sábado, 11 de diciembre de 2010

La huella no se borra

Por Gustavo Veiga - http://www.pagina12.com.ar/diario/deportes/8-158471-2010-12-11.html

Cuando en la Argentina se violaban los derechos humanos, se violaban los derechos de todos, incluidos los deportistas. Eran atletas que no daban con el perfil que se tiene hoy del competidor de elite: inaccesible, mediático, farandulero. Aquellos se entrenaban al mismo tiempo que cursaban estudios, participaban en asamblea estudiantiles o hacían trabajo social en una villa miseria. Extendían el día más de 24 horas porque no les alcanzaba el tiempo para todo. No vivían para el deporte y por el deporte, que apenas era un apéndice de sus vidas. En los ’70, resultaba común practicar una disciplina y comprometerse en la militancia política. Tan común que la dictadura cívico-militar hizo desaparecer a decenas de deportistas. No por deportistas, y sí por enfrentarla.
Futbolistas como Carlos Alberto Rivada o Eduardo Requena; rugbiers como Santiago Sánchez Viamonte y Otilio Pascua; Adriana Acosta, destacada jugadora de la selección de hockey sobre césped; el tenista Daniel Schapira, el fondista Miguel Sánchez, el ajedrecista Gustavo Bruzzone, la basquetbolista Alicia Alfonsín de Cabandié, entre tantos otros, terminaron en centros clandestinos de detención o arrojados al Río de la Plata por correr a favor del viento de cambio que significaba soñar y construir un país mejor. Abandonaron por su cuenta o se vieron forzados a abandonar sus carreras deportivas cuando se intensificó la represión, que ya no les dejó márgenes para disfrutar de una cancha o un gimnasio. Ellos pusieron el cuerpo en un sentido más amplio.
Con el golpe del ’76, o aún antes, tuvieron que replegarse, pasar a la clandestinidad, someterse al doloroso ejercicio de interrumpir contactos familiares e intentar no ser atrapados por la maquinaria asesina de la represión ilegal. Algunos, como Miguel Sánchez, compitieron hasta una semana antes de su secuestro. Después de correr el maratón de San Silvestre, en Brasil, un grupo de tareas se lo llevó de su casa de Villa España, Berazategui, el 8 de enero de 1978. Militaba en la unidad básica de su barrio y además trabajaba en el Banco Provincia de Buenos Aires. Así sucedió más o menos con todos.
Ayer, en el Día Internacional de los Derechos Humanos, vaya un sentido homenaje para ellos, los deportistas que lucharon por los derechos humanos de su época. Su huella no se borra ni se borrará jamás.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Deber de escuchar a las víctimas

Por Griselda Tessio* - http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/22-26546-2010-12-10.html

Ante los Genocidios del siglo XX que sacudieron la racionalidad humana, ya no puede seguir hablándose en los términos del optimismo iluminista, y nace la exigencia de identificar pensamiento y crítica. Aquel optimismo prometía la emancipación de la Razón de toda tutela y toda censura, para lograr la felicidad de los hombres. Pero esa idea se hace añicos en el siglo XX porque sabemos que a veces, la "razón engendra monstruos".

Desde 1983 hasta la fecha, los juristas, historiadores y cientistas sociales, han comenzado a analizar el tristísimo proceso de la dictadura y represión vivido en la Argentina, "y también en otros países de la región, en mérito al modelo de disciplinamiento de la llamada "Doctrina de la Seguridad Nacional".

Se ha dicho que el Derecho era poder legitimado por los poderosos que creaba su razón en la fuerza y el sometimiento de los otros. Puede argumentarse, sin embargo y luego de lo que Ihering llamara "la larga lucha por el Derecho" que a partir de la Modernidad -en su proyecto aún no cumplido las naciones y sociedades han legitimado sus Corpus Jurídicos por la vía de la racionalidad legal y de la ética social, y no sólo la fuerza.

Sabemos que a partir del 24 de marzo de 1976 -y antes de manera solapada y no confesa se quebraron los valores sustentables que cohesionaban mínimamente una sociedad moderna y un Estado racional, sufriendo nuestro país una instancia de terror y arbitrariedad propia de sistemas dictatoriales de los conocidos en el siglo XX.

En este asalto de la Razón fueron conculcados los derechos públicos y privados de los ciudadanos, desapareció la persona como sujeto de derechos, se arrasó el orden jurídico y vivimos todos bajo sospecha. La violación de los Derechos Humanos por las Fuerzas Armadas con omisión, aquiescencia o complicidad de vastos sectores de la Sociedad, fue práctica cotidiana. Durante la dictadura se estableció una perversa metodología de desaparición forzada de personas, caracterizada por el secuestro, internación en centros clandestinos, torturas, condiciones de vida infrahumanas y eliminación física de ellas en la mayoría de los casos.

Sus familiares clamaron por sus vidas, clamaron por sus restos y hoy reclaman por el conocimiento de la verdad y el resguardo de la memoria.

Por tales motivos se hace necesaria "una reconstrucción independiente del hecho histórico que permita obtener información sobre el destino de las víctimas de hechos tan atroces".

A más de 30 años de aquellos días que devastaron el entramado social, que destruyeron vidas y esperanzas, podemos decir que hemos recuperado la Democracia y la Memoria, ya que no hay construcción de vida digna sin ambas.

En 1983 muchos dijeron que no era posible, pero muchos más dijeron sí a la idea del Juicio al Mal Absoluto, a las Juntas de Comandantes.

Por eso estamos convencidos que la causa 13 fue un parteaguas en la historia contemporánea argentina y en la historia del Derecho Penal Nacional. Hay una secuencia encadenada de hitos y procesos.

Hoy es posible la agenda de los derechos humanos instalada en la sociedad, porque antes hubo Conadep, Causa 13 y Nunca más. Hoy sabemos que tenemos la obligación de hablar por los que ya no están y tenemos la obligación de escuchar a víctimas y testigos que volvieron del infierno.

Como dice Saramago: "Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos. Sin la memoria no existiríamos, sin la responsabilidad, no mereceríamos existir".

*Vicegobernadora de la provincia. de Santa Fe

jueves, 9 de diciembre de 2010

Palestina: Pueblo sin nación

Por Luis Bruschtein - http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-158246-2010-12-07.html


En Medio Oriente, el pueblo judío, que venía de una larga diáspora, convirtió a los palestinos en los judíos del mundo árabe. En su diáspora, los palestinos hicieron un proceso similar al que habían hecho los judíos en la suya. Muchos se hicieron profesionales o adquirieron conocimientos y oficios que podían llevarse con ellos si debían emigrar de territorios que nunca eran los suyos. Se convirtieron así en uno de los pueblos árabes más cultos, con un núcleo importante de intelectuales, pensadores y artistas diseminados en todas partes del mundo. 
Fueron, al igual que los judíos, un pueblo sin nación. Esta idea de pueblo sin nación es difícil de entender en todas sus connotaciones de ausencias y desidentidades para los que no tienen o no han sufrido ese problema. O sea, es difícil para la mayoría, menos para los judíos, que sí han sufrido esa amputación. Y por lo tanto, si son los que más la entienden, tendrían que entender más que los demás que no existe una solución nacional sin territorio propio. Los palestinos, como hicieron antes los judíos, no cejarán hasta lograr su propio Estado en un territorio propio. Cualquier otro camino significará más sangre y más guerra.
Las vueltas de la historia han llevado a la paradoja de que sea Israel, el Estado judío, el principal obstáculo para que otro pueblo, el palestino, se realice como nación integral. El planteo central de los gobiernos israelíes es el de fronteras seguras y por eso son reacios en las negociaciones. Y, en realidad, podrán pensar en fronteras seguras recién cuando el pueblo palestino pueda realizarse como nación y desaparezcan los motivos que lo llevan a confrontar con el que aparece como su principal obstáculo.
La discusión en el Medio Oriente es milenaria y por lo tanto inútil desde ese enfoque. Lo real es que en la actualidad existen dos pueblos que conviven en un territorio reducido. Uno de ellos con territorio y Estado y el otro no. Cualquier solución tiene que partir de esa realidad. Es inoperante pensar en un solo Estado, ya sea judío o palestino, para lo cual habría que tirar al mar a millones de personas en cualquiera de los dos casos. Es muy probable que el futuro de ambos pueblos sea incluso el de hermanarse en un solo estado-nación o confederación, pero en la actualidad cualquier intento de aplicarlo significaría una guerra interminable que, por lo demás, es lo que sucede en la actualidad.
La paz en Medio Oriente requiere la existencia de un Estado palestino independiente y por eso es importante el impulso que tomaron Uruguay, Brasil y ahora Argentina, los tres como parte del Mercosur, para reconocer al Estado palestino.
Esa idea de que la paz en Medio Oriente requiere la existencia del Estado palestino también está en discusión. Porque el gobierno israelí sostiene que no reconocerá al Estado palestino, si antes los palestinos no garantizan la paz. A su vez, en un primer momento Hamas rechazaba de plano la existencia del Estado de Israel. Pero hace poco, uno de sus principales dirigentes, Jaled Meechal, sugirió que podría negociar sobre la base de las fronteras de 1967. Aunque advirtió que no reconocerá a Israel hasta no tener un Estado propio, independiente y sin condicionamientos.
Es un poco el problema del huevo o la gallina. Más pragmática, la OLP eligió un camino intermedio: tomó los territorios ganados y generó el gobierno de la Autoridad Palestina, que está dispuesto a participar en negociaciones de paz. Pero estas negociaciones ahora están interrumpidas por la construcción de asentamientos judíos en tierras palestinas. El gobierno israelí habla de un futuro Estado palestino y se molesta con el reconocimiento argentino actual al Estado palestino, pero al mismo tiempo construye asentamientos en esos territorios, lo cual hace que sus palabras no sean creíbles.
Además, estos años demostraron que la existencia de un Estado palestino sería recién el comienzo. Si ese Estado resulta nada más que un ghetto pobrísimo junto a un Estado israelí próspero, como sucede con Cisjordania y Gaza, la región seguirá siendo un polvorín. El Estado palestino tiene que tener su propia economía, su propia industria y su propio comercio. Tiene que estar a la par del Estado de Israel y no subordinado a él. Y para que sea así deberá contar con el apoyo de todo el mundo, pero sobre todo de Israel y de los Estados árabes. Un Estado palestino próspero puede ser la clave de la paz en Medio Oriente.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Perú: Vargas Llosa y la perfección del "paraíso" neoliberal

Por:   Alejandro F. Loarte

El Escribidor peruano nacionalizado español, Mario Vargas Llosa, acaba de anunciar su libreto en el próximo capítulo electoral (2011) de la política peruana. “... [Si] hubiera el menor peligro de un retroceso [yo] participaría de una manera activa defendiendo... [para] que el modelo se mantenga y se perfeccione, que se corrijan cosas que merecen enmienda... [,ese] modelo que al país le trae beneficios... y... una imagen magnifica en el exterior.” ¿Cual modelo?

