Musa.

La iniciativa implicaría el envío de una comisión de paz integrada por representantes de Latinoamérica, Europa y Oriente Medio.

El portavoz de la Liga Árabe no pudo precisar cuándo se podrá anunciar una decisión definitiva de la organización sobre la propuesta de Chávez, porque hay que esperar hasta que terminen las consultas actuales.

"El asunto todavía se está aclarando", insistió Yusef, quien tampoco precisó cuáles son los países que podrían participar en la comisión de paz internacional.
 

miércoles, 2 de marzo de 2011

Las culpas de Occidente

Álvaro Cuadra.*  - http://www.surysur.net/?q=node/15941

Llama la atención cómo la prensa occidental ha construido un relato mitológico en torno a los países árabes. Lo primero que sorprende es el escándalo por la presencia de fuerzas políticas islámicas en naciones, predominantemente, islámicas. Esto es tan absurdo como poner el grito en el cielo porque existe una organización llamada Democracia Cristiana en una cultura, precisamente, cristiana.

Para decirlo con toda franqueza, lo anómalo en las naciones del Oriente Medio y el Golfo Pérsico no es la presencia islámica, sino la presencia extranjera. La única pregunta que debiera ser planteada es qué hacen  militares y civiles de los Estados Unidos y de potencias europeas en tales países.

La respuesta a tal interrogante es casi una obviedad. Las naciones desarrolladas tienen enormes intereses en la región. En primer lugar, desde luego, el crudo que alimenta a la industria norteamericana y europea. Esta riqueza diseminada bajo las arenas del desierto ha sido desde hace décadas el factor fundamental que orienta las luchas políticas en muchos de estos países.

La riqueza petrolera ha determinado golpes de Estado, asesinatos, guerras, invasiones extranjeras, acciones terroristas y, hoy, insurrecciones populares.

En segundo lugar, no podemos olvidar el valor estratégico de toda la región, desde el Estrecho de Gibraltar al canal de Suez, desde el Mar Rojo al Estrecho de Ormuz. El panorama político de aquellos países del norte africano ha sido la presencia invariable de sistemas autocráticos, sea bajo la forma de monarquías, pseudo democracias o, explícitamente, dictaduras militares.

Todo ello convirtió a las sociedades árabes en un mundo fosilizado, atrasado, una sociedad altamente desigual, con elites tan ricas como corruptas, y amplias mayorías de analfabetos y pobres. Este estado de cosas fue no solo legitimado sino sustentado por los gobiernos occidentales, más interesados en facilitar gigantescos contratos para grandes corporaciones petroleras y millonarias ventas de equipos y armamentos a regímenes reñidos con el más mínimo principio democrático.

El mismo coronel Gadafi, demonizado en la actualidad por la prensa de todo el mundo, había “hecho las paces” con Occidente en nombre del pragmatismo. Las declaraciones de los gobiernos occidentales en torno a los derechos humanos y la democracia resultan ser no sólo de una hipocresía sin límites sino un grotesco.  Las corporaciones petroleras y la banca occidental han sido cómplices del coronel libio y su clan, especialmente los gobiernos de Italia, España y Alemania.

Más allá del discurso del presidente Barack Obama en el Cairo, lo cierto es que los Estados Unidos y sus socios europeos están cosechando las culpas de Occidente, aquella política que fue sembrada en la era Bush, la intervención militar descarada o el apoyo a regímenes autocráticos serviles a sus intereses.

La mecha sigue encendida en diversos países, ya que se trata de una insurrección regional en tiempos de globalización. Occidente está jugando con fuego al pie de un estanque de petróleo. La crisis del Oriente Medio no presagia nada bueno para el mundo: alza en los precios del petróleo y sus derivados, aumento de los flujos migratorios hacia las costas europeas, un clima de violencia generalizado en la región con insospechadas consecuencias en todo el planeta.


Cualquiera sea el destino de este proceso histórico, es indudable que el mundo ya no será más lo que solía ser.

* Semiólogo, investigador y docente de la Escuela Latinoamericana de Postgrados. Universidad de Artes y Ciencias (ARCIS), Chile.

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lunes, 28 de febrero de 2011

LA BOLIVIA DE EVO, IDENTIDAD ÉTNICA Y DESARROLLO



Evo Morales Ayma cumple este 2011 seis años al frente de Bolivia. Sólo ese dato es ya todo un hito en el país de América Latina con más golpes de estado e interrupciones de los mandatos presidenciales y, por consiguiente, con más presidentes de la República o de la respectiva junta militar que cualquier otro país de la región.

Lo relevante, sin embargo, es que eso no es casual. Responde, en esencia, a la viga maestra del proyecto político de Morales. Toda su acción se sostiene en la idea del sinceramiento étnico de Bolivia y la conexión de esa realidad demográfica con las instituciones políticas, militares, sociales y de cualquier otro tipo del país.

En ese sentido, no cabe duda, Bolivia es de lejos el país más avanzado de toda América Latina porque este Siglo XXI nuestra región no puede seguir eludiendo esa cuestión básica. Doscientos años de vida independiente han demostrado que las desigualdades sociales se mantienen impertérritas, al margen de las recetas políticas y económicas que se hayan aplicado con el objetivo de sino eliminarlas sí reducirlas significativamente.

La historia latinoamericana es en ese sentido concluyente, las disparidades son consecuencia de una hasta ahora distribución del poder político y económico que no ha tenido en cuenta las realidades étnicas y demográficas de los países.

Por eso en la mayoría de los casos han mandado los blancos de origen europeo -español/portugués o no- o los asimilados a ese grupo. Por eso mismo también son esos sectores los que dos siglos de vida independiente después siguen detentando el grueso de los recursos y por lo mismo viviendo mucho mejor que la gran masa mestiza, indígena o afroamericana, según el caso. Evo Morales no sólo comprendió eso, sino que a partir de ahí trazó un programa político de dimensiones revolucionarias, duraderas e irreversibles.