Se refiere al modelo de política-económica (privatización ciega de los medios estratégicos de producción y liberalización salvaje del mercado y los recursos nacionales) que él enarboló en 1990 antes que el electorado peruano le convirtiera en perdedor frente al entonces desconocido descendiente japonés, Alberto Fujimori. Modelo que, con ironía, hizo suyo su vencedor y lo ejecutó con la excelencia propia de un técnico y no de un político [o un literato]. Fue el vencedor quien construyó los cimientos para que el proyecto neoliberal perdurara dos décadas (1990-2010): privatizó el 100% de los medios estratégicos de producción, liberalizó el régimen laboral y social, y estabilizó la macroeconomía vulnerada entonces por una galopante inflación, déficit fiscal, y deuda pública, y la situación política jaqueada por el terrorismo senderista.

El curso de las administraciones siguientes, de Toledo y García, usufructuó y desarrolló las prescripciones neoliberales. La venta del Perú se extendió con alevosía a todo el mercado nacional tanto de bienes como de servicios, y de recursos naturales. Mientras Toledo trabajó sobre protocolos de libre comercio, García los elevó al grado de Tratados de Libre Comercio (destacando por sus adversas consecuencias internas, el firmado con Estados Unidos de Norte-América y con Chile). Los índices macroeconómicos siguieron creciendo gracias a la inversión extranjera improductiva (como la chilena) y al incremento de precios en el mercado internacional de los productos brutos (minería) y de poco valor agregado (agro-industria) que el Perú exporta secularmente.

La historia de dos décadas de neoliberalismo es la historia de la venta más comprensiva que se haya hecho del Perú. Pequeños quedan los lesivos contratos individuales pactados con mercaderes extranjeros que se limitaron a ciertos sectores o productos (Dreyffus en 1869-70, Grace en 1890, La Marconi y con la Peruvian Corporation en los 1920’s, International Petroleum Company, 1968, entre muchos). El proyecto neoliberal ha legitimado la venta total del Perú. 

Empresas públicas y privadas, productos industriales y de pan llevar, servicios básicos y terciarios, han sido ofrecidos como presa para el inversionista capitalista depredador por obra y gracia de los últimos tres gobiernos.

La venta neoliberal del Perú en circunstancias comerciales internacionales favorables reportó “ganancias” indiscutibles. Según el Banco Central de Reserva, las reservas internacionales netas del Perú se multiplicaron más del 500 por ciento de 8,190 millones de dólares el 2000 a 44,104 millones de dólares en Noviembre del 2010. La balanza comercial, que fue deficitaria en toda la década del 90, totalizó 321 millones de dólares en el 2002 para alcanzar los 5,873 millones de dólares en el 2009 y 4,565 millones de dólares entre Enero y Setiembre del 2010. Los neoliberales exhiben esas “ganancias” como prueba de su éxito.

Pero ¿de qué valen las “ganancias” si no sirven para el desarrollo verdadero del país y el bienestar pleno de su población?, ¿de qué vale la riqueza si no desarrolla al máximo su potencial natural y humano a fin de lograr la mayor felicidad posible para todos? Para el proyecto neoliberal la “ganancia” o la riqueza es un fin en sí mismo. Imaginar la riqueza socializada, es decir, usarla como medio al servicio del bienestar común y nacional, es un contrasentido puro.

Al neoliberalismo no le interesa el destino del Perú ni la suerte de los peruanos. Por eso, su éxito tangible en “ganancias” satisface intereses completamente ajenos al Perú y totalmente absurdos al sentido común. Cuan absurdo y nocivo es el neoliberalismo para el Perú que prefiere invertir casi el 70% de las reservas internacionales netas, unos 30,178 millones de dólares a Octubre del 2010 en comprar valores sin respaldo preferentemente bonos del tesoro norteamericano, y prefiere depositar en bancos extranjeros casi 25% de esas reservas, unos 9,871 millones de dólares a Octubre del 2010. El colmo del absurdo neoliberal es que “prestamos el dinero, que con mucho esfuerzo ahorramos a fin de estar protegidos de los vaivenes del capital mundial, a Estados Unidos sin que nos paguen siquiera el 1% de interés, mientras que cuando nosotros buscamos financiamiento en el mercado mundial lo conseguimos al 10% como mínimo.” [BEDOYA, Carlos: “La Trampa de las Reservas”. Diario La Primera. Noviembre 2010].

Mientras que para los defensores del neoliberalismo -como el Escribidor y el Mandatario peruanos, éste trae beneficios al país y le concede una magnifica imagen exterior, el Perú como idea y realidad, a decir de Jorge Basadre, y los peruanos que trabajan diariamente y sueñan con ser felices algún día resultan más agraviados y más hipotecados cada segundo que ese modelo nefasto se reproduce. Si en lugar de invertir 30,178 millones de dólares en la compra infructífera de bonos del tesoro norteamericano -una entidad mafiosa y desfalcada, y de depositar 9,871 millones de dólares en bancos extranjeros que pagan menos del 1 % de interés anual y cuyas identidades ningún peruano conoce, es decir, si ambas sumas (40,049 millones de dólares a Octubre del 2010) se destinaran a pagar la deuda externa (39,096 millones de dólares a Setiembre del 2010), el Perú todavía obtendría un saldo de 953 millones de dólares para invertirlo en obras sociales. Pero adoptar una política así, basada en la lógica del Perú y de los peruanos, es incompatible con el modelo neoliberal.

Desde que la finalidad del capitalismo es el capital (ganancia o riqueza) y no el Hombre, la acumulación de capital deviene en adicción incurable. Aparentemente nada puede detener esa su obsesión. Para eso se vale del poder y entre ambos hacen lo que quieren por encima de la humanidad y la naturaleza en cualquier parte del orbe.

Lo absurdo y criminal del modelo neoliberal aplicado “con éxito” en el Perú solo se explica en el marco de la necesidad por acumular riqueza que tiene el capitalismo imperialista norteamericano. Si el propio Banco Central de Reserva Federal de los Estados Unidos transfirió en los últimos 3 años 9 trillones de dólares en calidad de préstamos de rescate con bajos intereses a grandes firmas inversionistas de Wall Street, y 4 trillones de dólares a grandes bancos para ser pagados en plazos largos y con bajos intereses, si a la vez permitió que estos bancos re-prestaran ese mismo dinero barato al propio gobierno norteamericano imponiéndole el doble y hasta el triple de interés [GREY, Barry: Fed report lifts lid on Great Bank Hust of 2008-2009. www.wsws.org] , ¿cómo podría ser benevolente con el Perú?, ¿cómo podría permitir que el Perú use sus propios ahorros libremente y para su propio desarrollo y beneficio?

Perfeccionar el modelo neoliberal seria humanizarlo. Esto es una ilusión histórica a toda prueba. Pueda que ello quepa en el mundo ficticio del Escribidor Vargas Llosa o en el delirante mundo del Mandatario García, pero jamás en la realidad. La promesa de desarrollo soberano del Perú como idea y realidad, de la realización máxima de su potencial natural y humano, y de esa distribución social y nacional de la riqueza que provea la mayor felicidad posible a todos los peruanos, tiene como condición sine-qua-non la negación al neoliberalismo en su naturaleza (capitalista) y en su carácter (salvaje).

lunes, 6 de diciembre de 2010

El rol de los civiles en la dictadura

Negocios de lesa humanidad Por Franco Mizrahi -
http://www.elargentino.com/nota-116869-medios-120-Negocios-de-lesa-humanidad.html

Una nueva etapa comienza en el proceso de memoria, verdad y justicia en la Argentina. Mientras cientos de militares están siendo juzgados a lo largo del país por su participación en el sistema criminal que desplegó la última dictadura cívico-militar, avanzan en Tribunales las denuncias contra los socios civiles del genocidio, aquellas personas de traje, corbata y zapatos brillosos que impulsaron o facilitaron las desapariciones para engrosar sus bolsillos. O el de sus empresas.

Para acelerar esa demorada investigación, el Gobierno creó la Unidad Especial de Investigación de los crímenes de lesa humanidad con motivación económica cometidos entre 1976 y 1983, que dependerá de la Secretaría de Derechos Humanos. Entre otras funciones este organismo deberá coordinar las acciones legales y organizar una base de datos con todo el material que recopile. “Nosotros veníamos trabajando en estos casos. Dada la extensión y especificidad del tema, el ministro (de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos) Julio Alak decidió crear esta unidad”, explicó a Veintitrés Luis Alén, subsecretario de Protección de Derechos Humanos, el área de la que dependerá el organismo.