El parto no ha sido fácil, porque la resistencia al sinceramiento étnico de Bolivia por parte de todos aquellos a los que no convenía el gobierno de una mayoría real ha sido fuerte. Por lo mismo, los primeros cuatro años de mandato de Evo Morales han sido complejos desde la perspectiva institucional.

No obstante, la claridad del proyecto, su sustento en la ecuación étnica real de Bolivia y el esfuerzo pedagógico necesario han permitido sacar adelante el proyecto. Así, una Asamblea Constituyente ha redactado una nueva Constitución que convierte a Bolivia en Estado plurinacional, lo que supone reconocer a todas las etnias del país no sólo sus derechos culturales, también los económicos que se derivan de la posesión del territorio. Ese proyecto fue aprobado por la mayoría de los bolivianos en referéndum. En una y otra instancia Morales tuvo que resistir las presiones de aquellos grupos que no estaban dispuestos a compartir el poder. Los mismos que al ver la marcha imparable del proyecto del Presidente intentaron en vano atrincherarse en los departamentos que aún controlaban políticamente de acuerdo a los viejos usos y costumbres de la política latinoamericana, maniobras que habitualmente suponen desconocer la historia y la realidad étnica y demográfica de los territorios que se gobiernan.

Cuando esos juegos políticos no resultan bien sus instigadores, como bien recoge la propia historia boliviana, apelan directamente a los militares. En este caso no ha sido posible porque la política militar de Evo Morales está en consonancia con su proyecto de país. En ese sentido en las Fuerzas Armadas bolivianas también se ha operado un sinceramiento étnico con el objetivo de que oficiales y tropa respondan a la realidad étnica demográfica del país al que sirven. Eso explica la ausencia de intentos golpistas, tan frecuentes en el pasado. Fuerzas Armadas, pueblo e instituciones hoy tienen un mismo color, el de la aplastante mayoría indígena y mestiza de Bolivia.

Al tiempo que Morales creaba la nueva institucionalidad boliviana, el Presidente renegoció con las empresa petroleras el royalty que venían pagando por beneficiarse de la extracción de los recursos del subsuelo boliviano. Lo hizo de manera inteligente ya que no rompió con esas multinacionales, simplemente renegoció los contratos. Las protestas iniciales no duraron mucho porque la alternativa era dejar Bolivia, cosa que no estaban dispuestas a hacer porque con el nuevo royalty seguían ganando plata. Esos ingresos le permitieron mantener el equilibrio de las cuentas públicas y de esa manera evitar que el siempre acuciante debate económico complicase el debate de fondo: el institucional. La oposición estuvo tentada de manifestar su rechazo a partir de la creación del caos económico pero eso tampoco funciona en una Bolivia en el que el sinceramiento étnico también empieza a aplicarse a los medios de producción.
Reelegido como Presidente de acuerdo a la nueva Constitución, Morales tiene en este periodo el desafío de demostrar que el modelo de estado plurinacional funciona y al mismo tiempo hacer frente a otras cuestiones. En el ámbito económico el año 2010 terminó con un traspié para el Presidente. La eliminación de los subsidios a la gasolina y otros combustibles de uso doméstico suscitaron una gran protesta en contra del Gobierno. Evo Morales supo rectificar a tiempo y la calma ha vuelto al país pero episodios como ese no deben repetirse. El Presidente debe reforzar su equipo económico, sobre todo en los niveles intermedios, para que propuestas así no lleguen ni a plantearse si previamente no se han evaluado sus consecuencias políticas.

En ese ámbito Morales tiene mucho capital, pero no es conveniente que lo malgaste con decisiones tomadas sin la suficiente evaluación. Con el Estado plurinacional en marcha, el debate gira más entorno a esas otras cuestiones hasta ahora secundarias debido a las urgencias institucionales.

En el ámbito de la política exterior Morales ha sido muy cauto en estos primeros seis años de Gobierno. El ejemplo de
Bolivia habla por sí solo pero quizás hace falta un esfuerzo mayor del Presidente por proyectar los logros derivados de un modelo político que tiene en el reconocimiento étnico su piedra angular.

La mayoría de los países latinoamericanos están muy rezagados respecto a Bolivia en esa cuestión. Sus grandes
masas mestizas, indígenas y afroamericanas agradecerían un esfuerzo mayor de Morales por explicar las ventajas del modelo y su condición de alternativa a los fracasados experimentos neoliberales de manual aplicados sin anestesia en otros países de la región.

La plataforma del estado plurinacional boliviano es lo suficientemente sólida como para que Evo Morales pueda incursionar también con éxito en el ámbito internacional. Su discurso siempre prudente reforzará en ese espacio el innegable ejemplo boliviano.

http://www.theprisma.co.uk, febrero de 2011.

domingo, 27 de febrero de 2011

La batalla final de Trípoli

Por  Roberto Montoya, desde Madrid  - http://sur.elargentino.com/notas/la-batalla-final-de-tripoli

Puede ser cuestión de horas o de días, difícilmente de semanas, pero en cualquier caso la suerte de Muammar el Khadafi ya está echada. Aunque todavía pueda cobrarse muchas víctimas, sus cuatro décadas al frente de un régimen despótico están llegando a su fin. La ceguera del más antiguo autócrata de África le hizo creer que su poder era inamovible, que contaba con el apoyo entusiasta de su pueblo y que en ningún caso iba a correr la misma suerte que sus homólogos de Túnez y Egipto, Ben Ali y Hosni Mubarak. Estaba convencido de que su hijo Saif al-Islam (Espada del Islam) le sucedería en el poder y que a éste le sucederían a su vez sus hijos.
El coronel libio reapareció el viernes ante sus fieles congregados en la plaza Verde de Trípoli. En una patética intervención de pocos minutos, antes de desaparecer con rumbo desconocido, Khadafi pidió a sus seguidores que aplastaran con las armas a los rebeldes “drogadictos” y “terroristas”, que ya tienen bajo su control amplias zonas del país.
Todavía confía en que repartiendo millones de dólares en efectivo en las calles conseguirá mantener el apoyo de una parte de la población y que los bombardeos de sus fuerzas leales y las matanzas protagonizadas por mercenarios reclutados en Sudán, Ghana, Chad y Níger, lograrán aplastar las revueltas.
Pero la gran batalla por el control de Trípoli, la capital, está a punto de librarse. Este fin de semana empezaron las primeras escaramuzas. Columnas de fuerzas rebeldes, compuestas por ciudadanos armados y sectores del Ejército que se han sumado a estos, avanzaban ayer sobre Trípoli.
La segunda ciudad en importancia, Bengasi, al igual que Tobruk y otras poblaciones costeras del este de Libia cercanas a la frontera con Egipto, están ya en manos de comités populares, constituidos fundamentalmente por jóvenes, pero también por abogados y jueces, que se ocupan de la seguridad y la organización de la vida ciudadana. Ellos aseguran el abastecimiento de víveres a la población, el funcionamiento de los centros sanitarios, la actividad de los bancos y de las instituciones públicas, demostrando un grado de conciencia y organización superior al que se viene experimentando en Túnez o Egipto.
Los sublevados controlan las zonas petrolíferas más importantes, y su influencia alcanza ya a zonas importantes del oeste del país, acorralando a Khadafi y sus tropas de élite en Trípoli y poblaciones cercanas, en el extremo noroeste del país, fronterizo a Túnez.
Muchos temen que en su desesperación, el dictador decida utilizar las diez toneladas del letal gas mostaza que aún tiene en su poder. Ese gas mostaza, como buena parte del armamento con el que cuenta Libia, fue vendido por países occidentales, que parecen descubrir recién ahora que en Libia, como en buena parte del mundo árabe, había dictaduras.
La atractiva estabilidad política, económica, social y laboral que garantizaban a Occidente para hacer negocios regímenes como el libio, el egipcio y el tunecino, como garantizan tantos otros de esa amplia zona que va desde el norte de África hasta el Golfo Pérsico, esa “paz de los cementerios”, está tocando a su fin. Todo está en cuestionamiento. El contagio de las revueltas amenaza con propagarse incluso a otras zonas del mundo, fuera del mundo árabe y musulmán incluso. Y eso preocupa. Eso preocupa no sólo a los numerosos regímenes despóticos que hay en el mundo, sino incluso a los que no lo son, a muchos de los países democráticos, a los países desarrollados del “primer mundo”, a Estados Unidos, a los países de la Unión Europea. Los mismos gobiernos que tan a menudo imponen embargos, y se muestran tan celosos de que países como Cuba y Venezuela respeten los derechos humanos, y que otros países de América latina respeten el “orden establecido”, aplican un doble rasero cuando se trata de dictaduras respetuosas de ese orden, como las del mundo árabe y musulmán.
Dentro de ese cínico comportamiento generalizado, la Administración Obama se distingue por su reflejo, su oportunista adaptación a los acontecimientos. Washington ha comprendido que debe reacomodarse para no quedar al margen de los cambios que tienen lugar en esa zona tan importante del mundo. Por ello ha puesto a su diplomacia a trabajar en una carrera contrarreloj para intentar convencer a los regímenes vulnerables, de hacer a tiempo concesiones a sus pueblos para no correr la suerte de Ali, Mubarak o Khadafi.
Esa es una región riquísima en petróleo, es una zona con un aliado clave, Israel, que tras la caída de Mubarak, quedará más aislado, y es una zona con enemigos declarados: Irán, Hamás en Gaza, Hizbolá en Líbano y el radicalismo islámico en buena parte de la región. Es una zona en la que se juega demasiado para la geoestrategia mundial.
Mientras Obama mueve ficha, Europa sigue desubicada, sin saber cómo actuar, en una vergonzosa postura, más preocupada por cómo afecten las revueltas en el precio del petróleo o en la llegada de refugiados a sus costas, que en la suerte de esos millones de personas que están arriesgando sus vidas para intentar conseguir libertad y democracia real.

• Fidel y Chávez con Khadafi 
De forma sorpresiva, los gobiernos latinoamericanos encuadrados dentro del bloque Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba) manifestaron su apoyo esta semana por el régimen libio.
El ex jefe de Estado cubano Fidel Castro utilizó sus clásicas reflexiones políticas para advertir que la “Otan pretende intervenir Libia” y el primer mandatario venezolano calificó a Khadafi como un “amigo incondicional”.
Las razones de este encuadre diplomático –muy diferente al resto de los gobiernos sudamericanos– tienen, por supuesto, explicaciones geopolíticas y otras que vienen del fondo de la historia.
Cuba parece premiar al joven Khadafi, aquel que se posicionó fuerte dentro del Movimiento de Países No Alineados, y Hugo Chávez intenta darle cobertura a un socio clave de Venezuela dentro de la Opep.
Igualmente, muchas veces, la retórica anti-imperialista de un modelo –como la de Khadafi– no tiene consonancia con su política doméstica. Por eso, al calor del bombardeo de poblaciones civiles en Libia, es llamativa la posición del Alba.

viernes, 25 de febrero de 2011

Argentina: Ya son 240 las fábricas recuperadas

http://tiempo.elargentino.com/notas/ya-son-240-las-fabricas-recuperadas


El 19 y 20 de diciembre de 2001 estalló la rebelión popular que se cargó al gobierno de Fernando de la Rúa y que abrió el camino para romper con los años de menemismo, con o sin Menem en el poder. Un día antes, las trabajadoras de la textil Brukman habían tomado el edificio de la Avenida Jujuy, luego de que la patronal desapareciera con la promesa de pagar los salarios adeudados. Brukman se transformó en un símbolo de la crisis, en una bandera. Otros dos casos también atraían la atención: Cerámica 
Zanón e IMPA. Nacían las fábricas recuperadas por sus obreros.