De acuerdo con un relevamiento de la Secretaría de Derechos Humanos, después del golpe, 604 empresas fueron liquidadas, intervenidas o apropiadas por los militares.

“La dictadura tuvo un claro objetivo –aseguró Alén–: establecer un determinado modelo económico para el cual era necesario disciplinar a la población mediante el terror. Si bien esa represión se centró en la militancia progresista, también afectó a muchos empresarios.”

La apropiación de empresas por parte de los militares solía realizarse a través del desapoderamiento del capital accionario de sus titulares o mediante las quiebras de las entidades a fin de favorecer a sus socios civiles.

El caso paradigmático de la primera metodología es la investigación por la apropiación de Papel Prensa que benefició a los diarios Clarín, La Nación y La Razón. Para lograr el desapoderamiento de la familia Graiver, que poseía la mayoría accionaria, la dictadura secuestró y torturó a todos sus miembros.

Pero este no fue el único caso en que se liquidó una empresa para que la actividad quedara en manos de los socios de la dictadura.

Otro caso paradigmático es el de la siderúrgica Acindar que emergió de la dictadura como la única empresa poderosa del sector. No es casualidad: esta firma tuvo como gerente hasta los primeros meses de 1976 a quien luego fuera ministro de Economía de la dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz.

Entre los más de 600 casos que relevó la Secretaría comandada por Eduardo Luis Duhalde, sobresalen diferentes tipos de apropiaciones, despojos y desapariciones de bienes. Un caso que fue elevado a juicio para ser integrado en la causa ESMA es el de Chacras de Coria, unos valiosos terrenos ubicados en esa localidad que el almirante Emilio Massera les arrebató a empresarios mendocinos aplicando su característica metodología de secuestro, tormentos, desapoderamiento y muerte. Esos terrenos fueron loteados y vendidos para su beneficio personal. Por este caso está imputado el hijo del Almirante Cero, Enrique Massera.

Otro despojo recordado fue el de los hermanos Alejandro, Carlos y Rodolfo Iaccarino, empresarios ganaderos y lácteos, secuestrados y despojados de sus bienes –por caso, 25 mil hectáreas ubicadas en Santiago del Estero, valuadas en millones de dólares que, junto a un avión, fueron vendidas a un socio de la dictadura, por 300 mil dólares y un campito de golf–. Esta causa esta siendo investigada en el Juzgado Federal 3 de La Plata.

Otro caso es el despojo del Banco de Hurlingham, también sustraído a los Graiver, que sigue el Juzgado Federal 3 de la Capital Federal. O el de los empresarios Gutheim (Miguel y Federico), por el que hoy tienen prisión preventiva Martínez de Hoz, el ministro del Interior de la dictadura Albano Harguindeguy y Videla. Esta causa tramita en el Juzgado Federal 5 de la Capital.

Si bien muchas de las víctimas ya habían hecho su reclamo ante el ex presidente Raúl Alfonsín y fueron indemnizados, Alén hace una diferencia: “Una cosa es la cuestión patrimonial y otra la faz criminal. Nosotros investigamos esta última: la responsabilidad criminal de la dictadura con una finalidad económica”.

Desde la secretaría esperan que la creación de la unidad genere nuevas denuncias de despojos similares a la que realizó Lidia Papaleo. “En la dictadura los civiles tuvieron tanta responsabilidad como los que secuestraron y torturaron”, concluyó Alén. Ya se está juzgando a las Fuerzas Armadas. Ahora llegó el turno de los civiles.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Democracias encapuchadas

Juan Almendares - http://alainet.org/active/42623&lang=es


Mira que sigue la lucha
y sigue el pueblo despierto.
No te suplico. Te advierto:
no me pongas la capucha.
Mario Benedetti.

La capucha tiene una doble utilidad monstruosa: Primero servir de instrumento para torturar a la víctima y producir asfixia y terror.
 
Segundo. Es utilizada por el torturador o el asesino para ocultar su propio rostro frente a la víctima.
 
La tortura puede ser individual o grupal. En esencia es un fenómeno que aterroriza a la familia y a las comunidades.
 
Este crimen de lesa humanidad se intensifica con la existencia de bases militares estadounidenses; golpes de estado militar y los estados de sitio o de excepción.
 
 Los encapuchados por los crímenes horripilantes que practican recurren a las drogas; por lo cual se transforman en sujetos narcodependientes.   
 
Esta situación violenta de carácter histórico nos obliga a plantearnos varias preguntas:
 
¿Por qué los gobiernos y cuerpos militares y policiales reprimen en nombre de la seguridad nacional, defensa de la soberanía y democracia en países militarmente ocupados por el pentágono?
 
¿Donde se especializa en tortura el aparato represivo hondureño?
 
¿Dónde aprendieron la doctrina de la Seguridad Nacional, la guerra de conflictos de baja intensidad y la guerra mediática?
 
¿De donde reciben o compran las armas, los cuerpos represivos que asesinan y torturan familias campesinas, mujeres, hombres niñas y niños de la resistencia?
 
¿Quién los educo para ser expertos en golpes de Estado Militar?.
 
Las lecciones aprendidas en la Escuela de las Américas son tan efectivas que el Manual de Tortura de la CIA aplicado en Irak y Guantánamo fue previamente diseñado y experimentado en Honduras.
 
Hoy tenemos tres democracias encapuchadas:   Colombia (siete bases militares) y un pueblo que sufre toda clase de vejámenes y violación a los derechos humanos por la ocupación militar y los gobiernos represivos.
 
Honduras (tres bases militares del pentágono), sicarios de la Gaula y encapuchados oficiales que asesinan campesinos y campesinas, del movimiento campesino del Aguan (MCA), Movimiento Unificado Campesino del Aguan (MUCA), población civil y miembros de la resistencia.
 
Costa Rica. Invadida por siete mil marines, fuerzas navales estadounidenses y un presupuesto militar de 240 millones de dólares; cinco veces superior al presupuesto anual del ejercito de Nicaragua.  
 
Las democracias encapuchadas son la plataforma militar, ideológica y política del pentágono para vulnerar el ALBA, la soberanía y la dignidad histórica de los pueblos de Bolivia, Cuba, Venezuela, Ecuador, Nicaragua.
 
En el escenario de la farándula del crimen el Congreso Nacional de Honduras y la oligarquía condecoraba a Álvaro Uribe “el sicario de las democracia encapuchadas de América Latina”
 
Con el cinismo del performance teatral el aparato represivo hondureño lanzaba la falsa e irresponsable acusación que el ejército sandinista estaba involucrado en proporcionar armas a los campesinos con vínculos con la FARC de Colombia.
 
Sin embargo este cuerpo represivo no ha podido aclara el robo de la avioneta en la base militar aérea y las masacres en San Pedro Sula; ni tampoco los asesinatos de nuestros compatriotas por el ejército colombiano.
 
La situación es tan perversa que coincidiendo con la Ley Antiterrorista y las acusaciones han sido asesinados cinco campesinos del Movimiento Campesino del Aguan (MCA).
 
Así mismo Modesto Melgar, Delegado de la palabra de Dios en Dulce Nombre Copan fue asesinado y fueron heridas sus dos niñas por los encapuchados en nombre de Dios y la Democracia.
 
En estos momentos miles de familias campesinas, que sufren hambre y terror son los chivos expiatorios para que las tropas de ocupación del pentágono, ejercito colombiano y policía y militares hondureños; aliados con la oligarquía justifiquen una masacre para desencadenar el proceso de fabricación guerrerista en contra de los condenados de la tierra.
 
La solidaridad con Honduras, Colombia y Costa Rica es contribuir a desmantelar las bases militares y a lograr el respeto a la vida de los pueblos
 
La tarea más urgente es la unidad, dignidad histórica y liberación de los pueblos de América Latina para alcanzar paz, justicia social y el derecho a la autodeterminación
 
- Juan Almendares, médico hondureño, ex-Rector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), fue candidato presidencial por el partido Unificación Democrática (UD).
 

miércoles, 1 de diciembre de 2010

JAQUE AL IMPERIO GRINGO

http://maniobrasdelpoder.blogspot.com/2010/12/jaque-al-imperio-gringo-2.html


*La publicación tendrá secuelas graves
*Wikigate inaugura neo-relación con medios

La información es poder. Su carácter, contenido o temática, la hace ser tratada o bien del dominio público o bien del privado. En otras palabras, si la información no es pública cuando de asuntos generales se trata, entonces es de carácter exclusivo o clasificada como de reserva por su naturaleza especial, delicada, o es obtenida por medios ilícitos como el espionaje, la tortura o el robo y con fines también ventajosos o ilegales conforme al sujeto, grupo, organización, institución, país o Estado que la posee, y al tema de la misma o la utilidad que tiene per se. El proceder del imperio estadounidense, como en el caso analizado para adquirirla, ha sido a todas luces ilícitas; es más, cogido con los dedos en la puerta, utilizando a sus diplomáticos comoespías en todos lados. Aunque tampoco es una exclusividad de los EU.

Las publicaciones de Wikileaks representan un duro golpe a la diplomacia gringa, por el lado que se le mire. Por mucho que se considere “secreto a voces” que EU espía a los países con los que mantiene, y no, relaciones políticas y económicas, no es lo mismo elaborar análisis del tema a partir de datos producto de las conferencias o las entrevistas con los operadores [o desde las suposiciones del periodista; cojo queda también el análisis, al menos temporalmente, aún con los antecedentes históricos cuando se respalda en documentos “desclasificados” 25 años después, en el caso de EU, por ser considerados de “seguridad nacional” y antes bajo resguardo], que tener las evidencias en las manos y contar hasta con los últimos detalles del “secreto”. Porque para EU se trata de un “secreto de Estado”, así sea información obtenida violando los términos propios de las relaciones y los “tratados” internacionales.

Ese es, para comenzar, el primer acierto del portal de Julian Assange al rechazar presiones —previas a la publicación de la información que finamente ha dado a la luz pública— desde EU, con todas las presiones que el caso conlleva y los riesgos derivados, porque desde el gobierno gringo harán hasta lo imposible por castigar el cometido. El fiscal general, Eric Holder, ha dicho que se trata de una “operación criminal”. Hillary Clinton que la revelación pone en riesgo a los diplomáticos, y también a “profesionales de inteligencia y personas de todo el mundo que vienen a Estados Unidos para ayudar [sic] a la promoción de la democracia y de un gobierno abierto” [léase la justificación “teórica” en: La sociedad abierta y sus enemigos, de Karl Popper]. El pretexto de una democracia falsamente dirigida que tan acertadamente ha criticado el lingüista estadounidense, Noam Chomsky, enEl miedo a la democracia por EU de otros países.

No obstante, el trabajo de Wikileaks merece el respaldo de la sociedad civil vía los internautas que deben presionar por todos los medios, desde luego vía la web, para condenar cualquier intentona de EU de proceder contra el director Assange y el portal Wikileaks; un espacio en donde, se ha anticipado, publicará en enero otro escándalo relacionado con “un banco” en activo también de los EU.

El otro acierto concierne a que la filtración presionará a EU no sólo a tratar de recomponer sus relaciones “diplomáticas” con las personalidadesofendidas —los calificativos de sorna y las peticiones sobre asuntos propios de las personas o los calificativos chuscos, como el trato a Ban Ki-moon, a Kircher, a Merkel, a Sarkozy, Berlusconi, Putin, Chávez, Zapatero, etcétera, no pasará a mayores consecuencias—, sino a camuflar al menos su injerencia directa en temas como el de China, Cuba, Venezuela; a moderarprocedimientos como la intervención en los casos de Manuel Zelaya en Honduras, y el respaldo a Corea del Sur contra la del Norte, el apoyo incondicional a Israel, etcétera. Esto sería esperar lo menos. El caso México se juzga aparte.

Pero entre las muchas secuelas que resulten del Wikigate, más pronto que tarde se han pronunciado algunos países en cerrar filas con EU para apoyar la judicialización del destripamiento de Wikileaks —y tratar de desviar por esa vía el escandalazo descubierto con la publicación—, porque todos tienen cola que les pisen. Todos espían a todos, y por muchas otras vías. Por ejemplo: lo mismo que hizo EU en la segunda postguerra de sustraer de todos los países europeos a los hombres de ciencia para sus universidades, sus centros de investigación y empresas, e hizo después Japón con los adelantos en el terreno de la electrónica, y han aplicado recientemente con mucha efectividad desde los Tigres Asiáticos hasta China. Son todos contra todos, solo que unos países más que otros; es decir, no depende de los intereses sino también de las infraestructuras disponibles. Porque las oficinas diplomáticas son apenas un eslabón de la negra cadena. Luego entonces, queda claro que ningún país querrá verse inmiscuido ahora en otro escándalo de las dimensiones de EU. Por eso se solidarizarán: por temor y por colusión.

Otra secuela. El Wikigate inaugura también neo-relación entre medios tradicionales y la web. En este sentido, no solo la web irá ganando más y más terreno, la autocensura de los medios agraciados con los adelantos informativos de Assange [The New York TimesThe GuardianDer Spiegel,Le MondeEl País], porque salvo la primera publicación en lo sucesivo han consultado a Washington o se han sometido para publicar sólo parcialmente la información, los pone en desventaja frente a la sociedad civil y la opinión progresista mundial. Luego entonces, pese a las presiones contra Wikileakssurgirán otras páginas en la web con idénticos objetivos; para desnudar las tropelías cometidas sobre todo contra los países endebles o que son poseedores de algún bien altamente explotable.

Para cerrar, por ahora, agreguemos otro aspecto finalmente. En lo inmediato EU tendrá que contener aparte de algunas reacciones efectivamente en contra de sus diplomáticos quizá en varias sedes, las denuncias generadas desde algunos países inconformes con el proceder estadounidense en plena injerencia en asuntos internos. Los casos son tantos como las revelaciones. Pero dichas protestas no surgirán de los países amigos sino del mayormente objeto de vigilancia, como Corea del Norte, Venezuela, Brasil o Argentina. Quizá de otras partes del mundo como Irán con Ahmadineyad, etcétera.

En suma —insisto que por ahora—, lo que queda en claro no sólo es que, como dijo Evo Morales que el cuerpo diplomático estadounidense es una rama del cuerpo de seguridad de Washington, o lo que expresó el sociólogo brasileño Emir Sader, que EU es una potencia promotora de guerras pero que pretende pasar como pacificadora de los conflictos que ella misma genera, sino lo peor de todo: con todo y la cantaleta del multilateralismo y de la inclusión en la globalización, para EU afuera de sus fronteras no hay amigos sino intereses; y aplica en la geopolítica mundial todas las herramientas posibles para su propio bienestar en perjuicio de todos. Pero con un golpe como el de Wikileaks EU recibirá presiones para cambiar.

martes, 30 de noviembre de 2010

Se corrió el velo de un relato




Con la muerte de Néstor Kirchner se corrió un velo que tenía que ver con un discurso monótono que parecía ser el portador de la verdad de lo que pensaba la mayoría de los argentinos sobre el ex presidente. Al correrse ese velo, lo que apareció fue una parte importantísima de la sociedad que fue a rendirle homenaje y a despedirse. Lo hizo con una intensidad única e histórica.


A partir de la muerte de Kirchner, se profundizó un proceso que se venía dando desde fines del año pasado y que tiene que ver con la consolidación de la figura de Cristina Fernández. Durante este año hubo dos grandes momentos de emergencia bajo nuevos contenidos de lo que podríamos llamar lo popular: el Bicentenario y la muerte de Kirchner. Pero esos dos fenómenos populares representan un paso adelante en el reconocimiento a la política por la actual Presidenta. Desde la puesta en marcha de la Asignación Universal por Hijo, Cristina y su gobierno han ido recuperando posiciones en comparación con la elección de junio de 2009. Producida la muerte de Kirchner, quedó en evidencia que una mayoría muy significativa de argentinos está dispuesta a acompañar y a ser parte de este proyecto.


Otro de los fenómenos significativos que generó la muerte de Kirchner fue la aparición de algo similar a un compromiso de sangre. Esto se ve sobre todo en los jóvenes, que vieron en él a alguien que los habilitaba de una manera no formal ni bajo la forma del discurso del adulto que le dice al joven lo que tiene que hacer. Ahí hay una suerte de pacto sellado y una necesidad de expresar lo que ese pacto está significando. Esto no significa que este fenómeno tenga que terminar en miles y miles de jóvenes organizándose en las estructuras de La Cámpora o de otras organizaciones vinculadas al kirchnerismo. Hay una parte de una generación que ha sido nuevamente convocada, con sus experiencias, con sus lenguajes, con su propia mirada del mundo, a tener una participación activa en esto que podríamos llamar lo público, como el lugar donde se manifiesta la vida democrática y el litigio de la política. Después elegirán y le darán forma a distintas maneras de expresar esa participación. Algunos lo harán más orgánicamente, otros lo harán a través de redes sociales.


La dimensión de un personaje de las características de Néstor Kirchner deja vacíos que son difíciles de llenar. Kirchner tenía la enorme capacidad de ser un ajedrecista político. Sabía mover las piezas en el momento adecuado y negociar en el interior de la compleja trama de los intereses político-partidarios. Tenía una personalidad muy fuerte y su palabra era una palabra que decidía de manera muy directa. Pero también tenía una cualidad muy rara que era la interpelación del otro, no sólo desde la rigurosidad y la autoridad, sino que había también algo de campechano, de informal, de ruptura del protocolo, que generó en muchos la sensación de que había algo de otro orden. Tenía la capacidad de poner en cuestión y de escandalizar en el sentido de la subversión de lo aceptado y de lo que no se puede poner en cuestión. Es muy notable esa dimensión y no es muy común encontrarla en la mayoría de los dirigentes políticos. Cristina tiene otras características. Demostró ser una extraordinaria estadista, una mujer de mucho coraje. Son modalidades diferentes y por eso eran también una pareja que compartió el amor con un proyecto político, en el cual cada uno daba cuenta de los que necesitaba el otro. Hay una ausencia, esto es así y Néstor Kirchner como tal es irreemplazable. Pero esto no significa que no haya otras maneras de generar condiciones de rearticulación, quizá con otras formas, en términos de un colectivo. Ya no hay más quien exprese la descarga de energía y la vitalidad de Kirchner. Cristina Fernández tiene una enorme dosis de energía pero que opera desde otra lógica. De todas maneras, le va a caber el compromiso y la responsabilidad de tener la última palabra en todo lo que venga de acá al año que viene. De alguna manera, los dos compartían esa última palabra. Kirchner hacía ese trabajo del que podía liberarse Cristina para seguir avanzando raudamente en la gestión. Néstor no está, pero hay un nivel de reemplazo que es la emergencia de este pueblo, de esta apertura en actores sociales-políticos.