Según el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), hoy existen unas 240 empresas gestionadas por 25 mil trabajadores aproximadamente. Muchas sobreviven como pueden. Otras encontraron en la crisis un trampolín para crecer.


Zanón (tomada en 2001), ahora se llama FaSinPat (Fábrica Sin Patrones) y se transformó en un centro político de Neuquén. En IMPA (una fábrica de envases de aluminio instalada en el barrio porteño de Almagro que fue recuperada en 1998), conviven un bachillerato popular, las máquinas que laminan el metal y los talleres culturales realizados por vecinos y artistas.


La situación legal de las fábricas recuperadas es dispar: depende de decisiones judiciales y de la voluntad política local para sostenerlas. El año pasado, el Ejecutivo envió a Diputados un proyecto para modificar la Ley de Concursos y Quiebras que favorecería la continuidad de los puestos de trabajo en las empresas que cierren si los empleados se organizan en cooperativas. El texto tiene dictamen de las comisiones de Legislación General, Justicia y Legislación del Trabajo, pero todavía no llegó al recinto. 

jueves, 3 de febrero de 2011

UNA REFLEXIÓN SOBRE LOS MEDIOS Y LA DEMOCRACIA

POR IGNACIO RAMONET* - http://www.cronicon.net/paginas/edicanter/ediciones53/nota4.htm


En estos tiempos de globalización neoliberal, la información se ha convertido en uno de los problemas principales de la democracia. Se consideraba que en una democracia alguno de los tres poderes podía cometer abusos (la justicia puede condenar a un inocente, el poder legislativo puede sancionar leyes discriminatorias contra un sector de la población -como las leyes contra los inmigrantes en Estados Unidos o en Francia). La función de los medios es denunciar estos abusos. Los medios de comunicación de masas pueden influir en la opinión pública; esto es lo que constituye el cuarto poder, o contrapoder. El poder que puesto al servicio de los ciudadanos sirvió para oponerse a las iniquidades de la esclavitud, que era legal en la democracia más nueva, Estados Unidos, como en países europeos por ejemplo Francia e Inglaterra que practicaban el colonialismo, otro sistema injusto pero legal en las democracias. La prensa llevaba campañas de denuncia de ambos sistemas.

En los últimos 15 años, a medida que se fue afianzando el neoliberalismo y la globalización, el cuarto poder -como contrapoder- ha ido desapareciendo.

Se fue imponiendo lo privado sobre lo público, lo individual sobre lo colectivo, y los medios de comunicación en su mayoría han dejado de ser un contrapoder. Los medios pertenecen a grupos mediáticos (Murdoch, Google, Blackberry) que se expanden con la revolución digital, que rompen las barreras, con la espectacular expansión de internet. Se mezclan todas las esferas: la cultura de masas, la información, la comunicación y el internet. Los grupos mediáticos que manejan todas estas esferas son multinacionales, planetarios. Estos mega grupos, cuya existencia es posible por las suaves leyes anti trust, son actores centrales del poder globalizado. Ya no se proponen ser un contrapoder, son un cuarto poder sólo como una suma a los otros tres poderes; usan su poder para oprimir al ciudadano. La cuestión cívica es cómo oponerse; hay que crear un quinto poder, oponer la fuerza ciudadana para denunciar a los poderes que actúan contra el pueblo. Esta situación se vive en Ecuador, Bolivia, Venezuela, Argentina, Brasil. Cuando Chávez asumió el poder los grupos mediáticos se lanzaron en contra del gobierno elegido democráticamente. Uno puede tener diferentes opiniones del gobierno de Chávez, pero no se puede negar que los medios usan falsedades para defender sus privilegios y oponerse a los cambios sociales. Asumen su función de perros guardianes del orden económico, ideológico; son latifundistas mediáticos. El caso de Berlusconi en Italia es un ejemplo: primero construyó una gran fortuna, luego adquirió medios de comunicación y después ganó las elecciones.

Entre las guerras mediáticas contra gobernantes elegidos democráticamente podemos mencionar la guerra mediática contra Chávez para impedir que concrete reformas o en los setentas, la guerra del periódico El Mercurio contra el presidente chileno Salvador Allende, o la guerra en los ochentas del diario La Prensa contra el sandinismo en Nicaragua. O las guerras mediáticas contra los presidentes de Brasil, Argentina y Ecuador. Ya no sólo son los poderes tradicionales los que atacan sino también los medios que usan como fachada, como arma de combate, la defensa de la "libertad de expresión". La información difundida por estos medios está contaminada por toda clase de falsedades. La usan como una mercancía. Los medios se han convertido en el brazo, o aparato, ideológico de la globalización. Medios de comunicación y globalización son dos conceptos ligados. ¿Cómo exigir la verdad? Los medios están al servicio del poder económico y financiero, y por debajo está el poder político. Cada día aumenta el poder económico, financiero y mediático a expensas del poder político que es el único elegido democráticamente.

Los medios no respetan las leyes de la información sino que se manejan con las leyes del mercado, oferta y demanda. En apariencias la información por internet o televisión o radio es gratuita porque no es la información lo que se vende; sino que venden ciudadanos a los anunciantes. El periodismo ha cambiado parámetros fundamentales: el ritmo, que es instantáneo y lo instantáneo es difícil de verificar, se multiplican los errores, se vive un estado de inseguridad informativa; la espectacularidad, se privilegia el horror, la fascinación macabra con la violencia; lo visual, se basa en la falsa ecuación "ver es comprender", en realidad lo que se ve no es forzadamente lo que ha ocurrido. Se ha creado una tremenda simplificación, una lectura infantilizada.

Por otra parte, en la actualidad se confunde periodismo con comunicación; hay millones de usuarios de Facebook, de Twiter -que pueden tanto organizarse en campañas por causas comunitarias positivas como también ayudar a crear confusión informativa. Esta gran cantidad de comunicados crea un Muro de información que tapa la carencia de verdadera información y funciona como censura, una censura "democrática". En este hueco informativo aparece Wikileaks, que demuestra: uno, que en realidad no sabemos lo que ocurre ni en Irak ni en Afganistán ni el Departamento de Estado de Estados Unidos. Y dos, que los periodistas son incapaces de informar. Hay una crisis de identidad: qué es el periodista, qué es el periodismo, qué es noticia. Los medios actúan en función de las leyes del mercado: noticia es lo que puede interesar a un mayor número de personas. Han perdido la conciencia de su misión. ¿Qué es la verdad? ¿Qué es la mentira? Como Wikileaks lo ha demostrado, la verdad puede ser mentira. Repetir una cosa hasta el hartazgo es demostrar su veracidad; otra ecuación falsa. Tanto Wikileaks como las redes sociales -que son posibles por el internet- ayudan a resistir. En América Latina los movimientos sociales usaron históricamente las radios comunitarias como instrumentos de resistencia, ahora usan también el internet.

Se puede hacer un paralelismo con lo sucedido con la alimentación. Había escasez de alimentos -y sigue habiendo en algunos países- luego la revolución agraria permitió producir en abundancia. Hoy sabemos que muchos de los alimentos son tóxicos, pueden envenenarnos (el caso de la "vaca loca" por ejemplo). Lo mismo sucede con la información; está contaminada. Hay que crear una ecología de la información para limpiarla, para que se respete la verdad, para mejorar la calidad informativa y así mejorar la calidad de la democracia.

Intervención de Ignacio Ramonet en CIESPAL, Quito (Ecuador). Resumen de Silvia Arana.
Diciembre de 2010.

martes, 1 de febrero de 2011

Los dictadores no dictan, obedecen órdenes (a propósito de Egipto)


El régimen de Mubarak podría caer frente a un movimiento nacional de protesta… ¿Cuáles son las perspectivas para Egipto y el mundo árabe? Lo cierto es que los “dictadores” no dictan, obedecen órdenes. Esto es verdad en Egipto, Túnez y Argelia. Los dictadores son invariablemente títeres políticos. Los dictadores no deciden.

El presidente Hosni Mubarak fue un fiel sirviente de intereses económicos occidentales y lo mismo vale para Ben Alí. Hoy, el gobierno nacional es el objeto del movimiento de protesta.

El objetivo es derrocar al títere en lugar del titiritero.

Las consignas en Egipto son “Abajo Mubarak, abajo el régimen”. No se habla de carteles contra EE.UU… La influencia decisiva y destructiva de EE.UU. en Egipto y en todo Medio Oriente sigue sin mencionarse.

Las potencias extranjeras que operan entre bastidores están protegidas contra el movimiento de protesta.
No habrá ningún cambio político significativo a menos que el movimiento de protesta encare directamente el tema de la injerencia extranjera

La embajada de EE.UU. en El Cairo es una importante entidad política que invariablemente resta importancia al gobierno nacional. La embajada no es un objetivo del movimiento de protesta.

En 1991 se impuso en Egipto un devastador programa del FMI en el momento álgido de la Guerra del Golfo. Se negoció a cambio de la anulación de la multimillonaria deuda militar de Egipto con EE.UU. así como de su participación en la guerra. La desregulación resultante de los precios de los alimentos, la arrolladora privatización y las masivas medidas de austeridad llevaron al empobrecimiento de la población egipcia y a la desestabilización de su economía. Elogiaron al gobierno de Mubarak como “alumno modelo del FMI”.

El papel del gobierno de Ben Alí en Túnez fue imponer la mortífera medicina económica del FMI, que durante un período de más de veinte años sirvió para desestabilizar la economía nacional y empobrecer a la población tunecina. Durante los últimos 23 años, la política económica y social en Túnez ha sido dictada por el Consenso de Washington.

Tanto Hosni Mubarak como Ben Alí permanecieron en el poder porque sus gobiernos obedecieron e impusieron efectivamente los dictados del FMI.

De Pinochet y Videla a Baby Doc, Ben Alí y Mubarak, los dictadores han sido instalados por Washington. Históricamente en Latinoamérica, los dictadores fueron colocados en sus sitios mediante una serie de golpes militares patrocinados por EE.UU. En el mundo actual se hace mediante “elecciones libres y limpias” bajo la supervisión de la “comunidad internacional”. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.

Nuestro mensaje al movimiento de protesta:

Las verdaderas decisiones se toman en Washington DC, en el Departamento de Estado de EE.UU., en el Pentágono, en Langley, central de la CIA, en H Street NW, la central del Banco Mundial, y en el FMI.

Hay que encarar la relación del “dictador” con los intereses extranjeros. Derrocad a los títeres políticos pero no olvidéis que hay que atacar a los “verdaderos dictadores”.

El movimiento de protesta debería concentrarse en la verdadera sede de la autoridad política; debería tener en la mira (de manera pacífica, ordenada y no violenta) a la embajada de EE.UU., la delegación de la Unión Europea, las misiones nacionales del FMI y del Banco Mundial.

Un cambio político significativo sólo se puede asegurar si se abandona la agenda de política económica neoliberal.

Reemplazo del régimen

Si el movimiento de protesta no se plantea el papel de las potencias extranjeras incluidas las presiones ejercidas por “inversionistas”, acreedores externos e instituciones financieras internacionales, no se logrará el objetivo de la soberanía nacional. En cuyo caso, lo que ocurrirá es un proceso limitado de “reemplazo de régimen”, que asegure la continuidad política.