Hasta junio de 2009, una de las críticas principales que le hacíamos al kirchnerismo era que no permitía ver hasta dónde una parte fundamental de la sociedad estaba consustanciada y expresaba el entusiasmo que requiere todo proyecto político. Creo que con la despedida que se le hace a Néstor Kirchner aparece eso que faltaba. Aparece ese lenguaje de la sensibilidad, del entusiasmo, que dice: “Acá estamos, somos el soporte de lo que Cristina esté dispuesta a hacer y nosotros estamos dispuestos a acompañar”.


Ése es otro de los rasgos también para destacar del proceso que se abre tras la muerte de Kirchner.

sábado, 27 de noviembre de 2010

La generación de Néstor Kirchner

Por Alejandro Horowicz - http://www.elargentino.com/Content.aspx?Id=115730

 La sociedad argentina recuperó la política.

La generación de Néstor Kirchner, que también es la mía, contabilizó los avatares de la historia nacional con bajas personales. La muerte de un militante es siempre una baja irreparable, pero pocas veces la palabra irreparable esta tan cargada de sentido pleno. Y no se trata de coincidir con el ex presidente, sino de un problema histórico superior. La derrota de mi generación no sólo fue terrible para sus integrantes, que no es poco decir; además resultó catastrófica para la sociedad argentina. Abrió el curso para un rango de decadencia que no se mide en unidades del Producto Bruto Interno. 

La voluntad de construir un horizonte colectivo, una patria inclusiva, fue aplastada. El horizonte country se fue instalando mediante aproximaciones sucesivas, hasta que los únicos problemas realmente existentes terminaron siendo los propios. Y sólo si los ajenos coinciden con los propios son problemas, de lo contrario, son un incordio al que se debe poner fin con “tolerancia cero”.
 
Los disvalores que el presidente Carlos Saúl Menem sintetizara con su nombre son producto directo de las derrotas que la reacción oligárquica nos infligió desde 1975 hasta 2001; las pagamos entonces y las seguimos pagando ahora. Una clase dominante que no es una clase dirigente transformó la política en la continuación de los negocios, de sus negocios, por otros medios. Y en defensa de “sus negocios” destrozó el Estado de Bienestar, que en Sudamérica se llamó peronismo. La larga noche neoliberal cargada de fulgores sintéticos ahogó la política, y los políticos se volvieron una pesadilla insoportable. Tanto que la compacta mayoría sostuvo: “que se vayan todos”. 

No se fueron, y sin embargo algo cambió, y en ese algo construye la diferencia Kirchner. 
En 1975 todos sabían que el Código Penal no estaba vigente; primero las bandas de la Triple A, y luego las FF AA, lo dejaron en claro. En el ’76 comenzó la cacería de militantes, y las muertes de René Salamanca y Agustín Tosco –para citar dos nombres emblemáticos que nada tuvieron que ver con la acción guerrillera– nos hizo saber qué se proponían: terminar con las conquistas obreras, ilegalizar el derecho popular de participar y orientar la lucha política, destruir la voluntad moral de transformar la sociedad argentina. Y, debemos admitirlo: casi lo logran. 

Un instrumento, el botín de guerra, permitía robarse todo. Perder la capacidad de réplica era perderlo todo, y “todo” no era una metáfora. La legalidad se redujo a la ley del más fuerte, y las diferencias –cualquier diferencia– se pagaba con la muerte. La dictadura burguesa terrorista no sólo exterminó toda forma de oposición dinámica –armada o desarmada– sino que desconoció toda forma de oposición legal. Construyó un Código Penal con delito único. Cuando concluyó el mandato del general Bignone, la impunidad estaba instalada en todos los ámbitos para los poderosos, y contó con suficiente respaldo para ser garantizada hasta el estallido de 2001. 

Asegurar la impunidad rompió la ley, quebrando la relación entre los delitos y las penas. Por tanto, hizo lo que hubiera hecho un grupo de tareas, que siempre había estado “combatiendo” al “enemigo subversivo”. E hiciera lo que hiciera un piquetero, siempre estaba poniendo en riesgo la convivencia social. 

El gesto de Néstor Kirchner al descolgar el cuadro de Videla, acompañado por la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, restableció la capacidad significante del lenguaje político. El hilo que vincula los delitos y las penas, la relación entre las palabras y las cosas, entre la política y la sociedad, comenzó a retejerse. Vale decir, se reconstruyó la posibilidad de la diferencia, y por tanto, se restauraron las condiciones materiales del debate. La masa de terror que gobernó durante décadas en la escena política nacional comenzó a ser recesiva. 

Por cierto, no fue lo único que hizo Kirchner, pero si no hubiera hecho nada más, ya habría construido la diferencia. Antes sólo existía la lógica política heredada de la dictadura terrorista, y ahora existe la posibilidad de debatir, de construir una nueva dirección. La sociedad argentina recuperó la política. Y esa diferencia tiene un nombre propio: Néstor Kirchner. 

viernes, 26 de noviembre de 2010

¡Te voy a quemar viva!

Por Eva Giberti - http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/subnotas/157497-50493-2010-11-25.html


La amenaza comienza a reiterarse. Lo advierten las profesionales que atienden los llamados al Centro de Llamadas que responde al número 137 del Programa Las Víctimas contra las Violencias dependiente del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos.
Al escuchar la angustiada voz de la joven mujer que reclamaba atención, las operadoras registraron que distintas mujeres habían repetido el llamado con la misma amenaza. La Brigada Móvil contra la Violencia familiar concurrió para asistirlas. No obstante, el riesgo se mantiene latente. En particular si la mujer sostiene su relación con el sujeto esperando que “él cambie”. Porque “quizá lo dijo en un mal momento”. Neutralizar estas amenazas mediante racionalizaciones ingenuas –debido al interés amoroso hacia esa persona– puede desembocar en un ataque concreto. Es probable que el responsable, si es acusado, niegue haberlo dicho o que, en caso de encontrar testigos de esa amenaza, insista en afirmar “¡Estaba jugando! Lo dije en broma”. De manera que prioritariamente contamos con el testimonio de quien fue amenazada.

¿Familiar o doméstica?

¿Se trata de violencia familiar o doméstica? ¿Y si el sujeto no es miembro de la familia de la mujer amenazada? Cualquiera sea su posición en relación con ella, esta amenaza está incluida en los contenidos de las leyes.
Es pertinente revisar las expresiones violencia familiar y violencia doméstica, ya que ambas seleccionan un segmento de víctimas que encubre y silencia el tema clave: la violencia contra las mujeres.
Si se presentara ante el Poder Legislativo un proyecto de ley que se refiriese a este tema llamándolo por su nombre, violencia contra las mujeres, ¿sería fácilmente aprobado? Es un interrogante que merece ser considerado. Pero si se menciona al género –hablando de violencia de género– el reconocimiento de estas violencias no tergiversa su contenido esencial. Hablar de violencia de género supone (estadísticamente) que se trata de violencia contra las mujeres. Aceptado este planteo, ¿cuál es el problema si nos referimos a violencia doméstica y/o familiar?
Las expresiones que focalizan una particular índole de víctimas, porque es necesario distinguirlas para responsabilizarse por ellas y solicitar la sanción a sus agresores, generan un recorte: se instituyen en “mujeres golpeadas”, o en “víctimas de violencia”. Se instalan como “aquellas” a las que les sucedió –o les sucede– algo terrible y a las que es preciso ayudar. Conclusión certera e indiscutible.
Si refinamos el análisis de estas dos expresiones, precisamos alertarnos y no distraernos pensando que violencia familiar o doméstica es otro fenómeno propio de “la violencia” que siempre existió. Cuando en realidad se trata, específicamente, de violencia contra las mujeres.
Quienes sostienen que “violencia hubo siempre” proponen neutralizar esta especificidad al desconocer que los hechos violentos contra las mujeres construyen historia, como lo evidencian las narrativas que, mediante el lenguaje, incorporan herramientas para amenazar, dañar y matar. El incremento de la actual amenaza “Te voy a rociar con nafta y voy a prender fuego” o “te voy a quemar viva” son verbalizaciones que si bien no constituyen inventos propios de la época –ya que el fenómeno existió previamente– la aplicación de esas frases adquirió actualidad merced a las últimas historias conocidas. Enriqueció el imaginario social con la incorporación del fuego como colaborador del ataque contra las mujeres. Enriquecimiento que se postula a sí mismo como más refinado debido a las huellas que puede dejar en la sobreviviente, además del espantoso dolor que las quemaduras generan.
Dentro del campo de las violencias familiares o domésticas (cualquiera de las dos expresiones es semánticamente discutible), haber incorporado esta nueva amenaza, que comprobadamente se reitera, alerta acerca de la premeditación que se pone en juego: ha sido preciso pensar en el líquido que podría utilizarse, tener cerca el fósforo o el encendedor y seleccionar la ocasión. También fantasear con los resultados del hecho: “la dejo marcada para siempre”. O bien “la mato”.