Los “dictadores” son instalados y removidos. Cuando están desacreditados políticamente y ya no sirven a los intereses de sus patrocinadores estadounidenses se les reemplaza por un nuevo líder, reclutado frecuentemente en las filas de la oposición política.

En Túnez el gobierno de Obama ya se ha posicionado. Se propone jugar un papel crucial en el “programa de democratización” (es decir la celebración de las denominadas elecciones limpias). También se propone utilizar la crisis política como medio para debilitar el papel de Francia y consolidar su posición en el norte de África:
“EE.UU., que evaluó rápidamente la oleada de protesta en las calles de Túnez, trata de aprovechar su ventaja para presionar por reformas democráticas en el país, y más allá.

El enviado de más alto rango de EE.UU. para Medio Oriente, Jeffrey Feltman, fue el primer funcionario extranjero que llegó al país después de que el presidente Zine El Abidine Ben Alí fue depuesto el 14 de enero y rápidamente llamó a realizar reformas. Dijo el martes que sólo unas elecciones libres y limpias fortalecerían y otorgaran credibilidad a la dirigencia asediada del Estado norteafricano.

“Ciertamente espero que utilizaremos el ejemplo tunecino”, agregó el secretario adjunto de Estado Feltman en conversaciones con otros Estados árabes.

Fue enviado al país norteafricano para ofrecer ayuda de EE.UU. en la turbulenta transición del poder, y se reunió con ministros tunecinos y personalidades de la sociedad civil.

Feltman viaja a París el miércoles para discutir la crisis con los dirigentes franceses, reforzando la impresión de que EE.UU. dirige el apoyo internacional para un nuevo Túnez, en detrimento de la antigua potencia colonial, Francia…
Las naciones occidentales apoyaron durante mucho tiempo a la dirigencia depuesta de Túnez, por verla como un bastión contra militantes islámicos en la región norteafricana.

En 2006, el entonces secretario de defensa de EE.UU. Donald Rumsfeld, hablando en Túnez, elogió la evolución del país.

Explotando la situación, la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton intervino ágilmente con un discurso en Doha el 13 de enero, advirtiendo a los dirigentes árabes que permitieran más libertades a sus ciudadanos.

“No cabe duda que EE.UU. trata de posicionarse muy rápido del lado bueno…” “AFP: “EE.UU. ayuda a conformar el resultado del levantamiento tunecino,”

¿Tendrá éxito Washington en la instalación de un nuevo régimen títere?

Depende en gran parte de la capacidad del movimiento de protesta al encarar el papel insidioso de EE.UU. en los asuntos internos del país.

No se mencionan los poderes preponderantes del imperio. Con una amarga ironía, el presidente Obama ha expresado su apoyo al movimiento de protesta.

Mucha gente dentro del movimiento de protesta cree que el presidente Obama está comprometido con la democracia y los derechos humanos, apoya la decisión de la oposición de deponer a un dictador, instalado por EE.UU. para comenzar.

Captación de dirigentes de la oposición

La captación de los dirigentes de los grandes partidos de oposición y organizaciones de la sociedad civil en anticipación del colapso de un gobierno títere autoritario forma parte de los cálculos de Washington, aplicados en diferentes regiones del mundo.

El proceso de captación es implementado y financiado por fundaciones basadas en EE.UU. que incluyen la Fundación Nacional por la Democracia (NED) y Freedom House (FH). Tanto FH como NED tienen vínculos con el Congreso de EE.UU., el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) y el establishment de los negocios estadounidense. Se sabe que tanto NED como FH están ligados a la CIA.

La NED está activamente involucrada en Túnez, Egipto y Argelia. Freedom House apoya a varias organizaciones de la sociedad civil en Egipto.

“La NED fue establecida por el gobierno de Reagan después de que el papel de la CIA en el financiamiento clandestino para derrocar gobiernos extranjeros se sacó a la luz, llevando a que los partidos, movimientos, periódicos, libros, revistas e individuos que recibían fondos de la CIA fueran desacreditados… Como fundación bipartidaria, con participación de los dos principales partidos, así como de la AFL-CIO y la Cámara de Comercio de EE.UU., la NED se hizo cargo del financiamiento de movimientos de derrocamiento extranjeros, pero de modo encubierto y bajo la rúbrica de “promoción de la democracia”. (Stephen Gowans, enero de 2011 What's left

Aunque EE.UU. ha apoyado al gobierno de Mubarak durante los últimos treinta años, las fundaciones estadounidenses con vínculos con el Departamento de Estado de EE.UU. y el Pentágono han apoyado activamente a la oposición política, incluido el movimiento de la sociedad civil. Según Freedom House: “La sociedad civil egipcia es al mismo tiempo vibrante y restringida. Hay cientos de organizaciones no gubernamentales dedicadas a expandir los derechos civiles y políticos en el país, que operan en un entorno fuertemente regulado.” (Comunicado de prensa de Freedom House).

En una amarga ironía, Washington apoya la dictadura de Mubarak, incluidas sus atrocidades, mientras respalda y financia a sus detractores, a través de FH, NED, entre otros.

Bajo los auspicios de Freedom House, disidentes egipcios y oponentes de Hosni Mubarak fueron recibidos en mayo de 2008 por Condoleezza Rice en el Departamento de Estado y el Congreso de EE.UU. También se reunieron con el Consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Stephen Hadley, quien fue “el principal consejero de política exterior de la Casa Blanca” durante el segundo período de George W. Bush.

El esfuerzo de Freedom House por empoderar a una nueva generación de propugnadores ha producido resultados tangibles y el programa de Nueva Generación en Egipto ha adquirido importancia local e internacionalmente. 

Becados egipcios visitantes de todos los grupos de la sociedad civil recibieron [mayo de 2008] atención y reconocimiento sin precedentes, incluidas reuniones en Washington con la secretaria de Estado de EE.UU., el consejero de seguridad nacional y destacados miembros del Congreso. En las palabras de Condoleezza Rice, representan la “esperanza para el futuro de Egipto. Freedom House, http://www.freedomhouse.org/template.cfm?page=66&program=84.