La historia y la narrativa

Esta índole de crueldades forma parte de la historia de los actos violentos protagonizados por el género masculino, mientras que la verbalización de lo que “se va a hacer” o ya se llevó a cabo aparece como un nuevo estilo, propio de las narrativas que caracterizan los ataques a las mujeres. La descripción se instituye como narrativa histórica que enuncia o interpreta lo que se narra. Por ejemplo, la milonga que canta “Si no te rompo de un tortazo es por no pegarte en la calle” representa una ideología masculina muy cuidadosa, ya que advierte que para pegar es mejor que no haya testigos. Se sigue pegando, preferentemente dentro de los domicilios (el domus de los latinos) y en familia, familiar y doméstica.
La inclusión de la amenaza por el fuego se actualizó como extensión de hechos cercanos publicitados por los medios, o sea, dependiente de la época.
La violencia que suscita la amenaza del fuego y su posterior puesta en acto reproduce el tiempo de las mujeres quemadas en las hogueras de la Inquisición, incorpora el terror previo de quien se imagina a sí misma envuelta por las llamas. Tiende a historizar en el pensamiento y las sensaciones de la víctima un suceso anticipado que conduce a la mujer a su propia imagen como una persona inerme. Ella no podrá hacer cosa alguna, paralizada por el espanto y el triunfo de la combustión. Lo cual es diferente de la amenaza del golpe.
Recortar este sector de las víctimas de violencia familiar o doméstica –por razones comprensibles y necesarias– arriesga descuidar la concepción de las violencias contra las mujeres que nos involucra a todas. Aunque “a mí nunca me violentaron”, como sostienen algunas congéneres, absolutamente desprendidas de su propia realidad como integrante de las culturas patriarcales y sexistas que nos regulan la cotidianidad.
Asistimos al surgimiento de una “moda” en las políticas de las amenazas contra las mujeres que se articulan con el estudio de las narrativas derivadas de distintas formas de violencia actualizadas por los medios de comunicación según las posibilidades de la época.
Estos sujetos amenazantes a veces, asesinos en oportunidades, han aprendido cómo ejercer otra forma de poder verbal. Alcanza con escucharlos una vez, habitualmente precedido por golpes, para comprender que un asesino potencial disfruta al escucharse a sí mismo. Quizá decida cerrar el circuito para escuchar los gritos de su víctima. Esta “moda” transparentó una dimensión de la violencia masculina hasta ahora escasamente ejercida. Ahora logró su plenitud.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

La tríada golpista ya no es tan poderosa

http://www.cubadebate.cu/opinion/2010/11/23/la-triada-golpista-ya-no-es-tan-poderosa/
La repudiada triada oligarquía-militares-embajada americana que por tanto tiempo ha ejercido dominio sobre las naciones de Latinoamérica luego de haber conquistado éstas su independencia de España hace dos siglos, no ha cesado como realidad ni como inminente peligro en este hemisferio; pero ya no es invencible.
El golpismo tiene hondas raíces, tanto en Latinoamericana como en la política de dominación hemisférica de Estados Unidos.
Juega un papel sobresaliente en la cadena de intervenciones y agresiones de Estados Unidos contra América Latina y el Caribe que comenzó en 1822 cuando Washington decretó que la región era su esfera de influencia. Tal ambición quedo plasmada en la Doctrina Monroe, promulgada en 1823, según la cual las naciones que emergían a la independencia en Hispanoamérica serían territorio vedado a los apetitos imperiales europeos y espacio natural de influencia estadounidense.
Poco después enunciaron el principio del Destino Manifiesto y lanzaron la guerra de 1848 contra México, al que despojaron de los territorios de los actuales estados de California y Nuevo México.
En 1898, la voladura del acorazado estadounidense Maine en puerto habanero -acción considerada por muchos historiadores una autoagresión -,  fue el pretexto para entrar en guerra contra España, con la vista puesta en la conquista de sus territorios coloniales remanentes: Filipinas, Hawái, Puerto Rico y Cuba.
En el curso de las siguientes tres décadas, Estados Unidos invadió treinta y cuatro veces a los países de la cuenca del Caribe y ocupó a México, Honduras, Guatemala, Costa Rica, Haití, Cuba,  Nicaragua, Panamá y República Dominicana. La fuerte competencia británica, por su presencia comercial, financiera y de infraestructura, impidió a Washington extender entonces su penetración imperial a América del Sur.
Al llegar a la Casa Blanca Franklin Delano Roosevelt a inicios de la década de los años treinta, en medio de una muy profunda depresión económica, con el prestigio estadounidense afectado por su sucia campaña contra Augusto Cesar Sandino en Nicaragua y con un fuerte movimiento nacionalista latinoamericano incitado por la Revolución Mexicana, Estados Unidos proclamó la “política del buen vecino”.
Washington anunció una estrategia de no intervención en Latinoamérica y retiró las fuerzas de ocupación en el Caribe.
Al concluir la II Guerra Mundial con Estados Unidos como su máximo beneficiario frente a la enorme devastación que dejó tanto en el resto de los vencedores como en los vencidos, se inició la Guerra Fría, que conformó un mundo bipolar con América Latina como retaguardia de la superpotencia norteamericana.
Sobrevino entonces un período en el que América Latina se debatió entre la obediencia y la rebeldía reprimida con invasiones o acciones intervencionistas militares directas o encubiertas contra Guatemala (1954, 1966-67), Panamá (1958, 1964, 1989), Cuba (1961, 1962), República Dominicana (1965-66), Chile (1973), El Salvador (1981-92), Granada (1983-84), Honduras (1984), Bolivia (1986), Nicaragua (1981-90) y Haití (1994).
Luego vendría una guerra secreta contra el independentismo  que se extendía por  la región.  La Operación Cóndor fue un vasto operativo de inteligencia y coordinación de los servicios de seguridad de los regímenes militares en Argentina, Chile, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia impulsado y patrocinado por la CIA.
Cóndor constituyó, de hecho, una organización clandestina internacional para practicar el terrorismo de Estado contra los movimientos populares de Latinoamérica. En casi todos los países suramericanos, dejó miles de asesinatos, torturados, desaparecidos y otras fechorías ejecutadas por intermedio de las fuerzas militares locales, entrenadas y orientadas por  asesores estadounidenses.
Cuando, finalizada la Guerra Fría, el Consenso de Washington decretó la sustitución de la dominación autoritaria por la hegemonía económica, se planteó dentro de la superpotencia una confrontación entre una corriente que pretendía imponerse mediante sutilezas en el terreno económico y otra que exigía el ejercicio del poder imperial sin equívocos ni consentimientos.
De ahí que no cesaran los métodos violentos para derrocar a los desobedientes. Tentativas golpistas han habido en Venezuela (2002), Bolivia (2008), Honduras (2009) y Ecuador (2010). Todas contra países que viven procesos de transformación económica y social con fuerte apoyo popular, unidos por su integración al ALBA.
Solo que, a diferencia de los tradicionales golpes de la triada que solo hallaban resistencia más o menos dispersa de núcleos de obreros, campesinos y estudiantes desarmados que pagaban con sus vidas la osadía o resultaban apresados, golpeados y torturados, ahora han encontrado pueblos alertas y con un mayor nivel de organización para la auto-defensa. Solo en Honduras el imperio logró sus fines y, aún allí, no ha podido obtener un reconocimiento pleno de los golpistas y ha debido soportar un alto costo político.
Nadie puede dudar que América Latina haya cambiado. Ya la triada oligárquico-militar-hegemónica no parece tan poderosa ni tan omnipresente… y los pueblos mas alertas para la defensa de sus soberanías.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Kirchner se animó a transitar caminos que nadie se atrevió a transitar

Por Alejandro Dolina - http://www.telam.com.ar/vernota.php?tipo=N&idPub=204057&id=387516&dis=1&sec=1 


El peronismo ha sido muchas veces actor principal de acuerdos y concertaciones políticas. Hay, por otra parte, un arsenal de pensamientos burgueses que garantizan la conveniencia de buscar coincidencias.


Algunos llegan a decir que en realidad, todos deseamos lo mismo y que discrepamos acerca de las metodologías.

Se ha llegado a sostener que las ideologías habían muerto y que bastaba con elegir buenos administradores para que gobernaran.

Todo esto viene acompañado con un continuo elogio de las buenas maneras en las discusiones políticas y aún en los conflictos sociales.

A cada momento se nos propone a nuestra admiración la conducta de príncipes sonrientes o de antagonistas que se dispensan elogios mutuos durante las negociaciones.

Estas escasas palabras servirán primero para saludar todas estas ideas que acabo de exponer.

¿Quién soy yo para no ovacionarlas de pie? Pero también, y como humilde despacho en disidencia, propongo un tímido elogio del desacuerdo, de la bifurcación, de la heterodoxia, de la herejía.

Después de todo, las revoluciones surgen sólo de desacuerdos: el hombre es un mono disidente.

Me permito entonces, subrayar la acción política de Néstor Kirchner como venturoso gestor de desacuerdos. El se atrevió a recorrer caminos que nadie se atrevía a transitar y que parecían alejarse de las concurridas avenidas centrales que recomendaban los poderosos del mundo global. Y se metió por unas calles ya olvidadas cuyos nombres sólo se pronunciaban en los foros estudiantiles, en las reuniones de soñadores y en rincones que siempre estaban alejados del poder político.

Esas calles de desacuerdo ahora pueden reconocerse: una conduce al crecimiento del mercado interno... Otra al control del comercio exterior... Está bien el boulevard de la intervención del Estado o la esquina de la ley de medios, la plaza de la asignación por hijo y los veredones del desendeudamiento. Algunas de estas calles habían sido recorridas por otro señor en 1946.

Cuando alguien del poder político se atreve a caminar estos senderos termina por llegar a un distrito donde el poder político no está en el mismo lugar que el poder económico. Y la bifurcación se produce y son inevitables los ataques de las corporaciones y de los poderosos que tratarán de conseguir el regreso de los gobernantes tránsfugas hacia las avenidas iluminadas de sus intereses.

Hace muchos años hubo por televisión un debate entre el doctor Teodoro Bronzini, líder socialista e intendente de Mar del Plata, y el doctor Becar Varela que militaba en el partido que entonces tenía al menos el coraje de admitirse como conservador.