Ambigüedades políticas: Charlando con “dictadores”, confraternizando con “disidentes”

En mayo de 2009, Hillary Clinton se reunió con una delegación de disidentes egipcios, varios de los cuales se habían reunido con Condoleezza Rice un año antes. Esas reuniones a alto nivel se celebraron una semana antes de la visita de Obama a Egipto.

La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, elogió el trabajo de un grupo de activistas de la sociedad civil egipcia con los que se reunió hoy y dijo que correspondía a los intereses de Egipto que se orientara hacia la democracia y mostrara más respeto por los derechos humanos.

Los 16 activistas se reunieron con Clinton y con el secretario de Estado adjunto interino para asuntos de Medio Oriente, Jeffrey Feltman, en Washington al final de una beca de dos meses organizada por el programa Nueva Generación de Freedom House.

Los becados mostraron preocupación por lo que percibieron como el distanciamiento del gobierno de EE.UU. de la sociedad civil egipcia y llamaron al presidente Obama a que se reúna con jóvenes activistas independientes de la sociedad civil cuando visite El Cairo la próxima semana. También instaron al gobierno de Obama a que continúe suministrando apoyo político y financiero a la sociedad civil egipcia y a que ayude a abrir el espacio para organizaciones no gubernamentales que está fuertemente restringido bajo la antigua ley de emergencia de Egipto.

Los becados dijeron a Clinton que ya aumenta el impulso en Egipto a favor de más derechos civiles y humanos, y que se necesita urgentemente el apoyo de EE.UU. en este momento. Subrayaron que la sociedad civil representa una “tercera vía” moderada y pacífica en Egipto, una alternativa a los elementos autoritarios del gobierno y a los que abrazan un régimen teocrático. (Freedom House, mayo de 2009)

Durante sus becas, los activistas pasaron una semana en Washington recibiendo entrenamiento como propugnadores y obteniendo una enseñanza desde dentro del funcionamiento de la democracia estadounidense. Después de su entrenamiento se pudo a los becarios en contacto con organizaciones de la sociedad civil de todo el país con las que compartieron experiencias con sus homólogos estadounidenses. Los activistas terminarán su programa… visitando a funcionarios del gobierno, miembros del Congreso, medios noticiosos y think tanks.” (Freedom House, mayo de 2009)

Estos grupos opositores de la sociedad civil –que actualmente juegan un papel importante en el movimiento de protesta– están apoyados y financiados por EE.UU. Sirven indeleblemente intereses estadounidense.

La invitación de disidentes egipcios al Departamento de Estado y al Congreso de EE.UU. también pretende inculcar un sentimiento de compromiso y fidelidad a los valores democráticos estadounidenses. EE.UU. se presenta como un modelo de Libertad y Justicia. Y se destaca a Obama como un "modelo ejemplar".

Los titiriteros apoyan al movimiento de protesta contra sus propios títeres

La explicación es “apalancamiento político”, “fabricación de disenso”. Apoyo al dictador así como a los oponentes del dictador como medio para controlar a la oposición política.

Estas acciones por parte de Freedom House y la NED por cuenta de los gobiernos de Bush y Obama, aseguran que la oposición de la sociedad civil financiada por EE.UU. no dirigirá sus energías contra los titiriteros tras el régimen de Mubarak, es decir el gobierno de EE.UU.

Esas organizaciones de la sociedad civil financiadas por EE.UU. actúan como un “Caballo de Troya” que se incrusta en el movimiento de protesta. Protegen los intereses de los titiriteros. Aseguran que el movimiento de protesta en la base no encarará el tema más amplio de la injerencia extranjera en los asuntos de Estados soberanos.

Blogueros de Facebook y Twitter apoyados y financiados por Washington

En relación con el movimiento de protesta en Egipto, varios grupos de la sociedad civil financiados por fundaciones basadas en EE.UU. han encabezado la protesta en Twitter y Facebook:

“Activistas del movimiento egipcio Kifaya (¡Basta!) –una coalición de oponentes al gobierno– y del Movimiento Juvenil 6 de Abril organizaron las protestas en las redes sociales Facebook y Twitter. Informes noticiosos occidentales dijeron que al parecer Twitter se bloqueará en Egipto el martes por la tarde.” (Vea Voice of America, Egipto estremecido por mortíferas protestas antigubernamentales)

El movimiento Kifaya, que organizó una de las primeras protestas dirigidas contra el régimen de Mubarak a finales de 2004, está apoyado por el Centro Internacional de Conflicto No Violento basado en EE.UU. Kifaya es un movimiento de amplia base que también ha tomado posición sobre Palestina y el intervencionismo estadounidense en la región.

Por su parte, Freedom House ha estado involucrado en la promoción y entrenamiento en los blogs de Facebook y Twitter en Medio Oriente y en el norte de África:

Los becarios de Freedom House adquirieron pericia en la movilización cívica, liderazgo y planificación estratégica, y se benefician de oportunidades de conexión de redes mediante su interacción con donantes basados en Washington, organizaciones internacionales y los medios. Después de volver a Egipto, los becarios recibieron pequeños subsidios para implementar iniciativas innovadoras como la propugnación de una reforma política a través de mensajes de SMS y Facebook. http://www.freedomhouse.org/template.cfm?page=66&program=84

Del 27 de febrero al 13 de marzo [2010], Freedom House recibió a 11 blogueros de Medio Oriente y del norte de África [de diferentes organizaciones de la sociedad civil] para un Tour de Estudios Avanzados de Nuevos Medios en Washington, D.C. El Tour de Estudios suministró a los blogueros entrenamiento en seguridad digital, producción de vídeos digitales, desarrollo de mensajes y cartografía digital. Mientras estuvieron en Washington, los becarios también participaron en una información del Senado, y se reunieron con responsables de alto nivel de USAID, [el Departamento de] Estado y el Congreso así como medios internacionales incluidos Al-Jazeera y Washington Post http://www.freedomhouse.org/template.cfm?page=115&program=84&item=87

Se puede comprender fácilmente la importancia dada por el gobierno de EE.UU. a este “programa de entrenamiento” de blogueros, que va acompañado por reuniones de alto nivel en el Senado de EE.UU., el Congreso, el Departamento de Estado, etc.