Fue una conversación muy amable y el moderador se sorprendió al fin del programa de que hubieran coincidido en tantas cosas. En realidad, no era sorprendente, ambos políticos formaban parte de una visión liberal del mundo y eran funcionales a los intereses de las corporaciones. ¿Cómo no van a ser amables si en el fondo pensaban lo mismo? Néstor Kirchner no les parecía amable a las corporaciones. En verdad, ningún otro presidente salvo aquel otro señor de 1946, les pareció tan desagradable. Y lo atacaron como a nadie ¿Por qué? No porque Kirchner tuviese mal carácter y fuera confrontativo como quien es cascarrabias.

No se trataba de una cuestión de carácter: este tipo había tocado sus intereses. Y fue el único que lo hizo. Todos los demás parecían aceptables en algún momento porque también en algún momento eran funcionales a los intereses del poder económico.

Y eso es todo lo que quería decir, a veces no hay más remedio que disentir, que persistir en el desacuerdo. Hoy casi por única vez en nuestra historia, el poder político no está donde está el poder económico.

Y este hombre que ahora se ha ido produjo un último acto de `insujeción`. Su muerte encendió la luz, y como en un refusilo vimos algo que la cerrazón de los medios había ocultado en la oscuridad: las calles laterales, las que no recomendaban los poderosos, estaban llenas de gente.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Día de la Soberanía Nacional


El 13 de enero de 1845 en París, noche nevosa según el testimonio de uno de los presentes, François Guizot, primer ministro de Luis Felipe, rey de los franceses, reúne a cenar en el Ministerio de Relaciones Exteriores a los técnicos del Plata que se encontraban en la capital de Francia. De dicho ágape surgirá la intervención armada anglofrancesa, y su posible colaboración brasileña en los asuntos internos de las repúblicas sudamericanas. Concurren el embajador de Inglaterra Lord Cowley, sir George Ouseley, que partiría al Plata llevando la intimación a Rosas, Mr. De Lurde hasta entonces Encargado de Negocios francés en Buenos Aires, el almirante Mackau, ministro de Marina, y que conociera a Rosas en 1840 cuando fue a llevarle la paz por instrucciones de Thiers, Mr. Desages director general del Ministerio, y el vizconde de Abrantés en misión especial de Brasil para acoplarse a la proyectada expedición.

Los Antecedentes de la Intervención
Desde 1842 andábase en ese negocio. Francia había fracasado en su intento de imponerse por la fuerza de sus cañones y de su dinero “que sembró la guerra civil” a la Confederación Argentina gobernada por un hombre del carácter férreo de Rosas. Hacia 1842 la política de la `entente cordiale` de Inglaterra y Francia hizo renacer la posibilidad de una nueva intervención, esta vez combinadas las fuerzas militares de ambas naciones: no era admisible que los pequeños países surgidos de la herencia española obraran como si fueran Estados en uso pleno de su soberanía y se negaran a recibir los beneficios “libertad de comercio, tutelaje internacional, libertad de sus ríos navegables” de las "naciones comerciales". Había que hacer, en primer lugar, de la ciudad de Montevideo una factoría comercial, de propiedad común anglofrancesa, desde donde dominar la cuenca del Plata después, establecer la ley de los mares “es decir, su libre navegación” a los ríos interiores argentinos, y finalmente dividir en mayores fragmentos esa Confederación Argentina que Rosas se había empeñado en mantener incólume del naufragio del antiguo y extenso virreinato del Plata. De allí la nota conjunta que los ministros inglés y francés en Buenos Aires (Mandeville y De Purde) habían pasado a Rosas apenas producida la batalla de Arroyo Grande. Diciembre de 1842: prohibíase ayudar a Oribe a recuperar su gobierno oriental y se amenazaba con tomar las medidas consiguientes si los soldados argentinos atravesaban el Uruguay en unión con los orientales para expulsar las legiones extranjeras que mantenían a Montevideo. Pero Rosas quedó sordo a la amenazas: contestó poco más o menos que en las cosas argentinas y orientales mandaban solamente los argentinos y los orientales. Consecuente con su respuesta el ejército aliado de Oribe, atravesó el Uruguay, y en febrero de 1843 empezó el sitio de Montevideo, defendida por las legiones extranjeras y por el almirante inglés Purvis. En febrero de 1843 esperábase por momentos la intervención conjunta amenazada por la nota de Mandeville y De Lurde que Rosas había osado desafiar. Pero no llegaba. Es que 1843 no había sido un año propicio para la entente cordiale, amenazada de quebrarse por la cuestión del matrimonio de la joven reina de España.
La misión del argentino Florencio Varela
De allí el desdichado fracaso del abogado argentino Florencio Varela, enviado a Londres en agosto de 1843 por el gobierno de la Defensa de Montevideo a indicación del almirante inglés Purvis. Llevó instrucciones para convencer al canciller Aberdeen de que la "causa de la humanidad" reclamaba la inmediata presencia de la escuadra británica en el Plata. Gestionaría también la "tutela permanente" inglesa a fin de salvar al Plata en adelante de la barbarie nativa. Intervención y tutela retribuidas “lo decían las instrucciones” con la libertad absoluta de comercio y la libre navegación de los ríos. Para cumplir mejor su cometido y documentar la "causa de la civilización", la casa inglesa Lafone confeccionó en Montevideo un record de los actos de barbarie que convenía atribuir a Rosas. El periodista argentino José Rivera Indarte, ducho para esos menesteres, recibió el encargo de redactar el record abultándolo de manera que impresionara en Europa: se le pagó un penique por cadáver atribuido a Rosas. Confeccionó Las tablas de sangre, que por dificultades de impresión no estarían listas en el momento de embarcarse Varela, pero le llegarían a Londres a los fines de su misión. Aberdeen recibió a Varela. El trato no fue el esperado por el argentino. No obstante traducirle Las tablas de sangre, el inglés no pareció emocionarse con los horrores recopilados por Rivera Indarte; tampoco tomó en serio "la tutela permanente" ni las cosas que le ofrecía el ex argentino. Le contestará fríamente que Inglaterra defenderá la "causa de la humanidad" dónde y cómo lo creyera conveniente, sin menester de promotores ni alicientes, y se le importaba un ardite cuanto pudieran ofrecerle los nativos auxiliares. Inglaterra haría y tomaría lo que más le conviniese, sin otro acuerdo que "con las grandes naciones comerciales" asociadas a la empresa. Varela no entiende; nunca entendió nada de la política americana ni de la europea. No comprende ese desprecio hacia "su gobierno" tan favorable a Inglaterra, ni que se hiciera caso omiso de sus tentadoras ofertas; jamás tuvo conciencia de su posición ni sentido de las distancias. Váse de Europa “después de una gira por París, donde tuvieron mayor éxito las Tablas de sangre” mohino y decepcionado de los "poderes civilizadores". "La Inglaterra “escribe en su Diario de viaje” no conoce ni sus propios intereses".
La cena de Guizot
En 1844 las cosas mejoraron y la `entente cordiale` pudo reanudarse. Más alerta Brasil que el despistado gobierno de Montevideo, envía entonces su comisionado: el vizconde de Abrantés. Aberdeen lo recibe mejor que a Varela; al fin y al cabo Brasil era un imperio constituido y no un gobierno nominal de ocho cuadras escasas, mantenido a fuerza de subsidios y de legiones. Pero Inglaterra no quiere la participación de Brasil en la empresa a llevarse en el Plata; no le convenía fortalecer ese imperio americano ni darle entrada al Plata. Como Abrantés representaba a un emperador no podía despedirle a empujones, como lo hizo con Varela; lo hará más diplomáticamente, pero lo hará. Tras conversar con Abrantés en Londres (que también ha venido a hablarle "de la causa de la civilización", oyendo del inglés el despropósito de "que la existencia de la esclavitud en Brasil era vergüenza mayor que todos los horrores atribuidos a Rosas por sus enemigos", lo despacha a París. Allí se arreglará la intervención en definitiva y la posible participación de Brasil. Pero eso es la cena de Guizot en el ministerio la noche del 13 de enero de 1845. Muy a la francesa se discutirá la acción en la sobremesa. Y al servirse el café y el coñac, Guizot abre el debate sobre el interrogante ¿Qué propósito y qué medios dar a la intervención? Abrantés no se anima a postular "la causa de la civilización" después de lo ocurrido con Aberdeen. Las Tablas de Sangre podían ser útiles para impresionar al gran público, pero evidentemente no producían efecto en los políticos. Sin embargo, todos son partidarios de pretextar ostensiblemente la "causa de la civilización", pero agregándole las "necesidades de las naciones comerciales", la "independencia de Uruguay, Paraguay y Entre Ríos" que había que preservar de la Confederación Argentina, y la "libre navegación de los ríos" argentinos, orientales, paraguayos y entrerrianos.
En cuanto a Rosas...
Mackau, que lo ha conocido en 1840 hace su elogio: es un patriota insobornable, un político hábil, un gobernante de gran energía y un hombre muy querido por los suyos. Desde luego, es un obstáculo para los planes de la intervención y costaría llevarlo por delante; aunque contra las escuadras combinadas nada podría hacer. De Lurde, que también lo ha conocido en Buenos Aires, se desata en elogios para Rosas: su gobierno ha impuesto el orden donde antes imperaba el desorden; tal vez los argentinos se hubieran acostumbrado a obedecer a una autoridad y pudiera reemplazárselo por otro gobernante más amigo de los europeos, pero la cuestión es que Rosas no cedería a una intervención armada: "se refugiaría en la pampa y desde allí hostilizaría a los puertos". A su juicio la intervención irá a un completo fracaso; mejor era dejar las cosas como estaban y tratar con Rosas de igual a igual "sacándole los beneficios comerciales posibles". Abrantés está de acuerdo, en parte, con De Lurde. Pero no cree que la intervención iría a un completo fracaso. Combinadas Inglaterra, Francia y Brasil, su fuerza sería irresistible; a Rosas podría perseguírselo hasta el fondo de la pampa. Pero, eso sí, deberían emplearse todos los medios para obtener el triunfo. En caso de no emplearse medios eficaces (expedición marítima y fuerzas de desembarco en número aplastante), mejor era olvidarse de una intervención y "no exponerse a la irritación de un hombre como Rosas". Ouseley trae le palabra de Inglaterra. Nada de expediciones de desembarco que por dos veces habían fracasado en Buenos Aires (1806 y 1807). Lo que se buscaba era otra cosa, para lo cual el gobernante argentino carecía de fuerza para oponerse: una gran expedición naval que levantara el sitio de Montevideo, tomara posesión de los ríos, y gestionara y mantuviera la independencia del Uruguay, Entre Ríos y Paraguay. De Montevideo se haría una factoría para las grandes naciones comerciales; de común acuerdo entre las nacionales comerciales y Brasil, se fijarían los límites de los nuevos Estados del Plata. Buenos tratados de comercio, alianza y navegación los unirían con las naciones comerciales. Abrantés se desconcierta ante esa repetición de "las naciones comerciales" que parecerían excluir a Brasil, y pregunta cuál sería la participación del Imperio en la empresa. "El ejército brasileño operaría por tierra concluyendo con Oribe". Abrantés protesta, pues eso sería "recibir solo la animosidad de Rosas, pues las fuerzas de Rosas se manifestarían por tierra, si los tres aliados participaban en común, también en común deberían emplearse".
Cowley corta: Inglaterra no enviará expediciones terrestres
Mackau no quiere la participación de Brasil "que complicaría la cuestión". Ouseley añade que por una fuerte expedición naval podrían cumplirse los objetivos de la intervención: en cuanto a Rosas y su Confederación Argentina, aislados al occidente del Paraná, no podrían oponerse a lo que se hiciera a oriente de este río. Guizot resume las opiniones como final del debate. Se emplearían "solamente medios marítimos", a no ser que Brasil quisiera, usar su ejército de tierra; la acción naval sería suficientemente poderosa para hacer a los aliados dueños de los ríos, del Estado Oriental, de la Mesopotamia y del Paraguay, cuya "independencia se garantizaría". Estos Estados se unirían con sólidos lazos comerciales y de alianza con los interventores. Brasil se retira Abrantés informa esa noche a su gobierno. Ha comprendido que muy diplomáticamente no se quiere la participación brasileña. No solamente Aberdeen le ha exigido la renovación de los leoninos tratados de alianza y de tráfico de esclavatura como previos a la alianza, sino Brasil no obtendría objetivo alguno en la intervención. Todo sería para las naciones comerciales; que fijarían los límites de los nuevos Estados con el Imperio (desde luego, en perjuicio del Imperio), y serían las solas dueñas de las nuevas repúblicas. Brasil vería cortarse para siempre su clásica política de expansión hacia el sur. Además, dejarle la exclusividad de las operaciones terrestres contra Rosas era una manera de obtener el retiro del Imperio, pues Brasil no tomaría exclusivamente semejante responsabilidad. Y dando por terminada su misión se retira de París. Empieza la Intervención Gore Ouseley, portando el ultimátum previo a la intervención, viajó a Buenos Aires. Exigió el retiro de las tropas argentinas sitiadoras de Montevideo, juntamente con las orientales de Oribe y el levantamiento del bloqueo que el almirante Brown hacía de este puerto. Se descartaba su rechazo por Rosas. Poco después llegaba el barón Deffaudis con idéntico propósito en nombre de Francia. Mientras Rosas debate con los diplomáticos el derecho de toda nación, cualquiera fuere su poder o su tamaño para dirigir su política internacional sin tutela foráneas, se presentaron en Montevideo las escuadras de Inglaterra y Francia comandadas respectivamente por los almirantes Inglefield y Lainé. Pendientes aún las negociaciones en Buenos Aires, ambos almirantes se apoderaron de los buquecillos argentinos de Brown que bloqueaban Montevideo, arrojaron al agua, la bandera Argentina y colocaron al tope de ellos la del corsario Garibaldi. Ante ese hecho -ocurrido el 2 de agosto de 1845- Rosas elevó los antecedentes a la Legislatura, que lo autorizó "para resistir la intervención y salvar la integridad de la patria". Ouseley y Deffaudis recibieron pasaportes para salir de Buenos Aires. La guerra había empezado.
Obligado (20 de noviembre)
El 30 de agosto la escuadra aliada íntima rendición a Colonia, que al no ser acatada es desmoronada a cañonazos al día siguiente. Garibaldi, con los barcos argentinos, de los que ahora es dueño, participa en este acto y se destaca en el asalto que siguió. El 5 de septiembre los almirantes se apoderan de Martín García: Garibaldi, con sus propias manos -que más tarde serían esculpidas en bronce en una plaza de Buenos Aires-, arrió la bandera argentina. De allí la escuadra se divide. Los anglofranceses remontan el Paraná, mientras Garibaldi toma por el Uruguay y sus afluentes: el corsario se apodera y saquea Gualeguaychú, Salto, Concordia y otros puntos indefensos, regresando a Montevideo con un enorme botín de guerra. Mientras tanto Hontham y Trehouart navegan el Paraná en demostración de soberanía, y para abrir comunicaciones con su ejército "auxiliar" que, al mando del general Paz, obraba en Corrientes. Pero el 20 de noviembre, al doblar el recodo de Obligado, encuentran una gruesa cadena sostenida por pontones que cerraban el río, al mismo tiempo que baterías de tierra iniciaban el fuego. Es el general Mansilla, que por órdenes de Rosas ha fortificado la Vuelta de Obligado y hará pagar caro su cruce a los interventores. Al divisar los buques extranjeros ha hecho cantar el Himno Nacional a sus tropas y abierto el fuego con sus baterías costeras. Hontham y Trehouart contestan y llueven sobre la escasa guarnición Argentina los proyectiles de los grandes cañones de marina europeos.Siete horas duró el combate, el más heroico de nuestra historia (de las 10 de la mañana a las 5 de la tarde). No se venció, no se podía vencer. Simplemente, quiso darse a los interventores una serena lección de coraje criollo. Se resistió mientras hubo vidas y municiones, pero la enorme superioridad enemiga alcanzó a cortar la cadena y poner fuera de combate las baterías. Bizarro hecho de armas, lo califica Inglefield en su parte, desgraciadamente acompañado por mucha pérdida de vidas de nuestros marinos y desperfectos irreparables en los navíos. Tantas pérdidas han sido debidas "a la obstinación del enemigo", dice el bravo almirante. ¿Se ha triunfado? La escuadra, diezmada y en malas condiciones, llega a Corrientes, y de allí intenta el regreso. En el Quebracho, cerca de San Lorenzo, vuelve a esperarla Mansilla con nuevas baterías aportadas por Rosas. Otra vez un combate, otra vez "una victoria" -el paso fue forzado- con ingentes pérdidas. Desde allí los almirantes resuelven encerrarse en Montevideo; transitar el Paraná es muy peligroso y muy costoso. Se deshace el proyecto de independizar la Mesopotamia gestionado por los interventores en el tratado de Alcarás porque Urquiza ya no se sintió seguro. Se deshace la intervención. Poco después -13 de julio de 1846- Samuel Tomás Hood, con plenos poderes de Inglaterra y Francia, presenta humildemente ante Rosas el "más honorable retiro posible de la intervención conjunta". Que Rosas lo haría pagar en jugoso precio de laureles. Por eso el 20 de noviembre, aniversario del combate de Obligado, es para los argentinos el Día de la Soberanía. Algunos panegiristas de Varela han negado la imputación de Paz, por no referirse las instrucciones de Varela a la independencia de la Mesopotamia. Pero nada tenían que decir estas instrucciones del gobierno de Montevideo sobre un asunto que le era ajeno. Por otra parte, la imputación de Paz no puede asombrar a quien conozca la política de esos años: la independencia de la Mesopotamia era un viejo propósito acariciado por quienes buscaban fragmentar en mayores porciones al antiguo virreinato. Lo quisieron Inglaterra y Francia en 1845; lo quiso Brasil en 1851. No lo pudieron cumplir los primeros por la enérgica repulsa de Rosas; no lo pudo hacer el último por la oposición inglesa a crearse una republiqueta en beneficio de Brasil. En beneficio suyo -como en 1845 y 1846- era otra cosa. Urquiza no fue ajeno a ambas propósitos de desmembrar la Argentina. Volviendo a Varela. Pese a la radical expresión de la Historia de la Academia "La acusación de desmembrar la mesopotamia hecha a Varela -no tenía más falta que la de ser equivocada-. Si llega a formularse nuevamente deberá ser calificada de infundada" VII, 2º sc., p.265), lo cierto es que Varela, Carril y la mayor parte de los unitarios y aún el mismo Urquiza querían desmembrar la Mesopotamia. La prueba documental es terminante y decisiva. En realidad, poco importa lo que dijera o pretendiera Florencio Varela. La desmembración de la Mesopotamia no hubiera sido lo más lamentablemente deplorable de su triste misión. Quién tenía instrucciones para ofrecer la tutela permanente de Inglaterra en el Plata, importa poco que hubiera querido dividir administrativamente a su patria en dos o catorce porciones.