El papel de los medios sociales Facebook y Twitter como expresiones de disenso, debe ser evaluado cuidadosamente a la luz de los vínculos de diversas organizaciones de la sociedad civil egipcia con Freedom House (FH), (NED) y el Departamento de Estado.

BBC News World (transmisión en Medio Oriente) citando mensajes egipcios en Internet ha informado de que “EE.UU. ha estado enviando dinero a grupos pro democracia”. (BBC News World, 29 de enero de 2010). Según un informe en The Daily Telegraph, citando un documento secreto de la embajada de EE.UU. (29 de enero de 2011):

“Las protestas en Egipto están siendo impulsadas por el movimiento juvenil 6 de abril, un grupo de Facebook que ha atraído sobre todo a miembros jóvenes y educados opuestos a Mubarak. El grupo tiene unos 70.000 miembros y utiliza las redes sociales para orquestar protestas e informar sobre sus actividades.

Los documentos publicados por WikiLeaks revelan que funcionarios de la embajada de EE.UU. [en El Cairo] estuvieron en contacto regular con el activista entre 2008 y 2009, considerándolo una de las fuentes más fiables para información sobre abusos de los derechos humanos.

La Hermandad Musulmana

La Hermandad Musulmana en Egipto constituye el mayor segmento de la oposición al presidente Mubarak. Según informes, la Hermandad Musulmana domina el movimiento de protesta.

Aunque existe una prohibición constitucional contra partidos políticos religiosos, los miembros de la Hermandad elegidos al parlamento de Egipto como “independientes” constituyen el mayor bloque parlamentario.

La Hermandad, sin embargo, no constituye una amenaza directa para los intereses económicos y estratégicos de Washington en la región. Las agencias de inteligencia occidentales tienen una antigua historia de colaboración con la Hermandad. El apoyo de Gran Bretaña a la Hermandad, organizado a través del Servicio Secreto británico, data de los años cuarenta. Desde los años cincuenta, según el ex funcionario de inteligencia William Baer, “La CIA [canalizó] el apoyo a la Hermandad Musulmana por “la encomiable capacidad de derrocar a Nasser”. 1954-1970: CIA and the Muslim Brotherhood Ally to Oppose Egyptian President Nasser. Esos vínculos encubiertos con la CIA se mantuvieron después de Nasser.

Comentarios finales

La remoción de Hosni Mubarak ha estado, durante varios años, entre los planes de la política exterior de EE.UU.
El reemplazo del régimen sirve para asegurar la continuidad, mientras suministra la ilusión de que ha tenido lugar un cambio político significativo.

La agenda de Washington para Egipto ha sido “secuestrar el movimiento de protesta” y reemplazar al presidente Hosni Mubarak por otro jefe de Estado títere, dócil. El objetivo de Washington es sustentar los intereses de potencias extranjeras, defender la agenda económica neoliberal que ha servido para empobrecer a la población egipcia.

Desde el punto de vista de Washington, el reemplazo del régimen ya no requiere la instalación de un régimen militar autoritario como durante el apogeo del imperialismo de EE.UU. Puede ser implementado mediante la captación de partidos políticos, incluida la izquierda, el financiamiento de grupos de la sociedad civil, la infiltración del movimiento de protesta y la manipulación de elecciones nacionales.

Con referencia al movimiento de protesta en Egipto, el presidente Obama declaró en una transmisión por vídeo en YouTube el 28 de enero: “El gobierno no debe recurrir a la violencia”. La pregunta más fundamental es ¿cuál es la fuente de esa violencia? Egipto es el mayor beneficiario de ayuda militar de EE.UU. después de Israel. Los militares egipcios éstán considerados la base del poder del régimen de Mubarak:

“El ejército y las fuerzas policiales del país están armados hasta los dientes gracias a más de 1.000 millones de dólares anuales de Washington… Cuando EE.UU. describe oficialmente a Egipto como “aliado importante” se refiere sin querer al papel de Mubarak como puesto avanzado para operaciones militares y tácticas de guerra sucia en Medio Oriente y más allá. Existe clara evidencia de grupos internacionales de derechos humanos de que innumerables “sospechosos” entregados por fuerzas de EE.UU. en sus diversos territorios de operaciones (criminales) son arrojados en secreto a Egipto para “interrogatorio profundo”. El país sirve como un gigantesco “Guantánamo” en Medio Oriente, convenientemente oculto al interés público estadounidense y libre de sutilezas legales sobre derechos humanos.” (Finian Cunningham, Egypt: US-Backed Repression is Insight for American Public, Global Research, 28 de enero de 2010).

EE.UU. no es un “modelo ejemplar” de democracia para Medio Oriente. La presencia militar de EE.UU. impuesta a Egipto y al mundo árabe durante más de 20 años, combinada con reformas “de libre mercado” constituye la raíz de la violencia estatal.

La intención de EE.UU. es utilizar el movimiento de protesta para instalar un nuevo régimen.

El movimiento popular debería reorientar sus energías: Identificar la relación entre EE.UU. y “el dictador”. Derrocar al títere político de EE.UU. pero sin olvidar a los “verdaderos dictadores”.

Reorientar el proceso de cambio de régimen.
Desmantelar las reformas neoliberales.
Cerrar las bases militares de EE.UU. en el mundo árabe.
Establecer un gobierno verdaderamente soberano.

*Experto geopolítico canadiense. Publicado en Global Research